La
Librería de El Sueño Igualitario
Un libro que es el firme testimonio de una
mujer que vivió la represión, más bien represiones de la Cárcel de Ventas a
Ravensbrück, pasando brevemente por Francia.
Esta narración, se encuentra dentro de la
colección de Renacimiento, Biblioteca de la Memoria.
En él se narra el periplo memorialístico
de la secretaria de Pablo Neruda, narrando el horror tanto de las cárceles
franquistas como de los campos nazis.
Cuenta con la introducción de Mirta Núñez Díaz-Balart y con el
prólogo de Elvira Lindo.
El valor de la memoria", está compuesto
de 2 libros: "Cárcel de Ventas" (publicado en castellano en 1967 en
París, en Colección Ebro) y "Destinada al crematorio" (traducción al
castellano de "El carretó dels
gossos", publicado en catalán en 1980 y
reeditado en 2005 por Edicions 62). Estos libros se
completan con la biografía de Mercedes, un léxico de los términos empleados en
el libro, una amplia bibliografía y un álbum fotográfico, según nos comentaba
su hijo Pablo Iglesias Núñez.
Lo que nos cuenta la editorial sobre este
libro:
De las cárceles franquistas a los campos de
exterminio nazis, Mercedes Núñez Targa, mujer de
convicciones del siglo xx (Barcelona 1911-Vigo 1986),
cuenta con sinceridad y talento su increíble odisea. Se trata de un relato en
primera persona donde la autobiografía se completa con un análisis sociológico.
La narración incluye detalles estrictamente femeninos que hacen que el
testimonio sea particularmente interesante. El 14 de abril de 1931 Mercedes
asiste con entusiasmo a la proclamación de la IIª República española. En 1934,
trabaja como secretaria de Pablo Neruda, siendo éste Cónsul de Chile en
Barcelona. El 18 de julio de 1936 estalla el golpe de estado militar de los
generales facciosos. Mercedes pagará con privación de libertad su compromiso en
la defensa de los valores de la República. En 1942, a su salida de la temida
cárcel de Ventas de Madrid, toma el camino del exilio y atraviesa los Pirineos.
Se encuentra de nuevo con sus camaradas de lucha en Carcassonne
y se incorpora a la Resistencia. La detiene la Gestapo en mayo de 1944 y la
envía a deportación. Conocerá el infierno de Ravensbrück. El 14 de abril de
1945, día de su liberación, estaba destinada a la cámara de gas. Mercedes
consagró el resto de su vida a ofrecer su testimonio, considerando como un
deber imperativo transmitir El valor de la memoria. A. Bonet.
Enlaces que te pueden ir bien:
https://gl.wikipedia.org/wiki/Mercedes_N%C3%BA%C3%B1ez_Targa
http://montserrat.llor.net/?p=500
Cazarabet
conversa con Pablo Iglesias Núñez:
-¿Qué es, amigo Pablo, lo primero que recuerdas cuando la
memoria de tu madre te viene a la mente?
-Lo primero que me viene a la memoria es respeto y
admiración por su generosidad y su entereza. Me pregunto si habrá valido la
pena tanto sacrificio viendo el discurrir de la sociedad y la desmemoria que
impera en nuestro país, aunque ella, cuando le preguntaban, siempre contestaba
que, a pesar de todo, si había valido la pena.
-Es un libro muy testimonial como una crónica memorialística de un largo tiempo entre rejas donde conoció
a todo tipo de compañeras y donde vivió, aún en propia carne, todo tipo de
represiones…Hay que tener determinación y mucho más para lograr este resultado
final, logrando transmitir el día a día de las prisiones, el
sufrimiento, la represión, la tortura y la muerte…
No solo transmite el sufrimiento, la represión y la
muerte cercana con el realismo vivido en su propia carne, sino que transmite
también las ganas de vivir, la solidaridad y la dignidad del ser humano. Sus
convicciones y fuerza de voluntad las adquirió ya muy pronto en su juventud.
-Pero es que, además, está muy acertada con el
retrato de sus compañeras…-¿Cómo se logra, cómo crees que se logra que el
pincel de una narradora dé tanto en el blanco a la hora de fijarse en cada una de
las mujeres que dibuja con tanta precisión…puede que en ello haya influido la
convivencia?
-Exacto, mi madre era muy atenta a los demás, decía
que no era escritora, transmitía emociones. En “Ventas”, Mercedes hacia
retratos a lápiz de sus compañeras presas para las familias que no tenían
posibilidad de encargar fotografías. Ese don le hacía fijarse mucho en la
fisionomía y personalidad de cada una de ellas, se puede decir que retrataba a
la gente en sentido propio y figurado.
-La cárcel de Ventas fue un lugar de tortura,
represión, prisión, pero sobretodo como un centro de escarmiento, de
amedrentamiento, ¿no?. -Y un lugar donde también ellas
esperaban a que un día las llamasen para el paredón…Mercedes describe, casi de
manera hiriente, esa espera…
-Sí, “Ventas” no solo fue un lugar de represión y de
tortura, se trataba de destruir la persona haciéndole perder su identidad, su
dignidad así como sus ideales.
Es impresionante ver como Mercedes relata el caso de
las “penadas” (condenadas a muerte) que se inscriben en los cursos impartidos
por algunas presas. Una de ellas le cuenta a Mercedes: “Vengo a aprender a leer. Si me matan, no habré perdido nada. Y si
vivo, tendré un arma más en contra del enemigo…”.
-¿Pudo escribir Mercedes en la cárcel o más
que nada fue como memorizando los diferentes hechos y luego de ser liberada en
Ravensbrück puso negro sobre blanco?
-Tanto “Cárcel
de Ventas”, como “El carretó dels gossos”
fueron escritos a posteriori. En 1950, mi madre empezó publicando de forma
anónima lo que sería el embrión de su libro “Cárcel de Ventas”. Lo
publicó en varios capítulos en la revista “Mujeres
Antifascistas Españolas” cumpliendo una promesa hecha a sus compañeras de
cautiverio en “Ventas”: “Explica a los de
la calle lo que has visto aquí”. “Esta frase pronunciada por una reclusa de
Ventas al darme el abrazo de despedida, me ha estado arañando la conciencia
como una promesa no cumplida. Hasta que, a veinte años de distancia, como he
podido, como he sabido, he pergeñado este relato forzosamente incompleto”.
En cuanto a “El carretó dels gossos”, Mercedes cuenta
en una entrevista: “Un momento dado estuve muy enferma (eran los años 60) y creí que me moría. Cuando creí que me
moría decía: “Mira, me voy a morir y no he escrito todo lo que viví en el
campo” porque cada uno debería dejar un testimonio de lo que ha visto.
Entonces, cuando me puse un poco mejor, pensé que había llegado el momento de
escribirlo. Me puse y lo escribí casi de un tirón”.
-En esta narración autobiográfica y memorialística
de su periplo sobre lo acontecido en las cárceles franquistas y fuera de ellas,
en el campo de concentración de Ravensbrück hay también mucha reflexión sobre
la sociedad, ¿lo ves también así?
-Pienso que efectivamente, además de ser un
testimonio, es, a la vez, un análisis sociológico de la sociedad que la rodea.
Analiza los comportamientos, tanto de las víctimas, como de los verdugos con
mucha minuciosidad.
-¿Cómo fue para tu madre, cómo recuerdas que
te contase su recuerdo con la llegada de la II República y de los valores
republicanos?-Eran, fueron aquellos años, años apasionantes para la mujer con
el voto, las voces que se alzaron en las diferentes instituciones, la mujer que
tomaba, ya, casi cualquier lugar más allá del hogar…-En 1934 tu madre entra a
trabajar de secretaría de Pablo Neruda, siendo éste Cónsul de Chile en
Barcelona, ¿qué te contó de esta etapa?
-El 14 de abril de 1931, día de la proclamación de la
IIª República, fue para mi madre, en Barcelona, un día de suma alegría e
ilusión. Se avecinaban grandes proyectos para la cultura, para la sanidad, para
la emancipación de la mujer. En aquellos años de la República, ya tenía gran
afán de cultura y emancipación, formando parte de diversas entidades culturales
como el “Ateneu Enciclopedic
Popular” y el “Orfeón del Centro Gallego de Barcelona” y deportivas como “Amics del Sol” y el “Club Femeni
i d’Esports”.
Recuerdo que mi madre contaba como preparaban en el
Consulado de Chile las Olimpiadas Populares de Barcelona.
-¿Cómo vivió los primeros tiempos de la Guerra
Civil?-¿Y cómo fue para ella el transcurso de la contienda?
Cuando estalló el golpe militar faccioso contra la
República, cuenta Mercedes en su libro “Cárcel
de Ventas”: “Los primeros tiros en las calles de mi ciudad dieron al traste con
mi existencia apacible. Ya no se podía ser neutral. Como tantos miles de
jóvenes de mi generación, pasé en unas horas del papel de espectadora pasiva a
la participación activa al lado de la República”.
Durante la guerra desempeñó tareas administrativas en
la sede el Comité Central del PSUC en Barcelona, sito en el edifico de la
Pedrera.
-Al final pierde la libertad, es hecha
prisionera en Ventas donde ve y sufre con muchas otras mujeres que apoyaron,
más o menos directamente, a la República. Ya hemos hablado un poco al empezar
esta conversación, pero de Ventas ¿qué es aquello que más recordaba?
Lo que más recordaba de “Ventas” era el maltrato
infligido por las religiosas y la solidaridad entre presas.
-¿Por qué decide marchar al exilio cuando le
dan la libertad en Ventas? ¿Tanto le asfixiaba el régimen o era más el deseo a
contribuir a la lucha anti fascista en Francia?
-Al verse en libertad provisional por un error
burocrático, mi madre sabe que no tardará en ser apresada de nuevo y se siente
más útil en su lucha contra el fascismo cruzando la frontera de forma ilegal
para reunirse con sus compañeros exiliados, integrantes de la 5ª Brigada de
Guerrilleros Españoles del departamento de l’Aude en Carcassonne en el sur de Francia, los cuales, forman parte
de la Resistencia contra el invasor nazi. Como enlace de la Agrupación colabora
en la elaboración de falsos documentos para los guerrilleros y su domicilio era
un lugar de repliegue para los resistentes del maquis.
-Logra estar unos dos años en la resistencia
hasta que la detiene la Gestapo y la envía al Campo de Concentración de
Ravensbrück…allí vuelve la pesadilla del cautiverio. No me gustan las
comparaciones, pero entró a comentarte sobre las condiciones de Ventas versus
Ravensbrück…
-Mi madre recordaba su paso por la cárcel de Ventas
con más dolor moral y su paso por el campo de concentración de Ravensbrück con
más dolor físico. En “Ventas”, era más joven y se vio abandonada por gran parte
de su familia. En deportación, estaba más curtida a la lucha, al dolor y al
sufrimiento y estaba ya en el exilio, lejos de los suyos.
-Bien, en el 44 ya estaba todo como muy maduro
en el tablero de guerra y en el campo de batalla…¿le veía ella , en
lo personal, salida del Campo de Concentración, cómo veía o preveía aquellos
últimos días de la guerra?—aunque sabemos que estuvo al borde de la muerte en
la enfermería, pendiendo de un hilo—
-Las deportadas más politizadas se las ingeniaban para
tener noticias del frente de guerra a través de las recién llegadas u de otra
forma. La fábrica del Kommando HASAG en Leipzig en
las que trabajaban 6.000 mujeres deportadas de diversas nacionalidades (entre
otras Lise London y mi madre) fue bombardeada en varias ocasiones por la aviación
aliada. Los últimos días, antes de ser liberada, mi madre se encontraba en la
enfermería, allí se podían oír los ruidos de los cañones cercanos. Un día vio
pasar un grupillo de soldados alemanes andrajosos, en desbandada. Esta visión
le trajo a la memoria la retirada del Ejército Popular en Cataluña: “…durante siete años aquella humillación me ha
quedado en la garganta. Y ahora son los otros los que corren”.
-Su estancia en el Campo de Concentración de
Ravensbrück fue relativamente corta, menos de un año, pero fue muy
intensa…almacenó muchos recuerdos que luego se ven reflejado, como casi en una
fotografía, en este libro. Coméntanos. Conoció a muchas mujeres, como Violette Rougier-Lecoq de
la que obtiene sus dibujos, los que podemos contemplar en este libro…ilustraciones
sobre su estancia
-Piensa que por el campo de concentración de
Ravensbrück pasaron unas 123.000 mujeres de 23 nacionalidades en el espacio de
más de 5 años. A esto hay que añadirle que el campo central tenía otros 70
campos satélites. Mi madre coincidió con un número de deportadas pero no con
todas, claro está. Conoció a Violette Rougier-Lecoq después de la Liberación.
-¿Cómo fue la vuelta a la vida fuera de todo
tipo de ataduras , me refiero a las del nazismo?
Seguramente que una mezcla de frustración porque al fin y al cabo su país
estaba bajo la bota del fascismo que ella había ayudado a derrotar en Europa.
Explícanos, por favor.
-Siempre contaba mi madre que, a la Liberación, lo
primero que preguntó era si había caído Franco. La respuesta negativa le supuso
una gran desilusión. Siempre pensó que las tropas aliadas ayudarían a liberar
España del fascismo, pero no fue así.
En una entrevista decía Mercedes: “…al entrar en contacto con la vida normal nos dimos cuenta que
éramos distintos. Notas que tienes deficiencias. Ya no sabes saludar a la
gente, ir a comprar, pagar el alquiler. Además pierdes la memoria, ya no te
acuerdas ni de tu dirección. Hay que hacer un esfuerzo enorme para subir un
escalón en tu vida y ponerte al nivel de la gente normal”.
Cuando volvieron de deportación mucha gente no se creía sus
relatos, razón por la cual muchos
dejaron de contar lo que habían vivido en los campos nazis y se encerraron en
un dramático mutismo. Algunos no lo soportaron y acabaron suicidándose.
Pese a su salud precaria como secuela de sus internamientos,
Mercedes nunca dejó de testimoniar en el exilio. Fue militante activa del
Movimiento de la Paz y participó en numerosos congresos sobre la deportación,
tanto en Francia, Bélgica, Alemania, Holanda, Polonia, Checoslovaquia o Gran
Bretaña. Colaboró con diversas publicaciones francesas y españolas, tales como Antoinette, Heures Claires, Le Patriote Résistant, L’Humanité, Mujeres
Antifascistas Españolas, Libertad, Libertad Para España, Información Española,
Nova Galicia, Mundo Obrero, Treball, Nuestra Bandera…
Coordinó durante unos años un programa radiofónico en Radio España
Independiente, estación pirenaica: “De Ribadeo a Tuy”.
-Explícanos sus últimos años de tu madre ya de vuelta a su país…
-Mi madre nunca dejó sus convicciones y su lucha. Ya
en España, a caballo entre Barcelona y Vigo se involucró de lleno en la vida
política y en la recuperación de la memoria democrática. Como Delegada en
Galicia de la “Amical de Mauthausen y
otros campos”, elaboró un censo de más de un centenar de gallegos muertos
en los campos de concentración nazis, la mayoría en el campo de Gusen, campo satélite del de Mauthausen. Muchos familiares
de estos deportados desconocían el paradero y el final trágico de estos hombres.
Recorrió los Institutos de Galicia y de Cataluña para relatar y mostrar con
documentos visuales las vivencias de los represaliados a los jóvenes. Para
ella, era un deber cumplir con esa labor educativa y de prevención.
-Este libro fue de los primeros libros
testimoniales de las cárceles franquistas al infierno nazi que salió publicado,
aún en tiempo de la dictadura…se publicó en Francia, en francés… ¿cómo fueron
las reacciones a aquella primera publicación? ¿qué
crees que significó para el resto de compañeros y compañeras en el exilio?,
¿animó este testimonio a que se escribiesen otros más?
- “Cárcel de Ventas”, se publicó en castellano
en París en 1967 en la Colección Ebro, con prólogo de Marcos Ana. No tuvo
difusión entonces en España debido a la censura de la dictadura franquista. Se
conocía el libro en los medios militantes del exilio. Años después algunos
escritores e historiadores españoles lo utilizaron como soporte para hablar de
la represión de la mujer en las cárceles franquistas.
Este libro, “El
valor de la memoria”, es un compendio de dos libros: “Cárcel de Ventas” y “Destinada
al crematorio”, completado con una biografía de Mercedes Núñez, de una
amplia bibliografía, de un léxico y de un álbum de fotografías y documentos.
“Destinada al crematorio”, es la traducción al
castellano de “El carretó
dels gossos”, publicado
en catalán en 1980 por Edicións 62 y reeditado en
2005 y se publicó en 2011 por la Editorial Renacimiento. Le seguiría la
traducción en francés publicada por la misma editorial con el título de “La valeur de la mémoire” en 2012.
24593
El valor de la
memoria. De la Cárcel de Ventas al campo de Ravensbrück. Mercedes Núñez Targa.
Prólogo de Elvira Lindo. Introducción de Mirta Núñez
Díaz-Balart
336 páginas 15 x 21 cms.
20.00 euros
Renacimiento
De las cárceles franquistas a
los campos de exterminio nazis, Mercedes Núñez Targa,
mujer de convicciones del siglo xx (Barcelona
1911-Vigo 1986), cuenta con sinceridad y talento su increíble odisea. Se trata
de un relato en primera persona donde la autobiografía se completa con un
análisis sociológico. La narración incluye detalles estrictamente femeninos que
hacen que el testimonio sea particularmente interesante. El 14 de abril de 1931
Mercedes asiste con entusiasmo a la proclamación de la IIª República española.
En 1934, trabaja como secretaria de Pablo Neruda, siendo éste Cónsul de Chile
en Barcelona. El 18 de julio de 1936 estalla el golpe de estado militar de los
generales facciosos. Mercedes pagará con privación de libertad su compromiso en
la defensa de los valores de la República. En 1942, a su salida de la temida
cárcel de Ventas de Madrid, toma el camino del exilio y atraviesa los Pirineos.
Se encuentra de nuevo con sus camaradas de lucha en Carcassonne
y se incorpora a la Resistencia. La detiene la Gestapo en mayo de 1944 y la
envía a deportación. Conocerá el infierno de Ravensbrück. El 14 de abril de
1945, día de su liberación, estaba destinada a la cámara de gas. Mercedes
consagró el resto de su vida a ofrecer su testimonio, considerando como un
deber imperativo transmitir El valor de la memoria. A. Bonet
Mercedes Núñez Targa
(Barcelona, 1911-Vigo, 1986), fue secretaria del poeta Pablo Neruda durante la
República, siendo éste cónsul de Chile en Barcelona. Lucha en la guerra junto
al PSUC, por lo que en 1940 es condenada a 12 años de prisión, e internada en
la Cárcel de Ventas. Liberada ese mismo año por un error burocrático, escapa a
Francia y seguir allí luchando en el maquis contra el fascismo. En 1944 es
detenida por los nazis y llevada al campo de concentración de Ravensbrück,
donde tras sobrevivir varios meses en medio del horror, es liberada pocos días
antes de la fecha en que estaba prevista su ejecución.
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