La
Librería de El Sueño Igualitario
Héctor Alonso García
acaba de publicar con el departamento de publicaciones de la Universitat de València, dentro
de su colección, Història i memoria del Franquisme un libro de gran valúa que narra la lealtad de un militar en los
primeros días de la guerra en que la zona donde estaba destinado el coronel Puigdengolas (Badajoz)
fue “ganada” por los golpistas que avanzaron hacia Extremadura sin casi
encontrar oposición. El libro es importante porque, todavía hoy, “vemos” a los
que fueron militares o les “concebimos”
como si fuesen todos iguales y partícipes de aquel golpe, como cómplices de una
traición a un Estado al que le habían jurado lealtad. Cuando estalló la guerra Puigdengolas era Gobernador militar de Badajoz y todos ,
ya, sabemos poco más o menos lo que pasó en los primeros días de la guerra en
Badajoz, fue ganada a golpe de escarmiento, sangre y miedo por los alzados bajo
las arengas radiofónicas de Queipo de Llano y actuando sobre “el mapa de guerra y de
ocupación” el teniente coronel Yagüe (los dos africanistas como Franco) que
sembró auténtico pánico entre la población. Este libro nos cuenta, aunque ha
levantado muchas discusiones entre los historiadores, cómo y de qué manera Puigdengolas
plantó cara a los militares rebeldes y africanistas.
Este libro como muchos de
los que editan los diferentes departamentos de publicaciones de las diferentes
universidades forma parte de una tesina en la que Héctor Alonso García
“trabajó” los manuscritos que dejó escritos el coronel Puigdengolas
y que fueron legados, pasando de generación en generación…hasta llegar a los
bisnietos que son los que lo han compartido con él. Los manuscritos de Puigdengolas parece ser que fueron escritos por éste,
íntegramente, en su estancia en Caxias (Portugal)
porque sentía desde lo más hondo auto exculparse porque él como responsable, en
lo militar, de Badajoz había querido mantener la plaza, pero no pudo de ninguna
manera…..En alguna carta, Puigdengolas arremete, de
manera especial contra la aptitud y la actitud de la Benemérita…los manuscritos
iban o fueron dirigidos a su cuñado,
Luis Martínez, miembro del PSOE.
http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Badajoz_(1936)
http://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Badajoz
http://guerracivildiadia.blogspot.com.es/2012/09/juan-yague-blanco-1891-1952.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Ildefonso_Puigdendolas
Discusiones sobre la muerte
de Puigdengolas:
http://badajozylaguerraincivil.blogspot.com.es/2014/05/puigdengolas-ni-heroe-ni-villano.html
http://josemarialama.blogspot.com.es/2006/09/puigdengolas.html
Aquello que nos dice el
Departamento de Publicaciones de la Universitat de València sobre el libro de un hombre, simple y llanamente,
leal:
El coronel Ildefonso Puigdengolas
Ponce de León (1876-1936) fue un veterano que luchó en Cuba y Marruecos y
desarrolló su historial en el Cuerpo de Seguridad, institución policial de la
Segunda República. Bien considerado por los políticos republicanos, fue
nombrado gobernador militar de Badajoz, ciudad que fue tomada por las fuerzas
sublevadas. Las verdaderas circunstancias de la caída de Badajoz han estado
ocultas hasta hace muy poco por la prensa-propaganda de la época, que escondió
y deformó lo que realmente sucedió. Del máximo responsable militar de la
defensa de Badajoz no sabíamos casi nada y muchos de los datos que circulaban
sobre él eran difusos y contradictorios. Este libro aporta información nueva
sobre su vida y su personalidad, pero también desmiente falsedades vertidas
sobre este militar y el que fue el episodio más importante de su carrera.
Héctor Alonso Garcia, nació en
Valencia en 1972 y es doctor en Geografía e Historia por la Universitat
de València, con la especialidad en historia
contemporánea. Actualmente es profesor de secundaria. Ha sido becario en
trabajos de investigación y es autor de varios artículos sobre su principal
línea de trabajo, la historia militar, así como contribuir con sus
conocimientos en algunos congresos. Hoy por hoy trabaja en una monografía sobre
la Columna de Hierro.
Cazarabet conversa con Héctor
Alonso García.
-Héctor, amigo, ¿por qué un libro sobre el
Gobernador Militar en Badajoz?.
-Porque
aunque pareciese lo contrario no sabíamos mucho de él, abundaban las lagunas y además
lo que encontrabas era a menudo contradictorio pues la prensa-propaganda de
guerra dio versiones para todos los gustos sobre su personalidad y sobre lo
sucedido en Badajoz, lo que fue sin duda el principal episodio de su vida
militar.
-Por cierto, aunque desde la distancia temporal sea
muy cómodo preguntarlo: ¿por qué le fue tan difícil mantener la autoridad entre
los militares…en especial el cuerpo de la Benemérita?.
-Cuando
el coronel Puigdengolas llegó a Badajoz en realidad
la sublevación estaba descabezada, sin su principal mando que era el comandante
Manuel Matallana puesto que había sido enviado a
Madrid. Puigdengolas hizo lo más eficaz que podía
hacer entonces, enviar a los otros militares desleales lejos de allí e intentar
que los tibios se mantuviesen leales a Madrid. Lo consiguió al principio pero,
a la hora de la verdad, en cuanto vieron la oportunidad con unas ciertas
garantías de éxito cada militar -o guardia - actuó de acuerdo a sus
convicciones. Los guardias civiles se sublevaron el 6 de agosto junto a unos
pocos guardias de Seguridad porque creyeron que las columnas de Sevilla
llegarían pronto a Badajoz pero les fallaron los cálculos. Además hay que tener
muy presente que en el cuartel había un buen número de guardias civiles de los
pueblos de la línea que habían intentado sublevarse ya anteriormente.
Finalmente la sublevación de los guardias acabó mal para ellos y fueron
dominados porque era imposible resistir mucho tiempo el durísimo ataque que
recibieron. Aquí no hubo un nuevo alcázar toledano o un nuevo santuario de
Santa María de la Cabeza y todos los guardias fueron detenidos y encarcelados
aunque estuvieron poco tiempo en la prisión pues el día 14 cayó Badajoz. En
general la idea fundamental del libro -ya defendida en otros trabajos
publicados recientemente- es que buena parte de los militares, guardias de
Asalto y casi todos los guardias civiles no simpatizaban con el gobierno y en
cuanto pudieron se sublevaron o desertaron, muchos en el fragor de la batalla.
Con todo, el cuerpo más desleal fue el de la Guardia Civil pero no fue el
único. Otra cuestión es la de los propios milicianos que hubo en Badajoz -la
mayoría de los pueblos de la provincia- que se fueron concentrando en la
capital pacense desde los primeros días después del 18 de julio pero que
clarísimamente se acabaron volviendo a sus pueblos a los pocos días sin
colaborar en la defensa cuando se produjo el asalto de las columnas mandadas
por Yagüe. Esta cuestión está muy clara en los manuscritos que dejó el coronel
después y han sido refrendados por la investigación. Todavía hace unos pocos
días en que estaba en Madrid consultando sumarísimos encontré por casualidad un
expediente de un minero de Azuaga que declaró que
estuvo en Badajoz los primeros días de agosto ayudando a hacer bombas de mano
con latas de leche condensada y de tomate vacías pero que como tantos otros, se
volvió a su pueblo sólo unos días antes del 14 de agosto.
-Yo creo que no le hacía falta
eso de “auto exculparse”, con la escritura de los manuscritos y cartas, que ya
había obrado, sobradamente, con su ejemplo, pero los militares puede que sean
gente que se rigen como por otros caminos y, bueno, en fin….tuvo esa
necesidad…¿Qué nos puedes comentar?.
-En
realidad cuando se perdió Badajoz aquello fue un golpe muy duro pues fue la
primera ciudad de importancia -una capital de provincia- que se había perdido
al asalto. El coronel Ildefonso Puigdengolas era un
militar indudablemente leal al gobierno madrileño y al Frente Popular y tenía
una larga carrera forjada en Cuba -donde estuvo desde los primeros días de
guerra hasta el último- y en Marruecos. Nadie ponía en duda sus virtudes
militares. Conocía muy bien el mando y de hecho buena parte de su carrera la
desarrolló en el Cuerpo de Seguridad donde era respetado. Era republicano pero
"de orden", no un revolucionario. Tenía además su carácter, aspecto
este que ha quedado muy claro y definido en el libro. La prensa-propaganda de
guerra, de los dos bandos no dejó a Puigdengolas en
buen lugar. Unos porque evidentemente le tenían un odio visceral al
considerarlo un traidor y un rival peligroso al que hubieran querido tener de
su parte y del que suponían iba a causarles muchos problemas en Badajoz. De
hecho Puigdengolas dejó muy claro en sus escritos que
si la defensa se hubiese desarrollado según lo previsto y los milicianos y
militares se hubiesen mantenido en sus puestos con lealtad por unos y
responsabilidad por otros, Badajoz no hubiese caído. Cuando se produjo la
pérdida de la ciudad fue muy incómodo para el gobierno madrileño reconocer las
verdaderas causas de la pérdida de la ciudad y lo que hicieron fue simplemente
achacarla a otras circunstancias. Otros -como los comunistas- prefirieron
echarle la culpa directamente al jefe militar de la ciudad porque les interesaba
hacerlo así. En general, cuando consultamos los medios de la época vemos que
los primeros días después del 14 de agosto se negó la pérdida de la capital
extremeña y cuando se reconoció no se dijo nada de la deslealtad de buena parte
de los militares o de la actitud negativa que tuvieron la mayoría de milicianos
y sus jefes políticos. Tampoco se reconocieron por supuesto errores por parte
del gobierno, que indudablemente los hubo y están explicados en el libro, como
el retraso en enviar a su aviación cuando ésta dominaba claramente los cielos
españoles.
-Tú que has hablado con nietos, bisnietos….y que sabes y mucho de toda
su vida ¿Cómo lo definirías como persona?.
-Sobre
todo fue una persona de carácter muy fuerte. Por sus circunstancias familiares
fue ante todo una persona muy decidida que no se dejaba cohibir por nadie. Este
carácter era evidente y estuvo presente en sus actuaciones desde que era un
joven de 19 años y se fue voluntario falsificando el permiso materno a luchar a
Cuba, luego al estar involucrado en varios duelos a pistola, en su
comportamiento como oficial, etc. Este carácter lo mantenía cuando a sus 60
años se vio envuelto en la guerra civil. Siguió actuando de acuerdo a su manera
de ser, todas sus actuaciones fueron coherentes, hasta la que le costó la vida.
-Vamos poco a poco, para que nuestro lector conozca
un poco mejor tu libro, haga un poco “de boca”:¿cómo fue Puigdengolas
como militar?
- Fue un
profesional, por encima de todo lo demás. Aunque sus ideas políticas eran de
izquierdas y pudieran chocar con los valores tradicionales de los militares más
conservadores lo cierto es que Puigdengolas valoraba
por encima de todo lo demás la obediencia y la disciplina militar aunque fuese
poco dado a las cuestiones más "estéticas" de la vida de los
militares. Por eso cuando lo envían a Badajoz sabía perfectamente qué hacer y
cómo organizar la defensa. No duda ni titubea. Sin embargo pronto se desesperó
al ver en la batalla que hubo en los Santos de Maimona que la deslealtad, el
sabotaje y la desobediencia echaban todo su trabajo por la borda. Esto se
repitió a los pocos días en Badajoz e hizo caer a Puigdengolas
en el mayor pesimismo tal y como expresó en sus cartas y notas escritas en
Portugal. Por eso, cuando regresó a España y se reincorporó al ejército tenía
muy claro que no iba a permitir que nadie echase a perder su labor y por eso
actuó como actuó. Eso le acabó, como ya he dicho, costando la vida.
-Cuando es nombrado Gobernador Militar de Badajoz y
estalla la guerra y ve perder la plaza…marcha a Portugal, pero deja mucho
atrás, además de la batalla perdida…me refiero a la masacre, al dolor, a los
valores perdidos, ver traiciones….¿qué nos puedes comentar?.
Lo primero que he querido explicar es que Puigdengolas
no huyó a Portugal antes de que se produjese el ataque. Esto fue una de las
acusaciones más graves que se le hicieron por parte de la prensa-propaganda del
bando nacional porque lo tacharon de cobarde cuando lo cierto es que el coronel
fue uno de los últimos en "abandonar el barco". Hubo pocos militares
y políticos que así lo hicieran aunque algunos otros ni siquiera pudieron
escapar de la ciudad y fueron capturados o muertos en el asalto. Puigdengolas escapó de Badajoz, por supuesto, pero sólo
cuando ya estaban los legionarios y Regulares dentro de la murallas,
combatiendo por las casas. Eso queda demostrado en el libro. La salida del
coronel se produjo por la iniciativa de su chofer aunque él ya había decidido
que estaba todo perdido y era ya sólo cuestión de salvar la vida. Su chofer,
simpatizante con los nacionales por cierto, horrorizado salvó su vida y la de
coronel huyendo a todo gas con el coche por el puente de Palmas, un puente que
por cierto fue dejado como vía de escape por los atacantes que no tenían muy
claro en un principio que vayasen a tomar la ciudad y
prefirieron que quien quisiera abandonarla lo hiciera sin causarles ningún
problema. Para ellos mismo la toma de la ciudad fue una sorpresa y creo que
Franco fue el primer sorprendido de aquella noticia.
Con respecto
a la cuestión de la represión en Badajoz, Puigdengolas
no asistió a ella porque como explico escapó de la ciudad y no pudo ser testigo
de la misma. Es por esto que no he trabajado esto en el libro aunque la
represión fue durísima, desproporcionada, como en los primeros días de guerra
era habitual. Otra cosa sería ponerle cifras pero como digo eso es otra
cuestión en la que yo no he querido entrar ni tenía por qué hacerlo pues se
escapaba a los contenidos de mi libro.
-Decide volver, después, a luchar por la lealtad
que le debía a la República, sabiendo que le esperaba un periplo bastante
ajetreado ¿Cómo fue?
-Puigdengolas estando en Portugal había perdido toda
esperanza de regresar a España. Así se lo dice a su mujer en una de las cartas
que le envió por personas "de confianza". El que finalmente le diesen
la opción de embarcar para regresar a España debió sorprenderle mucho. Al
llegar a España por el puerto de Tarragona, lo primero que hizo fue visitar a
su mujer e hijo en Valencia pero enseguida fue a Madrid a dar explicaciones de
lo de Badajoz. En Madrid ya se sabía mucho de lo que había realmente pasado
allí y tampoco sorprendería mucho lo que el coronel les contase. Enseguida se
le encomendaron nuevos puestos de mando y fueron de la máxima responsabilidad,
en la defensa de Madrid. Lo siguiente que sabemos de él es su muerte que por
cierto también estuvo envuelta en el mayor oscurantismo.
-Pero ¿cómo terminó sus días… por qué su muerte está tan rodeada de
dudas, interrogantes?.
-Como
sucedió con la batalla de Badajoz la muerte de Puigdengolas
fue otro episodio incómodo que hubo que ocultar a la opinión pública de la zona
leal a Madrid. En realidad si conocemos los detalles de su muerte es por el
testimonio de Ángel Lamas Arroyo, un militar simpatizante con los nacionales
que estuvo presente en el momento de su muerte. Esto hizo que para muchos fuese
considerado un episodio posiblemente "manipulado" para dar la peor
imagen posible del bando republicano. Los testimonios orales de la familia Puigdengolas al respecto y la hoja de firmas del funeral
del coronel apoyaron la versión de lo realmente sucedido que coincide con lo
que explicó Ángel Lamas.
-¿Cómo fue el proceso de documentación y la
metodología de trabajo?. ¿Qué valor le das a las entrevistas, en directo, con
los familiares y demás…?.
-Partí de
la documentación de la familia que me ha sido de gran utilidad porque aportó
muchos datos de su carrera militar. La hoja de servicios del coronel que se
custodia en el Archivo militar de Segovia está incompleta y se interrumpe
durante la república así que tuve que ir completando su historial militar con
los Diarios Oficiales correspondientes. He hecho un análisis de prensa y
bibliografía para hacer el seguimiento de la carrera militar y para ver qué se
dijo entonces sobre lo sucedido en Badajoz tanto de uno como del otro bando. La
documentación de la Causa General ha sido también aportada para aclarar algunos
aspectos de la represión republicana en la provincia. La documentación del
archivo general militar de Ávila también aportó algunos detalles de las
operaciones. Todas estas fuentes están oportunamente citadas a lo largo del
texto del libro.
Con
respecto a la documentación y testimonios de la familia Puigdengolas,
la documentación ha sido fundamental pero
los testimonios han sido complementarios pues su valor era testimonial. La
aportación de la familia ha sido también fundamental para la parte gráfica al
facilitarme las escasas imágenes del coronel que se conservan y sobre todo para
aclarar lo sucedido en Badajoz gracias a los manuscritos privados que envió a
su cuñado y a las cartas que envió a su mujer. También de gran importancia
testimonial han sido los documentos originales que están reproducidos en el
libro.
Gelería fotográfica sobre el coronel Puigdengolas:
http://episodiosnacionales.es/sample-page/
17075
El coronel Puigdengolas y la batalla de Badajoz (agosto de 1936). Héctor Alonso García
362 páginas 16 x 24 cms.
22,00 euros
Universitat de València
El coronel Ildefonso Puigdengolas Ponce de León (1876-1936) fue un veterano que
luchó en Cuba y Marruecos y desarrolló su historial en el Cuerpo de Seguridad,
institución policial de la Segunda República. Bien considerado por los
políticos republicanos, fue nombrado gobernador militar de Badajoz, ciudad que
fue tomada por las fuerzas sublevadas. Las verdaderas circunstancias de la
caída de Badajoz han estado ocultas hasta hace muy poco por la
prensa-propaganda de la época, que escondió y deformó lo que realmente sucedió.
Del máximo responsable militar de la defensa de Badajoz no sabíamos casi nada y
muchos de los datos que circulaban sobre él eran difusos y contradictorios.
Este libro aporta información nueva sobre su vida y su personalidad, pero
también desmiente falsedades vertidas sobre este militar y el que fue el episodio
más importante de su carrera.
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