País
de Cazarabet
Cabrera y los jefes del
carlismo en el País de Cazarabet
Seguimos desgranando las guerras
carlistas y los tiempos convulsos en territorio Cazarabet.
Recientes libros nos hacen volver
constantemente la mirada sobre esta
época, el convulso, dramático y aciago, por no decir claustrofóbico siglo XIX.
Cuando las Guerras Carlistas se convirtieron en
un acontecimiento perenne en tierras de Cazarabet.
Las Guerras Carlistas y sus
protagonistas, sobretodo personificado en la persona de Cabrera y todo lo que
éste arrastraba, se han convertido en un acontecimiento a recordar año tras
año… porque las guerras Carlistas, dejaron en Territorio Cazarabet una impronta
que no es fácil de desdibujar. Nos acercamos, pues, a un libro editado por
la ”Institución Fernando El Católico”
que bajo el título “Cabrera y compañía” recopila un muy minucioso y exigente
trabajo, de estudio e investigación desde la pluma de Antonio Caridad Salvador
con el que conversaremos sobre este acontecimiento y sobre su libro… Se
trata, pues, de un excelente trabajo de uno de los militares más controvertido
del siglo XIX, Ramón Cabrera. Aunque este artículo bien podría estar
posicionado en el apartado de “personaje” nosotros lo hemos querido clasificar
aquí en el apartado de Evento porque las Guerras Carlistas, sobretodo la
primera puede ponerse aquí sin arrugarse. Así pasamos a describir un poco el
libro: Antonio Caridad publicó, gracias a la Institución Fernando El Católico,
un libro sobre la figura de unos 200 personajes del carlismo para así analizar lo que supuso el carlismo para
la comarca del Maestrazgo, tanto desde la vertiente aragonesa como la
castellonense. Son doscientos hombres que participaron, de lleno, en la Primera
Guerra Carlista, la investigación da a conocer de dónde venían los diferentes
líderes y qué papeles y roles fueron asumiendo. Leyendo este libro, también
esta conversación, sabremos y nos
enteraremos sobre el por qué de su tradicionalismo, sobre de dónde procedían y
venían los integrantes, las edades en que se acercaron al carlismo y cuáles
fueron (más allá del tradicionalismo) sus motivos y motivaciones. También es
importante tener en cuenta, y así lo estudia Antonio Caridad, de qué
eslabón social procedían los hombres que sumaron a las filas
del ejército carlista y cuál era su formación así como la suerte que, cada uno
de ellos, fue corriendo posteriormente. Antonio Caridad hace un seguimiento,
muy esmerado, de todos ellos y de sus circunstancias y con ello nos aproxima,
de manera muy directa, a esta Primera Guerra Carlista en esta tierra.
La
Institución Fernando El Católico:
Antonio
Caridad Salvador:
Este
profesor de de enseñanza secundaria, de Instituto y está doctorado en Historia
por la Universidad de Valencia, especializándose en el primer carlismo
valenciano y aragonés y sobre él investigó y centró su tesis doctoral. Ha
escrito: El ejército y las partidas carlistas en Valencia y en Aragón 1833-1840
y bastantes artículos en el que ha ahondado en el papel de las mujeres en
aquellos tiempos, en el carlismo más local y en cómo y de qué manera ha ido
evolucionando el carlismo. Otros libros que tiene bajo su firma son: Historia
de las lenguas del mundo y Comprender el mundo del siglo XXI.
http://www.antoniocaridad.com/
http://www.todostuslibros.com/autor/antonio-caridad-salvador
Sobre
la figura de Ramón Cabrera
http://es.wikipedia.org/wiki/Ram%C3%B3n_Cabrera
Otros
personajes del carlismo, desde una buena web:
http://www.rutadecabrera.com/el_carlismo/personajes_carlistas/
La
Primera Guerra Carlista:
http://es.wikipedia.org/wiki/Primera_Guerra_Carlista
Cazarabet conversa
con Antonio Caridad.
-Antonio, estamos ante un trabajo
inmenso desde el continente (el tema, el carlismo, tiene mucha miga y muchos
seguidores y es un tema trascendental en la historia) y en el contenido (todo
lo que vas describiendo desmenuza muy bien lo que fue la Primera Guerra
Carlista en el Maestrazgo)…A grandes rasgos: ¿qué supuso el movimiento carlista
en esta comarca?
-Supuso
la división de la sociedad en dos bandos: los que apoyaban las reformas
liberales y los que se oponían a ellas. Esto llevó a una larga guerra, a varios
conflictos posteriores y a la primera división en ideologías de la sociedad
aragonesa (y española).
-¿Y qué supuso esta Primera contienda
en el Maestrazgo que abraza tanto tierras de Aragón como de más allá…?
-Fue
experiencia muy dura para los que vivieron la guerra en esta zona, debido a las
exacciones que cometían los dos bandos y que dejaron a muchos pueblos en la
pobreza más absoluta. Además de eso, muchas personas perdieron a seres queridos
y eso les llevó a tomar partido por un bando o por otro durante el resto de sus
vidas.
-¿Por qué lo centras, nos referimos al
estudio, a la comarca del Maestrazgo?
-En
realidad no es sólo sobre el Maestrazgo, sino sobre una zona que incluía el sur
de Aragón, el norte de la Comunidad Valenciana y la provincia de Tarragona al
sur del Ebro. Pero como es un nombre muy largo es mucho más cómodo abreviarlo
con el título de “frente del Maestrazgo”, que todo el mundo entiende. De todas
maneras, sigue siendo sólo uno de los escenarios en que se desarrolló la guerra
carlista. La razón por la que me he centrado en él ha sido por motivos
prácticos, ya que es la zona más cercana a mi lugar de residencia, por lo que
he podido acceder más fácilmente a las fuentes que necesitaba.
-¿Cuánto tiempo te ha llevado este
trabajo?
-Es
difícil saberlo, porque a la vez que trabajaba en las biografías de los
carlistas iba haciendo otras muchas cosas. Empecé a investigar sobre el
carlismo en 1994 y las últimas investigaciones que realicé para ese libro datan
de 2013. Así que fueron unos 19 años, aunque en medio hice un parón de cuatro
años y muchas más actividades. Nunca me dediqué a tiempo completo al tema de
las biografías.
-¿Qué metodología es o ha sido la
utilizada?
-Pues
lo primero que hice fue leer la prensa de los años de la guerra para recoger toda
la información que me pudiera interesar sobre los jefes carlistas. Después me
dediqué a leer bibliografía y a consultar archivos españoles. Cuando ya tenía
muchos datos, los clasifiqué por jefes y dejé a un lado a aquellos de los
cuales sabía muy poco. Con todo eso elaboré una parte de mi tesis doctoral, que
tenía la misma estructura que el libro que acaba de salir, pero con menos
información. Posteriormente hice varios viajes a Francia (para investigar el
exilio carlista), consulté más libros y me puse a leer la prensa de los 35 años
posteriores a la guerra, con lo que añadí unas 150 páginas más y le acabé dando
la forma actual.
-¿Por qué la figura
de Ramón Cabrera es tan importante y ha generado y sigue generando,
todavía, como esa especie de “aurea” que viaja entre la “admiración” al
“desprecio” pasando por el miedo…?
-Probablemente
porque fue el principal caudillo carlista de la primera guerra, ya que
Zumalacárregui sólo estuvo año y medio al frente de las tropas vasco-navarras,
mientras que él dirigió el carlismo del Maestrazgo durante cinco años. Además,
llegó a ser prácticamente independiente del pretendiente en su pequeño “estado”
del Maestrazgo y a partir de 1837 no tuvo nadie que le hiciera sombra en el
territorio que controlaba. También por sus éxitos fulgurantes contra el
enemigo, por ser el último jefe carlista en resistir a los liberales y por su
larga vida tras la guerra, que le llevó a ser un referente del carlismo durante
mucho tiempo. Todo eso ha hecho que su figura sea una de las más importantes
dentro del carlismo del siglo XIX.
-¿Es o son las guerras carlistas mucho
más importantes de lo que pensamos…en el devenir de sucesivos acontecimientos
históricos que se han ido produciendo..O sea: las
guerras civiles mal cerradas no son el inicio de otras contiendas?
-Las
guerras carlistas son muy importantes porque suponen el inicio de la división
ideológica de la sociedad española. Las guerras entre liberales y absolutistas
fueron las primeras guerras civiles por motivos ideológicos y la Primera Guerra
Carlista, en concreto, es la guerra civil más larga que ha sufrido la sociedad
española. El impacto económico y humano que tuvieron (sobre todo la primera)
fue tremendo, pero han sido olvidadas porque posteriormente el carlismo fue
perdiendo fuerza y hoy en día prácticamente ha desaparecido. Yo no creo que el
carlismo influyera apenas en la génesis de la Guerra Civil Española, pues esta
se movió por razones diferentes e implicó a otras ideologías. Pero no porque
algo no haya dejado restos en el presente debe dejar de estudiarse.
-Te acercas, y mucho, querido amigo a
aspectos muy sociales del carlismo: a los hombres y mujeres que le apoyaron y
le dieron forma. En conjunto, ¿cómo eran los jefes del carlismo?
-Sobre
las mujeres digo muy poco porque en la sociedad de la época había un margen muy
escaso para que pudieran participar en la política o en la guerra. Así que su
papel en el movimiento carlista fue muy marginal. De todas maneras, tengo un
artículo sobre el papel de la mujer en el que me extiendo algo más sobre este
tema. En cuanto a los jefes, eran en su mayoría hombres entre 30 y 40 años, que
procedían de familias campesinas, que vivían en pueblos de tamaño medio y que
habían combatido ya a los liberales en la guerra civil del Trienio (1822-1823).
Luego intentaron colocarse en la oficialidad del ejército y, aunque la mayoría
lo lograron, acabaron siendo expulsados durante el reinado de Fernando VII, ya
fuera por su escasa formación o por su apoyo al absolutismo más radical. Esto
les llevó a alzarse en armas en 1833 para intentar recuperar su oficio militar
y tener una forma mejor de ganarse la vida. La mayoría de estos jefes
sobrevivió a la guerra y marchó al exilio, pero su vida allí fue muy dura, ante
las dificultades para encontrar trabajo en el extranjero, y en cuanto pudieron
se acogieron al indulto para regresar a casa y acabar con las penurias. Una vez
en España intentaron entrar en el ejército liberal (lo que dice bastante sobre
la profundidad de sus convicciones carlistas) y, aunque en general lo lograron,
quedaron enseguida apartados del servicio cobrando un 30 % del sueldo. Con esto
pudieron sobrevivir lo que les quedaba de vida, ya
apartados definitivamente del carlismo para no perder su pensión y muchos de
ellos con heridas de guerra que les dificultaban trabajar. Este sería, a
grandes rasgos, el retrato robot de los jefes carlistas, aunque luego hubo
muchos casos particulares. Algunos murieron durante la guerra, otros fueron
fieles al carlismo hasta el final, otros procedían de las clases medias
urbanas, los más jóvenes no habían luchado en la guerra del Trienio, etc, etc.
-¿Y cómo eran las
bases sociales que los sostenían?
-El
carlismo recibió el apoyo de los sectores sociales más empobrecidos por la
crisis económica (campesinos y artesanos de algunas zonas de España), pero
también de las clases medias vinculadas al régimen de Fernando VII y de los
nobles y eclesiásticos más conservadores, que preferían enfrentarse al
liberalismo a adaptarse a él. Su apoyo social fue muy heterogéneo y, aunque la
mayoría de los carlistas eran campesinos, esto se debió a que los campesinos
eran la mayoría de la población de la España de la época, no a que el carlismo
fuera un movimiento rural. De hecho, hubo zonas rurales que fueron fuertemente
liberales y algunas ciudades donde el absolutismo tuvo mucha fuerza.
-La tropa, los hombres de Cabrera,
¿tenían algo de especial que no tenían los isabelinos o los de otros ejércitos
o tropas del carlismo…?
-Se
diferenciaban de las fuerzas liberales en que la mayoría de ellos eran
voluntarios, mientras que la mayor parte de las fuerzas isabelinas eran gente
reclutada a la fuerza, ya que incluso el servicio en la milicia nacional acabó
siendo algo obligatorio. Su grado de disciplina era también inferior y eso hacía
que fueran más propensos al robo y a seguir más a su jefe que al carlismo en
sí. Si comparamos a los carlistas de Cabrera con los del País Vasco y Navarra,
veremos que su grado de disciplina y equipamiento era inferior, pero si los
comparamos con los de otras zonas de España (especialmente con Cataluña) salían
ganando con creces. Los hombres de Cabrera acabaron siendo el segundo mejor
ejército del carlismo, sólo por detrás del vasco-navarro.
-¿Qué perfil tenían las tropas de
Cabrera?
-Las
huestes de Cabrera estaban formadas por campesinos y artesanos de zonas
empobrecidas, donde unirse a las partidas carlistas era una buena forma de
ganarse la vida. Con el paso del tiempo, la dureza de la guerra y la represión
liberal fueron creando en ellos un sentimiento antiliberal, que en muchos casos
persistió tras el conflicto. Por otra parte, cuando el ejército carlista empezó
a ir escaso de voluntarios tuvo que recurrir al reclutamiento forzoso, ya en
los últimos años de la guerra. Fue entonces cuando coexistieron dos grupos en
las fuerzas rebeldes: los voluntarios (más ideologizados) y los reclutas (que
en pocos casos fueron leales al carlismo tras la guerra).
-¿A tu juicio había
diferencias entre las maneras de hacer y proceder(y su idiosincrasia) del
carlismo en Navarra y País Vasco respecto a la Aragonesa, sur de Tarragona y
Valencia..?
-El
carlismo vasco-navarro enseguida creó un ejército disciplinado y llevó a cabo
una guerra mucho más regular, con menos importancia de las partidas
guerrilleras. Sin embargo, con el paso del tiempo afloraron las disputas entre
los jefes y el absolutismo de esa zona de España acabó dividido en bandos que
luchaban entre sí, lo que aceleró el fin del movimiento. En Aragón, Valencia y
sur de Tarragona el carlismo empezó como un conjunto de pequeños grupos
guerrilleros y tardó mucho más en organizarse. Pero cuando lo hizo, el fuerte
liderazgo de Cabrera y la falta de disputas internas (junto a los errores de
los liberales) le permitió ir creciendo a un ritmo
mucho más importante. Si la guerra hubiera durado un par de años más, el
carlismo del Maestrazgo habría superado en importancia al vasco-navarro.
-¿El carlismo en el Maestrazgo, con sus
características, merece punto y aparte, respecto al carlismo que se ha
dado en otros lugares?
-Tiene
sus peculiaridades, como el de otras regiones, pero no creo que sea tan
diferente en el fondo. Lo que más lo distingue de otros es la aparición de un
fuerte liderazgo unificado, al frente de un caudillo con prestigio. Eso no
ocurrió en ningún otro sitio. En el País Vasco y Navarra las disputas entre
bandos fueron continuas tras la muerte de Zumalacárregui, mientras que en
Cataluña, Galicia o Castilla-La Mancha, el carlismo no era más que una serie de
partidas que operaban de forma independiente. Todos los intentos por aumentar
la disciplina y unificar el mando acabaron fracasando en esas zonas. No así en
el Maestrazgo, que durante tres años mantuvo un carlismo unido bajo el férreo
liderazgo de Cabrera.
-¿Qué nos puedes decir del carlismo
que, defendiendo las mismas ideas, lo hicieron pero sin coger las armas…?
-Los
carlistas que no tomaron las armas eran, en general, personas con intereses
económicos, que podían salir perdiendo si se rebelaban. Entre ellos encontramos
a campesinos propietarios, al clero secular, profesionales liberales,
comerciantes y nobles. Este tipo de gente sólo se unió a las fuerzas de Cabrera
si estaba sufriendo persecuciones y su vida (o libertad) peligraba si se
quedaba en casa. Si esto no era así (o lo era en un grado soportable) preferían
continuar con su vida y apoyar al carlismo de otras formas: dando información,
propagando rumores favorables a la causa, ocultando a los carlistas cuando
llegaban tropas de la reina, etc.
-Realizas un seguimiento, persona a
persona, de todos los hombres( o de la mayoría de
jefes y mandos) que lucharon al lado de Cabrera: ¿Qué características buscaba
este militar carlista en ellos?¿Cómo les fue a la mayoría de ellos, después de
estar bajo su mando?
-Bueno,
en realidad sólo analizo la vida de 258 jefes, de los cerca de 50.000 hombres
que debieron combatir en las filas carlistas en Valencia, Aragón y sur de
Tarragona. Es una cifra pequeña y que sólo sirve para acercarse a la sociología
de los jefes, no de la tropa. De los jefes sí que puedo decir que están la gran
mayoría, al menos desde el rango de comandante hacia arriba. Cabrera lo que más
apreciaba en sus hombres era la valentía y la disciplina. Si un carlista quería
ascender rápidamente tenía que exponerse en las batallas de forma temeraria y
obedecer siempre a sus superiores. Así es como algunos de ellos llegaron a ser
coroneles o tenientes coroneles con menos de 25 años.
En
cuanto a la segunda pregunta, hay que diferenciar entre los mandos y la tropa.
Sobre los mandos, ya he comentado antes lo que les pasó. En cuanto a la tropa,
hubo varios finales. Unos murieron durante la guerra, otros fueron capturados y
pasaron muchas penalidades en los campamentos de prisioneros, hasta que fueron
liberados y pudieron regresar a casa. Otros (el grupo más grande) se acogieron
a algún indulto durante la guerra y regresaron sin problemas a su vida
anterior. Un último grupo (probablemente los más ideologizados) se marcharon
con Cabrera al exilio. Pero allí no estuvieron mucho tiempo, dadas las
dificultades para sobrevivir en territorio francés y la amnistía que decretó en
1840 el gobierno español. Al final, en 1841 la mayoría de los carlistas que aún
estaban presos o en el exilio acabaron volviendo a sus hogares y reintegrándose
a la vida civil.
-Dinos, Antonio, ¿en qué estás
estudiando y trabajando actualmente….? Y ¿Por qué el carlismo siempre te ha
llamado tanto la atención?
-Actualmente
estoy trabajando en la Segunda Guerra Carlista (antes llamada la tercera),
sobre la que espero publicar algunas cosas en los próximos años. Llevo ya tres
años con el tema y resulta interesante ver la continuación en el tiempo de las
ideas carlistas. El carlismo me ha llamado la atención desde que era
adolescente, porque me pareció un movimiento muy poco conocido y que merecía
mucha más atención de la que se le daba en los libros de historia. Me parecía
increíble que un grupo político que provocó dos guerras civiles y numerosas
revueltas durante el siglo XIX recibiera tan poca atención.
18210
Cabrera y compañía. Los jefes del carlismo en el frente del Maestrazgo
(1833-1840). Antonio
Caridad Salvador
623 páginas 17 x 24 cms.
75.00 euros
Institución Fernando el Católico
La presente publicación analiza el carlismo en la zona del Maestrazgo a través de la vida de más de doscientos jefes que participaron en la Primera Guerra Carlista. La cantidad de personajes estudiados, la extensión dedicada a cada uno de ellos y la diversidad de fuentes utilizadas sitúan esta obra muy por encima de anteriores trabajos similares, lo que permite establecer unos rasgos generales y conocer mejor qué tipo de personas eran los líderes tradicionalistas, de qué zonas procedían, a qué edad se incorporaron a la causa absolutista, qué experiencias previas tenían, cuáles pudieron ser sus motivaciones, cuál era su origen social y su formación, cuál su trayectoria posterior... Todo ello contribuye a alejarnos de interpretaciones con escasa base empírica y fundadas principalmente en formas de pensar actuales, para acercarnos a lo que pensaron y vivieron los protagonistas, entender quiénes eran y por qué actuaron así y, en última instancia, comprender mejor qué fue el carlismo.
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