Cazarabet conversa con... Sara
Martín Alegre, autora de “De Hitler a Voldemort. Retrato del villano” (Prensas
de la Universidad de Zaragoza)
Un estudio
alrededor de la figura y de la representatividad del “ser villano” por parte de
Sara Martín Alegre que va de la figura recurrente por excelencia desde lo histórico
que fue Hitler hasta Voldemort pasando por otras figuras, más o menos de
ficción, como pueden ser: Gran Hermano, Sauron, Steerpike...
De
Hitler a Voldemort: retrato del villano mezcla estudios literarios y de estudios de
la masculinidad para estudiar el protagonismo del villano en las ficciones
contra el abuso del poder patriarcal. Al tiempo que estudia algunos de los
villanos británicos más populares (desde el Gran Hermano a Voldemort, pasando
por Sauron), Sara Martín demuestra que los villanos
de ficción actuales surgen no solo de predecesores literarios, sino también de
la figura de la vida real del archivillano Adolf
Hitler.
La autora, Sara
Martín Alegre: Profesora titular de Literatura Inglesa y Estudios Culturales en
el Departament de Filologia
Anglesa i de Germanística de la Universitat Autònoma de Barcelona. Está especializada en estudios de
género, particularmente en estudios de las masculinidades, metodología que
aplica al examen de las ficciones populares en inglés, sobre todo la ciencia ficción
y el gótico. Ha publicado numerosos artículos académicos en estos campos y
también sobre las adaptaciones cinematográficas. Entre sus libros se cuentan Monstruos
al final del milenio, Expediente X: En honor a la verdad, La literatura,
Desafíos a la heterosexualidad obligatoria y Entre muchos mundos: en
torno a la ciencia ficción.
Cazarabet conversa con Sara Martín Alegre:
-Amiga, ¿qué es lo que te ha hecho
escribir este ensayo que trata sobre cómo es un villano acercándote a algunos
de ellos desde personajes de ficción como a no ficción?
-Me interesó el
villano por la excesiva atención que recibe el héroe. No hay bibliografía
académica dedicada al villano como figura central en general
aunque haya análisis de algunos villanos, sobre todo en la obra de Shakespeare.
Yo quería dar un marco teórico más general y subrayar que sin el villano el
héroe no tiene ninguna función que desarrollar. Quería también llamar la
atención sobre la relación entre villanía y poder. Y que otros apliquen lo que
cuento a otros villanos.
-Porque
los de ficción depositan en ellos muchos de los rasgos de los de no ficción,
¿verdad?, digamos que se fijan en ellos los escritores, intérpretes, artistas...
-Ni los héroes ni
los villanos se pueden entender sin referencia a figuras de la vida real, basta
pensar hoy en cómo Zelenski es ahora un héroe porque
Putin por así decirlo no le ha dejado otro remedio con su conducta de villano.
Lo que ocurre, y explico, es que tendemos a valorar a los villanos reales según
los rasgos de los de ficción, que son bastante limitados. Por eso siempre nos
sorprende que los villanos reales tengan sentimientos y puedan ser, por
ejemplo, padres y maridos amados. ¿Por qué no iban a serlo?
-¿Por qué en cuanto pensamos en un personaje
villano dentro de la historia pensamos en Adolf Hitler?---al mismo tiempo
cuando pensamos en un personaje ”bueno” lo hacemos en Martin Luther King---
-Hitler es quien
ha ido más lejos en la aplicación práctica de planes que han destruido a
millones de personas, con Stalin pisándole los talones. No creo que ni Hitler
un Stalin fueran más malvados o malignos que otros villanos reales
pero, sobre todo el primero, supo desarrollar una maquinaria de destrucción
colosal. Y al contrario: la resistencia pacífica que
predicaba King procura hacer feliz al mayor número de personas posibles que
sufren aún hoy a causa de la discriminación racial. Lo ideal sería que no
hubiera Hitlers para que los Kings no fueran
necesarios.
-¿Son como automatismos que nos vienen dadas
desde el entorno social y educativo más que “disquisiciones nuestras”?
-No son
automatismos, eso es lo que procuro explicar. Si damos por hecho que el mal
existe y que no se puede luchar contra él, nos conformamos. Si entendemos que
el mal emerge de la ambición de poder que pasa por encima de cualquier
sentimiento positivo humano, entonces hay margen para la lucha. Al entorno
social patriarcal le interesa disimular que es dañino y por eso atribuye a la
conducta negativa explicaciones absurdas como la existencia del Diablo o del
mal en sí.
-Sed
de mal---además de un gran film de cine clásico en blanco y negro que habla
mucho del mal y de algunas villaneces humanas
—también es una manera de descifrarnos el mal lo que me lleva a hablar del
“acaparamiento” del poder por el poder, sin más...
-Claro, esa es la
raíz de todo. El niño o niña que acosa a un compañero o compañera de clase
quiere demostrar su poder; el que pega a su pareja o a sus hijos, sin embargo,
normalmente lo hace porque se siente frustrado al no tener tanto poder como
cree que debería tener. El tipo que entra armado hasta los dientes en una
escuela, restaurante, oficina o donde sea cree que se empodera con su acto
terrorista sin ver que los que tienen poder de verdad (piensa en Elon Musk) no
van por ahí pegando tiros. Lo que hacen es explotar a sus trabajadores y a los
consumidores, y así van ganando poder. Raramente para hacer el bien general.
-Enlazo
con la pregunta anterior. Cuando has ido visitando los rasgos del retrato de un
villano, ¿qué características tienen en común todos ellos ...digamos que esa
sed de mal versus sed de poder y viceversa?
-No hay sed de
mal en sí, lo que hay es unas ganas de acumular poder tan intensas que no
importa lo que cueste satisfacerlas. Vladimir Putin quiere dominar Ucrania para
así aumentar su poder y le da lo mismo que su sed de poder pase por la
destrucción de miles de vidas e incluso del territorio que quiere conquistar.
Si Ucrania cae en sus manos, que no lo creo, intentaría conquistar otro
territorio más. Lo curioso es que queda claro que esta sed de poder normalmente
responde a una carencia o inseguridad.
-¿Qué papel juegan aquí las masculinidades?,
supongo que muy diferencial, ¿no?
-Sí y no. El
patriarcado es una estructura jerárquica que privilegia a los hombres y, como
digo en el libro, si Hitler hubiera nacido mujer no habría podido ascender al
poder absoluto en Alemania porque el sexismo patriarcal le habría parado los
pies. Sin embargo, una vez el feminismo ha avanzado estamos viendo ejemplos de
mujeres que quieren empoderarse cueste lo que cueste, y a las que podemos
llamar villanas. Margaret Thatcher es un caso claro, y nos quedan más cerca
otros en Italia, Francia y, desde luego, Madrid.
-¿Por qué cuando hablamos de “villanos”
automáticamente pensamos en “villanos masculinos”?
-Porque hay pocas
mujeres con tanto poder como para ejercer de villanas al mismo nivel. Además solemos identificar a la villana con la femme fatale,
que es una figura sexualizada con aparente poder pero que de hecho depende de
que los hombres que seduce le hagan caso. Para entender cómo la masculinidad
patriarcal (esa específicamente y NO toda la masculinidad) hay que pensar en
Donald Trump e imaginar cómo podría ser su equivalente femenina. Yo no dudo de
que puede haberla porque mujeres de ultra-derecha que
ambicionan el poder las hay, lo que sí te puedo decir es que una supuesta
villana como Trump de entrada no tendría su inexcusable comportamiento sexual,
incluso como violador.
-¿Todo obedece a una manera “como de
reivindicarse desde lo masculino” para demostrar y demostrarse versus mostrarse
por encima de los demás?
-Desde lo
masculino en general no, desde lo masculino patriarcal. Llevo una intensa
batalla para explicar que una cosa es la masculinidad y otra el patriarcado,
que oprime de maneras brutales tanto a hombres como a mujeres (aunque a
nosotras más, claro). Los chicos crecen en un entorno patriarcal que lleva a
una masculinidad tóxica, pero muchos se resisten pese al violento acoso que
reciben y acaban siendo aliados feministas e incluso activistas anti-patriarcales, sin dejar de sentirse hombres. Creo que
es sencillo ver, por citar un ejemplo, que Pedro Sánchez y Santiago Abascal
tienen muy poco que ver como hombres ya que el primero tiene una postura anti-patriarcal y el segundo se presenta como hombre
profundamente patriarcal.
-¿Vencer a los villanos es una de las primeras y
fundamentales piedras para poner fin o ir poniendo fin al patriarcado?
-No, lo primero
es, como digo, desligar masculinidad y patriarcado para extender la idea de que
el patriarcado no es natural sino una construcción social interesada en el
poder. Una vez veamos con claridad cómo funciona el patriarcado podemos
destruir la villanía. No se puede curar una enfermedad, por buscar una
analogía, sin saber cuáles son sus causas. Veo mi tarea como una contribución a
identificar esas causas.
-Pero también en el “ser villano” hay
que diferenciar entre las masculinidades y el patriarcado que le influyen, le
han influido y le influirán, pero ni por ese orden ni de la misma manera, ¿no?,
explícanos...
-El villano sigue
en su conducta el patrón patriarcal y nada lo va a cambiar (pensad de nuevo en
Trump) e incluso se siente orgulloso de su condición, regodeándose en su poder
y su capacidad de controlar a los demás. Hay que apelar a los hombres, sobre
todo los jóvenes, que han crecido con el feminismo para que entiendan que una
masculinidad plena y serena no pasa por demostrar constantemente que uno es un
‘hombre de verdad’ o ’lo bastante hombre’ en competición con los demás. Muchos
culpan a las mujeres de causar la inseguridad masculina que lleva a excesos
cuando un hombre intenta reafirmarse, pero los hombres que han logrado
liberarse de esa carga y destruido la coraza que les impone el patriarcado
siempre dicen lo mismo: que es la presión entre pares la que oprime y limita a los
hombres.
-Me
molesta, de manera particular, que se equipare a los villanos con los locos,
¿cómo lo ves?, ¿qué nos puedes decir?;o la mayoría de las veces “obedece” a una
manera de hablar... que dicho sea de paso quizás deberíamos de cuidar para no
caer.
-Hoy creo que ya
no hablamos de locura sino de modo general de salud mental. Diría que una
persona que se ciega en su búsqueda del poder de modo que no le importan las
consecuencias tiene un serio problema de salud mental porque ha perdido de
vista la empatía que siempre debe guiar la conducta humana. Yo me levanto cada
día con el temor de que por la noche Putin haya empezado una guerra nuclear. Si
lo hiciera no sería muestra de locura sino de una profunda estupidez y de una
falta de empatía monstruosa, que no es locura en tanto que seguramente tomaría
esa decisión de modo más o menos racional.
-¿En esto del retrato del mundo de los villanos
la realidad supera a la ficción?
-Ya lo creo. Como
explico en el libro el Prof. Moriarty, Fu-Machú y los
archivillanos de sagas como la de Flash Gordon o los
cómics surgen más o menos al tiempo que Hitler se empodera. Esto confunde a
muchas personas que ven su conducta como algo ridículo o patético, más bien
propio de una historieta. Para cuando caen en la cuenta de quién es de verdad,
la II Guerra Mundial y el Holocausto ya han empezado. Además
a los villanos de ficción siempre los acaba derrotando un héroe y en la vida
real no es así.
-¿Qué crees que es mejor encontrarte con un
villano inteligente o con un villano, ¿podemos decir “tonto” o que se cree
inteligente?
-Diría que las
dos categorías son sumamente peligrosas, y pueden llevar al mismo tipo de
catástrofe. Quizás el villano no tan listo sea más manipulable si su entorno
decide frenarlo. Pienso en todo caso que más que inteligente el villano suele
ser listo o astuto. Pienso que una persona de verdad inteligente se acaba
dotando de empatía humana si no la tiene al inicio de su vida.
-En
este sentido, ¿qué papel puede jugar en la evolución del mal y de los villanos
la incursión de la robótica, la inteligencia artificial y de ese fenómeno en el
que se percibe –o al menos lo percibo yo—que la gente tenemos muchos
instrumentos y recursos para “estar comunicados”, pero estamos mucho más
“incomunicados” que nunca...es que hay buena parte de nuestros conciudadanos
que no le agrada de hablar y que ni cogen el teléfono… qué nos puedes explicar?
-No me preocupa
la robótica y pienso que la IA bien gestionada puede enriquecer la vida humana.
Me preocupan mucho las redes sociales que sólo han servido para extender el
odio, darle una plataforma a los idiotas a quien nadie escuchaba y quitar un
tiempo precioso a los jóvenes para formarse y ser mucho más críticos. No creo
que sea un problema de incomunicación sino de que la violencia del debate
muchas veces hace que la gente a la que no nos gusta el conflicto nos callemos
por prudencia, miedo o lo que sea. Es difícil comunicarse cuando la respuesta
habitual es el insulto.
-Creo
por lo que voy leyendo que sientes “pasión” por la ciencia ficción y no sé si
convendrás en la visión que tengo de que la ciencia ficción se adelanta a
avanzarnos en algunos de los problemas con los que nos topamos, tenemos de
driblar en el día a día y hasta en los equilibrios socio económicos o “juegos
estratégicos” y/o “geopolíticos..¿qué
nos puedes decir?
-Me gusta mucho
la ciencia ficción y no entiendo cómo la gente pierde el tiempo leyendo novelas
bobas sobre pequeños conflictos individuales con lo que hay que pensar sobre el
futuro. La ciencia ficción no lo profetiza pero
extrapola las preocupaciones de hoy e intenta imaginar respuestas de todo tipo
de posibilidades. Uno de mis estudiantes de doctorado, que trabaja sobre los tecnothrillers me está enseñando que en estas novelas se
aprende mucho de geopolítica, aunque las despreciemos como literatura. Lo que
es premiado hoy en día y se valora como gran ficción, sea en los Óscars o en el Nobel no nos enseña a lidiar con la villanía
que ha causado el cambio climático y muchos otros males.
-¿Quedamos mal si decimos que “tenemos villanos
favoritos”?
-Quedamos fatal
porque deberíamos tener héroes favoritos. Admirar a una mala persona que hace
daño por empoderarse es muy triste. Yo prefiero contar entre mis héroes a todos
quienes han luchado, por ejemplo, por la abolición de la esclavitud, los
derechos de los trabajadores o el feminismo.
-¿Cuáles serían los tuyos en la ficción
y en la no ficción?
-No tengo
villanos favoritos, si no entraría en una contradicción. Sí que me ha gustado
mucho escribir sobre los que trato en el libro, en especial sobre el
desconocidísimo Morgoth de J.R.R. Tolkien. Considero
que Melkor, como se llama al principio, es tratado
muy mal por su creador Eru (también llamado Iluvatar) y aunque no justifico todo el mal que hace,
entiendo su rabia y frustración. Lo mismo me pasa con Darth Vader (en su caso,
la culpa es de Obi Wan-Kenobi). De todos opino que
son personas horribles que deberían ser llevados ante la justicia y recibir un
castigo ejemplar.
-Si
entramos en la idiosincrasia del “ser villano” podemos visitar a este tan
recurrido y mencionado en los últimos días, me refiero al Vladimir Putin o a
todas las caras del Joker al que, además desde los cómics a las adaptaciones
televisivas y/o cinematográficas han interpretado de muchas y diversas maneras...
lo que también afecta en la percepción del espectador y de manera proporcional
a la manera de percepción del “ser villano”?
-Yo no comprendo
la popularidad de Joker, como no he comprendido la de Hannibal Lecter. Hay que
ser mala persona para identificarse con una mala persona, e incluso te diría
que para narrar su vida. Estamos muy necesitados de héroes como para dedicar
energías en contar una y otra vez la historia de cómo se empodera el villano,
ya que al ser cada vez más atractivo va minando al héroe y al final acaba
siendo más popular. A mí me preocupa mucho esto. El caso de Putin lo encuentro
interesante en tanto que al iniciar su acto de empoderamiento patriarcal contra
Ucrania no supo entender que Zelenski lo rechazaría y
asumiría el papel de héroe, pero fíjate que pese a que admiramos mucho a Zelenski tampoco se le está ayudando tanto, y siguen
muriendo cada día decenas de ucranianos.
-Este
es un libro que te edita Prensas Universitarias de Zaragoza y que viene de una
traducción porque originalmente este libro está escrito en inglés, ¿y eso?
-Los profesores
universitarios publicamos libros académicos para otros especialistas y para los
estudiantes de todos los niveles. En mi caso yo soy filóloga inglesa así que mi
campo de especialización son los Estudios Ingleses. Dentro de este campo me
apetecía mucho publicar una monografía con una editorial de prestigio, como es
Routledge, así que me lancé. El problema es que nadie lee un libro en inglés en
España así que decidí auto-traducirme. Le estoy infinitamente
agradecida a PUZ que haya publicado el libro. Una veintena de casas editoriales
lo rechazaron o ni contestaron mis mensajes. Espero que los lectores de a pie
lo encuentren entretenido y accesible porque ésa ha sido siempre mi meta.
-Supongo
que el proceso de documentación, de investigación y demás habrá resultado harto
apasionante, ¿no?; pero coméntanos cómo ha sido –un poco--; cómo te lo
planteaste y demás...
-Empecé a darle
vueltas al libro en 2008 pero lo que me bloqueó mucho tiempo es que me parecía
que tenía que cubrir tantos villanos como fuera posible y de todos los medios,
desde la novela a las series pasando por el cine y los videojuegos. Como vi que
se suele prestar más atención a los villanos estadounidenses me centré en los
británicos, y en la novela. Cuando tuve una lista razonable de diez grandes
villanos, me lancé a escribir.
-Y
luego, ¿qué metodología de trabajo sueles plantear a la hora de volcar lo
investigado, documentado, lo que recoges en entrevistas y demás al “negro sobre
blanco”?
-No hice entrevistas sino que hice lo habitual en el trabajo
académico: leer muchas fuentes, y, desde luego, muchas novelas. Cubro unas 50
en el libro pero debí leer unas 100 hasta escoger de
quién quería escribir. Lo que tenía claro es que el libro debía tener un
capítulo inicial sobre Hitler porque es el quien marca la manera en que
entendemos la villanía.
-Amiga
Sara, hoy por hoy, ¿nos puedes dar alguna pista de aquello en lo que andas
trabajando?
-Tengo a punto de
salir en inglés y en castellano un libro sobre la masculinidad en los
documentales estadounidenses, y este otoño quiero empezar al fin un libro sobre
masculinidad en la ciencia ficción. Después creo que ya dejaré los estudios de
género y quería trabajar sobre los personajes secundarios. Y sí, estoy
escribiendo un artículo sobre un villano, el Almirante Duarte de la saga The Expanse, que es
al mismo tiempo un villano patriarcal clásico y un innovador en el uso de lo posthumano para lograr ser inmortal. Da mucho miedo.
_____________________________________________________________________
Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)