Cazarabet conversa con... Gonzalo
Fontana Elboj, autor de “Leopardos en el diván”
(Pregunta)
Editorial
Pregunta desde la pluma de Gonzalo Fontana Elboj nos
planeta una novela que nos hará que nos preguntemos no pocas cosas de nuestro
día a día y más si nos encontramos en esa fina línea de la mediana edad en la
que miras atrás y ya entiendes que ha pasado más tiempo vivido del que
presumiblemente te toque todavía vivir.
Una novela
valiente, despreocupada, atrevida y hasta sutilmente cínica hasta el hígado…
No es un
libro que “hable” desde la novela de la crisis de crisis que todos y todas, de
alguna manera, pasamos a la mediana edad… cuando nos despegamos de unas
obligaciones para afrontar otras y asumir muchas más como puede ser el hacerle
frente al destino, quizás el más deseado y el menos manejable.
La
ilustración, siempre rozando el surrealismo, viene desde la pluma de Óscar
Sanmartín.
La sinopsis
del libro: Jorge, un profesor cincuentón, recibe en su casa la visita de un
vecino adolescente. La primera novela de Gonzalo Fontana es una historia
inclasificable y radical, llena de demonios y luminoso desencanto, que sucede
dentro y fuera de los personajes, entre la realidad y el deseo.
Frente a lo
que se suele imaginar, el infierno no es una caverna vasta e indiferenciada. Es
más bien un panal de muchos millones de estancias, pequeñas y solitarias, en
cada una de cuyas celdas, como garrapatas en un tejón con sarna, vive una
familia de demonios incestuosos, una alegre congregación que hace de cada
existencia una morada ermitaña y singular. Así pues, el jenízaro —lo mismo que
el resto de sus hermanos y primos, las sabandijas del estercolero de Jorge— se
alimentaba en exclusiva de su inmundicia. Y, en pago, vivía sólo para
atormentarlo a él, el infortunado huésped en cuya desmedrada yacija se guarecía
desde hacía ya tantos años.
Leopardos en
el diván es la
historia de Jorge, un profesor cincuentón, cínico, desnortado e incapaz de
comprender el mundo que lo rodea. Un encuentro fortuito lo arrastrará a un
alucinante viaje en el que se verá transportado a los parajes de un deseo que
creía haber dejado atrás, pero también al abismo de sus peores pesadillas.
La primera novela del profesor y traductor Gonzalo Fontana Elboj
—autor de monografías académicas sobre el mundo clásico, de traducciones de los
Evangelios o de libros como Sub luce maligna. Antología
de textos de la antigua Roma sobre criaturas y hechos sobrenaturales
(Contraseña, 2021)— nos presenta una historia inclasificable y radical, que
sucede dentro y fuera de los personajes, entre la realidad y el deseo, y nos
acerca a la intuición de que «quizás todos somos a un tiempo varias vidas; y,
sobre todo, que es posible vivirlas todas».
El autor, Gonzalo Fontana Elboj:
Gonzalo
Fontana Elboj (Huesca, 1965) es profesor titular de Filología Latina de la Universidad de Zaragoza. Autor
de trabajos, traducciones y monografías académicas sobre muy diversos temas (Filología Clásica,
Historia de las Religiones o Epigrafía
Bizantina), en los últimos tiempos también se ha adentrado en el ámbito
de la creación literaria. De entre su producción cabe destacar Como un ayer que
pasó (Zaragoza, Sibirana, 2021, cofirmada con Juan Francisco Comendador), pieza teatral en
la que se reconstruye el encuentro de un jovencísimo
Antonio Machado con el escritor Oscar Wilde en el París
de 1899; o Sub luce maligna. Antología de
textos de la antigua Roma sobre criaturas y hechos sobrenaturales
(Zaragoza, Contraseña, 2021), un ensayo de divulgación sobre la literatura de terror en la Roma
de la Antigüedad que ha tenido una excelente
acogida. Leopardos en el diván es su
primera incursión el ámbito
de la narrativa, que el autor suele despachar con el calificativo de «travesura
literaria».
Estas son las
obras del autor: Ager: estudio funcional sobre Marte y Voltumna,
Zaragoza, Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de
Zaragoza, 1992.Las construcciones comparativas latinas: aspectos sincrónicos
y diacrónicos, Zaragoza, ed. del Departamento de Ciencias de la Antigüedad
de la Universidad de Zaragoza, 1997.Terencio: Obras, traducción,
introducción, y notas de G. Fontana, Madrid, Gredos, 2008.Libro de Horas de
los Escolapios. Estudios y traducción de la edición facsimilar, Burgos, Gil
de Siloé, 2011.El Evangelio de Juan. La construcción de un texto complejo:
orígenes históricos y proceso compositivo, Prensas Universitarias de
Zaragoza, 2014.Los orígenes del cristianismo en Asia Menor (a. 70-135):
Textos e Historia, Universidad de Barcelona, Colección Instrumenta 49,
2015.Libro de Horas del Obispo Fonseca. Estudios y traducción de la edición
facsimilar, Burgos, Gil de Siloé, 2016. «Marcial y
su tiempo», en J. A. Beltrán, A. Encuentra, G. Fontana, J. J. Iso, A. I. Magallón, R. M.ª Marina, Marco Valerio
Marcial: actualizacióncientífica y bibliográfica.
Tres décadas de estudios sobre Marcial (1971-2000), Universidad de
Zaragoza, 2005, pp. 17-54. «La imagen de la figura
materna en Marcial: aproximación a los fundamentos de una misoginia», Anuari de filologia,
XXV-XXVI (2003-2004), pp. 151-179.«Apocalyptica, Medieval Prophecy and Franciscan Utopia. A New Heaven for the New
Spain», SMSR, 82.2 (2016) pp. 629-661. «El muchacho desnudo del
prendimiento de Marcos (14, 51-52): una nueva interpretación», Veleia, 33 (2016), pp. 185-209.«’Leopardus latronatu fui’: un curioso caso de contramagia
en una defixio cristiana tardía”, en F. Pina y
S. Alfayé (eds.), Dioses, sacerdotes y magos en el
mundo antiguo, Madrid, Trotta, 2019. Publicado como número extraordinario
de la revista Bandue, 11 (2019), pp. 341-355.«Die „Gabe der Zungen“, ein
magisches Phänomen in einem christlichliturgischen Kontext», Acta classica
Universitatis Scientiarum Debreceniensis,
48 (2012), pp. 179-190.«Traces of magic in Early Christianity: New contexts and the search for
social sanctions», en: R. Gordon, F. Marco y M. Piranomonte (eds.), Choosing magic, Roma, De Luca Editori, 2020, pp. 153-168.«Palabras para un envidioso: una nueva
inscripción latina del África romana», Emerita
86.1 (2018), pp. 163-172. (firmado conjuntamente con Silvia Alfayé
Villa). «A New Latin Funerary
Inscription from Gharandal (Southern Jordan)», Emerita
LXXXVIII 2 (2020), pp. 339-358. (firmado conjuntamente con M. R. Al-Rawahneh). «A new Byzantine inscription from Khirbet al-Nasraniyyah (al-Tafilah governorate; Southern Jordan)», Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik, 222 (2022),
pp. 145-148 (firmado conjuntamente con M. R. Al-Rawahneh).
ISSN: 0084-5388. «Two new
Byzantine inscriptions from El‐ʿAynūn
(Kerak Governorate; Southern Jordan)», Arabian Archaeology and Epigraphy 33.2
(2022), pp. 1-6. ISSN: 1600-0471. (firmado conjuntamente con M. R. Al-Rawahneh).«Christianos
ad leonem: la génesis de un odio construido», en A.
Duplá, M.ª V. Escribano, L. Sancho, M.ª A. Villacampa (eds.), Miscelánea de
estudios en homenaje a Guillermo Fatás Cabeza,
Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2014, pp. 313-322.«Falsificación
histórica y apología mesiánica en el cristianismo primitivo», en F. Marco, F.
Pina, J. Remesal (eds.), Fraude, mentiras y
engaños en el Mundo Antiguo, Universidad de Barcelona, 2014, pp.
225-253.«Mujeres en el cristianismo primitivo: entre la historia y el mito
feminista contemporáneo», en L. Sancho Rocher (coord.), La antigüedad como
paradigma: espejismos, mitos y silencios en el uso de la Historia del mundo
clásico por los modernos, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2015, pp.
249-298.«El “Santo Prepucio”: una reflexión provisional más allá del morbo», en
F. J. Alfaro Pérez y C. Naya Franco (coords.), Mundos
cambiantes: las reliquias en los procesos histórico-artísticos e identitarios.
III Jornadas Internacionales de estudio e innovación sobre «Las reliquias y sus
cultos», Zaragoza, Servicio de Publicaciones Universidad de Zaragoza, 2020,
pp. 72-81. «Notas a una oscura inscripción de la
Bética (CIL II2/ 5 510a): una interpretación lingüística y religiosa», Veleia, 36 (2019), pp. 163-182.«Comentario al
Evangelio de Juan», en A. Piñero (ed.), Los libros del Nuevo Testamento:
traducción y comentario, Madrid, Trotta, 2022, pp. 1314-1425.
Cazarabet
conversa con Gonzalo Fontana Elboj:
-Gonzalo, ¿qué te llevó a
escribir Leopardos en el diván?
-El motivo es
el de haber decidido dedicarme a la ficción. A estas alturas, ya he escrito
mucho (sobre todo prosa académica y ensayo), pero no me sentía con fuerzas para
la literatura. Hace dos años escribí una obra de teatro con un amigo (Como
un ayer que pasó), pero por distintas razones era una empresa que me
resultaba más sencilla que una novela. Así pues, Leopardos en el diván
es una especie de intento destinado a resolver un montón de problemas que me
planteaba: construcción de diálogos, búsqueda de un lenguaje, creación de
personajes…
-Enlazo
con la pregunta anterior: no sé, quizás el ver y el observar casi en el día a
día a muchos profesores, como otras profesiones que se sumergen en la
monotonía, en esa edad madura que se adentra en un túnel de cierta desidia y en
el que es fácil retrotraerse a otras edades con absorbente facilidad…
-Efectivamente,
aunque disfruto mucho con mis investigaciones y escribiendo ensayo académico,
estoy lleno de inquietudes por hallar nuevas formas de expresión. Es un reto
fascinante y estoy lleno de ilusión porque sé que me queda mucho por aprender.
A ver cuándo encuentro tiempo para mi próxima novela.
-¿Por qué lo disfrazas, todo, de ese animal tan
bello como el leopardo que además de ser la combinación perfecta de velocidad y
potencia …venerados por su hermosura que se refleja desde su mirada al pelaje… para
los africanos, además, son considerados guerreros y cazadores…?;¿y por qué lo
pones en el diván…para que, en pocas horas, se deshaga como un azucarillo y te
lo cuente todo?
-El origen
del motivo está en el encuentro de dos imágenes que siempre me han acompañado:
la piel de tigre del dormitorio de Ana Ozores (La
Regenta) y el diván de Freud. Ambas realidades evocan el encanto y el
peligro de explorar los deseos y también las zonas turbias de la biografía…
-¿A qué obedece cierto desencanto ,tan regular
en muchas personas, a esa mediana edad lo que les hace más susceptibles de “ser
y estar” predispuestos a ciertas tendencias o bucles?
-No soy
psicólogo ni psiquiatra y no podría contestar a esa pregunta. Pero puedo decir
algo sobre Jorge, mi personaje. Ese bucle permanente en el que se halla
sumergido se debe a la colisión de dos realidades de las que no sabe salir: de
un lado, sus ganas de enfrentarse con un pasado al que accede a través de
sucesivas metáforas de variado pelaje; y, de otro, precisamente, su incapacidad
de romper “el último velo” y poder mirar, al fin al monstruo cara a cara. No
obstante, quizás el lector sea capaz de resolver el enigma de ese monstruo
antiguo y maligno que habita la vida del protagonista.
-¿Todo depende, a veces, de cierto
azar premeditado, predispuesto a nuestra forma de ”ser y estar”, tallado a
nuestra psique casi como un traje?
-En este
caso, su traje de profesor es la metáfora más externa de las que se sirve para
manejar su vida. De hecho, es una cosa tan superficial que, lejos de dejarle
ver nada, sólo crea en realidad una realidad falsa que usa para protegerse de
la verdad. Poco a poco, se irá despojando de sus ropajes al tiempo que va
corriendo los velos a través de su extraño viaje.
-¿Este “azar” nos espera a la vuelta
de la esquina?
-En el caso
de Jorge, lo importante es que él está dispuesto a mirar la realidad que le
suministra el azar.
-La trama
de Leopardos en el diván transcurre en el intervalo de tiempo de una tarde,
¿por qué le pones a la trama y a “ese deambular del personaje”, tan poco
intervalo de tiempo…?
-El acceso a
la verdad que vive el personaje es una sucesión acelerada de fogonazos
oníricos, muy semejantes a los que todos vivimos y por eso me pareció más
convincente concentrar toda la acción en el intervalo de unas horas. Es un
viaje acelerado por los infiernos en busca de la verdad. Sólo que aquí él está
sólo y sin la guía del amable Virgilio.
-Eso es
bastante novedoso en la narrativa, pero se va viendo cada vez más, incluso en
la narrativa cinematográfica… ¿qué ha significado para ti: como escritor y como
filólogo?
-No sé si ya
soy un escritor. Ya quisiera yo… Es cierto que la experiencia también me ha
ayudado mucho a madurar como filólogo, ya que me ha enfrentado a muchas
cuestiones que sólo conocía teóricamente y en las que no había meditado en
serio.
-Porque en
Leopardos en el diván se va camuflando entre decisiones y enjambres “malos”,”
buenos” …” menos malos”,” menos buenos”… - Lo que
viene a demostrar que en la vida no hay negros ni blancos---buenos sí los
hay--, pero sobre todo hay muchos, muchos grises….
-La cantidad
de grises de la lente con la que contemplamos la realidad es, sobre todo, la de
los matices con que somos capaces de mirarnos a nosotros mismos. Espero que el
lector se percate de la cantidad de almas que conviven en el pecho de Jorge.
-Este
libro de narrativa viene como a “querer demostrar” que la vida está hecha de
pequeñas anécdotas para dotarla de cierta estabilidad o lo que nos parece de
“cierta estabilidad?
-No aspiro a
demostrar nada y mucho menos articular ningún discurso universal sobre la
condición humana. Mi centro es la vida de Jorge y sólo pretendo mostrar el
funcionamiento de un individuo, capaz de enfrentarse a las mentiras que le
suministran cierta estabilidad (falsa) y una cierta capacidad de enfrentarse a
la verdad, aunque sea por la vía de las metáforas y las imágenes interpuestas.
-De todas maneras, creo que en
los últimos tiempos “se lleva” cierta literatura narrativa introspectiva, como
para enseñar aquello que nos traumatiza desde dentro a fuero, ¿qué piensas?
-En efecto.
En ese sentido, Leopardos tiene una cierta relación con la “literatura
del trauma”, pero frente a los “diarios de penas y amarguras”, tan en boga,
esta novelita pretende explorar otro campo: el de las diversas soluciones
imaginadas a las que recurrimos para manejar el dolor. Sobre todo, los sueños.
Dicho sea de paso, me viene a la cabeza que Traum
en alemán significa “sueño”, aunque en realidad no hay vínculo etimológico
entre ambas palabras.
-Aunque tú
pones en el centro de ese trauma” al personaje que lo sufre y le vas dando la
vuelta como si se tratase de un “San Lorenzo”… casi lo
sometes a una tortura o haces que él se vaya como sometiendo a la misma, ¿qué
nos puedes decir?
-Para un
oscense, la referencia a San Lorenzo es muy atinada. Bromas aparte, para mi
personaje, los problemas importantes se manifiestan a través de muchos
elementos que convergen en un punto común. En una vida real, tienden a
presentarse inconexos y deslavazados y todo es más complejo. Con todo, en la
ficción literaria, el autor tiene el privilegio de ordenarlos y presentarlos al
lector de una forma ordenada y, hasta cierto punto, inteligible.
-¿Es más difícil, escribir novela de
ficción que los ensayos de investigación?, ¿por qué?
-Es mucho más
difícil la ficción, básicamente porque en la investigación histórica y
filológica todo estriba en “hacer casar” las piezas de un puzzle
que te vienen suministradas por la realidad. En cambio, en la ficción no hay
otra fuente que la propia imaginación, adobada quizás con alguna pizca de
experiencias personales y una lectura del mundo y del hombre que no siempre
está bien definida en la cabeza del autor.
-¿Cómo es tu metodología de trabajo, cómo vas
trabajando y poniendo orden a todo en este caso a la novela en diferencia a
todo lo que habías hecho hasta ahora….?
-Partí de un
esquema muy trabajado (lo cual no significa que sea acertado) en “círculos
concéntricos” en los que además hubo que decidir el tono y el lenguaje con los
que caracterizar el viaje infernal de Jorge.
-¿Cómo has vivido la “recepción lectora
de esta obra narrativa” y cómo ha sido trabajar con Pregunta editores?
-Como ya he
señalado, Leopardos es una novela modesta, un primer intento narrativo
destinado básicamente a mi aprendizaje. De hecho, se publicó casi por
casualidad. Se la di a leer a un amigo (Mariano Castro, que es un poeta
estupendo), le gustó y me recomendó publicarla. Más aún, fue él quien me puso
en contacto con la editorial Pregunta, quienes han derrochado amabilidad y buen
trato. Dicho sea de paso, también deseo hacer público mi agradecimiento al
ilustrador Oscar Sanmartín, que es el autor de la preciosidad de cubierta. Y,
por supuesto, muchas gracias a vosotros por el interés que habéis mostrado por
la novela.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)