Arte

La leyenda de las mareas mansas

 

 

Libros que son obras de arte.

En Aragón se editan libros que, además de ser tributos literarios, son monumentos al arte que, además, conjuntan de manera perfecta la palabra y la imagen…

Un libro, La leyenda de las mareas mansas, que es toda una obra de arte desde lo literario a la ilustración y viceversa, gracias al tándem de Irene Vallejo y Lina Vila.

 

 



irenevall.jpgCazarabet conversa con...   Irene Vallejo, autora de “La leyenda de las mareas mansas” (Comuniter)

 

 

 

 

 

 

Irene Vallejo pone la pluma a un conjunto de breves cuentos que edita Comuniter, en realidad es un cuento hecho de “pequeños cuentos” basado en la fábula de Ceix y Alcíone de las “metamorfosis de Ovidio.

Como nos tiene acostumbrados Irene nos acerca con sus historias a las primeras historias que se escribieron y que son el hilo del que, de alguna manera, tiran todos los creadores.

Este libro se convierte, además, en una pequeña obra maestra, sencilla y sublime, ya que se encuentra ilustrado por la mirada creativa de Lina Vila.

Su amor por “lo clásico” se deja leer en sus libros, desde la primera frase…pero ya no es solamente amor por lo clásico sino, también, ganas de enseñarnos quiénes fueron aquellos clásicos que al emocionarla a ella, ella se encarga de trasladarnos esa emoción de una manera sublime.

Pocas escritoras, hay en el panorama actual, tan poco pretenciosas y que, a la vez, sean tan atrayentes…sus historias te atrapan como en una tela de araña.

Lo que nos dice la sinopsis del libro:

La leyenda de las mareas mansas es "un libro para niños valientes que se atreven a embarcarse hacia lo desconocido", una sugerente revisión de la fábula de Ceix de Alcíone, presente en las Metamorfosis de Ovidio. Irene Vallejo deslumbra rescatando y actualizando un cuento mitológico, apoyado por las elegantes acuarelas de Lina Vila, y los brillantes colores del martín pescador que se despliegan a lo largo de toda la lectura. Nuestra labor fue redondear un material tan perfecto, ordenar sus páginas, y prestar a cada ilustración el espacio y narración que necesitaban, hasta construir así un cuento luminoso y ensoñador. 

Entre sus libros os aconsejamos entre todos porque es casi una injusticia para los demás: El silbido del arquero y Alguién habló de nosotros.

Pero una vez entras en su universo de letras y recuerdos no puedes dejarlo, así que apuntad: Terminología libraria y crítico-literaria en Marcial , El pasado que te esperaLa luz sepultada,  El inventor de viajes..

Nuestra autora, Irene Vallejo—desde la wikipedia--:

Doctora en Filología Clásica por las universidades de Zaragoza y Florencia, su labor se centra en la investigación y divulgación de los autores clásicos; así, por ejemplo, colabora con el periódico Heraldo de Aragón, donde mezcla temas de actualidad con enseñanzas del mundo antiguo. Fruto de ese trabajo ha publicado dos libros recopilatorios de sus columnas semanales, El pasado que te espera y Alguien habló de nosotros.

Compagina esa labor con su actividad literaria. En 2011 publicó su primera novela, La luz sepultada, una historia de suspense. Su segunda novela fue El silbido del arquero, publicada por la editorial Contraseña, en la que plantea una historia de aventuras y amor, ambientada en tiempos legendarios, recordando a los conflictos contemporáneos. También ha cultivado la literatura infantil y juvenil con las obras El inventor de viajes, ilustrada por José Luis Cano, y La leyenda de las mareas mansas, en colaboración con la pintora Lina Vila. Ha sido incluida en la antología de narradoras aragonesas Hablarán de nosotras (2016) con el relato El mal invisible.

No te puedes perder:

http://www.heraldo.es/tags/autores/irene_vallejo.html

http://www.aragondigital.es/noticia.asp?notid=133047

La ilustradora, Lina Vila:

http://www.linavila.es/

 

 

 

Cazarabet conversa con Irene Vallejo:

irenevallejo-(3).jpg-Irene, por favor, háblanos de las “fuentes de inspiración” en las que basas tus narraciones….esos relatos que vienen de la añorada Grecia hasta quizás, la  un poco más fastuosa Roma…

-Siendo niña, tuve la inmensa suerte de que mis padres me contasen leyendas de la mitología griega antes de dormir. Los clásicos se convirtieron ya entonces en mi paisaje imaginario favorito. Con la Odisea me enamoré de la lectura, y el primer amor no se olvida. Es un libro tan vivo que inspiró a Joyce para cambiar el rumbo de la literatura contemporánea. Nos habla de desvíos y búsquedas, de trampas y lealtades, de deseo y ausencias, del placer de salir a la aventura y de la nostalgia del hogar. El relato rebosa suspense, ambigüedad y humor. Me parece imprescindible. Cuando empecé a leer a los autores de la antigua Grecia y Roma en profundidad y a traducirlos durante mis años universitarios, sentí que sus voces sonaban cercanas, emocionantes, muy vivas. Podemos reconocer nuestras angustias y nuestras esperanzas en sus palabras.

-En el caso de La Leyenda de las Mareas Mansas, te basas en la fábula de Ceix y Alcíone de las Metamorfosis de Ovidio. ¿Qué es lo que atrae  de esta fábula para hacer de ella este “cuento de cuentos”?

-Gracias a esas voces familiares y cálidas, descubrí también las fábulas de Ovidio. Con La leyenda de las mareas mansas he querido acercar a pequeños lectores de hoy el mismo luminoso regalo que yo recibí, adaptando en clave muy personal la historia de Ceix y Alcíone. Ovidio escribió las Metamorfosis, las Mil y Una Noches de los romanos, para explicarnos que la vida es transformación constante. En todas las historias alguien cambia de forma: se convierte en pájaro, en lobo, en araña, en narciso, en álamo, en sauce llorón, en río… Seguramente no hay ninguna obra antigua que haya fascinado tanto, al menos desde la Edad Media y el Renacimiento, tan recreada y pintada y recordada, como este elogio del cambio. Ovidio pretende revelar la unidad y el parentesco de todos los seres vivos. En este poema maravilloso, las estrellas, los animales y los seres humanos están hechos de la misma materia cambiante. Me deslumbró ese mensaje de hermandad con resonancias ecologistas. Hoy es más necesario que nunca.

-¿Cómo ha sido el contar con la colaboración inestimable de Lina Vila para que ilustre esta leyenda?

-Conocí las pinturas de Lina Vila hace años y pensé inmediatamente que deseaba explorarlas con las palabras, porque para mí las palabras son como las antenas de un insecto, mi manera de explorar lo que me rodea. Sentí el deseo de contar una historia que sucediese en su mundo, dar voz a los personajes de sus cuadros. Escribí este cuento soñando con el universo poético y fascinante de Lina, bajo su hechizo. Y Lina ha respondido, apropiándose de la historia. Ha expresado la fragilidad de los deseos de los protagonistas y el dolor de la ausencia. Ha sido capaz de dibujar un sueño, una pompa de jabón, la añoranza, el mar turbulento, el cuerpo femenino transformado por la espera. Sin ella, el libro no existiría.

irenevallejo-(5).jpg-¿Y cómo era un día a día de trabajo con ella…cómo lo hiciste porque no debe ser sencillo?

-Lina es una creadora muy exigente consigo misma, apasionada, infatigable. Para cada ilustración, preparaba al menos diez bocetos, que luego extendía en la mesa de su estudio ante mis ojos maravillados. Ella posee un mundo propio, crea atmósferas mágicas, misteriosas, emocionantes, que yo he intentado traducir a la música del lenguaje. Me he sentido inspirada por ella a cada paso. Y privilegiada por poder contemplar su proceso creativo, viendo nacer el paisaje literario que ha inventado con sus acuarelas.

-Las fábulas, leyendas, cuentos…es como si estuviesen como concebidos para dejar de ser leídos a cierta edad (es como si no pudiésemos leer lo que leíamos a los seis, ochos o doce años y eso no me encaja…), en cambio soy de las personas que creen que eso en un error mayúsculo porque yo veo en las fábulas clásicas, vengan de donde vengan, son la savia narrativa que recorre el tronco del árbol  de la creatividad de la que, por activa o por pasiva, nos alimentamos todos y hoy todavía, ¿qué nos puedes decir?

Cuando imagino cuentos infantiles, me repito que los niños son sabios y que, gracias la magia de las palabras, pueden entenderlo todo. Y creo sinceramente que un buen libro fantástico de vez en cuando, le hace bien a cualquier adulto. Necesitamos historias que nos enamoren y entusiasmen, simplemente para despertar ese entusiasmo innato que creemos, equivocadamente, le corresponde solo a los niños. O para conseguir lo que Ray Bradbury aconseja a quien desea ser escritor: transformar el trabajo en amor. Cualquiera de nosotros que aplique este ingrediente a cualquier actividad de la vida, vivirá en un mundo fantásticamente real.

-Relatos que para los que desconocíamos la literatura clásica haces que nos pongamos a ello…

-Mis libros bucean en nuestras preocupaciones actuales, que los clásicos ya intuyeron. Deseo que sirvan para aproximar a lectores jóvenes y adultos al mundo clásico de forma amena, con un estilo fresco, siempre en conexión con nuestro presente. A mucha gente le consuela saber que alguien, desde otras épocas, nos susurra al oído, nos revela algunos pequeños secretos y nos sonríe. Por eso, animo a todo el mundo a que dé una oportunidad a la literatura antigua. No creo que debamos estudiar historia o leer a los maestros del pasado creyendo ciegamente que nos darán todas las respuestas. Más bien, lo que plantean son buenas preguntas. Nos sitúan en un camino intelectual apasionante y nos ensanchan los horizontes. Es difícil entender la confusa realidad actual si ignoramos las inquietudes heredadas del pasado.

-¿Eres consciente de la labor didáctica que estás desempañando desde estas narraciones y relatos que nos entretienen tanto?

-La enseñanza siempre me ha fascinado. El encuentro con algunos profesores ha cambiado literalmente mi vida. Es una profesión esencial, tal vez la más valiosa, porque a través de la educación moldeamos el futuro. A quienes la ejercen deberíamos expresarles más agradecimiento y respeto. En mi pequeña esfera de acción, por gratitud a aquellos que me enseñaron a amar las palabras, intento combatir el descrédito de la historia y las humanidades. Creo que debemos reivindicar sin complejos su papel esencial en democracia. Cuando son borradas del espacio público, es más fácil que la gente asuma relatos interesados y soluciones simplistas. En este mundo tecnificado y amnésico, amar las letras es un acto de resistencia.

irenevallejo-(4).jpg-Es un objetivo tuyo que al dejar, por ejemplo, en la biblioteca El silbido del arquero, nos pongamos a rebuscar entre autores griegos clásicos o entre la mitología griega…

-Desearía que nadie les tenga miedo. Son nuestro contrapeso frente a la facilidad con la que hoy todo vuela y pasa. En esta carrera acelerada del escaparate al vertedero que ha creado el consumismo, los clásicos representan lo duradero, lo permanente, las raíces. Gracias a ellos entendemos un poco mejor el mundo que nos rodea. Y, sobre todo, leerlos es un placer. Están tan vivos que nos rozan la piel y a menudo el corazón.

-Además son relatos, los tuyos,  que “nunca pasan de moda”, siempre dejan tiempo a la reflexión actualizada y en cada día, ¿cómo lo ves?

-Temo que la prisa y la agresividad ambiental nos están robando la calma de la reflexión. Y no podemos permitirnos esa renuncia al pensamiento. En nuestra democracia nerviosa, para superar las crisis y el inmovilismo de la desesperanza necesitamos grandes dosis de sentido crítico, una mirada comprensiva hacia el otro y una actitud serena pero no pasiva. Por eso, trabajo con apasionada serenidad. Deseo que mis libros acojan al lector y a la vez lo impulsen a mirar el mundo con nuevos ojos.

-¿Cómo te resulta, además, la apasionante historia de poder hacer llegar estos relatos y narraciones semanalmente a los lectores desde un periódico de papel…? teniendo en cuenta que  cada día son menos los medios que logran “sostenerse” en papel. Esta semana, sin ir más lejos  y de una tacada,  nos acabamos de enterar, por ejemplo, de la desaparición de Interviú y Tiempo…. ¿Qué nos puedes reflexionar?

-Una de las tareas del periodista es evitar que el mundo se reduzca a eslóganes y fórmulas fáciles. Víctimas de la aceleración permanente, los medios están tentados de reducir las noticias a un titular llamativo o una exclusiva volcánica para captar la atención de los lectores. Yo aprendo de los periodistas que analizan esos titulares con perspectiva, una base firme de conocimientos y pausa, buscando las complejidades, que siempre nos acercan a la verdad. Y quiero confiar en que, en un formato o en otro, en este soporte o en aquel, habrá lectores resistentes que busquen y sostengan ese tipo de periodismo irrenunciable.

-Amiga, ¿nos puedes dar una pista de lo que andas trabajando ahora?

-Estoy escribiendo un ensayo en el que rastreo el origen de varios extraños y fascinantes inventos: la escritura, los libros, las bibliotecas, las librerías, las traducciones. Se va a titular Una misteriosa lealtad. Me gustaría contar una breve historia de Europa a través de esos relatos antiguos que han viajado hasta nosotros.  El ensayo literario es un género que todavía no había explorado. Cada libro es como el primero: una incógnita, una aventura. Desde la infancia, he sido feliz leyendo e inventando. Con un libro entre las manos, yo no soñaba con ser la heroína del relato, quería ser la escritora. Jugar con las palabras y construir mundos inexistentes me sigue pareciendo el mejor oficio que se puede imaginar.

 

 

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