La Librería de El Sueño Igualitario

LosÚltimos4.jpgCazarabet conversa con...   Paco Cerdá, autor de “Los últimos. Voces de la Laponia española” (Pepitas de Calabaza)

 

 

 

 

 

Viaje a la Laponia Española es un retrato, un relato de un paseo por la geografía de una zona que, aunque atractiva en el contenido y en el continente, pierde , como un gota  agota, población…se desangra por esa herida punzante y que deja un sabor agrio en la boca.

Paco Cerdà, periodista del Levante EMV escribe y describe un paseo, una senda por lo que él llama la Laponia española, lo ha editado, acaba de salir con la Editorial Pepitas de Calabaza, editorial afincada en La Rioja…

Lo que dice Julio Llamazares, el escritor de los lugares sin voz, también de los sin voz y de los silencios más socorridos desde lugares indómitos, escondidos, agazapados y de viajes a sitios donde las gentes, a veces, se confunden con sombras redimensionadas…quizás maltratadas por el tiempo y los tiempos :”Hay libros que a uno le gustaría haber escrito y este es uno de ellos. Los últimos es un viaje al corazón de las tinieblas, solo que a las tinieblas del corazón de España».

La despoblación es un drama en un triángulo peninsular que acecha como un fantasma….lo hace sigilosamente, estrangulando el día y avanzando en la noche más frío y en las calimas de los estíos, quizás un poco más poblados o visitados

Lo que nos ofrece la Editorial pepitas de Calabaza a leer:

«Vine a Motos porque me dijeron que acá vivía un solo habitante, un tal Matías López. Vine a buscar la zona cero de la despoblación, el punto justo donde el tumor de la soledad se transmuta en metástasis extrema de la desolación. Vine un domingo a mediodía buscando a un pastor soltero llamado Matías. Pero no hallé más que silencio y soledad. No encontré otra cosa que un no-lugar en un no-tiempo, una encrucijada geográfica y mental alejada de toda coordenada conocida». Así comienza este viaje de 2.500 kilómetros por la España despoblada, la llamada Laponia del sur o Serranía Celtibérica: un territorio montañoso y frío con 1.355 pueblos que se extiende por las provincias de Guadalajara, Teruel, La Rioja, Burgos, Valencia, Cuenca, Zaragoza, Soria, Segovia y Castelló. En su interior viven menos de ocho habitantes por kilómetro cuadrado. No hay un lugar tan extremo y vacío en toda Europa. Este periplo invernal por una Nada demográfica da voz a los últimos pobladores de un mundo en extinción. Paco Cerdà ha escrito la crónica de los otros, los que se quedaron descolgados de un país urbanizado a gran velocidad que ha olvidado su origen rural.

[...] El silencio nos recibe. La desolación nos rodea. La belleza de la despoblación se despliega con toda su fuerza. Parece una contradicción, una paradoja. Pero es una innegable sensación de placer estético y sentimental que, a un tiempo, inocula el sentido de culpa en quien la experimenta. Nadie debería gozar de la catástrofe etnológica, de la muerte de un pueblo y de su reducción a evocadoras ruinas. No debería uno permitirse el lujo inhumano de sentir regocijo visual de un silencio que es enmudecimiento forzoso, de una paz que es el resultado de una guerra perdida, de una melancolía ajena que no fue más que bilis negra sin ápice de encanto ni atractivo sensorial en quien la padeció en sus entrañas. Nunca la fascinación romántica por el tempus fugit de un pueblo, jamás la decadencia con rastro de muerte civilizatoria debería —por muchas teorías sobre lo bello y lo sublime— conmover nuestro espíritu con fruición y deleite. Uno no debería. Y sin embargo resulta imposible detraerse a la contemplación de esta cruda belleza. [...]

Si te haces con este libro, también puedes hacerte y creemos te gustará con: http://www.pepitas.net/libro/palabras-mayores

Nosotros tuvimos una conversación con el autor, Emilio Gancedo:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/palabrasmayores.htm

La despoblación en España:

http://www.eldiario.es/politica/Castilla-Aragon-Castilla-La-Mancha-Valencia_0_522848591.html

htthttp://www.ceddar.org/p://despoblacion.blogia.com/

El autor Paco Cerdà:

Alma de periodista y puntos suspensivos: http://www.levante-emv.com/autores/paco-cerda.html

http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2015/07/08/periodista-paco-cerda-galardonado-lucha/1288275.html

 

 

Cazarabet conversa con Paco Cerdà:

-Amigo, ¿qué te inspira a escribir esta historia?. ¿Es más un reportaje o más una crónica de un largo y solitario viaje?

-Pisar la aldea valenciana de Arroyo Cerezo y descubrir una vida de extrema solitud y mecida por el abandono sembró en mí el deseo de recorrer toda la Laponia española para hablar con sus habitantes y poder trasladar el rostro humano de la despoblación más aguda. El resultado, creo, anda a caballo del reportaje y la crónica, dos géneros periodísticos que se entremezclan en una relación simbiótica. Ni quería ser un viaje personal, ni una mirada aséptica.

-Paco, por favor, cuéntanos un poco el viaje: desde dónde partes, los primeros lugares, el itinerario que te marcaste…

-Salí de Valencia, donde vivo, y las primeras zonas que visité fueron las aldeas del Rincón de Ademuz, los pueblos de la Serranía valenciana y la "zona cero" de la despoblación: los bellos Montes Universales, con menos de un habitante por kilómetro cuadrado. El viaje fue todo seguido, de un tirón, pasando noches en hostales y en alguna vivienda particular. Seguí, más o menos, el sentido de las agujas del reloj: Valencia, Guadalajara, Castelló, Teruel, Zaragoza, Soria, La Rioja, Burgos, Segovia y Cuenca.

-Aunque la narración es en primera persona y te narras todo el rato en solitario..no sé, yo te imaginaba haciendo el viaje con alguien, aunque  no me imagino cómo lo hubieses podido escribir  de hacerlo acompañado, aunque hubiese sido por una mascota. Lo que quiero decir es que si quieres escribir sobre un lugar solitario, que se desangra, que muere lentamente…mejor lo retratarás en solitario, sintiendo cuando llegas y esperas, a veces desesperando, esa soledad, ¿no?

-Hay viajes para hacer acompañado, y otros que creo que es imprescindible descubrir en solitario. Este es uno de ellos: te introduce mejor en el medio que quieres relatar y describir. Te encharca más el "genius loci".

-Porque lo que haces, en tus narraciones, son retratos de situaciones: paso a paso, punto a punto, lugar a lugar….

-Sí: nunca quise tener una visión holística, porque es imposible con los 1.355 municipios que conforman la Serranía Celtibérica o Laponia del sur. Mi objetivo era seleccionar bien casos extremos de despoblación, de resistencia, de olvido, de lucha o de firme oposición al capitalismo salvaje que está devorando las posibilidades de este territorio bello en lo paisajístico y que es reserva de muchos valores que se van perdiendo en nuestra sociedad: silencio, sencillez, amor a la naturaleza, humanidad. Pocos lugares y trabajados a fondo, creo que era mejor que muchos y a grandes rasgos.

img_senguix_20170116-162158.jpg-Y en cada escenario están las personas…escasas, pero los principales protagonistas…personas con sus mascotas, rebaños…

-Las personas son las protagonistas de esta historia, porque es lo que más me preocupa a mí: las desigualdades que sufren, el horizonte que se les plantea. "Voces de la Laponia española", se subtitula. Porque recoger sus voces era el objetivo prioritario de este trabajo periodístico. Y desde el título se alude a ellos: "Los últimos". Es un grito de denuncia y alerta por el proceso de extinción demográfica que está azotando a esta España interior extremadamente despoblada (7 habitantes por km2), en la que no hay apenas niños y por tanto están huérfanos de relevo generacional, y también porque son los últimos en los que piensan las Administraciones, las empresas y la sociedad, yo el primero, en general. Son los olvidados.

-Crees que si queda algo, o aunque no quede, de celtas en las almas y en los polvos de estas tierras se resistirá al destierro forzado, al desarraigo, a la despoblación…

-Son pocos, mayores y con demasiadas heridas en el cuerpo estos celtíberos del siglo XXI. Sus antepasados desafiaron al Imperio romano en una lucha legendaria que ha pasado a la Historia. Hoy, en cambio  apenas podrían conformar un Ejército de personas menores de 30 años para plantar batalla. Pero hay una cosa importante: conservan, en su interior, una capacidad de resistencia, una dignidad en no seguir los dictados de las corrientes mayoritarias que para sí querrían tantos jóvenes de hoy que se ven casi forzados a marchar de su tierra para ganarse la vida. "Mientras estemos, aquí estaremos", me dijo Antonio en Bubierca (Zaragoza). Es la más bella síntesis que jamás he oído de amor sincero a una tierra. Tenemos mucho que aprender de todo ello.

-Me sorprendió un testimonio por encima de cualquier otro en eso del problema de la despoblación y de la posible “solución”, uno de esos habitantes fuertes, aún con edades que deberían doler en artrosis solo en pensarlo, que decía que la gente volverá…Bueno, es una opinión como otra cualquiera, pero lo dice sentenciando cada una de las palabras y sílabas que casi te entra, nos entra cierto ánimo….

-Nadie sabe qué ocurrirá. Las tendencias demográficas parecen claras. Hace ochenta años eran un millón de personas en este territorio. Ahora son 480.000 habitantes. No se ve relevo ni por descendencia ni por emigración: si no hay trabajo, ¿quién va a ir? Pero no pensemos solos en el futuro: que los que quedan tengan los servicios que, como democracia que atiende a sus minorías, merecen.

-Si es un problema  y lo es, hasta reconocido en Europa, ¿por qué me da que no se ponen medidas y digo medidas, no parches…?

-Hay una persona que aparece en el libro que esboza una teoría: aquí no hay votos, no hay consumidores, generan gasto. Y esto no es una sociedad, es un mercado. Cuanto más juntos estemos productores y vendedores, mejor funcionará el mercado y más fácilmente se podrá especular con los bienes naturales de esta tierra. No soy experto en demografía ni en políticas públicas: no tengo recetas y sé que es muy complejo y que puede caerse en el reduccionismo demagógico a la hora de plantear soluciones. Solo soy periodista: pregunto, escucho, miro, cuento. Nada más. Dejo todo lo demás para los expertos.

-Un viaje de 2.500Km por la zona de España más despoblada que abarca: zonas escondidas de la provincia de Valencia, Castellón, Cuenca, Guadalajara, Soria, Teruel…muchos kilómetros de conducir en solitario, muchos ratos a la espera de un único habitante en una aldea, pedanía o pequeño pueblo, casi perdido… ¿se contagia cierta claustrofobia, cierta sensación como de abotargamiento, cierta ansiedad…no sé como de querer aliviar y aliviarse?

-Quien no está acostumbrado a tanta despoblación, como es mi caso, nota un cambio muy intenso. A veces es una maravilla, como un regalo: el silencio, la naturaleza tocándolo todo, el tiempo con una velocidad distinta. Pero cuando pasan muchos días así, quizá por no estar acostumbrado, sí echas en falta algún ruido, algún niño, más movimiento.

-El tiempo, el transcurrir de las horas, minutos, segundos…deben ser más largos, ¿no?

-Son larguísimos. Y con una medida más humana que la rapidez frenética de las grandes urbes.

lucia-albaredes.jpg-¿Hay algún testimonio que te ha, no sé, como impresionado más….no sé, particularmente, a mí lo del niño del pueblo que juega solo, sueña solo, inventa amigos, seguramente que en solitario, sube al autobús, todas la mañanas, solo, construye muñecos de nieve en solitario?

-Las personas que viven solas, como últimos habitantes de sus aldeas o pedanías, me impactaron mucho. Pero la conversación sobre el silencio con Moisés, el prior de Santo Domingo de Silos, no la cambio por nada. Fue muy especial. Como la visita a Les Alberedes, ya despoblada desde hace un cuarto de siglo, junto con una antigua habitante. Ver su mirada ante las ruinas era la viva estampa del patrimonio etnológico y la memoria que estamos dejando escapar.

-Y si nos vamos al escenario: ¿qué lugares  te han hecho sentir como parte integrante de él mismo, seguro que algunas más que otros?

-Pasé una tarde-noche en Morella, puerta de entrada a la Laponia española por el Este. Aunque no figure en el libro, Morella siempre me hace sentir en casa.

-Estoy con esta entrevista cuando esta zona, esta Serranía Celtibérica, está más solitaria que nunca porque estamos en el ojo de la tormenta que es el invierno, cuando todavía vivimos la resaca de la tormenta de nieve y hielo de este Enero del 2017, cuando muchas masías, pedanías y aldeas están incomunicadas….en estos días ¿qué has sentido?, porque, seguramente, has estado pensando mucho en todo ello, ¿no?

-Sí. Ya no puedo mirar el mapa meteorológico como antes. Me acuerdo de todos los hombres y las mujeres que conocí. Y sé que la nieve y el frío son allí especiales, con un manto de silencio que lo abarca todo. Veo ese mapa y pienso en Matías, Faustino, Antonio, Josefina, Moisés, Marcos, Mari Mar, Blas, Cristophe, Lennie, Lucía, Juanito, la escuela cerrada de Moros, el campo de tierra del equipo de fútbol más pequeño de Cuenca, el monasterio de Silos. Todo ha cambiado para mí al ver ese mapa meteorológico en el que parece que entre Madrid, Valencia, Zaragoza y el País Vasco no haya nada. Y sí que lo hay: un conflicto político soterrado, la despoblación extrema, y un puñado de resistentes olvidados.

-Amigo Paco, por último, ¿nos puedes explicar si estás trabajando en algo en la actualidad?

-Sí. Estoy trabajando en lo que más me gusta: el periodismo, en el diario Levante-EMV de Valencia.
Muchas gracias por vuestra atención y por vuestro activismo cultural.

 

 

 

 

LosÚltimos4.jpg24898
Los últimos. Voces de la Laponia española. Paco Cerdá   
176 páginas       14 x 21 cms.
16.00 euros
Pepitas de Calabaza




Primeras páginas:
http://www.pepitas.net/sites/default/files/libros/primeras_paginas/primeras_4.pdf


 

«Hay libros que a uno le gustaría haber escrito y este es uno de ellos. Los últimos es un viaje al corazón de las tinieblas, solo que a las tinieblas del corazón de España».— Julio Llamazares

«Vine a Motos porque me dijeron que acá vivía un solo habitante, un tal Matías López. Vine a buscar la zona cero de la despoblación, el punto justo donde el tumor de la soledad se transmuta en metástasis extrema de la desolación. Vine un domingo a mediodía buscando a un pastor soltero llamado Matías. Pero no hallé más que silencio y soledad. No encontré otra cosa que un no-lugar en un no-tiempo, una encrucijada geográfica y mental alejada de toda coordenada conocida».

Así comienza este viaje de 2.500 kilómetros por la España despoblada, la llamada Laponia del sur o Serranía Celtibérica: un territorio montañoso y frío con 1.355 pueblos que se extiende por las provincias de Guadalajara, Teruel, La Rioja, Burgos, Valencia, Cuenca, Zaragoza, Soria, Segovia y Castelló. En su interior viven menos de ocho habitantes por kilómetro cuadrado. No hay un lugar tan extremo y vacío en toda Europa. Este periplo invernal por una Nada demográfica da voz a los últimos pobladores de un mundo en extinción. Paco Cerdà ha escrito la crónica de los otros, los que se quedaron descolgados de un país urbanizado a gran velocidad que ha olvidado su origen rural.

[...] El silencio nos recibe. La desolación nos rodea. La belleza de la despoblación se despliega con toda su fuerza. Parece una contradicción, una paradoja. Pero es una innegable sensación de placer estético y sentimental que, a un tiempo, inocula el sentido de culpa en quien la experimenta. Nadie debería gozar de la catástrofe etnológica, de la muerte de un pueblo y de su reducción a evocadoras ruinas. No debería uno permitirse el lujo inhumano de sentir regocijo visual de un silencio que es enmudecimiento forzoso, de una paz que es el resultado de una guerra perdida, de una melancolía ajena que no fue más que bilis negra sin ápice de encanto ni atractivo sensorial en quien la padeció en sus entrañas. Nunca la fascinación romántica por el tempus fugit de un pueblo, jamás la decadencia con rastro de muerte civilizatoria debería —por muchas teorías sobre lo bello y lo sublime— conmover nuestro espíritu con fruición y deleite. Uno no debería. Y sin embargo resulta imposible detraerse a la contemplación de esta cruda belleza. [...]



Paco Cerdà (Genovés, 1985) es periodista del diario Levante-EMV.

 

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