La
Librería de El Sueño Igualitario
Un libro que narra el viaje, la estancia y las
vivencias de Keith Scott Watson en la
Guerra de España, bajo el cuidado en la edición de Javier Sánchez Zapatero.
El libro lo edita Amarú en su colección Armas
y Letras.
Cazarabet ya ha conversado con el director de
esta colección, Antonio R Celadas: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/amaru.htm
Entrevistas con autores de la colección:
Boadilla, con el cuidado editorial Antonio R
Celadas:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/boadilla.htm
Con los reflectores sobre una guerra en
España, bajo el cuidado de Fernando Galván:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/reflectores.htm
Nos acercamos Keith Scott Watson:
Nacido en Keston, al
sur de Londres en 1912.Vinculado profesionalmente a diversos medios de comunicación. Esto le
permitió estar en contacto con el ambiente intelectual y bohemio de aquellos
años. En 1937 escribió RUMBO A UNA ESPAÑA EN GUERRA, que es un libro
testimonial que recoge las experiencias en la Guerra Civil española como
voluntario y ayudante de prensa durante los últimos meses del año 1936. Tras su
publicación en el Reino Unido y los Estados Unidos regresó a España como
enviado especial del DAILY HERALD, medio para el que cubrió acontecimientos
como el bombardeo de Gernika o el éxodo republicano a través de la frontera
francesa.
Continuó su carrera como periodista en la II
Guerra Mundial, durante la que estuvo destinado como corresponsal en Danzig y,
más adelante como redactor del diario de Egipto, Egyptian
Gazette.
Lo que se desconoce es la fecha de su muerte y
apenas hay noticias sobre él a partir de la década de 1950.
El cuidador, Javier Sánchez Zapatero de este libro que cuenta las andanzas de
este voluntario en la guerra de España:
Es licenciado en periodismo y en Filología
Hispánica, doctorándose con una tesis sobre la literatura del exilio y de los
campos de concentración por la que
obtuvo el Premio Extraordinario de Doctorado en 2009. En la actualidad es
profesor de Teoría de la Literatura Comparada de la Universidad de Salamanca;
institución en la que codirige el Congreso de Novela y Cine Negro, colaborando
como docente en el servicio de Cursos Internacionales.
Es, además, autor, de numerosos artículos en
revistas y monografías científicas. Es crítico literario del diario La Gaceta
de Salamanca. Ha sido coeditor de diversas compilaciones y autor de los
ensayos: Escribir el horror. Literatura y campos de concentración y Max Aub y la escritura de la memoria. Actualmente, investiga en las relaciones filmo literarias,
el género policíaco y la literatura de la memoria.
Lo que nos dice la sinopsis del libro:
“Rumbo hacia una España en guerra" narra
las experiencias vividas por Keith Scott Watson desde septiembre a diciembre de
1936 en la Guerra Civil española. El autor llegó España como voluntario
dispuesto, según sus propias palabras, a "luchar contra el fascismo",
pero a las pocas semanas, cuando acababa de ser integrado en XII Brigada
Internacional, abandonó su unidad y comenzó a trabajar como ayudante del
corresponsal del Daily Express en el Madrid sitiado.
Gracias a su doble condición de voluntario y periodista, Watson conoció la
guerra desde varias perspectivas, lo que le permitió describir tanto la dureza
de la batalla y la organización de los brigadistas como la devastación de los
bombardeos y las rutinas del trabajo - y diversión- de los corresponsales
extranjeros. La obra, además, incluye visiones ambientales de Barcelona,
Albacete, Madrid y Valencia en momentos cruciales del conflicto
-caracterizados, respectivamente, por la euforia libertaria, la creación de las
Brigadas Internacionales, la resistencia ante el asedio y la tensa calma de la
retaguardia-, así como semblanzas de una galería de personajes en la que se
incluyen desde anónimos milicianos y voluntarios internacionales hasta
destacadas figuras históricas de los ámbitos político, militar y periodístico.
Publicada en 1937 y traducida al español por primera vez en esta edición,
"Rumbo hacia una España en guerra" es uno de los primeros testimonios
sobre la Guerra Civil escritos por un autor británico.
Cazarabet
conversa con Javier Sánchez Zapatero:
- Javier, ¿qué te ha inspirado de Kevin Scott Watson para
haberte acercado a él y a su libro Rumbo hacia una España en guerra?
Realmente, no tenía ni
idea de la existencia de Keith Scott Watson hasta que el director de la
colección, Antonio R. Celada, me propuso trabajar sobre su obra. La colección
“Armas y letras” publica testimonios de angloparlantes que estuvieron en España
durante la Guerra Civil y el suyo, Single
to Spain, fue uno de
los primeros que se escribieron, en 1937. El desconocimiento sobre su figura,
sobre la que hay muy pocos datos, ha hecho que trabajar en el libro haya sido
casi una labor detectivesca, intentado rastrear su presencia en España a través
de investigaciones en archivos, cotejo de otras fuentes documentales y
autobiográficas, etc.
-¿Se trata éste de un libro testimonial de Keith Scott Watson?
En teoría, es un libro
testimonial. El autor relata lo que le sucedió en España en los últimos meses
de 1936, cuando fue testigo directo de la Guerra Civil en diferentes lugares y
desde diferentes puntos de vista. Conoció el frente y la retaguardia, la fiebre
libertaria de Barcelona en los primeros meses del conflicto, la formación de
las Brigadas Internacionales en Albacete, el asedio al que fue sometido Madrid,
la aparente tranquilidad de la retaguardia en Valencia… Ahora bien, dicho esto,
como en todo relato testimonial hay que tener en cuenta que el autor no narra
la realidad, sino su visión de la realidad. En este caso, eso resulta
especialmente importante, puesto que Scott Watson parece un personaje un tanto
fanfarrón, con cierta tendencia a exagerar y darse más importancia de la que
realmente tuvo. Probablemente todo lo que cuente el libro es cierto, y de hecho
así ha sido confirmado a través del cotejo de lo que él escribe con otros
testimonios o con documentos oficiales encontrados en archivos, pero siempre
hay en su mirada una cierta tendencia a sublimar o modificar ciertos
acontecimientos, casi siempre con el fin de salir airoso y bien retratado.
-¿En qué se fija más este autor que llega al conflicto español
como voluntario?
Lo más importante del
libro, y creo que también lo más destacado, es que Scott Watson se fija en la
vida, en la intrahistoria. Al autor le interesa reflejar cómo se está viviendo
el conflicto, cómo la tensión y la violencia de la guerra están afectando a la
rutina y al día a día. Por eso en su libro lo militar y lo político quedan en
un segundo plano frente a lo humano: al autor le interesa presentarnos las
motivaciones de alguien para ir al frente, o el drama que supone vivir en una
ciudad asediada entre bombardeos… Y también le interesa mostrar que la guerra,
pese a todo, no supuso el final de la vida: Scott Watson cuenta cómo bullían
los cafés de Madrid o Barcelona, y cómo la gente intentaba, a pesar de las circunstancias,
abstraerse de la realidad y disfrutar de la vida.
-El libro como tal, la narración como tal:¿cómo la ves, cómo la
has leído y cómo las has tratado de hacer llegar al lector de hoy, al que está
leyendo la colección Armas y Letras de Amarú?
Lo que se ha intentado
con la edición ha sido, básicamente, contextualizarla para facilitar su
lectura. Tanto la introducción como el aparato de notas van destinados a
explicar algunos de los acontecimientos a los que el autor se refiere en su
libro –muchos de los cuales experimentó en primera persona- y a identificar los
referentes reales que aparecen como personajes. Al mismo tiempo, se ha
intentado explicar con detalle algunos fenómenos que aparecen en el libro y que
trascienden la propia Guerra Civil, como el internacionalismo, la atracción por
España o la situación del periodismo en la época, para que el lector tuviera un
panorama amplio y detallado que le permitiera situar y entender el libro lo
mejor posible.
-Por cierto, ¿cómo ha sido trabajar con el resto de
participantes en la Colección Artes y Letras de Amarú?, y, en concreto:¿cómo ha sido trabajar con su coordinador Antonio R
Celadas?
La colaboración ha sido
fantástica. Todos los integrantes del grupo han colaborado en la edición de la
obra con sugerencias, aportaciones, correcciones… Además, hay que tener en
cuenta que algunos de ellos han trabajado sobre autores que conocieron a Scott
Watson, o que vivieron situaciones análogas a las suyas, con lo que compartir y
contrastar datos y trabajar de forma conjunta ha sido fundamental. En el caso
de Antonio R. Celada, no solo tengo que agradecerle su colaboración y su
continuo asesoramiento, sino también su confianza: fue él quien me propuso
hacer el libro, y sin su ayuda no
hubiera podido llevarlo a cabo.
-Como otros muchos vino a luchar contra el fascismo y terminó
escribiendo un libro muy directo…al poco de estar en las
Brigadas Internacionales, lo deja para trabajar en el Daily Express …¿cómo fue ese cambio; cómo
crees que les sentó al resto de compañeros idealistas que vinieron a combatir
el fascismo?
No les sentó nada bien. Esmond Romilly, en su libro Boadilla, cuenta
cómo algunos compañeros de Scott Watson le llegaron a decir que tras su
deserción nadie volvió a hablar de él en el grupo. Casi todos los compañeros
del autor eran individuos muy comprometidos, con unas convicciones políticas e
ideológicas muy fuertes –casi todos estaban afiliados al Partido Comunista, de
hecho- y seguros de estar dispuestos a dar su vida en el campo de batalla
luchando por una causa que consideraban justa. Scott Watson, en cambio, era un
aventurero y un vividor hedonista, alguien que se consideraba a sí mismo la
única causa por la que luchar. Si fue incapaz de soportar la disciplina militar
y el miedo de la batalla fue precisamente por la ausencia de ese compromiso que
sí tenían sus compañeros. Ahora bien, pese a todo, y pese a los problemas que
antes de su deserción Scott Watson tuvo con sus compañeros –llegó a pelearse a
puñetazos con alguno de ellos-, saber de la muerte de muchos de ellos en la
batalla de Boadilla le llenó de tristeza y
desesperanza.
-¿Nos puedes explicar cómo fue el paso de estar enclavado en las
BBII a dar el paso a ser la pluma de uno de los periódicos más influyentes de
habla inglesa?
Como ya he dicho, él
decide dejar las Brigadas porque no se siente preparado ni para la disciplina
militar ni para el combate. Su primera experiencia en la batalla es, en ese
sentido, muy impactante, puesto que relata con todo lujo de detalles el horror
del que se vio rodeado y el miedo paralizante que sintió al ver bombas y
cadáveres a su alrededor. Dado que estaba combatiendo en el Cerro de los
Ángeles, decide trasladarse a Madrid, ya que le interesa continuar en España y
sentirse partícipe del momento histórico que sabía que era la guerra. Puesto
que su experiencia profesional en el Reino Unido había estado vinculada al
periodismo, es lógico que decidiera entrar en contacto con los corresponsales
británicos que había en España en ese momento para ofrecerles sus servicios
como asistente. Así es como llega a convertirse en el ayudante de Sefton Delmer, el corresponsal
del Daily Express.
-¿Y cómo eran sus relaciones con el resto de corresponsales que
se daban cita en el conflicto de España?
Scott Watson era un
personaje conflictivo, y los mismos conflictos que tuvo con sus compañeros
brigadistas los repitió con los periodistas. En las memorias de algunos de
quienes convivieron con él se le recuerda como un tipo pícaro y caradura, con
tendencia a pedir dinero y no devolverlo, y a discutir con todo aquel que se le
pusiera en contra. De hecho, no es un personaje especialmente recordado en los
testimonios que de su tiempo en España escribieron periodistas a los que
conoció como Sefton Delmer,
Geoffrey Cox o Henry Buckley. No obstante, pese a
todo, parece que se llevó bien con ellos, a juzgar por las páginas del libro en
las que se narran anécdotas del grupo de periodistas internacionales destinados
en España: borracheras, bromas, chistes, y también largas jornadas de trabajo y
momentos de tensión derivados de vivir en un país en guerra. Hay que tener en
cuenta, además, que su trato con los periodistas británicos fue continuo y muy
cercano: dormían todos en las dependencias de la Embajada y pasaban muchas
horas juntos en la sede de la Telefónica, oficia de
prensa internacional de la República.
-Ejercía su trabajo, el de corresponsal, en un Madrid sitiado
por la guerra y los fascistas: ¿cómo le afectaba a él como persona, como
idealista y como periodista?
Evidentemente, no es
ajeno al sufrimiento de la población ni al desastre que supone la guerra. A
pesar de su carácter pícaro y hedonista, a pesar de que parecía solo preocupado
por seducir mujeres y conseguir whisky, lo que ve en el frente y en las calles
de las ciudades que visitó le impacta, lo que hace que en ocasiones el libro
tenga un tono dramático que puede ser interpretado, en cierto modo, como una
advertencia a la comunidad internacional para intervenir en el desarrollo de la
guerra.
-¿Cómo un voluntario logra ponerse en la piel de un corresponsal
y cómo logra un corresponsal escribir sobre la guerra de España habiendo estado
tan en sintonía con la lucha antifascista?
Él había trabajado como
periodista antes de venir a España, por lo que conocía el medio. Tenía, además,
experiencia en trabajar fuera de su país, puesto que había viajado a la Unión
Soviética y a Alemania durante la década de 1930. En cuanto cómo logra adaptase
a ese rol proviniendo de la lucha antifascista, creo que hay que aclarar que,
aunque Scott Watson siempre mostró su rechazo a cualquier tipo de totalitarismo
y su defensa de la causa republicana en España, jamás representó el modelo de
intelectual ideologizado tan frecuente en la época. Para él la información
siempre estuvo por encima de la propaganda.
-Además, fue un corresponsal que se movió por muchos y
diferentes escenarios… ¿qué le depara esto como persona, como antifascista,
pero sobre todo, como corresponsal?
Durante su primera etapa
en España, la que se cuenta en Rumbo
hacia una España en guerra, él es un asistente de corresponsal: es decir,
no firma, ni presumiblemente escribe, ninguna de las crónicas que se publican
en el Daily Express. Lo que hace es buscar
informaciones para que Sefton Delmer,
el corresponsal, pueda escribir sus artículos y reportajes: recorre calles,
conversa con personalidades republicanas, visita el frente… con el fin de
intentar obtener estampas de Madrid que sirvan para la confección de artículos
con los que contar qué está ocurriendo y cómo se vive en la capital. Sus
pesquisas a veces tienen un carácter pintoresco, como la que le llevó al
zoológico para intentar saber cómo está afectando a los animales vivir la
tensión de la guerra: así descubrió los ataques de nervios sufridos por los
avestruces a causa de los bombardeos y así pudo relacionar el extraño sabor de
la carne que servían en algunos restaurantes con la ausencia de diversas
especies… En otras ocasiones, sus informaciones tienen un carácter más
dramático, como cuando Sefton Delmer
le pide que vaya a hablar con testigos y supervivientes de los ataques aéreos,
o cuando recorre la ciudad y observa el dantesco panorama de destrucción.
-La verdad que es de los que refleja mejor cómo era un simple
día a día, ¿qué nos puedes reflexionar?
Efectivamente, el
reflejo de la cotidianeidad del momento es uno de los grandes valores del
libro. Creo que el hecho de que no haya prejuicios ideológicos en su visión de
la realidad es lo que explica su capacidad para relatar fielmente lo sucedido.
Así, no solo denuncia el hambre, la miseria y la destrucción a la que el asedio
franquista está condenando a los madrileños, sino que también crítica la
hipocresía de algunos dirigentes republicanos que, mientras que el pueblo sufre
carencias, disfrutan de grandes comilonas. Esa autocrítica, presente en todo el
libro –en el que se muestra la caótica formación de las Brigadas
Internacionales o la falta de humanidad con la que algunos de sus compañeros de
milicia trataban a sus enemigos- resulta de sumo interés en el libro, porque,
por un lado, no era normal en la época y, por otro, sirve para entender que en
la guerra, como en todo, no hay maniqueísmos posibles.
-Esta obra es publicada en 1937, así que es una obra muy
temprana del conflicto ¿cómo lo ves, cómo lo reflexionas desde esa perspectiva?
Hay, evidentemente, un
valor fundacional. Scott Watson fue de los primeros en relatar lo que estaba
sucediendo en España al público británico, lo que vincula su obra con la de
autores como Sommerfield, Romilly,
Pitcairn, Cox o Langdon-Davies. Más allá de su valor pionero,
este hecho implica una evidente falta de perspectiva, lo que se observa en la
esperanza con la que Scott Watson muestra la lucha republicana. Evidentemente,
el libro está escrito influido por el fragor y la fe en la victoria que el
autor sintió cuando estuvo en España.
-Es éste un claro ejemplo de narrativa periodística, con claras
y firmes pinceladas que van de lo político a lo militar, pasando por lo humano…¿qué nos puedes reflexionar?
Es un libro de muchas
aristas. Lo definiría como una visión global de la Guerra Civil de la que se
pueden obtener datos históricos, semblanzas personales, crónicas de guerra…
pero también y sobre todo es una mirada personal y humana sobre el conflicto:
huyendo de los tópicos, del heroísmo y de la épica habitual de la literatura
bélica, Scott Watson explica cómo se vive en una guerra sin tapujos ni miradas
idealizadoras o politizadas.
-¿Cómo eran sus crónicas en el Daily Herald?
Scott Watson trabajó en
el Daily Herald en su
segunda estancia en España, que no se relata en Rumbo hacia una España en guerra. El libro cuenta lo sucedido en
los últimos meses de 1936, puesto que, en la Navidad de ese año, el autor
regresa al Reino Unido. Allí escribe y publica el libro. Y en 1937 vuelve a
España, ahora ya como corresponsal del Daily Herald, para el que cubre informaciones –ahora sí
escritas y firmadas por él- como las vinculadas al bombardeo de Guernica o,
aprovechando que permaneció en España hasta el final de la contienda, al éxodo
masivo de republicanos por la frontera franco-catalana.
-Después de esta guerra, Keith Scott cubre la II Guerra Mundial.
¿Cómo le fue?
No hay muchos datos del
autor después de la Guerra Civil. A finales de 1939 el autor estaba destinado
en Danzig, cubriendo la II Guerra Mundial para su periódico, pero poco después
se le pierde la pista y desaparecen sus colaboraciones fijas con los medios
británicos, en los que aparece como enviado especial a diversos lugares del
mundo como Egipto o Palestina.
-Pero hacia el año 1950 se esfuma ¿qué se sabe de esto? , ¿qué la hace alejarse de lo que podríamos definir como “mundo
actual”? , no se sabe cómo termina sus días, pero seguro que se sabe algo, que
hay algo que se puede reflexionar…
Como comentaba antes, la
pista de Keith Scott Watson se esfuma en la década de 1950. Un testimonio de un
familiar confirma que murió por entonces, pero no tenemos muchos más datos
sobre el tema. De ahí que su nombre siga hoy instalado en la incógnita y que
sea necesario seguir trabajando sobre su figura para dar con alguna clave que
nos permita desvelar cómo vivió en sus últimos
años y cómo murió.
-Amigo, seguro que estás trabajando en algo ¿nos puedes dar
alguna pista?
Mis intereses investigadores están vinculados
con la literatura de la memoria, que fue lo que me llevó a interesarme por la
Guerra Civil y el caso de Scott Watson, y con la literatura policiaca. Sobre el
primer tema, acabo de publicar el ensayo Max
Aub: Epistolario español (Reichenberger,
2016), que estudia la correspondencia postal que este escritor exiliado tuvo
con quienes permanecieron en Españas después de la guerra, y Los restos del naufragio. Relatos del exilio
republicano español (Salto de Página, 2016), una antología que he co-editado junto a Fernando Larraz
de cuentos de autores que tuvieron que salir de España por motivos políticos
después de 1939, entre los que están el propio Aub,
Ayala, Masip, Sender, Chabás,
Herrera Petere o Serrano Poncela. Sobre el segundo
tema, junto a Àlex Martín Escribà organizo en la
Universidad de Salamanca el Congreso de Novela y Cine Negro, que en 2017
llegará a su decimotercera edición, y en breve publicaremos juntos un ensayo
sobre la historia de la literatura negra y policiaca en España.
12200
Rumbo hacia una
España en guerra.
Keith Scott Watson. Edición de Javier Sánchez Zapatero
310 páginas 14 x 22 cms.
14,00 euros
Amarú
Rumbo hacia una España en
guerra narra las
experiencias vividas por Keith Scott Watson desde septiembre a diciembre de
1936 en la Guerra Civil española. El autor llegó a España como voluntario
dispuesto, según sus propias palabras, a “luchar contra el fascismo”, pero a
las pocas semanas, cuando acababa de ser integrado en la XII Brigada Internacional,
abandonó su unidad y comenzó a trabajar como ayudante del corresponsal del Daily Express en el Madrid sitiado.
Gracias a su doble condición de voluntario y periodista, Watson conoció la
guerra desde varias perspectivas, lo que le permitió describir tanto la dureza
de la batalla y la organización de los brigadistas como la devastación de los
bombardeos y las rutinas de trabajo –y diversión– de los corresponsales
extranjeros. La obra, además, incluye visiones ambientales de Barcelona,
Albacete, Madrid y Valencia en momentos cruciales del conflicto
–caracterizados, respectivamente, por la euforia libertaria, la creación de las
Brigadas Internacionales, la resistencia ante el asedio y la tensa calma de la
retaguardia–, así como semblanzas de una galería de personajes en la que se
incluyen desde anónimos milicianos y voluntarios internacionales hasta
destacadas figuras históricas de los ámbitos político, militar y periodístico.
Publicada en 1937 y traducida al español por primera vez en esta edición, Rumbo
hacia una España en guerra es uno de los primeros testimonios sobre la
Guerra Civil escritos por un autor británico.
“Las ambulancias iban a toda prisa por el escabroso camino y los de primeros
auxilios corrían por todas partes. Veinte hombres habían sido alcanzados,
algunos de ellos estaban irreconocibles. Las esquirlas de las bombas les habían
destrozado con un humor macabro. Un muchacho que estaba tumbado boca arriba
sacudía el aire con una pierna y, donde tenía que estar la otra, había un muñón
sangrante y tembloroso. (…) Le eché valor para no parar ni pensar, porque si no
me hubiese vuelto loco”.
(Rumbo hacia una España en guerra)
Keith Scott Watson.
Nacido en Keston, una zona del sur de Londres, en
1912, inició su actividad profesional trabajando en diversos medios de
comunicación, lo que le permitió entrar en contacto con el ambiente intelectual
y bohemio de Bloomsbury.
En 1937 escribió Rumbo hacia una España en guerra, libro testimonial que
recoge sus experiencias en la Guerra Civil española como voluntario
internacional y ayudante de prensa en los últimos meses de 1936. Tras su
publicación en el Reino Unido y Estados Unidos, regresó a España como enviado
especial del Daily Herald,
para el que cubrió acontecimientos como el bombardeo de Guernica o el éxodo
republicano a través de la frontera francesa.
Continuó su carrera como periodista cubriendo la Segunda Guerra Mundial,
durante la que estuvo destinado como corresponsal en Danzig, y, más adelante,
como redactor del diario egipcio Egyptian Gazette.
Se desconoce la fecha de su muerte y apenas hay noticias sobre él a partir de
la década de 1950.
Javier Sánchez Zapatero.
Licenciado en Periodismo y en Filología Hispánica, se doctoró con una tesis
sobre la literatura del exilio y de los campos de concentración por la que
obtuvo el Premio Extraordinario de Doctorado en 2009. Actualmente, es profesor
de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de
Salamanca, institución en la que co-dirige el
Congreso de Novela y Cine Negro y colabora como docente en el servicio de
Cursos Internacionales.
Autor de numerosos artículos en revistas y monografías científicas, es crítico
literario del diario La Gaceta de Salamanca. Ha sido co-editor
de diversas compilaciones y autor de los ensayos Escribir el horror.
Literatura y campos de concentración (2010) y Max Aub
y la escritura de la memoria (2014). Sus líneas de investigación actuales
se centran en las relaciones filmoliterarias, el
género policiaco y la literatura de la memoria.
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