La Librería de El Sueño Igualitario

Portada Vietnam bajo la cama.jpgCazarabet conversa con...   Marta Navarro, autora de "Vietnam bajo la cama" (Amargord)

 

POESÍA Y REIVINDICACIÓN QUE RIMA IDEALES Y PALABRAS DESDE LA PLUMA DE MARTA NAVARRO Y BAJO EL PARAGUAS DE AMARGORD EDITORIAL EN SU COLECCIÓN VOCES DEL EXTREMO.

Esta poeta se sacude todos los complejos, incluso miedos casi endémicos para mirar de frente a una sociedad actual preñada de un neoliberalismo que nos ha enfermado de pobreza desde la humana a la material……..

Cada poema, cada verso, además de retener belleza es un quejido, una protesta, un grito. pero , a la vez, una luz resistente y descarado.

Marta Navarro es de las plumas más contundentes y de las que redondean más y mejor cualesquiera de las creaciones que lleva a cabo: relatos, cuentos o poesía….Además, es una escritora que concuerda mucho con su día a día como persona que desgrana sus comportamientos y maneras de ver, entender y sentir la vida…hace de la tinta su arma reivindicativa y su razón de ser y en todas dimensiones. Así que nos encontramos, otra vez, un una creación en forma de poemas contestatarios y que desbordan un descaro, tan bien perfilado, que no se notan las costuras….hila muy fino, en todos los sentidos, la Marta Navarro más poeta, pero , también, la más despiadada con el poder, la prepotencia, el egocentrismo…

Esta creadora y “jugadora se letras y palabras” es colaboradora de diferentes revistas y periódicos, entre los que destaca: Píkara http://www.pikaramagazine.com/   y Caballo de Nietzsche https://www.facebook.com/caballodenietzsche

Marta tiene, además, un blog propio:  https://entrenomadas.wordpress.com/

¿Por qué no te acercas a la editorial Amargord?

http://amargordediciones.es/

 

Cazarabet conversa con Marta Navarro: 

MARTA NAVARRO GARCÍA.jpg-Marta, ¿por qué un  libro de poemas, un poemario, que es tan bello tan poético como ácrata?

-Quizá porque los relatos y la poesía son la forma que tengo de alejarme de mí y de acercarme al mundo desde otra perspectiva.  Si por ácrata te refieres a la libertad, sí, ha sido escrito y editado con total libertad, lo que quiero agradecer a Amargord que no me puso ninguna cortapisa. Esa debería ser la forma natural de  actuar, y en este caso de escribir ya sea poesía, artículos o cualquier otro tipo de texto.

-¿Te consideras una anarquista/ libertaria metida a poeta o a creadora literaria; o una poeta libertaria…?

-Pues no me considero nada y me considero un poco de todo. En el mes de mayo  Queimada Ediciones publicó “Palabras de Barricada”, una recopilación de anarcoversos donde participo. Y donde se pueden leer poemas impactantes. Proyectos de este tipo me interesan mucho, divulgarlos, separarse de la poesía yoísta y de metacrilato. No me gustan las etiquetas, no me abrigan, me dan más frío que otra cosa.  De la única etiqueta de la que me siento orgullosa es la de “Voces del Extremo” en cuya colección se ha publicado Vietnam bajo la cama.  Los y las poetas que forman ese grupo son oxígeno puro.

 -Marta, ¿qué has querido volcar en este poemario tan especial como es Vietnam bajo la cama?

-El libro es consecuencia de muchas cosas.  Habla de ecología, del machismo en el arte, en la vida, de ética, de derechos animales, de vida, de amor a la vida, de sueños, de la infancia, de viajes. He intentado que este libro sea como un paseo por un bosque, que se pueda atravesar sin mucha dificultad, que tenga zonas de sombra,  de luz, de oscuridad, de ruido, de silencio, de  combate, de descanso, de lo que sea y de lo contrario también.   Para mal o para bien, soy la suma de las personas que he conocido, los paisajes que he habitado, los libros que he leído y  las derrotas y victorias que he compartido. La suma de todo eso a veces se convierte en poema, y con suerte se viste de libro.

-Es un poemario que va encabezado, a su vez, por citas… ¿son parte éstas de la inspiración necesaria?

-Es admiración por aquellas personas que las escribieron y que empujaron la historia y que la están empujando en estos momentos. El prólogo del libro que escribió el poeta Antonio Orihuela es, además de las citas, fuente de inspiración.

marta0.png-Me da la impresión que eres una poeta que compone día a día: contemplando a la gente pasar, sentada en silencio en un parque, viendo a la gente haciendo cola en una tienda, viendo el deambular de los vecinos

-Me gusta escribir cuando estoy de viaje, cuando estoy en movimiento, ya sea en un autobús o en un tren. No escribo poesía diariamente, pero sí que escribo cada día, ya sea para revistas o periódicos donde participo. 

-¿Es Vietnam bajo la cama un poemario cuyos versos están como metidos unos dentro de otros…?

-Creo que no, que van cada uno a su aire, que son autónomos aunque, en el fondo, tengan a una creadora común que les obliga a permanecer juntos

-Cada creador tiene su método… ¿cómo es el tuyo?, ¿qué metodología de trabajo tienes?

-No tengo método. Lo único que sigo haciendo es aprender. Por eso leo cada día, leo a otras poetas, o a otros autores y autoras, para mí es vital aprender de los demás. Si tengo algún método es el de leer y disfrutar de la poesía.

-En España se lee poca poesía, pero yo diría que se crea mucha y hay mucha, mucha calidad… ¿cuál es tu impresión?

-Sí, se lee poca poesía y hay excelentes poetas. Y mal que le pese al triste y aburrido  editor de  Visor, hay maravillosas poetas en este país.  La poesía debería estar limpia de sandeces, de estereotipos. Hay mucha calidad que celebrar y mucho que dejar fuera, por ejemplo, al citado editor, con su distorsionada idea del mundo y a todos los palmeros que estos años le han reído las gracias sabiendo que estaban contribuyendo a crear un dictadorcillo. Si él está ahí con su miseria es porque muchos le han sostenido la silla.

102_4852.jpg-Pero, además, colaboras en otros medios. Cuéntanos…

-Siempre que puedo escribo en Pikara Magazine, estoy  ahí desde el inicio del proyecto. Gente fabulosa como June Fernández y Andre Momoito han hecho posible que PIKARA sea cada vez más una publicación feminista imprescindible.  También colaboro con El caballo de Nietzche en eldiario.es, un proyecto pionero del que estoy muy orgullosa, que dirigen dos extraordinarias periodistas como son Ruth Toledano y Concha López y donde ponemos al descubierto el maltrato animal y la necesidad de un trato ético.  Además, edito el blog Entrenómadas, también colaboré durante un tiempo en Diario aragonés, en la revista cultural Subrarbe… y ahora saldrá un  proyecto nuevo que me interesa mucho y donde voy a colaborar también.

-Y tienes un blog, Entrenómadas, muy sugerente…

-Sí, el blog ahí sigue, parece que estaban de capa caída y de repente resurgen de nuevo con miles de visitas y de contactos interesantes.  Mi participación en un encuentro poético en Milán viene del blog.  El director de una compañía de teatro leyó un texto que subí, lo tradujo y después me  invitó a participar.  Hace poco me enteré de que se trata de una persona influyente en el mundo del teatro. Estas cosas pasan en las redes sociales.

-Marta, las redes sociales ¿crees que pueden servir para activar culturalmente a  gente que antes, por cierta inaccesibilidad, estaba como más aislada….?

-Creo que pueden activar culturalmente si tú estás predispuesta a ello. Depende de cada persona. Tengo amigas de la infancia que detestan las redes sociales. Y tengo amigos recientes que sin las redes sociales no se hubieran convertido en mis amigos.

-¿Cómo es el mundo editorial en lo referente a la poesía? Porque debe ser muy particular y diferente al que se dedica a editar novela, narrativa…, ¿no?

-Creo que deben sufrir más que el resto, igual hay que pensar en hacerles un monumento… En serio, el mundo editorial en general está viviendo un momento crítico, complicado, igual que la sociedad en la que vivimos. Cuando era adolescente me refugiaba en los libros en los días malos. Tomaba fuerzas cuando me sentía triste. Mi padre tenía un taller de sastrería y era costumbre que mientras trabajaban alguien leyera un libro. A veces lo grababan en un casete, otras veces lo leían en directo.  Siempre había historias que contar y escuchar. No concibo la vida sin libros, así que espero que esta crisis no nos separe de ellos, al contrario. Pero esto es un deseo que no servirá de nada sin las ayudas necesarias al sector. Y sin los lectores, libreros… en fin, la familia del libro.

 

 

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Vietnam bajo la cama. Marta Navarro. Prólogo de Antonio Orihuela
89 páginas     16 x 22 cms.
12,00 euros
Amargord

 

Marta Navarro García (Zaragoza). Autora del libro Ocho islas y un invierno (El Desembarco, Sevilla, 2009), así como de La victoria del heno (Premio Victoria Kent, 2007) y de La espalda del viento (accésit del Premio de Poesía Gabriel y Galán, 2006). Premio XLI Concurso de Cuentos Ciudad de Tudela (2015). También ha participado en los siguientes libros colectivos: Poesía Amorosa (Certamen Internacional de Poesía Amorosa del Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca, 2008), José Antonio Labordeta: creación, compromiso, memoria (Rolde de Estudios Aragoneses, Zaragoza, 2010), I Encuentro de poetas hispanomarroquí (Tetuán-Sevilla, 2019), Voyeur. Literatura y erotismo, del pintor Pablo Gallo (Ediciones del Viento, 2012), YIN, Antología de poetas aragonesas (Olifante, Zaragoza, 2010), Poesía en la frontera (March, 2012),) Campamento dignidad. Poemas para la conciencia (Baladre y Zambra, 2013) y En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis (Bartleby, 2014). Brioleta. Encuentro de escritoras aragonesas. (Pregunta Ediciones, Zaragoza, 2015).

Ha publicado poemas en las revistas culturales Rolde, Luke, Piedra del Molino e Isla de Siltolá. Actualmente es columnista de la revista feminista PIKARA, en el blog El caballo de Nietzsche de eldiario.es y en la revista de cultura y análisis Subrarbe, también edita el blog Entrenómadas.


Prólogo al libro por Antonio Orihuela

Cartografiar la herida

Podía haberle escrito a este Vietnam bajo la cama de Marta Navarro un prólogo al uso, pero he preferido escribir un pequeño texto con instrucciones. Sea, lector, benévolo con este capricho mío y comience leyendo este libro de poemas por su mitad, busque Marsh’s Library, léalo, cuando termine vuelva a estas instrucciones que habrán dejado de serlo para transformarse en un prólogo, una introducción, unas palabritas con que acompañar a este poemario donde, como en la biblioteca más antigua de Dublín, los poemas te cambian de lugar, te llevan a otros mundos, desguazan tus certezas, te invitan a entrar en el misterio, te zarandearán con el hambre de los demás, con el sufrimiento de los seres sintientes, con la rebeldía y la terrible belleza que late en estos versos de Marta Navarro.

Vietnam bajo la cama se podría leer como un libro de libros, como si dentro de la Marsh’s Library fuéramos abriendo, al igual que Borges en su biblioteca de Babel, libros y más libros de los que van saliendo héroes, guerrilleros, canallas, hipócritas, fantasmas, ciudades, toda una geografía de la sangre, del nacimiento y de la muerte, de la infancia y la madurez, de la libertad y la esclavitud, de la rebeldía y el sometimiento, de la sombra y la luz, de lo tangible siempre al lado de lo intangible.

En algún momento, también veremos a Marta Navarro salir al fin del laberinto de la Marsh’s Library y, ya con ella despierta en su cama de niña, ahora sí, podremos comenzar este libro por el principio. Marta mirará debajo de su cama y allí, poema a poema, comienza a vislumbrar sombras, sensaciones, experiencias muy viejas, familiares, primos, abuelos, vecinos, amigas, barrios, ciudades, callejones, amores, maestros, curas, policías, derrotas, dolores de estómago, sonrisas, sueños, obsesiones, ladridos, silencio, caos sin orden que ahora no sabe si está también debajo de la cama o solo en su cabeza o tal vez allá afuera, más allá de las guardadas puertas de la infancia, infierno y paraíso ya sin preguntas, porque Vietnam, los miedos de Marta, hace tiempo que dejaron de estar debajo de la cama para encarnarse en cientos de guerras de baja intensidad que hoy se reparten por el mundo dejando tras ellas un triste rastro de dolor, de muerte, de exilio, de personas con rostro, nombres, apellidos, heridas e historias con las que Marta ha compartido sus pérdidas, sus naufragios, su invisibilidad. Son inmigrantes, refugiados económicos, segregados raciales, mujeres que no pueden decidir sobre su cuerpo, desahuciados, estudiantes que van sin desayunar a colegios sin calefacción, parados, enfermos, personificaciones del miedo moderno que induce el neoliberalismo ramplón, pero también animales sacrificados, animales encarcelados en zoológicos de tristeza, explotados en circos, asesinados en festejos de dudoso gusto, cazados, pescados, desangrados en mataderos y mutilados en granjas. Con todos ellos, para liberarlos del miedo que también atenazaba a esta singular guerrillera, Marta teje un cálido y generoso manto de afectos, de utopías, de luz, de escritura que no cede a la tristeza y la derrota. Un escritura que desafía la realidad desde la palabra poética, que ha sabido convertir la palabra poética en un mapa para respirar en este mundo.

Los miedos de Marta, su Vietnam, hoy son peleados por ella desde una digna y hermosa desobediencia, también con palabras, con música, con risas, conciencia crítica, con poesía. Marta sabe que no hay otra forma de ser feliz en estos tiempos de mercaderes hambrientos, por eso la voz que habla por su herida es luminosa, compasiva y generosa, tengo la certeza de que es la mejor forma de combatir el inmundo.

Antonio Orihuela
En la vieja charca, 31 de diciembre de 2014

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