Cazarabet conversa con... Antonio
García Omedes, autor de “Castillo de Loarre. Dos
miradas con un siglo de diferencia” (Prames)
Antonio García Omedes nos ofrece dos miradas con un siglo de diferencia
alrededor del castillo de Loarre.
Un libro
interesantísimo desde muchos puntos de vista: el histórico, el arqueológico, el
patrimonial….
La sinopsis, nos
da una breve pista el propio autor:
«Este libro que
tienes en tus manos, lector, es fruto de una intensa relación personal con la
fortaleza de Loarre, el castillo-abadía románico mejor conservado del mundo. A
través del mismo he tratado de transmitir la fragilidad de las cosas que no se
conocen y no se valoran en su justa medida». (Antonio García Omedes).
El autor:
Antonio García Omedes (1951, Ainzón,
Zaragoza).
Cirujano general
formado en el Centro Médico Nacional Marqués de Valdecilla (Santander). Ha
ejercido en el hoy Hospital General Universitario San Jorge de Huesca
(1979-2021), del que también fue director médico (1994-97) y profesor asociado
de la Universidad de Zaragoza (2007-2016). Ha sido presidente del Colegio
Oficial de Médicos de Huesca (1982-86), Colegiado de Honor Provincial (1992) y
premio al Mérito Profesional de la Real Academia de Medicina de Zaragoza
(2018).
Es el creador del
portal monográfico web romanicoaragones.com (2002), que en la actualidad
cuenta con más de 34 millones de páginas consultadas. Por su contribución al
estudio, defensa y divulgación del arte románico fue nombrado Académico
Numerario de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza
(2013). Es socio de honor de “Banzo Azcón” de Luna, Zaragoza (2009), de “Amigos
del Castillo de Loarre” (2011), de “Amigos del Museo Diocesano de
Barbastro-Monzón (2013)”, de
“Amigos del
Románico” (2016) y Caballero de San Juan de la Peña (2016).
Ha publicado
numerosos artículos sobre románico en medios generales, libros y revistas
especializadas e impartido un buen número de charlas divulgativas y
especializadas. Ha contribuido con imágenes (alrededor de mil) y textos en la Enciclopedia
del Románico de la provincia de Huesca de la Fundación Santa María la
Real de Aguilar de Campoo (Palencia). Es asesor en el Área de Arte del IEA
(2016) y vocal por la Academia de San Luis en la Comisión Provincial de
Patrimonio de Huesca (2018). Es autor de Guía
del románico II. Zaragoza y Teruel (Prames, 2013) y Románico aragonés. Mirar viendo (Prames, 2022).
Te invitamos a
saber más: http://www.romanicoaragones.com/
Cazarabet conversa con Antonio García Omedes:
-Antonio, si nos tuvieses que presentar este libro sobre el Castillo
de Loarre, ¿cómo lo harías?
-El libro, que ha maquetado y editado Prames con
primor, pretende ser un homenaje a las autoridades y a las gentes de Loarre que
con su empeño lograron que fuese declarado Monumento Nacional en 1906
-Amigo Antonio, ¿qué es lo que te ha
animado a investigar, estudiar y escribir este libro sobre el Castillo de Loarre,
sabemos que eres un experto en historia del arte y amante del románico, ¿verdad?;¿es, en parte, eso lo que te ha animado?
-Me ha animado la buena experiencia del anterior
libro editado por Prames, “El románico aragonés. Mirar viendo”, que me permitió
atacar desde otra vertiente (más allá de internet) la difusión de nuestro
maravilloso patrimonio románico. La magnífica acogida de la anterior
publicación me ha hecho ver que merece la pena volcar una parte de mis
fotografías y experiencia en este formato de cara a esa difusión.
-Antonio, ¿qué tiene de particular el Castillo de Loarre para que “destaque” por encima
de cualquier otro en este Aragón que si algo es “territorio
de Castillos”?
-De no ser por la magnífica iglesia de San Pedro de
Loarre, éste sería un castillo más entre los muchos de la línea defensiva
generada por Sancho III el Mayor; pero esa joya del arte románico lo hace
diferente y esencial.
Cuando me preguntan acerca de cuándo un templo es
románico, mi respuesta es que, si cumple con el gold
standar de San Pedro de Loarre, lo es. Eso supone
una edificación realizada en los siglos XI y XII, con piedra sillar bien
escuadrada y ajustada, generalmente con marcas de cantería; con escultura
integrada; completamente abovedado en piedra; y con el impulso de la orden
benedictina de Cluny como telón de fondo.
La iglesia de San Pedro de Loarre, realmente es un
documento firmado en piedra entre Roma y el rey Sancho Ramírez derivado de la
infeudación del reino a partir de su visita al papa Alejandro II en 1068.
-Particularmente, ¿por qué te llama la atención el Castillo de Loarre y qué es aquello que más destacarías del
mismo, aunque imagino que será más de una cosa…?
-Aparte de lo ya señalado, su espectacular
emplazamiento, su escultura románica y el esfuerzo desarrollado para conseguir
un conjunto homogéneo a partir de diversas fases edificativas que variaron
según las circunstancias, porque pasó de ser tan solo un enclave militar en la
sierra a tener que acoger a una comunidad de canónigos de san Agustín con sus
múltiples necesidades humanas y litúrgicas y a fabricarles, donde no había
espacio para hacerlo, una espectacular iglesia románica.
-¿Por qué le das dos miradas a este “mítico
castillo”
con ese siglo de diferencia …claro una
cosa es el estudio para la primera restauración con el arquitecto La Figuera—que tiene detrás al empuje y apoyo de toda la población de Loarre que lo hizo Monumento
Nacional---- y la otra la que realizas tú, en 2015, para conocer cómo estaba el edificio ?
-Esas “dos miradas con un siglo de diferencia” es un
juego de palabras para señalar que tanto La Figuera como yo somos Académicos de
Número de la Real de Nobles y Bellas Artes de San Luis. Son miradas de dos
Académicos, con nuestros puntos de vista. La Figuera con su gran trabajo al
realizar la primera obra de restauración de este monumento, dejando constancia
escrita y fotográfica de su trabajo y un siglo después, yo llevando a cabo un
ensayo acerca de su trabajo a la luz de lo que hoy conocemos, repitiendo las
mismas fotografías que hicieron él y sus colaboradores para poder comparar el
“antes y el después” a través de las mismas.
-Por cierto, ¿cómo ha resistido el
paso del tiempo el Castillo de Loarre?, porque imagino que históricamente y según las necesidades geopolíticas y geoestratégicas se debió de
ir adaptando a las circunstancias, ¿verdad?
-Con este monumento hemos tenido la gran suerte de
que los planes de Sancho Ramírez de cara a la reconquista de la Hoya de Huesca
fueron más deprisa de lo que él soñó y por ello Loarre, antes de acabar su obra
por completo, quedo en retaguardia olvidado de todos y sus canónigos pasaron a
habitar el castillo de Montearagón.
Loarre no fue “vivido” y por tanto no sufrió las modas de ser adecuado
a otras modas o a otros estilos arquitectónicos, ni los incendios derivados de
ser un lugar habitado, ni la ruina producida por las guerras. Quedó olvidado en
la sierra y gracias a ello y a La Figuera nos ha llegado en un magnífico estado
de conservación.
-¿Cómo te planteaste el
trabajo este sobre el Castillo de Loarre porque es un libro diferente y
diferencial;
vamos, con todos los respetos a todas las
perspectivas de estudios de divulgación sobre los libros de castillos, pero
este es un libro diferente, no el típico sobre
castillos?. Es muy, muy específico…
-A raíz de conocer el detallado documento que el
arquitecto La Figuera escribió dando cuenta de las obras que iba realizando
entre los años 1913 y 1915 supe que en algún momento debería de darlo a conocer
a través de los medios a mi alcance. Lo hice a través de mi sitio web, también
a través de la revista de la Asociación de Amigos del Castillo de Loarre y
ahora, con más extensión, a través de este libro que he tratado de enfocar como
un ensayo sobre la obra de La Figuera, adornado con fotos comparativas y con
una segunda parte de explicación personal del castillo a fecha de hoy con
numerosas imágenes que ayuden a comprenderlo.
Quiero resaltar que el documento de La Figuera me
fue mostrado por el desaparecido Julio Gavín,
fundados de Amigos de Serrablo, que sabía de mi gran
interés por Loarre. Ese documento se conserva en el museo de dibujo Castillo de
Larrés por donación de la hija de La Figuera.
-Loarre es lo que es porque está enclavado en
un lugar privilegiado, ¿no? y porque sobre este enclavamiento se erigió el
castillo que fue baluarte del Reino de Aragón, ¿no?
-Loarre es lo que es por el sensacional lugar en que
está situado y porque un decidido rey (Sancho Ramírez) tuvo que infeudar el
reino en 1068 para lograr el apoyo de Roma. A cambio permitió el cambio de rito
en su reino, la llegada de religiosos de alto nivel para dirigir los
monasterios de Aragón, a cambio, también, de que el obispo perdiera gran parte
de su poder puesto que los monasterios no debían obediencia nada más que al
Papa, etc. Pero gracias a ello fue “rey por la Gracia de Dios” con el apoyo papal
y de sus ejércitos y llegó a Aragón el mejor arte edificativo y escultórico del
momento. La bula papal “Quamquam sedes” de Alejandro
II, dada en Letrán en 1071, contribuyo a sellar la alianza entre Aragón y Roma
acogiendo bajo su poder a la canónica agustiniana de San Pedro de Loarre.
-Cuando uno visita Loarre, ¿qué puede esperarse históricamente hablando? ¿qué aprende sobre sus vestigios?
-Eso depende de la sensibilidad de cada visitante y sobre
todo de quién se lo explique. Si la compañía es buena verá la transición entre
un estilo edificativo castrense “corriente”, que es el realizado durante el
reinado de Ramiro I, y la magnífica obra del románico pleno cuajada del mejor
arte tolosano que ya he venido comentando.
-También desde ser un enclave en el que arqueológicamente
hablando se aprenderá
desde muchas perspectivas, coméntanos…
-El tema de la arqueología está prácticamente
virgen, salvo un buen trabajo de José Ángel Asensio del año 2000 sobre el
edificio prerrománico inferior del castillo de Loarre publicado en la revista Saldvie. El gran espacio entre la muralla y la fortaleza
está esperando a que se realicen prospecciones arqueológicas que a buen seguro
nos darán mucha e interesante información.
-Y si nos detenemos en la historia del arte porque
hay varios estilos que se “dan cita allí”, coméntalo por favor…-Aunque el románico merece “punto y
aparte”, ¿verdad?
-El románico… es “punto y seguido”. Es un arte que
te atrapa, lo digo por experiencia. En cuanto a los estilos, tan solo hay uno:
el románico; si bien hay varias fases, como la ya señalada de la obra castrense
de Ramiro I y la gran obra del románico pleno de su hijo Sancho Ramírez que con
el apoyo de Roma consiguió alzar algo que realmente es un paradigma.
-Tomando como ejemplo el Castillo de Loarre, ¿podemos tomar el pulso a
las diferentes sociedades que lo habitaron o lo tuvieron de referencia…?
-Sin lugar a dudas, en especial en lo referente al
día a día de los canónigos de san Agustín, para los que he estudiado algunas de
sus necesidades y los recorridos que debían de hacer varias veces en cada
jornada hasta la iglesia y que narro en el libro, apoyado en mis fotografías.
-Pero lo que seguro aprenderemos es mucho de arte y
de historia de arte…
-Repito que si se tiene inquietud por saber y por
conocer y además se cuenta con quien te lo pueda contar de forma adecuada, el
visitante saldrá de Loarre habiendo aprendido mucho y con la sensación de
querer saber más.
-Amigo Antonio, ¿cómo ha sido el proceso
de investigación, estudio y documentación detrás de este
trabajo...?, imagino que es un trabajo de años, poco a poco, realizado, además de manera minuciosa y metódica, ¿es así?
-Detrás del trabajo hay más de veinte años de querer
saber más, de visitar Loarre cientos de veces, de hacer miles de fotografías
estudiándolas y “diseccionándolas”, de leer y aprender lo que los historiadores
del arte han escrito sobre este monumento y su época y sobre todo de “escuchar
a las piedras”, a las que si saber “preguntar”, a veces te responden.
-La metodología de trabajo, ¿cuál has
utilizado?
-He seguido a La Figuera, comprendiendo lo que hizo
y comentando lo que, según el conocimiento de hoy, puede complementar lo que él
hizo. Por eso creo que la primera mitad del libro puede considerarse un ensayo
sobre la gran obra de La Figuera complementada con los comentarios comparativos
entre las imágenes antiguas y actuales y en la segunda parte, he recogido lo
que he aprendido de quienes trabajaron sobre el castillo aportando mi mirada
personal de cara a la visita turística.
-¿Cómo ha sido, amigo, el
proceso de edición el libro?, ha quedado
muy bonito con el cuidado de Prames, la verdad…
-Trabajar con Prames es muy agradable. Te lo hacen
fácil y además el resultado es magnífico. La maquetación es muy buena y además
saben colocar adecuadamente esos pequeños detalles que lo personalizan, como la
marca de cantero de la llave de Santiago de Agüero, que es el logo de mi sitio
web y que lo implementan en la portada y en cada una de las páginas junto a su
numeración.
-Antonio, ¿nos puedes
explicar, por favor, en qué estás trabajando en la actualidad?
-Con Prames he publicado recientemente dos libros:
“El románico Aragonés. Mirar Viendo” y “Castillo de Loarre. Dos miradas con un
siglo de diferencia” … y como no hay dos sin tres, he pensado que podría ser
bonito hacer una “trilogía” así que estoy preparando otro libro, esta vez sobre
la catedral de Jaca, con la colaboración de Domingo Buesa que será quien
redacte la primera parte dedicada a la historia de Jaca, de la que él es su
mejor conocedor.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)