La
Librería de El Sueño Igualitario
Un
libro editado por el Instituto de Estudios Turolense de la Diputación de
Teruel.
Un
libro sobre un hombre que enarboló los valores republicanos en un tiempo, ya
más lejano, en en el todavía resonaban tambores de
otras costumbres anquilosadas, ecos de batallas por tronos y destierros por
castigo y escarmientos…
Esta
es la historia de un hombre sacrificado y tremendamente comprometido…
Lo
que nos dice la sinopsis:
En
la agitada, intensa y apasionante biografía política de Víctor Pruneda
(1809-1882), decano del movimiento republicano federal español, una de las
páginas menos conocidas era el período de su destierro en las Islas Canarias
(1845-1847).
A
través de este libro, encontramos información inédita sobre su arbitrario
proceso judicial y posterior condena en los duros años de la dictadura del
general Narváez, lo que nos acerca no sólo al político coherente e íntegro,
abnegado ante la adversidad, sino también al Pruneda más humano e íntimo,
sumido en la tristeza y la melancolía en su lejano destierro, agobiado por sus
penurias económicas, preocupado por su familia y sufriendo por su constante añoranza
por Teruel y por una misteriosa amante.
Igualmente
se analiza con detalle el libro de Pruneda, Un viage (sic) a las Islas Canarias, impreso en Teruel en 1848 (cuya edición facsímil se
adjunta) y que supone un duro y veraz testimonio de la situación padecida
durante su confinamiento por el republicano turolense en la convulsa España de
mediados del s. XIX y, a la vez, un emotivo homenaje a las Canarias, a sus
gentes, a su historia y a su legado guanche.
Con
todo ello, la presente obra pretende honrar la memoria de Víctor Pruneda, cuya
trayectoria vital y política sigue siendo, además de una relevante página de la
historia de Teruel, un referente ético para los ideales de la democracia
republicana en España.
Víctor
Pruneda, os aconsejo la lectura antes de leer el libro…para ir haciendo boca.
http://web.psoe.es/izquierdasocialista/docs/408858/page/victor-pruneda-bicentenario-republicano.html
http://www.iesvegadelturia.es/pruneda/quinfue.htm
José
Ramón Villanueva:
Un
hombre, un historiador e investigador que admira a Pruneda:
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/legado-victor-pruneda_1063927.html
Un
historiador vinculado y “hermanado” con la reivindicación de la Memoria
Histórica:
http://www.cazarabet.com/pais/pais20/#Evento
Cazarabet conversa con José
Ramón Villanueva:
-José
Ramón, preséntanos, un poco brevemente, lo que fue(y de alguna manera todavía
lo es, ) Víctor Pruneda… ¿Cómo fue encajando este gallego en tierras
aragonesas..?
-Víctor Santos Pruneda Soriano, aunque nació en Ferrol en 1809, el
azar quiso que desde bien joven se estableciese en tierras turolenses, primero
en El Poyo del Cid y más tarde en la capital provincial. Hasta su muerte en
1882, Pruneda puede ser considerado como el político más importante del s. XIX
en la provincia de Teruel, dada su importante proyección que, como político
republicano federal tuvo en la dinámica política no sólo provincial y regional
aragonesa, sino también en el conjunto de la historia del movimiento
republicano federal español, del cual llegaría a ser uno de sus principales
dirigentes. Junto a sus firmes convicciones políticas, que le supondrían seis
confinamientos, dos exilios en Francia y diversas etapas de prisión, simboliza
la honestidad y la coherencia política, algo tan necesario en la agitada España
del s. XIX como en la actualidad. Apasionado en la defensa de la democracia, la
República Federal y el laicismo, amó apasionadamente a las tierras turolenses
por lo que alguien dijo de Pruneda que podía ser considerado como “el tercer
amante de Teruel”.
-Fue un hombre de ideas,
plenamente, republicanas…de ideario republicano, desde el continente al
contenido…es, quizás por eso que sus ideas sean, hoy todavía, como tan
actuales, ¿no?
-La defensa del ideario republicano en su vertiente federalista
que enarboló Pruneda durante sus más de 50 años de actividad política y del
cual fue un avanzado en su tiempo resulta plenamente vigente en nuestros días.
Siempre consideró que la República Federal era el ideal que aunaba una
democracia plena, una armónica convivencia y articulación de las tierras
hispanas y la defensa de un Estado laico libre de seculares interferencias
clericales.
-Es un hombre, me lo
parece, mientras estoy con la lectura del libro, que fue un hombre avanzado a
su tiempo.
-Lo fue, sin ninguna duda, se trata de un político como he dicho
anteriormente que además de guiado en la acción política por la coherencia y
una ética incorruptible, nunca quiso medrar ni buscar su propio beneficio.
Entendía la política como un medio para mejorar la vetusta estructura de la
España del s. XIX, donde las clases dirigentes olvidaban siempre de los
sectores humildes de la sociedad. Por eso su tenaz lucha, con las armas en la
mano en defensa del ideal de democracia republicana, su apasionada labor
enarbolando el federalismo como solución ideal al secular problema de la
articulación territorial de España, su convicción de la educación como elemento
emancipador del pueblo, su lucha por la justicia social al plantear una nueva
desamortización de los bienes rústicos repartiendo éstos entre los jornaleros,
etc.
-También un hombre
vinculado a las publicaciones y no pocas. ¿Cómo definirías esa etapa?
-Enlaza con su defensa apasionada de la cultura y, por ello,
hallamos a Pruneda plenamente inmerso en la dinámica de la prensa política de
su época, colabora en multitud de periódicos, siempre de tendencia democrática
y republicana, crea el Gabinete de Lectura Pública de Teruel en 1841, fue
miembro destacado de la Sociedad Turolense de Amigos del País durante la última
etapa de su vida y, desde ella, fomentó, con un innegable espíritu
regeneracionista, diversos proyectos de futuro para la siempre olvidada
provincia de Teruel, entre ellos, los trazados ferroviarios y la explotación de
sus importantes recursos mineros.
-Por
ejemplo podríamos destacar su vinculación a “El Centinela” de Aragón, el primer
periódico republicano Aragonés.
-Ciertamente, El Centinela
de Aragón (1841-1843), fundado, editado y dirigido por Pruneda, tiene el
honor de ser el tercero en orden de aparición por lo que a la prensa
republicana española se refiere, después de los títulos madrileños La Revolución
y El Huracán, periódico éste último
del cual Pruneda había sido su corresponsal en Teruel. Se trata pues, de una de las publicaciones
más interesantes del s. XIX y, en sus contenidos, se adelanta en más de una
década a las formulaciones federalistas de Francesc Pi i Margall,
además de defender las ideas esenciales del pensamiento prunedista:
democracia republicana, descentralización máxima de los poderes públicos desde
una perspectiva federal, sociedad secularizada y, también el iberismo, la unión
con Portugal en una regenerada República Federal Ibérica.
-Con toda esta trayectoria
de espíritu e ideas republicanas de activismo en las publicaciones es juzgado y
desterrado. Me da que era un hombre incómodo, incluso, para algunos otros
republicanos…con todo lo que ello conlleva…
-Ya he aludido a que por
tenaz lucha política de cinco décadas tuvo que pagar un elevado precio
cual fue, diversos encarcelamientos, juicios y condenas, lo cual le supuso
sufrir 7 confinamientos a lo largo de distintas etapas su vida (en Canarias,
Morella, La Cebollera, El Poyo del Cid, Ciudad Real, Vergara y Tolosa), además
de dos etapas de exilio en Francia (Louvie-Juzon y
Bayona). Además, su firmes convicciones
federales le enfrentaron, dentro de las filas del en su momento potente Partido
Republicano Democrático Federal (PRDF), del cual fue su fundador en Teruel y
uno de sus principales dirigentes a nivel nacional, con distintos sectores del
mismo: primero, con el movimiento cantonalista y, más tarde, tras la dolorosa
fractura del PRDF en multitud de grupos políticos republicanos durante la
Restauración borbónica a partir de 1874, con aquellos que derivaron hacia
posiciones unitarias o contra el conservadurismo cada vez más filomonárquico de los seguidores de Cautelar. Pruneda,
hasta el final de sus días siguió siendo un republicano federal íntegro.
-Con el destierro a uno le
arrebatan la libertad de estar en su tierra, con su entorno personal (familia y
amigos) y con todos sus vínculos culturo-sociales…
-El destierro, los confinamientos, era el precio a pagar por la
coherencia política, por combatir la vetusta estructura monárquica y
conservadora de la España del s. XIX. Pruneda lo sufrió , fue ciertamente un
desgarro pero que asumió con dignidad, con una resignación y una actitud casi
de mártir y en alguna ocasión manifestó durante los juicios a los que fue
sometido que deseaba ser condenado a dicha pena pues ello era para él un título
de orgullo, casi una recompensa que ponía de manifiesto la convicción y
perseverancia en su constante defensa de los valores republicanos, que
simbolizaba que no se había plegado nunca ante lo que él decía “la dictadura
del sable” ni ante el poder del dinero con el cual en otras ocasiones quisieron
comprarlo sus adversarios para así neutralizarlo políticamente. No obstante, el
testimonio que ofrecen sus Diarios
manuscritos evidencia la situación de soledad, tristeza y penurias económicas
constantes en que Pruneda se hallaba en los sucesivos destierros y
confinamientos que tuvo que padecer.
-¿Cómo fue la situación
previa a la que tuvo que enfrentarse Víctor Pruneda antes del destierro?.
-El destierro más prolongado (y lejano) que sufrió Pruneda fue el
que le llevó, previa condena judicial, a las islas Canarias, concretamente a
Santa Cruz de Tenerife (1845-1847), en donde permanecería por espacio de 2 años
y 6 días desde que un 22 de marzo de 1845 saliera desde su querida ciudad de
Teruel hacia tan lejano destino.
La causa de esta condena se debió a que el 12 de febrero de 1844
las autoridades turolenses afines al dictador general Ramón Narváez lo
detuvieron acusándolo falsamente de “conspiración contra el Gobierno”. En un
tormentoso proceso judicial, plagado de irregularidades y pruebas falsas, tras
pasar 13 meses en la Prisión de Teruel, fue condenado a un lejano confinamiento
en las Islas Canarias por espacio de 6 años, pena que no cumpliría en su totalidad
pues sería amnistiado, al igual que muchos otros presos políticos, como
consecuencia de la boda de Isabel II, la entonces reina de España.
-¿Cómo fueron sus días de destierro? Veo,
constato en la lectura que le afectó sobremanera a nivel del estado de
ánimo…con una tristeza en aumento, con la melancolía y la añoranza. Coméntanos,
por favor…
-El estudio de la etapa del destierro en Canarias de Pruneda a la
que he dedicado este libro nos presenta, a través de sus Diarios, el perfecto
reflejo de lo que supuso la vida de un confinado político en la España de
mediados del s. XIX, durante la implacable dictadura del general Narváez.
Hallamos pues en ellos una visión muy humana de Pruneda que, al margen de su
coraje político, nos aparece mucho más humano pues reflejan con total nitidez
las circunstancias que marcaban la vida del desterrado turolense: su insondable
tristeza y melancolía, alejado como estaba de su familia (esposa Teresa y su
hijo Pedro, más tarde destacado periodista republicano, y también de una
enigmática amante de la que poco sabemos), su permanente escasez de recursos
económicos que le hacen malvivir dado que, como confinado, no le estaba
permitido obtener un trabajo con el cual mantenerse y que le obliga a aceptar
las suscripciones económicas de apoyo que para él recaudan sus amigos
políticos, la lejanía y el aislamiento que se percibía e Canarias y, pese a
todo, su interés por todo lo que acontecía en Teruel y en el conjunto de la
política española del momento.
-Pero él hizo por la convivencia
con las gentes de Canarias, su cultura, el legado guanche…
-Pruneda sufre el destierro lejano pero a la vez, encuentra,
recibe y valora un inmenso regalo: el de la solidaridad y afecto de muchos
correligionarios, de nuevos amigos que allí conoció y que le hicieron más
llevadera esta etapa de su vida. A todos ellos nunca olvidará, mantendrá
durante años correspondencia epistolar y gracias a ellos pudo sobrevivir en uno
de los momentos más duros de su agitada vida política.
-Por otra parte, las inquietudes culturales de Pruneda le hicieron
interesarse por el legado guanche, pueblo al que, como evidencia en sus
escritos, admirará por su tenaz lucha por su identidad y su tierra, por sus
valores, en la misma medida que nos ofrece una visión muy crítica de lo que
supuso la conquista castellana de las Canarias que pondría fin de forma
sangrienta a la cultura guanche. De todo ello se hizo eco en su libro Un viaje a las Islas Canarias, publicado
en 1848 en Teruel tras su regreso del destierro y del cual se ofrece una
edición facsimilar y un estudio preliminar en la presente obra.
-Todo esto lo refleja en un
libro. Explícanos.
-Como decía, Pruneda aprovechó su destierro para documentarse
sobre temas de cultura canaria, fruto del cual sería el libro citado. De este
modo, en su Viaje a las Islas Canarias, además de tratar en
diversos capítulos de la situación geográfica de las islas a las que también
llama “Afortunadas”, la etimología de las mismas y el origen de sus primeros habitantes,
hace también, una defensa apasionada de la cultura guanche, de su idioma, de
sus usos y costumbres, así como de sus tipos de vivienda, vestimenta, útiles
muebles, religión y forma de gobierno, que él considera equiparable a una
república. Especialmente interesante es, ya lo hemos dicho, su visión crítica
de lo que supuso la conquista castellana que él reprueba.
-¿Y el retorno a Teruel? No
sé me da que en sus primeras días debió como sufrir, a su manera, una especie
se “shock”…
-Pruneda fue recibido con entusiasmo por sus numerosos partidarios
políticos tras sus dos años de destierro efectivo, en la misma medida que las
autoridades y los sectores conservadores de Teruel recelaron del retorno de tan
carismático político y, por ello, como así fue, temían que la ciudad se
“volvería a revolver”. No obstante, Pruneda se dedicó a escribir su libro sobre
las Canarias, publicado por la Imprenta Zarzoso de Teruel en 1848. Pero, sus
adversarios políticos no cejaron en sus intentos de neutralizarlo políticamente
y, por ello, el 20 de mayo de 1848 sería nuevamente detenido cuando hacía
apenas un mes que había nacido su hija Emilia y desterrado de nuevo, de forma
sucesiva, a Morella, La Cerollera y El Poyo del Cid.
-Pero
toda esta trayectoria, todo este varapalo. Seguro que a cualquiera le da por
“tomarse un respiro” en todo: en la vida política, en la implicación dentro de
los medios… ¿cómo fue esto en Pruneda?
-No, Pruneda siguió muy
activo políticamente, a pesar de las adversidades de la última etapa del reinado
de Isabel II por las que entonces
atravesaban los defensores de ideas progresistas y republicanas. Por ello,
fundó el Partido Democrático en Teruel (1849) , participó en los levantamientos
de 1854 y 1856 en la capital provincial y en ambos fue el presidente de las
juntas revolucionarias que en aquellos momentos asumieron el poder político
provincial, de igual modo que lideraría la sublevación de septiembre de 1868 en
Teruel que supuso el fin del reinado de Isabel II, el inicio del llamado
Sexenio Democrático, durante el cual Pruneda sería alcalde de Teruel en varias
ocasiones (el primero elegido por sufragio universal), diputado constituyente e
incluso Gobernador Civil de Zaragoza durante la I República, entre otros
cargos.
-Aunque siempre se vuelve
al redil…lo que quiero decir que uno le pueden “sus pasiones”, sus ideales…
-La trayectoria vital de Pruneda, su lucha política, su entusiasmo
por la regeneración de España bajo el ideal republicano federal, su defensa de
la cultura y la educación como elementos de emancipación social, su amor por
Teruel, fueron tan constantes como apasionados, le acompañaron a lo largo de su
dilatada vida política, que cubre buena parte del friso de la historia
turolense del s. XIX.
-¿Cómo terminó sus días en
el plano político y llamémosle, como activista, Víctor Pruneda?.
-Pruneda murió en 1882, pobre pero fiel a sus ideales, triste por
las sangrantes divisiones en el seno de la familia republicana. Fue enterrado
en una humilde tumba y más tarde, sus restos, por iniciativa de sus seguidores
políticos, se trasladó a una más digna donde reposa junto a Escolástica Anadón
Cascante, su amante durante muchos años, su amor apasionado, con la cual se
casaría en 1879 tras enviudar de Teresa, su primera y casi olvidada esposa,
tumba que comparte con Nazario Anadón, padre de Escolástica, amigo de siempre
de Pruneda y uno de sus fieles seguidores en el Partido Republicano Democrático
de Teruel. Esta tumba, conserva, todavía, los impactos de las balas que recibió
durante la batalla de Teruel en nuestra pasada guerra civil, todo un símbolo de
nuestra triste y cainita historia colectiva.
-¿Crees que Aragón y Teruel
han hecho justicia con este hombre que se dejó la piel por reivindicar estas
tierras y a sus gentes o que, por lo contrario, por el hecho de ser republicano
se tiende a apartarlo de nuestra historia?
-Pruneda fue el gran olvidado de la historia de Teruel hasta que
Eloy Fernández lo reivindicó por vez primera al final de la década de los años
70 del pasado siglo. Posteriormente, diversos trabajos han recuperado su
memoria y yo, humildemente, he intentado también honrar su digna memoria y
legado en algunas investigaciones y, entre ellas, de forma especial, a través
del libro que, a modo de síntesis biográfica le dediqué con el título de Víctor Pruneda, una pasión republicana en
tierras turolenses (2001). Ahora, la
presente edición de Víctor Pruneda y su
destierro en Canarias, recupera una parte inédita de su agitada e intensa
trayectoria política y, de este modo, se ha ido saldado una deuda histórica con
la memoria de tan destacado político.
17794
Víctor Pruneda y su destierro en
Canarias. José Ramón Villanueva
Herrero
307 páginas 17 x 24 cms.
15.60 euros
Instituto de Estudios Turolenses
El IET ha editado un libro sobre uno de los
períodos menos conocidos de la vida del político republicano-federal Víctor
Santos Pruneda Soriano (Ferrol, 1809 - Teruel, 1882) cual es su destierro en
las Islas Canarias, concretamente en Tenerife, durante los años
1845-1847.
En la agitada, intensa y apasionante biografía política de Víctor Pruneda
(1809-1882), decano del movimiento republicano federal español, una de las
páginas menos conocidas era el período de su destierro en las Islas Canarias
(1845-1847).
A través de este libro, encontramos información inédita sobre su arbitrario
proceso judicial y posterior condena en los duros años de la dictadura del
general Narváez. Ellas nos acercan no sólo al político coherente e
íntegro, abnegado ante la adversidad, sino también, al Pruneda más humano e
íntimo, sumido en la tristeza y la melancolía en su lejano destierro, agobiado
por sus penurias económicas, preocupado por su familia, a su constante añoranza
por Teruel y por una misteriosa amante.
Igualmente se analiza con detalle el libro de Pruneda Un viage
(sic) a las Islas Canarias, impreso en Teruel en 1848 (cuya edición
facsímil se adjunta) que supone un duro y veraz testimonio de la situación
padecida durante su confinamiento por el republicano turolense en la convulsa
España de mediados del s. XIX y, a la vez, un emotivo homenaje a las
Canarias, a sus, gentes, a su historia y a su legado guanche.
Con todo ello, la presente obra, en la cuidada edición del Instituto de
Estudios Turolenses, pretende honrar la memoria de Víctor Pruneda, cuya
trayectoria vital y política sigue siendo, además de una relevante página de la
historia de Teruel, un referente ético para los ideales de la democracia
republicana en España.
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