La
Librería de El Sueño Igualitario
Juan
Francisco Fuertes Palasí y Carlos Mallench Sanz
nos acercan a una de las batallas más importantes de la Guerra Civil y, a la
vez, menos conocida….
Divalentis , editorial que nos llega desde la
provincia de Castelló, nos acerca a un acontecimiento un tanto ignorado de la
Guerra Civil Española, el que aconteció a la conocida como Batalla del
Levante….trascendental, pero como acontecimiento bélico , un episodio muy poco
tratado por los historiadores y especialistas en la analítica de la guerra y de
sus entresijos, entre otras cosas de las propias batallas….Se trata, pues, de
otra de las batallas olvidadas de la contienda española.
Escriben y describen este
episodio bélico Juan Francisco Fuertes Palasí y
Carlos Mallench Sanz, dos vecinos de la Vall d´Uxó muy cercanos al
estudio minucioso de muchos episodios históricos y muy acostumbrados a moverse
en torno a los episodios más o menos locales, más o menos cercanos y esto en el
estudio, descripción y aproximación de
la historia es muy, muy importante….
Así nos lo
presentan desde la propia editorial:
La llamada Batalla de Levante es el episodio menos tratado en la
historiografía de la Guerra Civil, una batalla menor, una "anécdota"
periférica que —de manera deliberada en unos casos o inconscientemente en
otros— ha sido siempre relegada.
Podemos hablar sin un ápice de exceso de una Batalla Olvidada en la que los
trascendentales sucesos de los frentes castellonenses han quedado disueltos,
como desvinculados del necesario encadenamiento de la crónica de nuestra
contienda.
Huyendo de tediosos análisis estructurales y cuantitativos este libro pretende,
siguiendo un modelo narrativo y ameno, recuperar para la Historia la llamada
Batalla de Levante, una de las operaciones militares en la que más unidades se
movieron, la que concentró a las más selectas unidades franquistas, la gran
mayoría de sus capacidades de fuego, la práctica totalidad de sus generales, la
que más estragos y destrucciones causó sobre las poblaciones y una de las que
más víctimas militares y civiles provocó. La historia arrinconada de la resistencia
en la sierra de Espadán, prácticamente a las puertas
de Valencia, y que resultó ser clave para prolongar la agónica supervivencia de
la República durante varios meses más.
Para entender lo transcendental de esta batalla hay que acercarse a la mítica
línea XYZ (también denominada como Línea Matallana) ,
ésta consistió en un sistema de fortificaciones construido durante la Guerra Civil
Española para uso de tropas republicanas durante
el año 1938. Situado
al norte de la ciudad de Valencia, fue construido con el fin de
defender dicha urbe contra los ataques de las tropas franquistas, enmarcados dentro de la conocida
como Ofensiva del Levante.
Esta línea no estaba formada por una franja de fortines o refugios
hechos con cemento reforzado como había sido el Cinturón de Hierro de Bilbao en el año
1937 (y como
era la Línea Maginot en Francia), sino que era una "defensa
en profundidad" constituida por una red de trincheras y
refugios excavados para aprovechar el terreno áspero de las colinas que rodean Valencia por el norte y el noreste, lo
cual dificultaba destruirlas sólo mediante ataques aéreos y mucho más
tratándose de asaltos frontales a cargo de la infantería. Así pues, no se debe
entender como un completo sistema de búnkeres y
fortificaciones de hormigón armado, sino como un sistema de trincheras y
defensas en profundidad, que aprovechaban las dificultades orográficas
(especialmente las de la zona, como el Maestrazgo).
Así, en toda la línea destacaba la presencia de fortificaciones, trincheras y, en algunos casos, blocaos que en
determinados puntos se encontraban rodeados de alambre de espino, si bien en su mayoría
estas fortificaciones se encontraban en posiciones elevadas o con grandes
desniveles que las hacían inexpugnables a un asalto de infantería e
impracticables para el asalto de blindados y tanques.
La línea se extendía desde la costa del Mar Mediterráneo (a la
altura de Nules) hasta llegar a Santa Cruz de Moya (Cuenca),
constituyendo una enrevesada línea de posiciones que serpenteaba por las
provincias de Valencia, Castellón y una
parte de Teruel hasta
entrar en Cuenca. Su
extraordinaria longitud se debía a que estaba diseñada para proteger a Valencia
tanto de un asalto frontal (en un avance por la costa) como por el Oeste (a través
del frente de Teruel). En parte, fue diseñada y ejecutada bajo la dirección de Manuel Matallana, oficial del Ejército
Popular de la República que se había hecho cargo de las
tropas republicanas en el Levante y, en
definitiva, de la defensa de Valencia frente al avance franquista.
Amplía más la información en: http://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%ADnea_XYZ
LOS
AUTORES:
Juan
Francisco Fuertes Palasí; vecino
de Vall d´Uxó , Castellón.
Además de varios artículos en diversas publicaciones(Orleyl,
Revers, Mon Axtual, Revista de Burriana y
Camp d´ Espadar) el autor ha profundizado en el
estudio de la temática local en misceláneas como “El Temps
passat I” y “El Temps passat II”(2008) o en estudios de carácter etnográfico como
“El término municipal de Vall d´Uxó.
El patrimonio rural no catalogado”(2004), todos ellos editados bajo el
patrocinio de la Asociación Arqueológica de la Vall d´Uxó. Dentro de su faceta como historiador y en un primer
con la temática sobre la Guerra Civil , ha publicado el libro de memorias
“Diario de guerra”(editado también en Divalentis en
2010)…después ha retornado a la historia local con “ Vall d´Uxó , sus niños y sus juguetes” del año 2012.
Carlos Mallench Sanz; también de la Vall d´Uxó cuanta con una amplio
historial de dedicación y estudio sobre los episocios
de la Batalla de Levante desde numerosos foros especializados( Aular Militar Bermúdez de Castro de Castellón, Grupo de
Recreación Histórica “Línea XYZ” de Valencia y Asociación Arqueológica y Grupo
de Estudios de la Batalla de Levante de la Vall d´Uixó) Ha publicado diversos artículos de investigación
relacionados con la temática, entre otros: “La toma del Catillo de Vall d´Uixó durante la Guerra
Civil Española” (revista Orleyl, nº5 en 2008), “Teufels sobre Vall d´Uixó” (Revista Aigualit, nº12
2009-2010), “Memorias de Pascual Bono” (Revista Font, nº12, 2010) y “El
aeródromo de Betxí” ( libro que se publicará
próximamente y que obtuvo el segundo premio “Villa de Betxí”
en 2011. Ha sido coautor, junto a otros investigadores, del libro “La Guerra Civil en el Alto
Palancia”, editado por el Instituto de Cultura del Alto Palancia de Segorbe,
Castellón.
Conversamos
con el editor Sergio Guinot, de Divalentis:
-Sergio, ¿cómo es que te lanzas a fundar y
trabajar en una editorial pequeña como Divalentis?.
Por cierto, ¿por qué Divalentis?, ¿qué significa Divalentis?
- El núcleo de nuestro grupo ha funcionado como “editorial service”
desde hace casi 15 años, proveyendo a grandes editoriales de todo el mundo de
cualquier cosa que necesitasen relacionada con el mundo editorial: Textos,
ilustraciones, maquetación, DVDs... Hacíamos desde
cuentos infantiles a enciclopedias sobre medicina. Con esa experiencia, en el
año 2008 nos decidimos a crear nuestro propio sello editorial para dar salida a
aquellos proyectos a los que teníamos un especial cariño.
Divalentis es una palabra que unifica muchas cosas.
Es una larga historia, pero para resumir te doy algunas claves: me licencié en
farmacia por la universidad de Valencia y quería que el nombre de la editorial
tuviese una referencia a la química. El Helio, primer gas noble, tiene valencia
2, es "divalente". Además "dos valientes" fundamos la
editorial. Respecto a la procedencia, somos una editorial valenciana, así
que... en el nombre “Divalentis” vimos representas
muchas cosas importantes para nosotros.
-¿Con qué medios partes para hacerlo?
¡Porque no debe ser nada fácil!
- El estudio nos sirvió de plataforma. Escindimos algunos de los recursos del
estudio para formar el sello. No fue fácil porque el primer año nos dedicamos a
afianzar la plataforma, encontrar una buena distribuidora, etc.. Tuvimos mucha
suerte al lograr unir todas las piezas. A partir de ahí, empezamos a sacar
títulos.
-¿Cuál es el equipo humano de Divalentis ?
- Con los años han pasado bastantes colaboradores por la editorial, pero hay
tres personas que siempre hemos estado en el núcleo, todos con muchos años de
experiencia en el sector.
-¿Desde qué filosofía surge Divalentis?. O sea: ¿cuál es vuestra idiosincrasia, vuestra
razón de ser?
- Queremos crecer con nuestros autores. Intentamos que el autor mejore como
escritor en cada libro y que cada nueva obra de ese autor suponga un mayor
reconocimiento y afianzamiento en el mercado. La complicidad con los autores es
muy importante en nuestra manera de trabajar y entender la literatura. Nos
gusta hacer joyería artesana con las obras. Nuestras revisiones y procesos de
edición son muy detallados, por lo que se pueden dilatar bastante en el tiempo,
desde varios meses hasta años.
-¿Bajo qué
ilusiones salisteis a la calle?
- Nuestra meta era que el público valorase nuestras publicaciones y el proyecto
editorial. Si la gente cree en el proyecto, apoya a la editorial adquiriendo
sus productos y permitiéndonos continuar. Queremos que ese grupo se vaya
haciendo grande de manera sólida. Apostamos por ir ganando nuestro hueco en el
mercado poco a poco, haciendo bien las cosas.
-¿Con qué perspectivas?
- Siempre que me preguntan por perspectivas digo: “Hay que estar abierto para
lo mejor y preparado para lo peor”. Las perspectivas han cambiado junto con el
mercado editorial. Nuestras perspectivas hoy en día se remiten a ese
crecimiento lento pero seguro y creo que 2014 va a ser un buen año para
nosotros en ese sentido.
-¿Divalentis
se miró en algún o en alguna otra editorial a la hora de recoger este testigo?
- Tenemos la experiencia de haber trabajado para grandes multinacionales y para
pequeñas empresas familiares, así que intentamos coger lo mejor de cada casa
para crear una editorial con personalidad propia.
-Cuéntanos, ¿cómo ha sido (desde vuestra
fundación) vuestro camino como editores y cómo está siendo, en estos tiempos en
que esto del libro y el oficio de ser editor está siendo harto difícil?
- Ser editor siempre ha sido difícil. Mantener una editorial pequeña en un
mercado hipersaturado de títulos, que tiene hoy en
día unas ventas muy bajas, parece una labor casi imposible. Hay que luchar día
a día, respecto a eso y respecto a muchas otros problemas. En el último año,
cuando todo estaba más difícil, hemos crecido en reconocimiento y hemos
aumentado nuestro espacio vital dentro del mercado editorial español. Tuvimos
la suerte de estar en el los lugares indicados en los momentos más adecuados.
Por ejemplo, en febrero de 2013, las organizadoras del III Encuentro RA de
Madrid nos permitieron comunicar durante las jornadas los resultados de nuestro
primer certamen literario “150 Rosas”, y se produjo una muy buena interacción
con el público que ha sido semilla de muchas cosas. Son oportunidades que no te
cansas de agradecer. Ese efecto de acudir a los sitios y crear relaciones que
crecen y perduran es vital para nosotros.
-¿Qué temáticas quiere y/o acaricia Divalentis ?
- Respecto a temáticas, nos consideramos una editorial generalista. Ahora
tenemos diversas líneas de edición: infantil, ensayo histórico, novela negra,
novela romántica, autoconocimiento, teatro... Trabajamos aquello que
consideramos que tiene calidad y merece ser publicado.
-Desde el compromiso, ¿se puede hacer,
Sergio, buena literatura?
-Se puede luchar por la buena literatura y por los buenos autores. Hay que ser
honrado con la obra, ante todo, y no caer en la autocomplacencia o la
comodidad. Hay que intentar, desde la suma autor-editor, y hasta el límite de
nuestras capacidades, que cada novela sea la mejor versión de sí misma. Cuando
empezamos a editar una obra solemos plantear las preguntas: “¿Qué quiere ser
esta novela? ¿A qué aspira? ¿Qué le falta para conseguirlo?”. La respuesta a
estas preguntas suele ir acompañada de una enorme cantidad de trabajo, pero es
nuestra filosofía.
-¿Qué tirada tenéis, más o menos, por
cada título?
-Últimamente salimos con 500 o 1.000 ejemplares y esperamos a que la
distribuidora nos dé buenas noticias y nos pida más ejemplares.
-Ya sabemos cómo los peces grandes se
van comiendo a los chicos y en esto del mercado editorial y de los medios de
comunicación, con los grandes grupos y demás, es bestial .Y es aquí donde la
prensa debería jugar un elemental papel, haciéndose eco de .bueno, dime Sergio,
¿cómo os trata la prensa?
-Con el tiempo vas recogiendo alegrías y reconocimientos en forma de recortes
de prensa, entrevistas en radio, etc, pero es
complicado conseguir cosas. A veces hay que insistir durante meses hasta que un
autor puede ser entrevistado en un medio de comunicación. Es natural, somos
mucha gente llamando a las mismas puertas y hay que tener paciencia hasta que
llega tu turno.
-¿Cómo escogéis lo que vais editando? y
¿Cómo os planteáis el tratamiento del material?
-El equipo de lectura lee todas las obras que nos llegan. Después nos reunimos
y cada uno pone sus conclusiones encima de la mesa, que suelen estar
encaminadas a hacer posible la edición. Pero para eso el libro debe cumplir con
unos requerimientos de calidad y trabajo que muchas veces no se alcanzan. Somos
todo lo críticos que sabemos.
-¿Cómo te vas acercando a las obras que vas
publicando?
-Emocionalmente. Hay que entender la obra y apreciar sus puntos fuertes. Una
vez hemos hecho nuestro informe hablamos con cada autor y les comunicamos
nuestras conclusiones. Cómo ellos entiendan y aprecien nuestro trabajo es
fundamental para dar o no el siguiente paso.
-¿Cómo los vas descubriendo?
-Si te refieres a los autores, recibimos manuscritos continuamente, pero
también interactuamos con autores en presentaciones, ferias del libro, redes
sociales...
-¿Qué es lo que te motiva de ellos?
-A nivel personal, cuando dos personas comparten la pasión por la literatura es
fácil entenderse. A nivel literario, me emociono cuando descubro un manuscrito
trabajado en cuanto a ideas, impulsos, estructura... Eso es algo que salta a la
vista para los profesionales del sector. Aunque la obra tenga algunos defectos,
tienes esa sensación mágica de: “¡Aquí hay una novela!”.
-¿Qué te motivó, en el caso que nos
ocupa hoy, LA BATALLA OLVIDADA? ¿Cómo ha sido trabajar con estos dos autores ?
-Ya había trabajado con Juan Francisco Fuertes en “Diario de Guerra” y “Vall de Uxó, sus niños y sus
juguetes”. Es un autor muy detallista que estudia e investiga mucho antes de
comenzar a escribir. A mí me maravillan sus obras y nos sentimos orgullosos de
que él cuente con Divalentis. Sabía que llevaba ocho
años investigando para LA BATALLA OLVIDADA y estábamos deseosos de comenzar el
proyecto. Con Carlos Mallench no había trabajado
antes, pero es una enciclopedia andante y da gusto encontrarse con alguien que
tiene tanto que aportar. El trabajo fue codo con codo, revisando cada detalle
de la maquetación, la portada, etc.
-¿ Y a quién va destinado, querido
editor, el título del libro?
-Bueno, como Juan Fuertes dice en la sinopsis, La llamada Batalla de
Levante es el episodio menos tratado en la historiografía de la Guerra Civil,
relegada —de manera deliberada en unos casos o inconscientemente en otros— a
una condición de batalla menor o "anécdota" periférica, que no
corresponde con la realidad. En 2013 fue el setenta y cinco aniversario de este
conflicto, con lo que nos parecía una fecha señalada para hacer memoria de lo
que ocurrido. Fueron situaciones horribles que no deben caer en el olvido, si
queremos aprender algo de ellas.
Cazarabet
conversa con Juan Francisco Fuertes Palasí: y Carlos Mallench Sanz, autores del libro La batalla olvidada.
-Amigos ¿por qué un libro,
hoy y ahora, sobre esta batalla, la del Levante? ¿Qué os ha llevado a cabo a
desarrollar este trabajo?
-Cuando
comienzo a desarrollar el proyecto de narrar una batalla de Levante, allá por
2003 ó 2004, prácticamente nada se había escrito sobre ella desde 1977 en que
Martínez Bande publicó su monografía “La ofensiva
sobre Valencia”. La temática general sobre el conflicto apenas hablaba de
aquellos tres meses de feroces combates. Cualquier obra que consultaba,
ventilaba la batalla de Levante en unas pocas líneas: el ejército franquista
llegaba a Vinaroz, el Maestrazgo era conquistado tras
muchos sacrificios y ya está, inmediatamente venía el paso del Ebro y ya nunca
se volvía a hablar de Levante. Por otro lado, apenas existían estudios locales
sobre los que apoyarse a la hora de enfrentarse a la elaboración de la
historia.
La
batalla de Levante había sido postergada por unos y por otros. A lo largo de
cuarenta años a los hagiógrafos del franquismo no les gustaba recordar aquel
empecinamiento del Generalísimo en avanzar hacia Valencia a costa de una gran
sangría por parte de sus hombres. Por otro lado, la propaganda comunista no
hizo ningún esfuerzo en elogiar la figura del general Menéndez —auténtico héroe
de Levante e igualmente olvidado— y se centró en honrar a los suyos y a su papel en el Ebro: Líster, el Campesino, Tagüeña,
Modesto… Finalmente la batalla de
Levante había quedado para la Historia como un acontecimiento secundario, una
especie de escaramuza sin más importancia. Un detalle revelador: la batalla de
Levante es, después del Ebro, el episodio de la guerra civil en el que más
medallas militares repartió el ejército franquista, esto se traduce en el
enorme sacrificio y en la gran sangría que supuso aquel acontecimiento y no
fue, desde luego, una “circunstancia superficial” dentro de nuestra gran tragedia.
Ahora, en
el transcurso de estos años, afortunadamente, se ha ido haciendo justicia para
la historiografía en lo que respecta a nuestra “batalla olvidada”, y cada vez
son más las obras que se centran el episodio levantino y, en suma, en un mejor conocimiento
de nuestra propia historia, que los valencianos parece que tenemos tendencia a
olvidar o ignorar, cuando no a menospreciar.
-¿Cuál ha sido vuestra metodología
de trabajo?-El levante español entre el 37 y el 38
todavía constituía un punto aparentemente “firme y fuerte” para los
Republicanos cada vez más “saturados” y “desbordados” en otras partes del
Estado. Entonces se “reconquista” la ciudad de Teruel para, luego, volver a
perderla, en un desgaste brutal tanto físico como mental de las tropas, además
de las pérdidas….¿es éste el punto de inflexión más importante en la Guerra
Civil Española? Explicaros un poco.
-Ante
aquella sequedad documental la metodología de trabajo pasaba por intentar
recuperar cuantos más episodios posibles de la batalla de Levante y, como en un
puzle, recopilar las “piezas” de entre
los relatos generales de la guerra para ir construyendo una narrativa cómoda a
los ojos del lector, esa era al menos mi intención; en la bibliografía de la
obra queda buena muestra de todos los textos consultados. Después ha habido que
recurrir a la memoria oral de las informaciones directas, cada vez más escasas,
tanto de los combatientes como de los civiles testigos de aquellas tremendas
jornadas. Desde el inicio de la investigación, y con el correr de los años, la
progresiva aparición de monografías locales, como decía, ha proporcionado más memoria a nuestra Batalla Olvidada, lo
que ha facilitado la labor. Y finalmente, no hay que olvidar la búsqueda en el
archivo de referencia cuando se quiere investigar sobre la guerra civil: el
Archivo General Militar de Ávila, inmensa fuente que ha aportado no poca
información de gran interés y que restaba todavía inédita a los ojos de los
historiadores y para el tema que nos ocupa.
Con todos
los datos recogidos y siguiendo las últimas tendencias en el campo del
tratamiento de la Historia, como decía, he querido confeccionar una narración
amena, alejándome de relatos excesivamente espesos, de datos puramente cuantitativos,
procurando sumergir al lector en el propio desarrollo del acontecimiento,
intentando ponerme en la piel de los protagonistas y valorando los elementos
más intangibles de la Historia como el estado anímico de soldados y población
civil o la influencia de la meteorología
en el desarrollo de los acontecimientos, por ejemplo.
Durante
toda la guerra no hay punto de inflexión. Desde el primer momento los fascistas
van encadenando, con mayor o menor dificultad, victoria tras victoria, mientras
que el Gobierno va perdiendo territorio, y con él, hombres y recursos. Otra
cosa es hablar de puntos de inflexión hipotéticos si en un momento de la guerra
se hubiera actuado de una u otra manera, pero estos son innumerables. Desde el
primer día: ¿qué hubiera sucedido si se impide a las fuerzas africanas cruzar
el Estrecho?; hasta el último: ¿hubiera podido la República resistir medio año
más si Casado no se subleva en Madrid y así enlazar el conflicto español con la
Segunda Guerra Mundial? En realidad después de Teruel la República está
perdida, el pesimismo atenaza a todos, Prieto dimite y hasta el propio Azaña
piensa en abandonar. En todo caso, es en este momento cuando podemos hablar de
un punto de inflexión, el de la bolchevización definitiva de la República. El
presidente Negrín toma la decisión de abrazar a los
comunistas, no le gusta, pero no tiene más remedio. Stalin es el único valedor
de la República y por encima de todo hay que resistir. Los comunistas inflaman
las filas republicanas en una mezcla de llamamiento al heroísmo de la población
y política del terror sobre el propio ejército. Muchos militares leales
aborrecen estas conductas, y esta “estalinización” a
ultranza del Ejército Popular devendrá finalmente en el mencionado golpe casadista.
-Cuando los caballos de los golpistas se bañan en Vinaròs, partiendo, definitivamente, a las tropas
republicanas ¿ya estaba todo perdido?
-No, la
última baza era la guerra defensiva: retroceder aprovechando las ventajas del
terreno, desgastar al enemigo y ganar cuanto más tiempo mejor. Ahí radica
precisamente la importancia de la batalla de Levante dentro del contexto de la
guerra civil. Levante es la encarnación de la resistencia de la República
propugnada por Negrín y exigida a sus hombres hasta
la saciedad. La resurrección de un Ejército Popular completamente desarbolado
tras el desastre de Aragón sorprende a los franquistas y el gran maestro que
sabe interpretar a la perfección los anhelos del Presidente es el general
Leopoldo Menéndez, un auténtico héroe de la República que ha permanecido
prácticamente ignorado durante estos 75 años, hasta el punto que ni los más
prestigiosos historiadores son capaces de mencionarlo en sus obras y mucho
menos identificar su figura.
-¿La República, desde
entonces, pretendió dilatar, como fuese la contienda para ver si se producía el
estallido de la guerra continental e internacional y así poder tener
posibilidades de verse auxiliada?
-Esa era
la última carta de Negrín. La aportación de la
batalla de Levante a estos propósitos es nada menos que de tres meses de
resistencia. Todas las potencias democráticas han abandonado a la República.
Por todos los medios Negrín había intentado
convencerlos de que la República estaba aún viva y en el envite del Ebro casi
lo consigue. Pero tras los acuerdos de Múnich, Hitler domina la situación, todo
el mundo comienza a temblar y a nadie le importa ya lo que suceda en España. La
República está definitivamente sola y después del Ebro todo está perdido, el
último envío de material soviético, con la frontera francesa cerrada, no llega
y el golpe de Casado acelera la descomposición.
-Pero esas posibilidades…
¿no es verdad que nunca se contemplaron a raíz del pacto de no-intervención,
vetos y demás…?
-De
haberse hecho realidad los deseos de Negrín —enlazar
ambos conflictos —a los franco-británicos les hubiera faltado tiempo para
aliarse con la República. Ciertamente la Unión Soviética pacta con Hitler en un
acuerdo de “no agresión” que desconcierta a todos. En este contexto de búsqueda
desesperada de aliados contra los nazis la posición geoestratégica de la
Península hubiese pesado de una manera inmediata del lado de las potencias
democráticas, cerrando instantáneamente el Mediterráneo. Sin duda la República
se hubiera salvado, pero bien es cierto que la devastación sobre una población
y un territorio en ruinas hubiera sido terrible.
-A vuestro entender, ¿los
intereses económicos de las grandes potencias (USA, Gran Bretaña, Francia…),
fascistas o no, acabaron por ahogar cualquier esperanza de la II República?
-Desde el
primer día la República pierde una batalla fundamental, la de la propaganda.
Los rebeldes, que se saben en desventaja, les ganan la mano siempre sobre las
naciones democráticas que hubieran podido auxiliar al gobierno republicano. Ante
la opinión pública de Londres, de Nueva York o de París son ventilados con
habilidad los desmanes turbulentos de los primeros meses de revolución,
inmediatamente después del Golpe de Estado. El gobierno de la República no
puede, o no sabe, hacer nada para evitarlos: las imágenes de iglesias en
llamas, de cadáveres momificados de las monjas exhibidos frente a los templos
profanados, los gestos irreverentes de milicianos empuñando las pistolas, las
espeluznantes fotografías de personas asesinadas por las hordas… la propaganda
franquista trabaja con gran eficiencia y los sectores conservadores europeos y
americanos se escandalizan ante esta visión del “terror rojo”. Igualmente,
durante la vorágine revolucionaria, los intereses económicos de las potencias se
verán amenazados por la expropiación y por la incautación a manos de los
incontrolados. Es precisamente en ese momento cuando la República está
perdiendo una guerra que no ha hecho más que comenzar, todos los esfuerzos
posteriores por lavar una imagen que recordaba demasiado a la revolución
soviética no le valdrán. La República pecó durante sus ocho años de vida de
exceso de bisoñez o de candor, el extraordinario nivel humano e intelectual de
muchos de sus dirigentes no estaba hecho para las alcantarillas de la política.
Definitivamente, las democracias occidentales se alejaron desde bien pronto de
la República española y lo que pesó en su contra, más que los intereses
económicos de las potencias, fue el temor de estas a que en España surgiera un
estado revolucionario de corte bolchevique, con el consiguiente desequilibrio
en las zonas de influencia de las potencias internacionales. ¡Un estado
comunista en las puertas del Mediterráneo! No, eso no lo hubieran permitido
jamás.
-A vuestro parecer qué importancia tuvo en la victoria
final la ayuda que recibieron los franquistas y golpistas por parte de
alemanes, italianos, tropas del Norte de África,….
-Una
importancia indiscutible, en armas, en logística, en hombres, en tácticas, en
material, en el mar, en el aire… Si el Comité de No Intervención hubiera
funcionado de un modo tan estricto con los fascistas como con la República,
Franco no gana la guerra, con toda seguridad.
-Los bombardeos fueron en
todo momento muy determinantes a favor de los intereses franquistas. ¿Qué
importancia tuvieron estos en la batalla del Levante?
-Efectivamente
a aquellas alturas de la guerra el dominio del aire por parte de los fascistas
era indiscutible y la utilización de los bombardeos, tanto sobre objetivos
militares como poblaciones, fue abrumadora. En el caso de las acciones sobre la
población civil, las protestas internacionales ante masacres como las de Granollers, Barcelona o Alicante (centrándonos sólo en el
área mediterránea) no sirvieron de mucho. Estas acciones de terror no fueron
más que ensayos a pequeña escala de lo que habría de venir poco después durante
la guerra mundial en el que el poder destructivo de las bombas se multiplicó de
una manera asombrosa en el breve plazo de un par de años.
En lo que
respecta a las acciones sobre objetivos militares, el daño económico fue
tremendo y finalmente acabó asfixiando a
la República. El bombardeo sobre tropas, puertos, estaciones, almacenes y
convoyes fue incesante y letal. Hundir prácticamente en el puerto a un barco cargado
con material de guerra, con petróleo o con víveres, era como hundir un preciado
tesoro del que el ejército y la población estaban tan necesitados y eso
afectaba también a la moral de ambos que veían impotentes cómo la capacidad de
respuesta propia era prácticamente nula.
-Explicadnos un poco cómo
fue y se organizó, por parte de las tropas franquistas, la ofensiva sobre
Valencia
-Los
franquistas venían de Aragón con una moral altísima, pensando que a la guerra
le quedaban unas pocas semanas y que tenían enfrente a un ejército republicano
completamente desarbolado.
Tras la
decisión de Franco de seguir hacia Valencia, las fuerzas de Aranda descansan un
par de días en Vinaroz y emprenden la ofensiva de
Levante convencidos que el camino hacia el sur iba a ser un paseo de turismo
por la costa. Pero cuando a lo largo de la sierra de Irta
ven como los republicanos se agarran al terreno comienzan a darse cuenta de que
aquello no va a ser tan fácil. Franco que ya pensaba en despedir a la Legión
Cóndor y a la Legionaria italiana debe rectificar. El cerrojo levantino que
parecía carcomido no salta y los fascistas lo intentan por la puerta de atrás:
García Valiño se traslada con sus hombres al
Maestrazgo para forzar desde allí, mientras que Varela empuja desde Teruel.
Pero si ambos avanzan es a costa de mucha sangre, y por si fuera poco, la
climatología se alía con los republicanos. Después de un durísimo invierno los
requetés de Valiño que soñaban con el sol del
Mediterráneo se encuentran con una primavera espantosa: viento, lluvia,
granizo, nieve… y así un día, y otro y otro. La moral está por los suelos, pero
la República no puede aprovecharse del bajón enemigo. Tres meses les costará
conquistar una provincia de Castellón que tienen completamente rodeada y sobre
la que están actuando los mejores hombres, los más prestigiosos generales, gran
parte de su artillería y todo el potencial de su aviación.
Sólo el
paso del Ebro del 25 de julio acaba con la torpe obcecación de Franco en aquel
avispero. Su terquedad costará finalmente
miles de vidas a sus hombres.
-¿Y cómo las fuerzas
gubernamentales pasaron a la defensiva?
-En las
cabezas de Saravia y de Menéndez está precisamente la gloriosa resistencia de
la República. Ambos, como militares profesionales que son, saben interpretar
los deseos del presidente Negrín y saben también de
la inferioridad de sus armas y de la limitación de sus hombres, en especial de
sus mandos intermedios. Por tanto la batalla defensiva que emprenden es de
manual: aferrarse a la ventaja que proporciona el conocimiento del terreno, ir
retrocediendo en orden, desgastar al enemigo y proporcionar tiempo al mando
para permitirle planificar la situación con calma.
¡Cuán
interesantes hubieran sido unas memorias de ambos generales! pero para más
abundancia de nuestra “Batalla Olvidada” tampoco ellos nos han dejado
testimonio alguno (al menos que se sepa, hoy por hoy).
-¿Cómo se perdió
Castellón?. Las imágenes de sus calles devastadas por los bombardeos son
dantescas…
-Castellón
se perdió porque tenía que perderse, no era una ciudad fácil para la defensa;
tomadas las alturas cercanas por los rebeldes, no se movía nada sin que ellos
lo supieran. Cualquier intento de defensa hubiera concluido en el copo
irremediable de las tropas en su interior, de hecho cuando los franquistas se
cuelan en Villarreal, los republicanos tienen que salir pitando de la capital.
Aquí, precisamente, es donde los grupúsculos comunistas más violentos, antes de
retirarse, se ensañan con la población en la comentada política de terror y
desesperación del que irremisiblemente ve acercarse día a día la derrota.
Castellón
no fue una de las ciudades que más destrucciones sufrió. Creo que no estaba en
la mentalidad del mando pedir el sacrificio de sus hombres soportando cercos
numantinos. Las órdenes eran de resistir, sí, pero también las de retirarse sin
pánicos ni desbandadas como las de Aragón para hacerse fuertes más atrás, en
este caso tras la línea del Mijares.
-Explicadnos para “ganar”
la batalla del Levante tuvo mucha importancia la
estrategia sobre el terreno con Sierra Espadà
de fondo….cómo se desarrolló allí la batalla para ganar el Levante
-Después
de la conquista de Castellón, de Villarreal y de Burriana,
al estudiar el plano topográfico, los fascistas debieron de pensar que la
provincia de Valencia ya estaba a un tiro de piedra; con un empujoncito más
llegaban a Sagunto, sus altos hornos y su puerto. Pero de pronto, enfrente, se
les abrió una tremenda barrera montañosa que les iba a deparar más de una
sorpresa. Por si fuera poco el tórrido y húmedo verano mediterráneo ya estaba
encima. La moral, que no andaba muy alta, se volvió a resentir tras los
primeros intentos de asalto a la sierra.
Efectivamente,
una de las peculiaridades nunca estudiadas de aquella batalla defensiva y de
resistencia es la configuración orográfica de la sierra de Espadán.
El relieve de la sierra no se parecía en nada al terreno montañoso sobre el que
los franquistas habían combatido y para afirmar esto hace falta conocer bien Espadán.
La sierra
de Espadán, sin poseer alturas excesivamente
elevadas, es una espina montañosa que desde la costa penetra hasta Teruel en
una serie laberíntica de cerros, barrancos, picos rocosos, hendeduras y cantizales
en un continuo “sube y baja”, donde el dominio de una cota no aseguraba la
conquista del sector. Los republicanos conocían el terreno y los ingenieros de Matallana habían hecho un buen trabajo en su línea XYZ, sin
duda. Probablemente el farallón rocoso del castillo de Castro era la clave de
todo el sistema defensivo y los franquistas no pudieron con él, una y otra vez
se estrellaron en sus empinadas laderas. En el vértice Rápita, cota igualmente
importantísima que superaba los mil metros de altitud, sucedió no mismo, allí
legionarios, moros y requetés cayeron por cientos. Ni la artillería ni la
aviación podían actuar con precisión dónde y cómo querían. Podemos decir que
Menéndez y la sierra de Espadán son las grandes
estrellas de la batalla de Levante.
-¿Cómo fueron los últimos meses de esta batalla?
-La
batalla de Levante propiamente dicha finaliza el mismo 25 de julio, cuando las
fuerzas de Modesto cruzan el Ebro. A los franquistas les pilla totalmente por
sorpresa, precisamente cuando estaban a punto de reventar el cerrojo por Viver-Segorbe. Los ocho meses restantes en la línea del
frente levantino son los característicos de un frente estático, en donde ambos
contendientes están demasiado agotados como para hacer alardes de fuerza. No
obstante, durante este periodo, se desarrollarán algunos episodios por parte
del Ejército Popular con el fin de sobresaltar a los nacionales y aliviar así
la presión en el Ebro. Los franquistas resolverán estos sustos aportando
algunas fuerzas de reserva sin incomodarse demasiado; su superioridad, ya en el
otoño de 1938, es manifiesta. Por el contrario, la planificación de estos
intentos ofensivos por parte de la República adolecerán de los aspectos ya
mencionados: la mala preparación de sus mandos intermedios y la falta de
recursos materiales.
Como
muestra, la operación de noviembre sobre Nules será
un desastre en todos los sentidos. Allí Gustavo Durán dispondrá de cuantiosos
medios, pero la planificación resultará pésima: el avance mediante el apoyo de
una masa de carros de combate a través de una zona de marjal completamente
anegada por las lluvias de la época, el cruce de innumerables canales y
acequias en el sentido transversal al avance, la perfecta observación enemiga…
constituirá una ratonera en la que ambos contendientes se desangrarán de nuevo
sin obtener resultado alguno.
El
estudio y planificación de todos estos movimientos por parte del alto mando
republicano en la recta final de la guerra son una extraña mezcla de esperanza
en la victoria y una entrega indolente de quien lo sabe todo perdido.
-En toda esta batalla:
¿pudo hacer algo más la II República y su ejército o todo era como un dominó
que venía precipitándose desde la caía de Teruel, la pérdida del frente de
Aragón, luego, más tarde, la batalla del Ebro…?
-A estas
alturas a la República le restaba un hilillo de vida, estos últimos meses son
de pura supervivencia para ella. Prácticamente abandonada por todos sólo cuenta
con sus exiguas fuerzas. Si Franco hubiera consentido una negociación como la
que proponía Negrín en sus “trece puntos”, Azaña la
hubiera aceptado sin demasiados obstáculos. Primero para evitar más
derramamiento de sangre, pero sobre todo porque la República ya no dependía de
ella, sino de los acontecimientos internacionales.
-Juan Francisco este libro
está realizado más desde la mirada del historiador o desde la mirada del
militar…
-Necesariamente
un libro sobre historia militar debe contemplar ambos prismas y eso siempre es bueno.
Recordemos que las tendencias hacia la llamada “Historia Total” contemplan
estudios históricos multidisciplinares en los que todas las ciencias tienen
cabida: economistas, historiadores, geógrafos, sociólogos, lingüistas,
filósofos…
Evidentemente,
la participación de todas estas disciplinas convierten a la obra histórica en un compendio erudito de difícil
asimilación para el lector de a pie. De modo que, lo que la actual técnica
histórica exige es salir a la calle y hacerla “comprensible” para el público:
la ciencia no sirve de mucho si se queda dormida en las universidades o en los
grandes centros del saber.
La
técnica multidisciplinar en la Historia hay que adaptarla para hacerla llegar a todos mediante la confección de una
narración asequible, un relato digerible por el lector y que, mucho cuidado, no
debe confundirse con la novela histórica, que tanto éxito está teniendo en el
mercado editorial. Esto el lector debe tenerlo presente a la hora de abrir un
libro de historia.
-¿De qué te ha servido la
experiencia como militar en esto?
Poder
saber, aunque sea de lejos, cómo se enfrenta un militar profesional a una
situación como la de una gran batalla es fundamental. Salvando las distancias
con los estudios de Estado Mayor, en las academias militares se empolla la
doctrina, la táctica o la topografía, son conocimientos que te hacen comprender
la enorme complejidad a de enfrentar una tropa propia
al enemigo. La teoría muestra la necesidad de dotar convenientemente a una
fuerza de miles de hombres de los medios de vida y de combate si se quiere
alcanzar el éxito. Cualquier detalle es fundamental, desde el pedazo de pan que
el combatiente recibe cada día hasta las previsiones meteorológicas. Permíteme
una sentencia que está grabada en la cabeza de cualquier militar y que lo
resume todo: “por un clavo una herradura, por una herradura un caballo, por un
caballo un general, por un general una batalla y por una batalla un reino”.
Indefectiblemente
un general necesita de un Estado Mayor competente que sea capaz de prever y
resolver todas aquellas complejidades. Con toda la información proporcionada
decide lo más conveniente para sus hombres a cada momento y sus errores se
pagarán con miles de vidas. De manera que los caudillos populares del ejército
republicano se formaron sobre la marcha, aprendiendo a fuerza de despropósitos,
muchos superaron en competencia a los propios militares profesionales, otros en
cambio no sabían ni leer un plano topográfico…
En
resumen, son innumerables los pormenores que influyen en una batalla, y a la
hora de trasladar ésta a la Historia hay que tenerlos en cuenta, conocerlos y
señalarlos para alimentar el relato. Todos ellos ayudan a conducir un episodio
en el que el lector se pueda sumergir.
Desde mi punto
de vista, limitarse a mencionar unas unidades que se mueven por aquí y por allá
conquistando esta posición o aquella cota es fabricar una historia muy
pobre.
-Me decías que no conocías
a nadie que entendiese más de la Batalla del Levante como Carlos Mallench y suponemos que “recurriste” a él por esa razón.
¿Cómo ha sido colaborar con él?
-Cualquier
persona que desee saber algo sobre la batalla de Levante debe hablar con Carlos
Mallench. Sería atrevido por mi parte afirmar que
Carlos es la persona que más sabe sobre el episodio levantino, pero con toda
seguridad es uno de los que más lo conocen: las unidades, los protagonistas,
los vestigios, los archivos… todo. De manera que aprovechándome de la amistad
con Carlos, sus conocimientos en todo lo que a material documental se refiere
fueron una inestimable aportación a nuestra “Batalla Olvidada”.
Por otro
lado, era preciso que una historia de aquí fuera hecha por gente de aquí. Desde
nuestra tierna adolescencia hemos pisado estos montes, hemos contemplado los
restos, hemos escuchado las historias —y los silencios— de nuestros abuelos
para, finalmente, poder transmitirla de una manera lo más fehaciente y cercana
posible.
-Y, ¿cómo ha sido la
colaboración con Divalentis?
-El
trabajo de Divalentis en la maquetación de la obra y
en el tratamiento de la fotografía ha sido magnífico. Necesariamente partíamos
de la obligada limitación del presupuesto, al que había que ajustarse para
poder hacer competitivo el libro en los estantes, había que pensar en los bolsillos
de los lectores, que no están para muchas alegrías. Todos hubiéramos deseado
una edición más lúcida, en las cubiertas, en los tamaños, en el papel… pero el
mercado editorial, como todo, está en franca crisis y hay que adaptarse para
sobrevivir.
Pero esa
es otra “batalla”.
12687
La batalla olvidada. Juan Francisco Fuertes Palasí, Carlos Mallench Sanz
247 páginas
16,00 euros
Divalentis
La llamada Batalla de Levante
es el episodio menos tratado en la historiografía de la Guerra Civil, una
batalla menor, una "anécdota" periférica que —de manera deliberada en
unos casos o inconscientemente en otros— ha sido siempre relegada.
Podemos hablar sin un ápice de exceso de una Batalla Olvidada en la que los
trascendentales sucesos de los frentes castellonenses han quedado disueltos,
como desvinculados del necesario encadenamiento de la crónica de nuestra
contienda.
Huyendo de tediosos análisis estructurales y cuantitativos este libro pretende,
siguiendo un modelo narrativo y ameno, recuperar para la Historia la llamada
Batalla de Levante, una de las operaciones militares en la que más unidades se
movieron, la que concentró a las más selectas unidades franquistas, la gran
mayoría de sus capacidades de fuego, la práctica totalidad de sus generales, la
que más estragos y destrucciones causó sobre las poblaciones y una de las que
más víctimas militares y civiles provocó. La historia arrinconada de la
resistencia en la sierra de Espadán, prácticamente a
las puertas de Valencia, y que resultó ser clave para prolongar la agónica
supervivencia de la República durante varios meses más.
_____________________________________________________________________
LA LIBRERÍA DE CAZARABET - CASA SORO (Turismo cultural)
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069
http://www.cazarabet.com/lalibreria
https://www.facebook.com/javier.diazsoro
https://www.facebook.com/sussanna.anglesquerol