El tango de Doroteo
En el País de
Cazarabet todos los libros son considerados una obra de arte, porque la
literatura es arte expresado en palabras debidamente compuestas que nos cuentan
una historia, escriben una obra teatral o componen un bello poema… pero no
vamos a hablar de géneros literarios. Hoy desde este rincón del Km. 34 nos
queremos acercar a un ejemplo de un libro que es una obra de arte desde su concepción y en todo lo físico que pueda
ser un libro. Es además un libro ilustrado y eso engrandece la sombra de ser un
libro ilustrado en una pequeña, pero inmensa obra de arte. Lo es muy de veras.
El autor Javier Hernández lo ha conseguido porque, además ha querido estar en
todo el proceso de gestación del libro desde cuando él mismo pensaba sus
personajes, sus escenarios, escenas y demás hasta la impresión del mismo porque
el libro contiene el instrumento más acorde con el tango, el acordeón. Se trata
éste de un libro bonito, un adorno en las estanterías, no un libro más que
ocupe un lugar; es una obra de arte dentro de otra que es el concepto del libro
en sí. Lo es como decimos por ser libro, por ser libro ilustrado, por estar
editado con se mimo y esa sensibilidad que lo convierte, además, en algo más
que en un libro de palabras acompasando a las ilustraciones, de un cuento de
cuentos. Es como una muñeca rusa, una “matriuska”
grande e inmensa que contiene algo más que una historia y que una maravillosa
pluma que nos dibuja e ilustra escenas, personajes y escenarios…este libro es
más, mucho más porque obedece al gusto y a la sensibilidad de algo más que un
contador de historias, se trata de un artista que cuenta cosas más allá de la
escritura y de la ilustración, una especie de artista comprometido con la
belleza, con despertar la belleza que todos tenemos , como confinada dentro y
que él, a menudo se empeña en desenterrar. Gracias Javi, “gracias boludico”.
Vamos a acercarnos pues a este libro.
Cazarabet conversa
con...
Javi Hernández, ilustrador del libro “El tango de Doroteo” (Ida y Vuelta)
Un libro ilustrado por Javier Hernández con
textos de Antón Castro y editado por Ida y Vuelta.
Las ilustraciones exquisitas, llenas de
sentido, pero también de sensibilidad ponen todo el cuerpo a este especie de
cuento que entretiene tanto al público infantil como al juvenil y al adulto
porque cada mano que acaricia este libro que se transforma en una especie de
bandoneón (acordeón) siente una sensación que engrandece todas las bellezas que
se acogen bajo la palabra arte en el sentido más integral y holística de la
palabra.
Las Ilustraciones, así como el cuidado de la
edición, han corrido a cargo de Javi Hernández. Un Hernández que tuvo el valor
en estos días de crear su propio sello editorial para guardar cuidado de todo
lo que va haciendo. La editorial se llama “Ida y Vuelta”.
Los textos de este libro son de puño y letra
del gallego, revestido, por los cierzos del Ebro desde hace muchos años, Antón
Castro, autor de libros, poemarios, vinculado a Cultura desde el Heraldo de
Aragón y coordinador de su especial de Artes y Letras que sale todos los
jueves.
El libro desborda en emociones; así
que si “dice la sinopsis” que “suena”; nosotros, los libreros, os diremos que
el tacto es diferente, el olor es increíble, su sonido desquicia todas las
dulzuras que están retenidas dentro. Así que estamos ante un libro para
disfrutar en todos y en cada uno de los sentidos.
Lo que nos dice la contraportada de El Tango
de Doroteo:
A Doroteo unos lo llaman Doro y otros Teo. O
al revés: su madre lo llama Doro y su padre Teo. Sin habérselo propuesto deja
sus montañas y embarca en dirección a Buenos Aires. Descubre el bandoneón. Y en
una travesía inolvidable se aficiona al tango.
En la cabeza lleva el recuerdo de Rosa. Rosita
Urdués, “qué silbaba como nadie y atraía a las aves”.
A Doroteo le suceden muchas cosas, pero un día
se da cuenta que aquella mujer le hace una falta sin fondo y se acuerda de que
en los Pirineos, en la puerta de su casa, plantó el árbol del amor….
En este libro-Bandoneón suena casi todo: el
color, la emoción, la nostalgia y los sueños.
Atrévete a escuchar.
Cazarabet
conversa con Javi Hernández:
-Javi,
¿de dónde surge este libro; qué te inspiró a ello?, -Háblanos un poco del
proceso de creación; de cómo viaja la inspiración y de cómo, después, lo vas
volcando en la ilustración….
-El libro surge de una charla con Antón.
Mientras comíamos en un restorán de Zaragoza le contaba sobre mi historia
personal y familiar, de cómo primero mi abuelo emigró de un pueblo en el
Pirineo aragonés llamado Siresa para llegar a una
ciudad muy cosmopolita como Rosario, en Argentina y luego me toco a mi hacer el
mismo camino de vuelta cerrando un circulo. Esta historia le inspiro de tal
manera que al volver a casa por la noche ya tenía el texto escrito el buzón de
mi e-mail con una frase que decía: - Este es un regalo para ti, haz con lo que
quieras - Fue muy emotivo para mí y lo guarde como un regalo muy especial hasta
que al cabo de un tiempo decidí que tenía la oportunidad de poder expresar en
formato de libro ilustrado, un tema que marcó mi vida hasta hoy.
-¿Cómo fue encontrarte con la pluma, tan
especial, para estas ilustraciones de Antón Castro? -Por cierto, ¿cómo fue
trabajar con él?
-Bueno el encuentro con Antón se produjo ya en
2012 trabajando para Editorial Nalvay con quienes
hicimos dos libros muy bonitos "El
niño el viento y el miedo" y " La leyenda de la ciudad
sumergida" y ya en ese momento tuve la oportunidad de contactar con el
universo mágico de su literatura con mayúsculas. Para cualquier ilustrador
trabajar con un escritor así es enriquecer el propio interior, no solo de
imágenes, si no te todo tipo de sensaciones que te provocan estos textos
cargados de emociones vitales mezclados con la fantasía más pura.
-Me decías que
como querías estar muy encima de todo el proceso para que quedase tal cómo lo
habías pensado recurriste a crearte tu propio sello editorial, Ida y Vuelta,
¿bien cómo es el proceso de “hacerte editor”?
-La idea de hacerme editor surge por necesidad
de mostrar mi trabajo. El mundo editorial se empezó a volver cada vez más
impenetrable para mi, tanto por mi estilo grafico, que no encaja en las
tendencias más actuales, como por las historias que me apetece contar. Los dos
primeros libros que edite son leyendas populares adaptadas con imágenes y - ese
tipo de historias ya no interesan a nadie - me dijeron algunos editores, pero
la verdad es que creo que si hiciese caso a las tendencias todos los libros
serian iguales, solo se publicaría aquello que es seguro vender y que está
inspirado a su vez en otros que ya tuvieron éxito, con lo cual es un circulo
vicioso de poco riesgo.
-Claro
para el protagonista buscaste un nombre como “compuesto” de eso que uno puede abreviar
de dos manera, ¿de dónde vino la idea…no sé es como si
el nombre se descompusiera, también como el propio libro físicamente hablando
que parece un bandoneón….
-El nombre del protagonista fue idea de Antón
y precisamente es un juego que él propone mostrando diferentes lecturas
dependiendo quien lo diga. Fue justamente esta idea una de las que me llevó a
buscar diferentes posibilidades de
contar. Es un libro que tienes que explorar primero varios caminos hasta que
consigues dar con la historia, porque si bien puede tener una lectura
convencional, no está tan claro por dónde empezar y puedes verte atrapado en un
bucle, y eso es muy divertido creo yo.
-Es un libro,
también, amigo que es un canto a
estimar la naturaleza y a aprender de ella porque solamente podemos estimarla
si la conocemos en todas sus dimensiones, ¿cómo lo ves?
-Es muy cierta tu apreciación, es un canto a
la naturaleza, a la música como vehículo de conocimiento para entrar en otros
mundos. Doroteo aprende a tocar el bandoneón, un instrumento totalmente exótico
para él, que no solo le convierte en músico, algo totalmente inesperado en su
aventura, sino que además le hace libre y abre la puerta a una cultura nueva,
desconocida y apasionante como el tango.
-Si te parece
¿nos cuentas cómo es el día a día de un
ilustrador?
-Bueno yo te puedo contar como es mi día a día y que en mi opinión no tiene nada diferente al
de cualquier persona que intenta trabajar haciendo lo que considera su oficio.
Es decir buscar, crecer y ser mejor a base de trabajar duro y no olvidar que
estamos en un aprendizaje continuo.
-Amigo,
¿por qué, en parte, me recuerda un tanto a Tom Sawyer?,
perdona quizás aquí mi imaginación -Aunque, ¿qué influencias lectoras has
tenido?
-Creo que tu imaginación te llevó Tom Sawyer porque comparte con Doroteo la necesidad de explorar
el mundo, el amor por la naturaleza la curiosidad y las ganas de aventuras. Me
gusta tu comparación porque Mark Twain , Dickens o Verne fueron mis
primeras lecturas, las que me marcaron y a las que siempre vuelvo.
-Y en cuanto a
las del mundo de la ilustración: ¿quién te influyó más y de una manera más
especial?
-Sobre las influencias sería difícil decir
quién porque hubo muchos autores de distintos ámbitos y en distintas
épocas, están los ilustradores como Rackham, Moebius, Mattotti o los pintores holandeses desde Rembrandt, Vermeer dibujantes como Ingres en fin…
-Amigo, ¿en quién
pensabas cuándo construías este libro?
-La construcción del libro me llevó bastante tiempo, así que fue posible pensar
en muchas cosas y muchas personas pero indudablemente la figura de mi abuelo
fue la inspiración en esta historia.
-Amigo, ¿en qué
estás trabajando en la actualidad, nos puedes dar alguna pista? -Y con la
editorial Ida y Vuelta… ¿piensas editar algo que vaya más allá de tus
creaciones?
-En la actualidad trabajo en un proyecto
también de Libros de Ida y vuelta. Se trata de un cuento ilustrado muy bonito
en colaboración con el escritor José Maria Tamparillas, en el que la mirada infantil sobre lo
diferente es el eje principal.
Sobre las publicaciones de Ida y vuelta puedo
decir que estoy abierto a proyectos que puedan
resultar estimulantes siempre en el terreno de los libros ilustrados para todos
los públicos.
26038
El tango de Doroteo. Ilustraciones de Javi Hernández. Textos de Antón
Castro
32 páginas
18,00 euros
Ida y Vuelta
En esta nueva exposición, Javi
Hernández muestra los dibujos originales realizados para el libro ilustrado “El
tango de Doroteo” de Antón Castro. A Doroteo unos lo llaman Doro y otros Teo. O
al revés: su madre lo llama Doro y su padre, Teo. Sin habérselo propuesto deja
sus montañas y embarca en dirección a Buenos Aires. Descubre el bandoneón. Y en
una travesía inolvidable se aficiona al tango. En la cabeza lleva el recuerdo
de Rosa. Rosita Udués, que “silbaba como nadie y
atraía a las aves”. A Doroteo le suceden muchas cosas, pero un día se da cuenta
de que aquella mujer le hace una falta sin fondo y se acuerda de que en los
Pirineos, en la huerta de su casa, plantó el árbol del amor… En este
libro-acordeón suena casi todo: el color, la emoción, la nostalgia y los
sueños. Atrévete a escuchar.
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