Cazarabet conversa sobre... el libro “Piedra
sobre piedra. Las casetas de La Iglesuela del Cid” (Onada),
de Carlos Julián Rochela
Editorial Onada nos muestra desde la querencia, la pluma y el sentir por
la tierra y, nunca mejor dicho, por la piedra a toda una gente y un territorio
que no serían lo mismo sin su característica principal: la piedra sobre piedra
que puebla un paisaje y que habita el camino de los que palpitan la vida.
Los autores son
tres: Marie Asomption Fabregat Tena, Eugène Gracia y
Carlos Rochela —este último es el que más peso lleva de todo el trabajo tanto
el del texto como el de las fotografías-- todos ellos nacidos en la Iglesuela
del Cid y enamorados de su tierra, de sus caminos, sendas y de todo lo
construido piedra sobre piedra con paciencia, amor, mimo, esmero… como se
hacían las cosas en un tiempo en el que la espera era solamente eso, espera.
Sin más. Ahora, quizás sería impensable plantearse la construcción de ciertas
edificaciones, pero está en nuestro deber de ciudadanos y ciudadanas hacerles
un sitio entre la memoria, el respeto y la apuesta por su restauración…
Este libro rinde
un homenaje a todas estas edificaciones que ven impasibles y sentidas el paso
del tiempo y que sufren, a veces, la indiferencia.
A los tres
autores les une el amor por el visionado y el paseo por estas piedras… y todos
los apartados o, mejor dicho, pasajes del libro son una buena muestra de ello.
Hay una introducción y un objetivo del
libro que no es otro que el guardar, como homenaje, al paisaje de las piedras,
de la piedra sobre la piedra esa que se alza y se desparrama más allá de La
Iglesuela del Cid hasta Vilafranca pasando y traspasando fronteras, lenguas,
banderas y conjugando a todas y a todos hacia una manera de ver, sentir, ser y
estar con lugares como Mosqueruela —el término de “este corro” a excepción de
Morella que es inmenso---, Cantavieja –aunque estas dos últimas e incluso
Vilafranca son mayores en su término---. Solamente, de esta manera, con todo
este peso de argumentaciones muchos autores han podido inspirarse desde Josep Maria Espinàs con su A peu per l´Alt Maestrat—La
Campana del Grup 62, 1991-- hasta Antonio Muñoz
Molina ---Seix Barral,2009--- que en “La noche de los tiempos” hace mención a
estas construcciones.
Destacamos, en
otro orden de cosas, que hay muchos más libros que han mirado a este horizonte
de piedras apiladas con un orden y un rigor que es admirado y que debería ser
muchísimo más valorado por todos nosotros y nosotras.
Lo primero que
hace el libro es Clasificar, de manera científica, a la piedra y aquí,
en estos lares, en Vilafranca es la caliza bioclástica la que cobra fuerza. El
libro sigue recorriendo históricamente el tiempo de los íberos, el tiempo de
los romanos, árabes, de la Edad Media entre los siglos XIII y XVI,--ejemplos de
este período son el Puente del Molino Dolz, el puente
La Puebla, el Puente El Cid, La Barbacana, el portal de San Pablo--, se llega,
después, al Renacimiento donde dan muestras claras desde la Casa de las Notarías, soportales y
cubiertas del Ayuntamiento y los ventanales del mismo…pero la piedra en seco se
ha utilizado en tiempos más cercanos en casas nobiliarias, en el interior de la
torre los Nublos, la iglesia…o más recientemente, la Fuente Nueva.
En lo que
podríamos llamar el tercer capítulo se adentran los autores a Las Casetas
extendidas por todo el término de La Iglesuela del Cid de 40,3 km2 y en los que
unas partidas destacan sobre otras destacando: Los Burros, Los Cabezos, Las
Lomas, Puntal, Las Cañadas, El Concejo. Hablando de las casetas hay que
diferenciar o nos lo hacen diferenciar el propio autor las casetas dentro de
las fincas con sus diferentes particularidades según sus usos. Hay que
destacar, también, la importancia de la orientación de las casetas donde las
edificaciones están orientadas para evitar el viento del norte o el cierzo
hacia el sur, suroeste o sureste.
Destacan,
también, como en otras clasificaciones las casetas más alejadas del casco
urbano, las casetas más próximas al pueblo… Destacaría asimismo el trabajo de
documentación e investigación sobre los años de construcción de las casetas
desde el año 1906 a 1958.
Los constructores ocupan el capítulo
cuatro de este impresionante libro donde es de destaca, como no, las
fotografías en blanco y negro y a color del propio Rochera. Conoceremos porque
son el alma del libro a el Tío Salvador Soler y al tío Sebastián Vicente
Ibáñez; el tío David; el tío José Porcar y su hijo Esteban Porcar Guerola; el tío Ramón; el tío José Artola Zurita y el tío
José Rami Coll; Luis y Fidel Gil; Miguel Daudén Tena; Antonio Tena, Laureano
Tena Sangüesa y Plácido Tena Pallarés; el tío Vicente Altaba Monserrate; Miguel
Royo Mas; el tío Antonio Porcar Vicente y Luis Porcar Alegre; el tío Ernesto Tena Tena;
el tío Miguel Loras; Alejandro Bellés Balaguer;
Destacaría que en
este capítulo sobre las casetas se han intentado dibujar y mostrarnos el plano,
perfil y las fachadas de las mismas…
El quinto
capítulo se desgrana desde la observación de las casetas qué clases de casetas
hay teniendo en cuenta su forma--- ancladas al paredón, rectangulares, semicuadradas, bezonas,
circulares, la clase de lajas utilizadas—aunque también podían ser bolos--, el
remate o coronamiento de la pared exterior, los cuerpos de la pared exterior,
la cubierta y su finalidad o uso…
El libro hace
como “un aparte” sobre unas casetas en particular y sobre otras de
características especiales...
Hay un sexto
capítulo que se acerca a las casetas con encanto o como escribe Rochela: “este
capítulo está dedicado a aquellas casetas que tiene un encanto especial”.
El séptimo
capítulo reflexiona y nos da tarea para pensar sobre el futuro que les espera a
las casetas, mientras que el octavo nos acerca a la ruta de las casetas. Una
propuesta alentadora e inspiradora porque al ver, conocer, sentir estos
recorridos por la ruta de las casetas…entraremos a conocerlas mejor y
solamente, así, a amarlas.
El noveno
capítulo se adentra en saber qué más se construyó y se puede construir con la
piedra: que si diversos tipos de paredes, paredones, pesebres, picas, pozos,
gamellas, balsas para hielo, picas de abrevaderos, fuentes, molinos y desagües,
puentes, raseros para pastores, montones de piedras, empedrados, solariums, bustos, escudos, lápidas, peirones, gurroners, bancos, parideras….
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