La
Librería de El Sueño Igualitario
Un libro
inmenso desde Pepitas de Calabaza que se aferra a la tierra y al mundo rural….
Sus
gentes, a la vez, son protagonistas….
Emilio Gancedo, con este libro, "Palabras mayores. Un viaje
por la memoria
rural" se pone dentro de las pieles
de tantos personajes como lugares que visita con su memoria, su mirada y sus
sentimientos entre lo rural…
Es una
obra preciosa y conmovedora, un texto tejido a partir del caudal de recuerdos
de nuestros mayores, recabados por el autor en un largo camino pacientemente
recorrido, de Galicia a Málaga, de Cataluña a
Extremadura...
Es una
narrativa que te enamora, lo consigue muy de veras de la literatura, de aquella
que te conmueve desde lo más hondo y que te remueve….te imaginas a los
protagonistas con la cara surcada por la experiencia…cada arruga son miles de
minutos allí expuestos ; cada sonrisa son el alma recogida y que se abre, como
de repente para darnos todo….Cada piedra en el camino es una astucia intrínseca que termina, las
más de las veces, por apartarla para que no caiga…algunas vuelve a caer porque,
generalmente, aún sabios, solemos ir tropezando en nuestros propios errores.
Emilio
nos brinda una obra como “en bandeja de plata”, nosotros tan solo tenemos que
sumergirnos y saber que estamos ante un escritor que dará mucho de qué
hablar…todo, seguramente también, gracias a la exquisitez por el gusto, nunca
por las ganancias por una editorial que va sembrando buenas intenciones y
buenas razones, Pepitas de Calabaza.
Aquello
que nos “dice” Pepitas de Calabaza:
Durante
medio año Emilio Gancedo se echó a la carretera y
pacientemente hizo un recorrido por la diversidad y heterogeneidad de lo que
hoy llamamos España. En su camino se encontró y charló largo y tendido con
personas vinculadas al medio rural, todas ellas cultivadoras de recuerdos,
ejemplos comprometidos con la memoria viva. Fruto de ese trabajo es Palabras mayores, una suma de
historias, recuerdos, anhelos y enseñanzas de una generación, los nacidos antes
o inmediatamente después de la guerra civil, a quienes prácticamente hemos
dejado de escuchar; un libro que rescata muchas experiencias y enseñanzas
útiles para el presente de unas gentes extraordinarias que pasaron en pocas
décadas del Neolítico a Internet.
[...] —¿Cómo era aquella casa, Progreso?
—Era una casa mu grande, mu
grande, mu grande; mira si era grande que mi hermano,
mi padre y yo, dormíamos juntos en la misma cama, y mi hermana en la otra.
—¿Teníais luz en aquella casa, Progreso?
—Sí, había luz… cuando era de día se veía estupendamente.
—¿Y había escuela, Progreso?
—Escuela sí había, pa los niños… pa
los niños que iban a ella.
—¿Matábais algún marrano en
casa, Progreso?
—… Nosotros es que no teníamos esa costumbre.
Manejar
un ingenio así tiene aún más mérito cuando las cosas a las que alude no tienen
maldita gracia. Quizá el tiempo, eterno bálsamo, le permite verlas hoy de esa
manera, pero es ironía que deja la sonrisa torcida, y en la mirada filos que
sugieren insondables cavilaciones. [...]
El autor:
Emilio Gancedo (León, 1977) es periodista especializado en
temas culturales, patrimoniales y
etnográficos, y trabaja en Diario de León
desde el año 2000. Además de haber firmado cientos de artículos y
reportajes, series periodísticas y una columna semanal (‘Marinero de río’), es autor de dos libros de relatos (‘La
hoja de roble’; y ‘Trece cuentos
extraños'), una guía de viajes (‘León, parada jacobea’) y dos obras de carácter etnográfico (‘La tradición
oral’; y ‘El habla de
León’). También ha colaborado en numerosos proyectos colectivos y ha obtenido premios como el ‘Nuevos Lenguajes’
de la Fundación Coca Cola, el Premio de
Reportajes de la Casa de León en Madrid o el ‘Armonía de las Letras’ a la mejor aportación a la
cultura provincial. Además, ha cultivado
el guión de documentales (‘Asina falamos’,
‘Ciudad de reyes’, ‘La Montaña
Oriental’...).
Para
saber más del autor, casi mejor nos acercamos a la web de este libro, a veces
unos datos bibliográficos dicen poco…sólo son, al fin y al cabo, datos,
palabras enlazadas y poco más…hay que saber bucear e ir más allá y esto lo
podemos conseguir utilizando enlaces como:
http://www.libropalabrasmayores.com/listing/jose-fernandez-canosa-3/
Aunque
para que os hagáis una idea:
https://ast.wikipedia.org/wiki/Emilio_Gancedo
Cazarabet conversa con Emilio Gancedo:
-Estamos ante un libro de personas, de territorios,
de costumbres…de gentes y de vidas. El propio título lo dice todo:”Palabras
mayores”. Ahora en perspectiva del tiempo: ¿Cómo te sientes ante este trabajo que,
además, te llevó bastante tiempo…?
-Me
siento satisfecho y como recién regresado de un viaje largo y productivo. Suelo
decir que este ‘Palabras mayores’ es un viaje hacia adelante en el espacio y
hacia atrás en el tiempo, en la memoria. Un doble viaje. Primero por toda la
geografía del país, por sus paisajes y culturas, pero al mismo tiempo por el
pasado de algunos de sus habitantes, por nuestra historia menuda desde los
comienzos del siglo XX. Además, el libro salió hace justo un año, por lo que es
buen momento para hacer balance de esta obra que ya va por su segunda
edición.
-¿Cómo te planteaste la metodología de trabajo y la
documentación de este libro que es como un “largo viaje”?
-Bueno,
yo quería acceder a la vida, a las motivaciones y a los condicionantes de
personas que fueran completamente representativas de los diferentes territorios
del estado, y por eso primero tuve que localizarlas. Para ello he de agradecer
la inmensa ayuda prestada por etnógrafos, investigadores, directores de museo,
periodistas… que en cada comunidad autónoma me ayudaron para encontrar a gentes
cuyo perfil yo tenía muy claro. Personas vinculadas al medio rural, muy
‘auténticas’, con gran humanidad, humor y sencillez, auténticos filósofos
naturales que ante todo han sido testigos de épocas infinitamente más duras y
difíciles y a los que esa perspectiva del tiempo y de las muchas cosas vistas y
vividas han transformado en sabios. Una vez localizadas, cosa que no fue nada
fácil, sólo tenía que ir y hablar con ellas. Hablar y hablar. Sin prisa, esa
fue la clave.
-¿Quisiste, pretendiste rescatar experiencias de
gentes de diferentes lares de la península?
-Sí. El
libro de viajes clásico, que a mí me atrae mucho por supuesto, y estoy pensando
en títulos de Cela, Carnicer, Torbado
o Llamazares por poner sólo unos ejemplos, suele proponer un viaje en el que
los personajes aparecen pintados casi como el paisaje, en pinceladas, en trazos
que surgen frente a la aparición o el encuentro súbito y pasajero del caminante
con esas personas, descripciones sin duda significativas y evocadoras; pero el
caso es que yo quería que mi viaje, precisamente, fuera hacia el interior de las personas, no sólo encontrándome con ellas.
Entiendo que es otro tipo de relato. Antes de toparme con Pepitas de Calabaza,
que es una editorial magnífica para la que sólo tengo agradecimientos, otras
editoriales dudaban de la publicación de ‘Palabras mayores’ diciéndome que este
libro era difícil de encuadrar porque entendían que no se ajustaba a los parámetros
conocidos. ¿Libro de viajes, de relatos literarios, de etnografía, crónica,
entrevista? Quizá sea una mezcla de todo ello.
-¿En las palabras buscaste el denominador común de
la experiencia, del tiempo vivido con rotundidad y contundencia?
-Hay un
momento, en la entrevista con el matrimonio de vizcaínos allá en un caserío
perdido en las laderas del monte Oiz, en que el
casero me empieza a entrevistar a mí. Me pregunta: “¿Y la gente con palabra, se
ha muerto toda? ¿Ni una, ni una quedará?”. Lo repetía varias veces,
consternado. Para él, la mayor desgracia del mundo moderno consistía en la
pérdida de peso de la palabra, en la ausencia de la tremenda, capital
importancia que tenía antes la palabra dada, el diálogo, ese tesoro concedido
al hombre. Y este vizcaíno sufría por ello. Escuchar, comprender, reflexionar.
Ver con perspectiva, con distancia. Saber de dónde venimos, valorar las
conquistas realizadas, son aspectos básicos de este proyecto. Y todo ello,
claro está, viaja a través de las palabras. En muchos casos de ‘sus’ palabras,
pues he querido que sus voces, acentos y lenguas estén muy presentes en el
libro. Que nos demos cuenta también de la inmensa riqueza y variedad cultural y
lingüística que tenemos en España. Que nos sintamos orgullosos, todos, del
catalán, del gallego, del asturleonés, del aragonés, de esa joya filológica que
es el euskera… Verlo de una manera positiva y enriquecedora.
-¿Dar voz, leer y casi sentir la voz de los mayores
es uno de los propósitos que te marcaste desde un primer momento?
-Como
digo, sí. Por un doble motivo: intentar aprovechar el caudal de valores,
herramientas y actitudes amasado durante tanto tiempo por esas sufridas
generaciones con vistas a afrontar la crisis y los problemas de nuestra sociedad
actual, pero por otro ofrecer un retrato fiel y también apasionado del medio
rural, de ese enorme espacio que tan ausente está de las agendas políticas y
mediáticas actuales. Son extensas regiones en las que el olvido es tan grande
que a uno lo ahoga, lo sofoca. Un olvido imperdonable, a mi modo de ver,
injustísimo. Y un retrato, además, que viaja a través de la palaba literaria
porque ese es el mejor vehículo para conducir la memoria y la oralidad.
Literatura y memoria, a mi modo de ver, se parecen mucho, es una de las cosas
que he aprendido en este viaje.
-Este libro es un libro que tiene que ver mucho con
“lo auténtico”, “lo que hace pueblo” y lo “que viene de la tierra…. aquello que
huele a tierra húmeda a raíces…”¿Qué nos puedes
reflexionar?
-Entiendo
lo auténtico como lo enraizado al terreno, como estas personas que parecen
‘brotar’ directamente de él, de esa cultura, de esos paisajes. Son los últimos.
Todos los demás, de ochenta años para abajo, estamos mediados por otras cosas,
por otros estímulos, la televisión sobre todo. Podemos y debemos aprender ese
bagaje, aprovecharlo, valorarlo, actuar con dignidad frente a él, pero esos
‘productos de la tierra’ que eran estos hombres irrepetibles se van
extinguiendo poco a poco.
-Pero por eso mismo, enlazando con la pregunta
anterior, es tan importante que se lea desde lo rural que se va perdiendo o que
está en peligro y desde “lo urbano” porque solo si lo entendemos entre unos y
otros podemos hacer mella en guardar y conservar lo positivo, reflexionando en
ello. ¿Qué nos puedes comentar?
-Mi
primer impulso a la hora de hacer este libro fue intentar rescatar del pasado
cosas útiles para el presente, y creo que entre ellas están asuntos como la
cooperación y la ayuda mutua, que fue lo que en última instancia propició la
supervivencia en nuestro medio rural durante muchos siglos (conceptos
necesarios y ‘resucitados’, por cierto, en el medio urbano a cuenta de esta
última crisis). La humanidad, el humor, el diálogo con nuestros semejantes, el
regreso a lo pequeño y lo sencillo, a lo realmente importante, la huida de la
competitividad y la avaricia… Son recetas humildes pero que podemos aplicar a
nuestro día a día para mejorarlo sin duda.
-Amigo, por último, ¿en qué estás trabajando
actualmente, nos puedes dar alguna pista?
-Ahora
estoy embarcado en algo diferente, luchando contra párrafos y diálogos en la
escritura de una novela de ficción.
Firmas de fotógrafos
Gancedo1: ISABEL RODRÍGUEZ
Gancedo2: XOSÉ ANTÓN AMBÁS
19505
Palabras mayores. Un
viaje por la memoria rural. Emilio Gancedo
368 páginas 14 x 21 cms.
22.00 euros
Pepitas de Calabaza
Durante medio año Emilio Gancedo se echó a la carretera y pacientemente hizo un
recorrido por la diversidad y heterogeneidad de lo que hoy llamamos España. En
su camino se encontró y charló largo y tendido con personas vinculadas al medio
rural, todas ellas cultivadoras de recuerdos, ejemplos comprometidos con la
memoria viva. Fruto de ese trabajo es Palabras mayores, una suma de historias,
recuerdos, anhelos y enseñanzas de una generación, los nacidos antes o
inmediatamente después de la guerra civil, a quienes prácticamente hemos dejado
de escuchar; un libro que rescata muchas experiencias y enseñanzas útiles para
el presente de unas gentes extraordinarias que pasaron en pocas décadas del
Neolítico a Internet.
[...] —¿Cómo era aquella casa, Progreso?
—Era una casa mu grande, mu
grande, mu grande; mira si era grande que mi hermano,
mi padre y yo, dormíamos juntos en la misma cama, y mi hermana en la otra.
—¿Teníais luz en aquella casa, Progreso?
—Sí, había luz… cuando era de día se veía estupendamente.
—¿Y había escuela, Progreso?
—Escuela sí había, pa los niños… pa
los niños que iban a ella.
—¿Matábais algún marrano en
casa, Progreso?
—… Nosotros es que no teníamos esa costumbre.
Manejar un ingenio así tiene aún más mérito cuando las cosas a las que alude no
tienen maldita gracia. Quizá el tiempo, eterno bálsamo, le permite verlas hoy
de esa manera, pero es ironía que deja la sonrisa torcida, y en la mirada filos
que sugieren insondables cavilaciones. [...]
Primeras páginas:
http://www.pepitas.net/sites/default/files/libros/primeras_paginas/palabras_mayores_primeraspaginas.pdf
Web de "Primeras páginas":
http://www.libropalabrasmayores.com/
Más información sobre el libro:
http://www.pepitas.net/libro/palabras-mayores
Emilio Gancedo (León, 1977) trabaja en la
sección de Cultura de Diario de León desde el año 2000. Es autor de dos libros
de relatos (La hoja de roble, 2001, y Trece cuentos extraños, 2007), una guía
de viajes (León, parada jacobea, 2004) y dos obras de carácter etnográfico (La
tradición oral, 2008, y El habla de León, 2009). Ha colaborado en numerosos
libros colectivos y participa con asiduidad en filandones (cuentacuentos
populares), debates, conferencias y tertulias radiofónicas. Además es autor de
los guiones de tres documentales (Asina falamos, León, ciudad de reyes y La Montaña Oriental).
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