La
Librería de El Sueño Igualitario
Círculo Rojo ha sacado hace bien poco este libro
muy singular: que se aproxima al tiempo histórico de República y Guerra Civil
en La Mancha de Ciudad Real entre los años 1931 a 1939. El libro es, de veras,
muy acertado porque no es pretencioso y porque es claro en todo lo que quiere
contar y transmitir…va a donde quiere ir desde un principio. El autor, del que
hablaremos más u mejor más abajo….pretendía ser escritor y contar historias…ser
un cuentista y ha terminado escribiendo, muy bien por cierto, un libro de
investigación histórica. Nos cuenta lo que pasó, en un instante temporal, y nos
lo pone aquí delante para que “nos informemos”. Es un libro, éste, muy honrado
en todos los terrenos.
El autor que hoy les presentamos y al que nos acercamos es un personaje
bien particular y que gusta a la gente porque se acerca a ellos, a nosotros, de
manera muy particular y amigable. Nuestro encuentro fue por teléfono y a raíz
de enterarno, por la editorial Círculo Rojo, que le
habían editado este libro de Memoria Histórica como es Mancha Roja. República y
Guerra Civil en La Mancha de Ciudad Real (1931-1939). Manuel es una persona
cercana que, desde un primer momento, nos facilitó el trabajo , aunque este
cuando se trata de adentrarse en los psajes de la
historia, a menudo, sea un poco arduo….Nada de eso, el presente escritor o
contador se acerca muy bien a este episodio de episodios y nos lo cuenta muy
bien, como muy “clarito”, lo que es de agradecer.
Sepamos un poco más de este escritor:
Nacido en Alcázar de San Juan, Mariano Velasco
Lizcano es Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad
Nacional de Educación a Distancia (UNED) y ha realizado numerosos Cursos
Universitarios en el área del Medio Ambiente y la Educación Ambiental.
Actualmente, desarrolla una intensa actividad como conferenciante e imparte
cursos relacionados con sus investigaciones.
De los sucesos acaecidos durante los años de la
República y la Guerra Civil en La Mancha se ha escrito mucho ,nos comenta
Mariano Velasco “tanto que volver a insistir sobre ello puede suponer una
auténtica temeridad. Sin embargo, estoy convencido de que siempre puede
aportarse algo, de que puede hacerse un buen trabajo de compilación si ello
supone una revisión crítica de la literatura existente, y ésta se expone con
claridad de modo que se pueda ofrecer una panorámica inteligente y útil para
especialistas o gente interesada que no haya estudiado en profundidad el
problema a tratar. En mi caso particular, creo que ese ha sido el motivo ¿Por
qué ocurrieron aquellos hechos? ¿Cómo fue posible tanta barbarie criminal entre
familiares, vecinos y conocidos”?
Mariano Velasco Lizcano nació en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) el
día 4 de diciembre de 1956. Es Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la
Universidad Nacional de Educación a Distancia
(UNED). Ha realizado, así mismo, múltiples Cursos Universitarios en el
área del Medio Ambiente y la Educación Ambiental.
Ha participado activamente en el movimiento ecologista, centrando sus
preocupaciones en el área del Alto Guadiana y la problemática hídrica inherente
a los acuíferos manchegos. Fundó en 1992 la Asociación Ecologista para la
Defensa del Acuífero 23 (AEDA 23), y fue cofundador en el año 2002 de la
Asociación “Ojos del Guadiana Vivos”.
Premio Periodístico Nacional “Salvad Las Tablas” año 2000, ostenta, así
mismo, muy diversos galardones obtenidos en más de un centenar de concursos
literarios, modalidad de cuento, narrativa breve, artículo periodístico y
ensayos de ecología y educación ambiental. Desarrolló su Tesis doctoral bajo el título de “100 años en el desarrollo de la Cuenca Alta del río Guadiana:
1898-1998”, trabajo que obtuvo el 1º
Premio de Investigación a Tesis Doctorales del Consejo Económico y Social de
Castilla La Mancha, año 2004. Actualmente desarrolla una intensa actividad
como escritor, conferenciante, ponente y divulgador de temas relacionados con
esta problemática ecológica y social.
Publicaciones[1]:
Escribir a Laura, XVII Certamen Literario Carta Puebla, Ayuntamiento de Miguelturra, 1995.
Ruidera: un modelo de desarrollo
insostenible en el Campo de Montiel, Dip. Albacete,
1998.
El Motín // Correo 021 Parada Accidental. Cuentos Históricos. Patronato
Municipal Cultura, Alcázar S. Juan, 2001.
Por la ruta de Don Quijote… y Azorín, Patronato Municipal Cultura
Alcázar de San Juan, 2002.
Hablemos del Acuífero 23, JCCLM, año 2002.
100 años en el desarrollo de la cuenca alta del río Guadiana: 1898-1998.
Consejo Económico y Social CLM, 2005
Crónicas del caminar, El Toboso, 2005
De Ruidera a Daimiel:
crónicas del caminar. Consorcio Alto Guadiana, año 2010.
Cuentos Históricos II, Patronato Municipal de Cultura, Alcázar de San
Juan, 2013.
Mancha Roja: República y Guerra Civil en la Mancha de Ciudad Real
(1931-1939), Editorial Círculo rojo, 2013.
Participación
en libros colectivos[2]:
Daja-Tarto, truculento y casi omnívoro
y otros relatos. II Premio Hoz del Huecar, 1998
XVII Certamen de Cuentos “Villa de Lodosa”, 1998
Cuentos y Relatos Cortos (Certamen Torralba de Calatrava, años 1997-2004),
año 2006.
Mujer, su mundo y vivencias: relatos breves “Día de la mujer 2006” Navalmoral de la Mata, año 2007
Relatos para Sallent (III y IV Certamen de
Relatos Cortos “Luis del Val”, año 2007.
Colaboraciones
en Prensa:
(Desde
1991 hasta momento actual)
Lanza de Ciudad Real
El Día de Ciudad Real
La Tribuna de Ciudad Real
Canfali, semanario comarcal
Alcázar de San Juan
El Semanal de La Mancha
Diario 16 de CLM. Artículo de opinión especializada semanal, 1995-1998.
Colaboraciones
en Revistas:
Quercus (artículos de opinión
desde 2001)
Revista AEMS Ríos con Vida (desde 1992)
Cazarabet conversa con Mariano Velasco Lizcano
-Mariano,
presenta un poco tú mismo qué es tu libro y a quien va destinado
- Pertenezco a esa primera generación que no vivió la Guerra Civil, ni aún
su postguerra entendida como los tiempos del hambre, la miseria, el miedo y la
persecución. Por eso mismo me considero un miembro más de todos aquellos que
conocimos lo acontecido en la contienda y sus secuelas a través de un conjunto
de referencias orales que nos fueron contadas por aquellos familiares cercanos
—abuelos, padres, tíos— que sí la vivieron y que nos transmitieron con ello su
sesgada y en muchos casos imperfecta visión, pues siempre la interpretaron
desde el ardor pasional del lado desde el que le tocó vivirla a cada cual y con
diferente grado de dolor según el sufrimiento que suscitaba en cada
interlocutor.
En mi caso particular, lo que quedó fue la
idea de la terrible represión sufrida por el abuelo en los primeros meses de la
contienda y su fusilamiento posterior, las incautaciones, la penosa vida en el
frente de aquellos de la familia que tuvieron que marchar, y el miedo y las
muchas penurias soportadas por los que quedaron atrás.
Así, pues, he vivido encasillado por tradición
familiar y las condiciones de una vida pueblerina y rural en una de las «dos
Españas», lo cual no está, ni bien, ni mal, ni tan siquiera es diferente a lo
que le vino a ocurrir a la mayoría de los miembros de mi generación. Lo
dramático deviene cuando uno no se siente ni piensa según el estereotipo que le
tienen asignado; cuando uno elabora su propio posicionamiento ideológico y se
sabe distinto a toda esa tradición que tan digna o indignamente le inculcaron,
tanto el propio sentir popular, como el más cercano ambiente familiar.
Esa ha sido la principal razón que ha motivado
que durante muchos años haya vivido con el deseo innato de querer conocer, con
un atisbo de objetividad, todo aquello que me habían contado y que nunca
alcancé a comprender e interpretar ¿Cómo fue posible tanta barbarie criminal
entre familiares, amigos y conocidos?
«Mancha Roja» constituye el compendio de las
respuestas que encontré; es el resultado final a esas ganas objetivas de
conocer. Si ello añade la posibilidad de contribuir a clarificar un poco más lo
ocurrido con cierta objetividad, ya supone mucho más de lo que nunca pensé
alcanzar.
-Me parece
que este libro quiere ir a más. Leyéndolo me da la impresión, todo el rato, que
me espera otro con nuevas investigaciones. ¿Nos puedes decir algo?
- Es cierto. Este trabajo me ha llevado a la conclusión de que sería bueno
investigar, escribir y contar todo el pasado que nos permitió llegar hasta este
anhelado, largo e irreversible periodo democrático que vivimos en la
actualidad. Y ello aún a fuer de considerar que ese pasado lo he de referir
desde la perspectiva en que yo lo viví, esto es, varado en un pueblo manchego y
rural.
Así ha nacido mi última publicación «Colores y
Silencios»; una recreación autobiográfica de la vida durante los años 60 y 70, vista
a través de sus propios protagonistas en un relato cronológico de los hechos
acaecidos. Para escribirlo he escogido la forma literaria de narraciones breves
concatenadas, con lo que creo haber logrado un tono desenfadado y coloquial,
muy alejado del hacer puro de la investigación, pero no por ello menos
fidedigno y real. Queda pendiente, pues, ese nuevo trabajo que debería cubrir
el lapso de los años 40/50, precisamente aquellos de esa postguerra que tuve la
suerte de no tener que vivir.
-Eres
consciente de que estos libros, como el de Mancha Roja, que tratan e investigan sobre la Guerra Civil(sus antecedentes), aunque
sean muy localistas, serán muy leídos ya no tan sólo por gentes de La Mancha
sino, también, por investigadores y demás que quieres saber sobre el tema?
-No. Al
menos no lo fui ni durante el tiempo de la investigación, ni durante todo aquel
que duró su concreción. Creo que tampoco lo fui en el momento de la
publicación. Por eso me ha sorprendido este modesto interés por «Mancha Roja» desde
distintos lugares e instituciones del solar nacional. Estoy muy agradecido, y
no siento especial preocupación por la crítica que pueda suscitar. Soy
investigador —al menos así lo presupone la "suficiencia
investigadora" adquirida previa a la elaboración de mi Tesis doctoral—. Me
siento investigador; razón que considero mucho más importante que la anterior.
Y el trabajo ha sido realizado desde la ortodoxia académica, utilizando con
rigor las fuentes primarias y secundarias, citando —creo—, adecuadamente, y con
un reflejo estricto de las mismas en el apartado de «Bibliografía». No me
preocupa, por tanto, la posible crítica emanada del contexto investigador. El
posible acuerdo o no con las conclusiones… Eso ya es un tema personal que atañe
a cada cual.
-Mariano.
Cuéntanos un poco cómo aconteció la Guerra Civil en La Mancha de Ciudad Real.
-La provincia de Ciudad Real, y por tanto su
comarca manchega, se mantuvo durante todo el conflicto fiel a la legalidad
republicana. No albergó ningún frente bélico. Por tanto asumió un papel típico
de retaguardia: asilo para refugiados, suministradora de alimentos, materias
primas, combatientes y servicios sanitarios a los frentes bélicos. Salvo en los
momentos del «terror revolucionario» acontecido durante los primeros meses del
conflicto al amparo del vacío de poder —poco prolongado, nunca llegó más allá
de los últimos meses del 36—, la normalización del poder republicano posibilitó
una vida «normal» dentro de aquella anormalidad que supuso la Guerra Civil.
Después, concluida la misma, Ciudad Real, y muy en concreto su comarca
manchega, pagarían muy cara su permanente fidelidad a la Republica
constitucional.
-¿Cómo
explicarías que se vivió, en ésas tus
tierras, el tiempo previo a la guerra,
el de la República: los primeros años, aquellos tan ilusionantes?
-El 14
de abril de 1931, los pueblos manchegos se encontraban sumidos en una
profundísima crisis derivada de la pérdida de los mercados del vino; mercados
que constituían, prácticamente, la única fuente de recursos económicos y de
trabajo para la población. Toda la cuestión social se encontraba alterada por
la cuestión. Sin mecanismos políticos, sociales, ni humanos capaces de mitigar
la situación, la gran masa jornalera —casi el 80 % de la población— vivía en
extrema situación de pobreza, en los límites de la subsistencia, y en muchos
casos, en las condiciones de una miseria absoluta y total. La llegada de la
República supuso como un rayo de luz, una colectiva ilusión, la esperanza de
que las cosas iban a cambiar.
Pronto, a semejanza de otras zonas agrícolas
del país, se comprobó que no, que nada cambió en sus vidas, que su miseria
parecía no tener fin, que nunca iba a acabar. Los conflictos de las nuevas
autoridades, patronos y «amos» con la enorme masa de desfavorecidos fueron
constantes. Y la «esperanza republicana» pronto se desvaneció.
- ¿Y los
del bienio negro?
-El «bienio negro» supuso la constatación de
lo que habían preludiado los dos años anteriores: que la República no había
sabido responder a las necesidades de la población, y que todo el poder volvía
a estar, aun sin monarquía ni Reyes, en manos de quien siempre lo ostentó. La
radicalización fue extrema, y la revolución de octubre del 34 tuvo en la Mancha
importantes precedentes y correlato: durante el verano, con las huelgas de la
siega; y en el otoño, con el apoyo insurreccional a la revolución. La falta de
organización acabó pronto con la intentona. La represión posterior fue tan
brutal que dejó inactiva a toda la masa campesina de la comarca hasta el nuevo
triunfo político del Frente Popular.
-La
“resaca” de la guerra debió ser dura; seguro que la posguerra da para otro
libro; me explico, para más reflexiones….
-Sí, sí, sin lugar a dudas… Ya lo he comentado
en otra pregunta anterior. La «resaca» fue tan dura que en algunos de nuestros
pueblos el resentimiento, el odio y las ganas de revancha parecen no acabar.
«Es como si la guerra continuara larvada,
siempre presente el enfrentamiento, siempre señalando con el dedo… Ese es tal o
cual…Esa familia es…», por emplear las palabras y comentarios que algún lector
de «Mancha Roja» me ha hecho llegar.
-Cuando te
pusiste a escribir este libro; ¿con qué pretensiones saliste a
investigar?; ¿bajo qué prisma
geográfico? , ¿Por qué?
-Creo que también está respondida esta
pregunta en el largo prolegómeno que he realizado para presentar el libro. Tal
vez añadir que el ámbito de investigación se centra en la Mancha Baja
ciudadrealeña, y más concretamente en una de las comarcas agrarias en las que
el Instituto de Reforma Agraria la dividió: la comarca de «cereales y viña» que
integraba los partidos judiciales de Manzanares y Alcázar de San Juan, y donde
los principales recursos económicos y laborales derivaban de la elaboración de
vinos y del cultivo de la vid.
- Ciudad
Real, la tierra que protagoniza tu libro, es una región que vive y ha vivido de
la tierra y de sus frutos…pero sin el trabajo de los campesinos no hay buenos
frutos ni buenas cosechas. El elemento del campesinado en este libro cobra
mucha importancia y fuerza, ¿cómo lo ves tú? ¿Por qué no nos haces una
comparativa entre cómo vivía el campesinado, los hombres y mujeres que
trabajaban la tierra, antes y después de la República, pasando por cómo la
gente, la más humilde( seguramente de los que más testimonios has recogido)
pasaron la guerra y la posguerra más inmediata?
-La Mancha de Ciudad Real, al igual que el
resto de la comarca manchega —toledana, albaceteña o conquense— y al igual que el resto del territorio
rural, en la actualidad nada tiene que ver con la que existió en aquellos años
del 36. El sector primario ha reducido su peso específico, rondando el 6 % de
ocupación de la población activa total. Aunque sigue teniendo un papel
preponderante en los núcleos de población más pequeños (menos de 2.000 habitantes).
La Mancha es tierra de paso de los grandes ejes radiales de comunicación, lo
que ha convertido a su territorio en uno de los mejor comunicados del país (red
ferroviaria convencional y de alta velocidad, sistema de autovías y autopistas,
etc.). Ello facilita enormemente la cercanía de los desplazamientos sobre todo
frente al gran polo de Madrid; mientras que la implantación del sistema
político-administrativo de las autonomías ha dotado a la comarca de
infraestructuras —sanitarias, culturales, universitarias— antes inexistentes,
de gran calidad. La vida del ciudadano manchego, inclusive del que trabaja el
agro, que ya no puede ser llamado ni jornalero ni gañán, en general y al igual
que ocurre en el resto del país, nada tiene que ver con la que vivieron quien
nos precedió y que he comentado ya. Luego está el momento presente con la
crisis actual, y con todo lo que ello implica. Los mecanismos sociales hacen
que se soporte mejor. Atrás quedaron los tiempos que en «Mancha Roja» he
querido narrar.
-Si hablamos
de política, pocas diferencias, me da la impresión, que con las otras
zonas….pero me interesaría que nos hablases, un poco, del Frente Popular: cómo
se gestó, su evolución….
-El Frente Popular en la Mancha supuso la
reorganización política de las masas obreras y jornaleras descabezadas en el
bienio anterior. Su llegada a las instituciones políticas y por tanto al poder
lo fue con un evidente deseo de revancha por todo lo vivido durante el periodo
pasado. El ensañamiento con todo «lo conservador», en especial con la iglesia
católica y los católicos, fue tan violento que llegó hasta protagonizar las
situaciones más zafias y patanas, que derivaron desde prohibir todo tipo de
manifestación religiosa, incluso el tocar de las campanas, hasta realizar esperpénticos
simulacros de desprecio al culto, desfiles procesionales carnavalescos… La
sinrazón y el odio ya no tenían vuelta atrás; la sociedad manchega estaba
dividida en dos mitades irreconciliables, y así llegó lo que llegó…
-Antes nos
has hablado de la Guerra y de su impacto social, pero nos gustaría realizar un
punto y aparte con el conflicto los primeros días. ¿Cómo fue?
-Los primeros días del conflicto, en la
Mancha, fueron odiosos, violentos, llenos de una fiebre revolucionaria que
nadie supo controlar y que al final acabó con episodios de una crueldad difícil
de comprender e imposible de justificar. La violencia enseñoreó las calles y
pueblos, y cada acto de barbarie realizado por las nefandas tropas golpistas,
era seguido de una similar represión. Actuaron —en mi opinión— situándose a una
altura de «tal para cual»; asesinatos cometidos en la rienda suelta de un odio
atroz, bajo la cubierta de una camisa o un «mono» azul, según la zona de la que
queramos hablar. En la Mancha se cometerían bajo la enseña de unas siglas, un
puño en alto o esa hermosa palabra llamada «libertad». Triste favor a un
régimen legal —el republicano— que tanto había costado lograr, realizado por
innumerables incontrolados llenos de un odio visceral —razonable y justificado
por todo lo sufrido en el tiempo anterior—, pero absolutamente execrable en su
actuación.
-¿Cómo fue
la colectivización en la zona que ha sido objeto de su investigación?
-Como hemos argumentado ya, en todas las zonas
rurales dominadas por el Frente Popular tuvo lugar la correspondiente
revolución, aunque sus características variaron mucho de uno a otro lugar. Con
el inicio de la guerra, el vacío de poder político tuvo su correspondiente
correlato en los niveles económico y social. La organización económica anterior
pareció desaparecer en un ambiente de caos social. Ante ello, los sindicatos
tuvieron que pasar a organizar las fuentes de producción. Para lograrlo, como
primera medida organizaron un sistema de incautación de bienes de instituciones
y personas consideradas desafectas al régimen. Luego se procedió a un proceso
de explotación de los mismos mediante un sistema de colectivización que
permitió que en Ciudad Real se llegara a colectivizar el 82 % de la superficie
agraria útil.
La improvisación revolucionaria de los primeros tiempos permitió grandes
dosis de arbitrariedad que poco a poco fueron canalizadas a medida que el
Gobierno central republicano retomó el control de la situación. Con todo, la
organización de las colectividades, consiguió que Ciudad Real cumpliera con su
papel de proveedor y suministrador de alimentos y materiales básicos para el
mantenimiento de la República en su defensa y oposición contra el golpe
militar.
-¿Y las
tensiones entre los ámbitos libertarios, en Ciudad Real y los integrantes del
Frente Popular?
-Como en el resto del país. Colaboración desde
la incorporación de la CNT al Gobierno de Largo Caballero, integración en las
instituciones municipales, resistencia a aceptar la disolución de sus Comités,
desavenencias y al final ruptura y separación por la diferente concepción de
revolución y del resultado final de sociedad que pretendían lograr.
14863
Mancha Roja.
República y Guerra civil en La Mancha de Ciudad Real (1931-1939). Mariano Velasco Lizcano
224 páginas 15 x 21 cms.
12,00 páginas
Círculo Rojo
La Mancha ciudadrealeña fue
territorio legal republicano hasta que aconteció la abolición del Régimen como
consecuencia del resultado final de la Guerra Civil. También, durante el
conflicto bélico fue siempre zona de retaguardia, sin que llegara a asentarse
en ella ningún frente militar. Pero no por eso dejo de sufrir la violencia y el
terror revolucionario incontrolado que se desató en los primeros momentos del
conflicto, con sus secuelas de incendios, saqueos, persecuciones y asesinatos.
Lo que a la par propiciaría una terrible venganza posterior, materializada en
forma de depuraciones y juicios sumarísimos que acabaron en largas condenas
penales, cuando no en penas de muerte irremisiblemente ejecutadas frente al
paredón.
"Mancha Roja" pretende rememorar aquellos sucesos desde una
perspectiva sociológica de investigación, quizá porque el autor entiende que el
amor a la tierra se forja con el dolor del pasado, que no es fácil de olvidar,
y con el gozo presente de buscar la verdad... Aunque sólo sea "la
verdad" parcial a la que éste mismo haya podido llegar a través del análisis
global realizado y de su inmanente conclusión.
Mariano Velasco Lizcano
Vine al
mundo en Alcázar de San Juan, el año en que los soviéticos acabaron con el
alzamiento popular en Hungría, y en el mes en que se inauguraron los Juegos
Olímpicos de Melbourne, los primeros de la historia que se celebraban en el
hemisferio Sur. Sin duda en este lugar de La Mancha, en vez del calor que
reinaría allí, haría mucho más frío y quizá lloviera y tronara para hacer honor
a Santa Bárbara, patrona que se corresponde con el día en que nací. La verdad,
no fue un mal año.
Pero desde
luego debieron de pasar muchas lluvias y muchos fríos hasta que sentí la
llamada que me permitió escribir algo razonable por primera vez. Fue un
artículo de opinión que publicó la prensa local y que aún hoy, todo hay que
decirlo, me sonroja leer. Porque la verdad es que en aquel entonces lo que yo
quería era escribir novelas y cuentos, y en el intento, lo que son las cosas,
varios de ellos merecieron el reconocimiento de algún galardón. Y así pasó el
tiempo hasta que un buen día desperté a la contemplación del Medio que me
rodeaba, lo que me llevó directo hasta el mundo de la investigación. Como
correlato llegó la Universidad, la licenciatura, y una Tesis doctoral que
alcanzó el I Premio de Investigación a Tesis Doctorales del Consejo Económico y
Social de Castilla La Mancha en el año 2002.
Nacido en Alcázar de San Juan,
Mariano Velasco Lizcano es Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y ha realizado
numerosos Cursos Universitarios en el área del Medio Ambiente y la Educación
Ambiental. Actualmente, desarrolla una intensa actividad como conferenciante e
imparte cursos relacionados con sus investigaciones.
De los sucesos acaecidos durante
los años de la República y la Guerra Civil en La Mancha se ha escrito mucho nos
comenta Mariano Velasco “tanto que volver a insistir sobre ello puede suponer
una auténtica temeridad. Sin embargo, estoy convencido de que siempre puede
aportarse algo, de que puede hacerse un buen trabajo de compilación si ello
supone una revisión crítica de la literatura existente, y ésta se expone con
claridad de modo que se pueda ofrecer una panorámica inteligente y útil para
especialistas o gente interesada que no haya estudiado en profundidad el
problema a tratar. En mi caso particular, creo que ese ha sido el motivo ¿Por
qué ocurrieron aquellos hechos? ¿Cómo fue posible tanta barbarie criminal entre
familiares, vecinos y conocidos”?
“Mancha Roja” ha posibilitado a
Mariano Velasco “el compendio de respuestas a tantas preguntas, obtenidas a
partir de la investigación rigurosa y de la deducción lógica dimanada de la
mera constatación objetiva de los hechos”. Por ello “Mancha Roja” termina,
según el autor “abogando por aceptar lo que ocurrió, primero como base para
disculpar, y segundo, quizá, con la mera intención de incitar el recuerdo de
aquellos sucesos, con el deseo de que nunca más vuelvan a pasar”.
Mariano Velasco inició sus
actividades literarias e investigadoras a finales de la década de los
ochenta, pero no sería sino con el inicio de los noventa cuando esta actividad
pasaría a constituir una parte esencial de sus preocupaciones. Ha sido ganador
de más de un centenar de premios en certámenes literarios en la modalidad de
cuento y narrativa breve. Obtuvo, así mismo, el Premio Periodístico Nacional
“Salvad Las Tablas”, año 2000.
Actualmente, intenta compaginar
la literatura de creación con la de investigación. En esta última faceta, ha
escrito más de un centenar de artículos (Diario 16 CLM, Quercus,
Ríos con Vida, La Tribuna de Ciudad Real, Lanza, Canfali)
relativos a la problemática ecológica y social de la Cuenca Alta del río
Guadiana. Desarrolló, sobre el mismo tema, su Tesis doctoral, que bajo el
título de “100 años en el desarrollo de la Cuenca Alta del Guadiana: 1898-1998”
ganó el 1º Premio de Investigación a Tesis Doctorales del Consejo Económico y
Social de Castilla La Mancha, año 2004.
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