Cazarabet conversa con... Manuel Maurín Álvarez y Leticia
González Díaz, autor e ilustradora del libro “Estampas de Asturias” (Trabe)
Trabe Ediciones ha
sacado un exquisito libro sobre la esencia de esa tierra norteña, verde y casi desconocida
batida por el Cantábrico que es Asturias.
El autor es
Manuel Maurín Álvarez con ilustraciones de Leticia González Díaz.
La sinopsis del
libro: Estampas de Asturias son una serie de relatos cortos con significado
singular y autónomo, pero cuya lectura conjunta permite también observar como
un todo el territorio asturiano en el tránsito desde la sociedad rural
tradicional hacia la modernidad urbano-industrial, con las paradojas, tensiones
y contradicciones que ello conlleva en todos los órdenes.
El autor, Manuel
Maurín Álvarez (Villablino, León, 1958): es profesor titular de Análisis
Geográfico Regional de la Universidad de Oviedo con una dilatada actividad en
la enseñanza de la Geografía de Asturias y en el análisis d ellos recursos
naturales, el patrimonio cultural, el territorio y el paisaje. En esos campos
sus numerosas publicaciones han estado revestidas de un carácter académico y
circunstancias al formato y las metodologías propias de la investigación o la
divulgación científica por lo que las Estampas de Asturias suponen en su caso
una novedad al atravesar, por primera vez y premeditadamente, la frontera que
separa la ciencia y la literatura, abriendo un campo transversal y común a
ambas esferas
https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=34179
Las ilustraciones son de Leticia González Díaz: Decidida a extraerle a sus días todo el jugo, Leticia González Díaz (Las Palmas, 1976), lavianesa de cuna, gijonesa de adopción, culmina una etapa esencialmente familiar y laboral, con la firme voluntad de saciar su hambre de aprendizajes como vía de escape a una vida detrás de la barra y del mostrador. De este modo prepara el acceso a la universidad para mayores de 25, graduándose en Técnico Superior Deportivo, Docencia de la FP para el empleo y Diseño Gráfico en un breve lapso de tiempo, compaginando sus estudios con diversas ocupaciones en el ámbito del deporte, las artes gráficas y la crianza de un hijo a quien educar para el futuro que anhela.
Multidisciplinar
y autodidacta, escribe ilustraciones, canta relatos, diseña bailes e ilustra
sus propios cuentos. De vocación humanista-pesimista, esta autora 3.0,
ecologista y feminista hasta la médula, se nutre de la triste belleza del mundo
para hallar en el trabajo, la cultura y las redes sociales, el vehículo a
través del cual librar su particular revolución multimedia, donde nada escapa a
su interés y todo tiene cabida.
Cazarabet
conversa con Manuel Maurín Álvarez:
-Manuel,
¿nos puedes presentar esta serie de relatos que le dedicas a tu tierra que es
Asturias?
-He
intentado que cada relato reflejase un retazo de paisaje y una acción o
historia concreta y exclusiva, que se pudiese comprender autónomamente; pero
que como conjunto mostrasen una historia y una geografía más grande, más
compleja y diversa, como es la geografía y la historia de Asturias.
-¿Qué
pretendías con esta serie de relatos, además de darnos a conocer Asturias?
-He
pretendido traspasar el concepto de paisaje como la faz del territorio, como
algo exclusivamente superficial y descriptivo, observando que el paisaje pero
hunde sus raíces en profundidad, y reflejando la apasionante relación, siempre
cambiante y en constante actualización, entre la sociedad y la naturaleza,
mostrando la gradación que la actividad humana va estableciendo entre los
paisajes según su nivel de artificialización: por eso se presentan paisajes
naturales como los de los Picos de Europa o Muniellos,
paisajes rurales como los que se describen en el relato sobre “La última
derrota de mieses” o en “El cuento de la lechera en una aldea de Piloña”,
paisajes mineros e industriales como el que ilustra la portada del libro,
titulado “La sinfonía industrial de la Fábrica de Duro” o el de “En el Pozo
María Luisa” en el que se describe el trágico accidente de 1949. Y paisajes
urbanos como la mayoría de los que se refieren a Gijón, Oviedo y Avilés, o de
ocio como en el relato sobre “un domingo Perlora”,
por poner unos pocos ejemplos.
Pero
El paisaje es también percepción, ya no solo sensorial, sino también
intelectual, siempre tamizada por la cultura de cada época, de cada sociedad y
de cada persona. No quería que las estampas fuesen, como muchas biografías,
solo una foto distante y objetiva, sino una interpretación de la realidad por
parte de quien la observa y la vive desde dentro.
Esta
singularidad he procurado incorporarla, no solo introduciendo el punto de vista
subjetivo sino, más allá aún, agregando algunas situaciones deliberadamente
confusas, ambiguas o desdibujadas como las que a veces nos producen los sueños,
los espejismos, la fiebre, la embriaguez o el delirio incluso.
-Porque
Asturias, geográficamente hablando no es muy grande---cabría todo un país como
es el del ciprés Líbano--, pero esconde dentro de sí misma muchas Asturias como
bien recreas en tus relatos, porque cada zona requiere de unos relatos, está la
zona de Oriente, la de Occidente, la Central y la de las Cuencas Mineras…¿te fue fácil delimitar geográficamente estos lares porque
creo que tanto o más están ya delimitados en lo humano?
-Aunque
no existe una delimitación interna de carácter oficial, mi experiencia como
profesor de Geografía de Asturias durante muchos años en la Universidad de
Oviedo me permite diferenciar sin dificultad los diferentes espacios
subregionales y grandes comarcas geográficas que integran el territorio, aunque
los límites nunca son precisos y existen, por supuesto, áreas de transición.
Precisamente en MAURIN, M. (2013): "Un nuevo diseño territorial para
Asturias". I congreso ¿Territorios ante la crisis, Territorios en crisis?
ANTERRIT. Barcelona. hago algunas valoraciones y propuestas sobre delimitación
comarcal de Asturias.
-¿Es este
un libro que acerca la geografía que describimos los humanos… aprovechándose de
la literatura de relatos?
-Podría
decirse que así es. Mientras la mayoría de los escritores se documentan
histórica, geográfica, artística o científicamente para dar cuerpo y rigor a su
literatura en este caso se ha seguido el itinerario inverso, partiendo de un
conocimiento documental y de campo preexistente y acudiendo a la literatura
como medio para poder trasladar a un público más amplio que el estrictamente
académico una visión que fuese atractiva sobre el territorio asturiano, su
diversidad y su evolución histórica. Se trataba de traspasar la frontera de lo
académico, e incluso de lo geográfico, para alcanzar otros campos del
conocimiento y otras formas de expresión que pudiesen enriquecer la base previa
y ampliar su difusión
-¿De
quién tomas el pulso de describir con ese ritmo pausado pero constante,
entretenido, sencillo… estas “estampas asturianas”?
-A
lo largo de muchos años no he dejado de escribir trabajos académicos, de
divulgación, artículos de opinión en prensa y revistas y creo que tengo un
estilo propio que siempre busca aunar el rigor con la sencillez sin renunciar a
un punto emotivo y a veces punzante. No es algo que haya entrenado sino una
forma de expresarme que quizás surge de manera natural a partir de mi propia
personalidad y de la práctica cotidiana. Es cierto que me gustan los escritores
que son capaces de trasmitir ideas, emociones y sentido del humor con lenguajes
austeros y pegados a la realidad, como Dickens, o los científicos que se
adentran en el campo de la divulgación con formas sencillas y al mismo tiempo
atractivas, como Hawking o Arsuaga, pero la verdad es que no soy consciente de
usar algún referente literario concreto. Bueno, quizás si tengo que reconocer
en algunos enfoques y recursos concretos (como los retruécanos) una deuda con
James Joyce.
-Porque
el eje o el propósito de propósitos de este libro de relatos, es que la
Geografía Humana de Asturias sea la que nos cuente historias… ¿es así?
-Exacto.
El propio Arsuaga y Millás afirman en “La vida contada por un sapiens a un
neandertal” (que he visto con posterioridad a escribir mis relatos) que “el
paisaje es el primer documento para entender la historia. La geografía es la
que manda”, añaden. Eso lo dicen un ingeniero y un paleontólogo y yo como
geógrafo lo agradezco y aunque no pretendo ser tan determinista sí reconozco
que este libro, en el fondo, trata de eso, de los paisajes como documentos para
entender la historia. De paisajes y de historias que se presentan en forma de
relatos cortos, de una página, a los que hemos llamado estampas.
-Sentías,
amigo Manuel, cierta necesidad de sumergirte en la Asturias que esconde tantas
Asturias….
-Es
cierto que el impulso inicial para escribir los relatos parte de la necesidad
de hablar de los paisajes de Asturias y su diversidad. Para entenderlo hay que
partir del carácter montañoso, compartimentado por innumerables ríos y arroyos,
escalonado desde la costa a las altas cumbres, lo que, unido al diferente grado
de transformación ejercido por la acción humana, explica la presencia de un
abanico muy amplio de configuraciones físicas que desmienten el estereotipo de
la homogeneidad.
Como
se comentaba antes, Asturias es pequeña si se considera la superficie que sobre
un plano encierran sus límites, pero está muy plegada y si pudiese estirarse
como se hace con una sábana o un papel arrugado se observaría esa mayor
amplitud que encierra el territorio y la gran variedad de rasgos morfológicos,
bioclimáticos y culturales que se esconden entre esas arrugas. ¿Cómo se explica
de otra forma que Asturias sea la región europea con mayor variedad de quesos
artesanos en relación con su tamaño, por ejemplo?
-Hay
alguna de estas cuatro Asturias que te ha costado un poco más de retratar en
estas estampas...
-No
hay ámbitos geográficos en los que haya tenido más dificultades, pero visto de
otra forma sí hay lugares en que me he sentido más cómodo porque además de
conocerlos los he vivido más directamente. Por ejemplo, los que se describen de
la zona suroccidental, pues mi familia procede de allí, o los paisajes
interiores de la mina, ya que tuve la suerte de trabajar de joven y durante
algún tiempo algún tiempo como minero.
-¿Por qué
le das el nombre de estampas y no utilizas, por ejemplo, el de, simplemente,
“relatos”?
-Las
Estampas tienen una clara connotación sensorial. Desde un principio los textos
ya pretendían representar escenas, ambientes, acciones detenidas a veces por un
instante, intentando enfocar y enmarcar cada relato, priorizando la perspectiva
visual y la instantaneidad como la recogería una fotografía, una postal o,
mejor, una estampa, que tiene un aroma más añejo y artesanal, acentuado por las
ilustraciones que las complementan.
-Cuando
leo estos relatos es como si visionase ciertas escenas y me imagino que, a ti,
como creador, este efecto se te multiplica por mil, ¿es por eso que necesitaste
de una ilustradora?
-Sí,
desde un principio siempre imaginaba los relatos visualmente y creía que
necesitaban el complemento de una composición figurativa que resumiese o
resaltase alguno de los aspectos que en ellos se trataban. La editorial también
lo entendió así desde el momento en que les llevé los textos.
¿Cómo
encontraste a Leticia y cómo fue el proceso de colaboración con ella?
-La
conocía indirectamente porque en La Ciudadana (Asociación Cultural) de Oviedo,
a la que pertenezco, ella (que vive en Gijón) se encargaba de confeccionar los
carteles anunciadores de los actos, debates, presentaciones de libros, etc. y
me parecía que podía ser la persona adecuada. Se lo comenté y estuvo encantada.
Por supuesto, tuvo total libertad para hacer el trabajo sin indicaciones
previas y solo al final hicimos unas pocas correcciones para evitar algún
anacronismo.
-¿Estos
relatos tienen esa mirada matriz que solo les viene dadas desde un geógrafo,
no?… Bien, al fin y al cabo, es tu mirada, la de un geógrafo y no puedes darle
otra?
-No
creo que pudiese darles otro enfoque que el geográfico, aunque afortunadamente
la geografía es un tipo de conocimiento muy transversal y eso permite llega a
campos muy diferentes de la realidad: la naturaleza, la sociedad, la economía,
la cultura…
-A
mí me emociona mucho, de veras, ver cómo describes como si lo dibujases a la
gente, a lo más humano que de ellas se desprende… porque creo que es lo que más
destacaría de los relatos, ¿no?
-Pues
agradezco mucha esa observación, que también me ha llegado desde otros
lectores. Es verdad que he intentado reflejar la realidad no sólo a través de
los grandes acontecimientos o personajes, sino especialmente de las gentes
humildes, de los niños pobres (como aquellos que pescaban anguilas y lampreas
en el puerto de Avilés), de los trabajadores, de las mujeres que soportan el
peso del patriarcado y la doble explotación. Tampoco faltan los personajes
ilustres de la nobleza, la burguesía y los nuevos ricos, con los que no se
muestra la misma empatía, aunque tampoco, en general, se los pretende juzgar y
mucho menos ajusticiar, sino situarlos en el contexto que les tocó vivir e
introducir ciertas notas de humor respecto a su conducta, como cuando se habla
de Alfonso III comiéndose media docena de huevos en Ribadesella, del indiano
Iñigo Noriega, borracho en Villa Guadalupe y arrepintiéndose fugazmente de sus
fechorías, o de la élite asturiana bailando lo que irónicamente denominamos la
Jota del Ocho Asturiano que acaba interrumpida por un chaparrón de la lluvia
ácida que provocan sus propias factorías.
-¿Hay
alguna de las zonas que te ha dado y/o generado como más quebraderos de
cabeza?, si es que los ha habido, claro…
-Esta
pregunta, más o menos, ya la hemos contestado más arriba. El conocimiento de
las diferentes ramas de la Geografía (he sido profesor de todo tipo de
materias) y del conjunto del territorio como profesor de Geografía de Asturias
me ha permitido conocer con bastante detalle todo el territorio y ha sido más
bien el apego a determinados espacios (como Ibias o las cuencas mineras) el que
me ha impulsado a tratarlas con algo más de profundidad, sin perder el
equilibrio y la complementariedad general.
-Eres
nacido en la provincia de León, en Villablino, muy cerca de Asturias y son
territorios, como fronterizos, como muy hermanados, ¿verdad?
-En
efecto. Mis padres, campesinos del suroccidente de Asturias, emigraron a
Villablino para trabajar en las minas y por eso nací allí, pero guardando una
estrecha relación con la región vecina. Las formas de vida, las actividades y
los paisajes del Valle de Laciana (la comarca a la que pertenece Villablino y
sobre la que realicé mi tesis doctoral) también son muy parecidos a los de la
montaña asturiana de Somiedo o Las Fuentes del Narcea. Para resaltar esa
relación incluí un relato (Los periplos cruzados de Germán y el Chispa) en el
que los protagonistas siguen el itinerario entre Villablino y el centro de
Asturias a través del Puerto de Somiedo, el mismo que hacía yo en autobús
durante los años que vivía en Villablino y estudiaba en la Universidad de
Oviedo.
-Nosotros
nos ubicamos, este Proyecto de Difusión Cultural, en Mas de las Matas, Teruel y
diría que por el tema de las minas y el de la despoblación tenemos muchos
paralelismos, ¿verdad?, ¿qué nos puedes explicar y/o reflexionar sobre esto?;
¿dirías que son tierras, territorios, presas de la voracidad, del expolio…?
-En
un reciente debate en La Gomera sobre el reto demográfico algunos de los
participantes decían que "Si hay una 'España vaciada' es porque a otra
parte le interesa que esté así"
Es
decir, todos sabemos que la despoblación es el reverso de la concentración y no
se puede evitar la primera mientras se fomenta la segunda, o sea, mientras los
recursos económicos de distribuyen de acuerdo con el peso poblacional y se
aprueban planes para el desarrollo de los núcleos urbanos que los dotan de
mayor poder atractivo. Cuando, por ejemplo, se aplaude el enorme gasto energético
en alumbrados navideños que tienen por objetivo atraer a ciudadanos del
exterior para hacer compras en las ciudades se está alimentando el proceso de
la despoblación. Y es un ejemplo que se puede aplicar a cualquier otra
actividad. Si no hay una política directa de reequilibrio, las ciudades más
grandes seguirán creciendo a costa de las pequeñas y éstas del mundo aldeano,
un proceso nada nuevo, sino que se viene desarrollando desde hace, al menos,
siglo y medio.
-He
visitado varias veces Asturias…me gusta deambular los lugares más urbanos,
pararme y degustar sus lugares poblados pequeños, pararme y hablar con la gente
y andar por todos los colores del verde que nos ofrece Asturias, pero no me
agrada, para nada, que los humanos invadamos a modo de “bandadas” los lares
como una marabunta…eso me asusta porque creo que, además, para nada creo que le
sienta bien a los lugares…
-Creo
que de la misma manera que el capital financiero se dirigió masivamente hacia
los negocios inmobiliarios a principios de siglo, a favor de una política
neoliberal favorecedora del negocio fácil, la especulación y la corrupción,
tras el estallido de la burbuja del ladrillo y sus devastadoras consecuencias
económicas, sociales y ambientales, incluyendo la desindustrialización, ahora
se buscan nuevas áreas de inversión que, aprovechando la creciente sensibilidad
hacia la conservación de la naturaleza y el cambio climático, utilizan el greenwashing para seguir obteniendo ganancias excepcionales
en territorios que, como Asturias, son ricos en patrimonio natural y cultural,
especialmente a través del turismo, que se va haciendo más masivo y destructivo
cada año.
Habría
que ordenar de manera racional y sostenible la actividad turística para
garantizar, a un tiempo, la conservación de los recursos, la satisfacción de
los visitantes y el desarrollo económico local, pero la actividad está cada vez
en mayor medida en manos de un entramado empresarial (con el consentimiento
público) tan depredador como en el pasado lo fueron otras actividades dominantes.
-De
Asturias como de otros lares hay que defender el patrimonio también industrial
y de eso, por desgracia se habla poco… ¿por qué se valora tan poco?
-El
patrimonio industrial y minero ha sido considerado frecuentemente como algo
perturbador, como ruinas que dificultaban el desarrollo de nuevos espacios y
proyectos y, de esa manera, se ha ido perdiendo gran parte de este importante
legado. No obstante, en los últimos años aumenta la conciencia social sobre la
importancia de su conservación como valor histórico de la memoria del trabajo y
como activo para para el futuro. Han surgido movimientos en defensa de espacios
concretos como la Fábrica de Armas de Oviedo (La Vega) o la Fábrica de Gas, el
Sanatorio de Bustiello en Mieres, etc., lo que está
obligando a las administraciones a contener algunas de las operaciones
destructivas que tenían en marcha y hacerse más permeables a la presión
ciudadana.
-Amigo,
en la actualidad, ¿además de tu trabajo como profesor en la Universidad estás
metido en algún que otro proyecto?
-Desde
el punto de vista del trabajo de investigación, estos años me he centrado
precisamente en el patrimonio industrial y minero y estoy trabajando en un
Atlas Minero de Asturias. Fuera de la Universidad participo en varios movimientos
sociales, culturales y vecinales. He citado La Ciudadana, pero también llevamos
muchos años impulsando la plataforma Imagina un Bulevar y Salvemos la Fábrica
de la Vega, ambas en Oviedo, además de colaborar con el Conceyu
pola Transición Xusta de la Cuenca minera del Nalón o
con la revista La Mercantil de Mieres, entre otras iniciativas
Cazarabet
conversa con Leticia González Díaz:
-Leticia, ¿cómo fue que te pusiste a
colaborar con Manuel Maurín y esos relatos, a modo de casi retrato o estampas,
que nos acercan a Asturias desde diferentes ángulos que tienen a ver con la
geografía y que nos llevan al lector/a de viaje por el Oriente de Asturias, el Occidente del Principado, las Cuencas mineras y el área Central?
-Lo cierto es que Manuel y yo ya nos conocíamos,
o para ser más precisos si consideramos el contexto, ya nos seguíamos desde
hacía un par de años; quizás algo más.
Es decir, aún no
nos habíamos puesto voz ni rostro más allá de Facebook, pero ambos teníamos
consciencia del otro a través de la Asociación Cultural La Ciudadana, de la que
Maurín es parte integrante y para la cual elaboro de manera asidua la
cartelería; además de estar conectados por un grupo de personas comunes, y
afines en lo ideológico y en lo cultural; si es que varios conceptos se pueden
separar.
-¿Ha sido difícil “extraer artísticamente” de
los relatos de Manuel Maurín una escena?
- Eso quizás fuese lo más fácil de
todo. Tan fácil que no es que no me supusiese un esfuerzo, sino que esa escena
se representaba nítida ante mí, tal es la capacidad descriptiva de sus relatos.
O quizás se debiera a que los leía totalmente entregada, sugestionada si me
apuras. En cualquier caso, leía y veía; todo al mismo tiempo.
-Dinos
o mejor explícanos como si fuésemos alumn@s de
primero qué técnica utilizas porque a mí me parecen ilustraciones, eso sí, con
“algún truquillo”, pero seguro que nos lo puedes explicar mejor…
-Aunque estrictamente se trata de
ilustraciones en tanto ilustran un texto, a este proyecto en concreto me gusta
denominarlo composición, pues cada una de las estampas consta de varios
objetos. Vamos, el collage de toda la vida, pero con una peculiaridad; si bien
en otros collages que he realizado, el encanto residía en explicitar de manera
evidente esa miscelánea de elementos superpuestos, aquí, debía disimularla
tratando de darle al conjunto pictórico una especie de pátina final procurando
la cohesión de dichos elementos al punto que pareciesen fotografías. Con la
dificultad añadida de que esas fotografías debían lucir antiguas; mejor aún,
tal que dibujos al carboncillo, capaces de trasladar al lector a otra época
donde lo digital aún no se conocía.
Crear con
múltiples componentes, a través de la tecnología digital, bloques compactos y
orgánicos; ese fue mi cometido para con cada una de las 58 estampas.
-¿Qué te ha llevado, amiga, a expresarte o
buscar y encontrar parte de tu expresión mediante el lápiz?
-Dibujo desde antes de tener uso de razón
y memoria. Dibujo a la manera en que respiro o camino; no recuerdo una vida
anterior al lápiz.
Y por supuesto
jamás he dejado de hacerlo; cuando dejamos de dibujar para siempre, matamos a
la niña, al niño que llevamos dentro.
-En el caso de Estampas de Asturias,
¿quién contactó contigo para realizar este trabajo tan hermoso...?, porque no
es “peloteo” el trabajo o la conjunción del trabajo de Manuel Maurín con los
relatos y el tuyo es muy, muy sobresaliente…
-Gracias por esas palabras tan
generosas. Sin duda ilustrar una obra de semejante envergadura, realizada por
un enamorado de las geografías tanto como de las historias, escrito a lo largo
del tiempo sin ninguna pretensión más allá de su función didáctica, aunque en
lo estrictamente literario, goce de una calidad sobresaliente, fue un regalo
que dudo merecer.
Fue Maurín quien
a través de Whatsapp contactó conmigo proponiéndome
ilustrar su próximo libro. Automáticamente dije que sí, sin pensarlo, dando
saltos de alegría, je, je, más tarde, al conocer los detalles, es decir, el
hecho de que ya estaba escrito lo cual me acuciaba en el tiempo, y que se
tratase de 58 ilustraciones nada más y nada menos, lo que añadía dificultad a
la empresa, fue lo que me empujó a decantarme por el retoque digital; cualquier
otra técnica, incluso mixta, habría sido inviable.
-Como
lectora, como artista, ¿cómo definirías a Manuel Maurín y a aquello a lo que,
muy sutilmente, nos acerca?
- Un sabio. ¿Qué es un sabio?, aunque
parezca un término difícil de definir se resume en dos; una buena persona [en
su caso, además, activista que lucha por la justicia social y la memoria
histórica], y a la vez alguien que no sólo ha necesitado aprender/conocer todo
lo posible; sino transmitir lo aprendido.
-¿Y cómo asturiana de adopción cómo lo percibes
porque tú eres natural de Las Palmas y al ser “adoptada”?
- Llegué a Asturias siendo muy niña, y
aunque no he dejado de sentir muy viva mi mitad canariona, soy asturiana hasta
la médula…
-¿Cómo ha sido trabajar con Trabe?
- Ha sido una experiencia muy
agradable. Lo cierto es que no puedo pedir más; me dieron todo el tiempo
necesario y sobre todo, toda la libertad para trabajar
a mi manera. Pero, además, me he sentido muy arropada y respetada. Les estaré
eternamente agradecida por permitir y hacer posible que esta aprendiz, forme
parte de su gran familia profesional.
-Al
margen de esto y de este conjunto artístico para con Estampas de
Asturias…amiga, ¿tú cómo concibes el arte, la creatividad…?
-¿Se puede ser humano y ajeno al arte al mismo
tiempo?, creo que es la característica que nos hace lo que somos.
¿Cómo se explica
si no lo del rupestre? Vivían al límite, en lid continuo contra los elementos,
contra ellos mismos y, sin embargo, dibujaban…
Ya está todo
dicho. Nacemos, CREAMOS y morimos.
-Es
una ventaja que tengas la mirada tan ampliada para con todo lo que trabajas y
puedes trabajar y que te decidas a llevarla a ampliar tus horizontes creativos
porque no te cierras a nada, ¿verdad?
-Ojalá pueda
vivir lo suficiente para siquiera acercarme a todo cuanto aún me queda por
descubrir. No desaprovecharé la oportunidad que me brinde cada uno de esos
amaneceres.
Sobre el
conocimiento, el arte, la cultura, y el trabajo permanente de mantenimiento y
mejora del mundo, lo anhelo todo. No desdeño nada.
-En
estos momentos, amiga, ¿en qué andas trabajando como más en concreto o, a veces
creas por el simple y grato estímulo y gusto de crear?
-Llevo una semana
descubriendo y aprendiendo a utilizar la Inteligencia Artificial,
maravillándome y asustándome ante su poder, y sopesando los usos que pueda
darle.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)