ARAGÓN EN SALAMANCA
Agitados
son los últimos tiempos para un archivo que, hasta hace más bien poco, era un
desconocido entre la mayoría de los ciudadanos. Las peticiones que desde
diversas entidades de Cataluña, concretadas en la Comisión de la Dignidad, se
elevaron para conseguir la devolución de una parte de sus fondos, a las que se
sumó el entorno cultural de Más de las Matas (Teruel) en septiembre del 2004, y
las Cortes aragonesas en diciembre, han redescubierto un centro archivístico de
incalculable valor histórico y sentimental para gran parte del territorio
español.
¿QUÉ ES ESE ARCHIVO?
Sus
orígenes se remontan a 1937, cuando la franquista Secretaría General creó una
"Oficina de Investigación y Propaganda Anticomunista" con el objeto
"recoger, analizar y catalogar todo el material de propaganda de todas
clases que el comunismo y sus organizaciones aláteres hayan utilizado para sus
Campañas en nuestra Patria, con el fin de organizar la correspondiente
contra-propaganda tanto en España como en el extranjero".
Un año
después nació la "Delegación del Estado para la Recuperación de
Documentos", adscrita al Ministerio de Interior, que pretendía
"recuperar, clasificar y custodiar" la documentación procedente de
entidades y personas adictas al régimen republicano, y suministrar al Estado,
especialmente al Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el
Comunismo creado en 1940, “información referente a la actuación de sus
enemigos". El archivo de esta delegación sería conocido con el nombre de
"Sección Político-social", al cual se sumaría otro, el de “Asuntos
Especiales”, que atendería a lo referente a la Masonería. Ya en 1977 el
complejo se integró en el Ministerio de Cultura dependiendo, como una sección
más, del Archivo Histórico Nacional, y recientemente se le dio entidad propia
tomando el nombre de General de la Guerra Civil Española.
¿PERO QUE HAY EN ESE ARCHIVO?
Su
estructura fundamental la definen los documentos que tomaban unos equipos de
recuperación siguiendo el avance de las tropas del Ejército Nacional/franquista
por la zona leal a la República. Ocupada una localidad, esos equipos recogían
todo lo que les interesaba para, luego, enviarlo a la sede del actual archivo:
la calle Gibraltar de Salamanca, donde ya se clasificaba, detallaba y se
contestaba a las peticiones de información evaluadoras de la conducta de los
ciudadanos no afectos al régimen vencedor. Hoy, previo permiso, se puede ver
todo lo incautado entre cajas que conforman la denominada Serie
Político-Social, y que se distribuye en fondos agrupadores según el origen
geográfico de la remisión. Así, aparecen
Alicante, Barcelona, Barcelona-Generalitat, Bilbao, Cádiz, Cartagena,
Castellón, Extremadura, Gijón, Jaén, Lérida, Madrid, Santander, Santander
Cuerpo de Ejercito Euzkadi, Santander Tribunal Permanente Euzkadi, Valencia,
Valencia-Audiencia Territorial y Vinaroz. Y Aragón, por supuesto.
EL FONDO POLÍTICO-SOCIAL “ARAGÓN”, O LA REVISIÓN DEL ARAGÓN DE LA REPÚBLICA
Las
vicisitudes de la Guerra Civil en Aragón han hecho que tan cruenta experiencia
se singularice respecto a las que sufrieron otras partes de España. El amargo
sufrimiento de los aragoneses ofrece a la lógica historiadora un interés
especial porque, entre otros muchos atractivos, aquí se plasmaron las utopías
revolucionarias anarcosindicalistas y se creó un auténtico órgano de poder
político aragonesista: el Consejo de Aragón, arrinconado precedente
institucional de la actual estructura político-administrativa de la Comunidad.
Ese organismo se debatió entre diversos condicionantes: las presiones
catalanistas ejercidas por la Generalitat más las centralistas del Gobierno de
la República; los enfrentamientos entre ideologías del campo
republicano-izquierdista; las repercusiones en la población que administraba y,
lógicamente, la ofensiva franquista. Y todo ello en medio del fratricidio y de
la represión, primero contra los desafectos al régimen republicano; luego
contra los leales a éste.
Pues
bien, la manifestación de ese organismo, las administraciones municipales, la
rutina de la población en guerra, el paso de colectivos civiles o
militares...en fin, gran parte de la memoria y de la tragedia del territorio
aragonés republicano duerme en las cajas del fondo político-social “Aragón”,
huellas que también se encuentran dispersas en los de otras zonas geográficas.
En consecuencia, desde el norte al sur de la Comunidad emergen testimonios,
unos más importantes que otros según el punto subjetivo que caracterice al
investigador; y no pocos con subrayados o anotaciones con las que los
responsables del depósito salmantino hilaban referencias para los órganos
encargados de exigir cuentas.
UN EJEMPLO: MÁS DE LAS MATAS (TERUEL)
Al
respecto, ha sido esta localidad la que tomó la iniciativa en Aragón y se puso
a la altura de las reivindicaciones de la citada “Comissió
de la Dignitat”, pues reclamó los “papeles” masinos
con un eco social favorable. Y es que en ese pueblo se atiende a su historia,
ya de por sí peculiar.
Cuando
el 25 de marzo de 1938 las tropas de la 5ª división de Navarra tomaron el Mas,
la documentación municipal que había sobrevivido tanto a las quemas
revolucionarias anarcosindicalistas como a la represión de las tropas
comunistas que fueron enviadas por Madrid para apagar las llamas colectivistas,
y que no se destruyó previsoramente antes de caer en manos de los nacionales,
fue recogida por el servicio de recuperación que les seguía y encarpetada bajo
dos impresos oficiales del Gobierno Vasco que, a modo de borrador, indicaban
someramente el tipo de documentos que empaquetaban. Posteriormente, en sacas,
llegaron a Salamanca, y en tierra charra quedaron. Y aquí es donde hoy aparecen
bandos, carnés de particulares, escritos, hojas estadísticas, manuscritos y
oficios sobre temáticas tan diversas como abastecimiento y racionamiento;
acreditaciones; asociacionismo político y sindical; asuntos militares,
reclutamiento y quintas; infraestructuras; economía, educación y cultura;
estadísticas y padrones; juzgados; migraciones forzadas (los 2500 habitantes
del pueblo tuvieron que acoger a 690 refugiados de Azuara); orden público; protección civil; represión o
sanidad, además de las actas del Ayuntamiento o los libros de matrimonios del
juzgado. Caso curioso, nada señala cuestiones religiosas.
En
otras palabras, la vida municipal hasta el citado marzo del 38.
PARA ACABAR
Total,
que en Salamanca hay memoria de Aragón, apenas apreciada hasta hace poco salvo
por unos cuantos curiosos, investigadores o historiadores; o afectados. Aunque
no es el único centro documental que la contiene, pues sorprende que sea el
exclusivo acaparador del interés de aragoneses, catalanes y de los que se van
sumando del resto de España. Así, con igual atractivo resulta algún otro, del
que nadie parece acordarse y que, sin embargo, guarda un filón para el
historiador, para el interesado o, simplemente, para el ciudadano respecto a la
cruel experiencia de la guerra civil. Pongamos que hablo de cierto fondo de
cierto archivo en Madrid...
Juan José Oña Fernández
Historiador, documentalista y
colaborador de “Guerra Civil. Aragón”, editorial DELSAN.