La
Librería de El Sueño Igualitario
El escritor
británico James Matthews se sumerge entre el
epistolario de los combatientes republicanos durante la Guerra Civil española.
En la
narrativa casi se podría tener en cuenta
que “el género epistolar” es un género más…y aquí Matthews
lo demuestra recreándose de una manera plácida y con un compromiso firme, serio
y exquisito…
Lo que nos
dice Alianza de este libro:
«Nosotros no
podemos salir de la trinchera ni para orinar siquiera que nos cosen a tiros y a
morterazos y a cañonazos, y para terminar pronto, tienen de todo lo que
quieren, para un tiro que nosotros tiramos, nos tiran ellos un ciento […]».
Cecilio Broch Pintor
Una perspectiva original y humana de la Guerra Civil a través de fragmentos de
cartas enviadas por soldados del Ejército Popular de la República a sus seres
queridos en la retaguardia. El servicio de censura militar conservó sus
palabras de forma inconsciente y un cuidadoso análisis de esta excepcional y
compleja fuente descubre la experiencia bélica de los combatientes: sus miedos,
deseos y reacciones ante la obligación de apostarse en las trincheras durante
el violento conflicto fratricida. La correspondencia evidencia, también, los
grandes problemas que sufrió la República con su nuevo Ejército y que ayudan a
explicar la victoria del bando «nacional»: dificultades de suministro,
divisiones políticas, actos de disciplina y un cansancio generalizado.
El autor,
James Matthews siempre “toca” líneas narrativas que
hacen que nos miremos muchos acontecimientos de otra manera…
Aquí
os dejamos unos enlaces como articulista:
http://elpais.com/autor/james_matthews/a/
Es
el autor de un magnífico libro:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/matthews.htm
Cazarabet conversa con James Matthews:
-James, ¿cómo es que
ya has puesto tu mirada en la Guerra Civil Española, primero con un
libro que “se vuelve “ a mirar cómo fue el reclutamiento para ir a la contienda
de manera forzosa con Soldados a la fuerza y luego con este libro magnífico y
que “toca” el tema tan cercano a “lo cotidiano” en aquello tan real, cruel e infrahumano
a lo que se enfrentaban los soldados , en este caso, que luchaban por la
República que lo sentían y lo transmitían en sus cartas a los suyos…desde, como
dices, la más pura trinchera…?.
-Lo
que siempre me ha interesado de la historia es la reacción de la gente
“ordinaria” ante eventos extraordinarios. Y esta colección de la censura es una
fascinante ventana sobre esa situación en la Guerra Civil. Cientos de miles de
hombres fueron reclutados para luchar en uno u otro bando sin tener una fuerte
afiliación política a los ideales que se les pretendía inculcar desde arriba.
En
el frente de batalla el mantra de muchos no era cómo matar para imponer una
visión de España sobre otra sino cómo salir de esa situación con las menores
consecuencias posibles. Esto ofrece una visión muy humana de la guerra y los
riesgos que muchos, entendiblemente, no querían correr. Y eran conscientes de
que los sacrificios pedidos no se repartían muy equitativamente. Como escribía
un hombre en una carta a su casa: “Así es que la guerra es para los pobres
trabajadores que son los que mueren en los campos de batalla”.
Además,
algo que me atrae de una visión menos maniquea del conflicto es que ofrece un
amplio marco para la reconciliación. Nos recuerda que la mayoría de los que fueron
a la guerra lo hicieron con bastante desgana y con temores con los que
fácilmente nos podemos identificar, lo cual mina la imagen de una España
desgarrada por diferencias políticas insuperables.
-¿Cómo
fue el proceso de documentación para la confección de este libro?
-Tuve
la suerte de encontrar esta colección de cartas en el Archivo Militar de Ávila,
aunque no soy ni mucho menos el primer historiador en utilizarlas en sus
investigaciones. Pero al leerlas me di cuenta de lo excepcional y humanas que
son, y eso me despertó un interés en compartirlas con un público más amplio que
el del mundo académico.
Algo
que tal vez no sea muy aparente del libro final es la dificultad para leer los
documentos originales. Por la carencia de papel en el bando Republicano el
deterioro de éste ha sido considerable y el trabajo de transcribir las fichas
mecanografiadas de la censura frecuentemente era uno de descifrarlas también.
También
aprendí mucho de las obras metodológicas sobre la lectura histórica de cartas
escritas en tiempos de guerra – algo relativamente nuevo para mí –, ya que éste
es un campo muy sofisticado en la historiografía francesa y anglosajona de la
Primera y Segunda Guerra Mundial, por ejemplo.
-¿Qué
metodología de trabajo sueles utilizar para conseguir fraguar libros como
“Voces de la trinchera”?
El
trabajo de investigación en archivos siempre requiere empaparse hasta el fondo
en el material, y en este sentido no hay atajos. La imagen que muchas veces me
viene a la mente es la de la minería: uno tiene que sacar mucha roca hasta
llegar a las pepitas de oro. A veces están bien escondidas, pero encontrarlas
produce una satisfacción tremenda. Eso sí, cuando tocan varios días seguidos de
sólo roca es un proceso bastante frustrante.
-Aunque te habrás visto en aquello de que la censura siempre
“le pudo” al sentimiento del soldado de trinchera que solo tenía un instante de
paz y “reconciliación” con él mismo desde las cartas a los suyos…-¿Qué
características comunes tenían o iban presentando las cartas a lo largo de la
guerra?
-Lo
que más les preocupaba a los soldados era poder volver ilesos a sus casas y
proteger a los suyos de los golpes de la guerra. Después de eso, les era
importante cubrir sus necesidades básicas, como la comida y la ropa de abrigo.
En
conjunto, la correspondencia que se reproduce en esta edición presenta una
visión francamente desalentadora de los últimos ocho meses de guerra, con
frecuencia expresada en lenguaje rudo y colorido. En esta colección se puede
identificar una amplia gama de emociones, desde la frustración al enfado,
pasando por la resignación e incluso la satisfacción relativa de saber que
otros se encontraban en peor situación. También se aprecia que el fenómeno de
la escasez fue generalizado y que el Ejército Popular pasaba por grandes
dificultades para suministrar a sus soldados: las referencias a la falta de
comida y equipo son demasiado numerosas como para no evidenciarlo,
especialmente porque los autores de las cartas sabían que podían ser castigados
por relatar las condiciones deficientes en la línea del frente.
A
pesar de ello, un número considerable de soldados no dudó en utilizar la
correspondencia como una válvula de escape epistolar para sus quejas, dejando
constancia de las condiciones desesperadas en que luchaban. También se ve
frecuentemente cómo muchos de los soldados estaban cansados de la guerra y
extrañaban a sus familias, pues hacían referencias incesantes a su deseo de que
se acabase la contienda.
Las fichas de censura representan
una oportunidad inigualable para acercarse a la vida cotidiana de los soldados
destinados a la primera línea de defensa del bando republicano. Su análisis
revela información acerca de los soldados, sus miedos, deseos y reacciones ante
la obligación de apostarse en las trincheras durante el crudo y violento
conflicto fratricida. La correspondencia evidencia, también, los grandes
problemas que sufrió la República con su nuevo Ejército y algunas de las causas
que ayudan a explicar la victoria del bando franquista. Éstas incluyen problemas
de suministro, divisiones políticas, falta de disciplina, además de un
cansancio generalizado hacia la guerra y sus efectos devastadores sobre la vida
de millones de españoles tanto en el frente como en la retaguardia.
Como escribió un corresponsal en
una frase cargada de emotividad: “Pobre juventud que lo está dejando todo en el
frente”.
-James,
ya por último, ¿nos puedes decir en qué estás trabajando en estos momentos?
-De
momento he pausado mis actividades de investigación y estoy trabajando como
delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja en Putumayo, Colombia. En ese
sentido he cambiado mi enfoque de una guerra histórica a una contemporánea
(aunque con una larga historia) y es toda una satisfacción trabajar con una
organización que apoya a las personas afectadas por el conflicto armado.
Con
respecto a la Guerra Civil, mi próximo proyecto será una investigación sobre
los comisarios políticos del Ejército Popular Republicano. Éstos siempre han
sido demonizados o panegirizados y hay muchos mitos de ambos lados para
reconstruir, algo que siempre debe de hacer una buena investigación
histórica.
20161
Voces de la
trinchera. Cartas de combatientes republicanos en la Guerra Civil española. Selección e introducción de James Matthews. Prólogo de José Álvarez Junco
272 páginas 15,5 x 23 cms.
18,00 euros
Alianza
«Nosotros no podemos salir de
la trinchera ni para orinar siquiera que nos cosen a tiros y a morterazos y a
cañonazos, y para terminar pronto, tienen de todo lo que quieren, para un tiro
que nosotros tiramos, nos tiran ellos un ciento […]».
Cecilio Broch Pintor
Una perspectiva original y humana de la Guerra Civil a través de fragmentos de
cartas enviadas por soldados del Ejército Popular de la República a sus seres
queridos en la retaguardia. El servicio de censura militar conservó sus
palabras de forma inconsciente y un cuidadoso análisis de esta excepcional y
compleja fuente descubre la experiencia bélica de los combatientes: sus miedos,
deseos y reacciones ante la obligación de apostarse en las trincheras durante
el violento conflicto fratricida. La correspondencia evidencia, también, los
grandes problemas que sufrió la República con su nuevo Ejército y que ayudan a
explicar la victoria del bando «nacional»: dificultades de suministro,
divisiones políticas, actos de disciplina y un cansancio generalizado.
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