A vueltas y revueltas con Buñuel, el de Calanda… ahora, en cómic
Luis Buñuel, el cineasta de Calanda, se caracterizó por
tener, digamos un carácter un tanto singular y por ser “el poseedor” de muchas
anécdotas que envuelven tanto su
trayectoria como la de los que le rodearon en su vida más íntima como de su
vida profesional. Tanto es así que Buñuel sigue influyendo, hoy y ahora, en la
vida de los creadores que trabajan en el presente, tanto de los más relacionados con el cine
como los que lo son más indirectamente relacionados. Es el caso del cómic que
editó hace una temporada el Gobierno de Aragón y que friccionaba una noche de
Buñuel cuando anduvo en la “meca del cine”….una noche que nos hará reír, que
nos recordará muchas cosas porque la
lectura y la propia contemplación del cómic da para eso y más…puede que
reconozcamos mucho a Buñuel en este cómic porque es directo, descarado, sutil y
todo un guiño a uno de los cineastas más especiales que tuvieron que exiliarse
y que no solo se afianzó en lo que pensaba y sentía llevándolo al cine…sino que
se reivindicó como el mejor o uno de los mejores artistas , dentro del cine,
integrando el surrealismo.
Bien, les
dejamos con esta lectura a través de una conversación que motiva los sentidos
y, seguramente, les sugerirá volver, como espectador, a no pocas de sus creaciones…ojalá.
Buñuel en cómic: La noche perdida de
Luis Buñuel.
La noche perdida de Luis Buñuel.
Un cómic de
Queco Ágreda como guionista, Javier Ortiz como dibujante y Guillermo Montañés
como colorista.
Interesante
y valiente aportación ilustrada, como cómic,
editada por el Gobierno de Aragón, con la colaboración del Centro Buñuel
Calanda.
GP Ediciones
vuelve a demostrar que ha hecho un muy buen trabajo.
El cómic se
adentra en una noche en la vida de Buñuel en Los Ángeles, en una noche que
tiene y no tiene, pero que, a su manera, retiene…que nos ofrece una mirada que
es sabida y conocida desde el Buñuel que nos ha llegado mediante libros,
documentales, testimonios…Nos enseña lo que, más o menos, presumimos de Buñuel,
pero de una manera diferente…el cómic nos dibuja una sonrisa viajando con “esa
noche perdida” de Buñuel. Una noche, friccionada, que termina en otra
aventura….todo lo que empieza acaba; el pescado que se muerde la cola o el
alacrán que juega con su víctima….
Lo que nos
explica Gobierno de Aragón del libro:
1946. Luis
Buñuel atraviesa uno de los momentos más complicados de su vida. Exiliado tras
la guerra civil, sin dinero, sin trabajo, vive en Hollywood a la espera de la
oportunidad de demostrar su talento, pero ésta no llega. Tratando de
encontrarse con un gran productor, Buñuel acude a una fiesta en una lujosa
mansión, pero la persona a la que busca ya se ha marchado. Dando la noche por
perdida, el cineasta decide volver a casa. Pero su regreso va a tener más
dificultades de las previstas…
Cazarabet conversa con Queco Ágreda,
Guillermo Montañés y Javier Ortiz:
-Amigos, ¿cuál es el propósito que os llevado a
compartir cualidades, cada uno la suya, para contar o meteros en la piel
de Luis Buñuel en una noche, como otra cualquiera, de Los Ángeles en tiempos en
que Buñuel buscaba un lugar para sus guiones…?
Guillermo: Bueno supongo que cada uno hemos dado lo mejor de lo que
sabemos hacer, en mi caso encargarme de la coloración de las páginas del cómic.
Realmente creo que entre los tres hemos sacado adelante un producto muy bueno,
tanto en el ámbito gráfico como divulgativo, para el poco tiempo del que
dispusimos para hacerlo.
Queco: En cuanto a por qué centrarnos en esa época de la vida de Buñuel,
como guionista quería contar algo que no se hubiera contado ya muchas veces, y
me parecía que el período de quince años en que Buñuel no dirige entre “Las
Hurdes” (1932) y “Gran Casino” (1947) era una parte de su vida muy desconocida
y que me daba una buena oportunidad para aportar algo nuevo. Situar la historia
al final de esos años oscuros me permitía coger al personaje en su peor
momento, sin trabajo ni dinero y con una situación que empieza a ser un poco desesperada,
poder contar a través de la historia lo que ha estado haciendo esos años, y
cerrar con un final feliz (o al menos lleno de esperanza).
Javier: Creo que somos un equipo multidisciplinar en el que cada uno ha
trabajado en su campo más potenciado, obviamente este tipo de producto puede
ser desarrollado al completo por una persona, pero por motivos de tiempos de
entrega principalmente, y por la calidad final que queríamos darle, lo más
sensato fue dividir y vencer.
-Pero a
“la Meca del Cine”, no le interesaban las historias de Buñuel…¿es
así?
Guillermo: Para mi Buñuel hacía en su tiempo lo que hoy se denomina
“cine de autor”, un cine de donde el director plasma su visión particular e
inquietudes sobre un evento, historia o personaje (ya sean todas estas
ficticias o reales). Y eso tanto hoy en día como hace décadas no interesa en
gran medida a las grandes productoras de Hollywood. Hollywood es show, glamour,
un espectáculo de luz y color que busca el mayor rendimiento económico de sus
producciones audiovisuales y el contento de los inversores.
Queco: No sé si no interesaban o simplemente no pensaban que aquel
español extraño tuviera algo que aportarles. Aunque Buñuel trabajó para varios
estudios de Hollywood, lo hizo sobre todo en departamentos de montaje y
doblaje. Para los grandes estudios, Buñuel era un técnico, y básicamente
desconocían su obra. Sus películas no habían llegado hasta Hollywood, y casi
mejor, porque parece ser que los pocos que asistieron a una proyección privada
de “La Edad de Oro” salieron horrorizados. Además, ninguna de sus obras había
sido un éxito comercial; por el contrario, dos de sus tres películas habían
acabado prohibidas. No era desde luego una buena carta de presentación para una
industria que buscaba hacer películas comerciales. Además a Buñuel tampoco le
gustaba eso de salir a buscar contactos que le ayudasen a colocarse; en
Hollywood socializó sobre todo con exiliados, pero no terminó de conectar
totalmente con los franceses, y los españoles eran pocos y con escaso peso en
los estudios. Así que a pesar de estar dispuesto a renunciar a sus ideales
estéticos y a abrazar el cine comercial, no se le abrieron puertas.
Probablemente salió ganando, porque difícilmente en Hollywood hubiera podido
realizar una filmografía tan personal como la que hizo en México.
Javier: No estoy muy al tanto en el tema Hollywood, pero siempre he
creído que “La Meca del Cine” ha vivido siempre del aspecto del continente más
que de la calidad del contenido, el glamour y la opulencia como estandarte. Respecto
a este tema creo que Buñuel era tangencialmente opuesto a este estilo americano
de cine, tal y como comentamos en la trama del cómic, Buñuel era capaz de hacer
películas de gran calidad con costes reducidos… pero no era el estilo más
adecuado al Hollywood de aquellos años.
-En aquellos años, Hollywood, tanto o más que
ahora, estaban para mostrar su grandeza…
Guillermo: Completamente de acuerdo, me remito a lo dicho anteriormente.
Queco: Como ha dicho Guillermo, Hollywood era y es una máquina de vender
películas, y mostrar esa grandeza, ese glamour, esa espectacularidad, siempre
ha sido un gran mecanismo publicitario, extremadamente rentable. Hollywood no
desprecia la calidad artística, pero la mantiene en un segundo plano respecto
al beneficio económico, y rechaza el cine de autor a no ser que el estilo del
autor en cuestión sea lo suficientemente comercial como para que le resulte
rentable acogerlo. Hollywood determina que las películas se hacen siempre de
una manera muy concreta porque esa manera de hacer las cosas está comprobado
que suele funcionar mejor comercialmente, y cualquiera que se aparte de esos
patrones tiene pocas opciones de ser contratado en Hollywood (especialmente
porque, dado que el empleo de los productores depende de sus resultados, rara
vez están dispuestos a correr riesgos; a fin de cuentas es más fácil justificar
un fracaso aduciendo que era imposible verlo venir porque se había hecho todo
igual que siempre, que tratando de explicar por qué se ha tratado de cambiar
una fórmula). Aunque, por supuesto, hay industria del cine fuera de Hollywood,
y de hecho en Hollywood están muy atentos a lo que se hace fuera
para incorporar a todos los artistas o innovaciones que destaquen y que crean
que pueden ser rentables.
Javier: En efecto. Me habría gustado centrarme más en detalle el chapado
en oro que se le daba a todo el envoltorio que cubría ese mundo que, a mi
parecer, era bastante más frío y “decadente” de lo que mostraban al público.
-Y aunque uno de los personajes diga que “no” había,
como hay, listas negras de personas que mejor que no contasen sus historias,
que apartar de la interpretación, los guiones, la dirección…una purga ,una
“caza de brujas”. ¿Qué nos puedes comentar?
Guillermo: Esto lo sabrá mejor Queco ya que ha sido quien se ha
documentado sobre la época. Pero me gustaría realizar mi aportación: la mayoría
de las personas cuando oye sobre la caza de brujas en Estados Unidos que se les
viene a la cabeza fue la caza de brujas de los años 50 promovida por la
paranoia McCarthy en el contexto de la Guerra Fría (aunque alguno también le
vendrá la imagen de las brujas de Salem). Lo cierto es que tras el triunfo la
implantación exitosa del comunismo en Rusia en 1923 cualquier cosa, ya fuera
persona, obra escrita o audiovisual, que oliera mínimamente a comunismo en los
países capitalistas ya era perseguida, vigilada y silenciada para evitar
cualquier propagación de ideas revolucionarias contrarias a los estamentos del
poder político y económico de los países occidentales.
Queco: La historia del cómic trascurre en 1946, un año antes del inicio
de la famosa “caza de brujas” de Hollywood, por eso que se diga que “no ha
habido ni habrá nunca una lista negra” es pura ironía. Todos sabemos que el
personaje se equivoca. Aunque, por otro lado, la “lista negra” no existía
oficialmente, porque habría sido ilegal, ya que en teoría los americanos tenían
libertad de ideas y de asociación. Se da la paradoja de que los simpatizantes
comunistas en los EE.UU. padecían una persecución y sin embargo el Partido
Comunista seguía siendo legal (aunque se encarcelaría a sus dirigentes acusados
de promover una rebelión). En cualquier caso, los nombres que aparecían en la
lista dejaban de ser contratados, al menos mientras no colaborasen,
generalmente accediendo a delatar a otros compañeros. Había persecuciones en
todos los ámbitos, ya se había empezado a expulsar a los simpatizantes
izquierdistas de la administración unos años antes, pero se cebó especialmente
en Hollywood, al ser una industria basada en la imagen personal y en la que
muchos de los acusados eran relativamente famosos. Esta época de persecución
duraría una década. Después ya algunos listados conseguirían colocarse en la
televisión y, ya en los 60, algunos podrían volver a Hollywood (siendo el caso
más conocido el del guionista Dalton Trumbo, que en
la época en que no podía ser contratado había estado escribiendo bajo diversos
pseudónimos, ganando dos Óscar, y que estuvo a punto de colaborar con Buñuel,
que estuvo a punto de encargarse de la adaptación de la novela de Trumbo “Johnny cogió su fusil”), pero otros muchos nunca
regresarían a la industria.
Javier: Realmente desconozco este tipo de entresijos en el entorno
Hollywoodiense, pero si quieres una opinión personal, considero que SÍ que la
había, más que nada porque considero que habría presiones políticas, y de otro
tipos de intereses, que marcan la pauta, los ritmos, los temas, etc. (repito
que es solo una percepción mía, pero no confío en que hubiese una total
libertad creativa)
-Pero le
hacéis un guiño al surrealismo, a los recuerdos que vuelven, a las
conversaciones pendientes, hasta se saldan cuentas…en el sentido figurado, pero
es como lo reflejáis desde una noche larga y un tanto espesa…
Queco: Como la historia al final lo que cuenta es que Buñuel intenta
volver a casa y no lo consigue, pensé que estaría bien establecer un cierto
paralelismo con la Odisea, y que hubiera capítulos que hicieran referencia
directa a ella. El momento en que Buñuel se encuentra con las apariciones de
sus amigos está inspirado en la bajada al Hades de Ulises, en que se encuentra
con su madre y con varios amigos caídos en Troya, aunque también remite a los
pasajes oníricos de la filmografía de Buñuel, claro.
-Lo de Dalí, no tiene precio…no lo paga ni la
famosa tarjeta de crédito…
Queco: Me parecía evidente que si Buñuel se encontraba con Dalí en esta
historia iban a saltar chispas, sobre todo teniendo en cuenta que Buñuel se
encuentra en una situación muy difícil y pensaba (acaso con algo de razón) que
parte de la culpa de ello la tenía su viejo amigo, que tampoco le ayudaría en
sus momentos de mayor necesidad. Por otro lado también es un modo de
representar que Buñuel se ha alejado ya bastante del simbolismo visual
surrealista de sus colaboraciones iniciales, que ya incluso cuando realizó Las
Hurdes le parecía superado.
-Y lo del traslado de la sobrina de Manny,
tampoco…puede que sea vuestro “giro” más “buñueliano”.
¿Cómo lo veis?
Queco: Totalmente. Está directamente basado en el traslado del ataúd en
el autobús de “Subida al cielo”. La escena del entierro junto a la proyección
de un cine al aire libre es una escena que Buñuel tenía prevista inicialmente
para dicha película pero que no pudo rodar por un conflicto sindical.
-Él está en USA porque no quiere ni “ir
muerto” a otros países a los que, ¿qué?, ¿considera como “de segunda o de
tercera”?
Queco: Pues un poco sí. Probablemente no pensaba que en ellos pudiese
encontrar un ambiente similar a la intelectualidad con las que se codeaba en
París o en Madrid. Además le daban poca seguridad. En sus memorias contaba que
el primer día que estuvo en México pudo leer en el periódico una noticia en la
que un hombre había ido buscando a otra persona a una casa en la que al parecer
no vivía, y ante la insistencia el de la casa se había hartado y le había
matado a tiros para que dejara de molestar. Es una anécdota que debió causarle
gran impresión, porque posteriormente la recordaría en varias ocasiones, y que
seguramente confirmara sus peores temores de que era un país violento y
salvaje. Pero unos meses más tarde se instaló en México con toda su familia y
se adaptó estupendamente, muy a gusto con los intelectuales mexicanos y con
otros españoles exiliados, hasta el punto de que a los tres años se
nacionalizaría mexicano y ya siempre rechazaría volver a instalarse en Europa.
-Es inevitable, todos y todas queremos volar alto
desde el lugar donde presumimos están los mejores medios, pero a veces es
imposible…
Queco: No solo es imposible, es que no todo el mundo vale para ello. De
hecho, no todo el mundo lo desea, en realidad. Estoy convencido de que el mismo
Buñuel no habría cambiado la libertad de la que gozaba en la realización de sus
películas por poder trabajar con los medios de Hollywood. Aunque, claro, si
hubiera podido tener ambas cosas...
-¿Qué otros mensajes escondidos guarda esa “noche
perdida” de Luis Buñuel?
Queco: Pues muchas, desde guiños a la filmografía de Buñuel a
referencias a escándalos sexuales de un Hollywood que, en eso, no parece haber cambiado demasiado. Es un cómic trufado de
referencias, muchas de las cuales se revelan en el extenso apéndice que
incluye. De hecho, todavía se esconden más de las que cito, porque el apéndice
me había quedado tan largo que tuve que recortar la mitad del texto…
-Amigos, ¿cómo habéis conseguido compaginar tan
bien la historia que podríamos llamar narrativa con el dibujo y el color…?
porque se consigue mucha unidad en todo.
Queco: Yo creo que es porque Javier y Guillermo son unos fenómenos,
porque yo no había trabajado antes con ellos. Yo generalmente escribo pensando
en el estilo del dibujante, pero en este caso de Javier tenía pocas
referencias, porque él había publicado muy pocas cosas y además de un género
muy diferente. Luego ya cuando llegaron las primeras páginas ya pensé: “vale,
esto va a quedar estupendo”.
Guillermo: La verdad es que yo ya había hecho coloraciones de dibujos a
blanco y negro de Javier, por lo que todo ese trabajo previo me sirvió para comprender
como Javier realiza las figuras y los fondos del cómic. Además se me pidió una
gama de “tonos pastel”, que sinceramente entendí como colores poco saturados y
nada vibrantes, así que tras documentarme con cartas de color, otros cómics y
contar con el poco tiempo que teníamos para realizar el cómic comprendí que
tenía que usar el color de una forma sintética, descriptiva en lo que respecta
a crear ambientaciones y narrar con el color el contexto de cada situación del
cómic.
Javier: El trabajo conjunto ha sido excelente y considero que hemos
funcionado como una máquina muy bien engrasada. Por el tema de los plazos, mi
parte, la de la ilustración fue muy corrida (realizaba una media de 2 páginas
al día, 7 días a la semana), pero todos los días enviaba a mis compañeros fotos
de las páginas para comentar su acabado y poder realizar correcciones antes de
continuar con las siguientes páginas. Esto ha hecho que el acabado final tenga
muy buen empaque y aceptación, ya que antes de publicarse ya ha pasado por tres
filtros distintos.
-Sinceramente, os ha quedado muy
bien, ¿tenéis pensado, dado el resultado, volver a colaborar?
Guillermo: De hecho yo ya estoy colaborando de nuevo como colorista con
Javier Ortiz, pero con guión de Javier Marquina, para un nuevo álbum que
esperamos sacar para 2019, para este proyecto del que disponemos de más tiempo
quiero dar un salto en cualitativo del coloreado. En lo que respecta a Queco
Ágreda le sugerí que mirase documentación sobre otro personaje aragonés
relacionado con el cine y menos conocido por el público, pero de esto no quiero
decir nada más y decirlo cuando ya se tenga al menos el guión escrito.
Queco: Sí, aunque eso aún está muy verde, estoy en fase de documentación
todavía.
Javier: De hecho, por el momento, todos los proyectos que estoy
emprendiendo los quiero realizar con Guillermo como colorista. Me gustaría
realizar alguna obra completa por mi parte, pero lo que tengo en marcha ya
tengo claro que va a ser el el colorista porque nos
complementamos muy bien y estoy muy contento con el acabado. En cuanto a Queco,
siempre que me propongan algo será un honor poder ilustrarlo, tiene ideas muy
“marcianas” que son las que me gustan a mi.
-¿Amigos, quién os metió en esta aventura?
Guillermo: Daniel Viñuales, editor de GP Ediciones, quien confió en un
dibujante y un colorista que hasta el momento de la edición de “La noche perdida de Luis Buñuel” solamente habíamos participado en el
mundillo de la autoedición con nuestro grupo/fanzine Braink
Comics. Y bueno, parece que lo hemos conseguido y hemos dado el salto al mundo
profesional del cómic.
Queco: Sí, a mí también me lió él. Siempre le bromeo con que me ofreció
escribir el cómic sobre Buñuel porque vivo en Calanda, pero es que ha sido todo
un cambio de registro, porque yo hasta ahora había publicado básicamente cómics
de humor, incluyendo dos para él, los dos volúmenes de “Los Amanticos”, que es
un cómic infantil sobre las aventuras de los Amantes de Teruel cuando eran
niños.
Javier: Pues en mi caso, el “liante” de todo este proyecto es Daniel
Viñuales (GP Ediciones). Recibió la propuesta por parte del Dpto. de Cultura de
la DGA para editar el cómic, y Daniel le propuso el guión a Queco y a mí la
tinta y color. Me sentí fuera de órbita de ilusión ya que iba a ser mi primera historia
profesional y agradecí muchísimo esa muestra de confianza. Volviendo al tema de
los plazos, le comenté que no podría afrontar la fase del color, que debía ser
prácticamente un trabajo solapado a las tintas, y le propuse involucrar a
Guillermo en el proyecto por lo antes comentado, porque sabía que le iba a dar
mucha calidad final al producto… no me equivoqué, a la vista está.