Cuando los policías escriben historias
Amigos en esta edición en esta andada
kilométrica del Km34 nos acercamos a un
libro escrito desde Huesca, esa ciudad con el espacio mínimos, pero preciso… de
esas ciudades que retiene todavía la carencia de la humanidad porque se van
conociendo todos y todas de alguna manera… los libros, creemos, tienen o llevan
mucho de impreso en su interior del entorno físico en el que se piensan y,
también, en el que se desarrollan. Creemos que esto se nota en Una historia de
policías.
El autor, Esteban Navarro, acoge nuestra
llamada con una afabilidad que no te sueles encontrar con mucha asiduidad. Le proponemos
realizarle la entrevista/conversación, después de la lectura del libro… lectura
que nos resulta liviana, afable, entretenida y que está cargada de muchas cosas
bellas como es la valentía de saber que aunque escribas ficción vas a hacer que
muchos quieran poner las mantas más oscuras ante las creaciones. Creen que el
pueblo no sabe que “la realidad siempre acaba superando a la ficción”, eso es
cuando no la rebasa. Este libro es una novela de ficción nada pretenciosa, de
las que se leen ágilmente; es un libro muy humano porque sus personajes, todos,
son tan imperfectos como lo somos en el día a día de la vida cotidiana.
Entendemos a los personajes porque entendemos la imperfección de la fragilidad
del ser; de los vaivenes de la amistad, de la bondad, de esa línea roja que
separa “lo que está bien de lo que está mal”, de la maldad, de la impotencia…o
de que para “hacer algo bien” haya que hacer cosas muy mal… ¿El fin justifica
los medios?. ¿O son los medios los que deben
justificar el fin? ¿Hasta dónde llega esa honestidad que cada uno cuantifica a
su manera?, ¿Y la amistad? ¿Hasta qué punto cada uno o una de nosotras la
pondríamos a prueba? Serán preguntas que nos haremos con este libro. Solo por
eso, más allá de la entretenida trama, vale la pena leer a este escritor con
esta “Historia de policías”.
Cazarabet conversa con... Esteban
Navarro, autor de “Una historia de
policías” (Playa de Ákaba)
Un libro, una
novela, más allá de “lo normal” del escritor Esteban Navarro.
Está editado por Playa de Ákaba dentro
de la colección La historia que contamos, en su número 6.
La sinopsis del
libro:
Cinco
amigos entablan amistad en la escuela de policía de Ávila en 1995, cuando
aprueban la oposición y han de pasar un proceso selectivo que los mantiene
juntos durante casi un año de academia. Al jurar el cargo cada uno de ellos es
destinado a diferentes comisarías de España: Madrid, Girona, Murcia y
Barcelona, donde en el ejercicio de la profesión se van embarcando en problemas
que los arrastran a situaciones de desesperación y huida. Juego, apuestas,
vicios, drogas y robos los empujan hacia el lado oscuro de la ley, saliendo
airosos en parte por la ayuda que se prestan entre ellos. Tras veinte años de
profesión todos confluyen en la ciudad de Huesca, donde han ido llegando de uno
en uno tras solventar diferentes problemas en sus plantillas de origen. En
Huesca hallan la estabilidad deseada, cada uno con sus peculiaridades. Todos se
han alejado de su pasado e inician una nueva vida tanto a nivel profesional
como personal. Una noche, Antonio Padilla, el más mayor de los cinco amigos,
llama por teléfono a Lorenzo Noguera y le solicita un último favor como
compañero. En el maletero de su coche hay un cadáver y quiere que su amigo le
ayude a deshacerse de él. Los cinco se unen en el apoyo a su amigo en la que
quizá sea la última peripecia de su vida al margen de la ley. El primer
problema que han de solventar es extraer las balas del cuerpo para evitar que
las relacionen con el arma de Antonio. Una historia de policías es una aventura
que se debate acerca del origen de la maldad, pero también es un ejercicio de
cómo la amistad y el compañerismo nos puede arrastrar al lado más oscuro de la
degradación.
Para
conocer un poco mejor al autor:
http://estebannavarrosoriano.blogspot.com.es/
https://es.wikipedia.org/wiki/Esteban_Navarro_(escritor)
Cazarabet conversa con Esteban Navarro:
-Esteban, estamos ante
una novela que podríamos definir dado el perfil de los policías, la trama y
demás como “auténtica novela negra”, pero con importantes matices a
tener en cuenta porque tú eres escritor de novela policíaca. O preguntado de
otro manera te defines como escritor de novela policíaca que no negra, pero
aquí todo lo que rodea a los personajes la convierten en una novela claramente
policíaca, pero puede que en una versión más negra de lo que nos tenías
acostumbrados, ¿no?
-Definitivamente la novela negra y la policíaca,
al menos en "Una historia de policías" se confunden, o más bien se
conjugan, de manera que alternan de un lado hacia otro sin que exista término
medio. Pienso que la novela es más negra que policíaca y habría que inventar
una nueva definición, como la de "Policías Negros", ya que, al menos
en este caso, los negros son ellos.
-En esta obra tuya, ¿qué ha pesado más la historia
argumental, la trama o el peso de los personajes que la convierten en una
novela coral? o lo uno va tan pegado lo otro que…
-Los personajes son una herramienta para
explicar la historia, al igual que el escenario, que no deja de ser un
personaje más. Lo importante es lo que se cuenta, no dónde o quién lo cuenta.
-Expones o planteas en la obra algo muy normal como es
un caso de corrupción(o un caso de casos, como una muñeca rusa) dentro de la
policía. Diría que no es para tanto, lo digo por el follón que se ha
construido, como si la policía fuese un “ente” inmaculado. En la policía hay de
todo como en cualquier otro sitio me figuro, ¿no?
-Afortunadamente el mundo está muy repartido.
Como me dijo una vez una anciana es por eso que no se vuelca, porque no todo el
mundo está en el mismo lugar. No sé cuántos policías hay en total, pero sería
de ilusos creer que todos son perfectos. Malos habrá, pero son los menos. Y la
labor de los "buenos" es la de echar del cuerpo a esos malos.
-Lo que pasa es que en la novela quizás
se haya visto poca luz porque los cinco amigos se mueven en círculos
digamos que poco claros y todo el rato hay como una gran nube de dudas encima
de cada uno de ellos…
-Forma parte de la trama. Y se fundamenta en un
principio del que siempre hablo, y es el que la línea que separa el bien y el
mal es muy fina y oscilante, y a veces, algunas veces, uno no sabe en qué lado
de esa línea se encuentra.
-Pero un escritor escribe sobre cosas que “domina”, se
mete en situaciones, descripciones y tramas que sabe que le será fácil de
describir y que sabe que sabrá manejar. Es parte de su trabajo como escritor, ¿no?
-Hace unos años conocí a Anne
Perry en Zaragoza. En la entrevista que le hicieron un
periodista le preguntó de dónde sacaba las ideas para escribir. Respondió un
sencillo: leo la prensa. En los acontecimientos diarios hay suficiente materia
como para crear una historia y, es evidente, un policía los vive y los percibe
más de cerca que una persona que no esté relacionada con la policía y su labor.
-¿Cómo es la ardua, pero necesaria tarea de
documentarse? ¿Cómo lo haces tú?, presumiblemente por el hecho de ser policía
te será más fácil que a otros porque, simplemente, lo entiendes como algo más
natural y cogerás los conceptos de mejor manera y más rápidamente....
-Escribo de lo que veo y de lo que percibo a mí alrededor.
Y cuando algo no lo sé busco al compañero policía que puede que lo sepa y se lo
pregunto. Se podría decir en mí caso que documentarse es un trabajo de campo
que consiste en beber de la fuente.
-Además, me supongo que si tienes dudas se te explicarán
más directa y fácilmente que si yo me pusiese a eso…
-Sí, es casi lo mismo que he respondido en la
pregunta anterior. Un compañero de policía será más claro y explícito ante una
duda mía, que lo sería en el caso de un desconocido. En este caso se puede
decir que hablamos el mismo idioma.
-¿Qué metodología de trabajo vas utilizando?
-No tengo un orden; incluso trabajo en varias
novelas a la vez. Mi método es tan sencillo como simple: Hoja en blanco y tira
millas. Quizá alguna anotación con estilográfica en un folio que me acompañe,
pero rara vez.
-¿Cómo dibujas a los personajes, cómo logras esos
retratos como tan afinados?
-Me inspiro en la realidad. La gran mayoría de
mis personajes son reales, pero con las características físicas y los nombres,
obviamente, cambiados.
-Cinco personajes con cinco personalidades muy
diferentes que convergen como personas y con todos sus pesos que no son pocos,
pero a la vez también cinco tramas que convergen, luego, como conjugadas en
una. Esto debe ser muy difícil. ¿Cómo lo ves; qué nos puedes comentar?
-Son estereotipos. Personajes exagerados dentro
de sus campos personales. Como en una clase del colegio donde está el empollón,
el matón, el pícaro, etcétera. Los cinco policías son distintos porque el
escritor así lo ha necesitado para armar la novela. Yo me he limitado a
ponerlos sobre el tablero y he dejado que ellos interactúen.
-No sé cómo trabajas, aunque te lo acabo de preguntar,
pero manejar todo esto con la complejidad o planteamiento tan valiente
de la trama, ¿no te genera como ansiedad en el proceso creativo?
-No lo veo así. Para mí es enriquecedor conjugar
una historia con personajes que respiran y que viven dentro de la novela. La
única ansiedad me asalta cuando me atasco, me ocurre a veces, en algún capítulo
y no sé cómo seguir.
-Que las “altas esferas” policiales o del Ministerio
de Interior o quien sea se ponga “a sal y vinagre” por este libro, como además
la titulas Una historia de policías, mientras por la televisión circulan series
de ficción que más de una vez dejan casi de cualquier manera a sus
protagonistas y a la policía, Guardia Civil, deja muchas dudas de cómo se
entiende en este país la libertad de expresión, ¿o te parece?
-Es ciertamente una situación complicada el
hecho de que un policía escriba sobre corrupción policial, ya que parece que lo
que escribe tiene que ser verdad. Pero creo que el problema lo tiene el que
piensa así. Como tengo escrito en la cabecera de mi perfil de Twitter: «Supe
que no tenía libertad de expresión cuando en una conversación mi interlocutor
me preguntó si eso que yo estaba diciendo lo podía decir».
-Cuando construyes una novela, por ejemplo ésta, ¿qué
piensas primero la trama o tienes como una serie de personajes
pensados, retratados que te hacen como de hilo conductor de todo hasta de la
historia en sí?
-La trama lo primero. Como he dicho antes, los
personajes son una herramienta para construir la historia.
-Amigo, creo haber leído o escuchado en
alguna entrevista, que tuviste desde muy pronto y muy claro, lo que querías ser
escritor; lo de ser policía ¿vino después?; ¿cómo puedes o has ido pudiendo ir
compaginando ambas actividades?
-Hasta hace unos meses se compaginaban
perfectamente, o eso creía yo. Quizá ahora no lo tenga tan claro. Pero ante la
duda lo que sí tengo claro es que soy escritor.
-En tus novelas dibujas, transmites muy bien esos
defectos humanos que todos tenemos, pero que a algunas personas se les apoderan
de tal manera que les lleva a delinquir…
-Así es. El mal forma parte de nuestro código
genético. Somos malos por naturaleza y nadie está a salvo, ni los buenos. Que a
veces ocurre que no son tan buenos como podemos pensar.
-Los asesinos, asesinas suelen ser seres malvados y
obsesivos hasta la saciedad, pero a veces se enfrentan o tienen
enfrente a los policías tan obsesivos como ellos para poder atraparlos.
Háblanos de la obsesión en esto de ser policía…-Además, en el plano personal
como escritor, debes de tener mucho temple porque
este oficio también se rodea de “cierto aire obsesivo”.
-Lo llamamos obsesión de una forma simplista,
cuando hay otras denominaciones más acordes que lo definen mejor. Yo lo llamo
perfeccionismo, cuando perseguimos un fin y no cejamos en nuestro empeño hasta
que no lo alcanzamos. Lo de cazar a un criminal es tan natural como que ese
criminal no se deje cazar. He escuchado en alguna ocasión que, y contra todo
pronóstico, en ocasiones el malo quiere ser atrapado para cerrar el círculo de
su hazaña.
-Podríamos hablar mucho de la maldad hasta de la maldad
de “cuello blanco” y de lo que impulsa a uno a desarrollarla en cualquiera de
sus formas. Lo atroz es cuando uno esa maldad que alberga, ese odio lo sacia
con la violencia hacia otra u otras personas, esa línea que separa el odio ,que
todo humano pueda sentir, a “pasar a la acción” a veces está definida muy
tenue, como una a delgada línea roja. ¿Qué nos puedes comentar?
-Imagino que hay diferentes tipos de maldad. No
es lo mismo robar que asesinar, ya que las motivaciones son distintas; aunque
en ocasiones se puedan relacionar. Y creo que traspasar de un lado hacia otro
es más complicado de lo que puede parecer en un inicio. Un criminal mata, y
puede que no le preocupe el robo. De la misma forma que un ladrón es difícil
que llegue a asesinar, porque no forma parte de la finalidad que persigue con
el robo. Como se suele decir ahora, parece que está de moda, hay determinadas
líneas rojas que no se pueden, o no se deben, traspasar.
-Amigo, ¿no puedes dar una pista sobre lo que llevas
escribiendo ahora?
-A final de este mes publico "El club de la
élite" con la editorial Menoscuarto. Seis
personas se reúnen una vez al mes en un chalé a comentar una novela negra. Un
alcalde, el presidente de una Diputación, un juez, un fiscal, un guardia civil
y un comisario de policía. Unos días después de finalizar la reunión hayan
muerto al autor de la novela. Hasta
aquí puedo leer.
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Una historia de
policías. Esteban Navarro
304 páginas
15,00 euros
Playa de Ákaba
Una historia de
policías es una aventura que se debate acerca del origen de la maldad, pero
también es un ejercicio de reflexión sobre cómo la amistad y el compañerismo
nos pueden arrastrar al lado más oscuro de la degradación.
Cinco amigos entablan amistad en la escuela de policía de Ávila en 1995, cuando
aprueban la oposición. Al jurar el cargo como policías de carrera cada uno de
ellos es destinado a diferentes comisarías de España: Madrid, Girona, Murcia y
Barcelona, donde en el ejercicio de la profesión se van embarcando en problemas
que los arrastran a situaciones de desesperación y huida. Juego, apuestas,
vicios, drogas y robos los empujan hacia el lado oscuro de la ley, saliendo
airosos en parte por la ayuda que se prestan entre ellos.
Tras veinte años de profesión todos confluyen en la ciudad de Huesca, donde han
ido llegando de uno en uno tras solventar diferentes problemas en sus
plantillas de origen. En Huesca encuentran la estabilidad deseada, cada uno con
sus peculiaridades. Todos se han alejado de su pasado e inician una nueva vida
tanto a nivel profesional como personal.
Una noche, Antonio Padilla, el mayor de los cinco amigos, llama por teléfono a
Lorenzo Noguera y le solicita un último favor como compañero. En el maletero de
su coche hay un cadáver y quiere que su amigo le ayude a deshacerse de él. Los
cinco se unen en el apoyo a su amigo en la que quizá sea la última peripecia de
su vida al margen de la ley. El primer problema que tienen que solventar es
extraer las balas del cuerpo para evitar que las relacionen con el arma de
Antonio.
Esteban Navarro nace en Moratalla (Murcia) en
el año 1965, pero en la actualidad reside en Huesca, ciudad con la que se
siente muy vinculado. Ha sido el organizador del concurso literario Policía y
Cultura a nivel nacional. Ha obtenido numerosos premios de relato corto, el
Primer Premio del Certamen de Novela La Balsa de Piedra - Saramago con «El buen
padre», el Premio de Novela Katharsis con «El reactor
de Bering», y en el año 2013 quedó finalista en el Premio Nadal con la novela
«La noche de los peones».
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