Cazarabet conversa con... Miguel Mena, autor de “Alcohol de quemar” (Pregunta)

Miguel Mena edita, repitiendo con Pregunta Editores—después de Canciones Ligeras y de Canciones tristes que te alegrarán el día--, reedita aquí un libro, Alcohol de quemar—que primero editó con la editorial aragonesa desaparecida TROPO-- con tantas preguntas como respuestas queramos encontrar en la narrativa de este periodista que capta historias y luego las hace narrativa.

Las preguntas, más allá de los primeros arrebatos pasionales, de la contención de las rabias y de los deseos… pueden llevar a la mejor de las comprensiones… las que viajan lejos de las venganzas…

En el libro te preguntas, como lectora, si el paso del tiempo es capaz de sanarlo todo…quizás no lo sea, me refiero al tiempo, capaz de todo, pero tampoco es tan insignificante porque tiempo es eso, precisamente, días, horas, minutos que puedes elegir para odiar o para intentar calmarte y desde ahí imponer tus dominios, el protagonista impone el dominio de la curiosidad sobre el destino de las dos personas que más dolor ocasionaron a su familia, la muerte…y a él también porque fue el único que sobrevivió a un fuego alimentado por el alcohol de quemar…ese que en invierno habita sigiloso y peligroso no pocos lugares…hay que andar, pues, también con cuidado.

Lo mejor de este ejercicio narrativo, por parte de Miguel Mena….es que de una noticia él—quizás el periodista---la ve y siente que allí hay algo más que especial y decide imprimirle ritmo y tiempo narrativo, sin ninguna estridencia, sin ruidos, con cuidado y tacto, para al final conseguir tejer una historia narrativa magnífica…

Otra pregunta es saber o intentar saber, reflexionando nosotros como lectores, Mena como escritor….qué dolor puede llegar a soportar una persona, qué dolor puede asumir y qué “de positivo”, sin atisbos de venganza, puede llegar a desenmascarar desde el dolor de las pérdidas de las personas que más has querido…

Si todas y todos conociésemos, con más exactitud la cara del dolor, quizás entenderíamos más que la vida es un camino espeso, un día a día alargado en el que el poder de las decisiones pesa, a menudo, como una losa…

La sinopsis del libro: "Los padres de Adrián, su abuela y su hermana murieron en un incendio provocado por dos jóvenes borrachos tras una discusión trivial. Él entonces era un niño. Ahora, trece años más tarde, desea conocer qué ocurrió después de aquello, por qué su familia se sintió abandonada, cómo fue el paso de los culpables por la cárcel y cómo han sido sus vidas después, si tienen remordimientos o han logrado olvidar la tragedia que ocasionaron. Su curiosidad se verá reforzada cuando su amigo Fernando le cuente una historia similar, ocurrida muchos años antes en California, pero con un desenlace muy distinto en los tribunales.

Basada en sucesos reales, Alcohol de quemar es una novela sobre la justicia, la humillación y el rencor, sobre la tensión entre la venganza y el olvido, sobre el peso del pasado y el dolor que heredamos, pero también es una emocionante historia de búsqueda de identidad, de reflexión, de afecto y amor."

El autor, Miguel Mena: Es periodista y escritor. Trabaja desde hace treinta años como locutor en Radio Zaragoza (Cadena SER), ciudad en la que reside desde el año 1983; ahora, recientemente, ha pasado a colaborar como tertuliano y apariciones en otros programas y demás. Durante un tiempo también fue voz en esta ciudad de las emisoras 40 Principales y Cadena Dial. Como explicábamos dirigió, hasta hace poco, el magazine de fin de semana "A vivir Aragón". Colaborador habitual en las revistas La Magia de Viajar, Aragón Rutas, y en el suplemento Artes&Letras del diario Heraldo de Aragón. Ha publicado novelas, libros de viaje y relatos, de entre los que cabe destacar títulos como Paisaje del ciclista (1993), Bendita calamidad (1994), Por las ramas(1995), El escondite inglés (1997), Onda media (1999), Cambio de marcha (2000), Una nube de periodistas (2001), 1863 pasos (2005), Días sin tregua (Premio Málaga de Novela 2005), Piedad (2008),Alerta Bécquer (2011) o Todas las miradas del mundo (2012). En 2006 fue nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad de Zaragoza.

Conócelo más: http://www.miguelmena.com/

Miguel Mena ya ha estado con nosotros: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/unviajearagones.htm

Cazarabet conversa con Miguel Mena:

-Amigo, ¿qué te ha llevado a escribir esta obra narrativa, este relato en el que el superviviente hace un ejercicio sobre los por qué, sobre el cómo viven las dos personas que más dolor le han infringido en vida…?.- Porque, ¿tú qué pretendías al escribir Alcohol de quemar…que las lectoras y lectores nos implicásemos qué hubiésemos hecho nosotros…hasta dónde hubiésemos llegado…o si nos hubiésemos recuperado de la tragedia y cómo?

- El origen lejano de “Alcohol de quemar” está en una conversación intrascendente con un lector al que firmaba un libro en la feria de 1997. Le pregunté de dónde era, me dijo que de Cervera de la Cañada y yo entonces recordé el suceso del incendio. Él me dijo, con un cierto resquemor, “pues los culpables de aquellas cuatro muertes ya están en la calle”. Aquello me dio que pensar porque aún no habían pasado seis años. Tiempo después leí las memorias de James Ellroy donde contaba un suceso idéntico, jóvenes borrachos que provocan un incendio con varios muertos, sucedido en California durante su adolescencia, con la particularidad de que aquí los responsables fueron condenados a muerte. En el contraste entre esos dos extremos de la justicia comenzó a fraguarse mi interés por novelar una historia que partiera de ambos sucesos.

Por otra parte, en la radio había conocido a familiares de víctimas de diferentes sucesos que se consideraban maltratadas por la justicia. Quería indagar sobre eso. Ponerme en su piel y hacer que los lectores también reflexionaran sobre todo ello.

-¿Qué es para ti la narración porque me da que, al menos en esta ocasión, es un claro ejercicio de indagar dentro del “alma” humana en clara conjunción con sus reflexiones y pensamientos?

- Creo que hasta cuando escribo libros de viajes o novelas de humor estoy indagando en el alma humana. Siempre estamos dando vueltas a las claves de nuestro comportamiento. Pensar, reflexionar, recapacitar, preguntarse por uno mismo y por los demás es algo que forma parte de nuestra naturaleza y aparece inevitablemente en cuanto escribes, a veces desde la melancolía y otras con una sonrisa.

-¿Te gustan los escritores rusos…porque casi realizas un ejercicio descifrando a Adrián como lo hiciese, por ejemplo, Dostoievski…?

- Lo único que he leído de literatura rusa es “Crimen y castigo”, cuando era veinteañero, y “Archipiélago Gulag”, ya de mayor. Es muy poco para pensar que me haya influido.

-¿Qué te hizo escribir sobre un hecho que, en realidad, aconteció; y cómo a partir de ahí lo novelas?

-Al principio dudé si escribir una novela o un libro reportaje, sin ficción. Para esto último necesitaba contactar con los dos condenados por las cuatro muertes y, aunque llegué a saber mucho de ellos, incluso dónde vivían, deseché contactar con ellos porque difícilmente habrían querido colaborar. Entonces elegí la ficción sobre hechos reales. Los personajes son ficción, los sucesos son reales. Al ficcionar, cambié el topónimo de los lugares reales y creé personajes que me ayudaran a trasladar las diferentes actitudes que se pueden desarrollar tras un suceso de ese calibre. Con quien sí hablé directamente fue con la familia de las cuatro víctimas. Sobre los dos condenados, me informé en diferentes entornos, desde su localidad de origen a la cárcel donde estuvieron encerrados.

-¿Es más difícil novelar desde la realidad que desde algo que te imaginas tú desde un principio o simplemente es diferentes? ; ¿nos lo puedes razonar?

-No creo que sea más difícil novelar sobre hechos reales que hacerlo con hechos cien por cien ficticios. Yo siempre tomo apuntes de la realidad, hasta las novelas de humor como “Bendita calamidad” o “Alerta Bécquer” tienen detalles relacionados con la realidad, incluso en sus aspectos más chocantes: dos hermanos en apuros económicos secuestraron al futbolista Quini -antecedente real de los hermanos secuestradores de “Bendita calamidad”- y otros dos hermanos robaron el cráneo del Papa Luna -antecedente real de los dos amigos que roban los restos del poeta en “Alerta Bécquer”-.

-Además, te gusta habitar tus narraciones de mucho latido, mucha gente, ¿es así?

- Sí. Creo que en las novelas son muy importantes los personajes secundarios; ayudan mucho a desarrollar la trama y la enriquecen.

-Volviendo un poco más a tu novela, Alcohol de quemar. Adrián exprime su razón y su corazón… ¿crees que le compensa porque es la inversión de mucha energía vital que, a su edad, sien podría invertir en otra cosa?, bueno seguramente lo hubiese hecho si no le hubiese pasado lo que le pasó en vida…

-Adrián es un trasunto de cualquier joven que haya crecido con una tragedia. Vivir con ese lastre nunca compensa, pero es inevitable rumiarlo, cargar con ello, hacerse preguntas. De alguna manera, cuando te toca, estás condenado a ello. Quieras o no quieras.

-En tus creaciones ¿qué papel quieres darles a los personajes…? ¿prioritario frente a la trama y al escenario?

-Cuando me planteo una historia, parto de una idea y luego la voy arropando. Parto de muy pocos personajes principales, pero luego surgen muchos otros alrededor. Y la trama o el escenario pueden tener más o menos peso según avanzo en la historia. He escrito novelas muy distintas. Me salen así. No tengo una línea continua. Escribo en cada ocasión la historia que se me mete en la cabeza, sea drama o sea comedia, suceda en mi entorno o a mucha distancia. Lo que se mantiene es el marco temporal: no escribo historias anteriores a mi fecha de nacimiento ni enmarcadas en tiempos futuros. Me interesa la época en que me ha tocado vivir. También es mi prioridad como lector, aunque leo de todo.

-Porque parece que el papel de la trama siempre es el eje sobre el que gira todo lo demás---hasta la paciencia, satisfacciones e insatisfacciones del escritor o escritora--, pero a veces la ósmosis entre personajes y trama es tan fuerte que interaccionan de una manera que no tienes que hacer “grandes esfuerzos”…solo como dejarse llevar…

- Como amante de los juegos de palabras, diré que hay que evitar que la trama se convierta en trampa. Y sólo hay una letra de diferencia.

-¿Cuál y cómo es el papel que le otorgas al escenario en el que se pasean los personajes y se desarrolla la trama?-

-El peso del escenario depende en cada novela. Recuerdo que en “Bendita calamidad” era esencial, porque quería escribir sobre el Moncayo, pero en “Alcohol de quemar” no es tan trascendente porque hay varios: el pueblo del suceso, la ciudad del presente, el escenario de los sucesos en California, etc.

-Son personajes que muestras y haces desfilar en tu historia que han ido cambiando tal como los pensaste en un inicio bajo el influjo de la trama o es más bien algunos rasgos de la trama los que cambian bajo el influjo, influencia o enamoramiento al que te pueden llegar a someter ,incluso, como escritor?

-Los personajes van creciendo en complejidad según avanzas en el relato. Me interesa que no sean monolíticos, que muestren las contradicciones propias del ser humano.

-Se nota que te lo has pasado muy bien escribiendo, creando e imaginando esta historia, ¿no?

-A mí me gusta escribir. No sufro ante el folio en blanco, como dice el tópico. Si sufriera, dedicaría mi tiempo libre a otra cosa. Ver crecer una novela es algo muy satisfactorio. Enfrentarte a los retos que plantea, buscar soluciones, todo eso me gusta. También leer sobre el tema que he elegido, documentarme, visitar lugares. Sí, disfruto escribiendo, tanto cuando hago comedia como al enfrentarme al relato de sucesos dramáticos como en el caso de “Alcohol de quemar”.

-Miguel, ¿qué has aprendido de Adrián; qué te ha enseñado…?

-No sabría decir qué he aprendido de Adrián. En todos los personajes pongo algo mío. Me sirven como espejo. Sus dudas son frecuentemente las mismas que tengo yo. Escribir también sirve de terapia. Reflexionas a través de personajes interpuestos.

-Amigo, ¿nos puedes hablar del proceso de documentación, búsqueda de fuentes, lecturas-no sé quizás…al menos sí prensa, creo--- que hay detrás de este libro?.Período apasionante, pero muy afanoso y trabajoso que, a veces, incluso nos puede sumergir en cierta ansiedad… ¿cómo te ha ido?

-El proceso de documentación de “Alcohol de quemar” fue largo y exhaustivo. Empecé acudiendo al lugar de los hechos, Cervera de la Cañada, visitando a la familia de las víctimas, acudiendo al cementerio a visitar sus sepulturas, y después seguí los pasos que va dando Adrián en la novela: la prensa de la época, abogados, periodistas, funcionarios de prisiones, etc. Todo lo que hace él, lo hice yo antes en la realidad. También conté con un amigo profesor en Oakland (California) para orientarme sobre el apartado de la novela relacionado con los Estados Unidos.

Y,¿ cómo ha sido el día a día de trabajo, tu metodología de trabajo para construir este libro de ensayo / narración?

-Primero recopilo toda la documentación, luego hago un esquema de los inicios de la novela (planteamiento, protagonistas principales, primeros escenarios) y sólo entonces comienzo a redactar. Escribo un poco cada día. No mucho, porque siempre he tenido que simultanearlo con el trabajo y las obligaciones familiares, pero con constancia, sin fallar ni un solo día de lunes a viernes, como una especie de obligación. El día que tienes tiempo, escribes una página; el que no, escribes un párrafo o un par de líneas; el caso es avanzar, aunque sea poquito a poco, y no perder el hilo narrativo.

-Este trabajo, ¿te ha abierto la mente y la curiosidad a indagar más sobre algunos de los aspectos tratados en el mismo?; ¿nos puedes hablar de trabajos en los que estás sumergido ahora?

-Todo lo que escribes te abre la mente, o al menos eso me gustaría creer. Ahora estoy ocupado en una historia familiar, en gran medida basada en mi familia materna. Es algo distinto a lo que había escrito hasta ahora. Me gusta probar cosas nuevas.

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