75 AÑOS DE LA
CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS GRADUADAS DE OJOS NEGROS
(*) Serafín Aldecoa
Resumen
Este artículo analiza
los problemas económicos y de financiación de Ojos Negros y su Consistorio para
construir las Escuelas de Enseñanza Primaria. Aunque el proyecto de
construcción ya se había elaborado en 1929, hasta la llegada de la II República
no se iniciaron las obras que se concluyeron en 1935. Se cumplen ahora, pues,
75 años desde este acontecimiento que supuso una considerable mejora en la
educación de sus niños
Abstract
This article analyzes the financial problems Ojos Negros and its town
council had when building its primary school. Although the project was already
designed in 1929, it was not until the advent of the Second Spanish Republic
(1931) that the construction was started, finishing in 1935. It has been now 75
years since this event, which meant a great improvement in the education of the
children of Ojos Negros.
INTRODUCCIÓN
Durante décadas de los siglos XIX y XX la educación
–entonces se le denominaba “instrucción”- de sus ciudadanos no era una cuestión
prioritaria de los sucesivos gobiernos de España pero tampoco de otras
instituciones como los las diputaciones y ayuntamientos de los municipios cuya
única “obligación” consistía en pagar tarde y mal. Hay que pensar que el primer
Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes se crea en 1900 durante la
Regencia de María Cristina, siendo Presidente Francisco Silvela
y hasta entonces era una dirección general del ministerio de Gobernación.
Consecuentemente,
la instrucción primaria se desarrollaba en unas condiciones lastimosas con
penuria de medios económicos que se traducía en escasez endémica de maestros,
absentismo escolar, misérrimos salarios delo profesorado, aulas masificadas, edificios escolareas
faltos de luz e higiene… y un alto porcentaje de analfabetismo, mayor en las
mujeres que en los hombres.
Con la llegada de la II República en 1931, el panorama
cambió ya que el nuevo régimen pretendía combatir el analfabetismo con una
serie de medidas que perseguían la mejora del sistema educativo como la
creación de escuelas y la construcción de edificios escolares.
Muchos ayuntamientos
de la geografía española, con presupuestos muy endebles, vieron la oportunidad de edificar escuelas
nuevas, dignas y más amplias que las anteriores pero con grandes esfuerzos y
sacrificios económicos pese a las ayudas y subvenciones del Gobierno. Uno de
ellos fue el de Ojos Negros.
En los años treinta del siglo XX en la Comarca del
Jiloca con una población joven y, por tanto, con una amplia matrícula de niños
y niñas, la contratación de maestros (creación de escuelas) y la construcción de edificios escolares eran
dos necesidades imperiosas, en especial en los municipios con un mayor censo de
población y que habían experimentado un crecimiento considerable de población
en el primer tercio del siglo XX.
La Dictadura de
Primo de Rivera (1923-1930), a pesar de invertir notables sumas de dinero en
obras públicas en España, incluso en la provincia de Teruel como fueron, entre
otras, el frustrado ferrocarril Teruel-Alcañiz o el Viaducto de la capital,
apenas se había ocupado de las construcciones escolares que evitaran los peores
males de la
(*) Historiador
educación de esta época y
que ya se arrastraban desde el siglo XIX: la escasez de maestros y
maestras, la masificación de las aulas,
la inexistencia de edificios escolares propiamente dichos, la falta de medidas
higiénicas (ventilación, iluminación…) de los locales existentes… Ya no
hablamos de la difícil situación económica, por no decir miseria, por la que
pasaban los maestros y maestras de la época cuyos salarios eran misérrimos y
que dependían de los presupuestos municipales.
Ahora bien, antes de
abordar el proceso de construcción de las Escuelas Graduadas de Ojos Negros, es
necesario e imprescindible echar un vistazo, aunque sea somero, a la evolución
demográfica del municipio a lo largo del primer tercio del siglo XX en
comparación con otros de la Comarca, para conocer aproximadamente el número de
niños y niñas que se encontraban por escolarizar en el centro escolar.
EVOLUCIÓN DE LOS MUNICIPIOS CON MAYOR POBLACIÓN DE LAS
TIERRAS DEL JILOCA
Localidad |
1900 |
1910 |
1920 |
1930 |
Incremento |
Cella |
2.567 |
2.751 |
3.197 |
3.685 |
30´3% |
Monreal del C. |
2.330 |
2.606 |
2.737 |
3.253 |
28´3% |
Calamocha |
1.777 |
1.895 |
2.151 |
2.227 |
20´2% |
Santa Eulalia |
1.164 |
1.469 |
2.140 |
2.627 |
179´6% |
Caminreal |
1.120 |
1.239 |
1.422 |
1.491 |
33´1% |
Ojos
Negros |
1.405 |
3.042 |
2.195 |
2.854 |
103´1% |
Fuente: Elaboración propia a partir de los
datos del Catálogo de pueblos y municipios de Aragón. Estadística de población y
nomenclaturas toponímicas entre 1900 y 2004. CAI 2000
Como se puede comprobar de la lectura del cuadro,
los principales municipios del Jiloca experimentaron un crecimiento de la
población pero en desigual proporción, destacando dos de ellos sobre los demás:
Santa Eulalia y Ojos Negros, los dos núcleos urbanos más industrializados del
territorio.
La construcción de la azucarera del Jiloca en Santa
Eulalia en 1911 por parte de empresarios catalanes (Compañía de Industrias
Alimentarias) fue determinante para que este municipio experimentase un fuerte
tirón en su censo de población, creciendo entre las tres primeras décadas del
siglo XX un 179´6%.
En el caso de Ojos Negros, un factor decisivo de
este incremento de los efectivos demográficos fue la puesta en marcha de las
explotaciones mineras por la compañía Sierra Menera
(CMSM) en los primeros años del siglo XX y la construcción del ferrocarril que
transportaba el mineral hasta Sagunto (inaugurado el 27 de julio de 1907), que
atrajeron a una multitud de trabajadores que se fueron asentando en los barrios
próximos (Centro, Hospital, Gerencia…) a los yacimientos mineros y en otros
albergues y alojamientos.
Mª Alexia Sanz apunta al respecto que: “La llegada de obreros de procedencias
diversas quedó grabada en la memoria como indicador de florecimiento. Las
cifras llegan a alcanzar para algunos informantes incluso los 6.000 obreros,
cantidad que a todas luces es desorbitada si se consideran únicamente los
puestos de trabajo existentes a pie de mina. Se habla de unos 3.000
trabajadores para esta fecha [primera década del siglo XX], de ellos 1.500
trabajan sólo en canteras; sin embargo el carácter de temporalidad de muchos de
los trabajos desarrollados en la
explotación plantea una gran dificultad para cuantificar con rigor el número de
trabajadores”.
Pese al bache de 1920
que se debió a diversos factores (gripe
española, crisis de la I Guerra Mundial…) la población se recupera llegando
a 2.815 personas, prácticamente el doble de las que había en 1900. Además se trataba de una población
joven con proles numerosas a las que había que alimentar y dar una educación.
Sea como fuere, lo cierto es que el total de los
efectivos demográficos se duplicó en los primeros treinta años del siglo XX
aunque el mayor incremento se produjo en la primera década del siglo debido,
como ya se dicho, al inicio de la actividad minera y la construcción de la vía
férrea ya que ambas actividades requerían la utilización de abundante mano de
obra.
Este crecimiento de la
población se debió no solo a la actividad industrial, sino también a una serie
de factores como cierta mejora de las condiciones sanitarias, la inexistencia
de un control efectivo de la natalidad por la escasa formación cultural de sus
habitantes, la roturación de tierras incultas (en muchos casos montes
comunales) y unas condiciones económicas favorables durante la Dictadura de
Primo de Rivera que favorecieron el crecimiento de la población que se reflejó
en la existencia de familias numerosas con varios hijos a los que había que alimentar,
educar y dar trabajo incluso siendo niños.
Escuelas masificadas y en malas
condiciones
Este crecimiento de la población se hizo también
patente, por ejemplo, en Cella, que era el municipio más poblado del Jiloca con 3.685
habitantes, en el que, según el corresponsal del periódico Acción, en 1934, la matrícula de niños y niñas entre 3 y 14 años
alcanzaba la cifra de 1.114, esto es, casi un tercio del censo estaba en edad
de escolarizar.
Surgió así la
acuciante necesidad de construcción de nuevas edificios escolares pues las que
se habían elevado en 1912 (“tres grados para niños y tres para niñas”) se
habían quedado pequeñas por lo que habían tenido que ser habilitados 6 salas en
la Casa Consistorial.
Ojos Negros, a la
altura de 1929, presentaba un censo total de 2.872 habitantes, de los cuales
alrededor de un millar residían en el barrio de Sierra Menera,
mientras el resto lo hacían en el pueblo por lo que su censo población no
alcanzaba los 2.000 habitantes.
En el mes de mayo en
una visita del Director General de Minas, Santiago Fuentes Pila y de su
séquito, a Sierra Menera y a Ojos Negros ya se
planteaba la realización de una gran y necesaria empresa: la creación de unas
escuelas “dignas y decorosas” pues lo que vio no le gustó nada.
El alcalde
propietario, Ángel López Bernard, estaba ausente y no pudo recibir a las
autoridades por lo que fueron acogidos por otros concejales: Pedro Sanz Paricio, Pascual Rubio Hernández, Agustín Escolano Serrano
y José García Dobón.
Después giró una visita
a la escuela de niñas, dos meses después de haber sido cerrada por una epidemia
de sarampión, que era regida por la maestra Carolina Pradas
Buj, que ocupaba la plaza en propiedad desde hacía
dos años, y el centro escolar le produjo “una penosísima impresión porque sólo
tiene capacidad para 50 niñas, acuden 87 cuando la matrícula es de 130” e
incidía en subrayar el mal estado al exclamar “¡Y no tiene gabinetes de
necesidad!”[1]. La escuela de niños
era de “análoga factura” pero no pudo visitarla porque no estaba el maestro. En
mayo de 1929, al referirse a las escuelas de Ojos Negros el periodista de El Mañana que cubría la información, hablaba de “horrorosos calabozos” al
referirse a las aulas.
Estas cifras coincidían con las que a finales de enero
1935, exactamente el día 30, exponían D. Benjamín Ballester Moya y doña María
Vicente, maestro y maestra de Ojos Negros, siendo presidente del Consejo
Escolar, Juan Hernández, que certificaban que la matrícula de las Escuelas era
de 130 alumnos niños y de 135 alumnas niñas. No especificaban la edad aunque
suponemos que incluirían desde los 4 años y 14 años.
Los citados maestros
afirmaban, también en enero de 1935, que
“los locales de las escuelas son en extremo antipedagógicos y antihigiénicos,
por cuanto no son sino verdaderas pocilgas por lo reducidos que son ante tan
elevada matrícula y destartalados. No reúnen la más mínima condición
pedagógica…”
Hay
que pensar que en estos momentos el centro escolar estaba integrado por dos escuelas unitarias,
esto es, dos aulas: una para niños y otra para niñas a las que asistían de
todas las edades.
Otro de los problemas que acarreaban
las escuelas era la falta de dotación de
mobiliario y de materiales escolares tal como denunciaba en el alcalde, Mariano
Paricio Gracia,
cuando en 1934 solicitaba mobiliario al Ministerio para las escuelas
unitarias porque “en la actualidad solo existen mesas para poder dar clases a
treinta niños y otras treinta niñas, siendo el número de la matrícula de los
niños asistentes a cada una de las mencionadas Escuelas el de ciento treinta
niños”[2]
En realidad en las
tres primeras décadas del siglo XX apenas existían edificios propiamente
escolares con mobiliario escolar adecuado ya que en muchos casos se empleaban
dependencias municipales como el edificio del Ayuntamiento en el caso de Cella,
o dependencias de otros organismos, locales que en su mayoría que no reunían
las condiciones adecuadas para impartir la docencia ni de luminosidad ni de
recursos materiales.
Al parecer, en las
Minas de Sierra Menera, por estas fechas, el número
de escolares era menor ya que la matrícula alcanzaba los 110 niños y el de
niñas suponemos que sería similar. El centro escolar estaba regido por Valentín
Vázquez y Rufino Martínez junto a las
maestras Florencia Sánchez y Pascuala Aparicio a la que asistían de media unos
90 niños. Por tanto, pese a tener menos alumnado disponían de más maestros y,
consecuentemente, se encontraban menos masificadas y también mejor dotadas que
las de ON al estar mantenidas por la CMSM[3] ya
que, entre otro material Tenían aparato de cinematográfico que funcionaba los
jueves y un gramófono y además las condiciones de habitabilidad eran mejores
que las de Ojos Negros.
Los proyectos
Parece ser que el
penúltimo Gobernador provincial de la Monarquía, José García Guerrero, no
sabemos por qué razones, tomó un inusitado interés por la construcción de las
Escuelas y realizó numerosas gestiones en Madrid ante el Ministerio de
Instrucción afirmando que “Ayuntamiento, maestros, autoridades y pueblo en
general vibran al unísono en este laudable empeño de sacar a sus niños de esos
horribles calabozos, sin recreo, sin retretes, sin ventilación que hoy se
tienen por escuelas”
Fruto de este
interés, en el mes de noviembre de 1929 ya existía el proyecto de creación de
escuelas graduadas dos para niños, dos para niñas y una de párvulos pero el
coste era de 120.000 pesetas, cantidad astronómica para cualquier municipio que
se quisiera embarcar en esta edificación.
La preocupación y el
interés de García Guerrero por las Escuelas y por la cuestión del agua ya que
“hace más de 20 días el lavadero estaba completamente seco” debieron de ser tan destacadas que el 16 de abril de 1930 “la Junta llamada
de las Escuelas” acordó por unanimidad el nombramiento de “hijo adoptivo” e incluso se decidió dedicar una calle con su
nombre por su “decisivo y entusiasta apoyo a la construcción de los nuevos
locales de las escuelas”[4]. El
documento aparecía firmado por 400 vecinos.
El día 19 de agosto
de 1930 se organizó el festejo por todo lo alto para homenajear al Gobernador.
A la entrada se había colocado un “artístico arco” con una foto de García
Guerrero. Las razones no solo eran las escuelas sino que era el haber resuelto
“un problema de aguas” que se encontraba enquistado desde hacía décadas entre
la CMSM y el municipio por la disputa de las escasas aguas que venían de
algunas fuentes de la sierra. Durante el pasacalles “el pueblo en masa” siguió
la comitiva hasta donde se inauguró una placa que junto al alcalde estaba
integrada, en por las fuerzas vivas locales como el párroco Manuel López, el
comandante de carabineros, Luís Villén, junto a los
concejales José Escolano, Blas Hernández, Antonio Berzosa,
Juan F. Villén, Pascual Rubio Miguel Urquiza, Mariano
Sebastián y Pedro Paricio; el secretario: Alejandro
Rubio; el médico Francisco Santamaría; el veterinario, Mariano Paricio; el presidente del Sindicato Minero de la UGT,
Mariano Paricio Gracia; el juez Ramón Villén; José Corella futuro dirigente del CRS…
En esta visita García
Guerrero manifestó que “se venía ocupando con interés del tema de las Escuelas”
y aunque se marchase de Teruel, como hijo predilecto no cejaría de trabajar
hasta ver colocada la primera piedra”
Luego entregó 200
pesetas al alcalde para que sacase 8 cartillas de la Caja de Ahorros y las
repartiese entre los niños y las niñas más aplicadas de las clases”
Ahora bien, el
problema, como siempre, era el económico porque a la altura del 22 mayo de
1929, el Ayuntamiento de Ojos Negros se encontraba prácticamente en la ruina ya
que, según informaciones de la prensa, “no tiene hoy en sus arcas más de 500
pesetas” porque había gastado en dos “hermosos lavaderos, cubiertos y altos más
de 10.000 pesetas, que son una maravilla. Las hijas del pueblo lavan en ellos
de pie como si amasaran”. Esta inversión, que podía alcanzar cerca de un cuarto
del presupuesto municipal, suponía un enorme desembolso para unas arcas de
hacienda del Ayuntamiento que no eran muy boyantes que digamos.
Las gestiones para la
construcción de las escuelas ya las había iniciado la Corporación anterior a la
II República y especialmente, el alcalde Mariano Román y el secretario
Alejandro Rubio “que se habían interesado grandemente” por el asunto
Hay que decir que
esta Corporación había sido designada por decreto de febrero de 1930, tras la
dimisión de Primo de Rivera en enero, y en ella figuraban los mayores
contribuyentes y concejales que habían sido elegidos democráticamente antes de
1923.
Queremos señalar Mariano Román poseía tienda de
comestibles y ferretería así como un camión. Ya entonces era Presidente del
Centro Republicano Radical Socialista de Ojos Negros. Tras la sublevación
militar de Franco huyó junto a Mariano Paricio
Gracia, máximo dirigente del Sindicato Minero de la UGT, y sus bienes fueron
incautados y sacados a subasta pública.
Estas gestiones no
fueron baldías puesto que se habían plasmado en la adquisición de los solares
para las escuelas por la cantidad de 4.000 pesetas y además ya se contaba, como
se ha señalado ya, con los planos realizados por el arquitecto de la Diputación
Juan Antonio Muñoz.
Parece
ser que buscando dinero para la financiación de las obras, se “descubrió” una
“lámina” por valor de 20.000 pesetas en el Ayuntamiento cuyos intereses no se
habían cobrado en muchos años y este importe podía servir para la construcción
de las escuelas y el alcalde se había marchado a Madrid para realizar las
necesarias gestiones y conseguir el auxilio del Estado. Se abrían las
esperanzas para que las escuelas fueran una realidad.
En el mes de mayo de
1930 la Junta Escolar de 1ª Enseñanza de ON presentaba un escrito al
Ayuntamiento en el que estimaba “ser de verdadera e inaplazable necesidad la
construcción de nuevos locales para Escuelas”, a lo que el Consistorio
acordó:”solicitar urgentemente a los poderes públicos la construcción de
Escuelas Graduadas, con tres secciones de niños y tres secciones de niñas, por
cuenta del Estado…”
El hecho de que en el
periódico El Regional se publicara un
suelto sobre la “paternidad” de la
adjudicación de las Escuelas en el que se atribuía a las gestiones al abogado
monárquico y conservador turolense Pascual Serrano Josa, hizo que saltara la
polémica pues se consideraba que el “padrino” de la concesión de las obras era
el Gobernador. García Guerrero salió al quite y publicó una carta en El Mañana el 6 de marzo de 1931[5], pocas semanas antes
de irse de Teruel, en las que se atribuía a sí mismo las gestiones para la
consecución del edificio escolar ante el ex
Director General de Instrucción Primaria, José Rogerio Sánchez.
En este sentido, en
otra carta al Director de La Voz de
Teruel, firmada por el alcalde Mariano Román[6] el 20 de marzo de
1931 subrayaba que el Gobernador “no había escatimado esfuerzos” para la
consecución de las escuelas y a ello se
debía el homenaje que el pueblo de Ojos Negros le había dedicado.
El día 14 de abril de
1931, tras unas elecciones municipales, se proclamó la II República en toda
España y también en Ojos Negros[7] que
siguió las pautas de las ciudades: manifestación por las calles, cánticos
republicanos, izado de la bandera republicana, toma posesión del alcalde y
discurso desde el balcón del Ayuntamiento.
El Gobierno de 1.931, recién estrenado, conocía
perfectamente las deficiencias educativas heredadas del periodo dictatorial
como podía ser el alto índice de analfabetismo existente entre la población o
la escasez y masificación de las escuelas, e inmediatamente tomó medidas,
especialmente en la Educación Primaria, con el fin de mejorar la situación
general del sistema educativo. Entre otras, citaremos las siguientes:
- Creación de las Misiones Pedagógicas ya en mayo de
1931
- Fomento de la lectura a través de un Plan de
Bibliotecas mediante un decreto de junio de 1932
- Envío de Bibliotecas populares a los centros escolares
- Pero, sobre, todo, realizando un considerable esfuerzo
económico como se demostró en una de las primeras resoluciones del ministro de
Instrucción Pública y Bellas Artes Marcelino Domingo (PRRS y que fue la
redacción de un plan quinquenal, que no se llegó a concluir, para la creación
de 7.000 plazas de maestros y maestras y 27.151 construcciones escolares,
muchas más que en los anteriores treinta años. Esta cantidad de escuelas se
consideraba necesaria por parte de las autoridades educativas para rebajar la
matrícula que asistía a las aulas y solventar
de una vez por todas la excesiva masificación de las aulas con lo que
mejoraría la calidad educativa.
Varios ayuntamientos de la Comarca se pusieron manos a
la obra para iniciar expedientes de construcción, reforma o ampliación de
escuelas como los casos de Cella, Monreal del Campo,
Fuentes Claras, Cucalón, Caminreal… Varios de ellos
conseguirían su propósito.
Fernando de los
Ríos[8],
el segundo ministro de Instrucción tras Marcelino Domingo, ya en octubre de
1932, resumía así la situación:
“Cuando vino la
República, España contaba con 35.716 escuelas. Faltaban 27.151. Se han
presupuestado e incorporado al
escalafón, 7.000 escuelas nuevas, de las cuales se hallan en funcionamiento
6.280. Próximamente será posible crear, en el último cuatrimestre del año cuando
comience el curso escolar unas 3.000 escuelas con lo que la República habrá
creado en año y medio 10.000 escuelas más. Para darse cuenta de lo que
representa, consideramos que en los últimos 25 años, durante la Monarquía el
promedio anual de escuelas creadas era de 503. Cuando advino la República había
aproximadamente un número de solicitudes de 3.000 escuelas. Se han dado más del
doble y, sin embargo, en este instante hay pedidas 8.000 escuelas más…”[9]
En el caso de
la provincia de Teruel y según el periódico un profesional[10] solo en el mes de octubre se habían
creado definitivamente más de 40 escuelas nacionales entre graduadas,
unitarias, de párvulos y mixtas.
La
marcha de Teruel del Gobernador García Guerrero, la proclamación de la II
República y el cambio de los componentes del Consistorio, fueron factores que
pudieron crear ansiedad e inseguridad en el municipio y entre las gentes sobre
la futura construcción del grupo escolar pues las circunstancias políticas
habían cambiado totalmente tras el cambio de régimen.
¿Ahora
bien, qué pasó en ON tras las elecciones de abril?
El
nuevo Ayuntamiento republicano
A los habitantes de Ojos Negros de acuerdo con su número
les correspondía elegir 10 concejales y además no se aplicó el artículo 29 de
la Ley electoral de 1907 por lo que se llevaron a cabo los comicios el 12 de
abril de 1931 formándose solamente dos
candidaturas que en la prensa de entonces denominaban “antidinásticas” que
posteriormente aclararon su ideología:
Concejales Votos
Socialistas:
4
478
Republicanos
radical-socialistas: 6
884
Estos
resultados electorales estaban en clara consonancia con la movilización social
y política que se había producido en Ojos Negros antes de la llegada de la
República y, por supuesto, no existía parangón con otras localidades de la
Comarca del Jiloca en las que se había producido, salvo excepciones, una
continuidad con los consistorios monárquicos anteriores.
Por otra parte, los
nuevos gestores del Ayuntamiento estaban vinculados a la izquierda política: 4
lo estarían con la Agrupación Socialista,
que se había creado recientemente, y con la UGT, al que estaba adscrito
el Sindicato Minero, y los 6 restantes al recientemente creado Partido
Republicano Radical-Socialista que lideraba en esos momentos Marcelino Domingo
que había entrado a formar parte del Gobierno republicano. Eran dirigentes
locales del PRRS: Santos Paricio, Mariano Paricio, Mariano Román y Alejandro Rubio
El nuevo Ayuntamiento,
al poco de tomar posesión, y en el momento de redactar el presupuesto para
1932, exigió a la Compañía Minera de Sierra Menera
que aportase a la hacienda municipal más dinero
por el impuesto de de utilidades que el que pagaba hasta entonces y que
se traducía en “un recargo del 16% sobre el producto bruto sobre el arranque
del mineral”[11]. En el fondo subyacía la
imperiosa necesidad de disponer de fondos para poder realizar, entre otras, las
obras de las nuevas escuelas.
La Empresa, como había hecho hasta entonces
en otras ocasiones en los numerosos conflictos que había mantenido a lo largo
de los años con el Ayuntamiento, presentó un recurso contencioso-administrativo
ante la delegación provincial de Hacienda de Teruel negándose a pagar tal cantidad.
El
día 30 de agosto el vecindario de ON, descontento con la actitud de CMSM, se
amotinó contra la Empresa minera que usufructuaba las aguas de una fuente que
pertenecía al Ayuntamiento y que deja al pueblo sin agua. También protestaban
por este recurso de la Compañía contra el presupuesto municipal. Los
amotinados, hombres, mujeres y niños intentaron asaltar la gerencia que
habitaba el ingeniero director con el ánimo de lincharle, cosa que evitó la
Guardia civil, siendo uno de los números herido por una pedrada.
Los
ánimos estaban exaltados así que una Comisión del Ayuntamiento se trasladó a
Teruel para exponer la situación al Gobernador, Pomares Monleón,
junto al abogado Luís Feced, quienes a las tres de la
madrugada se desplazaron a Ojos Negros. El máximo dirigente provincial prometió
hacer justicia y consiguió calmar a los vecinos “evitando así un día de luto”
La máxima autoridad civil citó en su despacho para el día siguiente al alcalde
y al ingeniero-director de las minas[12]
intentar llegar a un acuerdo.
Se
había solucionado momentáneamente el
conflicto de ON que había enfrentado a la CMSM con el Ayuntamiento y por mediación de Pomares Monleón, se consiguió en septiembre de 1931 que “la empresa
abonara el 16% del producto de las minas”[13]
El agradecimiento del
municipio a Pomares Monleón se manifestó por los
vecinos de ON el domingo 27 de septiembre de 1931 ya que gracias “a su eficaz y
activa actuación se debe el que los problemas que dicha localidad tenía
planteados se han resuelto satisfactoriamente”[14]. Fue
recibido por una banda de música que cantaba la Marsellesa, se le ofreció una
espléndida comida en el Ayuntamiento, visitó los centros socialista y
radical-socialista y con un baile concluyó la visita.
Una rondalla de
Molina de Aragón le dedicó estas jotas
Al Gobernador civil/ venimos a saludar/con un canto de
Jota/ que es el himno regional/ Estamos agradecidos/ al Señor Gobernador/por
resolver los conflictos/ de nuestra Administración/ Viva España porque tiene/
la bandera tricolor/viva el señor ingeniero/ y el señor Gobernador/Despedida no
le damos/ al señor Gobernador/le doy las flores de mayo/ y su aroma, que es
mejor[15]
El
decreto y la financiación
Por fin, el 4 de
noviembre de 1931, medio año después de haberse proclamado la II República, el
Gobierno de Manuel Azaña a través de su
ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, Marcelino Domingo, el Consejo de Ministros acordaba, junto a
Calaceite, la construcción de un edificio de nueva planta cuyo proyecto ya se
disponía con destino a escuelas graduadas: una para niños y otra para niñas con
tres secciones cada una. El presupuesto de la obra se cifraba en 149.509´07
pesetas y se construiría mediante por el sistema de contrata.
El propio Gobierno republicano reconocía que la
construcción de escuelas constituía una tarea bastante ímproba para los
municipios porque “Tropezaba con dificultades especialmente en la mayoría de
los pueblos con vida económica misérrima y con presupuesto municipal tan exiguo
que no es posible ni humano exigir un tributo más al contribuyente…”. [16]
De esta cantidad el
Estado contribuía con un 69% del total lo que suponía103.180´57 pesetas que
entregaría en tres anualidades:
1931 15.000
pesetas
1932 42.000 “
1933 46.160´57
“
Además del solar para la elevar el edificio
que ya había sido adquirido, el resto, un 31%, que suponían 46.160´57, debería
aportarlo el municipio e ingresarlo en
metálico en la Caja General de Depósitos
después de la celebración de la subasta.
Pudiera parecer en la
actualidad que esta cantidad de dinero era escasa y fácil de asumir
financieramente por parte del Consistorio de Ojos Negros, pero esa no era la
realidad. Los ayuntamientos en esos momentos eran pobres de solemnidad pues
apenas disponían de recursos que se proyectaban en unos presupuestos
raquíticos. Por ejemplo, los de Calamocha o Monreal
del Campo, con ser municipios de cierta entidad, superaban por poco las 30.000
pesetas anuales.
Además
los presupuestos apenas sufrían incrementos de un año para el
otro salvo que se plantease alguna obra de envergadura que en tal caso se
requería la ayuda económica o financiera exterior. Como ejemplos pondremos
el de Fuentes Claras para 1932
era 56.500 (de ellas 16.500 para el primer plazo para la construcción de
las escuelas) mientras que el de Calamocha para el año 1935 era de 61.126´27
pesetas.
Los municipios
tenían que hacer frente al pago de funcionarios[17]
como secretario, guardas de campos, alguaciles,
serenos, practicantes e incluso debían abonar el salario de los médicos lo que
suponía un considerable desembolso fijo mensual que mermaba cualquier gestión
económica.
En muchos casos, era la “prestación personal”
(en algunos pueblos, se le denominaba trabajo “a concejada”)
de los vecinos, esto es, el trabajo gratuito, permitía sacar adelante obras de
no mucha envergadura como la construcción de un frontón para jugar a la pelota,
un lavadero o en el caso de Cucalón para la construcción de las escuelas.
Como ingresos
anuales fijos citaremos el arriendo a particulares de los arbitrios de pesas y
medidas o el de los bienes del común (matadero, horno, taberna…) junto a los
obtenidos por la subastas sucesivas de los pastos o aprovechamiento de la leña
de montes comunales a los que había que restar un porcentaje para su ingreso en
la Diputación provincial.
Ahora bien, la partida de ingresos más
importante de los municipios era el llamado impuesto de repartimiento que
consistía en “repartir” lo que tenía que ingresar el municipio en las arcas del
Estado entre los vecinos de la localidad. Para ello se formaba una Junta en la
que se integraban los mayores
contribuyentes (por rústica, urbana e industrial)[18]
que eran, paradójicamente, los que debían realizar el “repartimiento” se veían
incrementar el presupuesto anual de gastos con lo que a la hora de realizar el
repartimiento, los más potentados, que además formaban parte de la Junta, se
negaban a elevar su aportación a las arcas municipales lo que ocasionaba la
presentación de recursos contencioso-administrativos ante la delegación de la
Hacienda provincial.
En varios pueblos
de la Comarca (Fuentes Claras, Burbáguena, Monforte de Moyuela, Monreal del Campo, Bello, Torralba de los Sisones…) algunos
grupos de vecinos, encabezados muchas veces por los mayores contribuyentes,
entablaron procedimientos judiciales contra los Ayuntamientos por la elevación
del presupuesto anual (construcción de escuelas, mataderos, conducción de
aguas…) porque incrementaba su aportación al impuesto del repartimiento.
En febrero de 1932, tras un debate entre los concejales,
siendo alcalde ejerciente Santiago Paricio Paricio, el Ayuntamiento acordó contratar un préstamo de
64´347´50 pesetas a la Caja de Previsión Social de Aragón, abonando un 5% de
intereses anuales por un periodo de
amortización de 20 años.
Ahora bien, la situación económica del Ayuntamiento hacía
peligrar las obras y más cuando el 7 marzo de 1932 el Consejo de Administración de
Ante este grave contratiempo que significaba, entre
otras cosas, privar al Ayuntamiento del ingreso por impuestos de la CMSM, en febrero de 1932,
tras un debate entre los concejales, siendo alcalde ejerciente Santiago Paricio Paricio, el Ayuntamiento
acordó contratar un préstamo de 64´347´50 pesetas a la Caja de Previsión Social
de Aragón, abonando un 5% de intereses anuales Ante este grave contratiempo que significaba, entre otras cosas,
privar al Ayuntamiento del ingreso por impuestos de la CMSM.
A la vez que se paraban las obras del ferrocarril
Teruel Alcañiz con 300 despidos, el periódico República titulaba así “Cerca de 400 familias en espantosa miseria
después del cierre de las minas”. “Ayer lunes 7 de marzo de 1932 se han cerrado
por completo las minas quedando únicamente varios empleados para la custodia
del material y de los edificios de la Empresa. De las familias, algunas, pocas,
han emigrado; las del coto minero y las del casco del pueblo se han quedado sin
recursos y sin los cabezas de familia que se han marchado a otros lugares a
buscar trabajo”[19].
La mayor crisis económica que habían sufrido Ojos
Negros y los municipios próximos (Villar
del Salz, Peracense, Setiles…) hasta entonces se había desatado ya que hasta
después de la Guerra Civil las minas no se volverían a abrir pese a los
esfuerzos del Ayuntamiento, del Gobernador, de los diputados en el
Parlamento....
Al mes siguiente, el 22 de marzo de 1932, el Consistorio sacaba las
obras de las escuelas a subasta pública y se adjudicaban a la empresa de
Joaquín Pérez Yagüe constructor de la ciudad de Teruel que residía en la
Carretera de Cuenca número 2, cuya puja alcanzaba las 121.849´08 pesetas, un
18´5% menos que el presupuesto oficial lo que significaba un ahorro de
27.658´99 pesetas en la subasta.
Por otra parte,
siendo alcalde Mariano Paricio Gracia, en el mes de
septiembre de 1932 en un pleno extraordinario, el Consistorio acordó enajenar
títulos de la deuda pública que debían
de estar en su posesión por valor de 25.428´62 para aportar parte de las
37.773´15 pesetas que debía abonar para la construcción del edificio escolar.
A pesar de la
solicitud de este empréstito que posiblemente no debió de ser concedido por la
Caja de Previsión y la venta de deuda pública, las dificultades de financiación
de la obra eran patentes porque un mes más tarde el Consistorio pedía otro
empréstito, éste en condiciones menos
favorables con un interés del 7%, de 44.000 pesetas al Banco de España.[20]
Los concejales que
firmaron el escrito eran Mariano Paricio Gracia,
alcalde, Ángel Sánchez, José Corella, Andrés Paricio,
Pedro José Lucas, Raimundo Valero, Pedro Sanz
y José García Hernández,
figurando como secretario Alejandro Rubio
También, en marzo de
1933, el Consistorio admitió la proposición hecha por “varios vecinos”, sin
decir los nombres, de una donación de 44.000 pesetas que pretendía ser
totalmente desinteresada porque en ningún momento se habla del tipo de interés aunque pensamos
que no fue efectiva.
Por último debió ser
el dinero prestado por el Banco de España el que financió las obras porque el presupuesto de Ojos Negros para
1936 era de 50.285´99 pesetas y el Ayuntamiento dirigió un “un comunicado” a la
institución “manifestándole que durante el año actual se amortizará parte del
empréstito de construcción de las Escuelas…”
En el mes de abril de
1935, a la vez que en Calaceite, y cuando la construcción del edificio escolar
debía de estar muy avanzada, se creaban
“de forma provisional dos escuelas de niños y otras dos de niñas” lo que
suponía un incremento de maestros con el fin de que el hacinamiento disminuyera
y que el curso 1935-1936 se iniciase con tres maestros por escuela graduada.
En este mismo mes mediante una circular del inspector jefe Juan Espinal recordaba a
los maestros que las escuelas debían adquirir además de una bandera tricolor,
un escudo nacional, un cuadro alegoría de la República… junto a diferente material didáctico como
barómetro aneroide, termómetro, mapas murales, enciclopedias didácticas del
grado correspondiente, reglas, escuadras…
Un mes más tarde, el
Ayuntamiento encargaba a la empresa que ha abastecido desde hace años a las
escuelas, Federico Giner, el necesario material mobiliario (mesas, sillas,
perchas, armarios…) que según un presupuesto de mayo de 1935 del fabricante
Federico Giner alcanzaba la cifra de 3.991´90 pesetas. El Consistorio tenía la
obligación de “facilitar el material escolar y de enseñanza correspondiente y
casa-habitación para los maestros”.
En septiembre,
siempre de 1935, el Consistorio acordaba “llevar a efecto con la máxima
urgencia las obras de construcción del depósito para proveer de agua los
retretes de las escuelas graduadas encargándose de ello el concejal Ramiro
Valero”.
Aunque
no hemos localizado la fecha concreta en que se concluyeron las obras ni si el
curso 1935-1936 los alumnos y alumnas asistieron ya al nuevo centro, lo que sí
que es cierto es que en el mes de octubre, concretamente los días 5 y 8, el
Ayuntamiento acordó “formar el programa de festejos para el día de la
inauguración de las Escuelas y
satisfacer de fondos municipales
el gasto de 2.782´50 pesetas para poder atender con decoro los actos que
se llevarán a cabo…”
Sea cómo y cuándo fuere la
inauguración, el pueblo de Ojos Negros había conseguido el sueño deseado: la
construcción de sus magníficas Escuelas Graduadas
PRENSA HISTÓRICA
-
Boletín Oficial de la Provincia de Teruel
-
Gaceta de Madrid
-
Acción (1932-1936)
-
La Asociación (1915-1935)
-
El Mañana (1923-1931)
-
República (1931-1933)
-
La Voz de Teruel
-
El Turia
Archivo municipal
del Ayuntamiento de Ojos Negros
Archivo de Sierra Menera en el Archivo Histórico Provincial
- ALDECOA CALVO, José Serafín. Entre
el hambre de tierra y el despertar social: la II República en Tierras del
Jiloca. CEJ y Amarga Memoria. 2010
* La proclamación de la II República en Ojos
Negros. Xiloca 35. CEJ. Calamocha 2008.
- ARANGUREN, Javier. El ferrocarril de Sierra Menera.
Aldaba ediciones. Madrid 1988
- MARTÍ GONZÁLEZ, José Luís.
- SANZ HERNÁNDEZ, María Alexia. Ojos Negros, la memoria de un pueblo. IET- Ayto. de Ojos Negros.
Teruel 2000
* La explotación
minera de ojos negros: repercusiones en la estructura social y en la cultura. Revista Teruel, nº 86. Págs. 157-192. Teruel 1998.
- DOBÓN PÉREZ, Miguel Ángel. Historia y conflicto ambiental. El caso de Sierra Menera
(1900-1931). Actas del IV Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea.
Zaragoza 2002. Págs. 805-830
[1] El Mañana, 21 de mayo de 1929
[2] Archivo municipal de Ojos Negros. Expediente de la construcción de Escuelas Graduadas (1929-1935)
[3] Según un decreto de 1900, las compañías que explotaban cotos mineros estaban obligadas al mantenimiento de escuelas en las que asistían a clase los hijos de los mineros.
[4] El Mañana, 23 de abril de 1930
[5] Ibidem, 6 de marzo de 1931
[6] La Voz de Teruel, 27 de agosto de 1930. También la firmaban Santos Paricio, Mariano Paricio, Antonio Berzosa, Tadeo Villén, Mariano Sebastián, Wenceslao Pellicer, Manuel Paricio, Pedro Paricio, Ambrosio Villén, Pedro J. Lucas, Pascual Rubio, Blas Hernández, Raimundo Valero, Andrés Paricio, Santiago Paricio y Alejandro Rubio.
[7] Véase el trabajo La proclamación de la II República en Ojos Negros de J. Serafín ALDECOA CALVO en Xiloca nº 36
[8] Fernando de los Ríos, ministro de Instrucción
Pública y Bellas Artes en el bienio reformista a partir de diciembre de 1931
hasta junio de 1933. Anteriormente había ocupado la cartera de Justicia.
[9] Faro, 30 de octubre de 1932
[10]
[11] Libro de actas de pleno del Ayuntamiento de Ojos Negros
[12] República, 1 septiembre de 1931
[13] Ibidem, 20 de septiembre de 1931
[14] Ibidem, 29 de septiembre de 1931
[15] La Voz de Teruel, 1 de septiembre de 1931
[16] BOPT, 18 de agosto de 1931
[17] Citaremos algunos ejemplos: un guarda de Báguena cobraba 850 pesetas; en Blancas el practicante-barbero cobraba 300 (la tercera parte que el médico); en Lechago el alguacil, 300; en Monreal del Campo, un sereno 500 pesetas. Todos estos sueldos eran anuales.
[18]
Vamos a poner como ejemplo el caso de
[19] República, 8 de marzo de 1932
[20] BOPT, 8 y 25 de octubre de 1932