EL GRUPO ESCOLAR FERRER GUARDIA
DE MONTEMAYOR (CÓRDOBA)
Estado de la enseñanza en Montemayor
al proclamarse la II República
Las elecciones
municipales del domingo 12 de abril supusieron la llegada al Ayuntamiento de
Montemayor de 10 regidores republicanos y 2 monárquicos. Por lo que se refiere
a la ideología de los ediles de corte republicano, uno era radical socialista
-Rafael Porras Berral, que será designado Alcalde-,
otro independiente y ocho anarquistas moderados o sindicalistas.
La instrucción pública será una de
las grandes preocupaciones de la Corporación municipal. La situación de la
población escolar y de los centros educativos era muy deficiente. Más de la
mitad de aquella no recibía asistencia cultural por falta de escuelas y la que
se prestaba se hacía en locales alquilados, inadecuados e insanos, con tal
aglomeración de alumnos que se impedía la labor de los profesores. Así, en cada
una de las dos escuelas de niños, en las dos de niñas y en la de párvulos que
existían en la localidad la matrícula no bajaba de sesenta alumnos. Junto a lo
anterior, no era posible ampliar el número de escuelas por carecer la población
de edificios particulares con locales idóneos para instalarlas. Se paliará esta
situación gracias a la creación en 1931 de una escuela de párvulos, concedida
por Orden del Ministerio de Instrucción Pública. La Corporación debía habilitar
en 45 días un local y el material correspondiente para la misma, requisitos que
se aceptarán. Asimismo, se solicita al Gobierno la creación de dos escuelas de
niños y dos de niñas.
En cuanto a los centros educativos,
la falta de aulas idóneas era otra de las grandes carencias de la localidad. En
1931, la Agrupación Socialista presenta un proyecto de construcción de
escuelas. Consistía en acondicionar el local del corral del Concejo, anexo al
Ayuntamiento. Se trataba de un edificio de 18’5 metros de fachada y 7 de fondo.
Se instalarían en el mismo dos aulas y dos aseos. En el presupuesto de 1932 se
incluyó una dotación para realizar esta iniciativa, pero no tuvo ejecución,
transfiriéndose esta cantidad para otras atenciones municipales. Esta
iniciativa encontró rechazo en la prensa, como refleja este artículo de LA VOZ,
donde, incluso con dosis de humor, se puede leer entre líneas el indicado
rechazo, una decidida apuesta por la construcción de un grupo escolar y un
elogio a la escuela particular del Centro Obrero:
“DE LA PROVINCIA
Montemayor
ESCUELAS
Cuando hace unos días, al dar vista en la sesión municipal a la moción
presentada en solicitud de que el Ayuntamiento adoptase el acuerdo de construir
un Pabellón Escolar, pasamos por unos instantes de perplejidad a enterarnos de
la solución recaída sobre el asunto.
En el presupuesto por los señores Alcalde y Secretario se consigna
solamente la cantidad que pudiera corresponder al Municipio en el caso de que
el Estado decidiese ejecutar la obra. A nuestro juicio, esta solución y la
carabina de Ambrosio, son dos carabinas. La estimaríamos acertada y lógica,
cuando el oportuno expediente estuviese terminado, favorablemente informado y
las pesetas consiguientes, dispuestas en la Delegación de Hacienda, pero cuando
nada de esto hay hecho ni se sabe cuándo será posible “meterle mano”, la
consignación acordada nos produce igual efecto que si viésemos a un sujeto
comprar la ropa para sus nietos antes de buscar novia.
Pero lo más inexplicable, es que la propuesta obtuviese el
asentimiento de la Corporación ya que se dá el caso
de que los individuos que la componen fueron siempre los más decididos
luchadores en pro de la enseñanza escolar. Su labor en tal sentido, culmina en
el hecho de haber creado una escuela pública de niños a costa de infinitos
sacrificios y contratiempos innumerables, escuela instalada actualmente en un
buen local y dotada de material excelente de cuyos elementos carecen las otras
por el inconcebible abandono del municipio.
Tenemos la seguridad de que el error que entraña este acuerdo a que
nos referimos, será reconocido y rectificado con la nobleza que caracteriza a
los hombres que tenemos al frente del Ayuntamiento; pero si así no fuera…
entonces… don Rafael y don Antonio ¡agarrarse! que hay un grupo de terribles
conspiradores dispuestos a amargarnos la existencia. Somos (porque yo también
soy de la banda) unos treinta, y ninguno de nosotros sabe una palabra de música
ni manejó un pito en su vida pero hombres de pelo en pecho, estamos decididos a
realizar nuestro “plan” aun a costa de nuestra propia sangre: y nuestro “plan”
es el siguiente y conste que lo digo en secreto: contamos con todo el
instrumental de la Banda municipal y con once zambombas como once tinajas; con
estos elementos saldremos los jueves y domingos y al amparo de las sombras de
la noche obsequiaremos a los “elegidos” con una serenata de las “de no te
menees”.
Con
que… hay un elijan. O el Grupo Escolar o la Cabalgata de las Walkyrias.
Corresponsal
Montemayor 17 de Noviembre de
1931”.
Existen antecedentes de labores
educativas en el Centro Instructivo
Obrero de Oficios Varios de Montemayor, de significación anarquista, desde
1912, cuando el campesino de Castro del Río Benito Cordobés Erencia,
además de ser uno de los líderes de aquella organización, abrió una escuela
racionalista. La misma radicaría en la entonces sede de la sociedad obrera,
sita en el Barruelo. Los que regentaban estas escuelas
eran obreros autodidactos, generalmente campesinos, que solían tener bastantes
lecturas de prensa, libros y folletos de propaganda. Las escuelas racionalistas
acogían a hijos de obreros por las mañanas y a adultos por las noches. La
fundación de la escuela del Centro Obrero, oficialmente denominada Escuela
de niños Nueva o Colegio de Educación Científica y Racional, data de 1923.
Entonces ya estaba ubicada en la planta baja, junto a la fachada, de la sede de
la sociedad Centro Instructivo Obrero de
Oficios Varios, sita en la calle Juan Pedro Carmona, 6. Fernando Mata
Povedano era el maestro particular encargado de la misma. No es aventurado
establecer que fuese discípulo de Benito Cordobés, así como seguidor de las
teorías del catalán Francesc Ferrer i Guardia y del gaditano José Sánchez Rosa.
Su funcionamiento se autorizó legalmente durante la República por una
disposición del Consejo Provincial de Primera Enseñanza de finales de 1931,
pero la escuela ya contaba con cobertura legal para el desempeño de su labor
desde años anteriores.
El Grupo
Escolar Ferrer Guardia
El interés
de la Corporación por acabar definitivamente con las carencias que presentaba
la instrucción pública lleva a que en varias ocasiones durante 1931 la
Corporación se plantee la construcción de un grupo escolar. Sin embargo, no se
concretarán estas iniciativas, siendo la causa la falta de firmeza para
acometer una operación de crédito.
Esta situación empezará a cambiar al
año siguiente, tras una moción del concejal Fernando Mata Povedano por la que
propone el estudio y construcción de una plaza cubierta y de un grupo escolar.
Se entabla un debate y se acuerda tomar en consideración la propuesta,
encargándose al Alcalde y a los concejales Fernando Mata Povedano y Miguel Mata
Moreno su estudio. En la sesión de 15 de septiembre se acuerda la construcción
de un grupo escolar de 8 aulas y autorizar al Alcalde para que se entreviste
con el arquitecto Francisco Azorín Izquierdo con el fin de encargarle la
confección del proyecto. El Alcalde da cuenta del resultado de la entrevista.
Informa que aceptó el encargo y que en la tarde del 26 de agosto se personó en
el pueblo, visitó los terrenos y llevó a cabo trabajos preliminares.
En la sesión extraordinaria de 9 de
febrero de 1933 se da cuenta del proyecto del grupo escolar, con ubicación en
el Llano del Egido y un coste de 237.152,28 pesetas.
El proyecto, calificado como “preciosa
obra de regeneración ciudadana”, se aprueba y se acuerda solicitar del
Estado la subvención de 108.000 pesetas que le corresponde al municipio para
este fin, según Decreto de 5 de enero de 1933. Ese mismo día se traslada a
Madrid la solicitud. Desde el primer momento, constituye una preocupación
gravísima la diferencia entre el presupuesto total y la subvención a obtener,
ya que representaría una aportación municipal de 129.152,28 pesetas,
inabordable para el municipio. Durante todo el año 1933 y bien entrado 1934 no
se hizo ni una sola gestión política para avanzar en el proyecto, quedando en
suspenso.
La política revisionista del bienio
radical-cedista llevará a cabo una persecución
implacable y calculada sobre los Ayuntamientos socialistas o de izquierdas. Las
destituciones, siguiendo la política del Ministro Salazar Alonso, las aplicaba
el Gobernador Civil -en Córdoba, Luis Armiñán Odriozola- cuando se producía el
más leve conflicto religioso o de orden público. Si estos no aparecían, se
recurría entonces a la fórmula de destitución “por asuntos de contabilidad”. De esta forma, los radicales se
hicieron con la mayoría de los Ayuntamientos de la provincia. Generalmente, el
proceso partía de una conspiración de los elementos de derechas, que escribían
al Gobernador para que ordenara la inspección del Ayuntamiento. Realizada la
misma, el resultado era siempre el esperado. Esta política persecutoria se
lleva a cabo en Montemayor el 12 de febrero de 1934, en el desarrollo de una
sesión extraordinaria bajo la presidencia del Delegado gubernativo Manuel
Calles Pérez. El objeto de la misma se presenta como una “visita de inspección para comprobar la veracidad de ciertas denuncias
con relación a la marcha administrativa del Ayuntamiento”. El Alcalde,
Rafael Porras Berral, para prestar las máximas
facilidades en esta gestión, presenta la dimisión de su cargo. Se abrió la
votación para designar nuevo Alcalde, resultando elegido el concejal Antonio
Carmona Jiménez, republicano independiente.
Esta actuación gubernativa tiene su
culminación en la sesión de 18 de octubre, en la que se da cuenta de la
suspensión de nueve concejales -1 radical socialista y los 8
anarcosindicalistas- a través de una comunicación del Gobernador Civil, José Gardoqui y Urdanivia. Las
suspensiones de alcaldes y concejales de izquierda solían sustituirse por
miembros del sector más intransigente del Partido Republicano Radical,
verdaderos caciques antirrepublicanos, la mayoría de ellos antiguos militantes
del partido creado bajo la Dictadura de Primo de Rivera, la Unión Patriótica.
En la sesión extraordinaria de 27 de octubre, que por razones de orden público
tuvo el carácter de privada, se da cumplimiento a una providencia del
Gobernador mediante la que designaba nueve concejales interinos.
Pese a la nueva coyuntura política que
provocó estos cambios, los intentos por sacar adelante el grupo escolar
continuaron. Gracias a las gestiones del Alcalde -Antonio Carmona Jiménez-, a
las relaciones de amistad del arquitecto Sr. Murga -copartícipe en el proyecto-
con personal del Ministerio y a las también realizadas con amigos por el
secretario del Ayuntamiento –Antonio Rodríguez Gerez-,
fue resuelto el expediente de solicitud de la subvención por Orden Ministerial
de 23 de agosto de 1935. En la sesión de 2 de septiembre de 1935, se da lectura
de un oficio del Director General de Primera Enseñanza por el que se traslada
al Ayuntamiento la mencionada Orden del Ministerio de Instrucción Pública. La
misma dispone:
- Aprobar el proyecto del grupo
escolar, aunque con unas observaciones hechas por la Oficina Técnica de
Construcciones.
- Conceder
al Ayuntamiento una subvención de 108.000 pesetas.
En la sesión
de 23 de septiembre, el Alcalde da cuenta de que gracias a unos trabajos
realizados en Secretaría y sin entrar en una modificación de fondo del
proyecto, había remitido el arquitecto Sr. Murga el expediente del Grupo
Escolar con una rebaja de 101.076,83 pesetas, con lo que el presupuesto de la
obra quedaba reducido a la suma de 136.075,45 pesetas. Se acuerda por
unanimidad prestarle aprobación. La economía consistía en obviar la
ornamentación del edificio. Con las modificaciones del proyecto obligadas por
la Orden Ministerial de 23 de agosto, la subvención se eleva a 125.000 pesetas,
con lo que la aportación del Ayuntamiento se situaba en 11.075,45 pesetas. Sin
embargo, el trámite final de aprobación del presupuesto extraordinario y las
diligencias de contratación de las obras no pudo realizarse. Este asunto
requería un quorum de asistencia y una mayoría
cualificada favorable en su votación. La misma no podía darse, debido a la
ausencia de los concejales interinos de tendencia Radical y Popular Agraria,
que dejarán de asistir a las sesiones plenarias.
En la sesión de 26 de agosto, se
llevó a cabo este boicot político. Se da lectura a un escrito presentado por el
concejal interino Antonio Marín Romero con el siguiente tenor:
“A la Corporación Municipal.= Los Abajo firmantes, incompatibles
ideológicamente con el Alcalde, declaran, que sin renunciar a ninguno de los
deberes ni derechos que su cargo les imponen, se abstendrán en lo sucesivo de
prestar su cooperación a la Alcaldía, mientras esté regida por la persona que
actualmente la desempeña.= Esta declaración no implica, repetimos, dejación de
deberes ni de derechos, ni negación de concurso al poder y al Régimen
republicano que en todo momento estamos dispuestos a defender y acatar, sino
que queda limitada a patentizar nuestra incompatibilidad con el Alcalde.=
Montemayor 26 de agosto de 1935.=”.
El Alcalde, Antonio Carmona Jiménez,
comenta que lo abstracto de la moción transcrita hace que nada tenga que decir,
por no creerse merecedor de lo que se acaba de hacer por los concejales que la
suscriben. A partir de esta sesión se produce la ya citada inasistencia a los
plenos, que se desarrollarán con la sola presencia del Alcalde y de los
concejales Juan Madera y Ángel Varona, justamente los tres únicos concejales
propietarios no destituidos por el Gobierno Civil.
El boicot político dejará en suspenso el proyecto del grupo escolar hasta
la reposición de la Corporación de 1931, a pesar de esta última circunstancia:
el 11 de noviembre de 1935, el Secretario certificaba el presupuesto municipal
extraordinario elaborado por la Comisión de Hacienda para su construcción.
Cifrado en 136.075,45 pesetas, se nutría en la parte de ingresos con la
subvención concedida al efecto por el Estado y la diferencia de sobrantes de
presupuestos últimamente liquidados (28.075,45 pesetas), con lo que se formaba
sin déficit inicial.
Tras la victoria del Frente Popular
en las elecciones generales de 16 de febrero de 1936, se lleva a cabo la
reposición de los Ayuntamientos elegidos en las elecciones municipales de 12 de
abril de 1931, tal como estaba previsto en el programa electoral de esta
coalición. Así, en la sesión extraordinaria de 20 de febrero se reintegran los
9 ediles hasta ahora suspendidos gubernativamente.
La restituida Corporación municipal
llevó a cabo actuaciones de interés en el ámbito de la instrucción pública. No
obstante, la actuación estrella fue el grupo escolar. A propuesta del Alcalde
–Fernando Mata Povedano- se acordó que llevara el nombre de Francisco Ferrer
Guardia, honrando así la memoria del fundador de la escuela libre, condenado a
muerte en 1909 por el Gobierno conservador de Maura tras los sucesos de la
Semana Trágica.
En la sesión
extraordinaria de 6 de marzo de 1936, se aprueba el expediente de construcción
del grupo escolar y en la de 10 de abril, la celebración de la subasta para la
contratación de las obras. Del pliego de condiciones destacan dos puntos:
- En el 9º se indica que el pago de
las obras se supedita al percibo por el Ayuntamiento de las subvenciones que le
han sido concedidas por el Estado para este fin. Con ello, no se hipotecaría
caudal o recurso municipal alguno.
- En el 16º se obliga a que los
obreros, materiales y transportes mecánicos se utilicen de entre los propios de
la localidad. De esta forma, la construcción dinamizaría la economía local y
redundaría en una mejora de la situación del paro obrero.
En la sesión
de 5 de junio, se acuerda por unanimidad declarar firme y válida la subasta celebrada,
adjudicada al único postor: Julio Moreno Carvajal, de Puente Genil, por 136.000
pesetas.
Cuando el
Ayuntamiento saca a subasta las obras, la operación en números era la
siguiente:
Contrata
136.075,45
pesetas
- 11%
por remates realizados sobre otros proyectos 014.968,29
pesetas
Coste
resultante 121.107,16
pesetas
Subvención
125.000,00
pesetas
Diferencia a favor del Municipio 003.892,84
pesetas
El Grupo
Escolar, ubicado en la zona del Egido, en un solar
del Ayuntamiento, constaba de cuatro secciones o aulas para niños y cuatro para
niñas, además de servicio de cocina y comedor escolar, teniendo este último el
doble fin de salón de actos. Asimismo, estaba dotado de un despacho para el
director y de una sala de profesores.
El edificio constaba de una sola
planta. La superficie cubierta era de 1.050,16 m² y la descubierta, destinada a campo
escolar, 1.316,53 m². Estaba orientado de tal forma que las aulas recibieran la luz
directamente, contribuyendo así a la purificación de la atmósfera una vez
terminadas las clases, y evitándose su recepción por el alumnado por medio de
persianas rollables.
La composición de la fachada y la
decoración interior y exterior quedó suprimida por razones económicas. Por
ello, las paredes se pintarían con colores uniformes, dejando al profesorado su
decoración interior por medio de plantas. Se preveía, asimismo, una pequeña
estación permanente en el campo escolar para educar a la población infantil en
el cuidado de animales domésticos.
Por último, en todos los locales se
colocaría luz de techos y en las clases un enchufe para la mesa del profesor y
su instalación de timbres.
Con su
ejecución no solo se venía a llenar una necesidad inaplazable de la enseñanza,
sino que se liberaba a la Hacienda municipal de las cargas que suponía el
alquiler de locales destinados a la instrucción pública. Llegará a iniciarse su
construcción el primero de junio, pero el Golpe de Estado imposibilitará que
esta obra llegue a ser una realidad.
El 26 de julio de 1936, un grupo de
unos 30 hombres entre guardias civiles y falangistas procedente de Fernán-Núñez
y al mando del Teniente de la Guardia Civil Cristóbal Recuerda Jiménez se
apodera definitivamente de Montemayor. El 14 de agosto, con intervención del
mismo Recuerda que incluso redactó el acta de la sesión de su puño y letra, se
procede al nombramiento de la “Comisión
gestora administrativa” del Ayuntamiento del nuevo régimen, en virtud de
orden del Gobernador Militar de la provincia. La Gestora Municipal descartó la
continuidad de su construcción, ya que se entendía que “sería inconveniente para el vecindario en general y de ningún
resultado práctico a la resolución del problema escolar”. Sin comentarios.
Se proyectó fijar un nuevo
emplazamiento en el Cerrillo, sobre los huertos de las casas de aquellos
lugares, y declarar de utilidad pública la obra a efectos de la expropiación
forzosa de los terrenos. Nada más se supo. La siguiente noticia relacionada con
este asunto fue el acuerdo adoptado por la Corporación para requerir al
encargado de las obras del grupo escolar el tapado del pozo existente en las
mismas. Consecuencia de lo anterior, los problemas de unas escuelas ubicadas en
locales inadecuados y de alquiler seguirán apareciendo.
En la sesión de 10 de febrero de
1940, vuelve a tratarse el tema de la subvención del grupo escolar. El Alcalde
dio cuenta de la Orden ministerial de Educación Nacional de 25 de enero último,
relativa a la construcción de grupos escolares. Para esta finalidad entiende la
Corporación que ya se tenía concedida por el Estado la correspondiente
subvención por Orden del Ministerio de Instrucción Pública de 23 de agosto de
1935 y en vista de lo dispuesto en el artículo 4º de la Orden ministerial antes
citada, se acuerda comunicar al Ministro de Educación Nacional que el propósito
de la Corporación es “la continuación de las obras con el apoyo de la
subvención concedida de que se deja hecho mérito”. Ni que decir tiene que
esta petición no encontró eco alguno y que el grupo escolar no llegó a
realizarse, a pesar de ser de extrema necesidad.
Tendrán que pasar más de 40 años para
que Montemayor disfrute de una cosa parecida. Con esta pérdida, la localidad se
vio privada de un proyecto destinado a erradicar el analfabetismo infantil.
Por lo que respecta a la Escuela
de niños Nueva o Colegio de Educación Científica y Racional del Centro Instructivo Obrero de Oficios Varios,
tras el Golpe de Estado, el Gobernador Civil de la provincia, José Marín,
dispuso la disolución de las sociedades obreras afectas a la UGT, CNT, las
llamadas autónomas y cualquiera otra que con diversos títulos funcionasen, ya
que, según la versión de los golpistas, eran “verdaderos centros revolucionarios y de propaganda”. Con ello, la
labor instructiva del Centro Obrero desapareció.
El Centro también contaba con una biblioteca
compuesta de un centenar de libros. Aparte de las lecturas de contenido social
y de propaganda, abarcaba materias como antropología, aritmética, ciencias
naturales, gramática, historia y literatura. La misma acabó siendo quemada,
salvo los volúmenes que fueron requisados. Su destrucción guarda relación
directa con una orden del Teniente Coronel de la Guardia Civil Bruno Ibáñez. El
famoso Don Bruno -ese hombre bueno,
católico de misa diaria, dedicado día y noche a la limpieza de marxistas- declaró públicamente a finales de noviembre
de 1936 que iba a librar a Córdoba de “todo
libro pernicioso para una sociedad sana”, por lo que los ciudadanos debían
entregar las obras “pornográficas,
revolucionarias o antipatrióticas”. Dos semanas después, se jactaba de
haber destruido 5.450 libros.
La Comandancia Militar de Montemayor
inició a mediados de octubre de 1936 los expedientes de confiscación de bienes
de aquellas personas físicas o jurídicas comprendidas en los casos citados en
el Bando de 18 de agosto de ese año del Jefe de la Segunda División Orgánica y
que, resumiendo, afectaban a personas de ideología republicana o de izquierdas.
El 10 de diciembre de 1936 se incoa el expediente de incautación de la sede del
Centro Obrero. Tenía una superficie de más de 400 m². Fue adquirida por la
sociedad Centro Instructivo Obrero de
Oficios Varios en septiembre de 1918 y escriturada en marzo de 1920.
Entonces el valor declarado de inmueble era de 8.000 pesetas. En virtud de lo
dispuesto en el Decreto 108 de la Junta de Defensa Nacional, de 13 de
septiembre de 1936, la Comisión Central Administradora de bienes incautados por
el Estado acordó su incautación definitiva, inscribiéndose la misma en el
Registro de la Propiedad el 17 de julio de 1937. El edificio fue sucesivamente
Cuartel de Falange, Delegación Nacional de Sindicatos, Hermandad Sindical Mixta
de Agricultores y Ganaderos y Cámara Agraria Local, hasta que el Ayuntamiento
consiguió que fuese propiedad municipal gracias a una permuta realizada a
primeros de los años noventa del pasado siglo.
José Francisco Luque Moreno
Investigador
Autor del libro
“Montemayor 1900-1945. Cuestión Social, República, Guerra y Represión”