Cazarabet conversa con...   Miguel Ángel Ortiz Albero, autor de “Deambulatorio. Torrero, estación mental” (Pregunta)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Miguel Ángel  Ortiz Albero  escribe de y desde  sus andadas, desde las que piensa y reflexiona… esas andadas y caminatas en las que uno o una  más bien está como deambulando---de aquí, supongo, el título del libro--- y lo hace desde varios relatos en el que sobresale Torrero, estación mental por ser “el central” ,el más largo y el que más cuerpo tiene y retiene, parece que sea como el eje sobre el que giran todos los demás… ya lo puedes leer desde la propia portada: “seguido de algunos Apéndices sobre las Artes del Caminar”.

Esta vez la portada y las fotos que encabezan algunos de los relatos están tomadas por la fotógrafa Marta L. Lázaro.

Casi podríamos decir que Deambulatorio es un libro de pensamientos que nunca mejor dicho “deambularan” por nuestras reflexiones una vez los estemos leyendo….

Un libro que nos lleva a pensar y reflexionar….

Cómo presenta Pregunta Ediciones a este libro:

Deambulatorio, del escritor y artista plástico Miguel Ángel Ortiz Albero, reúne una serie de textos sobre las Artes del Caminar, en un libro personalísimo, fragmentario y evocador.

Deambulatorio reúne una serie de textos dispersos sobre las Artes del Caminar. El más extenso, «Torrero, estación mental», recorre el popular barrio zaragozano a través de sus calles y de las menciones que otros hicieron a esas calles en los libros o en el arte. Los siguientes textos, casi poemas en prosa, reflexionan sobre el acto de deambular, o el íntimo ejercicio de caminar por la ciudad y contar lo caminado.
Un trabajo personalísimo, fragmentario, repleto de citas veladas y relecturas, que alcanza a decir mucho bajo la apariencia de estar hablando por boca de otros. Un libro sugerente y evocador que, paseo tras paseo, borra las huellas de uno de los escritores contemporáneos más radicales y distintos de nuestra literatura.

 

 

 

Cazarabet conversa con Miguel Ángel Ortiz Albero:

-Amigo Miguel Ángel, ¿cómo nos presentarías este libro porque son una especie como relatos muy personales sobre lo que te acontece más allá del ejercicio de andar…ya que más que andar son tus pensamientos los que te hacen deambular?

-En este libro se recogen algunos textos que ya aparecieron en revistas, junto a otros que son absolutamente inéditos. Todos tienen como eje esas "Artes del Andar" de las que habla el título. La segunda parte es algo más teórica, o ensayística, y la primera, Torrero, estación mental, es un intento de llevar a la práctica personal de mis propios deambulares lo que había estudiado en esos otros autores de los que se habla en la segunda parte. El pensamiento hace andar tanto como el andar genera pensamiento.

-¿Perseguías algo de diferente o diferencial tanto en la escritura como en “aquello que quieres transmitir” en la lectura del mismo?

-Me gustaría pensar que mis textos sobre el andar invitan a caminar con atención, a mirar más allá de lo que vemos habitualmente. No se trata sólo de andar sino de hacerlo como un modo de trabajo. Caminar para observar. Observar para luego escribir. Escribir para conocer.

-¿No temes al practicar una escritura tan, cómo diría ,intimista, darte a conocer, de manera tan explícita al público lector…?

-En cada proyecto uno se desvela. Siempre. Al margen de lo intimista o no que pueda ser el resultado final. Si es así, adelante.

-Porque me da que cada página te voy conociendo más y más… me veo, como lectora, persiguiéndote, también deambulando, detrás de tus cavilaciones las que se forman, detrás de cada “deambulación”.

-Si alguien, al leerme, camina conmigo o con cualquiera de los autores citados, misión cumplida. Caminamos porque otros antes que nosotros ya lo han hecho, igual que escribimos porque otros han escrito previamente. Uno no inventa nada, pero invita, o eso creo, o lo intento, a todo.

-Este libro tiene como “un ligero toque” en la narrativa de prosa poética, ¿qué nos puedes decir?

Vengo de la poesía y considero que todos mis textos, tanto los ensayos como la propia poesía, tienen ese toque. Es inevitable.

-Personalmente, ¿qué te aporta el hecho, en sí, de caminar?

Entiendo el caminar como un modo de trabajo, recogiendo la idea central de ese libro maravilloso de Robert Walser que es El paseo. Por otro lado, me interesa mucho la idea del "deambular", de andar guiado por el azar. No camino para llegar a ningún lugar en concreto, sino que camino para disfrutar del propio camino, del recorrido, para dejarme llevar y encontrar, a menudo, lo que no busco. La sorpresa está a la vuelta de cualquier esquina. Es necesario dejarse arrastrar, sin más.

-Pero también habrás experimentado alguna especie de sensación al observar como otras personas andan, camina… deambulan?

Siempre. Tan importante como mi deambular es el de los demás. Forma parte del proceso de observación intentar averiguar algo más sobre "los otros".

-Porque se empieza andando y se termina deambulando… ¿lo ves así?

-Suelo deambular más que andar. Pero es cierto que incluso cuando se anda para llegar a un destino, cuando se hace de una manera más funcional, puede terminarse deambulando. Si sé que tengo que llegar a las ocho a algún lado, procuro salir de casa a las seis para poder perderme un poco.

-Para ciertos libros hay que documentarse sí o sí… para otros utilizar, como arma, más que nada la imaginación… pero luego están las documentaciones, siempre, para apuntalar… ¿cómo ha sido aquí?

-Hay muchas lecturas en este libro, hechas durante muchos años. Las de la segunda parte son de una cosecha lenta y laboriosa. Sigo anotando en cuadernos todo lo que voy encontrando al respecto. Las de Torrero son más recientes. Había cosas que ya había leído, pero las he vuelto a releer buscando ese Torrero personal, pero luego ha habido muchos y buenos descubrimientos fruto de la necesidad de documentarme más.

-Me da más, aquí, que la documentación es “esa observación”; “esos pensamientos recurrentes que vuelven paso a paso y adía a día” como una ventana que no cesa de dar portazos…

-Durante el proceso de escritura he caminado muchas veces con los libros nombrados bajo el brazo. Me gusta leer en bares y cafeterías acerca de lo que estoy pensando en cada momento. Así que fundir observación y lectura durante el propio camino se convierte en algo necesario y enriquecedor.

-Y el observar después: tanto a otros compañeros y compañeras de deambulación como a vos y a vuestras propias deambulaciones cuando, ya, cesado el caminar miras atrás…

-Vuelves a casa, a la mesa de trabajo, echas la mirada atrás, destilas lo observado y comienzas a escribir. Ahí está el misterio de entender el paseo como trabajo.

-Tengo la impresión de que has llevado esta metodología de trabajo como especie de “diario”, pero ¿qué nos puedes decir?

-No he llevado nunca un diario, un diario convencional, pero sí que tengo numerosos cuadernos de trabajo que, en el fondo, no son sino diarios que testimonian los procesos día a día.

-Tu narrativa es pensada, repensada, rectificada una y mil veces---dentro de esa prosa poética---…corregida minuciosamente y enviada para que nos acompañe en nuestros andares y deambulares, ¿no?;como para acompañarnos y hacernos compañía… ¿es así, más o menos?

-Me gusta la idea de ser compañía, igual que autores a los que venero lo son para mí.

-¿Cómo fue presentarles este libro a los editores? porque, de entrada, hoy en día  la gente se sigue acercando más a la novela de ficción, no ficción…Y ¿cómo ha sido trabajar con ellos?

-No es la primera vez que trabajo con Pregunta. Ya se "atrevieron" a publicarme un par de libros difíciles de encasillar. El entendimiento con Reyes y con David es absoluto. Ellos me dejan hacer, de la misma manera en la que yo estoy atento a sus sugerencias. El libro, al final, es de alguna manera, de todos.

-Amigo, ¿nos puedes dar alguna pista de aquello en lo que andas trabajando ahora?

-Es fácil: en breve aparecerá otro libro, que también tiene que ver con estos asuntos. Aparecerá en primavera con la editorial madrileña Fórcola, de Javier Jiménez, con quien también he trabajado codo con codo en varios libros anteriores. En este caso intento aproximarme a la figura Kafka como caminante y como padre de numerosos personajes igual de deambuladores.

 

 

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Cazarabet

Mas de las Matas (Teruel)

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