Cazarabet conversa con... Ricard Camil Torres Fabra, autor de “Nos pertenecéis. La privación
de libertad en el País Valenciano durante el primer Franquismo” (Ulleye)
Ricard Camil Torres indaga, investiga y estudia sobre la
privatización de libertad en el País Valenciano durante el primer Franquismo.
El libro lo edita
Ulleye, dentro de la colección: Una mirada a la història.
La sinopsis del
libro:
La represión
franquista a la población que no les apoyaba en la guerra civil y en la
postguerra fue una barbaridad de actividad represiva tanto en los campos de
concentración, prisiones como en la vida diaria. El estudio del Dr. Ricard Camil Torres nos da a conocer hasta donde llegó esta
represión en el País Valenciano con total impunidad y como 40 años de dictadura
intenta que no conozcamos como fue y hasta donde llegó.
En 2015 tuvimos
ocasión de “conversar” con Ricard Camil Torres con
motivo de un libro coral, y nunca mejor dicho:
Cazarabet
conversa con Ricard Camil Torres:
-Amigo Ricard, ¿qué es lo que te llevó
a investigar sobre la represión de represiones que afectaba a las personas que
antes, durante la guerra y los principios de la postguerra? ¿Hay o hubo algún
incentivo que te ha hecho os ha hecho investigar sobre esto?
- Aparte de la
investigación, la cuestión me interesaba desde la adolescencia. En mi pueblo la
represión franquista alcanzó unos altos niveles que afectaron a un nutrido
número de personas. Era vox populi e incluso alcanzó a mi familia de forma
epidérmica.
-Porque
estamos hablando de una actividad represiva sin igual ¿no?.
Me refiero a la implantada por el franquismo conforme iba conquistando
territorios y ya no te digo una vez ganada la contienda…
- En efecto, con
la característica de que el fenómeno de privación de libertad se efectuó a
guerra ganada, es decir una vez finalizadas las actividades bélicas con el
agravante de que unos dos tercios del País Valenciano cayeron en manos
franquistas en pocas horas, ofreciendo un volumen poblacional enorme al
que se debe añadir los restos del Ejército republicano presente en el momento
por estos lares.
-Además
no se les reprimía de una sola manera, había todo un abanico de maneras de
reprimir…. desde la violencia física, a la verbal y, también las incautaciones…
¿qué nos puedes decir?
- La represión
franquista se manifestó de manera multiforme cuyas manifestaciones abarcaban
todos los ámbitos imaginables, desde la eliminación directa hasta la vejación y
la discriminación perpetua pasando por el control social absoluto, la
imposición de un modelo relacional supeditado, la privación de libertad, los
abusos, chantajes y todo lo que se quiera añadir. Los derrotados no tenían
derecho a nada. Incluso sus hijos eran despojados de sus nombres en caso de no
agradar a los vencedores. Por ejemplo, Lenin o similares pasaron a ser
“rebautizados” como José o cualquiera impuesto por la autoridad. La dedicación
represiva del franquismo se diseminó por todos los aspectos de la vida de los
vencidos.
-Los
campos de concentración, las prisiones...estaban en condiciones infrahumanas,
¿cómo salían de allí los presos y las presas?
- El final de la
estancia punitiva se producía a partir de la aplicación legislativa franquista
confeccionada a tal efecto si exceptuamos las tristemente famosas sacas o
los casos en que nada más finalizar la guerra los falangistas locales se
permitieron elegir a los que consideraban no dignos de existencia. Lo normal es
que los internos abandonaran su recinto correspondiente bien para acabar ante
un pelotón de fusilamiento, bien mediante las diversas modalidades de teórica
libertad, aunque existieron un sinfín de periplos privativos de privación de
libertad a lo largo del período de reclusión por traslados, castigos, cambios
de jurisdicción, alteración del estatus como por ejemplo pasar a batallones de
trabajadores, etc.
-A
muchos y a muchas se les había conmutado la pena de muerte por años de cárcel
que, normalmente, se iban reduciendo, aún con eso…
- Se abandonaba
la condición presidiaria al extinguir condena completamente o al ir descontando
las aplicaciones de decretos de indulto o por la denominada redención de penas
por el trabajo, consistente en intercambiar dedicación laboral en condiciones
semi esclavas por disminución de días privativos por condena en firme.
Recordemos que el sistema punitivo franquista resultaba económicamente inviable
dado el volumen humano recluso sin olvidar el altísimo porcentaje de personas
encarceladas en edad laboral y la necesidad de mano de obra existente.
-Y luego los y las reprimidas que
habían sobrevivido a cualquiera de las represiones o a más de una, ¿cómo
afrontaban el día a día?
- En primer
lugar, abandonar los recintos de exclusión de libertad no significaba haber saldado
cuentas con los vencedores. La reintegración social no era completa. El
estigma de rojo/a acompañaba para siempre al/la afectado/a. Generalmente
se pasaba o bien a la condición de libertad condicional o a la de libertad
vigilada. La primera consistía en recordar al/la afectado/a que cualquier
violación de la legalidad franquista devolvía de inmediato a las personas en
cuestión a su anterior estatus para completar la pena impuesta más la añadida.
La segunda figura era similar con la diferencia de que no se abandonaba el
estatus hasta haber completado la sentencia una vez en la calle.
-Había
personas condenadas a muerte que igualmente, después de muertos/as, tenías que
afrontar incautaciones o multas…eso recaía en las familias, claro...
- En efecto, la
Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939 así lo recogía. Esta
ley, jurídica y legislativamente resultaba una aberración por la sencilla razón
de que contemplaba punibles hechos acaecidos con anterioridad a su promulgación.
De partida, la ley se confeccionó entre otras razones para alimentar el erario
franquista, pero en este aspecto resultó un fracaso. Las astronómicas multas
fueron incobrables en su inmensa mayoría, sobre todo por su desproporción
respecto al patrimonio de cada cual, pero sí, hasta los fallecidos no se
libraban, por decirlo así y no en pocas ocasiones se condenaba a los afectados
a la miseria.
-¿Cómo ha sido el proceso y la tarea ardua de
investigación que, además tiene mucho a ver con el proceso de documentación?
- Como cualquier
tarea investigadora. Se parte de la consulta de la bibliografía existente, se
coteja entre sí, se alcanzan conclusiones o al menos las evidencias que
proporciona y se pasa a los archivos y demás técnicas aplicables. A partir de
aquí se afronta la elaboración de lo que hemos entendido del caso, intentando
comprender el fenómeno para poder ofrecerlo lo más ordenadamente y comprensible
posible al dueño del pasado, que es la sociedad actual, heredera de este.
-La
investigación, la recopilación de documentación, el contrastar todo ello…el
aproximarse a testimonios más o menos directos sobre vuestro trabajo…es una
tarea que requiere de mucha dedicación, minuciosidad, pero también de mucha
gratificación, ¿qué nos puedes decir?
- Si nos
referimos a la gratificación económica, nada más alejado de la realidad. De
hecho, la inversión de tiempo y medios siempre resulta negativa en nuestro caso
puesto que las ediciones son muy limitadas al no poseer contenidos
grandilocuentes, y en el caso de que nos ocupa resulta muy difícil que temas de
marcado localismo vayan más allá de algunos interesados por las razones que
sean o de verdaderos profesionales. Nuestra gratificación, la que valoramos,
consiste en realizar lo mejor posible nuestro trabajo y poder transmitirlo a la
sociedad.
-¿Y qué metodología de trabajo sueles
seguir? ¿Trabajas sobre un guion de
cuestiones y/o preguntas sobre las que ir encontrando respuestas?
- Algo de esto se
ha respondido más arriba. En mi caso, se parte de un primer índice
confeccionado tras la consulta de la bibliografía existente, nos planteamos
preguntas y buscamos las respuestas en la documentación para analizarla
críticamente. Por regla general el índice definitivo no se asemeja en absoluto
del de partida.
-El
título del libro tiene mucha fuerza, pero es, además, como muy contundente: “Nos
pertenecéis. La privación de libertad en el País Valenciano durante el Primer franquismo”… Lo que quedaba claro es que el régimen quería
dejar claro que todo aquel que no estuviese de acuerdo con ellos… se sintiesen
atados a una cadena, la de una dictadura que duró, nada más y nada menos que 40
años…
- En efecto.
Particularmente siempre pretendo, aunque no siempre lo consigo, que el título
de un trabajo resuma lo que el lector potencial vaya a encontrar con su lectura
de la manera más precisa posible. Existen muchos títulos que suelen ser
rimbombantes -desconfío cuando aparecen términos tales como la verdad,
definitivo, etc. En historia nunca se alcanza la verdad absoluta ni nada
definitivo, como en cualquier ciencia- y creo que no engaño a nadie con el
título definitivo.
-Dictadura emblanquecida por la
comunidad internacional que puede, más que nada, por la posición geoestratégica
de España no iban a decir nada en contra del régimen… ¿a nadie o casi nadie le
importaba lo que pasaba dentro de España… el único superviviente fascista de
los años treinta?
- No estoy de
acuerdo con esta aseveración. Una vez derrotados los fascismos, excepto algunos
residuos vergonzantes como el “nuestro”, la cuestión ya no interesaba, a pesar
del momentáneo aislamiento internacional. La Segunda Guerra Mundial enfrentó al
fascismo con el antifascismo, una vez derrotado el primero el enfrentamiento
mutó a confrontación capitalismo/comunismo y España poco podía ofrecer al
respecto aparte de presentar su inmaculada hoja de servicios a la causa
capitalista. Intercambiar bases militares por reconocimiento internacional es
lo más que se consiguió, lo que bien examinado no fue poco para el bagaje
presentado por el franquismo. Si el régimen sobrevivió es porque no presentaba
peligro alguno al tiempo que las inversiones extranjeras se mantenían a buen
recaudo gracias a un régimen tan servil en estas cuestiones.
-Para
las mujeres todo esto era mucho peor, ¿no?
-Y tanto desde el
punto de vista cualitativo. Téngase en cuenta que el franquismo nunca negó la
existencia de presos políticos -decenas de miles- y en cambio sí lo hacía
respecto a las mujeres encarceladas a las que presentaba como simples
delincuentes cuando no las tildaba de prostitutas directamente. Tal vez el
agravante moral que sufrían las mujeres radicaba en su condición de esposa
de, hija, etc. de rojo que debía purgar por haberse desviado de lo
considerado correcto por el régimen. Además, sufrieron la presión religiosa
mucho más acusadamente que los varones. A estos se les calificaba de impíos
irrecuperables, mientras que, a las mujeres, como transmisoras directas de
valores, se las obligaba a redimirse. Por otra parte, la propia
condición femenina las condenaba directamente. Por ejemplo, el Estado no estaba
obligado a proporcionar productos higiénicos particulares de su sexo y ya
podemos deducir lo que esto significa: ausencia total de higiene femenina con
todas sus consecuencias. Por otra parte, recordemos que la inmensa mayoría del
colectivo afectado consistía en viudas o bien tenían a familiares internos en
centros de reclusión, con lo que no podían contar con ayuda externa. Si le
unimos, para no hacernos extensos, que muchas mujeres eran encarceladas con sus
hijos -en teoría hasta la edad de tres años. Hemos encontrado niñas y niñas de
catorce acompañando a sus madres- ya nos podemos hacer una idea del calvario
sufrido; pero repetimos, no vamos a hacernos extensos.
-Amigo,
¿cómo ha sido el proceso de documentación, investigación, estudio y demás
alrededor de este libro?
- Más o menos
esta cuestión ha sido contestada anteriormente. Cada cual aplica una
metodología que se adecua a su perfil siempre que sea correcta y científica.
Equivocar, nos equivocamos todos. No hay duda, y sabemos que nuestro trabajo
será efímero porque siempre existirán nuevos enfoques, nuevas preguntas,
aparición de otras fuentes, etc. como nosotros hicimos en su día aprovechando
lo trillado existente como punto de partida. Otros, repito, harán lo mismo para
enriquecer el camino.
-¿Y cómo le pones, luego, orden a todo; cómo ha
sido tu metodología de trabajo; trabajas sobre un guion al que le vas dando
respuestas?
- Esta es la
mejor pregunta: no lo sé. Además de ser una persona más que desorganizada,
anárquica diría, opino que con tesón se puede avanzar y creo que así funciono.
-¿Cómo ha sido trabajar con Ulleye?
- Una experiencia
muy grata. Una de las editoriales sin ánimo de lucro no sujeta al sector
público más serias en las que he publicado, sencillamente por su implicación
social, la consistencia moral de su equipo y su coherencia respecto a la
utilidad del conocimiento de nuestro pasado. La considero una editorial modesta
pero no por ello menos relevante del País Valenciano, además del trato
exquisito que ofrece, de manera que ha resultado un auténtico placer.
-¿Nos puedes explicar en qué estás trabajando
ahora…darnos alguna pista?
- Uf. Ya he dicho
que soy una persona muy desorganizada, pero ello no significa que peque de
dejadez, y siempre tengo en mente futuros trabajos de los que soy absolutamente
consciente que muchos jamás podré afrontar o terminar, pero tengo varios
frentes abiertos. Uno es el que me ha perseguido toda mi vida, que consiste en
aportar lo posible a mi tierra natal. Resulta extraño que me aleje de este
ámbito a no ser que logre obtener material aplicable a espacios más extensos.
Ahora mismo me encuentro inmerso en un trabajo sobre la significación política
y estratégica de Negrín, figura que me atrae enormemente por todo lo
vilipendiada que ha sido su persona y que no considero justa a la luz de las
reflexiones pertinentes. En caso de llegar a publicarse, el título será Negrín
para mis amigos, que opino resume lo que tengo en mente. De momento
voy fichando bibliografía y diseñando hipótesis de trabajo. Otro tema que me
ocupa es la Revolución soviética. Pienso que no se comprende, además de ser un
tema de lo más manipulado y la bibliografía existente en la piel de toro
resulta o bien esquemática o bien excesivamente complicada para los no
iniciados. No abandono el tema de la represión. Ahora estoy con el tema de la
represión gubernativa, especialmente la dirigida a los gitanos. Aparte de todo
esto, ni mi planteo continuar con la retahíla porque sería interminable. Eso
sí, como ciudadano del mundo intento adecuar mis preferencias a mis ideas
existenciales de forma compatible con la ciencia que intento ejercer. Resumiendo:
me considero un trabajador de la historia y nada más. Pero tampoco menos.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)