Cazarabet conversa con... Juan
Villalba Sebastián, autor de “Albarracín. Un viaje en el tiempo” (Pregunta)
Editorial
Pregunta con el prólogo de Antón Castro nos acerca a un Juan Villalba Sebastián
que nos sumerge en una especie de máquina del tiempo a la ir, estar y
sumergirse en un entorno tan bello como histórico donde se dan cita los
personajes de más peso…
Lo que piensa
la editorial del libro: El escritor Juan Villalba Sebastián recorre las calles
de Albarracín, uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Teruel,
posando su mirada en los acontecimientos históricos más importantes sucedidos
allí y en sus personalidades más célebres. Todo ello, de la mano de un
actor-viajero en una travesía alrededor de la memoria, en busca de la explosión
candorosa de un primer amor.
La sinopsis
del libro: Cada año, la localidad turolense de Albarracín es elegida por
viajeros, expertos y turistas que la visitan como un enclave único, mágico e
incomparable.
Siguiendo los pasos de un personaje, un actor-viajero, que camina entre la
realidad y el ensueño, el escritor Juan Villalba Sebastián va posando su mirada
por las calles de Albarracín, por los acontecimientos históricos y las
personalidades más célebres. Recorremos, así, diversas travesías por sus
calles: una, alrededor de la memoria, en busca de la explosión candorosa de un
primer amor; otra, hacia los paisanos y los fantasmas (Albarracín, ya se sabe,
es un lugar de espectros y apariciones); y otra más, en torno a sus edificios
más destacados, como la catedral o el antiguo Palacio Episcopal, hoy sede de la
Fundación Santa María, tan activa en su programación cultural.
Un libro que es un viaje en el tiempo.
El prólogo,
como todo lo que hace Antón Castro, es punto y aparte por eso, también merece
“punto y aparte” su trayectoria: Antón Castro (Santa Mariña
de Lañas, Arteixo, A Coruña, 1959) reside en Zaragoza desde el otoño de 1978.
Ha publicado una treintena de libros de narrativa y poesía, de periodismo,
biografías y ensayos. En Destino publicó cuatro libros de narrativa; en 2011 Xordica reeditaba El testamento de amor de Patricio Julve, de cuentos. En 2012 vio la luz la novela Cariñena,
recuperada en Pregunta en 2018 con una nueva edición revisada y ampliada. En
2013 firmó El dibujante de relatos (Pregunta), con dibujos de Juan
Tudela. Es autor de los poemarios Vivir del aire (Olifante, 2010), El
paseo en bicicleta (Olifante, 2011), Seducción (Olifante, 2014), El
musgo del bosque (Prensas Universitarias de Zaragoza, 2016), Vino del
mar (Olifante, 2019) y El cazador de ángeles (Olifante, 2021). Ha
publicado libros de literatura infantil y juvenil, como El niño, el viento y
el miedo (Nalvay, 2013), La leyenda de la
ciudad sumergida (Nalvay, 2014), y El tango de
Doroteo (Libros de Ida y Vuelta, 2017) ilustrados por Javier Hernández. Y
en 2017 reeditó una nueva edición, ampliada, de su libro de relatos Golpes
de mar (Ediciones del Viento), el libro de una vida. También publicó con el
naturalista y fotógrafo Eduardo Viñuales el volumen Aragón.
Excursiones a lugares mágicos (Sua). Pasaron
por aquí (Pregunta, 2019) recopila su serie de artículos periodísticos
sobre celebridades de las artes, las ciencias y el deporte que han visitado
Aragón y Diálogos en cautividad (Pregunta, 2023) es una serie de
entrevistas a personalidades del mundo de la cultura durante la pandemia de
coronavirus.
Ha trabajado en prensa escrita (El Día de Aragón, El Periódico de
Aragón y coordina desde 2002 el suplemento «Artes & Letras» de
Heraldo de Aragón) así como en radio y televisión (dirigió y presentó el
programa Borradores y condujo Sin cobertura, ambos en Aragón TV).
En 2013 recibió el Premio Nacional de Periodismo Cultural y en 2022 el Premio
Pilar Narvión por su trayectoria periodística. Ha
sido nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad de Zaragoza.
El autor,
Juan Villalba Sebastián: Juan Villalba Sebastián
(Sarrión, 1961) es escritor y profesor. Ha
publicado ensayos sobre cantantes de ópera: Juan García. El tenor de los
reyes (2010), Voces turolenses en la lírica I: Amable Leal Alegría y
Pascual Albero (2016), Voces turolenses en la lírica II: el bajo
Victoriano Redondo del Castillo, un Chaliapin
aragonés (2017) y Elvira de Hidalgo. De prima donna
a maestra de Maria Callas (Fórcola,
2021). Es autor de las biografías Clemente Pamplona. Del primer plano al
fundido en negro (2004) y Pedro Pablo Vicente Monzón. Maestro del siglo
XIX (2006); del libro de viajes Teruel. Otra dimensión (Pregunta,
2020) y Albarracín. Un viaje en el tiempo (Pregunta, 2023); de tres
libros de relatos, Cuarto menguante (Eclipsados, 2009), Fotogramas.
14 cuentos de cine (Muñoz Moya, 2015) y Relatos libertarios (Muñoz
Moya, 2019), y es autor también de la obra de teatro Chagas (Cooperativa
de Amigos del Libro de Teruel, 2023). Cuenta con numerosos artículos sobre
música y literatura. Colabora como crítico literario en la revista cultural Turia,
de cuyo consejo de redacción forma parte, en el suplemento cultural de Heraldo
de Aragón, «Artes & Letras», y en la revista Cabiria. Cuadernos de
cine. Es académico correspondiente de la Real Academia de Nobles y Bellas
Artes de San Luis y vicepresidente por Teruel de la Academia de las Artes del
Folclore y la Jota de Aragón.
Cazarabet
conversa con Juan Villalba Sebastián:
-Juan,
¿cómo es “presentar” a Albarracín desde ese “viaje en el tiempo”? ¿Por qué elegiste presentarnos a Albarracín de esta forma utilizando el
“cronos”?
-Este libro
es el resultado de ver y recordar, en el que se busca, al mismo tiempo, lo que
fue esta ciudad a partir de lo que hoy es y sugiere. Una impresión que parte de
los restos del pasado, lejano y cercano, y de la realidad del presente, pero
también de aquello que cuentan la historia, el arte, la arquitectura, la
música, la literatura, las leyendas, el cine, etc.; es decir, genéricamente mi
libro se puede clasificar como “libro de viajes”, pero en realidad ese viaje
encierra muchos viajes: físico, conociendo su patrimonio paseando por sus
calles, claro, pero también es un viaje por su cultura en todos sus aspectos:
historia, literatura, ciencia, música, pintura, fotografía, cine… Y en todos
los casos, siempre hay que mirar al pasado para sistematizar la información y
presentársela al lector cronológicamente ordenada.
Por otra
parte, para que toda la documentación manejada no pese tanto y haga demasiado
densa la lectura, he creado un marco narrativo sustentado en un “viaje
sentimental” del viajero protagonista, que además es actor y que vuelve a la
ciudad para recuperar un amor preadolescente que surgió cuarenta años atrás en
el rodaje de una película, me estoy refiriendo a Valentina (1982), por lo que aunque en ningún momento lo cito por
su nombre, todo el mundo entiende que se trata de Jorge Sanz, que en el film
encarna a Pepe Garcés, y aquí empiezan las cajas chinas o las muñecas rusas de
la historia, porque Pepe se enamora de la protagonista, Valentina, interpretada
por la en esos momentos todavía niña, Paloma Gómez. Algunos años más tarde,
ambos contraerían matrimonio y tuvieron incluso un hijo, para algún tiempo
después separarse. Desgraciadamente Paloma fallecería siendo todavía joven y
ese hecho es la espoleta que motiva el viaje. De este modo realidad y ficción
se confunden en la mente del viajero y en la narración.
-¿Cómo
ha llegado Albarracín a ser lo que es y desde qué punto de vista?
-Desde
cualquier punto de vista que mires Albarracín encontrarás belleza y una gran
singularidad que la hace única. Su patrimonio artístico, arquitectónico,
paisajístico, histórico, etc., es verdaderamente único y original, distinto,
como se dice en el libro: “Hay ciudades en el mundo que gozan de una leyenda,
de una mítica personal, de un extra de atracción a los ojos del común de los
mortales, y este interés legendario está basado en muy distintos elementos que
finalmente le otorgan un perfil propio, claramente identificado y con capacidad
de seducción sobre otras urbes, más modernas, más lógicas, más limpias, más
cosmopolitas, más iguales y uniformes […]”
Albarracín ha
llegado a conservar esa singular belleza por varias razones: su estratégica
ubicación geográfica que la hace casi inexpugnable, de ahí esa independencia
que mantuvo durante tantos siglos. Albarracín y su Sierra es un “país”, en
palabras de Martín Almagro es “una identidad política, histórica, social y
cultural con personalidad propia.”; esa especial situación también ha
contribuido a su despoblación y esto, paradójicamente, ha servido para su
progresivo abandono y al mismo tiempo conservación como un fósil patrimonial
varado en el tiempo o fuera de él. Por otra parte, ese túnel que la socava, ese
ojo de cíclope que nos mira cuando llegamos a sus pies, resultó fundamental
para que la otra solución técnica de continuar la carretera que atraviesa la
ciudad no supusiera la demolición de gran parte de su patrimonio si se hubiera
optado por subirla por su centro. Por último, la hermosa visión que en la
actualidad podemos contemplar es obra, sin duda, de la Fundación Santa María de
Albarracín y como precedente a su labor de conservación y restauración hay que
citar a la figura de Martín Almagro Bach, a quien se debe una primera fase de
consolidación y recuperación de numerosos inmuebles en ruinas tras la guerra
civil, tarea que continuaría años más tarde su hijo Antonio con intervenciones
en el recinto amurallado.
-¿Qué nos atrae
tanto de ciudades como Albarracín? Esa piedra, ese peso histórico, los
monumentos, sus murallas…
-Como ya he
señalado, a mi juicio, de Albarracín nos atrae todo en su conjunto. Como piensa
el viajero protagonista del libro, Albarracín “no es una ciudad, es un no
lugar, un limbo espacial, una irrealidad en la que uno se suspende y no desea
abandonar: no tiene ningún monumento inolvidable ni una reconocida gastronomía,
tampoco se han escrito grandes obras literarias sobre ella, pero sí todo
escritor que la visita tiene un recuerdo, un chispazo de impresión personal que
termina plasmando en su obra”.
-¿No
hay mejor manera de conocer Albarracín que adentrarse en sus calles y de
hacerlo, supongo, con silencio, sosiego…?, es la manera que has elegido tú…
-Desde luego,
yo y mis personajes. Creo que esa es la manera de visitar cualquier ciudad del
mundo, pero esta de manera especial, Albarracín es toneladas de silencio y
soledad acumuladas durante siglos y eso hay que disfrutarlo tal y como indicas.
De hecho, uno de los personajes con los que se encuentra el viajero, el
bibliófilo José Luis Melero, le dice: “Me gusta recorrer las ciudades sin
prisas, asistiendo a los ceremoniales imprevistos de la vida en el lugar,
contemplando la hermosura de algunos edificios, sus portales, sus balcones y
terrazas, aspirando el frescor de las calles recién regadas…”
-Desde este marco te adentras,
además en personas y en la interacción con el escenario que es lo que, junto
con otros factores, dan como resultado final la historia de presentación de ese
Albarracín tan auténtico que llevamos dentro...
-El viajero
se va encontrando con personajes, algunos reales y otros inventados, que son
quienes le van explicando todos los aspectos relativos a la historia y cultura
de la ciudad. Así, por ejemplo, las grandes restauraciones llevadas a cabo
están puestas en boca de quien mejor las conoce, el director gerente de la
Fundación, Antonio Jiménez; el apartado musical lo hace el compositor albarracinense Julio Mengod,
autor de sintonías de programas televisivos tan populares para los que ya
lucimos canas como Un globo, dos globos,
tres globos; las guerras y batallas, el fotoperiodista de conflicto y
crisis humanitarias, Gervasio Sánchez, etc.
-Lugares como Albarracín o como
otros lugares de patrimonio cultural, natural… me da miedo que tengan el peligro,
y serio, de “morir de éxito”, me pregunto cómo se puede, podemos y debemos
proteger a Albarracín de sufrir este fenómeno… —porque soy de la opinión de que
lo de cuidar los entornos nos concierne a todos—
-Ese es el
gran reto de ciudades y paisajes como estos. Me consta que en ello está la
Fundación Santa María. Su objetivo no es ni mucho menos un turismo de masas, la
ciudad no lo soportaría, sino un turismo cultural respetuoso con el medio e
interesado por la cultura que se mantenga en el tiempo y rompa con la
estacionalidad que supone ese otro populoso y vacacional que, sin despreciarlo,
supone un peligro cierto para su preservación en el tiempo. La receta no es
fácil, pero creo que el trabajo de la citada Fundación —si se le hace caso a
sus advertencias y a las medidas que se deben adoptar— contribuirá a regular
ese peligroso flujo de masas que mencionas.
-Albarracín,
¿cómo debe de presentarse más allá de su potencial histórico, natural,
etnológico, cultural…?
-Albarracín
no es un mero decorado de cartón piedra ni un simple destino con encanto, sino
un lugar con alma, un espacio con vida propia y méritos de todo tipo.
-Además, si es que se puede sumar
más… ¿es que Albarracín es bella en todos los sentidos de “la belleza” cuando
nos referimos a una ciudad?
-Como afirma
un personaje se trata de un lugar “insólito, novelesco y habitable”.
-Personalmente, ¿qué te apasiona
de Albarracín? ¿Y por qué crees, que todos y todas deberíamos de visitar la
ciudad al menos una vez en la vida?, porque Albarracín tiene cosas para todo
tipo de gente, ¿verdad?
-En
Albarracín veo una joya monumental y paisajística, ejemplo de conservación del
patrimonio a nivel mundial. De algún modo, cuando empecé a escribir sobre ella
buscaba algo real, pero al final me encontré con Brigadoom,
esa mítica aldea escocesa que por un hechizo despertaba una noche cada cien
años, “un sueño de geología y urbanismo dormido a la espera de la misma
resurrección”, como la definió el escritor Vázquez Montalbán; es decir, al
final, mi mirada se convierte en una exploración que es sobre todo una
evocación, un sueño personal, como son casi todas las ciudades míticas de la
historia.
Efectivamente,
la ciudad y su entorno tienen encantos y atractivos para todo tipo de gentes y
edades: paseos por la naturaleza, excelentes lugares de escalada, micología, lepidopterología, pesca y caza, historia y patrimonio, etc.
También los más pequeños pueden disfrutar a lo grande visitando la sede de
Dinópolis o su Museo de Juguetes.
-Se sabe “vender” bien Albarracín?
-Para mí sí,
siempre y cuando se sigan las directrices que se marcan desde la Fundación.
-¿Parte
del secreto de su éxito lo tiene la Fundación Santa María?
-Ya lo hemos
comentado. La labor de la Fundación resulta fundamental en todos los aspectos,
no solo en la conservación y restauración del patrimonio que gestiona, el cual
sirve de ejemplo para las viviendas privadas, sino en la dinamización de esos
edificios a los que dota de vida a lo largo de todo el año con el fin de romper
estacionalidades y lograr un turismo continuado y selectivo. Así organiza
cursos, seminarios, congresos, exposiciones pictóricas y fotográficas, junto
con una nutrida actividad musical de conciertos.
-¿Cómo
ha estado trabajar en la documentación y si has tenido que indagar, investigar
sobre la ciudad y sus diferentes tiempos y épocas?
-Sí, claro,
han sido dos años para reunir la documentación y la bibliografía, visitar la
ciudad en varias ocasiones y hablar con gente que me ha ayudado, en especial
Antonio Jiménez, cuya colaboración ha sido de gran valor.
-Trabajar con Pregunta Ediciones
es siempre sinónimo de calidad en el resultado final, pero también de
"buen hacer" por parte de los editores, de cercanía...
-Así es, este
es mi segundo libro con ellos y espero que no sea el último. Me gusta el
resultado final en todo lo relativo a su presentación: portada, tipografía,
apoyo gráfico (debo señalar a este respecto que el libro lleva mucha
fotografía, tanto actual como histórica). También la distribución es muy buena.
Y luego está el lado humano de David y Reyes, los editores, jóvenes
pero con experiencia, próximos y atentos para con el escritor. Yo, la verdad,
estoy francamente satisfecho con su trato.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)