Personajes
Mujeres
que dejaron una huella demasiadas veces desdibujada: Benita Gil Lamiel
En territorio del País de Cazarabet
tenemos un rincón que se dedica a los personajes y es también, igualmente, cierto
que pocas veces “esos personajes” de nuestro entorno, más o menos próximo, ha
estado atento para acercarnos a las mujeres que, poblando todo tipo de
afinidades y tareas se han visto eclipsadas; nosotros, no podemos ni queremos
caer en el error de “casi olvidarlas”, las queremos bien presentes entre
nosotros. Este presente apartado dentro del kilómetro 40 está dedicado, a modo
de introducción a todas ellas… de esta manera también os ponemos en
introducción de muchos personajes que verán la luz en próximos kilómetros desde
este apeadero que es el personaje. Ellas han estado siempre ahí y permanecen
con nosotros, aún con el deambular de los tiempos y de estos días tan
abrumados…permanecen para que nos miremos en ella e incluso, de alguna manera,
nos inspiremos. Así lo haremos.
Sin salir de Mas de las Matas ya hay
muchas mujeres bien presentes que han dejado huella más allá del entorno
próximo e íntimo. Destacamos a una, Benita Gil Lamiel…
Benita Gil Lamiel
nació en la masada de La Arquera, en el término de La Ginebrosa en el año 1913 y murió en Praga a finales de
julio del 2015; ejerció la docencia como
maestra, así como ser coordinadora sindical. En sus últimos tiempos esta aragonesa
fue distinguida con la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica
al mérito civil. Benita tuvo que marchar a un exilio que se prolongó, ya, toda
una vida, echando raíces muy lejos de Mas de las Matas, e la República Checa,
Praga… su actividad sindical y sus ideas le impidieron seguir con su vida en
tierras aragonesas, aunque nunca las olvidó.
Es más recordada en Mas de las Matas
que en La Ginebrosa y es que la masada,
enclavada en ese punto conocido como “La Arquera” se encuentra más cerca del
pueblo de Mas de las Matas---donde además residía gran parte de su familia--
que es donde iban a hacer vida fuera de allí, en la masada tenían hasta escuela
por lo que se podía pasar ,días y días, sin venir al pueblo… aunque ella cursa
estudios en la escuela de Mas de las Matas desde los once a los catorce años.
Sus padres se dedicaron a la
agricultura, aunque en 1928 decidieron trasladarse a Zaragoza en busca de
mejores oportunidades. Es allí donde Benita realiza cursos de magisterio, entre
1923 y 1932. Junto con su hermana Adelaida, asistió a una escuela privada de la
capital aragonesa. Y las dos hermanas acabaron estudiando Magisterio.
Se integró en la Agrupación Provincial de Maestros de Primera Enseñanza en
Zaragoza .Benita durante la Guerra de España dio clases en Alcañiz hasta 1938 y
a partir de ese año se traslada a Llançà en la
provincia de Girona donde, eso sí, prosigue dando clases y ejerciendo el
magisterio.
En
Enero de 1939 se exilió a Francia y ya nunca volvió para establecer su vida “lo
que se dice para siempre” en España; aunque sí que, alguna vez, de visita—más o
menos larga—durante la década de los 80. Ese mismo año , estamos en 1939, esta masina se casa con Felipe Serrano, también vinculado al
magisterio y con el que compartía parte de sus ideas e ideales...Con Felipe
Serrano Benita Gil tuvo dos hijos, Felipe y Dely que
son las anclas que los llevaron fuera de España—pero eso lo veremos más
adelante--. En el exilio el matrimonio se establece en Laroque d´Olmes (en el departamento de l´Ariège,
en el sur de Francia).
Los movimientos y quebrantos del
Partido Comunista en el exilio francés , en plena efervescencia de la Guerra
Fría, hace que el gobierno francés atosigue a los comunistas españoles y lo
hace, entre otras cosas, activando en 1950 la operación Bolero-Paprika .De esta
manera Felipe Serrano, junto con unos 500 comunistas españoles más, es expulsado de territorio francés...se
separan por primera vez, después del exilio, marchando Felipe muy lejos de
tierras aragonesas, estableciéndose en la Bohemia de la entonces Checoslovaquia,
concretamente en Ústí nad Labem . Ya pasado un año, en diciembre de 1951, Benita con sus dos hijos y otros familiares
es reunida, con otras gentes, en Toulouse donde, mediante vía ferroviaria, se
reúne con su marido, finalmente, en Praga y desde allí a Ústí
nad Labem. Allí Benita deja
el aula o la ilusión por estar en el aula—después de cruzar la frontera ya no
pudo dar clases , sí trabajó en el sector textil-- para trabajar ,durante ocho
años ,en una factoría textil dada la experiencia en el exilio francés, hasta
los inicios de 1960 en que se trasladan a Praga; allí, como militante del
Partido Comunista , Benita trabajó en la Federación Sindical Mundial,
ejerciendo como traductora e intérprete de francés ,pero también es
nombrada secretaria de la sección
Latinoamericana durante, nada más y nada menos, que diecisiete años. No es
hasta la década de los ochenta en que Benita y su marido regresan a España,
pero su estancia dura poco, ya que en
1992 se establecen definitivamente en Praga...sus hijos y nietos están
plenamente integrados en la capital checa. Lo que sí dio ese regreso momentáneo
de doce años es para que Benita pudiese ejercer el voto, su derecho a la libre
elección, por primera vez , después de la guerra, en
1982. En una entrevista concedida al periódico La Vanguardia declaraba: “con
una rosa en la mano fui a votar”.
En una entrevista concedida a La
Vanguardia—realizada por Maite Gutiérrez y que era incluida en un reportaje,
Las últimas maestras de la República-- la misma en la que comenta lo del
simbolismo al ir a votar en 1982--. Benita Gil reconstruye la memoria perdida
unos ochenta años atrás...Benita nos recuerda el primer día de clase y
recogemos del reportaje:”era noviembre de 1934 y se ponía al
frente de un grupo de niñas del barrio de Juslibol,
en Zaragoza. Ella fue la primera mujer con carrera universitaria de la familia.
Sus padres cultivaban la tierra cerca de Mas de las Matas, un pequeño pueblo de
Teruel a orillas del río Guadalope. “Mi padre quiso que mi hermana menor y yo
estudiásemos”, explica esta mujer de 101 años en conversación telefónica desde
Praga...”, su firme voz le explicó esto a Maite Gutiérrez.
Me llama la atención la reflexión que Benita le imprime al hecho
de que su padre quisiese que estudiase magisterio y no otra cosa... en esa
misma entrevista en La Vanguardia le declara a Maite Gutiérrez: “Lo quiso mi
padre. En esa época era la carrera más simple para las mujeres”, tristemente,
seguramente, también la más aceptada.
Su largo exilio le acompañó toda la
vida y sus afinidades, ideales y pensamientos latieron siempre como acompasadas
por el paso del tiempo… esto se puede extraer de sus palabras al ser
entrevistada en Praga a sus 101 años al serle concedida la Encomienda de la
Orden de Isabel la Católica al mérito
civil, explicaba así las circunstancias de su largo exilio: "Era maestra,
y siempre consideré que si me quedaba me hubieran echado de la enseñanza"
Además de la citada medalla de la
Encomienda de la Orden de Isabel la Católica esta mujer obtuvo el título de “Embajadora de Mas de las
Matas" y la "Medalla de la Fiel Villa de Mas de las Matas".
Benita participó de la implicación de
los ideales republicanos que veían en el puntal de la educación un lugar donde
asentarse. La mujer enseñaba tanto a niños como a niñas y, a la vez, podía
compaginarlo con la familia. Las mujeres se hacían presentes y podían
participar de una alfabetización de toda la población: de ellos, pero también
de ellas, por igual. Todo esto técnicamente hablando formaba parte del Plan
Profesional de Magisterio ideado por el ministro Marcelino Domingo…este plan
además de la alfabetización de la población, también quería formar más y mejor
a las maestras y maestros y dignificar su trabajo… se miraba esto, nos
referimos al plan de Marcelino Domingo, en la filosofía de la Institución Libre
de Enseñanza, fundada por Francisco Giner de los Ríos y en el que la cultura
era el hilo conductor hacia el progreso humano y social.
Recordaba en esa entrevista Benita
aquellos días: “Después de la Escuela Normal, cursé el primer año del Plan
Profesional de Magisterio, y en el verano de 1933 convocaron oposiciones; me
presenté y aprobé con el número tres…”. De ahí a Juslibol
como os explicábamos antes y prosigue la entrevista: “Nuestro principal
objetivo era enseñar a los niños a ser capaces de entender bien la lectura
y las matemáticas,
también la solidaridad
entre unos y otros; seguíamos los principios de algunos pedagogos de la época
como el belga Ovidio Decroly o la italiana María
Montessori”.
La escuela topó, nunca mejor dicho,
con la Iglesia. El artículo nº48 de la Constitución de 1931 decía sobre la
escuela: “...laica, obligatoria y gratuita”.
Lo del laicismo, todavía “chirría” hoy en día,
imagínense entonces, cuando incluso se prohibió que la
órdenes Religiosas tuviesen en su tutela a colegios. En la entrevista a La
Vanguardia Benita Gil recordaba la canción que se cantaba en la Escuela Normal
de Maestras cuando se declaró la República: “El alma de los niños, flor tan
bella, la quieren insensatos mancillar, y a Dios que por ellos dio su vida, le
quieren insensatos apartar. Juremos y juremos por siempre combatir la escuela
anticristiana y a Cristo Dios servir”. Todavía habían muchas barreras que
saltar y terminaba Benita por decir: “La propaganda de la Iglesia era tan grande que muchos
teníamos dificultades para defender el éxito de la República”. Seguía
explicándose: “Las mujeres cobrábamos lo mismo que los hombres y estábamos
igual de bien consideradas. En general, los maestros eran muy valorados en los
pueblos, excepto si alguno era una calamidad. Por mi parte puedo decir que me
apreciaban(..) siempre tuve que rechazar solomillos de
cerdo de la matanza o huevos en primavera”. En su clase de en la provincia de Zaragoza Benita tan solo
daba clase a niñas y a ellas les insistía , más que nada, en calculo mental, geografía,
historia, música e insistía en que “religión no”. La carencia sí que era un
denominador común y recordaba a Maite de La Vanguardia: “Cada clase contaba con
una pequeña asignación para el material más simple y adquirir algún libro de
lectura”. Ahí recordaba Benita: “Eran momentos difíciles, la situación
política era insegura; mucha revuelta y mucho pistolero, y los
maestros teníamos dificultades para mantener a los niños alejados de ese
ambiente. Recuerdo que mis alumnas me preguntaban: ‘¿No pasará nada malo,
verdad maestra?’. A lo que yo siempre contestaba que no, que nada malo pasaría.
Pero pasó”
Ese “pasó” es casi sinónimo de que la
guerra llegase con ello Benita se traslada al pueblo y de allí a dar clases a
Alcañiz donde compagina la docencia con su trabajo en la Federación de
Trabajadores de la Enseñanza como secretaria de organización. Hasta que el 3 de
marzo de 1938 todo se rompe desde el cielo, la aviación italiana bombardea
Alcañiz a Benita la tragedia la coge fuera de las aulas, pero lo recordaba en
la entrevista con Maite Gutiérrez: “Eran las dos de la tarde, todo quedó
oscuro”. Le recordaba esto: “Fui hasta allí, me dijeron que una de las maestras
estaba herida y corrí a verla; era maestra de párvulos; ‘¿y los niños?’, preguntaba.
Cuando cayeron las bombas estaban en un bosquecillo al lado de la escuela,
muchos de ellos murieron”.
Como explicábamos anteriormente Benita acabó
en el norte de Catalunya, concretamente en Llança,
pero siempre dando clases: “La delegación de maestros de Girona me asignó una
plaza en la escuela de Llançà,
era un colegio para refugiados. Me adjudicaron una clase especial a la que
asistían niños procedentes del norte de España, asturianos principalmente, muy
traumatizados por la guerra. Recuerdo a uno que lo único que hacía era coger la
tiza, ir a la pizarra y dibujar aviones que lanzaban bombas encima de los
pueblos y de las gentes”. Pero hay un día en que... “Decidí abandonar España,
fue el día más triste”. El exilio tiene un punto de inflexión en Benita, se
termina su labor en el ejercicio del magisterio.
En Praga Benita era una persona muy
querida y respetada, sin dejar de tener esa mirada crítica ante los
acontecimientos, recordaba: “En mi vida han pasado cosas muy tristes, pero me
quedo con lo bueno, que también ha habido mucho; mis hijos y mis nietas han
podido estudiar en la universidad, y para mí es la mayor satisfacción”
También asiste Benita al sufragio
universal en 1933, hecho que queremos destacar, porque la mujer se ganó con sangre, sudor y lágrimas
este derecho..En próximos kilómetros, nos iremos ya un poco más allá para acercarnos a la que
fue la primera alcaldesa de España, María Domínguez… El mundo de las Letras a
nivel mundial le debe y mucho a la aragonesa María Moliner, así que nos sumergiremos
con ella y su “mundo de letras”. Ha habido y habrá, siempre, mujeres vinculadas
al compromiso, con el ideal como puntal y ejerciéndolo desde la raíz y la
calle… desde su trabajo, oficio y entrega. Tenemos ejemplos en Lorenza Sarsa— compañera de
Evaristo Viñuales, padre de Zeika Viñuales--,
Amparo Poch médica destacadísima, investigadora y
promotora y pionera de la enseñanza en educación sexual Palmira Pla---compañera
Paco Ponzán--, maestra incombustible que ha inspirado a muchas vidas y trayectorias
docentes años después, sino que se lo pregunten al escritor, maestro, profesor
y director del Museo Pedagógico, Víctor Juan… Las voces están también bien
representadas, ejemplos tenemos en la recién desaparecida Pilar Torreblanca y
en la inolvidable Raquel Meller… Otras mujeres se han dedicado al arte escénico
realizando ejercicios de ósmosis entre el escenario teatral al film, Luisa Gavasa es una inquebrantable artista de la que no nos
podemos separar. Desde la pluma y ejerciendo la escritura creativa nos
encontraremos con Soledad Puértolas y así iremos sumando y os animamos a que
nos animéis a ir sumando…aproximándonos a otras mujeres, os invitamos a ello.
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