La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Mariano
Velasco Lizcano, autor de "Guerrilleros
(La Mancha, 1808-1823)" (Círculo Rojo)
Cuando la
Guerrilla de “los del Monte” le amargaron sus días a todo un ejército, el de
Napoleón.
La
historia de los que “se echaron al monte” en La Mancha en tiempo, aún más
lejanos…
El
prolífico autor manchego, Mariano Velasco vuelve, desde el Sello Círculo Rojo,
para explicarnos cómo fue la lucha de la guerrilla contra Napoleón en La Mancha
La nueva
obra narrativa, y de investigación, de Mariano Velasco Lizcano se acerca, ¡¡y
de qué manera!!, a los guerrilleros, los que se echaron al monte para
enfrentarse al Ejército Napoleónico en la Guerra de la Independencia entre los
años 1808 y 1823 en territorio manchego.
Sobre el
autor y su bibliografía:
Mariano Velasco Lizcano nació en Alcázar de San
Juan (Ciudad Real) el día 4 de diciembre de 1956. Es Doctor en Ciencias
Políticas y Sociología por la Universidad Nacional de Educación a Distancia
(UNED). Ha realizado, así mismo, múltiples Cursos Universitarios en el área del
Medio Ambiente y la Educación Ambiental. Ha participado activamente en el
movimiento ecologista, centrando sus preocupaciones en el área del Alto
Guadiana y la problemática hídrica inherente a los acuíferos manchegos. Fundó
en 1992 la Asociación Ecologista para la Defensa del Acuífero 23 (AEDA 23), y
fue cofundador en el año 2002 de la Asociación “Ojos del Guadiana Vivos”.
Premio Periodístico Nacional “Salvad Las Tablas” año 2000, ostenta, así mismo,
muy diversos galardones obtenidos en más de un centenar de concursos
literarios, modalidad de cuento, narrativa breve, artículo periodístico y
ensayos de ecología y educación ambiental. Desarrolló su Tesis doctoral bajo el
título de “100 años en el desarrollo de la Cuenca Alta del río Guadiana:
1898-1998”, trabajo que obtuvo el 1º Premio de Investigación a Tesis Doctorales
del Consejo Económico y Social de Castilla La Mancha, año 2004. Actualmente
desarrolla una intensa actividad como escritor, conferenciante, ponente y
divulgador de temas relacionados con esta problemática ecológica y social.
Su bibliografía:
Escribir a Laura, XVII Certamen
Literario Carta Puebla, Ayuntamiento de Miguelturra, 1995. Ruidera: un modelo
de desarrollo insostenible en el Campo de Montiel, Dip. Albacete, 1998. El
Motín // Correo 021 Parada Accidental. Cuentos Históricos. Patronato Municipal
Cultura, Alcázar S. Juan, 2001. Por la ruta de Don Quijote… y Azorín, Patronato
Municipal Cultura Alcázar de San Juan, 2002. Hablemos del Acuífero 23, JCCLM,
año 2002. 100 años en el desarrollo de la cuenca alta del río Guadiana:
1898-1998. Consejo Económico y Social CLM, 2005 Crónicas del caminar, El
Toboso, 2005 De Ruidera a Daimiel: crónicas del caminar. Consorcio Alto
Guadiana, año 2010. Cuentos Históricos II, Patronato Municipal de Cultura,
Alcázar de San Juan, 2013. Mancha Roja: República y Guerra Civil en la Mancha
de Ciudad Real (1931-1939), Editorial Círculo rojo, 2013. Colores y silencios.
Editorial Círculo Rojo, 2013. La Mancha Húmeda: de cenagal a Reserva de la
Biosfera. Editorial Círculo Rojo, 2013.
Premios
Premio Periodístico Nacional “Salvad Las
Tablas” año 2000.
Primer premio de Investigación a Tesis Doctorales del Consejo Económico y
Social de Castilla La Mancha.
Libros
DON JULIO MAROTO: UN MAESTRO EN DEFENSA DE
LA NATURALEZA
La
Mancha Húmeda: de cenagal a Reserva de la Biosfera
Mancha
Roja. República y Guerra Civil en la Mancha de Ciudad Real (1931-1939)
Web / Blog, no os lo perdáis por nada
del mundo:
http://marianovelascolizcano.blogspot.com
Facebook
http://www.facebook.com/mariano.velasco.315
Cazarabet conversa con Mariano Velasco:
-¿Cómo ha sido adentrarse en este
tiempo, más lejano que otros muchos que has tratado, y acercarte al particular
mundo de los guerrilleros?
-Como muy
bien indicas en tu preámbulo, la pasión por la historia es un referente en mí
hacer, tanto que prácticamente toda la interpretación sobre la realidad actual
que me condiciona deviene siempre desde el análisis de la misma realizado en
perspectiva histórica y social. Aunque dentro de esta dinámica, el estudio de
la historia contemporánea en el territorio manchego constituye mi debilidad.
Y no es esto
algo sobrevenido, sino una auténtica pasión que comenzó en los tiempos en los
que elaboraba mi tesis doctoral, precisamente un estudio y una interpretación
ecológica y social del territorio manchego (siglos XIX-XX) realizados desde esa
perspectiva histórica de investigación. Así que «de aquellos vientos, estos
lodos». Y lo que aquella experiencia dejó grabado en mí fue el convencimiento
absoluto del gran desconocimiento que los manchegos teníamos sobre la historia
de nuestra propia tierra y de las enormes posibilidades de investigación que
éste vacío suponía.
Así,
pues, estudiados y narrados en otras obras (Mancha Roja, por ejemplo) los más convulsos momentos del siglo XX, el
reto era comenzar con los acaecidos en el XIX. Y los de principios de siglo, con
las invasiones napoleónicas, el comienzo ideal. De ahí a descubrir el
extraordinario y a la vez extraño papel jugado por los guerrilleros manchegos,
no sólo al comienzo de la contienda, posibilitando en gran medida la famosa
victoria del general Castaños en Bailén, sino en todo el tiempo posterior de
guerra y ocupación, eso ya ha sido el fruto derivado de la mencionada
investigación.
-¿Cómo ha sido el proceso de investigación?
-Largo
(unos cuatro años) pero no especialmente dificultoso. Verdaderamente las
modernas herramientas de investigación, muy potenciadas por la facilidad de
acceso a las fuentes de investigación —bases de datos, archivos, hemerotecas—
que posibilitan las nuevas tecnologías on-line, permite superar con enorme
rapidez y fiabilidad cualquier duda o cuestión. Así que en realidad todo se
reduce a una mera cuestión de tiempo, paciencia y curiosidad. Algo de lo que yo
dispongo, fundamentalmente, porque el descrédito que la vida actual me causa ha
hecho que me recluya en estas investigaciones a modo de retiro particular.
Vamos, algo así como si hubiera encontrado el «rincón donde poderme esconder».
-¿Cómo eran tus protagonistas, aquellos que hicieron la vida imposible a
los franceses?
-Hombres
rudos, analfabetos o muy poco letrados, gentes endurecidas por la muchas
dificultades de sus vidas cotidianas, templados por mor de las durísimas faenas
que desarrollaban bajo condiciones extremas —en invierno y en verano— dimanadas
de un clima aterrador que pocas veces les compensaba de su esfuerzo y dedicación.
En la Mancha se vivía mal, muy mal, siempre al borde de las condiciones de una
mera subsistencia y un durísimo pasar. Lo que forjaba hombres templados,
violentos, pícaros y contrabandistas, actividades que realizaban como meros
modos de complementar y superar tan duro vivir. También, por ello mismo,
hombres muy volubles y fácilmente manipulables desde el peso de lo establecido
por la tradición: el orden natural del poder político y el peso de la religión.
Por eso los púlpitos se convertirían en el máximo foro de propagación de la
reacción: curas enaltecidos por el fanatismo a los que el temor de perder sus
privilegios, bajo el peso de las nuevas ideas traídas por la ilustración,
convertían en despiadados propagandistas, y gentes llanas y humildes, valerosas
y violentas, sacadas de su anonimato y elevadas por la guerra a rangos sociales
imposibles de alcanzar en la situación anterior. Una diabólica combinación que
resultaría fatal para las tropas invasoras del ejército de Napoleón.
-¿Ha habido alguna "vida guerrillera" que
te haya sorprendido por encima de cualquier otra?
-Los
guerrilleros manchegos tenían, por razón de origen, muy diferente condición
social, de modo que su ascenso a la categoría de líderes, sobre todo el de
aquellos situados en los más bajos niveles del escalafón social, siempre
resulta digna de admiración.
Pero
quizá haya sido la vida de Francisco Abad, alias Chaleco, la que me haya
causado más impresión.
Tengamos
en cuenta que "Chaleco" era miembro de una familia de labradores valdepeñeros
medianamente situados y de cierto nivel. Poseía, pues, una relativa instrucción
y cierto grado cultural. Pero también, por ello mismo, provenía de un entorno
claramente vinculado con el absolutismo y el "orden" tradicional.
Además era hombre de complexión física no muy dotada para la lucha y el
sufrimiento. Sin embargo soportó con entereza todos los sinsabores derivados
del liderazgo y de la vida guerrillera, a la par que la reflexión sobre las
atrocidades que contempló le llevo a evolucionar, rompiendo su tradición, hacia
las ideas liberales. Unos ideales que a la postre, años después, serían la
causa de su defenestración y muerte en patíbulo con deshonor. Todo un
reconocimiento de la «patria» ante tanta honradez y valor.
-¿Qué acciones llevan a cabo los guerrilleros
manchegos en la mayor parte de sus intervenciones?
-Podríamos
hablar de dos fases muy diferentes en su actuación. La de los inicios, durante
la primavera-verano de 1808, cuando sólo son un conjunto de hombres
despechados, heridos en su honor y en lo más profundo de sus sentimientos,
represaliados en sus personas o en la de sus familiares por los ejércitos
franceses que se desplazaban hacia Andalucía, gentes que se «echaron al monte»
como único modo de poder continuar la lucha contra el invasor. Son partidas
pequeñas y dispersas, sin jerarquía, sin armamento ni instrucción militar, sin
casi víveres ni medios para sobrevivir, las que se van a enfrentar al enorme
poder que significaba la maquinaria bélica de Napoleón. Por tanto sólo podrán efectuar
acciones de guerrilla contra correos y destacamentos dispersos y de escasos
efectivos. Con todo, y aún sin ser conscientes del valor estratégico de su
actuación, lograron cortar las comunicaciones entre los distintos ejércitos
enviados para ocupar Andalucía, y de estos con su Estado Mayor. La victoria de
Bailén debe una gran parte de su resultado a la eficacia militar de esta
incomunicación.
La fase
posterior deviene con la segunda ocupación del territorio tras las victorias de
Napoleón, su llegada a Chamartín y la consolidación de José I como rey. Obedece
ya a una lucha de estilo más formal; reguladas e integradas las partidas
guerrilleras como fuerzas militares del ejército español.
-La Mancha jugó un papel como territorio de paso,
de transición ¿Qué nos puedes comentar?
-Que así
fue, al menos en los primeros momentos del conflicto, cuando los ejércitos
franceses sólo la recorren como camino, paso obligado a través del camino real,
en su marcha hacia Andalucía. Incluso es considerada «tierra amiga» por el
propio general Dupont. Quizá fue por ello, y por las exiguas guarniciones que
éste dejó a retaguardia, que la rebelión manchega tras el paso de las primeras
tropas pudo sorprender al ejército invasor y facilitar las primeras «victorias»
preludio de la de Bailén. Posteriormente, tras la segunda ocupación del
territorio por los franceses, estos se cuidaron mucho para no repetir el mismo
error. La Mancha fue ocupada de forma permanente a la vez que sometida con
especial saña y dolor.
-Cómo ha sido, cómo mezclar en
este libro, la parte de historia, debidamente documentada, y esa parte de
imaginación que es imprescindible en toda obra de ficción.
-Cuando
me decidí a escribir esta novela llevaba años pensando en ella, aunque siempre
demoré su comienzo por miedo de enfrentarme a un trabajo que dudaba si sabría
acabar. Luego, cuando lo inicié, buscaba cualquier pretexto o excusa para
alejarme de sus páginas, tal era la zozobra que me producía su elaboración. Y
todo ello porque no era capaz de escribir ni una sola página que resultara
fruto exclusivo de mi imaginación, lo que me llevaba, una y otra vez, a
adentrarme en el campo de la investigación. Así que pasaba horas y horas entre
lecturas y pesquisas, tomando datos, notas, apuntes, fechas… Pero luego se presentaba
la obstinada realidad: había que clasificar todo ese material y ponerse a
escribir en un intento de novelarlo, de compaginar en suma con esa parte de
ficción que debe ser parte consustancial de toda novela. Tenía que conseguir
que, tras pasar el filtro de la literatura, no se distinguiese lo que era
realidad, de lo que era ficción. No fue tarea fácil. Pero surgió
«Guerrilleros»: el esfuerzo y su compensación.
-Cómo ves el papel de los aldeanos, aldeanas…
hombres y mujeres que trabajaban la tierra y que desde pequeños pueblos les
tocó vivir y «hacer a su manera» la guerra.
-Como ya
hemos referido en alguna pregunta anterior, en la Mancha y en sus pueblos, se
vivía mal. Se malvivía de intentar sacar adelante unas cosechas que si ya era
milagroso el conseguirlas subir, luego venía «la langosta» y acababa con ellas.
La hambruna, la miseria, eran situaciones consustanciales de vivir en estas
tierras. Con esas condiciones, huelga pensar cuáles serían los niveles
sanitarios y de alfabetización que caracterizarían a sus habitantes. Y con
todos estos condicionantes habrían de soportar las consecuencias de una guerra
de ocupación por parte de un ejército extranjero que había implementado como
modo de abastecimiento la requisa sobre el terreno y la población. Terribles
acontecimientos que escapaban a su comprensión, pero que a la vez, y quizá por
ello mismo, eran exaltados por el poder tradicional —nobleza, clero,
autoridades— que unas veces actuaban en favor de las fuerzas ocupantes,
mientras otras les declaraban la guerra a discreción. Una situación que en el
mejor de los casos condujo al pueblo llano a una situación de mera subsistencia
en condiciones horrorosas, cuando no a la muerte tildados de colaboracionistas
por uno u otro de los bandos en cuestión.
-Los guerrilleros eran personas sin muchos
escrúpulos, incómodos para todos, viajando con las alforjas llenas de polémica,
queridos pero también temidos y odiados… ¿Por qué esa bipolaridad entre
guerrilleros y la receptibilidad social?
-Eran
hombres forjados por su propio contexto; por tanto rudos, violentos, con muy
bajo nivel de instrucción, víctimas propicias de su propia condición; en suma,
el resultado de actuar según los dictados propios de su instinto, casi todos
primarios y de muy baja condición ética o moral. Y aunque existieron honrosas
excepciones por parte de algunos cabecillas más ilustrados o mejor preparados
por su propia condición social —hidalgos, oficiales, miembros del clero—, el
conjunto de las partidas guerrilleras constituían en realidad partidas de
auténticos maleantes que bajo la excusa de la guerra y el odio contra el
francés, campaban por sus respetos sin que hubiera prácticamente orden que los
pudiera detener. Su paso por poblaciones, las requisas, venganzas y otras
actuaciones similares, dejaban en muchas ocasiones en buen lugar al ejército
francés. Es fácil imaginar por qué fueron temidos y odiados, al mismo tiempo
que ensalzados, según la propia experiencia vivida por cada pueblo en cuestión.
-¿Cómo era y cómo se comportaba el ejército francés
y sus seguidores?
-Habría
que diferenciar según el momento histórico y la acción de que se trate. No era
lo mismo el paso de las tropas y su asentamiento en los primeros momentos,
cuando todavía se consideraban como amigos y aliados, que cuando hablamos de
tomas y ocupaciones derivadas de acción de guerra. En general el comportamiento
de la oficialidad era honorable y cortés; el de la soldadesca zafio y patán. Un
comportamiento que se convertía en animalesco y criminal en las situaciones de
represalias y saqueos, situaciones que de alguna manera llegaron a constituir
la tónica general.
-¿Cuál ha sido tu metodología de trabajo?
-Se ha
basado en dos pilares fundamentales. Por un lado la inevitable descripción de
los hechos históricos que han sido tratados, como no podía ser de otra manera,
dentro de los cánones más ortodoxos de la investigación histórica: cronología,
documentación de los hechos y ordenación sistemática. Por otro, el mayor reto
ha consistido en definir la forma literaria de narración, que en lo fundamental
presentaba dos problemas; uno, definir claramente a los personajes y buscar el
adecuado tono de narración capaz de describir con ellos la histórica situación;
dos, el recurso al empleo del narrador omnisciente con objeto de poder avanzar
los sucesos de la historia real. El resultado, pues, ha sido una novela
histórica que pretende haber sido documentada en profundidad. El hilo conductor
no ha sido otro sino la propia cronología. Hechos reales que han sido
reflejados de forma fidedigna, empleando para ello no sólo la voz del narrador
omnisciente, sino fragmentos literales de cartas y escritos de aquellos que
fueron sus principales protagonistas. La recreación literaria de sucesos
específicos (motines, vivaques, batallas) y de los personajes que los
fomentaron o posibilitaron se hace recurriendo a la narración en primera
persona en forma de diálogos de los propios personajes. Con ello se intenta dar
el baño literario y creador que toda novela debe aportar.
-¿En qué estás trabajando ahora?... Nos puedes dar
alguna pista.
-Si la
investigación sobre los comienzos del siglo XIX en esta tierra manchega ha
resultado un trabajo especialmente gratificante y enriquecedor, el final de
siglo, con las guerras coloniales de 1898 y la pérdida final del Imperio, era
el siguiente y lógico punto de inflexión. La Guerra de Cuba (1895-1898) y sus
consecuencias en el campo manchego es mi nuevo objeto de preocupación. Hasta el
momento tengo realizada toda la investigación social, económica y militar.
Falta decidir si será una obra novelada como «Guerrilleros» o se publicará como
ensayo de investigación.
21506
Guerrilleros (La
Mancha, 1808-1823).
Mariano Velasco Lizcano
239 páginas 15x 21 cms.
15,00 euros
Círculo Rojo
Narrar los sinsentidos de una guerra
es siempre complicado. La de la Independencia dejó un reguero de desolación por
la Península Ibérica que Mariano Velasco rescata del olvido para recordar no
sólo a los soldados, sino sobre todo a los anónimos aldeanos, campesinos,
pueblerinos y alcaldes que tuvieron que enfrentarse a acontecimientos que
escapaban a su comprensión. Y de entre ellos, los guerrilleros manchegos, clave
en la defensa del territorio, hombres sin escrúpulos, polémicos, adorados y
aborrecidos a partes iguales que, sin expertas nociones bélicas, usaron a
conciencia el conocimiento profundo de su tierra para sorprender al invasor.
Desde Aranjuez y su motín hasta la batalla de los Arapiles. Las vejaciones del
ejército francés y la inesperada resistencia casi enloquecida del pueblo
pisoteado. Entre la estrategia de los comandantes y capitanes y las intrigas de
Godoy y Napoleón, contrasta la llaneza de Francisquete, Chaleco, el
Contrabandista y tantos personajes legendarios que el autor ha devuelto a la
vida con pasmosa documentación y detalladas narraciones basadas siempre en
fuentes históricas. No es esta, si acaso ninguna lo es, guerra de orgullos y
condecoraciones, sino de vergüenzas, bajezas, torturas, fealdades y
miserias. Albadalejo, Puerto Lápice, Madridejos, Despeñaperros, Manzanares,
Villarta de San Juan, Villacañas… Nuestros escenarios, como protagonistas de
una historia novelada, o una novela histórica. Un episodio, en cualquier caso,
narrado por primera vez desde los ojos manchegos.
Mariano Velasco Lizcano
"Vine al mundo en Alcázar de San Juan, el año en que los soviéticos
acabaron con el alzamiento popular en Hungría, y en el mes en que se
inauguraron los Juegos Olímpicos de Melbourne, los primeros de la historia que
se celebraban en el hemisferio Sur. Sin duda en este lugar de La Mancha, en vez
del calor que reinaría allí, haría mucho más frío y quizá lloviera y tronara
para hacer honor a Santa Bárbara, patrona que se corresponde con el día en que
nací. La verdad, no fue un mal año.
Pero desde luego debieron de pasar muchas lluvias y muchos fríos hasta que
sentí la llamada que me permitió escribir algo razonable por primera vez. Fue
un artículo de opinión que publicó la prensa local y que aún hoy, todo hay que
decirlo, me sonroja leer. Porque la verdad es que en aquel entonces lo que yo
quería era escribir novelas y cuentos, y en el intento, lo que son las cosas,
varios de ellos merecieron el reconocimiento de algún galardón. Y así pasó el
tiempo hasta que un buen día desperté a la contemplación del Medio que me
rodeaba, lo que me llevó directo hasta el mundo de la investigación. Como
correlato llegó la Universidad, la licenciatura, y una Tesis doctoral que
alcanzó el I Premio de Investigación a Tesis Doctorales del Consejo Económico y
Social de Castilla La Mancha en el año 2002."
Blog: http://editorialcirculorojo.com/autores/mariano-velasco-lizcano/
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