Cazarabet conversa con... Alfonso
Ferrer, autor de “Monegros. Tierra de color” (Sariñena Editorial)
Sariñena Editorial
que siempre destaca por su gusto editor nos fascina desde la mirada especial del
fotógrafo Alfonso Ferrer al adentrarse de lleno en todo lo que ofrece la tierra
de Los Monegros... mostrándonos todo su color.
Para el ojo y la
mirada fotográfica de Ferrer el protagonista de estos Monegros de polvo seco,
de mañana gélidas, atardeceres ponientes...es el escurridizo y travieso zorro
que se deja ver como desfilando en una pasarela solo a merced de la paciencia
de Alfonso Ferrer.
Lo que se dice de
este magnífico libro:
Monegros,
tierra de color es
un libro de fotografías de naturaleza y mundo rural, que dividido en cuatro
capítulos retrata la comarca de Los Monegros. Además de las imágenes, el texto
que acompaña cada capítulo describe con cercanía aquellos rasgos más
identitarios de esta tierra. Así pues, los paisajes, el color de los mismos, la
huella que en la naturaleza deja la escasez de agua aquí tan necesaria, la vida
en el campo y cómo la fauna salvaje se ha adaptado a este territorio tan duro y
agradecido a la vez, es de lo que trata este libro. De ese mundo cotidiano, que
nos pasa desapercibido en el día a día, pero tan extraordinario al mirarlo con
atención; de ese mundo que no es más ni menos que el espíritu de la tierra, el espíritu
de Los Monegros.
El autor que es
el fotógrafo: Es también veterinario y un apasionado de la naturaleza y del
mundo rural y este es su segundo libro como autor después de Valle de Chistau, un pedazo del Pirineo que obtuvo el premio Félix
de Azara de la Diputación Provincial de Huesca
Cazarabet
conversa con Alfonso Ferrer:
-Alfonso, ¿por qué diriges tu mirada
fotográfica, con ese fondo naturalista—casi te diría—a los Monegros para
elaborar este libro fotográfico que es Monegros Tierra de color?
-Los Monegros es
una comarca que conozco bien porque he estado trabajando aquí durante muchos
años como veterinario rural, y eso me ha permitido vivirla bastante, estar muy
en contacto con el monte y con la gente que habita aquí y que me han enseñado
muchos de los tesoros naturales que este territorio encierra.
-Pero
es éste un libro, por cierto, editado por una de las editoriales que con más
gusto editan de Aragón que es Sariñena Editores, que es algo más que un libro
de fotografía...es un libro que nos retorna a esta parte de nuestro territorio
que es Aragón; que nos hermana con la naturaleza y con todos sus seres, las que
la habitan, pueblan...
-Publicar el libro
con Sariñena Editorial ha sido un placer, es verdad que es una editorial
"pequeña" pero eso te permite una cierta libertad y confianza para
poder decidir sobre ciertos temas más estéticos y de presentación que quizás de
otra manera serían más difíciles de llevar a cabo. Volviendo a tu pregunta,
creo además que la comarca de Los Monegros representa muy bien ese espíritu
rural aragonés que todos de alguna manera llevamos dentro o hemos heredado, es
la esencia pura de la vida en nuestros pueblos, creo que en el libro se respira
ese respeto y admiración por la vida rural que demasiadas veces está
desconectada de la vida en las ciudades, muy a menudo parecen dos mundos
opuestos que están condenados a distanciarse cada vez más, para mí
personalmente este último aspecto me da mucha tristeza.
-¿Qué fue lo que te motivó a dirigir tu mirada
fotográfica y tu objetivo a Los Monegros?
-Como he
comentados, los años de trabajo y disfrute en la comarca me llevaron a
conocerla cada vez mejor, y cuando ese vínculo afectivo va creciendo es cuando
los territorios se disfrutan y se quieren más; finalmente esto se une a mi
afición fotográfica y a la necesidad de querer retratar todo ese mundo natural
y rural que me rodeaba. Y espero que este libro sea un pequeño homenaje a este
territorio tan especial para mí.
-Me
paro, inevitablemente, en el zorro y en el buitre como no...el primero el
travieso y esquivo protagonista...los segundos unos secundarios de lujo que
imponen, pero que son parte de nuestra idiosincrasia natural, ¿no?
-A mí me parece
que la fauna salvaje que vive en nuestros montes es tan protagonistas del
paisaje como los que lo visitamos o viven en él, incluso a ellos más que a
nosotros les pertenece parte de esos campos, sierras y barrancos. Todo en la
naturaleza tiene un porqué, a veces nos olvidamos de hacernos esta
pregunta.
-¿Cómo te planteaste este
trabajo?;¿desde qué perspectiva y cómo te fuiste documentando; cómo lo fuiste
investigando todo antes para poder escribir después este Monegros. Tierra
de color. ?
-Las fotografías
que en el libro se muestran se han ido cocinando a fuego muy lento, algunas de
las que aparecen tienen más de 10 años, otras (muchas) son mucho más recientes.
Para los lugares fotografiados me he valido de las recomendaciones personales de
muchos amigos, vecinos y otros fotógrafos conocidos y lógicamente también he
investigado en otras publicaciones realizadas, guías de naturaleza, artículos
de internet, ... esto me llevaba continuamente a lugares que yo no conocía y
que me invitaban a visitar, de esa manera encontré rincones que no conocía en
la sierra de Alcubierre, en Jubierre, algunos azudes
del Flumen y Alcanadre... De esta manera conocí mucho más profundamente algunos
sitios, y sobre todo documentarme en la botánica, geología, fauna que allí
vive. Para los textos, hay una mezcla de vivencias personales y citas de
personajes ilustres y/o otros artistas, escritores,
fotógrafos... que pasaron por aquí antes que yo y que enseñaron Monegros a la
gente; era también un pequeño homenaje a todas esas muestras artísticas previas
a este trabajo y que homenajean a esta tierra de manera muy brillante.
-Porque
el fotógrafo se documenta, estudia, va al lugar, busca lugares dónde mejor
realizar las instantáneas, habla con gente, lee, estudia... explícanos porque
la gente las más de las veces pensamos que sois duendes y magos de la
cámara fotográfica y sois mucho más....
-Bueno, yo creo
que el fotógrafo de naturaleza es un currante en la naturaleza, no hay mucha
magia en muchas de las imágenes. Simplemente hay que conocer el territorio y
saber buscar la luz y el momento exacto en el que disparar, eso es verdad que a
veces lleva más tiempo y otras es más fácil porque el trabajo de investigación
y seguimiento ya está hecho. Muchas veces te pegas un madrugón tremendo
pensando que vas a tener un amanecer increíble, con bonitas nubes y luces en el
cielo y luego es muy soso, y te vuelves sin fotografías destacables, y otras
veces disfrutas de un atardecer precioso casi sin buscarlo y hacer tres o
cuatro fotos memorables. De todos modos, en mi fotografía intento huir de la
fotografía descriptiva sin más, aquella que intentar enseñar el paisaje para
mostrarlo de la manera más objetiva posible; intento buscar otras luces y
composiciones que inviten al espectador a imaginar ese paisaje de una manera
distinta, algo así como mostrar la poesía del paisaje, que más que invitar a
visitarlo invite a soñarlo.
-¿Cómo es el día a día de un
fotógrafo que “depende de la naturaleza” y de todo lo que en ella ,de
imprevisto e imprevisible, le va interfiriendo?
-No sé si a
muchos otros fotógrafos de naturaleza o no les pasa, pero a mí me ocurre que
continuamente miro el mundo que me rodea desde un prisma fotográfico, siempre
estoy viendo fotografías allí dónde paso, me imagino encuadres, composiciones,
escenas, pero evidentemente la mayoría de las veces no llevas la cámara o no es
momento de hacer esa fotografía. De alguna manera vas educando tu visión para
que en el momento que sí estás trabajando las imágenes surjan de manera más rápida,
intuitiva, fácil.
-¿Qué te atrajo y qué te atrapó de los
Monegros porque , me da, viendo y leyendo el libro que algo de ti quedó allí,
verdad?
-Los Monegros, ya
formaban parte de mi vida, y ahora lógicamente desde la publicación del libro todavía
más. Es la magia de los libros, que son eternos y te vinculan de por vida con
las personas y los paisajes. Es una tierra diferente, muy estigmatizada para el
que no la conoce, pero que te atrapa si te dejas atrapar. Destacaría en ella la
belleza de lo simple, la quietud del paisaje y la soledad tan arrebatadora que
posee. Huyendo de lugares más masificados estar aquí te une más con la
naturaleza y con la entraña misma de la Tierra, es todo más íntimo.
-Este
es un libro de lugares entre paisajes; de historias las más de
las veces sugeridas, casi a manera de susurro ,por los animales, de esa
naturaleza, casi microscópica, que tiene un territorio que sorprende dentro de
Aragón....donde nada es por casualidad; nadie está allí por disimulada
candidez...todo es parte de todo y lo comparte, desde la naturaleza, con
extraordinaria generosidad con nosotros, los humanos, que somos los más
desagradecidos y los únicos que ni lo sabemos valoras ni sabemos muy bien qué
es qué?.-Porque, enlazando un poco con la pregunta anterior, saben en primer
lugar la “grandeza del territorio monegrino” los propios aragoneses?
-Más de la mitad
de los aragoneses viven en una gran ciudad, rodeada de secanos rabiosos,
difícilmente se puedan sentir atraídos por un territorio que les es muy
familiar. Al aragonés medio, como a mi pasa también, le atrae el verde de las
montañas, el azul del mar y de los ríos y el blanco de la nieve; aquello que
les parece más exótico. Por eso el visitante más frecuente de Los Monegros es
el centroeuropeo y el español que vive en el norte, porque este paisaje les
explica algo diferente y llamativo que ellos no ven todos los días. Pero, de
todos modos, sí creo que esta comarca merecería una mayor difusión por los
valores naturales que atesora y que muestra, tiene ecosistemas únicos en Europa
y que merecerían una especial protección, alberga aves con carácter de
protección con hábitat únicamente estepario, una cantidad de insectos y
microfauna endémica. Lo que pasa es que eso es difícil de enseñar y de mostrar
sin ayudas directas y sin los recursos necesarios. Pero sí, creo que Los
Monegros son bastante desconocidos, incluso en muchos casos para el habitante
de la comarca.
-El libro viene subtitulado como
Tierra de colores...esos colores, toda esa gama de colores cálidos, todos los
colores rojizos, ocres, amarillos que tienen su belleza en el contraste, seguramente,
más que nada con los amaneceres y atardeceres...
-Es verdad que
hay mucha fotografía crepuscular que añade color al paisaje, pero no me quiero
olvidar de la riqueza del paisaje agrícola en si
mismo que ilumina como nadie muchos días de Monegros. Los cultivos de secano en
primavera son una explosión de un verde fulguroso, luego llega el verano y el
color dorado de la espiga antes de cosechar es maravilloso, sin olvidarnos de
muchas especies vegetales que florecen y llenan de color el paisaje, la retama,
las aliagas, la flor del almendro, la corona de fraile... hay mucho color en
Monegros, es un estigma que la comarca debe quitarse. Aun así, también reivindico
el color ocre de la tierra, ese color que debería ser propio de esta comarca,
que parece el color de la tierra misma sin vestidos que ponerse.
-¿Por qué me da que estos libros invitan al
lector /lectora a visitar esos lugares, pero buscando la calma...la paz?
-Lo que intento
provocar al lector, conozca o no esta comarca, es que salga al campo, a vivir y
a disfrutar de la naturaleza, a dejarse llevar por los caminos y sendas. A
disfrutar del tiempo, a pasar frío en invierno, mojarse cuando llueva y pasar calor
en una tarde de verano sofocante, en definitiva, a sentir la naturaleza que nos
lo da todo, pidiendo poco a cambio. También, me parece, que desde el mundo
del arte deben de inspirar a los diferentes artistas con sus diferentes
expresiones artísticas, por ejemplo, con la poesía, el relato corto o micro
relato...
-Amigo
Alfonso, ¿nos puedes contar si estás metido en algún proyecto, no sé darnos
alguna pista?
-Bueno, ahora
toca disfrutar de este trabajo, del encuentro con el lector que siempre es muy
agradable. Y en el futuro quizás vuelva a mis montañas queridas, a la tierra donde
nació mi padre.
-¿Cómo ha sido trabajar con Salvador Trallero que desde el corazón de Los Monegros nos asombra, siempre
para bien, desde su editorial Sariñena?
-Ha sido un
placer, es una buena persona, muy identificada con la cultura en la comarca,
muy interesado e involucrado en poner en valor el territorio de Los Monegros.
Me ha dado total libertad para la creación de las historias y fotografías y eso
se agradece. Y además pone el punto justo de empresario editorial que sabe
acertar con el tipo de libro y cómo hacerlo para crear un gran trabajo. Estoy
profundamente satisfecho de cómo ha quedado el libro, con el gramaje de las
páginas, tapa dura, gran formato. Espero que nos podamos encontrar de nuevo en
el futuro con algún otro proyecto.
Alfonso
Ferrer ganó en 2022 el XXIX Certamen Lucien Briet con
esta fotografía, “Aurelio el pastor”
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)