La
Librería de Cazarabet
Palop, el detective Palop, engrandece su
sombra en Base Negra de Editorial Base.
Estamos ante dos obras de Pascual Ulpiano: Palop juega sucio y Malas noticias, es Palop.
Nos acercamos un poco a Malas noticias, es Palop:
Malas noticias, es Palop. Y esta vez está
fuera de sí, porque a ver quién es el guapo que se atreve a joder a sus amigos.
Bueno, amigos tampoco son, porque Palop no tiene de eso. Pero ésta es una
cuestión de justicia, de vengar una afrenta gravísima: de quitar de en medio a
bastardos que mejor están criando malvas. Bien pensado, no son malas noticias,
porque Palop tiene sed. Sed de sangre, de dolor y de reventarle la cabeza a
hostias a quien se lo merece. Cuando eso ocurre, no puede evitar sonreír
mientras siente la electricidad recorrer su espinazo. Se odia por ello, sí,
pero sonríe. Con el cargador de su Heckler & Koch
HK Mark 23 repleto de munición, la decisión de esparcir la sesera de los hijos
de perra que se interpongan en su camino y la voz de un fantasma del pasado
jodiéndole los momentos de asueto masturbatorio,
Palop vuelve a su librería.
Y será mejor que esta vez tampoco le vuelvan
la espalda.
Y ahora lo hacemos con Palop juega sucio:
Los bastardos tratan de financiar su propio
grupo terrorista y, para conseguirlo, nada mejor que raptar a Pilarín, la hija oronda de una ministra por la que pedir un
rescate o, a malas, alojar una bala en su rubio y repeinado cráneo.
Buenas noticias para Palop, en todo caso.
La Agencia, donde trabajó y de donde salió a
su manera hace unos años, vuelve a confiar en él para hacer el trabajo sucio.
El que nadie quiere hacer. El que apesta. Ese que no sale en los periódicos, ni
en el BOE, ni en las lápidas de los que caen haciéndolo. Bien remunerado, muy
arriesgado y descarnadamente implacable: este juego se rige por sus propias
normas y Palop sabe qué cartas jugar para que a Pilarín
no le pase nada y que los hijos de perra de sus raptores acaben bajo tierra,
pasto de los gusanos.
El autor, Pascual Ulpiano:
Pascual Ulpiano es el pseudónimo tras el que se esconde el creador del cínico y
salvaje detective Palop. ¿Tal vez Alberto Valle?.
Cazarabet conversa con Alberto Valle “Pascual
Ulpiano”:
-Palop,
amigo, es una especie de detective que, aunque venido a menos, después de su
paso por La Agencia, encuentra sus vías de escape realizando para esa Agencia
los trabajos de alcantarilla, los peores, los más sucios…
-Sí, creo que describes muy bien el
punto de partida: un contumaz hijo de puta que juega con unas reglas de juego
que son suyas y de pocos más que son como él.
-¿Qué es lo que un día te hizo iniciar
las andanzas, las aventuras de Palop?, me refiero: ¿a qué te inspiró…no sé hubo
como un “clic”?
-Palop nace un buen o mal día de hace
unos doce años, no sé muy bien si en aquel momento como válvula de escape o
qué. Sí tenía claro que quería reivindicar una cierta forma de hacer literatura
popular, de asunto, muy explícita. Pulp sin
miramientos, en toda su crudeza y nula referencialidad a lo que se define
comúnmente como “alta cultura”. Un entretenimiento para el lector, para
descargar adrenalina.
Lo que hizo clic, supongo, fue el hecho de deshacerme de todo ese complejo que
te coge cuando empiezas a escribir. De toda esa pomposidad, esa necesidad de
enredarte con palabras ampulosas, epatar y vivir el proceso narrativo como una
sufrida agonía. ¡Gilipolleces! –pensé- Es todo mucho
más sencillo y placentero porque se trata de pasártelo bien, escribir lo que te
gusta y, muy especialmente, no tratar de ser otro(s) sino tú mismo, con tus
aportes y todas tus limitaciones.
De todos modos, y volviendo a aquel primer momento, cuando se me ocurrió la
idea escribí parte del primer borrador de la primera entrega, “Palop Juega
Sucio”, que quedó luego diez años enclaustrado en un ordenador. Luego, ya, por
avatares de la vida, lo volví a retomar con más fuerza. Tanta, que llevo ya dos
volúmenes publicados y algunos más escritos.
-Aquellos trabajos por los que si los
haces bien cobras y punto, pero por los que nunca recibes un
reconocimiento…..moralmente nada conciliador, ¿no?
-Moralmente hay muchos aspectos
cuestionables en Palop. Aspectos que, no obstante, van teniendo un desarrollo
con el avance de la serie. En el caso concreto de este anonimato forzoso al que
aludes, bueno, es una condición básica para describir al personaje y el entorno
subterráneo y alienante al que pertenece.
Pero en el fondo no invento nada nuevo ni de lejos. Baste pensar en la obra de Ian Fleming y en ese irresistible cabrón amoral llamado
James Bond. O, pillándonos más cerca, la “ética” de un Carvalho, de Montalbán;
o la del fantástico Méndez, de Ledesma; o los personajes que dibuja Luis Romero
en su magistral “Los Otros”.
Sin querer compararme, claro y faltaría más. Pero sí que en la amoralidad y en
la ética torcida siempre he encontrado muy gozosas fuentes de inspiración, ya
se trate de lectura u otras formas narrativas.
-Si lo describes así, será porque
existen agentes con estas características ¿no?
-Oyes muchas cosas, y otras, de las
que se (des)informa en los media, simplemente chirrían. Todo ello me parece un
perfecto caldo de cultivo para dar vida a un hijo de puta como Palop, creértelo
y, sobre todo, que el lector también se lo crea.
-Y si te acercas o utilizas nombres de
La Agencia, la organización u otros…será porque son la sutil tapadera de lo que
todos imaginamos….
-Supongo que autor y lectores, en
nuestra mayoría, convergemos en este sentido, imaginándonos más o menos a los
mismos. No diré más. Que tampoco hace falta, creo yo.
-En este país hay todavía como “prurito”
por nombrar claramente ciertos sujetos, entidades y demás, ¿por qué crees?
-En un país donde un tweet sobre Carrero Blanco o un show de guiñoles te puede
buscar la ruina, es normal que a la gente se le pasen las ganas de mojarse.
Vale la pena recordar, en este sentido, las múltiples peticiones de derogación
de la conocida como “Ley Mordaza” emanadas de varios organismos internacionales
como la ONU, por su talante medieval. Una ley, por cierto, promulgada por el
hijo de un conocido represor del que los inmigrantes de la Catalunya de los 50
se acordarán perfectamente: Eduardo Fernández Ortega.
-Hay mucha base tanto exógena, lo que
quiero decir que hay motivos y madera para que ardan historias de intriga
mezcladas con cierta dosis de espionaje o de lo que podríamos reconocer como
las cloacas más sucias de un país…¿por qué todavía se
escribe poco sobre esto?
-La verdad es que no sé si se escribe
poco o si lo que se escribe tiene escasa visibilidad en un país que, de
entrada, no lee y tiene un putapénico consumo
cultural, basado en la descarga compulsiva y la lectura del Marca. Por otro
lado, adolecemos de una cultura política floja, resultado de lo que mal llaman
“transición”, y que no fue otra cosa que una adaptación de un antiguo régimen a
uno nuevo, como nos demuestran quienes nos “gobiernan” (es un decir) cada día.
Pero vaya, viendo el vaso medio lleno, atesoramos escritores extraordinarios
como Juan Carlos Castillón, Andreu Martín, Antonio Quílez
o Antonio Padilla. Cantidad, tal vez, poca. Pero la calidad, si se busca, se
encuentra.
Y, yendo un poco más allá, en España gozamos también de un grandioso caudal de
literatura popular, de bolsilibro, de puro oficio de
contador de historias. Una generación lamentablemente más pretérita que
presente, pero que en algunos casos supo esquivar el lápiz rojo de la censura
en sus novelas y echarle bemoles e imaginación a los asuntos que trataban.
Suerte tenemos de gente como Alberto Cabrera, Raúl Montesdeoca,
Ricardo Bosque, Guillermo Román, Javier Pérez Andújar, Miqui
Otero o Jordi Canal, entre otros, que pugnan por mantener viva aquella
generación de la que hemos heredado un talento como el de Lem
Ryan.
-Y por qué tú decides hacerlo con el
agente, luego detective y luego “arreglador” PARA LA Agencia, Palop?
-Porque es un planteamiento Pulp que te permite jugar con la hemeroteca, jugar con
realidades ocultas, imaginables o adivinables y, a la vez, redundar en
situaciones muy burras en términos de violencia y mala baba.
O sea, es un poco como decir ya que este es mi juego, lo juego con mis reglas.
-Bien a los personajes: ¿mera
observación y mucha lectura?
-Algunos personajes están muy basados
en gente que conozco o he conocido o, en algunos casos, intuido. Pero está
claro que lo que lees te marca y te crea unos estereotipos a los que luego tú
das tu forma. Si no me hubiese curtido leyendo cómic europeo de pequeño y, más
adelante, a gentuza adorable como Bunker, Vonnegut o Welsh, probablemente tendría otras coordenadas a la hora de
escribir.
Que no digo que sea mejor o peor, cuidado. Pero creo que en esto, como en la
música que se escucha o en el cine que se ve, vale aquello de “somos lo que
comemos”.
-¿Y las tramas, cómo las vas forjando….un día me
explicaba una escritora de novela negra que se pasaba horas y horas leyendo
todas las páginas de sucesos de todo lo que podía pillar…?
-Depende de qué esté escribiendo,
pero sí es cierto que, sobre todo a la hora de contextualizar, echo mano de la
hemeroteca y de sucesos acaecidos en la época de la que me esté puntualmente
ocupando.
De todos modos, generalmente tengo una idea más o menos precisa y, según voy
escribiendo, la propia narración, sus personajes, sus inercias, me llevan por
un camino u otro.
Creo que sería incapaz de escribir como hacen algunos, con todo imaginado y
atado al milímetro incluso antes de teclear la primera letra. Lo cual me parece
admirable, claro.
-Tengo en mis manos dos aventuras de
Palop: “Palop Juega sucio” y “Malas noticias, es Palop”….diferentes, pero igual
de bestia en sus formas, maneras….
-Son novelas Pulp,
con un formato muy claro. Las mismas portadas, obras del siempre solvente Berto Martínez, así como las ilustraciones interiores, obra
de Adolfo Valle, ya dejan meridianamente claro de qué va el asunto.
Y, oye, ya fueron pensadas así desde el minuto uno de su concepción.
-Creo que habrá más Palop, yo no puedo
ser objetiva porque me encantan este tipo de tramas, pero engancha y no poco…
¿Tú qué nos puedes decir?
-Hay más Palop ya escrito y sí, hay
diferencias, sí. El primer volumen de la serie es sin duda el más testosterónico, violento y burro. Tiene mucha acción y
mucha violencia. Mucha mala hostia y un personaje, Florentino Palop, del que
sólo al final vemos más allá de su coraza.
El segundo volumen ya tiene más trama ligada con la psicología del personaje,
con sus fantasmas, su vida familiar, sus miedos y el por qué de su sed de
violencia.
Por supuesto, la evolución del personaje seguirá por ahí.
-Creo que en el fondo de todo, Palop es
más justo de lo que parece, más generoso y más normal…pero se comporta como un
“bestia” porque es como una coraza, una autodefensa…¿qué
nos puedes comentar?
-¡Exacto! Es lo que te comentaba
antes: hay una coraza, una armadura, que cubre aquello de lo que ningún hombre
se sustrae, la fragilidad. Palop es, a su manera, vulnerable y si ya lo
intuimos al final de “Palop Juega Sucio” y lo vemos claramente en “Malas
Noticias, es Palop”, el lector puede esperar más conflicto interno y externo en
las siguientes entregas. Porque al final, no es sólo lo que lleva dentro sino
lo que le pasa. Y le pasan cosas; joder si le pasan cosas…
-Aunque cinismo no le falta, pero el
cinismo es una de las “drogas” que imperan en cada uno de nosotros, así que el
que trabaja en las cloacas de la sociedad, de esta sociedad actual, debe
de ir sobrado, ¿no?
-El cinismo es otra forma que tiene
Palop de protegerse no sólo de lo que le pasa sino, sobre todo, de sí mismo.
Pero en general Palop no es cínico sino más bien emocional, aunque por
entrenamiento tenga la capacidad de mantener la cabeza fría en un tiroteo o en
una pelea. Lo que le pasa, le guste o no, le afecta de una manera u otra.
-Bueno, amigo, ¿nos puedes decir en qué
estás trabajando en la actualidad?
-Estoy conspirando para que la
tercera entrega de Palop vea la luz y, al mismo tiempo, estoy acabando una
novela negra histórica ambientada en Barcelona entre 1952 y 1991, de la que
espero informar pronto y en positivo.
Asimismo, voy escribiendo artículos musicales aquí y allá, pinchando discos
grabados por gente ya muerta y olvidad, y acudiendo a mi
programa de radio cada viernes.
Básicamente, para quienes gusten de estar al tanto de los líos en los que me
voy metiendo, pueden hacerlo a través del blog: http://valleustedasaber.blogspot.com.es/
Ahí informo de todo, y mintiendo lo justo.
25181
Palop juega sucio. Pascual Ulpiano
160 páginas 12,5 x 19 cms.
10,95 euros
Base
25182
Malas noticias, es
Palop. Pascual Ulpiano
152 páginas 12,5 x 19 cms.
10,95 euros
Base
Pascual Ulpiano es el pseudónimo tras el que se
esconde el creador del cínico y salvaje detective Palop.
Palop juega sucio
Los bastardos tratan de
financiar su propio grupo terrorista y, para conseguirlo, nada mejor que raptar
a Pilarín, la hija oronda de una ministra por la que
pedir un rescate o, a malas, alojar una bala en su rubio y repeinado cráneo.
Buenas noticias para Palop, en todo caso.
La Agencia, donde trabajó y de donde salió a su manera hace unos años, vuelve a
confiar en él para hacer el trabajo sucio. El que nadie quiere hacer. El que
apesta. Ese que no sale en los periódicos, ni en el BOE, ni en las lápidas de
los que caen haciéndolo. Bien remunerado, muy arriesgado y descarnadamente
implacable: este juego se rige por sus propias normas y Palop sabe qué cartas
jugar para que a Pilarín no le pase nada y que los
hijos de perra de sus raptores acaben bajo tierra, pasto de los gusanos.
Malas noticias, es Palop.
Y esta vez está fuera de sí,
porque a ver quién es el guapo que se atreve a joder a sus amigos. Bueno,
amigos tampoco son, porque Palop no tiene de eso. Pero ésta es una cuestión de
justicia, de vengar una afrenta gravísima: de quitar de en medio a bastardos
que mejor están criando malvas. Bien pensado, no son malas noticias, porque
Palop tiene sed. Sed de sangre, de dolor y de reventarle la cabeza a hostias a
quien se lo merece. Cuando eso ocurre, no puede evitar sonreír mientras siente
la electricidad recorrer su espinazo. Se odia por ello, sí, pero sonríe. Con el
cargador de su Heckler & Koch HK Mark 23 repleto
de munición, la decisión de esparcir la sesera de los hijos de perra que se
interpongan en su camino y la voz de un fantasma del pasado jodiéndole los
momentos de asueto masturbatorio, Palop vuelve a su
librería.
Y será mejor que esta vez tampoco le vuelvan la espalda.
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