La
Librería de El Sueño Igualitario
Laura Vicente
escribe en Editorial Calumnia un libro, muy conciso que explica sobre la
situación de las mujeres que abrazaron en libertarismo en Zaragoza.
Indaga sobre ese
feminismo anarquista que marcó un antes y después, de tal manera que, aún con
el paso de la dictadura, nadie pudo pararlo….es por eso que ese feminismo
estuvo presente en la transición.
Edita este libro
una editorial tan valiente como libertaria, se trata de Calunnia
desde Islas Baleares.
En lo que se
adentra un poco el libro:
La Transición
española (1975-1982) fue el proceso político por el que el país debía dejar
atrás la dictadura del general Franco para pasar a un sistema democrático que
incluía la aceptación de la monarquía. La ruptura democrática, abandonada por
las fuerzas políticas mayoritarias (PSOE y PCE) de la oposición, no fue
aceptada por otros sectores de la izquierda entre los que se encontraba el anarquismo.
En el complejo proceso de reconstrucción de la CNT se inscribió la aparición de
los grupos de Mujeres Libres/Libertarias, grupos que trataron de enlazar con la
genealogía del feminismo anarquista, actualizando sus planteamientos. Uno de
esos grupos fue "Mujeres Libertarias" de Zaragoza y aquí se cuenta su
"pequeña" historia.
Nosotros ya tuvimos el placer de entrevistar a esta
amiga desde la escritura de su Historia del anarquismo: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/laura.htm
Nuestra historiadora y escritora: Doctora en
Historia por la Universidad de Zaragoza, máster en “Estudis de
la Dona” por la Universidad de Barcelona y catedrática de Historia de enseñanza
secundaria. Es especialista en historia social e historia de la mujer y autora
de los libros Sindicalismo y conflictividad social en Zaragoza
(1916-1923) (1993); TeresaClaramunt (1862-1931).
Pionera del feminismo obrerista anarquista (2006); Aproximación a
Mujeres Libres. Pròleg i Antecedents de Mujeres Libres (2008), y el
capítulo “Rafaela Torrents. Los ‘poderes’ de una
mujer de clase acomodada en la Cataluña decimonónica”, en el libro La
participación de las mujeres en lo político. Mediación, representación y toma
de decisiones (2011). Ha publicado diversos artículos en revistas
especializadas como Historia Social, Cercles, Arenal o Arraona.
Lo que dice sobre
el presente libro: “Escribir este libro y adentrarme en una época que, como
historiadora, no me interesa puesto que es muy reciente, ha sido un ejercicio
de memoria personal que he compartido con algunas mujeres que formaron parte
del grupo. La memoria es en realidad una representación del pasado que se
construye en el presente, resulta de un proceso en el que interactúan varios
elementos, cuyo papel, importancia y dimensión varían según las circunstancias.
Las personas cambian, sus recuerdos pierden o adquieren importancia nueva según
los contextos, las sensibilidades y las experiencias acumuladas”.
Cazarabet conversa con Laura Vicente:
-¿Desde dónde surge esa mujer libertaria?;
¿háblanos de su génesis? O por preguntarlo de otra forma de la idiosincrasia de
las mismas o ¿qué características solían reunir?
-Las
mujeres libertarias éramos mujeres muy jóvenes con un feminismo muy básico y
estábamos cercanas, o integradas, en la CNT, por tanto, teníamos en común
aspectos elementales del anarquismo. Todo ello, excepto alguna mujer que venía
de una trayectoria familiar anarquista, era resultado de intuiciones y algunas
lecturas apresuradas. Una parte de estas mujeres venía de Autonomía Obrera, una
tradición marxista consejista.
-¿Qué te hizo acercarte a las mujeres libertarias,
en concreto de las de Zaragoza?
-Yo era muy
joven, mi cabeza bullía con múltiples ideas poco maduradas. Por mi carácter
enseguida me alejé de la militancia de partido puesto que no veía clara la
disciplina que se exigía que, para mí, estaba muy
cerca del autoritarismo. Me sentía más cómoda en movimientos asamblearios que
respetaran la libertad de pensamiento y de compromisos. Era estudiante con
pequeños trabajos precarios y el sindicalismo tampoco me atraía. Los
movimientos sociales ecologistas (Asamblea Ecologista de Zaragoza), feministas
(Mujeres Libertarias) y de barrio (ateneos) es donde empecé a militar, todos
ellos bajo el paraguas, más bien pobre por lo minoritario, de la CNT.
-En concreto, vas tirando del hilo hacia el
feminismo anarquista en la transición; ¿por qué?
-Como
explicaba en la anterior pregunta no me comprometí solo con el feminismo, pero
la constatación de la subordinación de las mujeres era un tema vital e
intelectual que enseguida acaparó gran parte de mi atención. Nos faltó tiempo,
y nos sobró activismo, para definir de forma más profunda ese feminismo
peculiar que, si hubiéramos conocido la genealogía del feminismo anarquista
anterior al franquismo, practicaron los grupos de Mujeres Libertarias.
-¿Qué te llama la atención, tanto, del
librepensamiento, del ideal libertario para ir dirigiendo tus investigaciones y
ensayos en torno a él?
-Como
estudiante de historia enseguida me di cuenta del vacío (histórico y de memoria
histórica) en el que habíamos crecido las generaciones nacidas durante el
franquismo, como he dicho me interesaban los movimientos sociales y,
especialmente, el movimiento obrero. Antes de acabar mis estudios ya sabía que
quería profundizar sobre el movimiento obrero organizado y los conflictos
sociales en Zaragoza en los años veinte. No sabía dónde me metía. Encontré un
tema muy interesante: la CNT en Zaragoza tardó en configurarse pero no un
sindicalismo revolucionario que tenía puntos en común con la CNT pero también
algunas diferencias significativas. Ese tema acabó centrando mi Tesis Doctoral.
-Amiga, la mujer libertaria ¿podríamos
decir que se relanza, de cierta manera, con la transición?, ¿más poco a poco de
lo que hubiese sido deseable (pero por lo que leo y he visto siempre ha estado
ahí como haciéndose un lugar, aunque a codazos)
-Desde
luego nos hicimos un hueco en Zaragoza y en algunas otras ciudades del resto de
España. Nunca fuimos muchas, en Zaragoza pasaron por el grupo unas treinta
mujeres, pero sí muy activas. Logramos consolidar el grupo y coordinarlo con
los otros grupos de mujeres libertarias y, a la vez, estábamos integradas en la
coordinadora feminista tanto a nivel local como estatal. La Transición fue una
época llena de posibilidades, de conflictos, de activismo y de movilizaciones;
nuestro grupo formó parte de esa época, del optimismo y de los sueños por
impulsar transformaciones sociales que iban mucho más lejos que lo que se
consiguió.
-Siempre he dicho que a las ciudadanas y a los
ciudadanos de pensamiento anarquista fueron los más esquilados en la guerra, la
posguerra. Sufrieron de la batalla, de las represiones y todavía ellas y ellos
llevan ese estigma de “quema iglesias”, mata curas”…de esas “losas de la pseudo historia” uno no puede levantarse con facilidad,
¿qué nos puedes explicar?
-El
anarquismo y el anarcosindicalismo construyeron el intento más serio de
revolución social en esa línea de pensamiento, sus realizaciones fueron muchas
pese a producirse en medio de una guerra civil, pero también sufrieron mucho
cuando el sueño se escapó entre los dedos acosado desde el comunismo y desde el
fascismo, sin olvidar los gobiernos de la II República. El franquismo fulminó
cualquier intento de resistencia en un baño de sangre violento durante la
postguerra (pese a ello, muchos anarquistas siguieron organizados en la clandestinidad).
El peligro que significó el anarquismo en España fue de tal magnitud que
convenía ningunearlo y difamarlo y así se viene haciendo hasta el día de hoy.
El mayor sanbenito que se ha colgado al anarquismo es
el de su tendencia “natural” a la violencia (véase la Operación Pandora hace
poco archivada por falta de pruebas).
-La mujer en la transición ha llevado un peso
importante, ya que se incorporó el grupo Mujeres Libres a la reconstrucción de
la CNT. Imagino los dos procesos difíciles porque me da que la personas que
albergamos el ideario del librepensamiento nos cuesta mucho como estar
“encuadrados”, pensamos y nos cuestionamos contantemente muchas
cosas: ¿Qué nos puedes comentar de ese proceso de reconstrucción respecto a
Mujeres Libres?
-En
Zaragoza levantamos una propuesta original para la reconstrucción de CNT.
Pretendíamos que esta organización no fuera solo un sindicato sino una
organización global en la que se federaran sindicatos y colectivos sociales
como Mujeres Libertarias y otros colectivos en pie de igualdad. Así funcionamos
hasta poco después del X Congreso celebrado en 1987. En un momento de crisis
política y económica como fue el de la Transición, el número de compañeros y
compañeras con trabajo en paro o en “listas negras” de los empresarios, el
sindicalismo era débil y nuestro grupo tuvo más relevancia de la que hubiera
tenido en otras circunstancias. Esta estructura organizativa permitió que
personas, como yo misma, que no se hubieran vinculado a los sindicatos por
diversos motivos, lo hicieran a través de los colectivos que estaban implicados
en los movimientos sociales.
Encuadrarse
es algo que no le cuadra siempre a una
persona anarquista, muy cierto, por eso en el movimiento libertario tuvieron
tanta importancia los grupos de afinidad.
-Es un libro que escribes, según comentas, para acercarte a las mujeres
libertarias de una época fundamental, aunque cuestionada y con sus puntos de
duda, pero importantísima porque desde ese punto histórico todos nos hemos
educado, crecido o siguiendo viviendo…¿por qué
escogiste este período, aunque él en ti no te interesa ahora, versus
las mujeres librepensadoras?
-No es mi
época de investigación. Diversas circunstancias me llevaron a interesarme por
el tema, primero para escribir un artículo para la revista Libre Pensamiento
titulado: “Mujeres Libres/Libertarias en la Transición española” aparecido en
el nº 62 de otoño de 2015. Después, una propuesta fallida de la Fundación
Salvador Seguí de presentar una comunicación, sobre el mismo tema, en el
Congreso “Los otros protagonistas de la transición. La izquierda radical y los
movimientos sociales”, celebrado en febrero de 2017. El resultado final fue que
empecé a recoger información y testimonios que, al final, han concluido en este
pequeño libro.
-Pero fundamental fue la aportación de las mismas,
¿verdad? ¿Cómo ha sido el proceso de documentación para la realización de este
libro y la metodología de trabajo?
Las fuentes
de información han sido el material escrito y gráfico que se conservaba en el local de la CGT actual,
material conservado por mujeres del grupo y, especialmente, los testimonios
grabados a un grupo de diez mujeres del grupo con los que me reuní dos mañanas
de sábado. A partir de las vivencias personales, propias y ajenas, y de las
fuentes escritas conservadas he reconstruido los hechos y acontecimientos
pasados construyendo un discurso crítico sobre el pasado, un relato objetivo.
-Eres una historiadora e investigadora incansable,
¿nos puedes decir o dar alguna pista si estás trabajando en alguna cosa en
concreto?
-Así es,
pronto saldrá (quizás en este mismo año 1917) un libro en el que llevo
trabajando bastantes años, que dejé aparcado durante casi tres años por mi
incorporación al Movimiento 15 M (Asamblea Popular 15 M de Vilanova
i la Geltrú y Colectivos de profesores/as de Secundaria del Garraf-Penedés),
y que está a punto de ser una realidad. Su título: “Mujer contra mujer. Dos mundos contrapuestos en la Barcelona
insurgente”. Se trata de conocer una época amplia del siglo XIX y primer tercio
del XX a través de dos mujeres: una marquesa de la clase alta, Rafaela Torrents (1838-1909) y una obrera anarquista, Teresa Claramunt (1862-1931). Mujer contra mujer, mujeres que se
empoderaron en sus respectivos ambientes sociales para ganar en autonomía
personal, para empoderarse. Nada tiene que ver la una con la otra, son vidas
paralelas que se entrecruzan sin que sus protagonistas lleguen a conocerse
nunca. Un libro muy especial en el que a través del “espacio minúsculo” de la
calle, de la taberna, del café, de la vivienda, de la fuente, de la peluquería,
del taller, podemos ver lo que la “gran historia” no
vislumbra.
26178
Mujeres libertarias
de Zaragoza. El feminismo anarquista en la Transición. Laura Vicente
Villanueva
120 páginas 18 x 13 cms.
7.50 euros
Calumnia
La Transición española
(1975-1982) fue el proceso político por el que el país debía dejar atrás la
dictadura del general Franco para pasar a un sistema democrático que incluía la
aceptación de la monarquía. La ruptura democrática, abandonada por las fuerzas
políticas mayoritarias (PSOE y PCE) de la oposición, no fue aceptada por otros
sectores de la izquierda entre los que se encontraba el anarquismo.
En el complejo proceso de reconstrucción de la CNT se inscribió la aparición
ríe los grupos de Mujeres Libres/Libertarias, grupos que trataron de enlazar
con la genealogía del feminismo anarquista, actualizando sus planteamientos.
Uno de estos grupos fue Mujeres Libertarias de Zaragoza.
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