País de Cazarabet
Tras
los pasos… de los íberos en el País de
Cazarabet (II)
Iberos o íberos fue como llamaron los antiguos
escritores griegos a las gentes del levante y sur de la península ibérica para
distinguirlos de los pueblos del interior, cuya cultura y costumbres eran
diferentes. Aquí, en estas tierras se escribe que nos habitaban los
ilercavones. Aunque las fuentes clásicas no siempre coinciden en los límites
geográficos precisos ni en la enumeración de pueblos concretos, parece que la
lengua es el criterio fundamental que los identificaba como iberos desde el
punto de vista de griegos y romanos, puesto que las inscripciones en lengua
ibérica aparecen a grandes rasgos en el territorio que las fuentes clásicas
asignan a los iberos: la zona costera que va desde el sur del
Languedoc-Rosellón hasta Alicante, que penetra hacia el interior por el valle
del Ebro, por el valle del Segura, gran parte de La Mancha meridional y
oriental hasta el río Guadiana y por el valle alto del Guadalquivir.
Desde el punto de vista arqueológico actual,
el concepto de cultura ibérica no es un patrón que se repite de forma uniforme
en cada uno de los pueblos identificados como iberos, sino la suma de las
culturas individuales que a menudo presentan rasgos similares, pero que se
diferencian claramente en otros y que a veces comparten con pueblos no identificados
como iberos. La primera referencia que se tiene de los iberos es a través de
los historiadores y geógrafos griegos. Curiosamente, los griegos también
llamaban iberos a un pueblo de la actual Georgia, conocido como Iberia
caucásica, con los que, sin duda, no tienen ningún parentesco. Al principio,
los griegos utilizaron la palabra ibero para designar el litoral mediterráneo
occidental, y posteriormente, para designar a todas las tribus de la península.
También llamaban Iberia al conjunto de sus pueblos.
Para estudiar a los iberos, se ha recurrido,
además de a las fuentes literarias, a las fuentes epigráficas, numismáticas, y
arqueológicas. A pesar de que estos pueblos compartían ciertas características
comunes, no eran un grupo étnico homogéneo ya que divergían en muchos aspectos.
No se sabe detalladamente el origen de los iberos, aunque hay varias teorías
que intentan establecerlos (de momento, no vamos a profundizar en ello). Los
supuestos límites máximos de la expansión íbera habrían llegado desde el mediodía
francés hasta el Algarve portugués y el norte de la costa africana. Sin embargo, con posterioridad, los pueblos
celtíberos ejercieron influencia sobre otros pueblos del interior de la
península. Esta influencia se aprecia en la llegada del torno de alfarero a
muchas zonas de la meseta norte de la península, sobre todo a los pueblos
limítrofes del valle del Ebro, e incluso a algunos más alejados como arévacos,
pelendones o vacceos. Los iberos serían, en definitiva, los diferentes pueblos
que evolucionan desde diferentes culturas precedentes hacia una serie de
estructuras protoestatales, viéndose ayudados en
dicha evolución por la influencia de fenicios, primero, y luego de griegos y
púnicos, que traerán consigo elementos de lujo que ayudarán, como bienes de
prestigio, a la diferenciación interna de los diversos grupos sociales. La
lengua ibera es una lengua paleohispánica que está
documentada por escrito, fundamentalmente, en signario
ibero nororiental (o levantino) y ocasionalmente en signario
ibero suroriental (o meridional) y en alfabeto greco-ibérico. Las inscripciones
más antiguas de esta lengua se datan a finales del siglo V a. C. y
las más modernas a finales del siglo I a. C., o principios del siglo
I d. C. Los textos en lengua ibera se saben leer razonablemente bien,
pero en su mayor parte son incomprensibles, puesto que la lengua íbera es una
lengua sin parientes suficientemente cercanos que sean útiles para la
traducción de textos. La lengua ibera, en sus diferentes variantes, se hablaba
en la amplia franja costera que se extiende desde el sur del Languedoc-Rosellón
hasta Alicante, y penetraba hacia el interior por el valle del Ebro, el valle
del Júcar, el valle del Segura y el alto valle del
Guadalquivir hasta el río Guadiana como límite noroeste. Las inscripciones en
lengua íbera aparecen sobre materiales muy variados: monedas de plata y bronce,
láminas de plomo, cerámicas áticas, cerámicas de barniz negro A y B, cerámicas
pintadas, dolías, ánforas, fusayolas, estelas, placas
de piedra, mosaicos, etc. Es, con diferencia, la lengua paleohispánica
con más documentos escritos encontrados, unos dos millares de inscripciones,
que representan el 95% del total.
La sociedad Íbera estaba fuertemente
jerarquizada en varias castas sociales muy dispares, todas ellas con una
perfecta y bien definida misión para hacer funcionar correctamente una sociedad
que dependía de ella misma para mantener a su ciudad. La casta guerrera y noble
era la que contaba con más prestigio y poder dentro de estas. Aparte de las
armas, poseer caballos otorgaba también gran prestigio y reflejaba poder,
nobleza, y formar p arte .También tenían gran importancia la casta sacerdotal,
de la clase más pudiente, en la que las mujeres, como se observa en los túmulos
funerarios, eran el vínculo de la vida y la muerte. Las sacerdotisas gozaban de
gran prestigio, ya que eran las que estaban en continuo contacto con el mundo
de los dioses, aunque también había hombres que desarrollaban una tarea
mística, prueba de ello son los sacerdotes lusitanos, que leían el futuro en
los intestinos de los guerreros enemigos. Otra de las castas era la de los
artesanos, apreciados porque de ellos salían los ropajes con los que se vestían
y resguardaban del frío, los que elaboraban calzado, los que modelaban vasijas
en las que guardar agua y alimentos y, sobre todo, por ser los que les hacían,
a medida, armas y armaduras con las que se distinguían de las otras castas más
bajas. Finalmente estaba el «pueblo llano», gente de distintos oficios que se
dedicaban a los trabajos más duros. No sabemos mucho sobre la agricultura
ibérica, pero sí lo suficiente como para deducir su importancia económica. Del
estudio de una buena cantidad de piezas del utillaje agrícola halladas en los
poblados del área valenciana, dedujo E. Plá que se
había llegado en éste, como en otros edificios, a una especialización adecuada,
dándose con la herramienta justa que en muchos casos ha llegado hasta nuestros
días.
La agricultura que se practica es la de
secano, siendo los cultivos fundamentales el cereal, el olivo y la vid, para la
que está atestiguada ya en el siglo VI la obtención de excedentes con destino a
su comercialización, así como las leguminosas (garbanzos, guisantes, habas y
lentejas). Y por otra parte, se conocen diversas especies frutales, entre las
cuales destaca el manzano, el granado y la higuera. Tuvieron también cierta
importancia determinados cultivos industriales, especialmente el lino en Saitabi (Játiva). Tenemos ampliamente documentada la
industrialización del esparto, especialmente en el Campus Spartarius,
al norte de Cartagena, con multitud de aplicaciones, entre las cuales
sobresalen los cordajes para la navegación. Respecto a la ganadería, no parece
haber tenido un papel predominante, salvo quizá en regiones específicas,
limitándose al papel habitual complementario de la agricultura. Sí es necesario
señalar la importancia de ciertas especies como el caballo, utilizado en la
caza y la guerra y probablemente símbolo de determinado estatus social en
cuanto que da acceso a estas actividades. También debió tenerse en gran estima
al buey y de la abundancia de ganado bovino nos hablan las frecuentes menciones
del sagum o manto de lana ibérico en las fuentes
romanas. La caza, parece haber tenido una cierta importancia, según se deduce
de su frecuente representación en la cerámica pintada, aunque quizá más como
actividad social que económica. El jabalí debe haber sido la pieza reina,
aunque junto a él se cazan igualmente cérvidos y varias especies menores.
El arte ibérico posee sus mejores
manifestaciones en obras escultóricas de piedra y bronce, madera y barro
cocido. Ofrece gran variedad regional con rasgos culturales de cada zona que se
distribuye en tres zonas bien diferenciadas: Andalucía, la zona de Levante y el
Centro peninsular. La religión es un tema poco conocido de la cultura ibérica,
pero en los últimos años se han producido importantes avances en el
conocimiento e interpretación de muchos hallazgos. Las fuentes fundamentales
son los materiales arqueológicos, y los escasos escritos. De lo que sí se tiene
constancia, es que animales como los toros, lobos, linces, o buitres, formaban
parte de este mundo, ya fuese como dioses, símbolos, vínculos con el mundo
mortal y sus 'espíritus', o el mundo divino. El toro representaría la virilidad
y la fuerza. El lince estaba vinculado al mundo de los muertos. Los buitres
llevaban las almas de los guerreros muertos en las batallas al mundo de los
dioses. No se sabe mucho más, ya que ha perdurado escasa información sobre
estos asuntos. Los iberos utilizaban el rito de la incineración, conocido
gracias a los fenicios o a los pueblos transpirenaicos que introducen la
cultura de los campos de urnas. Las cenizas eran guardadas en urnas cinerarias
de cerámica con forma de copa, con tapa y sin decoración. Otras tenían forma de
caja con patas terminadas en garras, con tapadera y decoración de animales. Las
urnas se introducían en fosos excavados en tierra junto con un ajuar funerario.
Los íberos, para señalizar el lugar de la tumba, construían túmulos de variadas
dimensiones, aunque había enterramientos mucho más elaborados para las clases
sociales más altas. Las ciudades iberas podían estar construidas junto a
cerros, en lugares estratégicos, controlando las vías de paso, lo que les daban
una importante ventaja frente a los enemigos; solían estar circundadas por
muros de piedra y adobe, sobre los que se disponían torres de vigilancia y las
puertas a la ciudad. Los asentamientos construidos en llano nunca estaban
amurallados y tenían una funcionalidad económica, agrícola y ganadera. Las
casas de las ciudades solían ser de planta rectangular, hechas de adobe sobre
una base de piedra, a modo de cimientos, de una sola planta y, algunas veces,
dos; las cubiertas tenían una estructura de madera y recubrimiento vegetal.
Después de esta introducción sobre el mundo de los íberos, desde el punto de
vista genérico, vamos a tratar de especificar más resumiendo y partiendo del
trabajo realizado por Costera y Serrano del Grupo de Estudios Masinos. Así, en la
Depresión de Mas de las Matas, los diferentes yacimientos se encuentran: en el
mismo término municipal de Mas e las Matas en las zonas Oeste; en el término
municipal de La Ginebrosa y Aguaviva en el Noreste y en el de Castellote y Seno
en el Este.
Yacimientos ibéricos de Mas
de las Matas y cercanías:
Yacimiento
de Colina de Santa Flora; se trata
de una colina situada a la salida del
pueblo en dirección a Calanda, hoy por hoy se sube por un camino empinado y mal
hormigonado, recorriéndose el calvario y en ella está la Ermita en honor a ésta
Santa y la casa del ermitaño. La partida es conocida como el Muro, desde
finales de la Edad Media, seguramente porque allí se ubicó el Castillo de
Camarón, parece ser que en la misma cima donde también se encontraron restos de
sus muros. En este yacimientos los restos encontrados fueron de cerámica y se
encontraban dispersos y por toda la superficie de la colina. Destacamos: todo
tipo de decoración desde la geométrica hasta la que imita a pájaros, temas
antropomorfos. Las formas son: Kalathos, dolia, páteras, cuencos, oinoches….también
se encontraron: dos pesas de telar y el rotor de un molino circular y una
figurilla femenina oferente en terracota. Así mismo aparecieron monedas. Los investigadores del Grupo de Estudios Masinos también encontraron restos de otras
épocas: romanas, de los preibéricos del Hierro, de
alguna época de la Edad de Bronce. Este yacimiento, nos lo encontramos bien
cerca del pueblo y pasamos por debajo del mismo realizando el sendero de la
huerta.
El
yacimiento de Vallipón, es una meseta de forma alargada, situada de Oeste a Este;
de acceso abrupto por la ladera norte y pendiente por la sur. Nos la
encontramos de camino al sendero de los Troncos Fósiles. Afloran, en este yacimiento (según nos
explican los expertos) superficialmente y en la zona de la cumbre plantas de
casas con formas rectangulares y unas navetas subterráneas estrechas y
alargadas cuyo uso original se desconoce. También hay restos de un cerramiento
amurallado entre espolones rocosos (esto en el oeste) y en el este hiladas de
piedras de un paramento curvo. También se señala que toda la ladera sur está
cubierta de restos constructivos y fragmentos de muros. Destacan las cerámicas
ibéricas lisas y decoradas con motivos geométricos. Destaca que en la ladera
sur se recogieron fragmentos de molinos ibéricos y un pondus
de forma troncopiramidal, realizado con barro mal
cocido. Más en la cumbre encontramos un objeto metálico que obedece a una
anillita de bronce, abundantes escorias originarias de procesos siderúrgicos y
metalúrgicos… Se cree que este yacimiento fue habitado durante la primera Edad
de Hierro.
Yacimento de Valdestrada;
se encuentra relativamente ceca del de Vallipón,
dirección a Berge. Fue una explotación minera del
hierro a cielo abierto donde el desmonte de la masa calcárea cubriente dejó en superficie dos filones de goetita. Además se aprecian dos posibles galerías,
seguramente taponadas por derrumbes, arrastres… Seguramente las escorias del
asentamiento de Vallipón provienen de esta mina.
Yacimiento
de Terraceras II;
es un establecimiento situado en el borde de una plataforma elevada, está
limitada por el Barranco del Herrero, la vaguada de la Foya de Florencia y una
val que lo separa del espolón en el que se halla el yacimiento de la Primera
Edad del Hierro, conocido como Terraceras I. Hay
haber en la zona, desde hace años, mucha actividad agrícola, se hallan, en
referencia a los restos, muy destruidos por las labores agrícolas… muchas
veces, al pasar el arado se elevaron restos de hogares formadas por arcilla
cocida y piedras sin carear... Hay, como decimos, estos de la Edad de Hierro,
peo aparecieron fragmentos a tono decorados únicamente con bandas horizontales
y alguno con pilares ondulados. También, cerca de un muro ibérico, se halló una
vasija o, mejo dicho, los restos de
ella, también decorada. También aparecieron estos de fauna, aunque según nos
indica el trabajo, muy fragmentados: Bos Taurus, Ovis aries
y Capra Hircus. En este
yacimiento que, primeo fue de la Edad de Hierro y después recibió el influjo de
la iberización, se descubrió un molino de mano
abarquillado.
Yacimiento Tolocha; se encuentra en una estribación rocosa del
Cabezo Tolocha, frente al actual pantano de Calanda;
frente al mismo divisamos en Cantalar y desde el Mas llegamos por la carretera,
camino a Calanda. Es un lugar inaccesible por todas sus caras a excepción por
la sur, aunque hay que subir una fuerte pendiente. Se trata, hoy por hoy, de un
enclave muy deteriorado por la erosión. En él hay abundantes piedras y restos
constructivos, en este caso (tal como indica el estudio) de origen romano
imperial (siempre por la ladera sur). En la superficie se ha encontrado
cerámica decorada, fragmentos ibéricos….
Yacimiento
de La Coronilla; esta zona hoy
en día ya está ocupada por muchas casas. Se trata de un altiplano, domina las
terrazas del Guadalope sobre la partida de La Vegas, entre la salida del pueblo
(hacia Castellote) al Martinete, más o menos. En esta zona y gracias a las
labores agrícolas fue encontrado un pequeño yacimiento, aunque no hay restos
constructivos que, seguramente, día tras día de labor fueron destruyéndose y
desapareciendo. Aunque el arado ha sacado a la luz fragmentos cerámicos
decorados, el rotor de un gran molino…Se cree que algunos restos encontrados,
en esta zona, también correspondieron a algún momento del Bronce, aunque no se
ha determinado cual.
Yacimiento
de Santo Domingo; Se trata de un
yacimiento en la colina amesetada, de suaves laderas
y escasa altura; situado sobre las masías del batán, sobre, también, el lugar
donde se piensa estuvo el antiguo batán y las ruinas que sí todavía conservan
algo de muro de la Iglesia de Santo Domingo en la raya entre los términos de
Mas de las Matas y La Ginebrosa. Este yacimiento no es que se aprecie mucho en
superficie, peo sí un poco: en algunas zonas pueden verse restos del muro del
cerramiento del poblado. Se hallan, según el estudio, fragmentos de cerámicas a
torno y decoradas, destacando: cuencos, dolias, vasos
cilíndricos y de cuerpos globulares… también se han encontrado machacadores de
sílex y molinos abarquillados. También hay cerámicas a mano muy posiblemente
del Hierro I o, incluso, del Bronce Final.
Yacimiento
de la Peña de Foz;
la Peña de Foz es todo un lugar emblemático por él
mismo (como es el caso de Tolocha, siempre se ha
dicho que tienen algo de mágico), pertenece al término municipal de
La Ginebrosa. Es un pequeño poblado que en su día estuvo situado en la
cara sur de la peña, inaccesible por todas sus caras, a excepción de la
vertiente Este. Se aprecian restos de una pequeña muralla… Las cerámicas
ibéricas están representadas por los cuencos, dolias,
vasos de paredes cilíndricas y vasijas de panza globular, todas con
decoraciones horizontales. También hay cerámicas a mano, todas decoradas, un
molino abarquillado y metales como un pequeño colgante de bronce cuadrado.
Yacimiento
de El Paso;
se halla en el borde del altiplano estableciendo sobre la inserción del camino
de Calanda con la cañada en el Paso, mirando hacia la zona del Paso. El
yacimiento se encuentra situado en un campo de labor de regadío. No existe
ninguna construcción visible y nos hemos sorprendido mucho de verlo en este
trabajo porque no solía se la ubicación clásica de los yacimientos, peo un
vecino de la localidad, al construir un camino de carro de acceso a uno de los
campos, encontró fragmentos de una vasija a tono de granes proporciones, aunque
no estaba decorada y un mortero de roca calcárea.
Yacimiento de Los Cachos; Es otro de los yacimientos encontrados en
una loma amesetada, en las estribaciones del cabezo
del Cucón. Se hallan algunos restos en los
alrededores de una balsa que se encuentra situada en la ladera de esa loma,
junto a un corral de ganado. Tanto en la superficie de la cumbre, como en los
alrededores de la balsa hay muros de viviendas aflorando y formando recintos rectangulares de bloques calizos sin
trabajar, son restos constructivos muy erosionados. Se han encontrado muy pocos
fragmentos de cerámica a torno y decorada, aunque como hay tanta fragmentación,
no se permite reconocer las formas definitivas. Hay más cerámicas a mano, cuyas
formas corresponden a Hierro I e influencias del final del bronce.
Yacimiento
de Anduch;
es un enclave accesible por todas las vertientes, a excepción de la norte, dado
que los bloques desprendidos de conglomerado dificultan el paso. Por el oeste,
se observan alienaciones de piedra, seguramente estos de construcciones casi
totalmente erosionadas. En la ladera sur de este montículo se hayan pocos fragmentos de cerámica a tono. También se
encuentra un molino abarquillado y una bola de piedra calcárea. También
aparecen cerámicas decoradas a mano e útiles líticos que pueden incluirse
dentro del eneolítico-bronce inicial.
Yacimiento
del Monte Catma;
Se lo denomina como importante
yacimiento ibérico que se encuentra en una cresta rocosa descendente del monte Catma ( término de La Ginebrosa y al que se accede una vez
dejado a la izquierda el puente del Arenal y el camino que lleva Las Masadetas), en
su ladera este. Explica el estudio, que el primer asentamiento, en la cresta
citada, posee los restos de un antiguo torreón, aunque como ya señalaba este
trabajo de hace bastantes años la erosión lo había dañado mucho. El poblado se
extendió al este, donde se ven tres recintos amurallados que se piensa son
ampliaciones del poblado. En el lado su se abrió una explotación de mármol, lo
que destruyó algunas edificaciones, peo de una de éstas y de prospecciones de
superficie proceden los materiales como: cuenco de forma troncocónica elaborado
a mano, decorado tanto por dentro como por fuera; una vasija a tono; un
cuchillo de hierro; una tapadera a torno; un fragmento de labio recto
(seguramente del período romano republicano); una copa a torno; abundantes
fragmentos de bordes, asas fondos…..pero por la zona también se encontraron
restos de la Primera Edad del Hierro y , de manera diseminada, gran cantidad de
escorias de fundición de procesos siderúrgicos. Según se nos señala en el
estudio y podemos constatar hoy en día es clave la situación de este yacimiento
que tenía un especial dominio de los ríos Guadalope y Bergantes; teniendo buena
vista hacia la zona del Matarranya y del Delta del Ebro. Un lugar privilegiado.
Yacimiento
Aguaviva 1; Aguas arriba del puente del Arenal y
sobre un espolón triangular, se ubica este yacimiento, dominando el río
Bergantes. En la fuerte pendiente, que da al norte, se halla una muralla de la
que quedan estos y que, se piensa, era protección de esta población; mientras
que la zona que da al sur está protegida por una pared hecha de bloques sin
trabajar que bien podían proteger al pueblo como hacer de aterrazamiento
de los campos (o las dos cosas).En el oeste se aprecian restos del muro y un
amontonamiento de restos de alguna construcción que bien podía ser un torreón
de vigilancia. Se encontraron cerámicas, un fragmento de boca y panza de un
ánfora de origen o tradición fenicia. Más importantes son las cerámicas de la Primera
Edad de Hierro, destacamos un fragmento hecho a mano con restos de una
decoración pintada en rojo y módulos de sílex usados como machacadores. Además
un molino abarquillado utilizado como material constructivo en la muralla y
otro semiesférico con dos muñones correspondiente al Hierro I.
Yacimiento
de Castillo de Buñol; se trata de una fortificación situada en la
cumbre y ladera de una colina, junto al
río Guadalope, a punto éste de recibir, camino de El Cantalar, las aguas de su
afluente el Bergantes. Desde Buñol se domina el
acceso septentrional al valle de Mas de las Matas. La fortificación se piensa,
con toda seguridad, que es de origen árabe (también se hallan restos cerámicos
pertenecientes a esa cultura), peo se encuentra casi totalmente arrasado. Se
encuentran superficialmente, también, fragmentos cerámicos ibéricos a tonos,
aunque las fragmentaciones no dejan ver bien las formas. Aparece, también, un pondus rectangular con dos perforaciones, cerámica a mano.
El yacimiento ibérico como tal, (no los fragmentos esparcidos de las
cerámicas), se encuentra destruido por la ubicación posterior del castillo.
Yacimiento
del Arenal II; En la cota más
alta del límite este de la loma en la que se halló la cabaña de Bronce (Puente
del Arenal I) se localizan los restos de un túmulo de forma circular. Este se
haya muy arrasado, peo, según el estudio, son perfectamente visibles algunas
piedras verticales que lo delimitan y otras de relleno interno. En el estudio
se señala que quizás deba relacionarse
Arenal I con el yacimiento
Aguaviva I, que se haya enfrente, justo al otro lado de la vaguada.
Yacimiento
de El Cantalar; en la cumbre de
una colina de la cadena que parte del castillo de Buñol
hacia el sur, extendiéndose hacia la zona de las Masadetas
(tal como se explica en este trabajo) frente a las masías del Cantalar (margen
derecha del Guadalope), se localizan cinco túmulos muy arrasados, de forma
circular, apreciándose en alguno de ellos los bloques verticales que delimitan
su perímetro externo. En este yacimiento se encontraron, superficialmente,
fragmentos de cerámica a mano y a tono.
Estos enlaces te pueden ir bien:
http://www.iberosenaragon.net/rutas.php