Crónica rural de la posguerra con el maquis de fondo, en
Requena-Utiel
Seguimos las
huella de los Maquis, la resistencia al franquismo y es que , desde los
diferentes apartados, que conforman las diferentes paradas dentro de los
kilómetros del País de Cazarabet ya hemos ido mirando a este fenómeno que
fueron “los del monte”, los maquis en esta zona que estaba muy en ósmosis y
relación con otras zonas. Los maquis que conformaban la resistencia del A.G.L.A.
se movían intensamente por un buen “bocado” de territorio.
Nos vemos
con la oportunidad al tener al alcance algunas lecturas de nuevas
incorporaciones en investigación, estudios, escritos o tesis sobre el fenómeno
maquis del que nuestra zona es “harto sensible”…Entre las muchas
incorporaciones en forma de investigaciones o estudios que ven la luz con
libros o trabajos volcados en webs, blogs y demás, nos gustaría destacar el
libro que editaba hace un tiempo Teófilo Gallega sobre la guerrilla contra el
régimen de Franco en la comarca Requena –Utiel. ¿Una corca demasiado lejana
para nuestro Territorio Cazarabet?, no…les aseguramos que en el contexto de la
guerrilla y del maquis Requena –Utiel no estaba, ni mucho menos, lejos de
nosotros.
Cazarabet
conversa con... Teófilo Gallega, autor de
“La guerrilla antifranquista en la comarca Requena-Utiel (desde sus orígenes
hasta 1947). Crónica rural de la postguerra” (Institució Alfons el Magnànim)
Desde la pluma de Teófilo Gallega nos reúne,
gracias a la edición de la Institución Alfonso el Magnánimo y dentro de la
colección Estudios Comarcales en su nº8, un estudio profundos sobre la
guerrilla antifranquista en la Comarca Requena-Utiel desde sus orígenes hasta
el año 1947
Lo que nos dice la editorial. La sinopsis del
libro:
La presente obra investiga, en forma de crónica, el
fenómeno histórico de la resistencia armada antifranquista (o guerrilla) en la
comarca Requena-Utiel, zona originaria del 5º Sector de la Agrupación
Guerrillera de Levante y Aragón.
Para su elaboración se ha recurrido a un exhaustivo
manejo de fuentes archivísticas, en hemerotecas, bibliográficas y orales. Por
las páginas de este libro desfilan cientos de personas que, en julio de 1936,
se enfrentaron a la sublevación militar contra el Gobierno de la República y
que tras la derrota de abril de 1939 no se resignaron a mantener una actitud
sumisa ante la despiadada dictadura del general Franco, en oponerse a su a
través de la militancia clandestina en partidos y sindicatos
y ilegalizados por el régimen y, con mayor compromiso y riesgo, al
formar parte de las organizaciones antifranquistas de la Resistencia que
apoyaron a la guerrilla o colaborando de forma individual con ella.
Descubriremos la trayectoria política y vital de los guerrilleros y de sus
colaboradores , las acciones que llevaron a cabo, la brutal violencia ejercida
por las fuerzas represivas para aniquilar cualquier tipo de oposición y la
negligente y arbitraria actuación del aparato administrativo y judicial del
régimen a la hora de aplicar justicia.
Teófilo Gallega es profesor de árabe en la Escuela
Oficial de Idiomas de Valencia. Ha publicado algunas tareas en el campo de la
didáctica de esta lengua y como en el los estudios andalusíes.
Cazarabet conversa
con Teófilo Gallega:
-Amigo
Teófilo, ¿qué es lo que te ha llevado a escribir este estudio, muy minucioso y
preciso, sobre la memoria del maquis la Comarca de Requena- Utiel?
-Amigo Javier. En primer lugar, he de decirte que
mi relación con este estudio es un poco especial pues yo no provengo del campo
de la Historia contemporánea, ni siquiera de la Historia en general. El
detonante que me llevó a empezar este trabajo fue el hallazgo de los restos de
mi tío abuelo Federico Gallega García en una fosa común en Huélamo en
el año 2006. Federico había marchado voluntario al frente tras la sublevación
militar del 18 de julio de 1936, como muchos otros antifascistas. Militó en el
Partido Comunista y al acabar la guerra fue encarcelado. Cuando obtuvo la
libertad condicional en 1943 se unió a otros compañeros que habían reorganizado
el partido de forma clandestina en la aldea de Jaraguas desde 1941. Por esas
fechas también se habían constituido numerosos Comités locales del PCE en la
comarca: Requena, Utiel, Camporrobles, Venta del Moro, etc. Eran
organizaciones de la Resistencia antifranquista que crecían en España al igual
que surgían organizaciones de la Resistencia en los países ocupados por los
nazis. Algunas de estas organizaciones, como la de Camporrobles,
ya empezó a
colaborar con la guerrilla urbana antifranquista de València y
el grupo de Gandía desde antes de la llegada a la comarca de los primeros
guerrilleros enviados desde Francia por el PCE. Fue a finales de diciembre de
1945 cuando llegan Emilio Cardona (Jalisco), Atilano Quintero (Tomás) y
Fulgencio Sirvent (Rodolfo) a Campo Arcís,
de donde era Jalisco. Ellos, junto con otros que se les unieron, serán los que
articulen la lucha armada en la comarca Requena-Utiel, que meses después se
constituirá en el 5.º Sector de la Agrupación
Guerrillera de Levante.
Los Comités locales del PCE de Venta del Moro, de
Jaraguas y de otras de las aldeas dieron soporte a los guerrilleros desde el
primer momento. Federico será uno de sus enlaces y puntos de apoyo. En
septiembre u octubre de 1946 tuvo que incorporarse a la guerrilla para no caer
en una redada. Falleció el 3 de junio de 1949 en un encuentro con la Guardia
Civil en la sierra de Valdeminguete, en Huélamo.
Fue enterrado en una fosa común en la que cuatro años antes también habían
enterrado a otros dos guerrilleros fallecidos en Huélamo.
En octubre de 2006 la ARMH de Cuenca procedió a la exhumación de los cuerpos de
los dos guerrilleros fallecidos en 1945 a petición de sus familias, uno era de
Puebla de Alcocer (Badajoz) y el otro de Granada. En el proceso de exhumación
dieron con los restos de Federico y también los exhumaron. Pero hasta pasados
varios meses no lograron localizar a ninguno de sus familiares. Un buen día
sonó el teléfono y le dieron la noticia a mi padre del hallazgo y exhumación de
su tío Federico. Mi padre no había vuelto a saber nada de él desde 1947. Ahora
sabemos que falleció el 3 de junio de 1949 en un encuentro con la Guardia
Civil. Hay constancia documental de que desde 1950 el Tribunal Militar de València,
el Ayuntamiento y el Juzgado municipal de Huélamo ya conocían la
identidad de Federico, de hecho, en esas fechas se añadió su nombre en el acta
de defunción. Pero jamás se comunicó a sus familiares su muerte. Federico
Gallega se convertía así en un desaparecido más de la dictadura franquista; en
una víctima de “desaparición forzada”, tal como sería calificado este delito
por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El 3 de junio de 2007, justo cuando se cumplían 58
años de su fallecimiento, sus restos fueron de nuevo inhumados en el cementerio
de la localidad que le vio nacer, Jaraguas. Desde entonces, el deseo de conocer
las vicisitudes de su vida y muerte me llevó a emprender esta investigación. Y
he de confesar que ha sido todo un atrevimiento por mi parte pues ni soy ni mi
considero un historiador. Tan sólo un curioso movido por el afán de conocer qué
fue de su vida, por qué decidió hacerse guerrillero, quiénes fueron sus
compañeros o cómo era la España de aquellos tiempos. Todas esas preguntas me
llevaron a leer libros, a visitar archivos, a hacer largos viajes para conocer
a sus antiguos compañeros de lucha, a recorrer montes para localizar sus
campamentos, a entrevistar a paisanos para que me narraran de primera mano sus
vivencias de aquella época. Parte del fruto de esas investigaciones está
plasmado en este libro. En él, he tratado de explicarme a mí mismo todas esas
preguntas para las que no tenía respuesta.
Pero he de aclarar que este libro no es una
historia sobre mi tío abuelo Federico. Federico es uno más de los cientos de
protagonistas que aparecen en sus páginas.
-¿Por qué te centras en esta Comarca?
¿Qué tiene de particular?
-La verdad es que mi intención primera era
investigar sobre Federico y escribir algo corto para contribuir con ello a
restaurar, o reparar, su memoria. Pero empecé a viajar y a indagar y conocí a
algunos de los que fueron sus compañeros de la Resistencia (unos ya habían
fallecido pero otros seguían vivos), y me dije que también tenía que hablar de
ellos y de su lucha. El centrarme en la comarca Requena-Utiel viene de la mano
pues de aquí era Federico y esta será la zona en la que surgirá el 5.º sector
del AGLA.
-La
orografía de esta comarca es muy "atractiva" y adecuado para hacer y
llevar a cabo la lucha de guerrilla, ¿no ?. Cuéntanos.
-En realidad, el
hecho de que esta comarca se constituyese como núcleo de uno de los sectores
del AGLA fue más bien fortuito. No fue una elección estratégica en la que su
orografía jugase un papel decisivo. Los tres guerrilleros que llegan a
Campo Arcís a
finales de 1945 eran los restos de dos grupos enviados desde Francia cuyo
destino no era esta comarca, pero debido a varios encuentros con la Guardia
Civil se disgregaron. Atilano Quintero (Tomás) era canario y Fulgencio Sirvent (Rodolfo)
había residido en Murcia. El único que provenía de zona rural con posibilidades
de apoyo era Emilio Cardona (Jalisco). Por eso decidieron ir a Campo Arcís y
tratar de montar en esa zona un núcleo guerrilero. Para instalar
sus campamentos buscaron las intrincadas hoces y barranqueras del río Cabriel,
zona que además era límite interprovincial, y, por tanto, menos vigilada por
las patrullas de la Guardia Civil.
-¿Como surgieron y se desarrollaron las
primeras partidas de guerrilleros que se "tiraron al monte"?
-Los primeros
reclutados para engrosar las filas de la Resistencia armada en la comarca
fueron personas que ya tenían “experiencia de guerra” previa. Algunos se
hallaban en situación de “huidos”, como el Manco de La Pesquera o Chispa. Otros
eran “semihuidos”,
como Flores, la Llave, Pepín, Arturo y Segundo. Otros procedían de la guerrilla
urbana, como Ventura y el grupo de Gandía: Luis, Cariño, Bartolo, Jaimito y
Juanito. Y otros estaban en situación “legal”, como Baúl. También hubo
“veteranos” que ingresaron por su odio al régimen y sus lazos de amistad con
alguno de los guerrilleros que iban ingresando, como Bienvenido, Peñaranda,
Canuto y Salvador. También los hubo que venían enviados de otros sectores, como
Chaval, Matías, Julio y el Peca. En otra categoría han de figurar los jóvenes
reclutados por la AGL que no tenían esa “experiencia de guerra” que sí poseían
los “veteranos” de la Guerra Civil y del Maquis francés. La AGL llevó a cabo
una campaña de reclutamiento entre jóvenes que debían ingresar en el Servicio
militar animándoles a que desertaran y se uniesen al AGLA, como Angelillo,
Carlitos, Raimundo, Rodolfo, Peret, Paco y Julio. Por
último, estaban los enlaces y puntos de apoyo de la guerrilla que para evitar
caer en manos de la Guardia Civil tenían que “echarse al monte”. Los dos
primeros que lo hicieron fueron Federico Gallega (Eugenio) desde Jaraguas y
Victorio García (Gerardo) desde Venta del Moro. Fue a finales de setiembre o en
octubre de 1946, cuando la guerrilla ya llevaba asentada en la comarca diez
meses. El siguiente en hacerlo fue Damián López (Roberto), en febrero de 1947.
Estos tres son los únicos que se “echaron al monte” en la comarca en los dos
primeros años de andadura de la guerrilla. Otros enlaces tuvieron peor suerte,
ya que no les dio tiempo de “tirarse al monte” y fueron asesinados, como César
García o Ricardo López.
-¿Y cómo se pudieron
mantener con este tipo la guerrilla en esta comarca?
-La verdad es
que a finales de enero de 1947, dos de los tres campamentos que había en la zona
del 5.º Sector
fueron asaltados por la Guardia Civil. En uno fallecieron cinco guerrilleros y
un enlace, en el otro fueron tres las bajas. De modo que el 5.º Sector
quedó inoperativo de la noche a la mañana. Los guerrilleros supervivientes y
los de su tercer grupo quedaron adscritos al 11.º Sector. A
mediados de 1947 habrá una reorganización de los Sectores 5.º y 11.º, y en
octubre de ese mismo año otra pequeña reorganización hará que las comarcas
Requena-Utiel y Hoya de Buñol-Chiva, en la que operan los grupos de
Jalisco y Chaval, pasen a pertenecer a la demarcación del 11.º Sector. Es en
esos momentos cuando se decide también que el 17.º Sector, dada su
vasta extensión, se divida en dos. Entonces se crea el 23.ª Sector,
que se expandirá hacia el Ebro incluyendo el Bajo Aragón. A partir de entonces
la Agrupación Guerrillera de Levante (AGL) pasará a denominarse Agrupación
Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA).
Tras estos cambios la zona de acción del 5.º Sector
abarcará -grosso modo- la provincia de Cuenca, excepto la parte de la vertiente
izquierda del río Cabriel que quedaba dentro de la demarcación del 11.º Sector.
El 5.º,
a partir de entonces se irá extendiendo por el norte de la provincia de Cuenca
hacia Guadalajara y parte de Albacete por el sur. La comarca Requena-Utiel,
adscrita al 11.º Sector, quedará en la práctica
como zona principalmente de paso de la guerrilla en su tránsito hacia una nueva
zona que empezaron a “abrir” y que ofrecía mayores posibilidades de
asentamiento para la guerrilla: la muela de Cortes de Pallás, Cofrentes,
el Valle de Ayora y la Canal de Navarrés.
-Pero el sector nº5 de la guerrilla
tenía muchas interacciones y interrelaciones en un amplio sector a cubrir para
hacer la guerra de guerrillas, ¿verdad ?. ¿Cómo se lo
hacían?
-Como ya te he
comentado, desde octubre de 1947 la comarca Requena-Utiel dejó de pertenecer al
5.º Sector
y pasó a quedar incluida en la demarcación del 11.º Sector. De los guerrilleros
más carismáticos que desde un principio operaban en la comarca Requena-Utiel,
zona originaria del 5.º Sector, como fueron Jalisco,
Chaval, el Manco de La Pesquera y Segundo, los dos primeros pasaron al 11.º
Sector y siguieron transitando por esta comarca en sus desplazamientos hacia
las nuevas zonas de operaciones: la muela de Cortes, Cofrentes y
la Canal de Navarrés. Sin embargo, el Manco de La Pesquera
quedó adscrito al nuevo 5.º Sector pues conocía muy bien toda
la provincia de Cuenca, incluso llegó a dirigir grupo propio. Lo mismo le
ocurrió a Segundo, originario de Tébar, también fue adscrito al 5.º Sector
y llegó a dirigir uno de los grupos de este sector. Pero este trabajo no trata
del 5.º Sector
sino de una comarca determinada, la de Requena-Utiel, y sus zonas limítrofes,
pues la guerrilla solía establecer sus bases en zonas intercomarcales e
interprovinciales, por estar menos vigiladas.
-¿Qué metodología de
trabajo has utilizado en este estudio ?. ¿Cómo
ha ido el proceso de documentación, estudio y demás...?
-Como ya te dije, no provengo del campo de la
Historia y carezco de formación específica en este ámbito, pero he tratado de
aplicar criterios científicos, en la medida de mis conocimientos y
posibilidades, en el manejo y análisis de las fuentes, tanto secundarias como
primarias. Entra estas últimas he manejado documentación de diversos archivos,
pero también fuentes hemerográficas y orales, así como
biografías, autobiografías y memorias, algunas publicadas y otras inéditas. Uno
de los problemas que a veces me surgían al manejar las fuentes primarias es que
me encontraba con testimonios de guerrilleros o de colaboradores que eran
equívocos, falsos o con medias verdades. Era algo lógico ya que trataban de
minimizar las consecuencias de sus declaraciones y así evitar una condena más
severa. Me fue muy útil la lectura de Apología para la historia o el
oficio de historiador, de Marc Bloch. Él te previene de que los
testigos pueden equivocarse o mentir, pero es necesario tratar de entender el
porqué del engaño, los motivos. Sus consejos me fueron muy provechosos para
desmontar algunas falsedades y manipulaciones que aparecían en los sumarísimos.
Entre las fuentes secundarias han sido de gran ayuda las obras de los
historiadores que han trabajado sobre el AGLA: Fernanda Romeu,
Salvador F. Cava, José Ramón Sanchis, Josep Sánchez Cervelló y
Mercedes Yusta. Ahora también contamos con los
interesantes trabajos de Raül González sobre las comarcas del Norte del País
Valenciano. Los trabajos de Francisco Moreno y Secundino Serrano también fueron
de ayuda. Una obra especialmente útil por sus presupuestos teóricos en el
análisis del fenómeno de la lucha armada ha sido el libro de Jorge Marco, Guerrilleros
y vecinos en armas. Identidades y culturas de la resistencia antifranquista.
Me ha inspirado mucho su estudio tipológico sobre los integrantes de la
guerrilla: la existencia o ausencia de “experiencia de guerra” previa; sus repertorios
de acción; el concepto de violencia: selectiva vs. Indiscriminada; la
propaganda: mítines, prensa clandestina, pasquines, etc., pero también la
“propaganda por el hecho” …También hemos recurrido en este estudio
al trabajo de campo. No sólo en entrevistas orales con exguerrilleros y
testigos de la época, también hemos recorrido muchos kilómetros y caminado por
montes y barrancos para localizar sus campamentos. Los que tenían en las Hoces
del Cabriel, por ejemplo, me llevó localizarlos casi un verano de largas y
dificultosas caminatas por una orografía tan agreste y complicada como la de
las Hoces. Una cosa que te habrá llamado la atención del libro es
su densidad, ¡y eso que sólo abarca hasta finales de 1947 en una comarca
concreta! Esto es así porque el libro abunda en el detalle. Es muy descriptivo.
La razón es que desde un principio empecé a investigar sobre mi tío abuelo
Federico, y por extensión sobre la guerrilla, desde la perspectiva
memorialista. A mí, como sobrino nieto de Federico, me interesaba conocer de su
vida y sus vicisitudes hasta en sus detalles más nimios. Pensé que a los
descendientes de los cientos de personas que aparecen en sus páginas les
pasaría lo mismo que a mí y que, llegado el caso de que cayese en sus manos
este libro, podrían “deleitarse” con la prolijidad de lo narrado. Ya lo
advierto en la introducción, tanta minuciosidad resultará para muchos tediosa.
Sé que a muchos historiadores les tira para atrás este tipo de monografías de
carácter “enciclopedista”, pero espero haber compensado este aspecto con otros
que también aparecen en el libro. Por otra parte, gracias a esa
perspectiva micro histórica, gracias a aplicar el microscopio a
los documentos y a los hechos, hemos podido descubrir los mecanismos no sólo de
la represión sino también del aparato judicial; la connivencia que existía
entre ambos aparatos, el represor y el judicial: denuncias prefabricadas,
falsos testimonios, coacción, negligencia, arbitrariedad…
-¿Hay que tener, además, una
metodología de trabajo como muy cuidada, es así para aparte del estudio y investigación,
poder poner orden, verdad?
-La verdad es
que, con tanta documentación y tanto dato, muchos de ellos contradictorios, es
necesario ser muy metódico en el trabajo. Una de las herramientas que tuve que
utilizar para poder aclárame con los grupos de guerrilleros que se van formando
y cuyos miembros van pasando de uno a otro en diferentes épocas debido a las
sucesivas reorganizaciones fue CmapTools, que permite crear
mapas conceptuales, diagramas, esquemas, etc. También tiré mucho de tablas
cronológicas que iba elaborando y contrastando. Y tuve que aprender rudimentos
básicos de orientación, lectura de mapas, manejo de la brújula y del GPS para
localizar sus campamentos. Tengo una gran colección de mapas topográficos que
he ido adquiriendo para realizar mis excursiones, no sólo de la comarca sino de
otras zonas del territorio AGLA pues visité muchos campamentos que tuvieron
cierta relevancia en el AGLA. Pero estos mapas, de esacala 1:25.000
se quedaban cortos. Tuve que recurrir a los del SIGPAC. Sus orto fotos de
escala 1:5.000 permiten descubrir caminos y sendas que no recogen los
topográficos.
-¿Qué
aporta este estudio de investigación, como de nuevo, a la historiografía hacia
el estudio de la guerrilla antifranquista en España? Hay muchos estudios en
torno al fenómeno del maquis, ¿verdad? Todos tienen puntos de confluencia, pero
no pocos tienen, también puntos de divergencia. Coméntanos, por favor, sobre
los puntos en común y los puntos divergentes....
-Una de las cuestiones más interesantes que este
trabajo aporta a la historiografía de la guerrilla es el papel otorgado a las
organizaciones antifranquistas de la Resistencia, algunas de las cuales
surgieron mucho antes de llegar la guerrilla a la zona y otras se configuraron
entonces para darle soporte. Hemos establecido la tipología no sólo de los
guerrilleros que actuaron en la comarca sino también de estas organizaciones de
la Resistencia. Pero el libro no sólo otorga un papel importante a estas organizaciones
como tales, sino que además sitúa su enfoque en los propios resistentes, fuesen
guerrilleros del monte o del llano. Eran personas marcadas por el devenir
histórico de aquella época y comprometidas con una causa: restaurar la
democracia. En este sentido podríamos decir que es una historia hecha desde
abajo y con los de abajo, los resistentes.
En relación con esto, un aspecto a destacar de este
estudio es el papel otorgado a la biografía, al relato biográfico. Me pareció
muy importante trazar la biografía, en la medida en que esto fue posible, de
los cientos de protagonistas que aparecen en el libro, pues muchos de los
“hechos históricos” que tratamos sólo pueden ser interpretados correctamente
cuando conocemos la vida de sus protagonistas: su infancia, su toma de
conciencia social, su despertar ideológico, sus aspiraciones frustradas tras la
sublevación militar del 18 de julio, su compromiso y su lucha por recobrar la
democracia, su conciencia colectiva forjada en el combate, sus lazos de
solidaridad y el sentimiento de grupo que les dio su experiencia en la
guerra…Otra cuestión, creo que interesante, es el análisis de la represión.
Casi todos los libros sobre el fenómeno de la lucha armada antifranquista tocan
este tema pues la represión ejercida por las fuerzas del régimen fue brutal,
como lo fue durante la propia Guerra Civil. Lo que aporta este trabajo es que
analiza con casos concretos y con pruebas documentales los mecanismos de esta
represión. La connivencia entre las fuerzas represivas y el aparato judicial,
las torturas, la coacción a los detenidos, cómo se fabricaban pruebas, cómo se
cebaban con personas inocentes que no habían cometido otro “delito” que haber
militado en alguna organización del Frente Popular. Otro aspecto que
también hemos tenido en cuenta en este trabajo es dotar al lector de un marco
histórico, tanto a nivel nacional como internacional, del contexto político y
social en el que la lucha armada tiene lugar, incidiendo de manera especial en
el papel del PCE, por ser ésta la organización que apostó de manera más
decidida por la lucha armada y también porque esta organización fue la
impulsora del AGLA, aunque entre los guerrilleros de esta Agrupación y sus
puntos de apoyo los hubo no sólo comunistas sino también anarquistas,
socialistas, ugetistas, republicanos e incluso sin adscripción política.
-¿Cómo fue este periodo de lucha
guerrillera para los ciudadanos de a pie de calle? Y dentro del
ámbito rural, ¿qué repercusión experimentó?
-La estrategia
del régimen franquista para acabar con la lucha armada consistió en neutralizar
a sus puntos de apoyo y enlaces mediante una política que incluía el uso de
redadas indiscriminadas, el asesinato, el empleo abusivo de la ley de fugas, la
coacción, la aplicación de salvajes torturas durante los interrogatorios y un
uso negligente y arbitrario de los tribunales de Justicia. Pero esta maquinaria
no sólo se llevó por delante a guerrilleros, enlaces y puntos de apoyo, también
engulló a inocentes ciudadanos cuya única “culpa” era la de estar conceptuados
como “rojos”. Se pretendía extender el terror ante la población civil para que
la guerrilla tuviera cada vez más dificultad en encontrar puntos de apoyo. En
el libro hay un capítulo que habla de este tema de manera bastante extensa.
Pero conviene recordar que la represión de la población civil no fue una
táctica que el régimen franquista utilizara por primera vez durante su lucha
contra la guerrilla pues ya fue ampliamente usada durante la Guerra Civil. La
parte del Ejército que se sublevó contra el Gobierno republicano, con ayuda de
la Alemania nazi y de la Italia fascista, utilizó los ataques a gran escala
contra la población civil como recurso para ganar la guerra. Basta recordar los
bombardeos en Madrid, Durango, Guernika, Cartagena, Alicante,
Valencia, Xàtiva, Alcañiz, Reus, Tarragona, Lleida,
Barcelona, Granollers, Figueres… Ciudades que fueron
bombardeadas por la Aviación franquista, la Legión Cóndor alemana o la Aviación
Legionaria italiana, con el principal fin de masacrar y aterrorizar a la
población civil. Pero esta no fue la única táctica usada. Por allí por donde
pasaban las tropas sublevadas la matanza de ciudadanos que habían militado en
organizaciones del Frente Popular estaban a la orden del día. Recordemos la
masacre de Badájoz por las tropas de Yagüe o lo
ocurrido en tantos y tantos pueblos por donde las tropas sublevadas pasaban. El
general Mola era muy claro cuando decía: “Hay que extender el terror; hay que
dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos a todos los que no piensen
como nosotros”. Fue una política de exterminio. Pero pese al terror ejercido
contra la población civil las fuerzas leales a la República no cejaron en su
empeño de luchar contra el fascismo golpista.
En la lucha contra la Resistencia antifranquista el
régimen siguió aplicando su política de terror, sobre todo a partir de mediados
de 1947. Las consecuencias de esta política de “tierra quemada” supusieron,
además del despoblamiento de zonas rurales, la cárcel, la tortura y, a veces,
la muerte, no sólo de guerrilleros, enlaces y puntos de apoyo, también de
cientos de inocentes que no tenían más culpa que la de no comulgar con el
ideario de la dictadura. Pero la arbitrariedad era tal que hasta personas
inocentes y de ideología conservadora y de derechas también fueron engullidas
por la indiscriminada maquinaria represiva franquista. Algún ejemplo de esto
aparece en el libro.
-La guerrilla daba
golpes y se daba a la fuga, ¿qué tipo de reacción llevaba a cabo este
comportamiento?
-Entre las
operaciones que llevaban a cabo los grupos guerrilleros y las fuerzas
represivas se solía establecer un mecanismo de acción-reacción que a veces
solía crear una espiral de violencia que se iba realimentando a sí misma. Una
acción de la guerrilla solía provocar una reacción de las fuerzas represoras,
normalmente detenciones arbitrarias. Es, por ejemplo, lo que ocurrió en el
ataque al cuartel de la Guardia Civil en Los Isidros. Al día siguiente de
que los detenidos y torturados en el cuartel fuesen llevados a València ante
el juez, los guerrilleros atacaron el cuartel como represalia. Lo cual volvió a
desencadenar una nueva reacción de las fuerzas represoras que detuvieron a más
personas. La violencia que se daba en la posguerra estaba ligada a la “cultura
de violencia” que se dio durante la Guarra Civil. Sin embargo, unos y otros la
utilizaban de forma muy diferente. La guerrilla evitó siempre que pudo los
enfrentamientos y cuando utilizó la violencia fue siempre de forma selectiva
contra determinadas personas de las que pensaban que les habían traicionado o
habían cometido alguna tropelía contra los puntos de apoyo. Evidentemente, en
estas acciones pudo haber excesos y errores por parte de la guerrilla en
determinadas ocasiones. Sin embargo, la violencia ejercida por las fuerzas
represivas fue, por norma, indiscriminada, arbitraria y cruel.
-¿Era rápida la respuesta de las
autoridades? Las represalias eran muchas y el castigo rotundo y no sólo para la
guerrilla... se tenía que hacer correr el miedo, ¿verdad?
-Eran las Brigadillas de
Información de la Guardia Civil las que respondían de forma más brutal e
indiscriminada, al igual que la Brigada Político Social de la policía. Solían
utilizar métodos aprendidos de la Gestapo y de las SS nazis. La colaboración de
la Gestapo y las SS con Franco se remonta a noviembre de 1937, cuando éste
pidió a Alemania que le enviasen una comisión de expertos que pudieran instruir
a la policía española. La comisión fue encabezada por el coronel de las SS
Heinz Just,
que en los juicios de Núremberg sería sentenciado a muerte. Esta colaboración
llegó a su punto culminante el 31 de julio de 1938, fecha en que Martínez
Anido, ministro de Órden Público y el jefe de las
SS, Heinrich Himmler,
firmaron un acuerdo de cooperación. Ese mismo verano se desplazaron a
Valladolid funcionarios especializados de la Gestapo que adiestraron a sus
colegas españoles en los métodos de interrogatorio y en las técnicas policiales
empleadas en Alemania. De modo, Javier, que ya te puedes hacer una idea del
calvario por el que debían pasar muchos de los detenidos. Los más expuestos a
la represión eran los enlaces, los puntos de apoyo de la guerrilla y, en
general, cualquier persona que tuviese “antecedentes” por haber defendido la
legalidad republicana o por haber militado en sindicatos y partidos del Frente
Popular. Estos fueron los verdaderos héroes de la Resistencia. Es algo que los
propios guerrilleros siempre reconocerán. Los zarpazos del régimen contra la
población civil fueron constantes. Nos podemos hacer una idea cuantitativa de
lo vasta que fue la represión ojeando el último libro de Salvador F.
Cava, Censo e imágenes de la lucha antifranquista en Levante y Aragón
(1945-1956). El nivel de violencia, de terror, era tal que hubo todo tipo
de reacciones entre la población civil, pero también entre los propios
guerrilleros: delaciones, deserciones, colaboración con las fuerzas represivas…
Creo que habría que ponerse en su piel para poder juzgar estos comportamientos
con cierta ecuanimidad. Pero hubo muchos, muchísimos casos de personas que
resistieron los zarpazos de la represión sin que ésta consiguiera doblegarlos.
Y pienso ahora mismo no en los memorables mártires de la Resistencia forjados
por una determinada ideología y curtidos en mil batallas, sino en las sencillas
familias que padecieron lo indecible y ni siquiera eso las hizo claudicar, como
las de Casa del Valiente y Casa de la Madre, dos puntos de apoyo muy
importantes en la zona. Quisiera finalizar esta entrevista con unas palabras de
uno de estos puntos de apoyo, Adelina, a quien los guerrilleros apodaron la
Madre: “Porque yo me hice esta cuenta, algo llevan estos señores, yo no
comprendo de política ni de cosas, es verdad, me he criado toda la vida en el
monte, porque si hubiera estado en el pueblo, hasta leer podía haber sabido.
Pero así, me he tenido que fastidiar… Yo me decía, cuando van esos señores por
el monte, algo quieren defender o algo quieren sacar a flote;
hay que ayudar, porque los veías con esa amabilidad. Yo me dije: esas personas
algo defienden que es obligado ayudarles. Así que yo no he tenido miedo. Adonde
va el cuerpo, va la muerte, que sea lo que Dios quiera, pero yo no me hice
cobarde, porque luché lo que pude…”. La cita está sacada de una
entrevista que Fernanda Romeu hizo a Adelina Delgado (la Madre)
en Cofrentes en
1985, y la traigo a colación porque creo que ejemplifica el valor de estos
héroes anónimos, de los que la Historia (con mayúsculas) se suele olvidar y de
los que aparecen a centenares en La guerrilla antifranquista en la
comarca Requena-Utiel. Un libro cuyo principal objetivo es que sirva de
homenaje a esos héroes que habían quedado sepultados por décadas de olvido y
desmemoria.