Discurso
del Embajador de España en la República Checa, D. Pascual Ignacio Navarro Ríos,
leído en el acto de entrega de la Encomiendo de la Orden de Isabel la Católica
a Doña Benita Gil Lamiel el 25 de febrero de 2014
Querida Benita, queridos familiares y
amigos:
El acto de hoy es uno de los más satisfactorios
para un Embajador. Me cabe el honor de imponer la condecoración de la orden de Isabel
la Católica a Benita Gil de Serrano.
Según la norma que la regula, la orden
de Isabel La Católica recompensa a “quienes se distinguen de una manera
relevante por sus servicios a España, y cuyos méritos cívicos, públicamente
reconocidos, puedan servir de ejemplo y estímulo a los demás ciudadanos”. Creo
que para todos nosotros Benita, por sus méritos cívicos, representa un ejemplo
y un estímulo de superación.
En la condecoración, con un lenguaje
arcaico, está escrito “a la lealtad acrisolada”. Porque esta medalla es un
reconocimiento a la lealtad mantenida a lo largo del tiempo y a través de las
dificultades. Y la lealtad en el compromiso con España, con sus raíces, con el
idioma español, y con la familia y compatriotas españoles, es una constante en
la vida de Benita que hoy queremos reconocer.
Benita Gil de Serrano nació en La
Ginebrosa (Teruel). Maestra de profesión, perteneció a
En Francia, entre los años
A pesar de su integración en la
sociedad checa, Benita (ni tampoco los de su familia) nunca ha querido adoptar
la nacionalidad checa para no tener así que renunciar a la nacionalidad
española, y ha mantenido siempre su vinculación con España a través de la
prensa y el contacto permanente con familiares y amigos. Benita de alguna forma
durante muchos años ha tendido puentes entre ambos países, y de su familia han salido
por ejemplo profesores, diplomáticos o traductores, que ya son a la vez
españoles, checos, y sobre todo europeos, y que con su trabajo han conectado
durante muchos años a
Y durante todos estos años, por su
carácter y personalidad abierta y afable, Benita ha sido un miembro respetado y
apreciado de la colonia española, convirtiéndose en una figura bondadosa y nuclear
de la misma.
Querida Benita, es para mí un gran
honor hacerte entrega de esta condecoración concedida por el Rey de España. Con
ella, el Gobierno y la sociedad española quieren reconocer tu lealtad a tu
país, tu idioma, tu familia y tus compatriotas en la República Checa.
Y también hacer justicia a ti, a tu
familia, a tus compañeros y a todos los ciudadanos españoles e hijos de españoles
que tuvieron que abandonar España a consecuencia de