La magia de los gatos callejeros
Los
gatos callejeros tienen una magia y una gracia especial…tienen más miedo que
los nuestros porque están en permanente escarmiento, aunque ya bien sería hora
de convencernos de que nosotros no poseemos nada…ni mucho menos otros seres
vivos…ni muchos menos estas almas libres que son los gatos domesticados y
demasiado humanizados…pero son mágicos y tienen su propia idiosincrasia, su
propio universo, su propia sociabilidad y maneras de entenderse. Yo tengo varias
tribus y familias de gastos, gatas, gaticos y gaticas….que rodean mis paseos,
raticos de andadas, footing…Todos ellos son grandes estrategas; escogen un
lugar geopolítico perfecto…detrás de casa de un “amante de los gatos” que todas
las noches, aprovechando el callejón y a
la luz de una farola cenicienta les depositará un buen ágape con un buen cuenco
de agua… En el descampado , el minero jubilado, todos los días revisa a los
suyos y les deja comida y rellena culos de botella de plástico para que no
pasen sed…las noches no siempre las pasan al raso…los encuentras recogidos en
los porches de las entradas de las casa donde sus moradores dejan esterillas o
alfombras y donde se apretujan todos…incluso los machos que luchan por el
territorio firman, por unas horas, el “alto el fuego”…y así pasan las horas
nuestros estimados gatunos que nos espían en nuestros paseos, susurros, que
observan los primeros besos de jóvenes que se esconden en el callejón o se
acurrucan en el portal del descampado…que saben mucho más que nosotros de la
traiciones de la calle y que , pese a todo, la estiman y a aman porque, en
ella, son libres…quizás más que “los nuestros”, aunque algún día yo ya me
cambiaba por cualquiera de estos dos gatunos peludos que habitan mi hogar…