El gamusino de Mas de las Matas
Dicen
las descripciones, incluso en las que van más allá de las enciclopedias de
papel, que los gamusinos son unos animales imaginarios que se utilizan para
gastar bromas, sobre todo a los que gustan, sea cual sea su afición, en el
adentrarse en los caminos, sendas, bosques e intrincados itinerarios que se
esparcen por toda nuestra geografía. Lo que no saben los que gastan de estas
bromas es que, en realidad, los gamusinos, de una u otra manera, suelen existir.
Hay gamusinos que se visten de “cordericos”, los hay
que se disfrazan de cabras descaradas y desafiantes, los hay que optan por ser
tejones, los hay que son urracas o buitres que te van dibujando redondeles en
el aire, los hay con forma de perros perdidos, extraviados y sin razón
abandonados por el que debía ser su mejor amigo… hay gamusinos que se arrastran
por el suelo y se quedan con la panza pegada al suelo captando todo el calor…
Así que cuando os digan que los “gamusinos” son
“una mentira disfrazada de broma”, o “un animal imaginario”… no lo creáis,
porque existir, existen y estar entre nosotros, están… El corderico
pedía ayuda entre el zarzal que cubría la acequia, paso un caminante y lo
rescató, desando su propio camino para encontrar el rebaño y entonces de entre
todo el rebaño se acercó una madre que enseguida le mostró las urdes para que
el gamusino vestido de cordero pudiese alimentarse. Los demás los rodearon a
modo de protección. El perro del rebaño, jamás volvió a ladrar al caminante, seguramente
era otro gamusino que tomó buena nota y las urracas le seguían sus pasos sin
parar de dar una conversación que nuestro caminante no entendía… El buitre
vigilaba y el resto de animales que hemos mencionado esperan ser protagonista,
como gamusinos, de otros relatos. Así que no me digan que los gamusinos no
existen porque os diré, simplemente, que “no”. La imaginación se alimenta
gracias a ellos.