La
Librería de El Sueño Igualitario
- Luis, ¿cómo surgió la idea para tratar el tema de este
libro, el de las juventudes hitlerianas que se alisaron, jovencísimos, para ir
al frente?
- ¿Cómo se me ocurrió la idea? Hace
unos anos me dio por leer cosas de la II guerra mundial (un poco a
saltos, me pasa como a ti) y haciéndolo me entere de la existencia de la
división Hitlerjugend; busque y encontré bibliografía,
sobre todo una edición francesa del libro sobre esa unidad escrito por su jefe
de estado mayor, que iba prologada por un general canadiense de las tropas que
lucharon contra ellos, lo que me pareció garantía suficiente de objetividad. El
libro es pura historia militar (unidades, composición, despliegue, táctica...),
pero además de contar con mucho detalle los hechos bélicos, esta edición iba
con muchas fotografías y en los rostros de los chavales encontré otro texto,
otra historia más personal.
Así surgió la idea de escribir una novela basada en esos chavales. me
llevo mucho tiempo por trabajo, por dudas... Mientras fui completando la
información con visitas a Normandía y Baviera, me entreviste con un antiguo
miembro de la división (hoy anciano jubilado en la Costa del Sol, como tantos
compatriotas suyos), con un antiguo miembro de la Juventud Hitleriana y con el
hijo español de otro... La idea fue tomando cuerpo, con dudas e interrupciones.
El momento clave fue cuando se me ocurrió darle la vuelta a la historia,
contarla de delante hacia atrás. Creo que a partir de ese momento, ya más
suelto a la hora de escribir, cuide mas los aspectos literarios del texto. Pero
escribiendo siempre de la única manera que se hacer:
descriptiva, lenguaje directo y claro. Y luego, tras las primeras negativas de
las editoriales (yo creo que el tema no interesaría a las aragonesa y lo
intente con las nacionales), me la contrato Ediciones el Anden, una nueva
editorial que surgió muy fuerte..., pero que cerro antes de un ano, justo
cuando tocaba publicar la mía. Todos esos retrasos me sirvieron para pulir el
texto.
- ¿Cuánto tiempo te llevó a cabo este trabajo de
investigación?
- Varios años, pero no eran de trabajo
intensivo ni tampoco sistemático. Dependía del grado de dedicación a la novela
de cada momento, en función del trabajo o de mi estado de ánimo; de la
disponibilidad de bibliografía en español y, sobre todo, en francés (no hablo
alemán); incluso de la celebración de ferias del libro viejo o de los catálogos
que me enviaban los libreros. Ten en cuenta que prefería los editados durante
la guerra o en la inmediata posguerra, pues muchas veces no buscaba la
exactitud histórica sino la visión subjetiva, "en caliente", de sus
autores, que me permitía aproximarme a los sentimientos de quienes vivieron
aquellos terribles hechos.
Las visitas a los escenarios de la
novela las hice aprovechando mis vacaciones y la de la Baja Normandía,
concretamente, quise que coincidiera con el 60 aniversario del desembarco
aliado que, claro, solo se celebro el año 2004. También la búsqueda de testigos
era difícil de programar. Recuerdo, por ejemplo, que aprovechando el viaje a
Baviera tuve una cita con un antiguo miembro de la Juventud Hitleriana que
quería hablar de ello, porque lo fueron todos los alemanes que hoy tienen más
de 83 años (era obligatorio), pero no todos quieren recordarlo. Pero hablar con
un antiguo miembro de la División Hitlerjugend fue
cuestión de suerte; nos entrevistamos en la Costa del Sol.
- Explícanos , ¿qué eran las Juventudes Hitlerianas?. (En
seguida Granell nos corrige porque en realidad eran
Juventud Hitleriana, en singular).
- Era la organización juvenil del
NSDAP. La idea del nazismo era organizarlo todo; por ejemplo, la vida de los
ciudadanos alemanes desde la infancia hasta la edad adulta. Así, a los 10 anos
entraban en el Pueblo Joven (Jungvolk), a los 14
pasaban a la Juventud Hitleriana (Hitler Jugend o
HJ), a los 18 al Frente del Trabajo, en el que desarrollaban trabajos para la
comunidad (incluso en las obras publicas), a los 21 entraban al Ejercito y dos
anos después (creo) se licenciaban y teóricamente se convertían en miembros del
partido, pudiendo integrarse en cualquiera de sus numerosas organizaciones. Las
mujeres tenían un papel político menor, aunque también tuvieron su organización
juvenil cuyo nombre no me atrevo a escribir porque me equivocaría.
- Por lo poco que he leído su estructura, jerarquía y demás
eran impresionantes, como una auténtica secta….¿había algún precedente. Hay hoy
en día algo que se le parezca o lo has visto a lo largo de la historia?
- La HJ rescato algunas tradiciones de
los Vandervogel (Pájaros errantes), movimiento
juvenil surgido entre las dos guerras que buscaba el contacto de los jóvenes,
sobre todo los urbanos, con el medio rural y la naturaleza, pero también con
las tradiciones y el folklore alemán (era algo poco organizado y había desde
naturalistas a danzarines, nudistas, etc.) Por eso la mayoría de sus
actividades se desarrollaban al aire libre (marchas, campamentos, etc.).
Naturaleza y tradición, en eso la HJ se parecía a los Vandervogel,
pero en nada más. Estos últimos eran incluso un poco anarcos (todo lo anarco
que puede ser un alemán).
La HJ rescato algunas tradiciones de
los Vandervogel (Pájaros errantes), movimiento
juvenil surgido entre las dos guerras que buscaba el contacto de los jóvenes,
sobre todo los urbanos, con el medio rural y la naturaleza, pero también con
las tradiciones y el folklore alemán (era algo poco organizado y había desde
naturalistas a danzarines, nudistas, etc.) Por eso la mayoría de sus
actividades se desarrollaban al aire libre (marchas, campamentos, etc.).
Naturaleza y tradición, en eso la HJ se parecía a los Vandervogel,
pero en nada más. Estos últimos eran incluso un poco anarcos (todo lo anarco
que puede ser un alemán). Os aconsejo ver la película de Leni
Riefenstal "La fuerza de la voluntad",
filmada en uno de los congresos del NSDAP en Nuremberg.
No sé si a una organización así se la puede considerar secta, menos todavía si
tenemos en cuenta que a partir de 1938, creo recordar, era obligatorio para
todos los niños y jóvenes alemanes pertenecer a la organización.
- Luis, pero el resultado final es que no aprendemos en nada
de lo que padecemos porque, al final se nos viene todo encima: demasiadas
muertes de “niños” en las guerras en aquellos años eran los que rondaban los 17
y 18 años en la GCE y después los más jóvenes de las Juventudes Hitlerianas….y
ahora son los “niños de la guerra”, todavía más jóvenes y aún más inhumano. ¿Por
qué crees que se da ese paso tan inhumano?. En el caso de la GCE era más por
necesidad y el caso de los “niños de la
guerra es más por hacer como un “terrorismo psicológico…¿qué nos dices?
- Como la HJ también cuidaba la
formación pre-militar de sus miembros, siempre pero sobre todo durante la
guerra, y por otra parte Hitler creía (o eso decía en sus discursos) firmemente
en la juventud, supongo que eso fue lo que les llevó, a él y al inmenso aparato
que eran las SS, a crear una división con estos chavales. Ten en cuenta que a
los miembros de las Waffen SS se les consideraba
"soldados políticos", cuanto más a estos que llevaban desde la
infancia en una organización del partido. No es que necesitaran movilizar a
quintas más jóvenes, de hecho se mantuvo la edad de 21 años para la
incorporación al Ejercito hasta los últimos tiempos de la guerra: solo en 1945
se creó el Volksturm (tempestad popular o algo así)
formado por niños y ancianos.
Desde el punto de vista militar no les
salió mal el experimento, pues la División Hitlerjugend demostró en Normandía una notable eficacia. E
incluso después de la terrible carnicería de Normandía fue retirada a
retaguardia, cubiertas parte de sus pérdidas y todavía combatió en Hungría y en
la propia Alemania.
- Y en el caso del alistamiento de la juventud: sí fue por
necesidad al hundirse el frente Este y verse encima la invasión aliada…. ¿pero
no tenía, también, cierto tratamiento psicológico?
- No creo que la decisión de enviar
estos chavales al frente fuera por motivos psicológicos. No parece que a las
familias afectadas les hiciera mucha ilusión (recordad lo que os he dicho de la
independencia familiar) ni que a los aliados fuera a causarles pavor (recordad
que les llamaban Baby-Division). Supongo que tendría
más que ver con su confianza en la voluntad de unos chavales formados desde
pequeños en la doctrina nazi. Insisto: supongo: ya sabéis que he escrito una
novela, no un libro de historia. Tampoco se creó la división por necesidad
militar; es cierto que en el frente del Este los alemanes combatían ya a la
defensiva cuando no en retirada, pero la máquina militar germana seguía
funcionando con regularidad. Os pongo un ejemplo: sólo un poco antes del
desembarco, Erns Jung, movilizado con rango de
oficial al comienzo de la guerra y destinado en Paris (recomiendo sus
exquisitas memorias, aunque haya que esforzarse un poco para leérselas), fue
licenciado porque había alcanzado la edad reglamentaria... Alemanes.
- Luis, construyes la historia: primero con la muerte del
que yo llamo como co-protagonista, que es el soldado
alemán de la Juventud Hitleriana....después vas retomando su paso por el frente
de Normandía y su repliegue bajo el fuego y avance aliado con las
investigaciones e indagaciones del soldado aliado que le dio muerte....a veces
me parece que he estado ante una novela con aires de pasar a ser
"presa" del celuloide. ¿Qué te parece?
- Ya cuando termine de escribir el
primer texto de la novela pensé que podría ser la base para un guion
cinematográfico, pero no había sido esa mi intención al empezar. Repensándolo
ahora, este resultado no es tan extraño si tenemos en cuenta que el texto esta
ordenado como una sucesión de flash back, además de los guiños cinematográficos
que contiene, por ejemplo, a "Salvad al soldado Ryan",
"El ogro" o "Napola". Pero, sobre
todo, creo que la razón principal estriba en los centenares de fotografías,
originales o reproducidas en libros, que repase al documentarme, algunas de
cuyas imágenes debieron quedar en un rincón de mi cerebro y me sirvieron,
después, para describir un rostro o una situación.
- Yo no veo a los integrantes de estos jóvenes hitlerianos ,
al menos a los que fueron y sufrieron el frente, como a "fanáticos de las
ideas de Hitler"....más bien como chavales que "se dejaban llevar"
un poco por las circunstancias y los antecedentes que les precedieron ¿cómo lo
ves?
- Se dejaron llevar..., y quisieron ir
al frente. En una de sus conversaciones con el soldado escocés, el abuelo del
protagonista le dice algo así como "no puedes imaginarte lo politizada que
estaba la juventud en aquellos tiempos". Y era cierto. Los partidos
políticos tenían millones de miembros, muchos de ellos uniformados (las
juventudes comunistas también llevaban uniforme, aunque no tan rígido como la
Juventud Hitleriana). Como el Tratado de Versalles prohibía a Alemania tener
más de 100000 hombres en el Ejercito, aparecieron los Freikorps.
En fin, que ni la Republica de Weimar, ni mucho menos el III Reich se parecían a las actuales democracias en las que la
participación política se limita al voto cada varios anos. Si acaso pudo ser
como planteas en el caso de los chavales que se apuntaron a la Juventud
Hitleriana por obligación; poco antes de estallar la guerra se hizo obligatorio
para todos los muchachos alemanes alistarse en la Juventud. Pero dudo que
hubiera muchos de estos que se vistieron de pardo a la fuerza que se
presentaran luego voluntarios para ir a la división Hitlerjugnd.
- Aunque esto no quita el verdadero poder de la Juventud
Hitleriana. Cuéntanos como era el ser joven en Alemania y el no querer ser
parte de ello...
- Pues supongo que duro. No solo les
tocaba llevar un uniforme que ellos no querían, sino estar integrado en las mil
y una actividades de la organización. A juzgar por los manuales de gimnasia,
juegos, uniformes, etc. que he consultado, debía quedarles poco tiempo libre.
Menos aun durante la guerra, cuando fueron adscritos a los cuerpos de bomberos
o a las unidades de defensa antiaérea. No me resulta fácil entrar en sus
cabezas... Como se sintieron, por ejemplo, los zaragozanos liberales y
enciclopedistas, cuando se vieron envueltos en las terribles luchas de los
sitios?
- ¿Cómo fue la vida de la Juventud Hitleriana una vez
terminado el conflicto bélico?
- Se disolvió, como todas las
organizaciones del Partido Nacionalsocialista quedaron fuera de la ley al
terminar la guerra. Baldur von Schirach,
que había sido su jefe nacional durante varios años, hasta el comienzo de la
guerra, fue juzgado y condenado por el Tribunal de Nuremberg
a 20 años de cárcel, y eso que en el juicio hizo una condena explícita del
régimen nazi. Sus memorias "Yo creí en Hitler" fueron una de mis
fuentes.
- ¿Qué sientes cuándo ves el resurgir de los grupos
neonazis?
- Supongo que como casi todo el mundo:
inquietud y condena. Aunque te confieso que después de haberme documentado para
escribir la novela, no me parece exacto denominar neonazis a esas cuadrillas de
descerebrados y borrachos que hacen de la violencia su razón de existir. Por
mucho que utilicen los símbolos del nazismo, supongo que porque saben que
molestan al resto de la sociedad.
- ¿Dirías que "Desfilaron por Hitler" es una
novela fundamentalmente política?
- No, como tampoco es una novela de guerra, a pesar de
que toda la primera parte se desarrolla en los frentes de batalla. Creo que,
como titulo acertadamente Mariano García en Heraldo de Aragón, es una novela
sobre la amistad en tiempos muy turbulentos. La amistad entre dos muchachos
alemanes de costumbres y cultura diferentes, en los últimos años de preguerra y
durante la II guerra mundial. Y también una novela sobre la humanidad, capaz de
mostrarse en los momentos más duros. Como esa exclamación "He matado a un
crio!" de Philip Styron, el protagonista
secundario que luego querrá saber quién era el muerto, frente al abrupto
"Que se joda" de su cabo.
14418
Desfilaron por Hitler. Luis Granell
406 páginas 17 x 24 cms.
18,00 euros
Comuniter
Agosto de 1944. Los combates
de la bolsa de Falaise que van a poner punto final a
la batalla de Normandía están a punto de terminar. En una granja resisten
algunos alemanes; una vez conquistada, un soldado británico que ha participado
en el asalto descubre que el enemigo al que acaba de matar es casi un niño.
Conmocionado, decide averiguar todo lo que pueda sobre él. Sirviéndose de los
documentos y cartas que el muerto llevaba encima, de las declaraciones de un
prisionero que había sido su compañero y, terminada la guerra, del testimonio
de su madre y su abuelo, va descubriendo la trayectoria vital de uno de los
jóvenes miembros de la División Hitlerjugend.
A mediados de 1943,
tras la derrota del VI Ejército en Stalingrado y de
la proclamación de la “guerra total” en Alemania, las Waffen
SS crearon una división formada exclusivamente por voluntarios de la
Juventud Hitleriana. Más de 20.000 muchachos de entre 17 y 20 años respondieron
a la llamada. Menos de un año después tuvieron su bautismo de fuego en
Normandía, tras el desembarco aliado. Su
arrojo en la batalla
asombró a los ejércitos que se les enfrentaron. La primera parte de la novela
se desarrolla durante la batalla de Normandía y sus prolegómenos. Los
personajes permitirán al lector reconstruir la real trayectoria de la baby-division, como la llamaron los aliados.
La segunda parte, dedicada a la infancia y adolescencia del protagonista,
refleja la vida social y política de la Alemania de preguerra y de los primeros
años de la contienda. El autor ha tratado de reconstruir el ambiente en el que
vivieron aquellos muchachos que, tan jóvenes, se alistaron en la División Hitlerjugend cuando su país había empezado a perder la
guerra.
Desfilaron por Hitler
es una obra de ficción, no un tratado
de historia ni un ensayo sobre la manipulación de la juventud. De la mano de
sus protagonistas, el lector se acercará a los hechos libre para interpretarlos
como quiera, o incluso para no hacerlo.
Luis Granell Pérez (Zaragoza, 1948) es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza y en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó como periodista desde 1970 en Aragón Exprés, Informaciones, Diario de Barcelona, Cambio 16 y Diario 16, viviendo en primera línea el final del franquismo y la transición a la democracia. En 1982 participó en la fundación del periódico aragonés El Día, en el que fue responsable del área de Cultura y Sociedad durante dos años. Actualmente colabora con Heraldo de Aragón y El Periódico de Aragón. Su principal actividad periodística se desarrolló en el semanario Andalán, a cuya Junta de Fundadores perteneció desde 1973, siendo secretario de redacción y, de 1979 a 1981, director. Algunos de sus artículos en este periódico provocaron el secuestro del mismo y, en 1976, su procesamiento por el Tribunal de Orden Público. En 1988 fue elegido presidente de la Asociación de la Prensa de Zaragoza, creando el Centro de Prensa de dicha ciudad. En 2012 la Asociación de Periodistas de Aragón le concedió el premio a la trayectoria profesional. Desde 1983 hasta su reciente jubilación trabajó en las Cortes de Aragón como jefe de Prensa (hasta 1987) y del Servicio de Publicaciones. Es miembro del Consejo de la Fundación Ecología y Desarrollo, a la que representa en la Coordinadora para la reapertura del ferrocarril Canfranc-Olorón (Crefco), de la que fue portavoz de 1993 a 2004. Es coautor de diversos libros colectivos: Canfranc, el mito (Pirineum Editorial, 2005), Relatos visuales (Rolde de Estudios Aragoneses, 2006), Memorial democrático. Las primeras elecciones democráticas treinta años después (Asociación de Exparlamentarios de las Cortes de Aragón, 2008), etc.
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