La
Librería de Alarifes
La Asociación de los Amigos de las
Reales Fábricas de Riópar acabar de publicar un libro más que notable,
sobresaliente. Se trata de Mirar lo propio con ojos propios. Un libro que se
acerca desde dentro, desde las propias entrañas, a la idiosincrasia de un
pueblo y de sus ciudadanos que durante unos 230 años han estado viviendo en
torno a un proyecto de trabajo hacia lo industrial. Un libro que desde los
testimonios de los propios trabajadores nos acerca a la memoria del trabajo y
de estas fábricas. El trabajo recoge el material de las conferencias que han
tenido lugar en Riópar desde Agosto del 2011 a Diciembre del 2012….todo ello coordinado por Marta Vera que
lo convierte en un extenso, minucioso y
riguroso trabajo de investigación, teniendo en cuenta el método de una tesis, y
que implica muy bien a los testigos directos, aquellos que trabajaron en las
fábricas de Riópar, convirtiéndose de esta forma en un trabajo, también, de “lo social”. Es un
trabajo de colaboración entre los socios de la Asociación de Amigos de las
Reales Fábricas de Riópar, las gentes del propio pueblo y los que trabajaron en
las fábricas…como decimos, todo, coordinado por Marta Vera que ha contado con
el apoyo de la Fundación Juanelo Turriano y la ayuda
del Grupo de acción Local de la Sierra del Segura. Es un trabajo, también, de
historia…así que además de las gentes vinculadas al Patrimonio Industrial y
a la memoria del trabajo, lo
disfrutarán, y mucho, los amantes de la historia porque las Fábricas de Riópar
se remontan o , mejor dicho, atesoran el paso del tiempo de nada más y nada
menos que 230 años…
Extracto de la sinopsis en torno al libro:
“Para el lector, supone un viaje a lo largo de los más de 230 años de historia
de estas fábricas, para profundizar después en distintas temáticas: los
aspectos constructivos del conjunto industrial, sus minas de cinc, los modelos
artísticos, los procesos de producción del latón, la maquinaria ligada al
proceso productivo, la presencia femenina en la fábrica, su influencia en el
medio natural, la relación con la escuela, la salud laboral, la dieta obrera,
la tradición musical…Su rico contenido va acompañado por una gran cantidad de
imágenes y documentos inéditos. El libro muestra, de una forma muy completa, la
historia (1773-2001) y características del Conjunto Histórico de las Fábricas
de Metales de Riópar.”
Como también refleja la propia sinopsis que viene dada en el trabajo:
“Sus 21 autores reflejan vivamente el modo en que el pasado se cuela en nuestro
presente: distintas personas que miran el mundo desde el contexto de sus
propias experiencias, unidas en torno a un valioso (y frágil) patrimonio común:
El Conjunto Histórico de las Fábricas de Metales de Riópar.
Francisco Fuster inauguró el ciclo en Agosto de 2011; Aurelio Pretel dedicó el mes de Octubre de 2012 a la Fábrica de
Hojalata de El Salobre -muy relacionada con las Fábricas de Riópar-, su pueblo
natal. El trabajo de estos dos reconocidos historiadores que se suman a las
investigaciones realizadas por profesores de la UCLM (Aurora Galán, Francisco
Fernández Santamaría), maestros metalúrgicos (Jorge Escudero, Silverio
Martínez, Ginés López del Castillo -padre e hijo-, Lodi Bronces, Bronces
Riópar), una arquitecta (Beatriz Fdz Castro),
ingenieros (Juan Vera, Álvaro Richarte, Stefan Nolte), una historiadora del arte (Catalina Munera), una educadora social (Olivia Albert), un
especialista en chimeneas industriales (Joaquín Patón), el director de la
escuela taller Juan Jorge Graubner (Luis Alonso de
Armiño), profesores (Olvido Córcoles, José Manuel
Moreno y Marta Vera) y un tabernero: José Ramón el Negro.
La presentación del libro, excelente y que recomendamos, tuvo lugar el
10 de agosto en el museo de las Reales Fábricas de Riópar con la presencia del
alcalde de Riópar, Javier García, y de muchos de los autores.
http://fabricasderiopar.blogspot.com.es/
Las Reales Fábricas de Riópar están por su idiosincrasia vinculadas al
patrimonio industrial y si hablamos de Patrimonio Industrial hay que hacer un
alto en el camino de la Fundación Juanelo Turriano:
http://www.juaneloturriano.com/
Sobre el pueblo de Riópar:
Riópar es un municipio castellano de la comarca de la Sierra de Alcaraz, provincia de
Albacete (Castilla-La Mancha, España), que se encuentra a 118 km. de
la capital de la provincia (distancia por carretera, por la ruta de Reolid, Alcaraz y Balazote). En 2010 cuenta
con 1.486 habitantes, según datos del INE. Junto a las localidades de Villapalacios, Bienservida, Villaverde de
Guadalimar y Cotillas, forma parte del Señorío de las Cinco
Villas, subcomarca histórica
dentro de la misma Sierra de Alcaraz.
El municipio comprende un casco histórico-cultural, Riópar Viejo, que era
la villa medieval, actualmente restaurada, situada a escasos kilómetros al
oeste del Riópar moderno. Y el Riópar actual, con la antigua denominación de Fábricas de San Juan de Alcaraz, que
procede de un proyecto de colonización del siglo XVIII, debida
al establecimiento de los operarios de la minería y factoría reales que se
establecieron en este lugar, en época de Carlos III.
Riópar Viejo fue un
núcleo despoblado durante mucho tiempo (semejante a otros pueblos como Medinaceli), que en algún caso gracias al
esfuerzo de la Comunidad Autónoma y a los fondos estructurales europeos, y en
otros a personas pioneras que emplearon su patrimonio personal, ha conseguido
recuperar buena parte de su casco histórico, así como la remodelación de su
antigua iglesia del siglo XV, del Espíritu Santo, donde se
descubrieron hace unos años unos importantes frescos encubiertos tras el altar.
También cabe mencionar de esta población su derruido castillo junto al
cementerio, que espera ser recuperado en la corona mural que aún se conserva y
en el macho central de la Torre del Homenaje, así como su curiosa y bella
fuente junto al escarpe.
El pueblo
de Riópar, incluye numerosas pedanías: Riópar Viejo: Antiguo núcleo principal,
el de mayor altitud de todos, con alrededor de 1100 msnm. Situado 3 km al
Noroeste de Riópar, en lo alto de un cerro coronado por un castillo en ruinas
que hace las veces de cementerio. Actualmente cuenta con 2 habitantes y acoge
numerosos turistas que se alojan en casas rurales. Ofrece unas preciosas
vistas. Sus calles están restauradas con piedra vista; Casa de la Noguera:
Situada a medio camino entre Riópar y el Nacimiento del Río Mundo. Tiene una
población de unos 10 habitantes, llegando a cuadruplicarla durante los meses de
verano. Fiestas el día 3 de mayo, festividad de la Santa Cruz. Casas encaladas
y con vistas preciosas al Calar del Mundo; Umbría-Angulo: Cuenta con unos 10
habitantes, que en verano alcanza la treintena. La más alejada del núcleo
principal. A poca distancia de esta pedanía se encontraba instalada una
subestación eléctrica, la cual aprovechaba el agua del pantano de Arroyo Frio.
Esta pedanía tiene festividad el día de Santiago; Cortijo del Cura: Tiene unos
15 habitantes. Las fiestas son el 18 de mayo Festividad de San Isidro; El
Laminador: Sin habitantes censados. Enfrente de esta pedanía podemos encontrar
las minas de calamina, las cuales eran esenciales para producir el bronce y el
latón. Justo al lado se encuentran las antiguas viviendas y fábricas de los
obreros de aquella época; Lugar Nuevo: Esta pedanía cuenta con unos 30
habitantes. Cerca de ella se encuentra CEA La Dehesa, un centro de educación
ambiental para enseñar la fauna y flora del territorio; La Dehesa: Tiene
alrededor de 10 habitantes. Está a medio camino entre Riópar y Cortijo del
Búho; El Gollizo: Tiene unos 10 habitantes y está a 1051 m de altitud. Situado
al norte de Riópar, de camino al paraje natural conocido como Fuente Grande;
Arrecife: Tiene unos 10 habitantes y está situado a medio camino entre Riópar y
El laminador; El Noguerón: en ella viven unos 30 habitantes, se encuentra a los
pies de Riópar viejo; El Villar: Se localiza entre la pedanía de Riópar Viejo y
la localidad de Riópar; El Carrizal: tiene unos 15 habitantes y queda a 1 km de
Riópar viejo, en dirección sureste; Casas de las Tablas: con menos de 5
habitantes, situada un poco más abajo de el Carrizal, junto a la carretera
CM-412; Cortijo del Búho: Situado al Oeste de Riópar, con una población de
alrededor de 5 habitantes; Miraflores: Actualmente despoblado, al oeste del
cortijo del Búho.
Más información: http://es.wikipedia.org/wiki/Ri%C3%B3par
Cazarabet conversa con
Marta Vera, coordinadora de este trabajo en torno a las Fábricas de Riópar:
-Marta, ¿cómo definirías
este trabajo: de patrimonio industrial, de memoria del trabajo, de historia…o
un poco de todo ello?
-Desde la visión poética todas esas palabras
pueden ser sinónimas: trabajo, memoria, historia, industria, patrimonio…se
pueden usar alternativamente en la frase: El/la_ _ _ _ _ _es nuestr@. Es un trabajo de re-apropiación. Mirar lo propio con ojos propios, como
reza el título, nos guía.
-Marta,¿
cómo es tu particular historia con Riópar y sus fábricas?. Explica tu
vinculación con Riópar y el proyecto…el libro.
-Mi abuelo trabajaba en las fábricas, mi padre
nació en Riópar, yo ya en Madrid. Pero
tengo un fuerte vínculo con este pueblo, que es mi paisaje de infancia. Hoy
realizo mi tesis doctoral en la UCLM, acerca de las Fábricas de latón de San
Juan de Alcaraz. El libro es resultado de año y medio
de trabajo de muchas personas, para reunir la(s) historia(s) de Fábricas de
Riópar, en el marco de un ciclo de charlas públicas. Entre colegas y Amigos de
las Reales Fábricas de Riópar, sobrevolamos desde la fundación de la fábrica en
1773 a la apertura del presente museo Industrial. El origen es el interés de ciertas personas
por este patrimonio y la historia de
Riópar; luego mi necesidad de componer una “cronología” de las fábricas para la
tesis…con tan poca literatura y tanta historia reciente…creando este espacio se
multiplica la información asociada a cada documento encontrado. Puede tratarse
como un intento de poner en práctica una pedagogía crítica. Gadamer
decía que la cultura es el ámbito de lo que crece al compartirlo. Se trata de una metodología de investigación pro-activa y
comunitaria, ya que se comparte información, hallazgos y preguntas para
enriquecer distintas áreas de conocimiento de este complejo industrial, desde
enfoques historicistas o temáticos. Se llega así a lugares donde no es posible
desde el archivo…al fin y al cabo, esta
industria centenaria cerró hace diecisiete años. No queremos hablar por otros,
así que se abre un espacio para contar o escuchar, para preguntar y proponer, es
decir, posibilitador; lo que obtenemos
finalmente es el dibujo de una visión de conjunto, uno de los posibles paisajes
del Conjunto Histórico, que nos ha hecho a todos más conscientes del lugar
donde estamos. El libro, ¡cultura material!, sostiene estas memorias.
-Una pregunta un poco
particular: puede que Riópar sea conocido, más que nada, como un
pueblo vinculado desde hace más de dos siglos a sus fábricas, pero también
tiene un patrimonio natural impresionante y luego están sus gentes y la huella
que dejan en el paisaje…cuéntanos…
-El agua, el fuego y la piedra son fundamentales
en los paisajes de Fábricas de Riópar; desde el nacimiento del río Mundo y los
árboles centenarios del Calar a los cacharros de latón de La Fragua y Bronces
Riópar, pasando por topónimos y composiciones musicales, todo forma parte del
paisaje cultural de esta colonia obrera. Los serranos tienen mucha suerte con
su sierra.
-Volvamos a lo que más nos
atañe: ¿por qué un trabajo en torno a las Fábricas de Riópar, por qué elegiste
esta temática para tu tesis?
-Lo ví útil y hermoso.
Me inspiró el empezar a ver lo que antes, en mi infancia y adolescencia, no veía: detrás de la sirena de la fábrica,
las montañas de escoria de la fundición, los interminables objetos de latón
presentes en todas las casas…Empezó a encajar en mi cabeza todo esto como un
conjunto muy valioso, cosa que voy confirmando con la investigación documental.
Me apoyan Horacio Fernández y Carmen Cañizares, de la UCLM, mis directores de
tesis. A la Fundación Juanelo Turriano también les
pareció cosa útil, y me concedieron una beca de estudio. Es un capítulo
singular de nuestra industria, la primera fábrica de cinc en la península a
finales del siglo XVIII, cuando se estaban desarrollando las tecnologías
inglesas y belgas para destilar este
extraño metal que se volatilizaba en los hornos.
Es
también un trabajo de arqueología personal…catalogando los libros de cuentas de la fábrica, podía
leer el nombre de mi abuelo, que vino a Riópar a trabajar en las fábricas; conoció
a mi abuela Encarnación, que parió a mi padre…¡sentía que debía, entre otros
factores y como tantos otros, mi concreta existencia a las fábricas!
Luego está el museo. Para mi tesis es herramienta fundamental de trabajo
participativo, con este tipo de herencia industrial, delicada y compleja, un patrimonio vivo en el que
operan siglos de tradición paternalista. Es un lugar que pertenece a la comunidad solo si lo hace suyo. Es un privilegiado
lugar de reflexión sobre la memoria, su trabajo, sus ambivalencias… no hay que
olvidar que la historia de estas fábricas aún no ha sido escrita; ¿porqué no
hacerlo entre, si no todos, muchos? Se trata de la auto-gestión del patrimonio,
de la cultura, de la memoria, de lo que es propio.
-Las fábricas de Riópar
queda más que claro que son un bien valioso, pero, por desgracia, también
frágil. Explícanos.
-Lo malo de estudiar es que cada vez vas
sabiendo más y más; y aquí se lucha contra el tiempo, además de otros
malandrines; a cada dato (de certificado
valor histórico o pérdida por hurtos y robos, o simple abandono de los
inmuebles del conjunto), más valioso y más frágil se va confirmando. Al
desaparecer el soporte físico la memoria se va deteriorando.
-¿Cómo fue el trabajo de
coordinación entre las diferentes plumas (me refiero a las personas que
participan en las conferencias y trabajo) y las temáticas?
-Desde el principio hemos compartido
documentación y hallazgos. Hemos aprendido mucho. He tratado de respetar la
diversidad de las voces, que con su generoso esfuerzo han compuesto esta
historia. Ha hablado cada cual desde donde ha querido y de lo que ha querido…un
placer colaborar en la forma de algunos…construir los propios, recibir noticias
de hallazgos y fotografías de interés…lo hemos disfrutado. Nos hemos conocido
mejor. Como no puedo nombrarlos a todos (serían más de veinte) no nombro a
ninguno…
-¿Con este trabajo se ha
pretendido reivindicar, como sacar de la memoria, años y años de trabajo, años
y años de esfuerzo de los trabajadores?
-Exacto. Una de las cuestiones acerca de estas
fábricas es el cómo fue posible que subsistieran sin interrupción durante
tantos años y a lo largo de tantos contextos, y es precisamente por la
fisionomía de la colonia: los y las trabajadoras, con sus artes, oficio y
estructura industrial tienen la clave.
-¿Qué importancia merece el
proceso documental e histórico en el contexto de las conferencias y
del trabajo?
-Al formar parte de un trabajo riguroso – una
investigación académica-, los datos documentados, y su organización, son la
materia que posibilita una (de las posibles) visión de conjunto, es decir, una
mayor conciencia de la propia identidad del territorio. Recuperar, localizar
documentación va completando el mapa del que hoy tenemos fragmentos.
-En todo proceso histórico
–industrial y económico hay una activación ( un inicio), un auge, una
estabilización y después un decaimiento de la actividad. Marta, brevemente,
cuéntanos cómo fue este proceso.
-Adscribiéndonos a esas categorías podemos
identificar una larga y precaria fase de inicio, desde su fundación en 1773 por
el austriaco JJ Graubner – con un carácter muy
experimental, al amparo de las políticas de protección de Carlos III-, hasta su
fin como empresa estatal: 1846. El auge se dará con el nacimiento de la
empresa, la bolsa, la publicidad y el
capitalismo moderno en nuestro país .Es la época de las exposiciones
internacionales. Las fábricas viven su mayor prosperidad sostenida por una
estructura industrial fuertemente paternalista. De la quiebra de esta próspera
industria a partir de 1910, y sus problemas constantes de financiación y
gestión, pasamos a una estabilización durante el Franquismo, ejemplo del
régimen en la autarquía. La llegada de la democracia abre un periodo de luchas internas para salir a flote en un
contexto con múltiples problemas; la iniciativa obrera de la Sociedad Anónima
Laboral no sobrevivió a las deudas y hoy es propiedad del Fondo de Garantía
Salarial, que se hizo cargo de los pagos de las pensiones e indemnizaciones. En
el año 2001 el Museo de las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz
abrió sus puertas, como consecuencia del trabajo realizado en la Fábrica por la Escuela Taller
JJ Graubner. Hoy los Amigos de las Reales
Fábricas de Riópar sacan adelante, colaborando con distintas instituciones,
proyectos de desarrollo del conjunto industrial: inventarios, revisión de
planes de ordenación, rehabilitación de inmuebles del conjunto, desarrollo de
rutas, instalación del archivo histórico y centro de documentación, recogida de
testimonios obreros, publicaciones de interés…
-Desde luego el tiempo de
intentar resurgir y no poder debe ser de lo más descorazonador para un proyecto
y, supongo, que eso “lo capta” un estudioso. ¿Cómo fue esa lucha en
Riópar?
-Bueno en Riópar hay una serie de personas que
lleva años llamando la atención sobre la importancia y precariedad de este
patrimonio de todos, desde los años 90; Hoy hemos perdido mucha, mucha de su
riqueza, pero hemos ganado en reconocimiento legal, y atención administrativa;
la cuestión es cómo lo convertimos en un beneficio social y cultural
comunitario. Es descorazonador contemplar el secuestro de la política por la pseudopolítica partidista, poco rigurosa y poco atenta con
lo singular; y ya que trabajamos en la polis,
esta polis industrial que el conjunto de Riópar, no nos queda más remedio que no
descorazonarnos y seguir defendiendo, buscando y creando lugares de
participación.
-¿Cómo se gestó, creció y
se fundamentó la creación del Museo de las Reales Fábricas? Marta, la creación
del Museo digamos que “mitiga” un poco todo lo que supuso la desaparición de la
actividad en torno a las fábricas de Riópar?
-Mmmm no sé si
mitiga…una de las cosas que nos sorprendió descubrir es que había muchos
obreros que nunca habían entrado al museo (es decir a su-lugar -de-trabajo, musealizado). ¡Dieciséis años después! Una de las cosas que
queremos es ver utilizado el precioso espacio de la fábrica. Así que entraban
allí por primera vez desde entonces, a escuchar o participar en las
charlas…Ellos no entran al museo, entran a su propio pasado. Lo que si puede
mitigar el recuerdo doloroso, o tornarlo bello y liberador incluso, es poder
acercarse a ese pasado sintiéndose útil a otros, en esta nueva circunstancia de
cambio de valor. Es decir dentro de una política patrimonial abierta y de
atención comunitaria.
-Háblanos un poco de la
historia de la escuela de aprendices alrededor de la fábrica de Riópar.
-Riópar fue desde el inicio una fábrica-escuela.
Desde los chicos y chicas del Hospicio, con sus” vagos y maleantes” incluidos,
a finales del siglo XVIII, hasta funcionar como una FP en los ochenta; los niños desde los cuatro
años conocían los talleres de llevarles el bocadillo a sus padres. Luego
heredaban su camisa y herramientas. La Fábrica era escuela y vida…de esto se
ocupan varios capítulos; Jose Manuel Moreno,
presidente de la asociación, en lo referente a la vocación docente de Graubner; de forma más general lo hace Olvido Córcoles, directora de la Escuela Pública de Riópar hasta
su reciente jubilación. Y Silverio, maestro metalúrgico, que también nos habla
de cómo la fábrica era su escuela.
-Hay un capítulo muy
interesante que explica cómo eran las relaciones de género en el trabajo y en
la vida en Fábricas de Riópar. ¿Qué os llevó a pensar en desarrollar
este tema?
-Se trata de una parte fundamental de “lo propio”… Visibilizar a estas hermosas
mujeres, la minoría trabajando dentro de la fábrica y la mayoría fuera, pilares
del hogar obrero…sus testimonios son vitales para comprender las relaciones
entre el trabajo y la vida, entre
producción y organización social. Aprendimos mucho con Aurora Galán, de la
Universidad de Castilla la Mancha, y de Olivia Albert que entrevistó a las
vecinas, de Pepita, Joaquina, Ascensión, Mª Fernanda, Adela…
-Hoy en día ya se habla, de
manera muy habitual y común, de la salud laboral en el trabajo y de la salud
ambiental, pero no siempre ha sido así y como las fábricas de Riópar tienen más
de dos siglos de vida y de historia…¿cómo les fue a los trabajadores y
trabajadoras con la salud laboral?; ¿y al medio ambiente?.
-Ya en tiempos de Campomanes
podríamos integrar la disposición de huertos obreros como medidas
nutricionistas, influyendo en personas y territorio, así como el nacimiento de
los primeros problemas eco-lógicos por el acceso al agua entre la fábrica y los
vecinos de Riópar. La tala de árboles, los trabajos de la mina y las
fundiciones, la exposición constante a polvo y líquidos metálicos…En Riópar no se daban los problemas de
salubridad de las grandes ciudades industriales, pero la existencia de esta
industria modeló su paisaje y la salud de sus gentes. De esto se ocupa Stefan Nolte, que ha sabido tratar este tema delicado con la
distancia propia del que es “de fuera”...
-Uno de los capítulos más
llamativos es el de la Dieta Obrera. ¿Cómo era? Habladnos un poco de
ella.
-Bueno, nos pareció importante referirnos aunque
fuera brevemente a una cosa tan fundamental como la alimentación y el conjunto
de saberes y prácticas sociales a ella ligado. El chef de la Taberna de los
Vientos se atrevió con un relato construido a partir de las descripciones que
le hacían los mayores de sus recuerdos a la hora del almuerzo en la fábrica,
del Hogar del obrero, de las historias del economato de la Industrial y los
vales familiares, la escasez de productos y el racionamiento y previsión de
conservas ante las dificultades…me dice que se ha quedado con ganas de contar
más cosas.
-Al principio de esta
conversación hablábamos del maravilloso entorno natural de Riópar, pero seguro
que las fábricas hicieron que éste sufriese algún impacto
y alguna modificación. Háblanos de las más importantes.
Lo más grave sería la tala de árboles en el coto
minero y valle de Riópar –aunque por otro lado, la disposición de los montes
para la fábrica evitó el saqueo del bosque por parte de la “Provincia Marítima
de la Sierra del Segura”. También
modificó el paisaje la ingeniería hidráulica para mover máquinas y surtir
fundiciones durante doscientos años; la escoria de los trabajos de la mina y
talleres, la destilación del cinc y la despreocupación histórica por los
residuos…si, todo esto altera inevitablemente el territorio. Sus huellas son
visibles en el arroyo Gollizo, las ríos Mundo y de la Vega, en las bocaminas
del cerro del Calar del Mundo…forman parte de la cultura del lugar. Las
montañas de escorias formadas durante el siglo XIX en San Carlos, fueron
lavadas y aprovechado el resto metálico en la postguerra. Estamos hablando de
una industria modesta (en su apogeo no superó los 400 obreros) dentro de un
Parque Natural; uno de los grandes problemas de los fundadores de las fábricas
era que el río se llevaba por delante puentes y hornos…una naturaleza poderosa.
De este tema se ocupa Álvaro Richarte, ingeniero de
montes y compañero mío de correrías por los montes de Riópar desde la infancia.
-Latón, bronce, hojalata, toda la maquinaría, la
industria metalúrgica, el caz…..todo un sinfín de patrimonio
industrial al que además hay que sumar el mundo de la minería….
¿Cómo se puede articular todo esto…mediante el Museo y trabajos como
el presente que den a conocer lo que fue Riópar y sus Fábricas?
-Esto es importante,
personalmente pienso que sí, que es posible articularlo si el museo es concebido más allá de sus límites
físicos (asociados a una arquitectura material), en su condición de “depósito de la
sociedad”; independientemente de quién ostente la propiedad de los bienes que
integran el conjunto, la cultura material en ellos re-presentada, pertenece a
los pueblos. Se apela al museo, por su cualidad de
mediador, tanto más valorado cuanto más promueva la interacción de la comunidad
en la que se inscribe. Debe preservar su singularidad y autenticidad para
seguir vivo y útil a las personas…” en lugar de inscribirla en una arqueología
del coleccionismo”, como dice Poulot. Que genere
nuevas experiencias respetuosas con la herencia. El campo es grande y crece.
Los museos industriales han de ser los primeros
en promover la recogida de testimonios obreros ante la inminente
desarticulación de nuestro sistema productivo y la pérdida de los conocimientos
asociados. Además, la generación comunitaria de los discursos del museo es hoy,
con las nuevas tecnologías, algo mucho más cercano y posible.
-Marta, ¿y qué queda de
aquel tiempo?
Mucho, hoy es ayer
y mañana; en Riópar hay tres empresas de maestros latoneros que combinan
herramientas modernas con otras de sus abuelos, fundiendo modelos de larga
tradición en las Fábricas de San Juan. Queda el arte y oficio, las memorias de los
trabajadores, los talleres, hornos, infraestructuras, maquinaria, modelos y
moldes de más de dos siglos, el patrimonio documental que incluye el archivo
histórico empresarial… Ya es oficial la protección y puesta en marcha del plan director del Conjunto Histórico de las
Fábricas de Metales de Riópar, cuyo corazón está en el Taller de la Quincalla,
el actual museo y oficina de turismo. Es una joya industrial: 230 años de
historia del trabajo del metal. La genealogía de un pueblo… queda… ¡todo por
hacer!
15144
Fábricas de Riópar:
Mirar lo propio con ojos propios: nuestra historia industrial. Marta Vera Prieto (coord.)
302 páginas 24 x 16,5 cms.
12,00 páginas
Amigos de las Reales Fábricas de Riópar
Este libro recoge las memorias del
ciclo conferencias Mirar lo propio con ojos propios, desarrollado en Riópar de
agosto de 2011 a diciembre de 2012.
A lo largo de sus más de 300 páginas, socios de la AARFR y gentes de Riópar se
involucran en la recuperación de la memoria del trabajo, origen mismo de su
existencia como pueblo. El trabajo ha sido coordinado por Marta Vera Prieto, en
sus inicios concebido como metodología de la investigación de su tesis doctoral
sobre estas fábricas, apoyada por la Fundación Juanelo Turriano.
La publicación sale a la luz con la ayuda del Grupo de acción Local de la
Sierra del Segura.
Para el lector, supone un viaje a lo largo de los más de 230 años de historia
de estas fábricas, para profundizar después en distintas temáticas: los
aspectos constructivos del conjunto industrial, sus minas de cinc, los modelos
artísticos, los procesos de producción del latón, la maquinaria ligada al
proceso productivo, la presencia femenina en la fábrica, su influencia en el
medio natural, la relación con la escuela, la salud laboral, la dieta obrera,
la tradición musical…Su rico contenido va acompañado por una gran cantidad de
imágenes y documentos inéditos.
El libro muestra, de una forma muy completa, la historia (1773-2001) y
características del Conjunto Histórico de las Fábricas de Metales de Riópar.
Sus 21 autores reflejan vivamente el modo en que el pasado se cuela en nuestro
presente: distintas personas que miran el mundo desde el contexto de sus
propias experiencias, unidas en torno a un valioso (y frágil) patrimonio común:
El Conjunto Histórico de las Fábricas de Metales de Riópar.
Francisco Fuster inauguró el ciclo en Agosto de 2011; Aurelio Pretel dedicó el mes de Octubre de 2012 a la Fábrica de
Hojalata de El Salobre -muy relacionada con las Fábricas de Riópar-, su pueblo
natal. El trabajo de estos dos reconocidos historiadores que se suman a las
investigaciones realizadas por profesores de la UCLM (Aurora Galán, Francisco
Fernández Santamaría), maestros metalúrgicos (Jorge Escudero, Silverio
Martínez, Ginés López del Castillo -padre e hijo-, Lodi Bronces, Bronces
Riópar), una arquitecta (Beatriz Fdz Castro),
ingenieros (Juan Vera, Álvaro Richarte, Stefan Nolte), una historiadora del arte (Catalina Munera), una educadora social (Olivia Albert), un
especialista en chimeneas industriales (Joaquín Patón), el director de la
escuela taller Juan Jorge Graubner (Luis Alonso de
Armiño), profesores (Olvido Córcoles, José Manuel
Moreno y Marta Vera) y un tabernero: José Ramón el Negro.
La presentación tuvo lugar el 10 de agosto en el museo de las Reales Fábricas
de Riópar con la presencia del alcalde de Riópar, Javier García, y de muchos de
los autores.
http://fabricasderiopar.blogspot.com.es/
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