País
de Cazarabet
Novela negra en el País de
Cazarabet con Alicia Estopiñá
El género de novela o relato policíaco,
detectivesco, novela negra se interrelacionan de una manera especial. No son lo
mismo, pero se retroalimentan de tal
manera que casi pueden confundirse. Además las más de las veces las novelas o
relatos actuales están salpicadas de
suspense, narraciones teñidas de cierta dosis de miedo o incluso espionaje,
thriller. Por no mencionar que, hoy más que nunca, las narraciones
detectivescas, sean más o menos negras, son casi siempre un pulso a los
problemas sociales, económicos y un retrato de la ciudadanía muy esmerado.
Muchas veces se convierten en un retrato crudo de la realidad con varios
asesinatos por resolver… una muestra, a la inversa, de que la realidad siempre
acaba superando a la ficción. Eso sí, hay que tener en cuenta que el escritor o
escritora siempre son gentes que, seguro, “muy a la chita callando” nos
desvelan más de un hecho real, aunque disfrazado. Parte de arte y parte de su
trabajo.
Todos los rincones inspiran historias de
todo tipo y lo detectivesco, policíaco (revestido de más o menos negrura) no se
escapa a ello en Territorio Cazarabet. Les iremos presentando aquí algunas
muestras, algunas plumas y algunas historias…
Novela negra y de suspense, no exento de
humor, en Territorio Cazarabet.
La escritora Alicia Estopiñá
no solo se inspira en tierras del Matarranya sino que realiza un ejercicio de
suspense y humor que sumerge todos los sentidos en una lectura plácida y entretenida.
Nos acercamos a Bajo el mantel, editado por Prames, y a Los perros y los cuchillos, de
Ediciones del Serbal.
UNA NUEVA NOVELA CORAL DE ALICIA
ESTOPIÑÁ PARA EDICIONES DEL SERBAL DE
PERSONAJES DE LO MÁS VARIOPINTO…
EN LA NOVELA MEZCLA SITUACIONES DE LO
MÁS DESCONTROLADAS CON UN FINO Y ÁCIDO SENTIDO DEL HUMOR…
LO PUBLICA
DENTRO DE LA COLECCIÓN EL BIBLIONAUTA DE ESTA EDITORIAL
AQUELLO QUE NOS EXPLICA LA PROPIA
EDITORIAL DEL LIBRO:
El casual hallazgo
entre escombros de un cuadrito singular y sin valor aparente es, en realidad,
la punta del iceberg de una colección de valiosísimas, extravagantes e
irreverentes obras de arte que, durante la Guerra de la Independencia, un grupo
de iluminados escondió en algún rincón del inextricable laberinto de túneles
que surcan el subsuelo de Valderrobres, un pueblo del Maestrazgo turolense. A
la búsqueda del citado botín, varios personajes convergen y se enredan en una
frenética trama de persecuciones y muerte. Un pintor que se hace llamar Merlot,
una pareja de abogados poco convencional, un gestor cínico, una seductora
viuda, un perro asesino, una puta desvalida, una banda de mafiosos y otros
individuos peculiares, configuran una novela de acción y ritmo frenéticos,
narrada con ironía y sentido del humor, que arrastra al lector desde la primera
a la última línea del libro.
La escritora, Alicia
Estopiñá:
Para dar a conocer a
esta autora nos hemos adentrado en su web donde ella misma se presenta:” Hola. Soy Alicia Estopiñá
Amela, viví mis primeros años en Valderrobres
(Teruel), estudié primero en Zaragoza y luego en Barcelona, donde me licencié
en Historia del Arte, me patee todos los antros de moda y tuve un sinfín de
empleos tan variados como aburridos”. Más tarde, y junto a otras actividades
más estimulantes, ejercí la docencia en el Maestrazgo turolense.
Actualmente vivo en Sitges y, a veces, escribo.
Cazarabet conversa con... Alicia Estopiñá,
autora de "Bajo el mantel" (Prames)
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/mantel.htm
Cazarabet conversa con Alicia Estopiñá:
-Alicia, este es el segundo o tercer libro tuyo que leo en los últimos tiempos
y , además de situaciones intrincadas, divertidas y corales(muchos personajes y
cada cual con su particular “neura”, dibujada y
descrita de manera muy divertida), me encuentro con esa especie de intriga que
flota todo el rato…te gusta, me imagino, manejar las situaciones hacia un
límite, pero con ese sentido del humor que a algunos personajes les pone casi
en un precipicio…¿cómo lo ves , ahora?
-Alguien decía: “Españoles, hace unos
años estábamos al borde del precipicio, pero ahora, ¡hemos dado un paso al
frente!”. Espero que esto no les ocurra
a mis personajes. Aunque es el ciclo de
la vida, unos se van para dejar paso a otros.
Y me siento muy honrada de que leas
mis libros. Si, además, te lo pasas
bien, feliz. Porque es lo que persigo:
que quienes me lean pasen un buen rato. Para mí, más que los personajes, lo
complicado es crear una trama, desarrollarla, buscar situaciones interesantes,
chocantes, y plasmarlas en el papel. Resulta por tanto gratificante, que el
esfuerzo que ello me supone, revierta en el bienestar de otros. Yo sólo me tomo en serio el humor. Hay muy poco humor en la literatura, en el
cine, en la vida. El drama es más fácil
porque tenemos más ejemplos alrededor.
-En esta novela te adentras, además, en el mundo del arte con toda la
trama que gira en torno al cuadro y demás…Es muy particular y más viniendo de
ti que has estudiado historia del arte…Lo que está claro que hay mucho de tus
pasiones en este libro…
-Histeria, Histeria del Arte es lo
que estudié. Pero me gusta el arte, la pintura en especial. He ensuciado unos cuantos lienzos y soñaba
con ser artista plástica, pero me di cuenta de que pintando distaba mucho de
ser genial y yo soy muy exigente, con todo y conmigo misma, así que probé
suerte con la literatura. Espero que se
me dé mejor. Aunque mi gran pasión es la
lectura. Gracias a ella he podido evadirme y sobrellevar situaciones
angustiosas. Imaginar, viajar, soñar…,
desde el metro o desde una triste habitación.
-Y otra vez Valderrobres y la
comarca del Matarraña…como se nota que llevas esta tierra bien “clavadica” dentro de ti, ¿no?; pero es que además es una
tierra que inspira…
Valderrobres es mi pueblo y la
comarca del Matarraña mi tierra. Aquí he crecido, he recorrido los caminos, las montañas, los ríos. Aquí me he refugiado
cuando estaba triste y he triscado cuando estaba eufórica. Adoro la naturaleza, me alegra, me consuela,
me acoge. Y, por supuesto, me inspira.
Desde mi mesa, ante mi ordenador, recreo los escenarios que tantas veces he
transitado, su luz y su ambiente. Puedo
oír el rumor del viento entre los pinos, el fluir el río, el canto de los
grillos o las cigarras, ver la cima tantas veces contemplada de las montañas,
el agua clara de las pozas, los caminos polvorientos. Meto a mis personajes en este escenario y
revivo mis emociones.
-Es verdad muchos pueblos del Bajo Aragón, el Maestrazgo y el Matarraña
están comunicados bajo tierra por túneles subterráneos o caños y tú tiras de
ello para convertir la novela en algo mucho más misterioso…y es que describir y
meterte, ambientando, la novela de un ambiente casi sin luz y lúgubre le da a
todo en conjunto un aire claustrofóbico…pero eso le da como más fuerza a los
personajes, ¿no crees?; .Los hace como más presentes, como más protagonistas….
-En la bodega de mi casa en
Valderrobres hay un túnel, que llamábamos “caño”, donde en verano, cuando era
pequeña, dejábamos el agua y la fruta para que se mantuvieran frescas. Acompañaba a mi abuelo allí y me parecía un lugar
fascinante. Ya entonces imaginaba otros
mundos paralelos al exterior, habitados por seres fabulosos con los que me
relacionaba con naturalidad. Hubiera
sido más fácil para mí escribir una novela fantástica ambientada en esos
lugares, incluso una de terror, o una saga familiar, pero recuerdo pasar mis mejores ratos leyendo
y riendo con las novelas de Enrique Jardiel Poncela,
como “Los habitantes de la casa deshabitada” y otras del mismo estilo, o con
los tebeos de “Mortadelo y Filemón”, del gran
Ibáñez. Entonces se me ocurrió hacer un
cóctel. Acción, tensión, un poco de
suspense, un poco de sexo y humor. Creo
que el gran reto es hacer reír. Buscar la belleza y la comicidad.
-A la hora de dibujar a los personajes que, repito ,es de lo que más me atrapa
de tus novelas…¿en qué te fijas?….¿de veras puede haber protagonistas tan
gélidas, calculadoras y mentirosas, así como estiradas como Elisa,
Elvira y otros como más llanos, como “más normales” como el resto de elenco que
reúnes en esta novela…?
-Mis personajes, como el monstruo de
Frankenstein, están formados por retazos de la personalidad de diversos
individuos con las que me he topado a lo largo de mi vida. Sí, “mis mujeres” son malas, odiosas. Es un nuevo concepto de reivindicación
feminista. Por decir algo. La verdad es que me han salido así. ¡A saber! Pero brujas como Elisa y Elvira he
conocido a más de una, que conste.
-Creo que ésta novela ”Los perros y los
cuchillos” cierra la trilogía que empezaste con “Fantaso”
y “Merlot”…no dejas esa especie de thriller , con unas buenas pinceladas de
humor ácido…
-Sí.
Efectivamente “Los perros y los cuchillos” cierra la trilogía que empecé
con “Fantaso”.
Pero creo que seguiré en esta línea, que yo llamo comedia negra, porque
es un género que se toca muy poco. En
cine se han hecho algunas cosas, Alex de la Iglesia, Berlanga, Tarantino, los
hermanos Cohen…, pero en literatura apenas hay nada. Puedo ser más ácida, más truculenta, más
cómica o más irónica, pero no puedo ni quiero ser introspectiva, sentimental,
nostálgica. Hay mucha gente escribiendo
así. ¡Lo que me cuesta encontrar, bien
sea en cine, revistas o libros, un poquito de humor!
-Pensar, diseñar y darles forma con continuidad a todos los personajes
¿es lo más difícil o lo es pensar y darle forma a la trama…que, por lo demás,
tiene su particular intríngulis…?
-Como ya he dicho antes, me resulta
más complicada la trama que los personajes. Tengo una idea en mente y voy
avanzando, pero cuando empiezo nunca sé cómo será el final. Hay ocasiones en las que me quedo bloqueada,
no sé por dónde tirar. Nos sentamos
Emilio (mi marido y responsable de la parte histórica de la novela) y yo a una
mesa, nos tomamos unas copas y casi siempre surge algo. Yo misma me sorprendo
de que al final la cosa quede tan redonda.
Pero lo mío me cuesta.
-En una historiadora del arte no puede faltar ese guiño….y es que los
novelistas tiráis mucho de vuestro particular bagaje, ¿no?
-Bueno, me resulta más fácil escribir
sobre lo que conozco y lo que me gusta. Si hay que documentarse, esa tarea se
la dejo a Emilio. No me gustan las
novelas didácticas. Hoy en día, si
quieres saber de cualquier cosa, te vas a Google y ya está. Como a mí lo que me gusta es que me cuenten
historias de forma ágil y divertida, procuro hacer lo mismo. El exceso de datos me cansa.
-Me gustó mucho y me reí mucho con las situaciones de “Bajo el mantel”;
así que cuando tuve en mis manos este libro me dije que me volvería a divertir:
¿escribes, amiga Alicia, con la pretensión de entretener, pero divirtiendo…?
(porque no es tan fácil, a veces se entretiene, pero no se sueltan
carcajadas….). Es que me da la impresión que no paras de divertirte mientas vas
escribiendo y eso se contagia….
-Efectivamente, de eso se trata: de
divertir. Pero no me divierto
escribiendo porque entretener o hacer reír no es fácil y supone para mí una
gran presión lograrlo. Lo que más me
halaga es que me digan que se lo han pasado bien con mis novelas. Con “Los
perros y los cuchillos” no pretendía hacer reír, pero mucha gente me ha dicho
que ha soltado una carcajada incluso en situaciones angustiosas. “Estaba esperando en la consulta del médico,
entreteniéndome con tu novela, y se me escapó una carcajada”, dijo alguien que
leyó la novela en formato digital. ¡Mira
tú! Yo, encantada. Cuido mucho el
lenguaje porque trato de ser plástica, crear una imagen, plasmar una
situación, con el mínimo indispensable
de palabras. Aunque también valoro “el arte por el arte”, que podría ser en
este caso, el arte de escribir, como en la poesía, mi gran reto es ser
concisa. Para mí tiene más mérito el que
consigue decir lo mismo que otro ensuciando menos papel (u ocupando menos
gigas). Más o menos como los políticos, vamos.
-Ya la última, ¿en qué estás trabajando actualmente porque este libro me
da que te ha llevado bastante tiempo de trabajo y demás…en qué andas metida
ahora?
-Estoy terminando una novela
protagonizada por una bióloga y un notario, cuya acción, esta vez, transcurre
en otra zona, aunque no puedo decir dónde porque hay dos opciones y aún no me
he decidido por ninguna.
21848
Los perros y los
cuchillos. Alicia Estopiñá
306 páginas 21 x 13,5 cms.
16,95 euros
Ediciones del Serbal
El casual hallazgo entre
escombros de un cuadrito singular y sin valor aparente es, en realidad, la
punta del iceberg de una colección de valiosísimas, extravagantes e
irreverentes obras de arte que, durante la Guerra de la Independencia, un grupo
de iluminados escondió en algún rincón del inextricable laberinto de túneles
que surcan el subsuelo de Valderrobres, un pueblo del Maestrazgo turolense. A
la búsqueda del citado botín, varios personajes convergen y se enredan en una
frenética trama de persecuciones y muerte. Un pintor que se hace llamar Merlot,
una pareja de abogados poco convencional, un gestor cínico, una seductora
viuda, un perro asesino, una puta desvalida, una banda de mafiosos y otros
individuos peculiares, configuran una novela de acción y ritmo frenéticos,
narrada con ironía y sentido del humor, que arrastra al lector desde la primera
a la última línea del libro.
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