La Librería de El Sueño Igualitario

Cazarabet conversa con...   Héctor Alonso García, autor de "El coronel Puigdengolas y la batalla de Badajoz (agosto de 1936)" (Universitat de València).

 

978-84-370-9345-1_3254.jpgHéctor Alonso García acaba de publicar con el departamento de publicaciones de la Universitat de València, dentro de su colección, Història i memoria del Franquisme un libro de gran valúa  que narra la lealtad de un militar en los primeros días de la guerra en que la zona donde estaba destinado el coronel Puigdengolas (Badajoz)  fue “ganada” por los golpistas que avanzaron hacia Extremadura sin casi encontrar oposición. El libro es importante porque, todavía hoy, “vemos” a los que fueron  militares o les “concebimos” como si fuesen todos iguales y partícipes de aquel golpe, como cómplices de una traición a un Estado al que le habían jurado lealtad. Cuando estalló la guerra Puigdengolas era Gobernador militar de Badajoz y todos , ya, sabemos poco más o menos lo que pasó en los primeros días de la guerra en Badajoz, fue ganada a golpe de escarmiento, sangre y miedo por los alzados bajo las arengas radiofónicas de  Queipo de Llano y actuando sobre “el mapa de guerra y de ocupación” el teniente coronel Yagüe (los dos africanistas como Franco) que sembró auténtico pánico entre la población. Este libro nos cuenta, aunque ha levantado muchas discusiones entre los historiadores,  cómo y de qué manera Puigdengolas plantó cara a los militares rebeldes y africanistas.

Este libro como muchos de los que editan los diferentes departamentos de publicaciones de las diferentes universidades forma parte de una tesina en la que Héctor Alonso García “trabajó” los manuscritos que dejó escritos el coronel Puigdengolas y que fueron legados, pasando de generación en generación…hasta llegar a los bisnietos que son los que lo han compartido con él. Los manuscritos de Puigdengolas parece ser que fueron escritos por éste, íntegramente, en su estancia en Caxias (Portugal) porque sentía desde lo más hondo auto exculparse porque él como responsable, en lo militar, de Badajoz había querido mantener la plaza, pero no pudo de ninguna manera…..En alguna carta, Puigdengolas arremete, de manera especial contra la aptitud y la actitud de la Benemérita…los manuscritos iban o fueron dirigidos  a su cuñado, Luis Martínez, miembro del PSOE.

http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Badajoz_(1936)

http://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Badajoz

http://www.guerracivilenbadajoz.com/index.php?option=com_content&view=article&id=92:un-poco-de-nuestra-historia&Itemid=133

http://guerracivildiadia.blogspot.com.es/2012/09/juan-yague-blanco-1891-1952.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Ildefonso_Puigdendolas

Discusiones sobre la muerte de Puigdengolas:

http://badajozylaguerraincivil.blogspot.com.es/2014/05/puigdengolas-ni-heroe-ni-villano.html

http://josemarialama.blogspot.com.es/2006/09/puigdengolas.html

Aquello que nos dice el Departamento de Publicaciones de la Universitat de València sobre el libro de un hombre, simple y llanamente, leal:

El coronel Ildefonso Puigdengolas Ponce de León (1876-1936) fue un veterano que luchó en Cuba y Marruecos y desarrolló su historial en el Cuerpo de Seguridad, institución policial de la Segunda República. Bien considerado por los políticos republicanos, fue nombrado gobernador militar de Badajoz, ciudad que fue tomada por las fuerzas sublevadas. Las verdaderas circunstancias de la caída de Badajoz han estado ocultas hasta hace muy poco por la prensa-propaganda de la época, que escondió y deformó lo que realmente sucedió. Del máximo responsable militar de la defensa de Badajoz no sabíamos casi nada y muchos de los datos que circulaban sobre él eran difusos y contradictorios. Este libro aporta información nueva sobre su vida y su personalidad, pero también desmiente falsedades vertidas sobre este militar y el que fue el episodio más importante de su carrera.

Héctor Alonso Garcia, nació en Valencia en 1972 y es doctor en Geografía e Historia por la Universitat de València, con la especialidad en historia contemporánea. Actualmente es profesor de secundaria. Ha sido becario en trabajos de investigación y es autor de varios artículos sobre su principal línea de trabajo, la historia militar, así como contribuir con sus conocimientos en algunos congresos. Hoy por hoy trabaja en una monografía sobre la Columna de Hierro.

 

7.jpgCazarabet conversa con Héctor Alonso García.

-Héctor, amigo, ¿por qué un libro sobre el Gobernador Militar en Badajoz?.

-Porque aunque pareciese lo contrario no sabíamos mucho de él, abundaban las lagunas y además lo que encontrabas era a menudo contradictorio pues la prensa-propaganda de guerra dio versiones para todos los gustos sobre su personalidad y sobre lo sucedido en Badajoz, lo que fue sin duda el principal episodio de su vida militar.

-Por cierto, aunque desde la distancia temporal sea muy cómodo preguntarlo: ¿por qué le fue tan difícil mantener la autoridad entre los militares…en especial el cuerpo de la Benemérita?.

-Cuando el coronel Puigdengolas llegó a Badajoz en realidad la sublevación estaba descabezada, sin su principal mando que era el comandante Manuel Matallana puesto que había sido enviado a Madrid. Puigdengolas hizo lo más eficaz que podía hacer entonces, enviar a los otros militares desleales lejos de allí e intentar que los tibios se mantuviesen leales a Madrid. Lo consiguió al principio pero, a la hora de la verdad, en cuanto vieron la oportunidad con unas ciertas garantías de éxito cada militar -o guardia - actuó de acuerdo a sus convicciones. Los guardias civiles se sublevaron el 6 de agosto junto a unos pocos guardias de Seguridad porque creyeron que las columnas de Sevilla llegarían pronto a Badajoz pero les fallaron los cálculos. Además hay que tener muy presente que en el cuartel había un buen número de guardias civiles de los pueblos de la línea que habían intentado sublevarse ya anteriormente. Finalmente la sublevación de los guardias acabó mal para ellos y fueron dominados porque era imposible resistir mucho tiempo el durísimo ataque que recibieron. Aquí no hubo un nuevo alcázar toledano o un nuevo santuario de Santa María de la Cabeza y todos los guardias fueron detenidos y encarcelados aunque estuvieron poco tiempo en la prisión pues el día 14 cayó Badajoz. En general la idea fundamental del libro -ya defendida en otros trabajos publicados recientemente- es que buena parte de los militares, guardias de Asalto y casi todos los guardias civiles no simpatizaban con el gobierno y en cuanto pudieron se sublevaron o desertaron, muchos en el fragor de la batalla. Con todo, el cuerpo más desleal fue el de la Guardia Civil pero no fue el único. Otra cuestión es la de los propios milicianos que hubo en Badajoz -la mayoría de los pueblos de la provincia- que se fueron concentrando en la capital pacense desde los primeros días después del 18 de julio pero que clarísimamente se acabaron volviendo a sus pueblos a los pocos días sin colaborar en la defensa cuando se produjo el asalto de las columnas mandadas por Yagüe. Esta cuestión está muy clara en los manuscritos que dejó el coronel después y han sido refrendados por la investigación. Todavía hace unos pocos días en que estaba en Madrid consultando sumarísimos encontré por casualidad un expediente de un minero de Azuaga que declaró que estuvo en Badajoz los primeros días de agosto ayudando a hacer bombas de mano con latas de leche condensada y de tomate vacías pero que como tantos otros, se volvió a su pueblo sólo unos días antes del 14 de agosto.

18.jpg-Yo creo que no le hacía falta eso de “auto exculparse”, con la escritura de los manuscritos y cartas, que ya había obrado, sobradamente, con su ejemplo, pero los militares puede que sean gente que se rigen como por otros caminos y, bueno, en fin….tuvo esa necesidad…¿Qué nos puedes comentar?.

-En realidad cuando se perdió Badajoz aquello fue un golpe muy duro pues fue la primera ciudad de importancia -una capital de provincia- que se había perdido al asalto. El coronel Ildefonso Puigdengolas era un militar indudablemente leal al gobierno madrileño y al Frente Popular y tenía una larga carrera forjada en Cuba -donde estuvo desde los primeros días de guerra hasta el último- y en Marruecos. Nadie ponía en duda sus virtudes militares. Conocía muy bien el mando y de hecho buena parte de su carrera la desarrolló en el Cuerpo de Seguridad donde era respetado. Era republicano pero "de orden", no un revolucionario. Tenía además su carácter, aspecto este que ha quedado muy claro y definido en el libro. La prensa-propaganda de guerra, de los dos bandos no dejó a Puigdengolas en buen lugar. Unos porque evidentemente le tenían un odio visceral al considerarlo un traidor y un rival peligroso al que hubieran querido tener de su parte y del que suponían iba a causarles muchos problemas en Badajoz. De hecho Puigdengolas dejó muy claro en sus escritos que si la defensa se hubiese desarrollado según lo previsto y los milicianos y militares se hubiesen mantenido en sus puestos con lealtad por unos y responsabilidad por otros, Badajoz no hubiese caído. Cuando se produjo la pérdida de la ciudad fue muy incómodo para el gobierno madrileño reconocer las verdaderas causas de la pérdida de la ciudad y lo que hicieron fue simplemente achacarla a otras circunstancias. Otros -como los comunistas- prefirieron echarle la culpa directamente al jefe militar de la ciudad porque les interesaba hacerlo así. En general, cuando consultamos los medios de la época vemos que los primeros días después del 14 de agosto se negó la pérdida de la capital extremeña y cuando se reconoció no se dijo nada de la deslealtad de buena parte de los militares o de la actitud negativa que tuvieron la mayoría de milicianos y sus jefes políticos. Tampoco se reconocieron por supuesto errores por parte del gobierno, que indudablemente los hubo y están explicados en el libro, como el retraso en enviar a su aviación cuando ésta dominaba claramente los cielos españoles.

26.jpg-Tú que has hablado con nietos, bisnietos….y que sabes y mucho de toda su vida ¿Cómo lo definirías como persona?.

-Sobre todo fue una persona de carácter muy fuerte. Por sus circunstancias familiares fue ante todo una persona muy decidida que no se dejaba cohibir por nadie. Este carácter era evidente y estuvo presente en sus actuaciones desde que era un joven de 19 años y se fue voluntario falsificando el permiso materno a luchar a Cuba, luego al estar involucrado en varios duelos a pistola, en su comportamiento como oficial, etc. Este carácter lo mantenía cuando a sus 60 años se vio envuelto en la guerra civil. Siguió actuando de acuerdo a su manera de ser, todas sus actuaciones fueron coherentes, hasta la que le costó la vida.

-Vamos poco a poco, para que nuestro lector conozca un poco mejor tu libro, haga un poco “de boca”:¿cómo fue Puigdengolas como militar?

- Fue un profesional, por encima de todo lo demás. Aunque sus ideas políticas eran de izquierdas y pudieran chocar con los valores tradicionales de los militares más conservadores lo cierto es que Puigdengolas valoraba por encima de todo lo demás la obediencia y la disciplina militar aunque fuese poco dado a las cuestiones más "estéticas" de la vida de los militares. Por eso cuando lo envían a Badajoz sabía perfectamente qué hacer y cómo organizar la defensa. No duda ni titubea. Sin embargo pronto se desesperó al ver en la batalla que hubo en los Santos de Maimona que la deslealtad, el sabotaje y la desobediencia echaban todo su trabajo por la borda. Esto se repitió a los pocos días en Badajoz e hizo caer a Puigdengolas en el mayor pesimismo tal y como expresó en sus cartas y notas escritas en Portugal. Por eso, cuando regresó a España y se reincorporó al ejército tenía muy claro que no iba a permitir que nadie echase a perder su labor y por eso actuó como actuó. Eso le acabó, como ya he dicho, costando la vida.

-Cuando es nombrado Gobernador Militar de Badajoz y estalla la guerra y ve perder la plaza…marcha a Portugal, pero deja mucho atrás, además de la batalla perdida…me refiero a la masacre, al dolor, a los valores perdidos, ver traiciones….¿qué nos puedes comentar?.

29.jpgLo primero que he querido explicar es que Puigdengolas no huyó a Portugal antes de que se produjese el ataque. Esto fue una de las acusaciones más graves que se le hicieron por parte de la prensa-propaganda del bando nacional porque lo tacharon de cobarde cuando lo cierto es que el coronel fue uno de los últimos en "abandonar el barco". Hubo pocos militares y políticos que así lo hicieran aunque algunos otros ni siquiera pudieron escapar de la ciudad y fueron capturados o muertos en el asalto. Puigdengolas escapó de Badajoz, por supuesto, pero sólo cuando ya estaban los legionarios y Regulares dentro de la murallas, combatiendo por las casas. Eso queda demostrado en el libro. La salida del coronel se produjo por la iniciativa de su chofer aunque él ya había decidido que estaba todo perdido y era ya sólo cuestión de salvar la vida. Su chofer, simpatizante con los nacionales por cierto, horrorizado salvó su vida y la de coronel huyendo a todo gas con el coche por el puente de Palmas, un puente que por cierto fue dejado como vía de escape por los atacantes que no tenían muy claro en un principio que vayasen a tomar la ciudad y prefirieron que quien quisiera abandonarla lo hiciera sin causarles ningún problema. Para ellos mismo la toma de la ciudad fue una sorpresa y creo que Franco fue el primer sorprendido de aquella noticia.

Con respecto a la cuestión de la represión en Badajoz, Puigdengolas no asistió a ella porque como explico escapó de la ciudad y no pudo ser testigo de la misma. Es por esto que no he trabajado esto en el libro aunque la represión fue durísima, desproporcionada, como en los primeros días de guerra era habitual. Otra cosa sería ponerle cifras pero como digo eso es otra cuestión en la que yo no he querido entrar ni tenía por qué hacerlo pues se escapaba a los contenidos de mi libro.

-Decide volver, después, a luchar por la lealtad que le debía a la República, sabiendo que le esperaba un periplo bastante ajetreado ¿Cómo fue?

-Puigdengolas estando en Portugal había perdido toda esperanza de regresar a España. Así se lo dice a su mujer en una de las cartas que le envió por personas "de confianza". El que finalmente le diesen la opción de embarcar para regresar a España debió sorprenderle mucho. Al llegar a España por el puerto de Tarragona, lo primero que hizo fue visitar a su mujer e hijo en Valencia pero enseguida fue a Madrid a dar explicaciones de lo de Badajoz. En Madrid ya se sabía mucho de lo que había realmente pasado allí y tampoco sorprendería mucho lo que el coronel les contase. Enseguida se le encomendaron nuevos puestos de mando y fueron de la máxima responsabilidad, en la defensa de Madrid. Lo siguiente que sabemos de él es su muerte que por cierto también estuvo envuelta en el mayor oscurantismo.

28.jpg-Pero ¿cómo terminó sus días… por qué su muerte está tan rodeada de dudas, interrogantes?.

-Como sucedió con la batalla de Badajoz la muerte de Puigdengolas fue otro episodio incómodo que hubo que ocultar a la opinión pública de la zona leal a Madrid. En realidad si conocemos los detalles de su muerte es por el testimonio de Ángel Lamas Arroyo, un militar simpatizante con los nacionales que estuvo presente en el momento de su muerte. Esto hizo que para muchos fuese considerado un episodio posiblemente "manipulado" para dar la peor imagen posible del bando republicano. Los testimonios orales de la familia Puigdengolas al respecto y la hoja de firmas del funeral del coronel apoyaron la versión de lo realmente sucedido que coincide con lo que explicó Ángel Lamas.

-¿Cómo fue el proceso de documentación y la metodología de trabajo?. ¿Qué valor le das a las entrevistas, en directo, con los familiares y demás…?.

-Partí de la documentación de la familia que me ha sido de gran utilidad porque aportó muchos datos de su carrera militar. La hoja de servicios del coronel que se custodia en el Archivo militar de Segovia está incompleta y se interrumpe durante la república así que tuve que ir completando su historial militar con los Diarios Oficiales correspondientes. He hecho un análisis de prensa y bibliografía para hacer el seguimiento de la carrera militar y para ver qué se dijo entonces sobre lo sucedido en Badajoz tanto de uno como del otro bando. La documentación de la Causa General ha sido también aportada para aclarar algunos aspectos de la represión republicana en la provincia. La documentación del archivo general militar de Ávila también aportó algunos detalles de las operaciones. Todas estas fuentes están oportunamente citadas a lo largo del texto del libro.

Con respecto a la documentación y testimonios de la familia Puigdengolas, la  documentación ha sido fundamental pero los testimonios han sido complementarios pues su valor era testimonial. La aportación de la familia ha sido también fundamental para la parte gráfica al facilitarme las escasas imágenes del coronel que se conservan y sobre todo para aclarar lo sucedido en Badajoz gracias a los manuscritos privados que envió a su cuñado y a las cartas que envió a su mujer. También de gran importancia testimonial han sido los documentos originales que están reproducidos en el libro.

 

Gelería fotográfica sobre el coronel Puigdengolas:

http://episodiosnacionales.es/sample-page/

 

 

978-84-370-9345-1_3254.jpg17075
El coronel Puigdengolas y la batalla de Badajoz (agosto de 1936). Héctor Alonso García
362 páginas       16 x 24 cms.
22,00 euros
Universitat de València



El coronel Ildefonso Puigdengolas Ponce de León (1876-1936) fue un veterano que luchó en Cuba y Marruecos y desarrolló su historial en el Cuerpo de Seguridad, institución policial de la Segunda República. Bien considerado por los políticos republicanos, fue nombrado gobernador militar de Badajoz, ciudad que fue tomada por las fuerzas sublevadas. Las verdaderas circunstancias de la caída de Badajoz han estado ocultas hasta hace muy poco por la prensa-propaganda de la época, que escondió y deformó lo que realmente sucedió. Del máximo responsable militar de la defensa de Badajoz no sabíamos casi nada y muchos de los datos que circulaban sobre él eran difusos y contradictorios. Este libro aporta información nueva sobre su vida y su personalidad, pero también desmiente falsedades vertidas sobre este militar y el que fue el episodio más importante de su carrera.

 

 

 


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