La
Librería de El Sueño Igualitario
Un libro escrito, para Queimada Editorial, por
Julián Vadillo Muñoz.
Lo que nos explica la Editorial acerca del
libro:
El siglo XIX es fundamental para entender el
desarrollo del movimiento socialista y qué supondría en las décadas siguientes.
Durante esa centuria el pensamiento socialista fue construyendo un movimiento
crítico al modelo capitalista que le haría presentarse como alternativa al
desarrollo que iba imponiendo la revolución industrial en todas sus fases. Ese
movimiento socialista fue basculando desde posiciones que pretendían ofrecer
una alternativa al capitalismo fundamentada en el ejemplo de la igualdad
(fueron los casos del falanteterio o del modelo
cooperativista orweriano) hasta la cración de sociedades obreras y organismos supraestales que intentaron organizar a los trabajadores
para una salida revolucionaria, como fue el caso de la Asociación Internacional
de los Trabajadores.
Queimada Ediciones es una editorial muy amiga
de esta casa, encontraréis en esta relación de entrevistas las entrevistas que
hemos mantenido con algunos de sus autores y sobre algunos de sus libros: http://www.cazarabet.com/conversacon/editoriales.htm
Julián Vadillo ya se ha sometido, también a
algún Conversa con….:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/brecha.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/porelpanlatierra.htm
El autor, Julián Vadillo:
Este madrileño es Doctor en
Historia por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista
en historia del movimiento obrero y autor de numerosas obras sobre ese mismo tema:
Aproximación a Mujeres Libres; La explosión del polvorín en Alcalá de
Henares—1947--; Mauro Bajatierra. Anarquista y
periodista de acción; El hilo rojinegro de la prensa confederal; Abriendo
brecha. Los inicios de la lucha de las mujeres por su emancipación e Historia
del movimiento obrero en Alcalá de Henares 1868-1939. Además también escribe
numerosos artículos en revistas especializadas y participa en numerosos
congresos nacionales e internacionales. Su interés por la historia de Rusia y
su movimiento obrero le ha llevado a recopilar durante años información y
numerosas fuentes que dan lugar a este trabajo (esto lo recogíamos cuando
publicó el libro Por el pan, la tierra y la libertad. El anarquismo en la
revolución rusa—Volapük, 2017).
Colabora, además, como articulista
en varias revistas especializadas españolas, francesas y argentinas, ha
participado en diversos congresos nacionales e internacionales. Imparte,
también, conferencias sobre la historia del anarquismo y del movimiento obrero
en Inglaterra (invitado por Paul Preston en London School
of Economics), Francia y España. Su campo de estudio
también se sitúa en la recuperación de la Memoria Histórica y la represión
franquista, colaborando con movimientos memorialistas.
Cazarabet conversa con Julián Vadillo:
-Julián,
¿desde qué necesidad sale este trabajo tuyo que tiene como resultado final este
libro?
-Este trabajo nace con motivo de una
conferencia a la que la Fundación de los Comunes me invitó en enero de 2017. Yo
llevaba años leyendo sobre cuestiones relacionadas con el socialismo
decimonónico, debido a mis estudios en el campo del movimiento obrero. Eso me
llevó, en un primer momento, a leer a los clásicos del socialismo para poder
ver de donde provenían las ideas que fundamentaron la creación del movimiento
obrero. Una labor que comencé hace muchos años. La invitación a las jornadas
“Democracia y contra democracia en la política moderna” tenía como finalidad
que hablase de las experiencias y las ideas del socialismo antiautoritario del
siglo XIX.
La cosa es que cuando terminé de preparar la
conferencia me di cuenta que me había pasado en contenido. Lo que hice fue
adaptar mi texto inicial a la conferencia y luego pensé en la posibilidad de
publicar el texto originario. Ahí entró Queimada ediciones, que mostró interés.
Lo que hice fue adaptar algunas cosas e introducir un capítulo sobre la Primera
Internacional y otro sobre la Comuna de París, uno de los acontecimientos que
más tiempo me ha llevado en leer y del que he acumulado, con el paso de los
años, multitud de bibliografía en castellano y en francés.
Una vez que se aprobó la publicación del texto
lo hice con una idea clara: acercar de forma amena y sencilla el origen y
desarrollo del socialismo en sus vertientes más famosas. En un libro pensado
para profanos y para estudiantes. No es un manual ni una historia general del
socialismo. De esas hay muchas y muy buenas. Este pequeño libro lo que hace es
sintetizar las principales corrientes del socialismo, acercarnos a ellas de
forma clara y sintética, si bien se hace mayor hincapié en las corrientes del
socialismo antiautoritario.
-Julián, en “el
socialismo” ideológicamente, ya desde su origen, siempre han habido tantas
posturas enfrentadas como otras tantas maneras de enfrentarse al capitalismo.
¿Es así? ¿Cómo lo ves?
-El socialismo es un movimiento heterogéneo,
con multitud de interpretaciones, que con el paso del tiempo se fue haciendo un
cuerpo doctrinal más estructurado. Socialismo hay muchos y en el libro
repasamos algunos de ellos. No es lo mismo Saint Simon
que Fourier, Louis Blanc que Auguste Blanqui, Proudhon que Owen, etc.
Sin embargo, las dos grandes corrientes que cristalizaron posteriormente, el
marxismo y el anarquismo, sintetizaron muchas de las ideas precedentes. Es
imposible entender esas dos grandes escuelas si no se entienden las corrientes
previas. El llamado “utopismo” tiene una riqueza de
contenido, de aspectos y pensamiento que serán la base de muchas cuestiones
posteriores. Esa es una riqueza y un patrimonio tangible del socialismo del
siglo XIX. Esos pensadores dieron paso a experiencias (algunos de ellos, como
Fourier u Owen) y posteriormente se cristalizó en movimientos.
Sin embargo todos parten de una misma base:
una crítica al desarrollo del modelo económico capitalista. Y comprobamos como
las primeras experiencias son propias de alternativa a un movimiento
capitalista en sus primeros estadios, mientras que el marxismo y el anarquismo
conforman la respuesta a la sociedad industrial del gran capitalismo a partir
de la década de 1860-1870.
-Pero, a la vez,
posturas “encontradas”...
-Era lógico que fuesen encontradas, pues aun
partiendo de bases similares generan experiencias diversas. No todos esos primeros
socialistas dan la misma respuesta al modelo capitalista. Y en esas posturas
encontradas encontramos la riqueza del socialismo.
-Esto, de entrada
(enlazo con la segunda pregunta) te dirán que es malo a la hora de vencer al enemigo
que es el capitalismo, pero es a la vez, enriquecedor… ¿Tú qué piensas?
-Los primeros socialistas como Fourier, Saint Simon o Owen no buscaban vencer al
capitalismo por métodos expeditivos. Ellos se basaban en la ejemplaridad para
poder hacerlo. El falansterio o New Harmony no eran
sino modelos alternativos para que los trabajadores se diesen cuenta que el
modelo capitalista era inhumano y que el modelo de socialismo que proponían era
armónico y ejemplarizante. Owen, posteriormente, si fomentó la creación de
sindicatos como unidades obreras de resistencia al capital en busca de reformas
sociales.
No estamos hablando de grandes bloques, por lo
tanto no creo que la experiencia en aquel momento fuese negativa. Otra
cuestión, y es donde se centran muchas veces los debates, es cuando se habla de
la unidad obrera ya a finales del siglo XIX o en el primer tercio del siglo XX,
donde la diversidad de tendencias si pudo ser un problema a la hora de unir
fuerzas contra ese enemigo común. Pero ese es otro debate y se movieron otros
principios. Además, los historiadores no estamos para juzgar la historia sino
para rescatarla y ofrecerla en su justa medida. Las cosas puede que no se
dieran muchas veces como nos hubiesen gustado, pero en realidad fueron así.
-Sobre todo si
miramos al que es llamaríamos socialismo anti-estatal....
-En relación al socialismo antiestatal,
que ocupa la mayor parte del texto, lo que he querido destacar es la
importancia que para muchos pensadores tenía no la conquista del Estado sino la
administración de las cosas, y que a partir de ahí se fueron configurando las
bases de lo que sería el anarquismo. Como todo en la historia, el anarquismo no
nació de la nada y tuvo sólidas bases sobre las que asentar su propaganda y sus
organizaciones posteriores. Es imposible entender las aportaciones de Bakunin y Kropotkin si no
entendemos previamente a Fourier, a Dejacque o a Proudhon, entre otros.
-Este libro tuyo
es un trabajo de síntesis, me imagino, muy fuerte… porque escribir sobre el
socialismo del siglo XIX en casi 200
páginas es un ejercicio muy importante, ¿no?
-Sí. Pero como comentaba en otra pregunta, mi
intención no era hacer un manual de historia general del socialismo. Ni
siquiera del socialismo anti estatal del siglo XIX. Esta más concebido como un
primer acercamiento a las ideas socialistas y la influencia que tuvieron en el
siglo XIX, cristalizando en movimientos como la Asociación Internacional de los
Trabajos o experiencias revolucionarias como la Comuna de París. Lo que puedo
decir es que era algo que tenía ganas de hacer.
-Marx, Bakunin, el movimiento ludita, Babeuf, los cartistas de Londres…... y muchos más en un
siglo que ya heredaba el saberse poderoso ante el capitalismo a la hora de
plantarle cara, aunque hay “corrientes”, para casi cualquier perfil personal, …¿cómo lo ves?; ¿hay muchos personalismos en “el
socialismo”?
-Hay muchas corrientes en el socialismo.
Podemos hablar de socialismos, en plural. Es evidente que estas cuestiones
siempre llevan a personalismo. Una muestra de ello es la denominación de muchos
de esos movimientos: babuvismo, fourierismo,
owenismo, marxismo, bakuninismo,
etc,. Sin embargo, aunque
esas cabezas pensantes estructuraran corpus doctrinales que llevasen su nombre,
lo importante fue la conformación de todo un movimiento de respuesta a la
sociedad capitalista del momento que cristalizaría en movimientos de masas.
-¿Es el
socialismo, “ese viejo topo” como lo describe el prologuista José Luis
Carretero, el punto en común, la palanca o el hilo del que tiran o empiezan a
tirar, desde el pensamiento ideológico en el que convergen todos aquellos que
están contra las zarpas atenazadoras y azarosas del capitalismo? , ¿Es el
socialismo un “gran paraguas” que nos salvaguardará a todos y a todas los que
estamos contrariados desde el capitalismo?---porque lo que está claro es que no
hemos dejado de vivir en el capitalismo más o menos salvaje—
-El socialismo es, ante todo, una respuesta a
la sociedad capitalista. A partir de ahí van surgiendo numerosas escuelas o
formas de entenderlo. Tras estudiar a fondo el socialismo, lo que me queda
claro es que fueron las respuestas más consecuentes y que más gente logró
aglutinar. Hoy todavía el socialismo da respuestas a la evolución del modelo
económico capitalista y ofrece una alternativa a la sociedad del momento. Puedo
gustar o no, pero lo cierto es que su cuerpo doctrinal es el más serio oponente
ideológico a la sociedad capitalista actual. Además el socialismo creó escuela
historiográfica, y también ha dado una forma de entender la historia, de darle
una lectura seria y sosegada donde hay elementos imprescindibles (la clase, los
modos de producción, los medios de producción y consumo, etc.) que los ha
ubicado y les ha dado una lectura. El capitalismo también lo hizo y por eso han
sido los antagonistas eternos de la edad contemporánea.
-Lleva el
subtítulo” "Del pensamiento a la organización”". Sí, bien, el
socialismo, globalmente, puede tener muchas ramas, desde diferentes maneras de
ver y entender cómo plantar cara al capitalismo, pero eso no quiere decir que
estén desorganizadas. Cada familia está bastante “bien organizada”, quizás
demasiado jerarquizada... de manera, que los movimientos de base y los
asamblearios, los de la calle...….si no se revisten verticalmente no son siquiera
considerados….
-En un origen no es así. El socialismo parte
de una base asamblearia y muchas de sus escuelas se proclamaron y desarrollaron
como tal. Fourier, Proudhon, Bakunin,
etc., en ningún caso se les puede considerar jerárquicos, en el sentido de dirigentes
que ordenan y mandan. Muy por el contrario desarrollan un modelo de socialismo
asambleario. Pero a pesar de las diferencias que entrañan los diversos
socialismos en la concepción de la jerarquía o de la dirección revolucionaria,
todos coinciden en la idea de la necesidad de una organización que traslade desde los ámbitos de la lucha
política al modelo de realización social, que haya una adecuación de los medios
y de los fines. De eso se iban a nutrir los movimientos asamblearios, sobre
todo el anarquismo. Lo que criticó el socialismo en muchas de sus ramas era el
individualismo o aquellos que hacían críticas a la organización que también
existieron en el campo socialista. Y, sin embargo, también esas corrientes
individualistas contribuyeron al avance de las ideas socialistas.
-¿Desde según qué lugar llegara el socialismo puede ser
“entendido, leído y reflexionado” de diferentes maneras. Por ejemplo el
socialismo alemán respecto al italiano, el español o el francés...?
-Claro, porque a la ideas luego iban
incorporando las realidad del entorno, las necesidades de las organizaciones,
etc. Esto hizo que en algunos lugares unas lecturas tuvieran más éxito que
otras. Además también muestra la cara más transigente y más intransigente del
socialismo. En aquellos lugares donde determinados socialismos no lograron
adaptar su discurso a la realidad que le rodeó, acabaron perdiendo fuerza y se
convirtieron en movimientos testimoniales. En otros, sin embargo, su influencia
no paró de crecer desde el último tercio del siglo XIX. Un ejemplo claro es
Inglaterra. La tierra donde las lecturas socialistas fueron más aseverativas
acabó con el triunfo de un modelo de movimiento obrero más reformista y las
tendencias revolucionarias del marxismo y del anarquismo no tuvieron tanto eco
como en otros países. Las razones son de muy diverso tipo (sociales, políticas,
culturales, etc.). Esas mismas lecturas se pueden sacar de otros países. ¿Por
qué el anarquismo es más influyente en España que en Alemania? ¿Por qué los debates de la socialdemocracia
alemana les separan en muchos puntos de Marx? ¿Por qué en Francia la batalla se
entabla entre tres modos de entender el socialismo (por un lado Lafargue y Guesde, por otro Jaurès y por otro los sindicalistas revolucionarios de Pelloutier o Pouget)? Esa es la riqueza de la historia del
socialismo y lo apasionante de su historia.
-Hay
algún país que “apostó” o destacó” más que otros dentro del socialismo...
-En realidad muchos. Pero a mí me gusta
destacar, sobre a todo, a Francia. Porque muchos de los grandes pensadores del
socialismo son franceses, porque los debates en el socialismo francés son
intensos y porque fue uno de los primeros países que intentó poner en marcha un
modelo socialista de organización a partir de la Comuna de París. Si partimos
de la premisa de Jean Jaurès, la Comuna es un
episodio más de la amplia Revolución francesa. También es en Francia donde se
desarrolla el concepto de federalismo que
más va a influencia en el socialismo internacional antiautoritario: el
concepto federal de Proudhon. Sin olvidar que las
sociedades obreras que animaron en un inicio a la Asociación Internacional de
los Trabajadores inglesas y francesas.
De todos modos muchos países contribuyeron,
aunque desde un punto de vista personal Francia es para mí pionero en muchas
cosas.
-¿Fue uno de los
puntos de separación dentro del socialismo el hecho del “gobernar con o sin
Estado”?
-Desde luego que sí. Ese fue el principio que
separó a muchos socialistas y fracturó al movimiento obrero. Tras la ruptura de
la Internacional en 1872 donde este tema mucho que ver (junto a los
personalismos, que era evidente en todas las escuelas), el socialismo
internacional nunca más volvió a estar unido bajo una misma organización
supranacional. E intentos no faltaron.
-Pero
organización, algo de organización debe de haber, aunque sea para debatir
muchos aspectos o todos desde una postura
asamblearia…..
-Claro, como he explicado más arriba, para los
socialistas la organización es uno de los ejes fundamentales de sus ideas.
-Pero el XIX es
un siglo, ya, plagado de diferentes revoluciones o intentos revolucionarios...
-Sí, donde estas cuestiones comenzaron a
ponerse en práctica. No solo en los distintos procesos revolucionarios (1830,
1848, 1871) sino en las experiencias que se intentaron plantear (los
falansterios, New Lanark, New Harmony,
Queenwood, etc.) o a través de obras revolucionarias
que hoy son poco conocidas. Porque el Manifiesto
Comunista o ¿Qué es la propiedad?
son famosos, pero hubo muchos otros escritos que en la época causaron un gran
impacto. Todo eso forma parte también de la gran revolución ideológica que se
desarrolló en el siglo XIX.
-Hasta que en el
siglo XX la Revolución Rusa sí que parece marcar un antes y un después en el
mismo hecho de intentar y hacer las revoluciones, desde un punto de vista en el
que ciertamente todo parece arrancar desde diferentes maneras de entender el
socialismo, ¿qué nos puedes explicar?, teniendo en cuenta que tú mismo abordas
esta cuestión de cuestiones en tu libro
Por el pan, la tierra y la libertad. El anarquismo en la Revolución Rusa
-La Revolución rusa, como ya la definí con la
publicación de mi libro sobre el anarquismo en ese proceso, es el
acontecimiento más importante del siglo XX. Pero sería imposible entenderlo si
no nos fijamos en todo lo que ha sucedido en el siglo XIX, en lo que ha sido el
desarrollo del socialismo, de las experiencias como la Comuna de París, y en la
creación y formación de distintas escuelas. Ya en mi libro Por el pan, la tierra y la libertad. El anarquismo en la Revolución
rusa hago un capítulo para hablar de la evolución de los principios
anarquistas rusos durante el siglo XIX.
Si no partimos de los orígenes, de la
formación de las distintas escuelas, es imposible entender los grandes procesos
históricos. Así es con todo en la historia.
-Si pudieses
hacer como una cronología de los personajes que, desde el socialismo,
engendraron o dejaron diferentes semillas para este Socialismo del siglo XIX,
¿a quién o a quiénes destacarías?
-Destacaría a varios, desde luego. A mí me
apasionan los orígenes en la Revolución francesa (Babeuf,
Maréchal, Hérbert, etc.).
Pero si tuviera que elegir, lo haría en particular con dos de esos primeros
momentos.
El primero Charles Fourier, porque logra cerrar
un cuerpo doctrinal coherente. Quizá lo que más se ha destacado de Fourier sean
los falansterios. Pero Fourier también es uno de los primeros que hace una
defensa de la igualdad hombre-mujer. Sin ella no hay alternativa posible al
modelo liberal. Y estas ideas de Fourier las recojerán
sus discípulos. En España, por ejemplo, los círculos fourieristas
comenzaron a publicar un periódico titulado El
pensil de Iberia. En sus páginas nos encontramos los primeros testimonios
de la lucha de las mujeres y realizado por mujeres, en la persona de Margarita
Pérez de Celis. En este sentido Fourier es uno de los
más adelantados socialistas.
El segundo que
destacaría es Pierre-Joseph Proudhon. Porque de Proudhon nos ha quedado la imagen fea en el debate que
tiene con Marx. Sin embargo la obra de Proudhon es
rica en muchos conceptos que serán trasversales a todo el socialismo. Antes de
que Marx hablase de muchas cosas o le diese una visión asentada, Proudhon ya lo había hecho. No hay más que leer sus obras,
que las recomiendo encarecidamente, para darnos cuentas que estamos ante un
economista con una visión muy audaz de su entorno. Y también Proudhon va a desarrollar el concepto del federalismo que
impregnará toda organización libertaria del futuro. El concepto federal de la
CNT en España es proudhoniano y eso se debe al propio
origen de la Internacional. Y las ideas de Proudhon
fueron muy influyentes en la Comuna de París y en el posterior desarrollo del
anarquismo francés, aunque en muchas cuestiones fue superado.
Curiosamente ambos personajes, Fourier y Proudhon, nacieron en la misma ciudad, la hermosa ciudad de
Besançon en el Franco Condando francés.
-Amigo Julián,
eres muy prolífico en tus aportaciones para la comprensión de la historia
contemporánea desde la visión socialista y diría más, mirando más que nada al
anarquismo y al ideal libertario, ¿nos puedes decir en qué estás trabajando en
la actualidad o darnos algunas pistas?
-Pues ahora lo que manda es un proceso de
oposición por el que tenemos que pasar todos los profesores. Pero tengo muchos
proyectos en marcha, algunos saldrán de forma reciente. En breve, y editado por
la editorial Athenaica, saldrá un libro que he
coordinado con los profesores (y también buenos amigos) Rubén Pérez Trujillano
y Eduardo Higueras Castañeda con el título Activistas,
militantes y propagandistas. Biografías en los márgenes de la cultura
republicana (1868-1978). Un libro donde han participado muchos
investigadores e historiadores y se ha rescatado una parte de figuras
desconocidas de la política republicana (en su amplio espectro) en España. Los
coordinadores hemos participado también cada uno con una biografía en el mismo.
En mi caso el elegido ha sido un personaje poco conocido pero que participó en
los orígenes de la Internacional en España y cuya trayectoria es rocambolesca:
Nicolás Alonso Marselau. Este libro estará en
circulación en pocas semanas porque andamos ahora corrigiendo pruebas de
imprenta.
Y luego, por otra parte, y aunque no puedo
anticipar mucho hay dos proyectos firmes. Uno a medio plazo, con el que ya he
firmado un contrato con una editorial para publicar una cosa relacionada con la
historia de la CNT. Y por otro un proyecto a más largo plazo, algo que me
llevará muchos años, sobre la vida de uno de los socialistas franceses más
influyentes.
26688
Socialismo en el
siglo XIX. Del pensamiento a la organización. Raíces, origen y desarrollo del
laboratorio socialista antiestatal en el siglo XIX. Julián Vadillo
Muñoz
162 páginas
12.00 euros
Queimada
"Que el socialismo ha sido uno de los movimientos político, económicos,
sociales y culturales que han marcado el devenir de la humanidad está más que
demostrado en la amplia base bibliográfica que cuenta la materia de estudio.
El presente
libro, en realidad, es una conferencia que se me fue de las manos. Y quizá
quise que se me fuese de las manos, aunque no estaba concebida para hacer un
libro. A pesar de ello a la editorial Queimada le gustó la idea de poder
publicarlo en formato de pequeño libro y solo hubo que hacer algunos cambios
sustanciales sobre el texto originario para poder publicarlo.
Quienes lean
el libro no van a encontrar aquí un manual de historia del socialismo. De esos
hay muchos y muy buenos. Este pequeño libro es más para profanos, para personas
que se quieran acercar a las ideas del socialismo en el siglo XIX y donde se da
mayor atención a las tendencias antiautoritarias por ser las menos conocidas.
Es un libro sencillo y divulgativo pero con una sólida base de lecturas
bibliográficas.
Lejos de
hacer una historia general del socialismo que sería inabarcable, se ha partido
de los orígenes del pensamiento en la Edad Moderna hasta la eclosión de la
Revolución francesa y su caleidoscopio de ideas. A partir de ahí el libro
analiza a algunos pensadores pivotando en tres centros europeos fundamentales
para el desarrollo de las ideas socialistas: Francia, Inglaterra y Alemania.
Posteriormente se analizan las aportaciones de la Asociación Internacional de
los Trabajadores como plasmación práctica de estas ideas, así como un
acercamiento a dos figuras de las que no se profundiza en realidad como son
Marx y Bakunin. El libro se cierra con un capítulo
dedicado en exclusiva a la Comuna de París de 1871, como intento de aplicación
de muchos de los proyectos expuestos de forma teórica.
El último
tercio del siglo no lo he incluido. Es un periodo más complejo, la formación
del marxismo y el anarquismo como movimientos políticos y sociales de masas.
Solo ello sería una nueva monografía.
El libro esta hecho con un objetivo básico: acercar el socialismo de
forma sencilla y compacta (pues abarca un buen número de personalidades) a
todos aquellos y aquellas que quieran descubrir las aportaciones más importantes
del siglo XIX en esta corriente de ideas.
Solo me
queda agradecer a José Luis Carretero su amable prólogo y a la editorial
Queimada su confianza."
Índice
Prólogo de José Luis Carretero Miramar
Introducción
Capítulo 1. Somero acercamiento previo al siglo XIX
Tomás Moro.
El incomprendido Tomás Moro. Utopía y
su
época. Bases e influencia posteriores.
François Rabelais
Tommaso Campanella
Ilustración
y Revolución Francesa
Meslier, Morelly y Mably
Babeuf y la Conspiración de los Iguales
Capítulo 2. El socialismo francés del siglo XIX
Claude-Henry
Rouvroy “Conde de Saint-Simon”.
Los sansimonianos.
Charles
Fourier y el falansterio
Éttiene Cabet y la nueva Icaria
Joseph Dejacque y el Humanisferio
Louis Blanc o el socialismo democrático
Auguste Blanqui o el socialismo vanguardista
Pierre
Joseph Proudhon o el socialismo antiautoritario
Capítulo 3. El socialismo británico: del antiautoritarismo ilustrado al cartismo
William Godwin o el gobierno sin Estado
Robert Owen
o el cooperativismo
Movimineto luddita. Sindicalismo antiestatal frente a
parlamentarismo.
Los
individualistas americanos: Henry Thoureau, Benjamin
Tucker, Lysander Spooner, Josiah Warren
Capítulo 4. El socialismo alemán
Wietland Heinse y el comunismo. Weishaupt y los iluminados
Gotthold Ephraim Lessing y la educación
Weitling y la dictadura revolucionaria. Las Ligas
Capítulo 5. La plasmación ideológica en la organización. La Asociación
Internacional de los Trabajadores.
Capítulo 6. Breves aportaciones de Marx y Bakunin
La
aportación de Marx
La
aportación de Bakunin
Capítulo 7. La era de las revoluciones. La Comuna de París de 1871. El canto
del cisne de la Revolución francesa y el inicio de una nueva etapa.
Los orígenes
de la Comuna
París
sitiado. La proclamación de la Comuna
Las medidas
de la Comuna
Otras bases
de la Comuna
La Semana
Sangrienta y la represión
Conclusiones
Bibliografía
_____________________________________________________________________
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44564 - Mas de las Matas (Teruel)
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