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10625133_827711917269013_1991875795633393821_n.jpgCazarabet conversa con...   Joaquín Campos, autor del libro "Faltan moscas para tanta mierda" (Renacimiento)

 

Una novela crítica y contundente ante la “emergencia” o no tanto del gigante asiático, China.

Dentro de la colección Espuela de Plata de narrativa Joaquín Campos ha escrito una obra que nos hará reír de muchas situaciones, de la situación en general y es que de la realidad, aunque cruda y lastimosa hay que saber sacarse y sacarle lo mejor de lo mejor…..pero lo hace dibujando, como retratando, a la realidad china….de una manera muy particular porque se deshace de los tópicos de siempre y se adentra de manera descarada…si hay que ir a China hay que leer muchos libros o intentar el estar informado lo mejor posible, pero si vamos a localizar lecturas localizaremos muy bueno, pero muy parecido…esto es diferente …este libro apuesta por mostrarnos cómo sobrevivir a través de un personaje de ficción y con la lectura, lo dicho anteriormente, nos reiremos mucho por las ocurrencias continuas del escritor y por las aventuras que le hace vivir al protagonista en el Shanghái más particular….novela aconsejable porque estamos en unos días en que hace falta que el escritor , también se reinvente y genere tramas que nos muestren la realidad, pero que lo haga dibujándonos unas risas…creo, sinceramente, que Joaquín Campos lo ha conseguido…porque casi convivimos con un vendedor de vino, en China, durante 21 días y lo hacemos desde la propia experiencia con la escritura y el mundo de la cocina y la hostelería del propio escritor y eso se nota en cada uno de los capítulos.

Lo que nos cuenta Renacimiento sobre este libro:

Faltan moscas para tanta mierda presenta la realidad china sin tener en cuenta las visiones absolutistas y edulcoradas que suelen utilizarse, con abuso, en los ámbitos periodísticos, diplomáticos y empresariales en donde se saca siempre la cara por esa China que sigue sin ser encarada. En esta obra se cuentan realidades que no salen en prensa pero que todo el que ha vivido en China conoce a la perfección aunque a micrófono abierto lo niegue. Guía eficaz para el que quiere hacer negocios o echarse novia en el cansinamente llamado “gigante asiático”, y que ofrece además un buen surtido de restaurantes y casas de masajes. Ni que decir tiene que el Lonely Planet no está a la altura si desea visitar, entre otras, la ciudad de Shanghái, referencia principal de este libro. Rodrigo Mochales, protagonista de esta novela, promete pasar a la historia. Auténtico superhéroe de barrio, decide instalarse en Shanghái con la idea de vender un excedente de vino que ha adquirido previamente en difusas bodegas. Alcohólico, ex consumidor de drogas, putero, timador y gastrónomo, se agarra a la dignidad –la suya– como un balón de oxígeno. Novela de ficción basada en la más perversa realidad que hoy día asola China. Esta obra promete firmemente no dejarle bostezando. Si generara un conflicto diplomático no sería una sorpresa. Asumiendo cómo se las gastan los gerifaltes del PCCh cuando son escrutados ellos o su obra (su nación y pueblo).

El autor, Joaquín Campos:

Este escritor es un malagueño que no ha parado muy quieto. Nació en el invierno de 1974 y creció físicamente, él mismo dice que “lo psíquico tardó en florecer…” en Torremolinos y según va explicando: “aburriéndose como una ostra …”; el aburrimiento le duró hasta que tomó la decisión de irse a Madrid y, como dice:”por accidente hacerse cocinero…”. Pero antes realizó encuestas e hizo de almacenista en los “supermercados más cutres”. . Según cuenta, una vez hasta el puso una caja de agua mineral, a El Fary, en el maletero de su Mercedes.

También residió en Segovia, no sabemos si cocinó muchos cochinillos; también en Barcelona (¿le gustará la ”escudella”?), en Murcia y Menorca…después se montó en un crucero y empezó a surcar el Mediterráneo y el Atlántico….por China anduvo, nada más y nada menos que unos seis años y fruto de esa experiencia. pues nos llega este libro. Parece que ha encontrado, actualmente, algo de tranquilidad en Camboya, concretamente en Phnom Penh….planea tener casa en New York y Kioto…y no le pone peros ni a que sea de alquiler o no ni al tamaño de la misma. Es un tipo hecho a sí mismo: sin estudios ni de bachillerato ni universitarios….Como dice: “se ha ido hecho persona con el trabajo, las salidas nocturnas, los restaurantes y las botellas de vino…” Después “rompió el molde escribiendo, leyendo y amando...” Con veinte años ya había trabajado en un diario papel y de pago, una radio y una televisión. Cuando llegó a Madrid llegó a ser redactor del Marca…al mes fregaba platos en Casa Benigna…en la actualidad escribe para FronteraD, además de para La Opinión de Málaga. También ha ido colaborando con otros medios, aunque recalca: “nunca como periodista…sino como contador de historias…”. Tiene un segundo libro de memorias titulado Doble Ictus ; otra novela, Trastero y un poemario, Cartas a Thompson Island.

http://www.joaquincampos.com/joaquin_campos_bio.html

No acercamos al autor desde este blog: http://www.blogseitb.com/rogeblasco/2014/10/04/joaquin-campos-chef-y-escritor-en-camboya/

Un tipo peculiar que no deja indiferente a ningún cronista, periodista o columnista de cultura:

http://www.malagahoy.es/article/ocio/1872890/joaquin/campos/puritanismo/esta/destruyendo/la/vida/espana.html

https://www.youtube.com/watch?v=G1kD_v0HCJI


Entrevista en El Mundo (20/11/14)
http://www.elmundo.es/cultura/2014/11/20/546cb53f22601d0a5f8b4580.html


La web de Joaquín Campos (Phnom Penh): 
www.joaquincampos.com

 

Cazarabet conversa con Joaquín Campos:

moscas2 (2).jpg-Joaquín, ¿te marchaste a China con la finalidad, más que nada , de escribir?

Exactamente. Yo residía en Menorca, a comienzos de 2007, y liándome la manta a la cabeza, como decía Doña Hermelina, mi profesora del EGB allá por el año 1983, cuando se iba la liar a hostias con los alumnos, me marché sin echar la vista atrás. Que en el fondo y en la superficie no fue por el vértigo que supuestamente da, sino por la vergüenza de verme enterrado en vida en un lugar donde no quería estar (España), además sin escribir, sarpullido que desde la adolescencia fue saliéndome a flote hasta un punto en el que el grano llegó a ser más grande que yo.

-El ejercicio de de volcar pensamientos, ideas, experiencias…fabulaciones  en forma de ficción en este libro ¿Qué te está aportando…qué te ha aportado?

-Fernando Sánchez Dragó me comentó un día que hasta el fallecimiento de su señora madre no contó toda la verdad; yo no he esperado a la defunción de la mía para contar verdades y otro tipo de verdades, que son los asuntos ilegales, políticamente hablando, que se te pasan por la cabeza. Y aportarme no me aporta más que la misma escritura. Si cuentas todo lo que haces y/o se te pasa por la cabeza te sientes como las lagartijas que mudan su cola a sabiendas de que más pronto que tarde les volverá a brotar, para en otro momento volvérsele a caer, y así continuar girando.

-Hablando y comentando de tu trayectoria un compañero de lecturas me decía que gracias a personas como vosotros: los que os movéis mucho, viajáis, conocéis muchos ambientes y os formáis entre la calle, el trabajo y las experiencias…que sois la mejor escuela para, luego, transmitir y escribir…pero el escritor, también, se hace escribiendo, leyendo, volviendo a escribir y a releer…Coméntanos.

-Mi escritura se basa en mis experiencias personales, paseos sin destino y lecturas. En lo de ‘experiencias personales’ reúno amores, amigos, trabajos y masajes. ¡Si en el fondo todo el mundo tiene una novela en su cabeza! Y evidentemente leer te ayuda al menos a intentar dar sentido a lo que escribes. Y yo acabo de terminar ‘Teatro de Variedades’, de Juan Bonilla, obra maestra, que como los zumos variados te aporta de todo: desde periodismo a poesía pasando por ficción y las más entrañables memorias semi-disimuladas.

-¿Por qué te fijaste en China, como primer destino asiático…?

-Los torpes no nos fijamos en nada, son los demás los que se fijan en nosotros, como las muchachas. Al menos en mi caso. China era en 2007: la tierra de las oportunidades, el único país que crecía, económicamente hablando, de manera violenta, donde se avecinaban unas olimpiadas, y donde, además, las salvajadas de su gobierno me ayudaron a comprender que siempre habría algo donde rascar, dándole a la tecla. A toro pasado decirle que ahora que me fijo aconsejo no vivir en China. O al menos seis años, como fue mi caso.

moscas2 (1).jpg-Personalmente, me llaman muchísimo más la atención, desde fuera, otros países asiáticos….pero ¿qué tiene China, tanto desde la orilla positiva como de la negativa…?

-China ofrece progreso –mayormente ficticio–, apariencia, señoritas y señoras interesadas en desvirgar a catetos ibéricos y alasqueños –entre otros asuntos nacionales/regionales–, contaminación, maleducados, hostilidad, salvajismo, injusticia y un maravillo té, aparte de cocinas regionales varias –siempre que no escrutes a la materia prima– y una suerte de masajes que en Europa habrían terminado por asentar el mal llamado 'estado de bienestar' que hoy, y desde que China dice que va a dominar el mundo, se nos acaba.

-Ahora, estás en Camboya, supongo que las diferencias son más que sustanciales…

Sí, claro: Camboya apesta a humanidad; a serenidad; a sonrisas... con sus defectos y sus virtudes. Con una cocina tan paupérima como sus habitantes, incluyendo a los que cabalgan Lexus creyéndose los dueños del mundo. Mira Sussanna, Camboya no es un milagro salvo si provienes de China, que llega a convertir en milagro hasta a un país destruido por los Jemeres Rojos donde la pedofilia es real. Aconsejo a la Humanidad pasar una temporada en Camboya, a poder ser en Kep.

-El protagonista de tu obra de narrativa, por cierto muy sugerente, es un vendedor de vino en “la gran China”…un país que, al menos desde aquí, lo que más ha sabido “captar” del capitalismo es el hecho de producir, contaminar y vender de una manera fagocitaria….así, que el protagonista es como una hormiguita  a a que sumerges en una especie de isla ,rodeada de un exquisito sirope….vaya trampa…tanto para él como para el lector, ¿no?

-Contar China desde el punto de vista de un occidental ejemplar habría sido la carnaza perfecta con que la podredumbre española me habría acuchillado; hasta la extenuación. En el fondo ni lo hacía por España, o Europa, sino por China, porque si esta obra tiene repercusión en el repetidamente llamado 'gigante asiático' de poco tendrán que acusar a Rodrigo, su protagonista, un auténtico hijo de puta, con evidentes trazos de dignidad.

-Las librerías, casi todas ellas están plagadas de libros, guías y demás material que te aconsejan como emprender un viaje por casi cualquier parte del mundo….yo que estoy todavía con este libro estoy aprendiendo mucho… ¿hasta qué punto crees que la narrativa puede “influir” en la más típica literatura de viajes?

-Cuando los bosques desaparezcan tendremos que limpiarnos el culo con páginas de libros. Y entonces, y sólo entonces, sabremos el valor de los libros. Porque cada edición del Lonely Planet, entre otras guías, nos salvarán de salir manchados e incómodos del baño. Indudablemente mi libro sobre China es la verdadera guía sin reseñas, ni direcciones ni teléfonos, que todo el que se plantee ir a China estaba esperando.

 

 

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Faltan moscas para tanta mierda. Joaquín Campos

304 páginas       15 x 21 cms.

17,00 euros

Renacimiento

 

Faltan moscas para tanta mierda presenta la realidad china sin tener en cuenta las visiones absolutistas y edulcoradas que suelen utilizarse, con abuso, en los ámbitos periodísticos, diplomáticos y empresariales en donde se saca siempre la cara por esa China que sigue sin ser encarada. En esta obra se cuentan realidades que no salen en prensa pero que todo el que ha vivido en China conoce a la perfección aunque a micrófono abierto lo niegue. Guía eficaz para el que quiere hacer negocios o echarse novia en el cansinamente llamado «gigante asiático», y que ofrece además un buen surtido de restaurantes y casas de masajes. Ni que decir tiene que el Lonely Planet no está a la altura si desea visitar, entre otras, la ciudad de Shanghái, referencia principal de este libro. 
Rodrigo Mochales, protagonista de esta novela, promete pasar a la historia. Auténtico superhéroe de barrio, decide instalarse en Shanghái con la idea de vender un excedente de vino que ha adquirido previamente en difusas bodegas. Alcohólico, ex consumidor de drogas, putero, timador y gastrónomo, se agarra a la dignidad –la suya– como un balón de oxígeno.
Novela de ficción basada en la más perversa realidad que hoy día asola China. Esta obra promete firmemente no dejarle bostezando. Si generara un conflicto diplomático no sería una sorpresa. Asumiendo cómo se las gastan los gerifaltes del PCCh cuando son escrutados ellos o su obra (su nación y pueblo). 

Joaquín Campos nació en Málaga un invierno escasamente crudo de 1974. Creció físicamente –lo psíquico tardó en florecer– en Torremolinos aburriéndose como una ostra hasta que tomó una decisión con dos puertas: irse a Madrid y, por accidente, hacerse cocinero. Antes realizó encuestas e hizo de almacenista en los supermercados más cutres. Una vez le puso a El Fary en el maletero de su Mercedes una caja de agua mineral. 
Además de en Madrid residió en Segovia, Barcelona, Murcia y Menorca, por parte de España; un barco de cruceros surcando el Mediterráneo y el Atlántico; y en las macro-urbes de Pekín, Shanghái y Xiamen, claves para esta obra ya que estuvo por tierras chinas nada menos que seis años. 
Desde hace veintiún meses se tranquiliza en Phnom Penh, Camboya, siempre con Kep como excusa para salir de la capital jemer. Su plan de vida es tener casa en Nueva York y Kioto, indiferentemente del tamaño y de si es en propiedad o de alquiler. 
Sin estudios universitarios ni bachillerato, Joaquín Campos se hizo persona por medio del trabajo, las salidas nocturnas, los restaurantes y las botellas de vino; y ya desde que rompió el molde, escribiendo, leyendo y amando. Con 20 años ya había trabajado en un diario en papel y de pago, una radio y una televisión local. Cuando llegó a Madrid se negó a ser redactor del Marca. Al mes fregaba platos en Casa Benigna. Ahora escribe para el prestigioso medio FronteraD, además de para La Opinión de Málaga. Ha colaborado con otros medios, aunque nunca como periodista, sino como contador de historias. Su segundo libro, unas memorias tituladas Doble Ictus, se acerca a su finalización. Poemas asociados (Cartas a Thompson Island) y otra novela (Trastero) siguen creciendo día a día.

 

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