La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Fran Garcerá, responsable de introducción, edición y notas del
libro “Pez en la tierra” de Margarita Ferreras (Torremozas).
Las mujeres haciéndose paso, abriéndose
paso en un mundo en el que los hombres se creían los
más y los mejores…
Lo que nos dice Editorial Torremozas de este libro:
Pez en la tierra, fue publicado por primera y única vez en las históricas
prensas de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez en el año 1932.
MARGARITA
FERRERAS (Alcañices, Zamora, 1900)
participó del prolífico ambiente cultural del Madrid del primer tercio del
siglo XX. El Ateneo de Madrid, la Residencia de Señoritas o el Lyceum Club, se convirtieron para ella en lugares
habituales donde frecuentaba a los intelectuales más importantes de esta época,
como Gregorio Marañón, o a los más destacados políticos, como Manuel
Azaña.
Una poeta fascinante que, pese a no
pertenecer al núcleo fundacional de la Generación del 27, se la debe considerar
afín a ésta. Asimismo, estrechó lazos de amistad y trabajo con algunos de
ellos, como Benjamín Jarnés, el cual elaboraría el
prólogo, recuperado también en esta nueva edición, al único poemario de la
autora.
Los avatares históricos que
sobrevendrían con el final de la II República, la Guerra Civil y la Dictadura
posterior, sumados a una personalidad adelantada a su tiempo y al protagonismo
de su enfermedad mental, condenaron a Margarita Ferreras a un completo olvido.
Los pocos testimonios que se tenían de ella y otros completamente nuevos, fruto
de una exhaustiva investigación, se reúnen aquí en la introducción de Fran Garcerá: su procedencia, su vida en Madrid o su
correspondencia inédita a María de Maeztu y a Miguel de Unamuno, ofrecen algo
más de luz a una biografía que ha quedado entre sombras.
Margarita Ferreras se convierte, a día
de hoy, en la última rescatada, de entre tantas otras poetas, que esperan para
volver desde el silencio, a través de las fronteras de un olvido que las ha
tenido, demasiado tiempo, secuestradas.
Enlaces interesantes que nos pueden acompañar en la lectura:
http://www.estandarte.com/noticias/libros/poesia/pez-en-la-tierra-de-margarita-ferreras_3593.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Generaci%C3%B3n_del_27
http://cadenaser.com/programa/2015/10/08/la_script/1444288990_684693.html
http://www.lassinsombrero.com/#!ellas/c1ath
http://verne.elpais.com/verne/2016/03/08/articulo/1457450995_779851.html
Cada verso, cada poema vale por….es
como si se potenciase a otra dimensión y es que Margarita Ferreras luchaba,
además en otros frentes y cada día que sacaba adelante era y valía por…todo en
ella estaba potenciado porque era apasionada en su pensamiento y en la
transmisión del mismo.
En los años treinta no era fácil
escribirle al erotismo y solo la sutileza, realista y apasionada, de Margarita
Ferreras lo hizo y con contundencia frágil, sutil, hermosa…
Debió dejar a todos los suyos,
escritores, poetas y demás, como “pasmados” y, seguidamente un poco recelosos
por el torbellino de una escritora más que notable, más que excelente que dominaba
tanto el contenido como el continente.
La introducción, edición y notas corren
a cargo de Fran Garcerà y el prólogo de Benjamín Jarnés.
Cazarabet
conversa con Fran Garcerá :
- ¿Qué tenía de particular la pluma poeta de Margarita Ferreras?
-Margarita Ferreras
fue una poeta que supo plasmar en sus composiciones una personalidad
arrolladora y, en muchos aspectos, adelantada a su época. El erotismo que
desprenden la mayoría de sus poemas, junto a la reapropiación que hace en estos
de los elementos naturales, dota a su libro de unas imágenes y un significado
que difícilmente pueden encontrarse en los poemarios de otras escritoras de
aquellos años.
- En un mundo muy dominado por los hombres, ¿cómo se hacía sitio el
trabajo poético de una mujer? Además, los poemas en manos de una mujer con una
personalidad tan fuerte como arrolladora. Muy especial. Explícanos, por favor.
-En la época en que
Margarita Ferreras comienza su andadura pública y da a las prensas su libro, la
Edad de Plata (1902-1939), todas las esferas sociales seguían dominadas por el
hombre pese al gran adelanto que la II República supuso en las libertades y en
los derechos de la mujer. En este sentido, la autora que nos ocupa fue una
privilegiada puesto que ingresó en los círculos aristocráticos que le
concedieron una mayor facilidad a la hora de publicar Pez en la tierra. En este
sentido, la elección de las prensas del matrimonio de poetas formado por Manuel
Altolaguirre y Concha Méndez, ambos pertenecientes a la Generación del 27, para
la publicación de su libro fue un acierto, puesto que la poesía de Margarita
Ferreras comulgaba con las nuevas formas y temas que los miembros de esta
promoción poética practicaba y defendía, frente a otras maneras más
tradicionales que habían imperado hasta el momento.
- Ellas surgen gracias a las luchas de otras mujeres que lucharon por sus
derechos y que se consolida en el tiempo de la II República. Coméntanos.
-Efectivamente, como
ya he mencionado, este periodo supuso un gran avance en el campo de los
derechos y las libertades de las mujeres, como su reconocimiento laboral, su
profesionalización o la obtención del voto político. También se asiste durante
este momento a la incorporación de la mujer a las aulas en una equiparación
educativa a la del hombre que no se había producido nunca anteriormente en
España. En este hecho tuvo mucho que ver la aparición en 1915 de la Residencia
de Señoritas, dirigida por María de Maeztu, extensión de la conocida Residencia
de Estudiantes, promovidas ambas por la Junta para la Ampliación de Estudios e
Investigaciones Científicas. Esta institución dio a la sociedad española varias
generaciones de mujeres no solo cualificadas y preparadas para el desarrollo de
su profesión, sino también listas para participar de las propuestas culturales
e intelectuales del momento. De hecho, la Residencia de Señoritas fue el germen
de la aparición del Lyceum Club, desde el cual las
mujeres con inquietudes podían reunirse como las que conformaron el núcleo
fundador de la Generación del 27: Concha Méndez, Maruja Mallo,
Ernestina de Champourcin, etc. Gracias a diferentes
documentos que han llegado hasta nuestros días, como la correspondencia
conservada de Margarita Ferreras a María de Maeztu, sabemos que la poeta
participaba de estas redes culturales femeninas.
- Aunque esto no era óbice para que escritoras y poetas como Margarita
Ferreras encontrasen muchas dificultades, incomprensiones y hasta el olvido...
-Efectivamente,
durante la Edad de Plata, la mujer también se incorpora a la esfera de la
literatura sin levantar las mismas acritudes que en épocas anteriores. Pero eso
no impide que su obra, con el paso de los años, cayese en un intencionado
olvido, en la mayoría de los casos. Este hecho fue motivado, sobre todo, por la
irrupción de la Dictadura franquista que supuso un tajante retroceso en los
logros para la mujer de la II República y su vuelta al ámbito de lo privado y
de la familia. También, el irremediable exilio para muchas de ellas diseminó
fuera de nuestras fronteras la obra y el quehacer intelectual de estas
escritoras que se había desarrollado durante los años anteriores a la Guerra
Civil.
- Ella empieza estando muy vinculada al teatro, a la convivencia con la
gente, a la escenificación... Coméntanos.
-La historia sobre
la incursión de Margarita Ferreras en el mundo del teatro y de la escena,
lamentablemente, ha llegado hasta nosotros a través de memorias y alusiones.
Por un lado, el escritor Álvaro Retana da cuenta, en la dedicatoria a su novela
Ninfas y sátiros. Escenas pintorescas de Madrid de noche (1918), de la
presentación de Margarita Ferreras como divette en el
music-hall del Hotel Palace.
Por otro lado, Margarita Ucelay relata cómo en 1928,
airada por el rechazo de su proposición como actriz protagonista de la obra
Amor de Don Perlimplín con Belisa
en su jardín de Federico García Lorca, la poeta promete vengarse y días después
la obra es clausurada. Debemos tener en cuenta que, por aquel entonces,
Ferreras mantenía una relación muy íntima con el infante don Fernando de Baviera
y, por lo tanto, gozaba de la influencia para haber propiciado la suspensión de
dicha representación.
- Teatro y poemas tan alejados como juntos; tan juntos como alejados,
pero ella encontró inspiración y bocanadas de aire como las que busca un pez en
la tierra...
-La imagen que
utiliza Margarita Ferreras para dar título a su poemario es ciertamente
llamativa y logró llamar la atención de la crítica literaria del momento, que
elaboró reseñas muy positivas en diferentes medios como en el periódico madrileño
Luz, el Heraldo de Madrid, La Libertad o la revista Blanco y Negro. Pese al
significado primero que se infiere de dicho título, que puede leerse como una
alusión al ser que lucha fuera de su medio natural y logra abrirse camino en un
mundo que le es en definitiva adverso, como hicieron tantas otras escritoras,
gracias a las memorias de Manuel Altolaguirre sabemos que la autora se refería
al movimiento de la mujer enamorada que se veía inundada de una gran pasión.
Frente al ahogamiento del pez, Ferreras elige la vida.
- ¿Podríamos definir a los poemas de Margarita Ferreras como de las
plumas poéticas más realistas?
-No me atrevería a
definir los poemas de Margarita Ferreras como realistas, si por ello entendemos
la poesía testimonial y combativa que sí se desarrollará durante y después de
la Guerra Civil. En su poesía, Margarita Ferreras da cuenta de un yo poético
que se corresponde con un mundo interior, en muchas ocasiones, atribulado. De
hecho, algunas de las imágenes más potentes y oscuras de sus poemas pueden
leerse ahora desde nuevas perspectivas bajo la circunstancia de la enfermedad
que la aquejaba.
- Era una poeta no integrante al 100%, pero sí muy afín a la Generación
del 27. Una Generación exquisita, muy buena en lo literario, poético, pero que
tenía, también, sus personalismos. ¿Cómo veían, sentían o temían a plumas como
Margarita Ferreras? Me temo que algunos debieron temer su sombra, su larga
sombra...
-En ningún caso creo
que ningún escritor o escritora temiera la sombra de Margarita Ferreras,
excepto quizás en alguno de los momentos cuando su influencia sobre
personalidades como el infante don Fernando de Baviera era más fuerte, como ya
he explicado en relación a su acercamiento al teatro. Más allá de los
testimonios de Manuel Altolaguirre, Benjamín Jarnés o
Francisco Ayala, nada ha llegado hasta nuestros días de las impresiones de
otros miembros de la Generación del 27 sobre la poeta. Parece haber sido
víctima de un olvido sistemático en las memorias de otros poetas como Luis
Cernuda o Concha Méndez, quizás en parte por su personalidad y las formas que
eligió para abrirse camino en ciertos campos, que la situaban lejos de los
cánones de la época y la adelantaba casi medio siglo en ciertos aspectos de su
comportamiento respecto al de otras escritoras. Su posterior desaparición y el
exilio de la mayor parte de los miembros de dicha generación, fueron también
decisivos para su posterior olvido.
- Además, fue una mujer que se fue acercando al mundo cultural y a
relacionarse con sus integrantes. Coméntanos.
-Margarita Ferreras
no solo se relacionó con los miembros de la Generación del 27. Además de las
redes culturales femeninas tan importantes en las que circulaba, también era
socia del Ateneo de Madrid, uno de los centros neurálgicos más importantes de
toda la intelectualidad española del momento, donde pudo escuchar y conocer a
los más preeminentes pensadores, escritores y políticos de la Edad de Plata. En
una de estas redes, pudo conocer entre otros a Miguel de Unamuno, en cuyo
archivo conservado se encuentran las cartas que Margarita le envió y que por
vez primera llegan al público lector en esta edición de su libro. En estas
misivas, pueden leerse algunas de sus mayores tribulaciones, como el dinero que
le demandaba al infante don Fernando de Baviera. Pero también puede
constatarse, de puño y letra de la autora, su encierro en contra de su voluntad
en un sanatorio para reponerse de la enfermedad mental que la aquejaba.
Ciertamente, es un testimonio inquietante que pone de manifiesto los usos y
prácticas de la medicina mental de aquella época, además del declive
progresivo, tanto social como económico, de la poeta.
- ¿Todo terminó con la II República y la llegada de la Dictadura
Franquista o se fue consumiendo de alguna manera?
-En las mencionadas
memorias de Manuel Altolaguirre hay una serie de datos de sumo interés, pero
que también han podido desviar las investigaciones en torno a la figura de
Margarita Ferreras. El primero es el referido a su nombre, puesto que
Altolaguirre la recuerda como Margarita Cañedo, aunque eso pudo deberse a una
confusión, puesto que ahora sabemos que su verdadero nombre era Margarita
Ferreras y no hay constancia de que utilizara ningún seudónimo. El segundo, es
el referido a su supuesto exilio. Altolaguirre narra cómo se encuentra a
Ferreras en la ciudad de Valencia en 1937, muy aquejada de sus nervios por los
acontecimientos bélicos hasta que le pierde la pista para siempre, según
relata, Ya que la poeta había conseguido exiliarse gracias a unas antiguas
amistades. No hay más evidencia de ello. Lo que sí podemos demostrar gracias al
padrón municipal de Madrid del año 1940, es que Margarita se encuentra
domiciliada en esta ciudad en la calle Atocha. Lo que ocurre con ella después
es un misterio pues desaparece del panorama cultural, político y social de la
posguerra. Debemos esperar hasta los años sesenta donde, según una nota
marginal en su partida de nacimiento conservada en Alcañices, su pueblo natal
en la provincia de Zamora, recibe una ayuda de la Junta Provincial de
Beneficencia para el auxilio a ancianos y enfermos desamparados. Después, nada
vuelve a saberse de ella, ni tan siquiera su año de muerte o su lugar de
enterramiento. Son esos, junto a la laguna de su biografía desde los años 40,
dos misterios más en torno a una poeta que sigue fascinando a quien se acerca a
ella, tanto por su poesía como por los cauces por los que decidió dirigir su
vida.
23369
Pez en la tierra. Margarita Ferreras. Prólogo: Benjamín Jarnés.
Introducción: Fran Garcerá
142 páginas
15.00 euros
Torremozas
No moriré mientras tú vivas.
Desesperadamente
mis raíces se alargan.
Eres agua y te busco.
Me revuelco como un pez en la tierra
cuando tú pasas.
Pez en la tierra, fue publicado por primera y única vez en las históricas prensas
de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez en el año 1932.
MARGARITA FERRERAS (Alcañices, Zamora, 1900) participó del prolífico ambiente
cultural del Madrid del primer tercio del siglo XX. El Ateneo de Madrid, la
Residencia de Señoritas o el Lyceum Club, se
convirtieron para ella en lugares habituales donde frecuentaba a los
intelectuales más importantes de esta época, como Gregorio Marañón, o a los más
destacados políticos, como Manuel Azaña.
Una poeta fascinante que, pese a no
pertenecer al núcleo fundacional de la Generación del 27, se la debe considerar
afín a ésta. Asimismo, estrechó lazos de amistad y trabajo con algunos de
ellos, como Benjamín Jarnés, el cual elaboraría el
prólogo, recuperado también en esta nueva edición, al único poemario de la autora.
Los avatares históricos que
sobrevendrían con el final de la II República, la Guerra Civil y la Dictadura
posterior, sumados a una personalidad adelantada a su tiempo y al protagonismo
de su enfermedad mental, condenaron a Margarita Ferreras a un completo olvido.
Los pocos testimonios que se tenían de ella y otros completamente nuevos, fruto
de una exhaustiva investigación, se reúnen aquí en la introducción de Fran Garcerá: su procedencia, su vida en Madrid o su
correspondencia inédita a María de Maeztu y a Miguel de Unamuno, ofrecen algo
más de luz a una biografía que ha quedado entre sombras.
Margarita Ferreras se convierte, a
día de hoy, en la última rescatada, de entre tantas otras poetas, que esperan
para volver desde el silencio, a través de las fronteras de un olvido que las
ha tenido, demasiado tiempo, secuestradas.
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