La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Víctor Moreno
Bayona, autor de "Santa Aconfesionalidad virgen y mártir" (Pamiela)
Un libro desde Pamiela bajo la pluma del
escritor e investigador, Víctor Moreno.
Lo que nos dice Pamiela del libro:
España lleva desde 1978 siendo aconfesional o laica por
imperativo constitucional, pero no se nota. Ni siquiera en quienes por
prescripción de su cargo político deberían ser sus más fervientes defensores:
los funcionarios públicos en cualquier modalidad y guiso y los políticos,
representantes de la soberanía popular.
La enseñanza de la religión sigue campando en
las escuelas públicas, los crucifijos presiden ayuntamientos democráticos y
constitucionales, los cargos públicos juran felices ante la Biblia, los
cementerios suelen estar presididos por cruces confesionales, las
inauguraciones de puentes, piscinas, aceras y demás obras públicas se escancian
con agua bendita y un padrenuestro, las fiestas de los pueblos y ciudades son
inimaginables sin misa mayor, procesión y el rosario de la aurora. Con añadir
que los curas hisopan burros, perros, mascotas y camiones está insinuada la
parodia.
En la práctica, España ni siquiera es
aconfesional. Y eso que lo dice la Constitución. Tanto que bien podría hablarse
de santa Aconfesionalidad, virgen y mártir.
La no confesionalidad del Estado establecida por
el Parlamento no la cumple ningún representante de la soberanía popular,
quintaesencia del más universal pluralismo. ¿Por qué la han establecido en la Constitución
si nunca se acuerdan de ella, excepto para vituperarla?
El nacionalcatolicismo tiene la culpa de que los
políticos sean tan poco respetuosos con la pluralidad ideológica y de
conciencia existente en la sociedad española. Este fascismo de la fe, junto con
una tradición dogmática e intransigente, sigue humillando el poder civil hasta
cotas inverosímiles.
El autor:
Este escritor y crítico
literario es Licenciado
en Filosofía y Letras y Doctor en
Filología Hispánica. Es asiduo colaborador en prensa, radio y revistas de
educación y literatura y como articulista ha sido muy prolífico publicando en
revistas especializadas sobre enseñanza y aprendizaje de la literatura,
lectura, escritura, oralidad y temas relacionados con el desarrollo de la competencia
lingüístico-literaria en la adolescencia. Con los años también se ha convertido
en un habitual conferenciante sobre temas específicos de literatura, escritura,
lectura y crítica literaria. Ha sido profesor de Lengua y Literatura
(ESO), y lleva más de cuarenta años impartiendo cursos de formación al
profesorado de Primaria, Secundaria, Bachillerato y Graduados Universitarios en
distintos organismos e instituciones oficiales, públicos y privados.
Ha publicado los siguientes libros:
• Apuntes sobre gramática (Adarra,
Bilbao, 1982);
• El deseo de leer (Pamiela,
Pamplona, 1985, 1993, 1994, 2004);
• El deseo de escribir (Pamiela,
Pamplona, 1994, 1995, 2004);
• El juego poético en la escuela (Pamiela,
Pamplona, 1989);
• Lectura, libros y animación lectora. Reflexiones y
propuestas (Gobierno de Navarra, 2002);
• No es para tanto. Divagaciones sobre la
lectura. (Editorial Prames, Zaragoza, 2002.
• De brumas y de veras. La crítica literaria en los
periódicos (Pamiela, 1994);
• Va de poesía (Pamiela,
Pamplona, 1998);
• Leer para comprender, (Gobierno de Navarra, 2003,
2005);
• Leer con los cinco sentidos (Pamiela,
2003);
• Escritura
creativa (Universidad de Santiago de Compostela, 1996);
• ¿Qué sabemos hacer con la gramática? (2001,
Universidad de Zaragoza);
• Taller de cuentos.
Materias optativas (Gobierno de Navarra, 1995);
• Metáforas de la lectura (Editorial Lengua de Trapo,
Madrid, 1998);
• Lectores competentes (Editorial, Anaya, Madrid,
2004);
• A la lectura por la voz,
el sentimiento y la creatividad (Gobierno de Navarra. 2005);
• Diccionario de escritura. Reflexiones y
técnicas (Pamiela, 2005);
• El desorden social de la blasfemia (Pamiela, 2004);
• El soborno del cielo (Pamiela,
Pamplona, 2005);
Actividades para desarrollar la competencia lectora. 7 volúmenes (Editorial Cenlit, Berriozar 2006):
• Recordar y reconocer (2 vols.)
• Interpretar (2 vols.)
• Valorar (2 vols.)
• Organizar (1 vol.)
• ¿Qué hacemos con Baroja? (Pamiela,
Pamplona, 2008);
• Dale que dale a la lengua. Propuestas para hablar y escribir
textos narrativos y descriptivos (T. 1) (Pamiela,
Pamplona, 2008);
• Dale que dale a la lengua. Propuestas para hablar y escribir
textos expositivos, argumentativos, instructivos y lúdicos. (T.,2) (Pamiela, Pamplona, 2008);
• Fuera de lugar. Lo que hay que leer de críticos y
escritores (Pamiela, Pamplona, 2009).
• Lectura de prensa y desarrollo de la competencia lectora.
Proyecto Mediascopia (Ministerio de Educación,
Madrid, 2009).
Con el seudónimo Ramón Lapesquera ha publicado:
• Navarra Insólita (Pamiela, 1984; Pamiela/Diario de Noticias, 2002);
• Gora el Diario (Pamiela, 1985);
• Caínes navarros (Pamiela, 1993);
• Crímenes en las calles de Pamplona (Pamiela,
1995);
• Apuntes sobre criminalidad en Navarra (Gobierno de
Navarra,1987);
• ¿Luditas navarros en Los
Arcos? (Gobierno de Navarra, 1989);
• De aquellos barros... Prensa navarra y nacionalidad
vasca (Editorial Txalaparta);
• Rafael de Navascués: un navarro antifuerista del siglo XIX (Gerónimo Ustáriz, Pamplona, 1992);
• Villafranca: a merced de las ideologías de la
capital (Gerónimo Ustáriz, 1997);
• Diario de Navarra, 1903-1908. El despertar del
camaleón (Pamiela, Pamplona, 2003);
• Sí me avergoncé de Diario de Navarra, 1908-1946 (Pamiela, Pamplona, 2004);
• Biografia de Sixto Alonso.
2006. Comisión ciudadana de Villafranca (Navarra);
• Biografía de Agustín Arana, 2007. Comisión ciudadana de
Villafranca (Navarra).
Enlaces interesantes :
Cazarabet
conversa con Víctor Moreno Bayona:
- Víctor, estamos en el 2014 y deberíamos decir que estamos viviendo en un
Estado Laico porque así lo recoge la Constitución, pero eso no es así en la
práctica….coméntanos.
-Sólo existe una declaración en el artículo 16.3
diciendo que en el Estado “ninguna confesión tendrá carácter estatal”. Ni
siquiera aparece la palabra laico en la Constitución, palabra que todavía
vuelve catatónica perdida a la Iglesia.
En primer lugar, hay un problema de fondo, de
mentalidad, por el que la sociedad se sigue rigiendo por atavismos seculares y
en los que Iglesia y Estado han convivido la mar de bien a lo largo de la
historia.
En segundo lugar, hay un problema de voluntad
política o, mejor dicho, de no-voluntad, es decir, de no querer llevar a la
práctica las exigencias que de dicha formulación constitucional se derivan. De
hecho, desde que se aprobó la Constitución en 1978, no ha habido ningún
decreto, ni orden, ni ley que aplicase lo que supone el carácter no confesional
del Estado.
Un decreto ley donde se ordene por ejemplo la
retirada de los crucifijos de las instituciones públicas, donde se mande
retirar la cruz presidiendo la entrada de los cementerios, donde se anule la
presencia de los curas en los hospitales públicos, donde se niegue la presencia
de capillas en las universidades, donde se obligue a no asistir a los políticos
a misas, procesiones, en representación de la entidad política a la que
representan, y así sucesivamente.
- De esta manera también podemos decir que lo de una sociedad laica
es algo como de “papel mojado” porque en realidad… ¿cuál es la realidad? O sea:
¿La sociedad española en qué punto se encuentra, respecto al laicismo?
-No se encuentra en ningún lugar. El laicismo no
se ha estrenado todavía en España. Es un concepto virgen. La Iglesia, junto con
los poderes políticos y, tampoco hay que engañarse, apoyándose en una sociedad
permisiva con la institución eclesial, no se ha interesado jamás por dicho
laicismo y menos todavía por aplicarlo en la esfera pública. La defensa del
laicismo no da votos. La palabra laicismo despierta muchas suspicacias, porque
es un concepto no normalizado. En la mentalidad social, el laicismo se confunde
con ateísmo, con anticlericalismo, y con una especie de comecuras
al estilo decimonónico.
No se ha hecho pedagogía política de lo que en
realidad supone el laicismo, como signo de una racionalidad asentada en el
pensamiento individual, autónomo, consensuado, plural, ajeno a las
intromisiones de principios y dogmas que, no solo no se basan en una realidad
empírica, sino que, además, no son compartidos por toda la sociedad.
El laicismo es la base fundamental de la
convivencia democrática. La calidad de una democracia se podría medir por el
nivel de funcionamiento laicista de la sociedad. Cuanto menos laicismo, peor
democracia.
- ¿Y respecto al aconfesionalismo?
-Si no se entiende el laicismo, menos aún se
comprende en la práctica en qué consiste la no confesionalidad de las
instituciones públicas pertenecientes al Estado. Se encuentra en el mismo plano
conceptual de enmarañamiento que el laicismo, que se sigue confundiendo a
posta con el anticlericalismo y con el
ateísmo.
Pero la no confesionalidad no es incompatible
con ser creyente. Tanto el laicismo como la no confesionalidad son cuestiones
geométricas, higiénicas y profilácticas, que buscan la separación entre
conceptos, entre la inmanencia y la transcendencia, la autonomía y la heteronomía, la Iglesia y el Estado, Dios y el César.
Se trata de establecer los límites espaciales de
actuación de una esfera y otra. Y, sobre todo, de que ninguna de estas dos
entidades intervenga en la vida y desarrollo de cada una imponiendo sus
criterios de forma exclusiva y excluyente.
Que la Iglesia siga actualmente haciendo
prevalecer los principios canónicos y evangélicos por encima de los principios
del Código Civil y de los derechos humanos es algo inconcebible en un estado de
Derecho no confesional. Que los actos de pederastia cometidos por un cura sean
considerados pecados y los de un pederasta laico como delitos, es una vergüenza
pública, que deja ver el sometimiento vergonzoso del Poder Civil al Poder
religioso.
-¿Y el
anticlericalismo?
-El anticlericalismo es un invento de la propia
Iglesia con el que se quiere motejar el comportamiento de quienes piden mayoría
de edad y respeto a la sociedad.
Hoy día, quienes son más consciente de estas
esferas de las que he hablado, no nombra para nada el anticlericalismo. No lo
necesita. Para aborrecer a la Iglesia jerárquica e institucional se basta ella sola.
Ahora bien, si el anticlericalismo sigue
entendiéndose como una oposición radical a que la Iglesia siga organizando la
vida de las personas bajo imperativos y dogmas no consensuados civilmente, pues
bien venido sea. Es un anticlericalismo de urgente necesidad.
- Has sido profesor de secundaria, bueno de ESO y vinculado a la escuela
pública; así que me va a ir muy bien para preguntarte: ¿Se puede entender una
Escuela Pública con las religiones, sean cuales sean (aunque solo
sea una) en las aulas?
-Lo que sucede con la enseñanza de la religión
en la escuela pública es, ni más ni menos, que la dejación del poder político
ante las exigencias de la Iglesia. La escuela pública es una institución
aconfesional, por lo que la única manera de que se respete en el currículum
escolar a todas las religiones es no hacer caso a ninguna de ellas. Pero el
Estado sigue complaciendo a la Iglesia Católica de un modo escandaloso.
Es verdad que la constitución dice que los
poderes públicos mantendrán relaciones de cooperación con la iglesia católica y
demás religiones, y que garantizarán el derecho de los padres para que sus
hijos reciban la formación religiosa y moral acorde con sus convicciones. Todas
estas declaraciones son pura contradicción con un Estado Aconfesional. Por
tanto habría que derogar dichos artículos.
Además, en esas declaraciones no se deduce
automáticamente que haya que enseñar obligatoriamente religión en las escuelas
públicas. Esto no se dice en ningún lugar de la Constitución. El problema sigue
radicando en el Concordato de 1953 y los
acuerdos con la santa Sede formulados en 1976 y 1979. De hecho, la cooperación
que establece la constitución es en la práctica, más que cooperación, un
sometimiento a un nacionalcatolicismo pasado de rosca y que bien puede
definirse como fascismo de la fe.
- En los pueblos, Víctor, este
fenómeno que yo llamo de “enmascarar la Escuela Pública” con todos sus valores
es más traumático, quizás porque nos conocemos todos más y nos es más “difícil”
romper con lo de “dar religión”… ¿Cómo lo ves?
- Las gentes de los pueblos, con raras
excepciones, se dejan llevar por la inercia de lo que llaman tradición y por el
aforismo universal de que “siempre se ha hecho así”. Muchos padres no ven el
alcance nocivo que tiene encharcar la conciencia de un niño con nociones y
dogmas que no hay por dónde cogerlos, y, en especial, la noción de pecado.
El respeto obediente y sumiso a las creencias
religiosas por encima de las leyes y de lo que establece la propia constitución
constituye uno de los graves inconvenientes que habrá que superar para que la
sociedad sea capaz de distinguir ambas esferas, la de la tradición y la del
Código Civil.
Si los padres quieren que sus hijos sigan
embotándose la racionalidad con la religión,
no hay por qué oponerse a ello. Pero háganlo en el templo, en la
iglesia, no en las instituciones públicas, porque estas deben regirse no por el
criterio de la estadística o de las mayorías, sino por el respeto al
pluralismo.
- Vamos a ver: si
hablas con la gente, al menos con quien yo hablo y el perímetro es amplio, te
encuentras con de todo, pero, hoy por hoy, con muchos agnósticos y gente que
ya, derechos, van hacia el considerarse ateos, pero, aun así… no hay fiesta del
pueblo que no esté vinculada a un patrón, virgen, celebración religiosa… ¿cómo
se entiende esto?
-Mucha culpa de todo la tiene la tradición,
palabra que tiene la misma raíz que traición. Actualmente, funciona como una
súper norma, por encima de la propia legislación. Nadie quiere oponerse a la
tradición que es el argumento de quienes no tienen más que decir. “Esto se hace
porque se ha hecho siempre así. Y punto”. Por esa regla de tres, podríamos
seguir practicando el canibalismo, la eterización rectal y el lanzamiento
deportivo de ovejas desde el campanario.
El problema añadido a esta tradición de la que
hablamos es que, además, es una tradición religiosa, por tanto, confesional, es
decir, no ajustada a la constitución.
La participación de los ediles en las misas y
procesiones de los pueblos es incongruente con sus cargos públicos. Pueden
asistir a dichas procesiones, pero no deben hacerlo si respetan el pluralismo
de la sociedad en que viven. ¿Quiere esto decir que estoy en contra de las
procesiones confesionales? No. Solo pido que las organice la iglesia y pida
permiso a la autoridad municipal para hacerlas en un día y hora señalados. Pero
el ayuntamiento no debe para nada meterse en semejantes fregados. Y si hay
ediles que quieren asistir a tales manifestaciones, porque ello forma parte de
sus convicciones y creencias personales, pues muy bien, que lo hagan, pero
tendrán que hacerlo como individuos a secas, mezclándose entre la gente y sin
representar para nada al ayuntamiento.
- Y lo de los edificios es también cierto: ¿por qué tiene que haber un
crucifijo en muchos Ayuntamiento, aulas…etc.…? (Si todos los practicantes de
diferentes religiones quisiesen lo mismo tendríamos las paredes de los
Ayuntamientos con multitud de signos religiosos….porque o todos o ninguno)
-Los hay, porque se incumple la constitución. En
este sentido todas aquellas instituciones públicas, sean escuelas,
ayuntamientos, hospitales, cementerios, universidades, bibliotecas, que
permiten la ostentación de cruces o símbolos religiosos confesionales están
fuera de la legalidad, y se pueden denunciar ante la justicia correspondiente.
Lo mismo pasa con el hecho de que los curas
hisopen, es decir, bendigan –menuda palabra en un contexto de no
confesionalidad institucional-, un edificio público con la asistencia de los
poderes públicos. Siento decirlo, pero se necesita disponer de un casquete
cerebral muy especial para caer tan bajo en la escala de la evolución racional.
- Son muchos los que a la hora de jurar cargos lo hacen encima de una
Biblia, con el crucifijo y mencionando a Dios…y eso que la Constitución (¡la
intocable carta magna!) nos “dice” que España es un estado no confesional….
¿para cuándo un alto en estas prácticas?
-¡Para el próximo milenio! Parece hasta mentira
que individuos con cerebros perfectamente amueblados, que hayan, incluso,
participado en la elaboración de ese articulado constitucional, se arrodillen a
continuación ante un crucifijo y juren esto y lo otro. Esto pertenece a una
España negra, oscurantista, encharcado en un nacionalcatolicismo propio, no ya
de los obispos de la santa Cruzada del 36, sino de tiempos Recaredo
y su santa madre. ¡Es pura superstición! Lo mismo daría jurar ante una
calabaza. Si al menos jurar ante la biblia o ante un nazareno constreñido les
impidiera cometer a posteriori o en diferido latrocinios a manta, aún.
Ponen a Dios como testigo en un Estado
Aconfesional y se quedan tan panchos. Ya solo por estos detalles de delicadeza
jurídica y constitucional, el personal debería mosquearse de todo político que
jurase sus cargos ante un crucifijo. No es de fiar. Se está escaqueando de su
responsabilidad civil, para trasladarla a otra esfera que no hay por dónde
cogerla. De hecho, ¿a cuántos políticos sinvergüenzas ha acusado la propia
Iglesia por haber blasfemado, es decir, por haber tomado el nombre de Dios en
vano?
- En el libro te aproximas a diferentes lugares de Navarra donde la
práctica del laicismo no es más que una patraña ¿Tiene mucho, esto también, de
hipocresía? ¿Qué tiene Navarra respecto al laicismo que no tenga otra parte del
Estado….es que el ser una de las cunas principales del “rancio tradicionalismo
carlista” la hace como especial?
-Más que hipocresía, yo diría que es falta de
consciencia, lo que es muchísimo peor. El hipócrita tiene remedio, cosa que el
inconsciente, no. Y cuando esa inconsciencia se apoya en los modos de actuar
tradicionalmente, el cuadro clínico está más que servido. La inconsciencia se
convierte en pandemia. ¿Navarra más meapilas que el resto de las ciudades? Para
nada. En el aspecto del incumplimiento constitucional, se diferencia el canto
de un euro del resto de las ciudades españolas. Navarra no es especial. El
llamado tradicionalismo carlista está presente en muchas ciudades españolas
aunque no hayan notado jamás de la presencia de un carlista.
En mi opinión, toda España participa al mismo
nivel de este meapilismo institucional. Lo peor está
cuando hay ciudades que pretenden ser más nacionalcatólicas
que otras. El caso de Zaragoza durante las fiestas del Pilar da miedo en este
sentido.
- ¿Todavía nos cuesta mucho el catolicismo a cada uno de los
españoles, seamos o no creyentes…? (estoy hablando de cómo financiamos a la
Iglesia Católica de Roma) ¿Sería hora de desvincularse de los acuerdos y
concordatos con la Iglesia de Roma?
-La Iglesia es una rémora económica importante
para el erario, que es, también, aconfesional. Siendo, después del Estado, la
empresa más rica de España, sigue percibiendo cantidades desorbitadas del
gobierno, y eso que en los acuerdos de 1979
anunciaba que poco a poco se iría haciendo mayor y dejaría de esquilmar
las arcas del Estado, y, por tanto, su financiación correría a cargo de su
patrimonio. Tararí que te ví.
Lo de la Iglesia y el dinero es un cuento
macabro. No es de extrañar. La religión tal como la concibe la jerarquía es puro
capitalismo. Si las empresas de la electricidad explotan la luz obteniendo
millones de ganancias, la iglesia lo hace con el miedo y la irracionalidad de
la gente, que todavía sigue anulando su inteligencia con postulados del más
allá. Puro soborno. La iglesia en materia económica se comporta como una puta,
como la gran puta de Babilonia, que decía el escritor Fernando Vallejo. Lo de
las inmatriculaciones de edificios de titularidad pública es una de las mayores
vergüenzas de la historia reciente, y ante la que el Estado no ha movido un
dedo.
- El resultado de la Guerra Civil, con los antecedentes de las políticas de
la II República (en el período donde mandó la izquierda con el Frente Popular),
¿no hizo que los vencedores establecieran una política del nacionalcatolicismo
que todavía tiene sus derivas hoy en día…?(estamos como “de resaca” de aquellos
años)
-Más que de resaca, diría que seguimos con la
misma borrachera. El estado nacionalcatólico se cebó
con saña en negar todo avance laico debido a la II República.
La única manera de ser español era ser católico.
Una cantinela que siguen todavía cantándola el ministro Fernández y la ministra
Báñez, la cual no tiene sonrojo alguno en pedir la
intercesión de la virgen del Rocío para solucionar la crisis económica. En este
campo, no hemos avanzando un ápice. Ni siquiera se consiguió dar un paso al
frente con los gobiernos socialistas. Estos siguieron cagándose por los
pantalones ante el poder omnímodo de la Iglesia. Sin ir más lejos, ni mandaron
al desierto del Kilimanjaro los acuerdos con la santa Sede, ni actualizaron la
ley de libertad religiosa que sigue vigente la que se aprobó en 1980. Con los
socialistas, el nacionalcatolicismo sigue tan fresco como una lechuga de
Groenlandia. Modificar los presupuestos mentales, asentados en una tradición de
más de cuarenta años, no es, desde luego, buena actitud si se pretende alcanzar
el poder.
- Lo de Juan Alberto Belloch es capítulo y aparte, pero creo que hay
bastantes en el Estado… mucha romería, muchas capillas, muchas derivaciones de
los presupuestos a arreglos en los recintos religiosos, mucha Semana Santa como
“evento cultural”…Coméntanos.
-La Iglesia debería pensarse en hacerlo obispo
emérito de Zaragoza o de su pueblo. Su defensa de la presencia del crucifijo en
el salón de plenos del ayuntamiento pertenece a la más alta representación de
la comedia bufa. Defender a capa y espada el nombramiento de una calle de
Zaragoza al fundador del Opus Dei diría que es un insulto a su inteligencia,
pero esta hace tiempo que la perdió. ¿Qué hay muchos casos como Belloch? Bueno,
en el parlamento de Navarra reciben los parlamentarios la imagen de san Miguel
de Aralar y hay que ver con qué unción la besan. De
verdad. Esta gente o añora el tiempo de las cavernas o ha perdido el norte de
la elegancia política, es decir, del respeto al pluralismo de la gente a la que
supuestamente representan. Y sí, es verdad. En un momento determinado, España
se convierte en una romería andante que recuerda a la España Negra que pintara Regoyos a finales del siglo XIX.
¿Cómo es posible que en una España,
constitucionalmente aconfesional, los patronos de las ciudades y de los pueblos
sean santos confesionales? En este
sentido, España es carne de cañón psiquiátrica.
- ¿Qué tiene que pasar para que todo
esto cambie? ¿Con un cambio de rumbo y de maneras de entender la política
basta?
-Yo me conformaría con que se desarrollase una
legislación específica en materia de no confesionalidad. Que se elaborasen
normas, decretos, órdenes y leyes concretas para articular el ejercicio plural
de la no confesionalidad del Estado en todos los ámbitos que le competen.
Los caminos de la religión y de la laicidad no
tendrían por qué enfrentarse lo más mínimo.
Una España aconfesional y laica no quiere decir
que sea atea y anticlerical.
El cambio de mentalidad social suele venir a
veces, y muy lentamente desde luego, por un cambio de legislación, pero, sobre
todo, por una aplicación respetuosa de la legalidad en los ámbitos que le
competen. Pero mucho me temo que, estando de por medio la religión,
intrínsecamente totalitaria, se
conformará con dejar al resto del mundo en paz. La religión es beligerante y
fanática per se. Quiere que todo el mundo asista a su templo, que es lo que en
griego significa fanum,
y de aquí fanático.
En este artículo es muy importante la terminología:
Laicismo: http://es.wikipedia.org/wiki/Laicismo
Aconfesionalidad, Estado
aconfesional: http://es.wikipedia.org/wiki/Estado_aconfesional
Ateísmo: http://es.wikipedia.org/wiki/Ate%C3%ADsmo
Agnóstico, agnosticismo: http://es.wikipedia.org/wiki/Agnosticismo
18141
Santa Aconfesionalidad virgen y mártir. Víctor Moreno Bayona
368 páginas
22.00 euros
Pamiela
España lleva desde 1978 siendo
aconfesional o laica por imperativo constitucional, pero no se nota. Ni siquiera
en quienes por prescripción de su cargo político deberían ser sus más
fervientes defensores: los funcionarios públicos en cualquier modalidad y guiso
y los políticos, representantes de la soberanía popular.
La enseñanza de la religión sigue campando en las escuelas públicas, los
crucifijos presiden ayuntamientos democráticos y constitucionales, los cargos
públicos juran felices ante la Biblia, los cementerios suelen estar presididos
por cruces confesionales, las inauguraciones de puentes, piscinas, aceras y
demás obras públicas se escancian con agua bendita y un padrenuestro, las
fiestas de los pueblos y ciudades son inimaginables sin misa mayor, procesión y
el rosario de la aurora. Con añadir que los curas hisopan burros, perros,
mascotas y camiones está insinuada la parodia.
En la práctica, España ni siquiera es aconfesional. Y eso que lo dice la
Constitución. Tanto que bien podría hablarse de santa Aconfesionalidad,
virgen y mártir.
La no confesionalidad del Estado establecida por el Parlamento no la cumple
ningún representante de la soberanía popular, quintaesencia del más universal
pluralismo. ¿Por qué la han establecido en la Constitución si nunca se acuerdan
de ella, excepto para vituperarla?
El nacionalcatolicismo tiene la culpa de que los políticos sean tan poco
respetuosos con la pluralidad ideológica y de conciencia existente en la
sociedad española. Este fascismo de la fe, junto con una tradición dogmática e
intransigente, sigue humillando el poder civil hasta cotas inverosímiles.
Víctor Moreno Bayona (Alesvés-Villafranca)
Licenciado en Filosofía y Letras.
Doctor en Filología Hispánica.
Es escritor y crítico literario.
Colaborador en prensa, radio y revistas de educación y literatura. Ha publicado
infinidad de artículos en revistas especializadas sobre enseñanza y aprendizaje
de la literatura, lectura, escritura, oralidad y temas relacionados con el
desarrollo de la competencia lingüístico-literaria en la adolescencia.
Habitual conferenciante sobre temas específicos de literatura, escritura,
lectura y crítica literaria.
Fue profesor de Lengua y Literatura (ESO), en el IES. P. Moret-Irubide (Pamplona).
Lleva más de cuarenta años impartiendo cursos de formación al profesorado de
Primaria, Secundaria, Bachillerato y Graduados Universitarios en distintos
organismos e instituciones oficiales, públicos y privados.
Ha publicado los siguientes libros:
• Apuntes sobre gramática (Adarra,
Bilbao, 1982);
• El deseo de leer (Pamiela,
Pamplona, 1985, 1993, 1994, 2004);
• El deseo de escribir (Pamiela,
Pamplona, 1994, 1995, 2004);
• El juego poético en la escuela (Pamiela, Pamplona,
1989);
• Lectura, libros y animación lectora. Reflexiones y
propuestas (Gobierno de Navarra, 2002);
• No es para tanto. Divagaciones sobre la lectura. (Editorial
Prames, Zaragoza, 2002.
• De brumas y de veras. La crítica literaria en los
periódicos (Pamiela, 1994);
• Va de poesía (Pamiela, Pamplona, 1998);
• Leer para comprender, (Gobierno de Navarra, 2003, 2005);
• Leer con los cinco sentidos (Pamiela,
2003);
• Escritura creativa (Universidad de Santiago de Compostela, 1996);
• ¿Qué sabemos hacer con la gramática? (2001, Universidad de
Zaragoza);
• Taller de cuentos. Materias optativas (Gobierno de Navarra,
1995);
• Metáforas de la lectura (Editorial Lengua de Trapo, Madrid,
1998);
• Lectores competentes (Editorial, Anaya, Madrid,
2004);
• A la lectura por la voz, el sentimiento y la creatividad
(Gobierno de Navarra. 2005);
• Diccionario de escritura. Reflexiones y técnicas (Pamiela, 2005);
• El desorden social de la blasfemia (Pamiela, 2004);
• El soborno del cielo (Pamiela,
Pamplona, 2005);
Actividades para desarrollar la competencia lectora. 7 volúmenes (Editorial Cénlit, Berriozar 2006):
• Recordar y reconocer (2 vols.)
• Interpretar (2 vols.)
• Valorar (2 vols.)
• Organizar (1 vol.)
• ¿Qué hacemos con Baroja? (Pamiela,
Pamplona, 2008);
• Dale que dale a la lengua. Propuestas para hablar y
escribir textos narrativos y descriptivos (T. 1) (Pamiela,
Pamplona, 2008);
• Dale que dale a la lengua. Propuestas para hablar y escribir
textos expositivos, argumentativos, instructivos y lúdicos. (T.,2) (Pamiela, Pamplona, 2008);
• Fuera de lugar. Lo que hay que leer de críticos y escritores (Pamiela, Pamplona, 2009).
• Lectura de prensa y desarrollo de la competencia lectora.
Proyecto Mediascopia (Ministerio de Educación,
Madrid, 2009).
Con el seudónimo Ramón Lapesquera ha publicado:
• Navarra Insólita (Pamiela, 1984; Pamiela/Diario de Noticias, 2002);
• Gora el Diario (Pamiela, 1985);
• Caínes navarros (Pamiela,
1993);
• Crímenes en las calles de Pamplona (Pamiela,
1995);
• Apuntes sobre criminalidad en Navarra (Gobierno de Navarra,1987);
• ¿Luditas navarros en Los Arcos?
(Gobierno de Navarra, 1989);
• De aquellos barros... Prensa navarra y nacionalidad vasca
(Editorial Txalaparta);
• Rafael de Navascués: un navarro antifuerista del siglo XIX (Gerónimo Ustáriz,
Pamplona, 1992);
• Villafranca: a merced de las ideologías de la capital
(Gerónimo Ustáriz, 1997);
• Diario de Navarra, 1903-1908. El despertar del camaleón (Pamiela, Pamplona, 2003);
• Sí me avergoncé de Diario de Navarra, 1908-1946 (Pamiela, Pamplona, 2004);
• Biografia de Sixto Alonso. 2006.
Comisión ciudadana de Villafranca (Navarra);
• Biografía de Agustín Arana, 2007. Comisión ciudadana de
Villafranca (Navarra).
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