La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Sergio Royo,
autor de “Viviendo en tiempo brutal” (Pregunta)
Sergio Royo, gracias a Editorial
Pregunta (con quien repite después de El dolor del cristal), nos hace llegar otra
“carga” de relatos que harán mella en nuestra línea de flotación de la sensibilidad humana, pero es que, además tal
como crece como relatista hace que, cada vez, nos
vayamos preguntamos más cuestiones o cosas…
La portada de la editorial es muy
elocuente desde el trazo de Fernando Samper.
Lo que nos cuenta la Editorial
Pregunta de este libro de relatos:
Los tiempos están cambiando. La incertidumbre se apodera del
mundo. Todo se vuelve más salvaje, más brutal. Y la literatura debe ser reflejo fiel de
su tiempo.
Por eso,
en Viviendo en tiempo brutal, su segundo libro, Sergio
Royo nos ofrece un conjunto de historias en las que esa incertidumbre
se apodera de los personajes, de sus emociones, de sus vivencias. Cómo reaccionar ante lo que nunca imaginaste que ocurriría. Cómo
enfrentar lo inesperado. Hacia dónde ir cuando
tu vida cambia de rumbo sin consultarte.
Unos relatos
que transpiran madurez, hondura y reflexiones, pero también
toques de humor, y que nos hacen ver el valor de lo cotidiano y apreciar lo que
tenemos, lo que nos hace ser quienes somos.
La portada del libro es de Fernando
Samper.
El autor:
Este zaragozano tiene dos
pasiones que trata de compaginar de la mejor de las maneras: el mundo de la
enseñanza y el de la literatura. Hoy por hoy da clases de inglés y de Lengua
Castellana, aunque sigue completando estudios de inglés. Su medio son las
letras y El dolor del cristal es su primera novela.
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/eldolordelcristal.htm
Cazarabet conversa con Sergio Royo:
-Sergio, ¿cuánto de los
relatos que componen este libro arrastran como lazos sueltos que fuiste
soltando en tu primera incursión, El dolor del cristal?
-Diría que ninguno, en el dolor del cristal miré mucho
hacia dentro, casi demasiado. Un tono más personal, más dulce, más interior.
Aquí me distancio algo, incluso de sí mismo. Es necesario distanciarse de uno
mismo para ganar perspectiva.
-Me da que aquellos relatos rompían tu silencio como relatista y escritor y que estos “te asientan”…. ¿qué nos
puedes reflexionar?
-Creo que es cierto. En el primer libro hay una
búsqueda de lo correcto, aquí no necesariamente. He sido más libre, más
arriesgado, menos considerado en la creación de estos
cuentas. Eso supongo que conlleva un proceso de asentamiento.
-Y es que es verdad, vivimos en días, horas, minutos,
segundos brutales, bruscos…casi ariscos en los que se rompen confianzas,
esperanzas, corazones…un poco de nosotros en cada minuto o en cada segundo de
nuestros días, ¿lo ves así y así lo has querido reflejar?
-Definitivamente. Suena muy mascado, pero en un
segundo todo cambia –aunque puede que nada cambie-. Somos capaces de destruir
sentimientos en un acto de impulsividad, y pasarnos meses intentando recomponer
lo que dura un segundo. Y, a veces, incluso lo conseguimos.
-¿Piensas cada vez más como un escritor? ; ¿ vas cogiendo nota de ideas y demás porque esta colección
de relatos es muy del tiempo actual, ese que tú calificas, creo muy
acertadamente, de real…?
-Sí. Es una forma de ver la vida. Observo, apunto citas,
me quedo con conversaciones, reflexiono. No me entiendo si no es así. A veces
es maravilloso. Otras una putada, cuesta bajar el nivel de intensidad. Pero no
sé renunciar a lo que creo que soy.
-Crees que cómplice de esa brutalidad es “la
velocidad” en la que vivimos o sobrevivimos?
-Puede ser, no lo tengo claro. Que el mundo va
demasiado rápido es obvio. Hace diez años Instagram
hubiera sido impensable. Hace 8 WhatsApp una utopía.
Me asusta la velocidad de todo, a pesar de ser joven. Siento que de algún modo
me he bajado de ese carro. Aún así, la brutalidad siempre ha estado ahí, por
eso establezco el paralelismo entre los tiempos de Baroja y los nuestros.
-Digo lo de sobrevivir porque a veces de da la
impresión que, más que vivir, sobrevivimos, ¿no? y en tus relatos, en todos,
eso se hace notar y mucho…..
-“Vamos aguantando”, decía mi abuelo siempre. Tengo la
frase tatuada en el brazo derecho. No tengo más que decir al respecto.
-La brutalidad más que ir con el tiempo viene con
nosotros, ¿no?; además siempre ha habido brutalidad, pero hoy más que ayer pero
menos que mañana….
-Seguro. Que la humanidad en el sentido de cariño y
respeto hacia el otro va a menos es una evidencia. Me gusta mucho reflexionar
que vivimos en una sociedad "hematoma". Todo parece está bien,
falsamente, pero basta el más mínimo roce, el más mínimo choque de intereses
para que nos desborde la sangre. Las polémicas en redes sociales son un ejemplo.
-Enlazando con alguna pregunta anterior: ¿somos más
brutales porque las enseñanzas de la vida, con el paso del tiempo, nos hacen
así?
-Somos seres brutales, y ya. Tenemos la capacidad de
hacer daño, de ser egoístas, de mirar solo nuestro ombligo. Pero a veces
también somos capaces de cosas maravillosas, y el “brutal” tiene un matiz
más positivo. Creo que ese doble juego me impresionó del verso de Baroja.
-Creo que este es un conjunto de relatos, otra vez,
pero quizás hasta un poco más muy, muy “de narrativa”….
-Seguro. Hay más historias, alguna con tintes de
realismo mágico, hay más mirada hacia el exterior. Estamos hechos de historias,
y me siento muy cómodo contándolas.
-Los personajes tienen un peso fundamental e
indispensable, pero es a la vez tan presente como sutil, ¿cómo lo
ves?
-Agradezco mucho esa pregunta. Los personajes son anecdóticos,
de algún modo. Sienten cosas que puedo sentir yo, tú, cualquier persona. Me
interesa lo que se esconde detrás del personaje, más que los rasgos del mismo.
-Así le das tiempo tanto al escritor que eres tú como
a los lectores a recrear los escenarios, los lugares, las tramas…
-Crear ambiente es necesario. Tanto o más que ver al
personaje. Y cuando una escena me interesa, me recreo mucho (tal vez demasiado)
en describirla.
-¿Por qué vivimos inmersos en “tiempos brutales”,
porque, de hecho, creo de que así es…?. Somos más de todo, pero nos
da cierta malentendida timidez admitir que en nosotras y nosotros hay bondad y
“armas” para hacer frente a los peores demonios: el egoísmo, la falta de
empatía, la brusquedad, el resquemor, los rencores, la hipocresía, la ambición,
los celos…
-Antes lo he dicho, creo. Somos capaces de lo mejor y
de lo peor, y eso en realidad es fascinante en el género humano. Por eso hay de
todo en este conjunto de relatos. Hay inseguridad y ternura, hay amor y
desamor, hay empatía y olvido. Ojalá nuestros tiempos fueran menos brutales,
pero queda mucho camino por recorrer.
-Serán tiempos brutales, sí; pero protagonizados por
“seres brutales”. ¿Es así, no?
-En las dos acepciones (que al menos conozco y uso) de
la palabra. Hay gente brutal y gente BRUTAL. Los segundos seres te salvan de
los primeros, o viceversa.
-Atisbo muchos silencios, pocos diálogos, poca
sinceridad, pocas manos en el hombro que nos ayuden a salir de los muchos
baches…En cierta manera, son componentes del círculo que hacen que nuestros
días sean “brutales”…
-Las dobles caras, los silencios, la actuación y el
secretismo son los temas principales del libro. Junto a ello el cambio. Me
interesan en cambio esas dobles vida. No todo puede ser lo que ven nuestros
ojos, ¿no?
-Amigo, ¿qué metodología de trabajo sigues porque eres
productivo, pero tus relatos son y están muy, muy trabajados; además de
debidamente corregidos. Otra vez leídos, pensados y corregidos…me da que eres
de un minucioso casi enfermizo; personalmente estas cosas me producen ansiedad.
¿Cómo lo vives tú?
-Sin
ansiedad, de verdad. Escribir me hace libre y solo me siento ansioso cuando no
encuentro el hueco, la inspiración, las ganas de hacerlo. El escribir lento o
ser minucioso no me preocupa. Quiero que lo que escribo quede y suene bonito,
musical. Es lo primero que me preocupa. A partir de ahí, que los lectores
construyan... y sientan..si puede ser que sientan. Eso
es todo a lo que aspiramos.
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