La Librería de El Sueño Igualitario

sin-piedad9166.jpgCazarabet conversa con...   Fernando Mikelarena, autor de "Sin piedad. Limpieza política en Navarra, 1936" (Pamiela)

 

 

 

Fernando Mikelarena escribe este ensayo, estudio de ardua investigación , para PAMIELA…en él el historiador e investigador recopila y recoge los testimonios, personales y sociales, que se manifestaron en una auténtica limpieza política en la Navarra de 1936…Mikelarena se acerca y pone nombres a los responsables, colaboradores y ejecutores de aquellas salvaje represión que como bien dice Mikelarena se impuso sin ningún tipo de piedad…para propagar, además de la represión directa, la indirecta y el miedo y el escarmiento y de esto también sabe muy bien Pamiela con los libros que ha ido editando en esta editorial Miguel Sánchez-Ostíz. Aquello fue una auténtica limpieza étnica, llevada a cabo para “exterminar” a los que o no estaban (ni de entrada ni de salida) con los rebeldes , “la derecha” y el fascismo y , también, sobre los que se despuntaba alguna duda…y los alzados no dejaron flecos, ni uno solo y Navarra, bajo la bota de  fue un claro ejemplo

¿Qué es aquello que nos cuenta Pamiela sobre el libro?
Sin piedad profundiza en las responsabilidades de la limpieza política registrada en 1936 en Navarra, la provincia del Estado en la que la proporción de votantes al Frente Popular asesinados por los golpistas alcanzó cotas más altas.

El libro parte de la necesidad de una visión integral de aquel fenómeno, que incluya también a los responsables del mismo, habitualmente ausentes de los análisis por factores políticos y por tabúes sociales.

El repaso efectuado abarca a los responsables últimos (autoridades militares y jefes de las milicias carlista y falangista), a los ejecutores de los escuadrones de la muerte y a una extensa red de colaboradores anónimos, y contiene un análisis de las características del proceso de brutalización que afectó a ciudadanos aparentemente normales. Los rasgos de la dinámica represiva, la represión requeté y la represión falangista son estudiados de forma exhaustiva, así como la presencia en la sombra de las élites socioeconómicas navarras.

Por último, también se analizan las actitudes negacionistas y de falta de colaboración de los sublevados para con los familiares de los asesinados, al igual que los intentos de memoria inmediata y temprana desarrollados por estos últimos y por los sectores políticos que sufrieron aquella limpieza política. Cuestiones no examinadas con rigor hasta el momento, con lo que este libro abre una nueva forma de tratar a fondo la memoria de aquella atrocidad.

 

Cazarabet conversa con Fernando Mikelarena:

ferni.jpg-Fernando, ¿fue en algún sentido Navarra un punto donde experimentar con la estrategia de actuar sin piedad, con la acción tan directa y el miedo con el escarmiento?

-Sí, creo que puede pensarse que Navarra actuó de laboratorio experimental de la limpieza política llevada a cabo por el bando golpista contra los simpatizantes de la República. Toda Navarra fue controlada ya en los primerísimos días y, tal y como se ve en el libro, se llevaron a cabo centenares y centenares de detenciones con fines de anulación y amedrentamiento. No hay que olvidar que Marcelino de Ulíbarri, el gran experto de la guerra desde los despachos, desarrolló su primera actividad, luego extendida a todo el estado desde el organigrama del estado franquista centrado en labores represivas, en Navarra ya que fue uno de los miembros de la Junta Central Carlista de Guerra de Navarra, el órgano que gestionaría la limpieza política por el lado tradicionalista. En Navarra se empezó a aplicar el decomiso y vaciado sistemático de ficheros de las organizaciones políticas y sindicales de izquierda, luego ya tempranamente exportada a otros sitios, desde esos primerísimos días. Navarra, asimismo, habría sido un campo de pruebas en lo relativo a la brutalización de ciudadanos corrientes instigada desde las autoridades militares y desde la milicias carlista y falangista con el fin de que el mayor número de personas posibles se mancharon las manos con sangre. 

-Allí, en Navarra, más que en ningún otro sitio los simpatizantes de la II República y los que empalizaban con los partidos y sindicatos de la izquierda sufrieron uno de los peores grados de represión: directa e indirecta?

-Una de las aportaciones del libro es el análisis comparado de la intensidad de la limpieza política en las 37 provincias del Estado completamente estudiadas hasta el momento en lo relativo al número de asesinados por los franquistas. Y para ello utilizamos un indicador de nuestra invención, que sería el más depurado estadísticamente de cara a dicho análisis comparativo: el resultante de dividir el número de asesinados por el bando golpista entre el número de votantes al Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936. Nuestro intento sería el primer intento realizado en España de ponderación en términos relativos provincia a provincia, bajo la base de considerar el diferente peso de la población de izquierda, de las cifras de asesinados por los franquistas. Pues bien, como se refleja en el capítulo primero del libro, Navarra ocupa el primer lugar dentro de una clasificación provincial según dicho indicador. Esa constatación no es fácilmente explicable, toda vez que no encaja con las conclusiones a las que han llegado los historiadores que se han preocupado por investigar de forma comparativa los efectos de la violencia política en la retaguardia de las guerras civiles y que apuntan a que en los territorios tempranamente controlados, como el nuestro, la represión no suele mostrar niveles intensos. Tras ese ejercicio de ponderación de las dimensiones de la masacre efectuada por los golpistas en Navarra, se estudian en ese primer capítulo otros aspectos como la variabilidad comarcal y local de la limpieza política en el interior de Navarra, empleando un indicador refinado, similar al anterior, pero más depurado todavía ya que considera el cociente entre los asesinados de más de 23 años (porque la edad electoral estaba en esa edad) y los votantes al Frente Popular.

_mg_0390.jpg_20151104133426_3394_11.jpg-Sin olvidarnos de lo que genera esta represión puesta al día sin nada de piedad, mucho temor, miedo y el vivir varias generaciones con el escarmiento entre las gentes…

-Claro. No hay que olvidar que los familiares de los víctimas, y de los grupos sociales de los que las mismas provenían,  tuvieron que asumir, e interiorizar hasta lo más hondo, el olvido y la desmemoria como pauta forzada de conducta ante la brutalidad del hecho represivo del que nadie podía conocer hasta dónde podía llegar ni su fecha de caducidad. En numerosas familias se renunció a la reivindicación de la memoria de sus familiares asesinados, represaliados o vejados y, a causa de diversas circunstancias, la cadena de la memoria se rompió para su transmisión a los miembros de grupos de edades más jóvenes de las mismas con lo que éstos ya no disponen de la información necesaria para una toma de conciencia articulada en base al alcance de los acontecimientos en el propio linaje. 

-¿De alguna manera se mece entre la sociedad navarra cierto remanso de aquella estrategia?

-Por supuesto. Navarra fue uno de los territorios pioneros a nivel del estado en la exhumación de los restos de los asesinados a finales de los años setenta del siglo pasado y en la realización de listados de los ejecutados por el franquismo en los años ochenta, si bien en relación con esto último, en el libro desvelo que ya el nacionalismo y los republicanos de izquierda en el exilio consiguieron cumplimentar dos primeros listados de fusilados nada menos que en 1940 y en 1946. No obstante todo ello, la gestión institucional de la memoria de la limpieza política de los asesinados por el bando golpista tendría que esperar a mediados de los años noventa. Aunque se ha avanzado notablemente en dicha gestión, tal y como reseñamos en el libro, se ha centrado exclusivamente en el tema de las víctimas y no se ha ido más allá, lo que en nuestra opinión constituye un error.

-Fernando, ¿por qué este libro, hacia dónde va y qué quiere y busca?;¿destapar la verdad, aquello que, en realidad, pasó?; ¿reclamar reconocimiento y justicia para con los represaliados?

-Engarzando con el final de la respuesta a la pregunta anterior, se trata de completar la parcialidad del relato establecido hasta ahora por la historiografía, la memorialística y la gestión institucional y no institucional de la violencia política de la guerra civil por parte del bando sublevado. En ese relato y en esa gestión ha operado un reduccionismo, el del olvido de los verdugos. Los asesinos de la guerra civil han gozado de impunidad no sólo jurídica, sino también historiográfica y memorialística por factores tales como la limitada disponibilidad documental por destrucción deliberada de la misma, la permanencia del “pacto de silencio o de olvido” fomentado desde los partidos políticos mayoritarios durante de la Transición y el vértigo al pasado de la misma sociedad por el miedo a que personas cercanas y familiares hubieran estado involucrados en actuaciones represivas. Abogamos por la necesidad de una perspectiva integral en la gestión de la memoria de la violencia política del bando golpista: las víctimas no fueron víctimas porque sí, lo fueron porque hubo victimarios, porque hubo asesinos. No puede haber un relato sin verdugos, sin victimarios. El derecho a la memoria de los asesinados y nuestro deber de memoria para con ellas así nos lo exige. 

-Hasta que empezaste con esta investigación sobre la limpieza política, muy completa y ardua, y estando con ella… ¿con qué otras aportaciones desde el estudio historiográfico te has ido encontrando?; ¿cómo los valoras?

-Obviaré los títulos más conocidos y me centraré las obras menos conocidas. De la bibliografía consultada la lectura exhaustiva y minuciosa de la literatura testimonial navarra me ha servido de mucho. Me refiero a las obras de Marino Ayerra (¡Malditos seáis!, no me avergoncé del Evangelio), Galo Vierge (Los culpables. Pamplona 1936), Gerardo Guerra (Memorias de un campesino republicano. Caparroso 1936),así como a los testimonios recogidos por José Miguel de Barandiarán  (Gamboa, José María de y Larronde, Jean-Claude (Eds.), La Guerra Civil en Euzkadi, 136 testimonios inéditos recogidos por José Miguel de Barandiarán, Milafranga, Edition Bidasoa, 2006), José de Arteche (en El Abrazo de los Muertos y en Un vasco en la postguerra) o Juan de Iturralde (en sus diversas obras publicadas en los años sesenta). Para establecer un marco teórico a nivel general, creo que es de obligada consulta el libro de Stathis N. Kalyvas (La lógica de la violencia en la guerra civil), del que no comprendo que se haya leído tan poco. De las obras recientes publicadas sobre la guerra civil española destacaría Los excombatientes franquistas (1936-1965) de Ángel Alcalde Fernández, las aportaciones de Carlos Gil Andrés sobre la Rioja, las obras de Eduardo González Calleja y de Rafael Cruz, la monografía de Gutmaro Gómez Bravo y Jorge Marco sobre la violencia y la sociedad en la España franquista, la obra de James Matthews sobre los soldados a la fuerza, etc. También tengo que decir que me han sido muy útiles las entrevistas que José María Jimeno Jurío hizo en la segunda mitad de los años setenta del siglo pasado y que ahora, tras su digitalización, están a disposición de los investigadores. También he de decir que Miguel Sánchez Ostiz no sólo me ha espoleado por medio de la lectura de sus dos obras (El Escarmiento y El Botín). Una conversación mantenida con él en el invierno pasado acerca de la necesidad de un acercamiento al tema desde la historia terminó de centrarme en el proyecto que finalmente ha visto la luz en Sin Piedad.  

Foto2.jpg-Hablas de brutalización: ¿qué hechos históricos a la hora de realizar el estudio en global te han golpeado más por esa brutalidad?

-Creo que una de las aportaciones más importantes del libro es la insistencia en la importancia de los colaboradores anónimos en el proceso represivo y en el proceso de brutalización que afectó a tanta gente, aparentemente ciudadanos normales. Cabe concluir que los responsables últimos del proceso de limpieza política supieron involucrar a numerosos sectores de la sociedad navarra que se mantuvieron en la retaguardia, llegando hasta la base de la misma y haciendo que muchas personas quedaran contaminadas por dicho proceso por medio de los rituales de cohesión primaria de grupo desarrollados en torno al ejercicio de la violencia política. Aunque en muchos casos la ideologización era previa a la comisión de actos inhumanos contra un adversario ya demonizado, en el caso de las personas corrientes que, a fecha de 18 de julio no estaban lo suficientemente radicalizadas, y que seguramente fueron numéricamente muchas más que las anteriores, en el curso de los días y semanas vividas en la retaguardia cultivarían un pathos ideológico, una tensión ideológica, impulsados por los factores ambientales, que los animaría a atravesar límites morales inimaginables anteriormente y a iniciar un proceso interno y permanente de autojustificación.

Los responsables últimos, entendiendo por tales a los mandos militares y a los dirigentes de los órganos de gestión de la represión por parte del Requeté y de la Falange, supieron hacer partícipes de su estrategia exterminadora no sólo a la red de ejecutores que pusieron en práctica la misma y que sería mucho más amplia de lo que nunca podamos llegar a conocer, sino también a toda una miríada de colaboradores que trabajaron en la sombra en labores de castigo y vigilancia de diferente naturaleza, garantizando así el silencio de todos ellos y su impunidad global de cara al futuro en todos los órdenes.

Por otra parte, la brutalidad de la limpieza política desarrollada en Navarra no sólo queda manifestada por el elevado número de asesinatos, sino también por los centenares y centenares de detenciones, por los testimonios recogidos en relación con la vida en los centros de detención, por las características de las sacas y de los asesinatos, por los rituales despiadados que tuvieron lugar.

-Si nos fijamos en el mapa geográfico de Navarra:¿hubo zonas en el que la brutalidad estuvo como más imperante…o fue en todos los lugares bastante uniforme?

-La brutalidad fue mucho más manifiesta en la Ribera y en Pamplona porque en esas zonas fue donde más detenciones y asesinatos hubo, en el caso de la Ribera porque, a diferencia de la Montaña, los simpatizantes de la izquierda no tuvieron la posibilidad de escapar a Francia o a Gipuzkoa y tuvieron que vagar durante días por los montes, acechados por las batidas de voluntarios y de guardias civiles.

pantaila-argazkia_2015-11-09_104235.jpg-Si no te mataban y te hacían preso ¿Qué te esperaba?; ¿de qué dependía que fueses a una cárcel o a un campo de trabajo?

-Según nuestros datos tomados de los presos en dos de los centros de detención (la Prisión Provincial de Pamplona y la Cárcel del Distrito de Tudela) hubo tres veces más detenidos finalmente ejecutados durante los primeros meses con una evidente finalidad de amedrentamiento para todos los simpatizantes republicanos. Todavía habría que afinar mucho más en lo que respecta a la suerte posterior de los detenidos que no fueron ejecutados, es una labor que está por hacer, aunque creo que hay una alta correlación entre el destino de ser ejecutado y el ser considerado como un izquierdista relevante o cuyo asesinato podía ser aleccionador.

-Navarra fue en el siglo XIX un lugar de referencia en el carlismo de la boinas rojas, ¿cómo influyó esto años después en la represión del bando alzado….?

-Dedico un extenso capítulo a la Junta Central Carlista de Guerra de Navarra y a la represión de boina roja. En él, tras apuntar diversas circunstancias sobre el surgimiento y conformación de aquel órgano y sobre los perfiles de sus integrantes, hasta ahora no puestas de manifiesto y que ponen de relieve su supeditación a los mandos militares y a las élites socioeconómicas, se analizan las funciones declaradas y encubiertas del mismo, las limitaciones de la documentación conservada y se proporcionan numerosos detalles de las características de la estructura y de la dinámica represivas del requeté navarro, entre ellos los perfiles de diversas personas destacadas en la mecánica depuradora y ejecutora de dicha milicia. Es de reseñar que todos esos aspectos habían sido hasta ahora absolutamente silenciados por razones que tienen que ver con el negacionismo explícito o con la amnesia interesada, pudiendo ahora el lector hacerse una idea cabal del activo colaboracionismo requeté en la purga exterminadora. Quiero subrayar el significado de las páginas dedicadas a José Martínez Berasáin, a Marcelino Ulíbarri, a Esteban Ezcurra y a Benito Santesteban. También quiero remarcar la trascendencia de la unidad requeté que protagonizaba la represión: el Tercio Móvil. Esta unidad no ha sido nunca mencionada cuando fue la unidad que llevó a efecto las ejecuciones por parte requeté. Me ha resultado llamativo que un experto en la cuestión de las unidades militares requetés como Julio Aróstegui hubiera silenciado el papel real de dicha unidad, cuando la conocía, puesto que la mencionó de pasada.

 -Y los falangistas de Navarra, ¿cómo y de qué manera alimentaron el fuego de esta represión que calificas como “sin piedad”?

-Dedico otro capítulo íntegro a la participación de los falangistas en el proceso de limpieza política. Tras un recordatorio de los indisolubles nexos entre Falange y violencia política, se reconstruye la estructura de la formación en Navarra entre 1933 y 1937, así como los perfiles de los presuntos integrantes del escuadrón de la muerte falangista más famoso (la Escuadra del Águila de Pamplona), cuestiones ambas que no habían merecido tratamiento detallado por parte de nadie. En este caso también quiero remarcar la importancia de los perfiles de represores falangistas poco conocidos como José Moreno, Lucio Arrieta, Galo Egües, Apesteguía, Zabalza, etc.

_mg_0390.jpg_20151104133426_3394_1.jpg-La Memoria en torno a estos hechos, aún por muy brutales que fuesen…no se ha recobrado más en Navarra en otro sitio….diría más, acaso menos porque para recobrar la Memoria hay que mirar los hechos a plena luz, a la cara, sin miedo…pero ahí está el escarmiento y es que vivimos escarmentados frente a afrontar la Memoria Histórica y afrontarla…¿qué nos puedes reflexionar?

-Qué duda cabe que durante décadas se ha inducido al olvido y a la desmemoria por parte de los poderes establecidos en relación con la limpieza política desarrollada por el bando franquista, tanto en Navarra como en el resto del Estado. Ahora bien, dicho olvido y dicha desmemoria también han sido inducidas desde la misma sociedad, por el vértigo a comprobar que nuestros padres o abuelos pudieron haber estado involucrados en ella en el caso de las provincias más tempranamente dominadas y controladas por los golpistas. En el caso de Navarra, la mención de la participación en el proceso de limpieza política por parte de personas relevantes de las milicias requeté y falangista, así como de ciudadanos anónimos, es necesaria porque constituye una clave importante de lo que pasó: al involucrar en los mecanismos represivos a tantísimos ciudadanos normales y al obligarles a “mancharse las manos”, los máximos responsables se garantizaron el silencio y el olvido de toda la sociedad y su absoluta impunidad futura. De cualquier forma, las responsabilidades de las personas que participaron en tales actos no tienen por qué salpicar a familiares. Aunque es posible que algunos familiares de las personas citadas se molesten, el posible hallazgo de nombres de padres y abuelos en hechos reprobables por parte de sus hijos o nietos deberá ser afrontado con madurez por parte de ellos en la medida en que es parcial, e insostenible, un relato de víctimas sin victimarios. Creo que debe superarse definitivamente el denominado “pacto de silencio o de olvido” por el que, en aras del espíritu de la reconciliación, se adoptó en la Transición una especie de convención de no remover temas acerca de la guerra civil que pudieran suscitar divisiones en la opinión pública. Esa política fue perjudicial porque fomentó el negacionismo y la subestimación de las responsabilidades de los ideológica o familiarmente próximos en la generación de sufrimiento al adversario político.  De cualquier forma, el tema es mucho más complejo de lo que podamos inicialmente pensar. No hay que olvidar que en los ochenta años transcurridos desde 1936 han tenido lugar en Navarra, así como en otras partes del Estado, mezcolanzas ideológicas de lo más variopinto dentro de las familias navarras. De padres y abuelos falangistas han salido hijos que se han posicionado en sectores de la izquierda y del nacionalismo. Y a la inversa, en familias de padres republicanos, socialistas, anarquistas o nacionalistas hay ahora hijos o nietos ubicados en la derecha.

 

 

 

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Sin piedad. Limpieza política en Navarra, 1936. Fernando Mikelarena
558 páginas
27,00 euros
Pamiela



Sin piedad profundiza en las responsabilidades de la limpieza política registrada en 1936 en Navarra, la provincia del Estado en la que la proporción de votantes al Frente Popular asesinados por los golpistas alcanzó cotas más altas.

El libro parte de la necesidad de una visión integral de aquel fenómeno, que incluya también a los responsables del mismo, habitualmente ausentes de los análisis por factores políticos y por tabúes sociales.

El repaso efectuado abarca a los responsables últimos (autoridades militares y jefes de las milicias carlista y falangista), a los ejecutores de los escuadrones de la muerte y a una extensa red de colaboradores anónimos, y contiene un análisis de las características del proceso de brutalización que afectó a ciudadanos aparentemente normales. Los rasgos de la dinámica represiva, la represión requeté y la represión falangista son estudiados de forma exhaustiva, así como la presencia en la sombra de las élites socioeconómicas navarras.

Por último, también se analizan las actitudes negacionistas y de falta de colaboración de los sublevados para con los familiares de los asesinados, al igual que los intentos de memoria inmediata y temprana desarrollados por estos últimos y por los sectores políticos que sufrieron aquella limpieza política. Cuestiones no examinadas con rigor hasta el momento, con lo que este libro abre una nueva forma de tratar a fondo la memoria de aquella atrocidad.

 

 

 

 

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