Cazarabet conversa con... Jordi Siracusa, autor de “Tierra
de Teruel” (Comuniter)
Un libro desde la narrativa esta vez más
emotiva y evocadora que sale desde la pluma de Jordi Siracusa…
Su pluma es directa, descarada, pero en este
libro, también demuestra más que en otros, con otras dinámicas, que puede ser
reflexivo, sutil rindiendo homenaje a una memoria que nunca debió perderse y
que tenemos “la obligación” de guardar con esmerado cuidado y hasta un poco de
devoción…quizás por el tiempo perdido o por las frivolidades que, a no pocos,
se les desparraman desde el diálogo hablado hasta el lenguaje no verbal pasando
por todo un abanico de acciones.
La estructura narrativa con los “tres personajes”
que incorpora Siracusa hacen del libro algo muy, muy llamativo y que va
llegando muy, muy adentro.
Descubriremos a una pluma, la de Siracusa,
menos hermética y más “tierna”, ¿se puede dar este calificativo?, creo que sí y
sin caer en “conceptos naifs” porque, a veces, a menudo la ternura…la
delicadeza…hace tanta falta como rendir sentida memoria a lo que pasó,
sintiendo y tratando de empatizar, aún con el paso de los años.
La sinopsis del libro: Tierra de Teruel es un homenaje a la
memoria. Una evocación escrita con entusiasmo, amenidad y sutileza por
Siracusa, fruto de las conversaciones y remembranzas con Gregorio Baselga, un niño de aquella guerra que tanto dolor causó;
tanto, que ochenta años después todavía no está del todo superada. Sin embargo,
la novela de Jordi no busca ni el posicionamiento ideológico ni la denuncia. Su
alegato, el de Gregorio, pretende contar unos sucesos que influyeron para
siempre en la mente y en las vidas de quienes los sufrieron y disfrutaron,
porque la novela, como la vida misma, se nutre de lo bueno y de lo malo, de las
lágrimas y de las risas de sus actores.
A finales de 1937 Teruel era una ciudad
frontera de dos visiones del mundo encarnizadamente opuestas. Apenas tenía
valor estratégico, pero sí simbólico para los dos bandos. En uno de los
inviernos más duros que se recuerdan, la ciudad sufrió los ataques y
contraataques de unos y de otros. En mitad de los combates estaba una población
civil soportando las iras de los hombres y las miserias del combate. El gobierno
republicano planteó una evacuación de la ciudad bajo objetivos estratégicos y
humanitarios. Miles de turolenses tuvieron que abandonar sus casas iniciando
una diáspora que nos detalla magistralmente la novela.
El autor nos regala tres personajes imprescindibles
en el relato: la guerra, el niño y el camino. Camino que conducirá al
protagonista central a vivir experiencias bajo el frío, las bombas y el abrigo
protector de su madre. No es fácil el recuerdo, el tiempo es a menudo
implacable, pero tampoco lo es plasmarlo con la delicadeza, incluso con la
ternura, con que lo cuenta Siracusa. No se trata solo de una novela para los
estudiosos de aquellos días, es una narración entretenida, necesaria y
recomendable para casi todas las edades. Conocer el pasado ayuda a no
equivocarnos de futuro. Sobre todo, a las generaciones que, por fortuna, no
vivieron aquellos hechos.
El autor, Jordi Siracusa: Jordi Martínez
Brotons nació en Barcelona, reside en Zaragoza y se define como ciudadano
universal. Su estado civil usual: enamorado. Publicó en 2005 un poemario
titulado Ola en tierra adentro al que siguió su primera novela Adiós,
Habana, adiós. En 2009, junto a otras dos escritoras, publica el libro de
relatos, Veintidós Grullas Doradas. A su segunda novela Al hilo de la
vida, Eulalia de Borbón, la indómita, de 2011, le siguió un nuevo libro de
relatos en el 2013, La Peregrina y otras perlas y la tercera novela Paoletta, la pasión de Haití, en el 2015.
A partir de 2017 y ya bajo el sello de
Editorial Comuniter, editó su novela Pingüinos en París. Bajo dos tricolores,
en la que retrató, a través de unos personajes inolvidables, la liberación de
París por la famosa compañía de republicanos españoles: La Nueve. Al año
siguiente y con nuestra misma editorial inicia la saga de las aventuras de JB,
un director de hotel en la Barcelona de los años setenta, metido a detective y
con el que ya lleva tres títulos: Manila Hotel; Los infinitos nombres del
diablo y La calva de Shakespeare. Ahora Siracusa nos sorprende y
entusiasma con una nueva novela Tierra de Teruel donde relata las
vicisitudes de un niño turolense durante la guerra civil española.
Nosotros ya hemos tenido el placer de que nos
acompañase: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/pinguinosparis.htm
Cazarabet conversa con Jordi Siracusa:
-Amigo, ¿desde dónde surge esta novela
que se pone en la piel de un niño que vive, siente y ve la guerra civil desde
esta tierra áspera, desgarrada y que fue directamente quebrada y desdichada por
la guerra?
-Surge de un compromiso. Primero con las sobrinas
del protagonista y luego con Gregorio, el protagonista de la novela. Un
compromiso con aquel niño -que hoy tiene 94 años -.
-Me da que ya desde el título
"juegas" a rendirle un homenaje a Buñuel y luego con esa mirada desde
el niño...
-No te equivocas, es un homenaje a tres
grandes hombres: Buñuel, turolense de pro, y a André Malraux y Max Aub, director y guionista
de Sierra de Teruel
-En este caso, ¿tu percepción por la narración
te ha cambiado durante el ejercido narrativo de Tierra de Teruel, el ejercicio
y la tarea de narrar?
-Sí, he tenido que ponerme en la
mentalidad inocente de un niño de ocho años. He querido contarlo como él
lo vivió.
-En tus creaciones ¿qué papel quieres darles a
los personajes…teniendo en cuenta que aquí el personaje central, receptor de
sensaciones y transmisor de sus reacciones un niño con mirada de niño…?,
-Siempre procuro ponerme en el papel de los
personajes, ya sean soldados, detectives, infantas de España o niños. Hay que
sentir lo que sintieron ellos, y en los momentos y las situaciones en que lo
sintieron. No se puede escribir sobre un personaje del siglo XVIII o XIX
con expresiones actuales; ni se pueden juzgar sus actitudes sin la perspectiva
del tiempo en que los sitúo.
-¿Me da que siempre quieres que sean los
personajes los que estén por encima de la trama---aunque con esta interaccionan
mucho---y con el escenario, --aunque aquí le otorgas el papel importante?
-Efectivamente, los personajes, su carácter,
sus sueños, sus deseos o sus pasiones, están por encima de la trama, porque el
entramado de la novela está supeditado al o a los personajes. Les creo un
escenario magnífico, históricamente correcto y ambientado con la mayor
exactitud, pero quienes actúan, sufren y aman son los personajes. Sin ellos el
escenario estaría vacío, hueco... silente. La vida se retrata sobre paisajes,
momentos y situaciones históricas, pero para que tenga alma alguien tiene que
vivirla.
-¿Por qué has elegido Teruel?. ¿Cuál y
cómo es el papel que le otorgas al escenario en el que se pasean los personajes
y se desarrolla la trama?
-No es una elección, es el lugar donde pasaron
los hechos. El escenario va cambiando según cambia el personaje principal, son
sus alpargatas las que viajan, su camisa la que se rompe y su estómago el que
reclama algo para llenarlo. En Teruel se inicia el camino, pero la diáspora le
-nos - llevará a otros lugares y sentiremos con Gregorio frío, miedo, pero
también esperanzas y reencuentros.
-Amigo Jordi, ¿qué pretendías al sumergirnos
en este ejercicio narrativo…?
-Podría deciros que está escrito con el deseo
de que nunca más suceda, pero por desgracia, cada día, hoy en Ucrania, mañana
en otra parte, la historia se esfuerza en llevarme la contraria. Entonces, tal
vez está escrito para que no se olvide.
-Se nota que te lo has pasado muy bien
escribiendo, creando e imaginando esta historia, ¿no?... muy diferente al
ponerte en la piel de un niño que las otras obras narrativas tuyas…
-Sí, en verdad lo he pasado bien. He
satisfecho al hombre y he rememorado al niño. Luego las frases y las
situaciones han salido solas, como los dibujos de un calidoscopio. Gregorio me
decía: gíralo. Y yo veía las piezas y colores con una nitidez meridiana.
-¿Te imaginabas tú , en parte, como
niño?
-Es inevitable. Como he dicho antes, para
sentirte mujer debes ponerte en su piel y para sentirte niño debes regresar a
la infancia.
-Son personajes—sobre todo el niño--- que
muestras y haces desfilar en tu historia han ido cambiando tal como los
pensaste en un inicio bajo el influjo de la trama o es más bien algunos rasgos
de la trama los que cambian bajo el influjo, influencia o enamoramiento al que
te someten, como escritor, algunos de los personajes…en este caso la fuerza
descomunal de este niño…
-Las aportaciones de Gregorio han sido
fundamentales, luego todo ha cambiado, incluso situaciones; unas rebatidas por
la realidad histórica, otras acopladas convenientemente al devenir de la
novela. Como muy bien dices, conforme se desarrolla una novela uno se siente
influenciado, incluso sometido, por los personajes. En el caso de Tierra de
Teruel, el enamoramiento fue inmediato.
-Los niños cuya fuerza de fuerzas eran tan
bien entendidos por escritores como Delibes—me acuerdo de aquel Mochuelo—o de
Rivas…
-Efectivamente, Delibes retrataba a los niños
maravillosamente, aunque pasaran de los sesenta años y jugaran con la Milana bonita.
-Amigo, ¿nos puedes hablar del proceso de
documentación, búsqueda de fuentes, lectura de libro y demás que hay detrás de
este libro? Período apasionante, pero muy afanoso y trabajoso que, a veces,
incluso nos puede sumergir en cierta ansiedad.
-Tenía como base el relato de Gregorio. Luego,
claro está, me he obligado a comprobar la veracidad histórica. Así, he tenido
que recurrir a documentación de la guerra y descubrir a personajes con los
que el protagonista había perdido contacto desde hacía muchos años. Todos y
todo estaba allí. A mí, personalmente, no me causa ninguna ansiedad hurgar en
el pasado, en las hemerotecas y en las bibliotecas y si todavía hay
supervivientes hablar con ellos. Es todo un placer.
-Y,¿ cómo ha sido el
día a día de trabajo, tu metodología de trabajo para construir este libro de
narración?
-He dejado fluir a las sensaciones y a la
materia con la que están hechos los cuentos: la realidad imaginativa.
-Este trabajo, ¿te ha abierto la mente
y la curiosidad a indagar más sobre algunos de los aspectos tratados en el
mismo?; ¿nos puedes hablar de trabajos en los que estás sumergido ahora?
-Ya había tocado en otras obras la Guerra
Civil, Pingüinos en París es prueba de ello. Pero mi mente siempre está
dispuesta a descubrir el pasado. El próximo trabajo será una novela sobre el IX
conde de Peralada. Un seductor, espadachín, espía y diplomático al servicio de
Carlos III y amigo personal y de aventuras de Giacomo Casanova.
-Jordi, te has convertido en un escritor muy
prolífico, seguro que ya estás metido en otra historia, coméntanos por favor…
venga amigo estírate un poco y danos alguna
“pista” sobre lo que estás trabajando en estos momentos…
-Ja, ja... sin favor, es un placer. Ya lo he
apuntado en la pregunta anterior. Pero imaginaos al conde recorriendo las
cortes europeas, firmando pactos con la Sublime Puerta, batiéndose por una
dama en cualquier perdida dehesa de Madrid, fundando la Academia más sexual y
descarada del reino, trepando por balcones, escapándose de los encierros sin
rejas que le detengan, viajando por medio mundo y cabalgando por caminos y
veredas...
-Te llevas muy bien con Comuniter porque ya no
es la primera novela que editas con estos editores de Zaragoza…
-Sí, Manuel Baile es un magnífico editor.
Llevaba media docena de libros con otras editoriales, pero con Comuniter
he tomado asiento. Después de Pingüinos en París, han publicado mi trilogía
sobre los Misterios de JB: Manila Hotel, Los Infinitos nombres del Diablo y La
calva de Shakespeare. Ahora ha aparecido Tierra de Teruel y en breve lo hará:
Sinfonía en Azul Prusia, la crónica de Ferrán de Rocabertí,
el IX conde de Peralada.
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