Cazarabet conversa con... Carlos Tundidor Diaus, autor de “Meloussa. El ocaso de un sueño” (Imperium)
En su última novela, esta vez histórica,
Carlos Tundidor se adentra en la Roma en expansión por el Mediterráneo.
Edita esta novela histórica, no exenta
de amor, la editorial Imperium que nació, valiente y
descarada, en plena pandemia….
Detrás de esta apuesta están Raúl
Lahoz y Arancha García que para sacar adelante sus libros creen en el capital
de la cantera de escritores y escritoras aragonesas, antes que todos…
Edita Imperium,
desde poesía a novela erótica con narrativa del realismo, la ciencia ficción,
la fantasía, la novela histórica y el terror.
En la pandemia y fruto de ella la
editorial ha optado por hacer tiradas más cortas de libros y en vez de las
presentaciones de siempre realizan actos concretos y muy controlados que se
convierten en acercamientos, con conversaciones, con el autor como sería el
presente caso
La sinopsis del libro: Año 123 adC. Roma quiere convertir el Mediterráneo en un lago de su
propiedad. En unas islas, las Gymnesias, la loba
romana y los estandartes de las legiones todavía no ondean, dominadas por los
pueblos baleáricos. Quinto Cecilio Metelo, cónsul de
roma, necesita la conquista de unas tierras nuevas que se puedan añadir al
imperio y que, además, le proporcione <<un triunfo>>. La isla más
pequeña, la Meloussa fenicia, resistió por mucho
tiempo la conquista, mucho más de todo los que los estrategas romanos pensaron.
El amor, la pasión por una mujer, también intervino en la conquista. Quinto
pasó a las hojas de la Historia como <<El Baleáricus>>,
y la isla escribió una página sangrienta, épica y de romance, necesaria para
pasar a ser la Minórica romana.
El autor, Carlos Tundidor:
Carlos Tundidor Diaus,
Ingeniero Químico, profesionalmente ejerce como Director gerente de una empresa
de Ingeniería fundada en 1976.
Los escritos aparecen editorialmente
en 2010. Ediciones Certeza le publica su primer libro, una colección de relatos
cortos editada bajo el título “Susurros
al viento”. A ese volumen le seguirá otro, también de novelas breves, con
el nombre de “El pueblo que no sabía
reír”.
Su primera novela se publica en 2012,
la misma editorial le publica “7 días de
Gloria”, novela de corte social ambientada en Madrid.
Posteriormente aparecerán: “10 Historias bajo el felpudo”, libro
de relatos, un ensayo novelado sobre seis de los mejores poetas republicanos, “Cuando las bestias se disfrazan de
hombres”. En 2016, en la colección Cantela,
publica “Banderines de enganche”,
colección de relatos sobre marginación. Ese año publica “Madruga con rabia el Horizonte”, su primer poemario.
Antes de finalizar el mismo año,
Editorial Comuniter le publica su segunda novela, “El viejecito de los zapatos rojos y otros cuentos inmorales”.
En enero de 2018 publica nuevo libro,
esta vez es de artículos: “Dos años
alrededor de Facebook”. Su penúltimo libro publicado, presentado en abril,
en el Teatro Principal, es una colección de diez novelas breves articuladas en
torno al agua: “La salvaje mirada del
agua”.
En diciembre de 2018, Mira Ediciones
publica su libro: “Esperaré a que hayas
muerto”. Una amplia novela en la que, rozando el género negro, nos lleva
por los últimos 40 años de nuestra historia persiguiendo a unos ex - policías
de la BPS franquista.
En Marzo de 2020 presenta su último
libro: “Permiso, giramos a la izquierda” un libro profusamente ilustrado de 600
páginas con 260 artículos sobre temas de actualidad y temas sociales. Editorial
Anteo.
En 2020 también ha publicado un
pequeño libro sobre la Despoblación en España y otro sobre un espectáculo
montado en 2019 y titulado “1939”.
Ha participado en antologías diversas
publicadas con otros autores: “Salou en
la memoria”; “Palabras contadas”; “Un día de fiesta”; “Plazuelas para el
sosiego”; “Fondeadero de sueños”; “La quintaesencia de Albada”; “Terra Vacua”
y algunos otros.
Pertenece a la Asociación Aragonesa de
Escritores, fundador de la Asociación Cultural Albada, socio de Amigos del
Libro, Director un tiempo de la colección “Relatos” de Editorial Comuniter,
coordinador de un Certamen de Relatos Cortos que va por su octava edición, cuyo
lema es “Tierra Vacía” y que quiere
poner voz, palabra y espacio a un problema estructural, quizá el mayor que
podamos tener en esta península: la despoblación. Animador de numerosos eventos
culturales y literarios.
Nosotros hemos conversado dos veces con
este autor:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/esperareaquehayasmuerto.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/carlostundidor.htm
Cazarabet
conversa con Carlos Tundidor Diaus:
-Amigo, Carlos ¿qué te ha hecho o
motivado adentrarte en la novela histórica sumergiéndote en la Roma que buscaba
la expansión, sobre todo por el Mediterráneo….?
- Hace 15 años me sumergí en
Menorca. Había acabado una etapa de mi vida, una separación amistosa y me fui
en mochila y tienda de campaña, solo, a una isla que me atraía y que no
conocía. Pasé nueve o diez días pateando la isla a fondo. La contemplación de
tantos poblados talayóticos me subyugó. Quizá suficiente como para comenzar a
investigar, luego en casa, acerca de esa cultura.
-¿Tienes
que haberte puesto mucho, mucho las pilas en la historia de este período de la
Roma, la empiezas con la muerte del pater familia
Quinto Cecilio “Baleáricus”, que era, a la
vez, hijo de Quinto Cecilio Macedónicus… estamos en tiempos en que los míticos Escipiones ya habían pasado por la historia…?
- Una vez vuelto de Menorca, me
empecé a documentar. Primero la propia cultura indígena, después la inmersión
en la “Pax Romana”. Entonces fue cuando, hasta donde
pude alcanzar, llegué a la conclusión de que no existía ningún libro que
narrara la conquista de la isla. Mucho menos una novela de corte histórico. En
esos años eran la “gens” Caecilia y la de los Gracos las dominadoras en el Senado romano de la República.
-Le
pones voz de primera persona del singular en la figura y lo que nos va
contando el hijo de Baleáricus y el nieto
de Macedónicos que, entre los sollozos de toda su familia, nos va
narrando cómo se fue gestando su familia y en cómo contribuyeron a “hacer
grande” a la República que era Roma…
- Me pareció una buena manera de comenzar. No
hay constancia, de ninguna manera, que el hijo de Quinto lo acompañara en la
conquista. Tampoco de lo contrario. Esta es una de las licencias de las que me
apropio para crear la ficción. Un Quinto explicando, una vez que comprende las
nostalgias del Quinto padre, el sacrificio sentimental del general que se
debate entre el amor, el deber, el sacrificio…
-La
familia Caecilia—gens Cecilia--… querida por muchos,
pero, a la vez, odiada por no pocos, sobre todo por otras familias… era la
Roma, casi más que nunca, de una competencia bestial entre familias, entre
alianzas ,entre lealtades y deslealtades… nada que no sepamos ni notemos hoy y
ahora en el presente, es el “pan nuestro de cada día”…
- Las “gens” Caecilia
y Graco eran los pilares del Senado. Pero unos pilares que se odiaban y ponían
todas las zancadillas posibles que imposibilitaran los ascensos del contrario.
Muchas veces ponían sus propias ambiciones personales anteponiéndolos a las
necesidades de la República. No obstante, esa época fue la más resplandeciente
de Roma como civilización. Efectivamente, hoy como ayer, parte de nuestros
dirigentes, de nuestros políticos, anteponen la avaricia y los logros
personales a los del país que representan y por el que dicen sacrificarse.
Poniendo los puntos sobre las íes, ni entonces ni ahora es generalizada la
corrupción, todavía hay dirigentes que son honestos, lo que ocurre es que son
pocos, muy pocos. Al menos entre los importantes.
-Luchas
que se trasladaban al Senado… con muchas ambiciones que querían ser Cónsules de
la República Romana…
- Los cargos principales, jefe de
pretorio, los dos cónsules temporales, el Tribuno responsable de las cohortes
que guardaban la metrópoli, el responsable de lo que podríamos llamar, hoy, el
mercado de alimentos y su distribución, el Tribuno de la plebe en
contraposición al poder de los patricios… eran “piezas” esenciales para la
arquitectura del poder en Roma. Unas veces eran ellos mismos los detentadores de
los puestos como en el caso de Quinto y de su conquista de las Gymnesias, otras eran peones puestos por esos patriarcas a
su disposición de manera que, gracias a ellos, aumentaran su poder, influencia
y riquezas. Tampoco hemos inventado nada en nuestros días, solamente y quizá,
la sofisticación del poder con la aparición de una Justicia amañada y de la
fontanería financiera.
-Y
en todas “las grandes familias” hay miembros que se desenvuelven mejor en las
estrategias y en los campos de batalla o al contrario siempre hay gentes más
hábiles en el Senado, y las intrigas y habilidades políticas….puede
que, a priori, dé como más miedo o respeto el campo de batalla, pero
lo de las intrigas políticas da mucho miedo… porque las traiciones y trampas…
las más de las veces a cuál más hipócrita…
- En la República romana las intrigas políticas
eran “pan nuestro de cada día”. Hubo miembros de las grandes familias romanas
(casi todas patricias) que se desenvolvían muy bien en esos ambientes. Lo que
ocurre es que el “modus vivendi” que se remontaba al origen, obligaba a los
jefes de esas familias que querían poder a identificarse con el ejército. De
manera que tenían muchas puertas abiertas para el Senado, el poder y la
intriga, si existía un tiempo en el que fueran cónsules. Quinto, lo mismo que
su padre, para mantener su ascendiente como “gens” necesitaba un “triunfo”
militar.
-La
portada nos recuerda a los míticos y aguerridos honderos que vendieron cara su
tierra y que, si mal no recuerdo, también se lo pusieron mal a los míticos Escipiones cuando eran o fueron aliados de Aníbal…
- Los honderos baleáricos eran
míticos en todo el Mediterráneo. Tres hondas de diferente largura y para
diferentes proyectiles eran su bagaje. Su puntería era proverbial de manera que
la leyenda que se cuenta acerca de las madres que impedían la comida a sus
hijos pequeños salvo que fueran acertando con sus hondas objetivos más
difíciles con el paso de los días, parece que fue cierta. Los honderos de las Gymnesias eran mucho más mortíferos como tropa que
cualquier centuria de la legión. Hannibal lo entendió así y era una tropa
elegida y mimada en su ejército.
-Las
expediciones y lo que vivían en ellas dejaron a muchos romanos “tocados de por
vida”… es lo que le pasa a Baleáricus, ¿no?
- Un cónsul de la República en una
expedición militar ponía una gran parte de los gastos necesarios (pagas de
legionarios, logística, viajes, flota…) de su propio pecunio. La contrapartida
era el botín. Una parte de él era para el jefe de la expedición. Muchas veces,
la campaña militar (como en el caso de los Escipiones
con Hannibal) eran tan largas que afectaban a sus vidas personales. Este fue el
caso de Quinto Cecilio.
-Tú
inicias el relato poniendo en contexto a Roma: cuando Trajano estaba en el
poder…por qué eliges a esta época, justo el año en el mítico puente sobre el
Danubio---diseñado y construido bajo las órdenes de Apolodoro de Damasco--- en
la actual Rumania—entre Drobeta –Tumu
Severin,en
Rumanía y Kladovo , en Serbia, se puede
inaugurar--, cuando se inicia la segunda guerra o conquista Dacia….
- Inicio el relato en la época
republicana. La etapa de los emperadores comenzaría en el siglo I pero después
de Cristo. La época de los Césares principió con Julio en el año 49 d.C.
Trajano, jefe militar aclamado, fue elegido emperador por el Senado en el 98
d.C. En la época que comienzo el relato era la familia de los Gracos quienes dominaban el Senado: Tiberio y su hermano
Cayo Sempronio. Este último fue elegido tribuno en el 123 adC.,
precisamente. El objetivo esencial de Cayo Sempronio era el debilitamiento del
Senado. Una de las familias más opuestas a los Gracos,
tanto a nivel personal como político, era la familia de Quinto, la “gens” Caecilia.
-Pero el peso de la novela es
alrededor del año 123aC, el año de la anexión o mejor dicho
conquista de las Baleares… la historia pesa mucho en esta
narración…la historia y sus ambiciosos narradores, ¿verdad?
- Uno de los trasfondos de la
novela es la pugna personal y política entre estas dos familias. No se ahonda en
ello pero sale en varios pasajes. La familia Cecilia, y el jefe de la familia por lo tanto, necesita una ambiciosa victoria
militar que consolidara ese “triunfo” y colocara a su familia en la cúspide.
-El
hijo de Baleáricus, Quinto Cecilio Metelo Nepote, nos va narrando lo acontecido, lo pasado por
la vida, sobre todo de su padre, heredero de Macedónicus….que
vivió “ese día del Triunfo”… quizás a lo que más aspira un militar
romano---también fue político---, recordemos que consiguió el Triunfo gracias a
la adhesión de sus islas Mediterráneas, las actuales Baleares, al menos las dos
principales fundando ciudades como Palma y Pollentia…
- Un “triunfo” era el acontecimiento militar y civil
más importante a lo largo de los casi cuatro siglos que duró la República
romana, hasta la imposición de la dictadura por parte de Julio César. Después,
siguieron existiendo triunfos, pero mucho más debilitados. Al emperador de
turno no le complacía demasiado el ascendiente de otros jefes militares. El
“triunfo” solo se concedía cuando las victorias eran grandes o aplastantes o,
sobre todo, al incorporar un territorio importante al imperio de Roma. Es claro
que la mayor ambición de un militar era desfilar en Roma mientras la plebe,
patricios, Senado, toda Roma, le aclamaba en el desfile.
-Baleáricus vuelve de las islas… sí, lo hace físicamente,
pero nunca deja de hacerlo ni mental ni anímicamente… una parte de él siempre
se quedará entre las islas y con las islas…
- He intentado poner a un nivel
mayor el plano de los sentimientos sobre el de los acontecimientos militares.
He querido dotar de “alma” a la conquista de la isla. Para ello están los
cuatro grandes protagonistas: los Quintos, padre e hijo, Aunia
y Tarbanto, el enamorado de Aunia.
A los cuatro les cambia la vida. También a Quinto hijo gracias al recuerdo
turbador de la muchacha.
-Porque
ésta es una novela histórica pero con esos trazos en los que el amor penetra en
la vida de los protagonistas de tal manera que los puede quebrar… un amor que
uno, caso de Quinto Cecilio, lleva impreso en la tristeza melancólica de su
mirada… una tristeza que se adentra en un nombre el de Aunia…
- Así es. La parte histórica existe con la
mayor fidelidad que he podido hacia los grandes detalles históricos, pero la
ficción tiene un protagonismo esencial sin perder ápice, al menos eso he
querido, la Historia. Y dentro de la ficción, el amor, el odio. El amor, junto
con el ansia de poder, han sido —son— los grandes motores de los personajes que
han ayudado a mover la Historia. Quinto gana cinco mil kilómetros cuadrados
para Roma, gana un “triunfo” y un apodo para la Historia, gana riquezas para su
casa, pero pierde, en cierta manera, la porción de la vida que le resta de
vivir.
--Estas tristezas son o suelen ser
secretos, pero casi todos los secretos tienen guardianes…en este caso uno de
los principales guardianes es su hijo, el que nos cuenta la historia en primera
persona…
- Es el único que sabe la razón de
la melancolía paterna. El único que comprende las razones de su abulia con
respecto a la popularidad de su padre, el único que entiende la tristeza de por
vida del “pater familiae”.
Y lo más importante, en cierta manera es el único que la justifica en su fuero
interno. Tal es la impresión que a él mismo le ha afectado la historia con la
balear.
-Hazañas,
ambiciones, familia, lealtades…conocer al verdadero amor, guerras, batallas,
secretos, medias verdades, medias mentiras… la vida que se impone y nos impone…
¿es eso lo que quieres contar, pero dentro del género de la novela histórica y
tirando del hilo de Quinto Cecilio Metelo?
- Realmente, en lo que he querido
profundizar ha sido en el alcance del amor, de amores distintos y de
sacrificios distintos a causa de él. No es el mismo amor el que profesa Quinto
hacia la balear que el amor de Tarbanto. Tampoco es
idéntico el planteado por la mujer hacia esos dos hombres. Asimismo, no tienen
el mismo alcance los distintos niveles de sacrificio de esas tres personas. Es
una especie de triángulo con un, casi, “cuarto” lado, el narrador.
-El
propio hijo de Quinto Cecilio nos explica que él también se siente entre
cautivado e hipnotizado por su padre…así que es fácil que muestre esa empatía,
casi compasión, por la melancolía de su padre, ¿verdad?
- Es el propio hijo de Quinto el
que se siente, también, enamorado de la mujer que cautiva a su padre. Es la
explosión del paso de niño a joven. En cierta forma, a lo largo del tiempo de
relación de su padre con la bella muchacha, se siente algo más que subyugado,
no sabe qué es, pero espera cada momento en que puede visionar a la mujer con
ilusión, con pasión, con los sentidos desbocados. No lo sabe, pero será su
primer amor, el más intenso, el de la pubertad.
-Manejarse
en el escenario socio político de la República Romana en esos tiempos de
expansión, siempre quería más Roma, no ha debido ser nada fácil…
- La novela ha sido soportada por
un proceso muy amplio, tanto en tiempo como en documentación, de estudio sobre
el “tempo” histórico, el de la República romana, también el de la cultura
talayótica. Asimismo, la documentación sobre el terreno, patear la isla, ha
sido intenso. Después de la primera incursión en la isla, hubo otra, un año
después con parecida profundidad y, esta vez, con el objetivo en la mente de
escribir la página histórica de la conquista de la isla. En Menorca he estado,
en poco tiempo, cuatro o cinco períodos largos.
-Lo de incorporar
personajes históricos, de peso, es “un plus”, pero no te arredras…
¿por qué escoges a Quinto Cecilio Metelo, a su
familia, a su hijo como narrador y a Aunia, entre
otros…?
- La incorporación de Quinto padre
como protagonista era imprescindible si lo que quería era escribir sobre el
desembarco de las legiones romanas en Sanitja. Mi
necesidad de escribir esa historia con sentimientos, con “alma”, de transcribir
algo más, mucho más que unas simples escaramuzas, victorias, derrotas
militares, imponía el hecho de plantear más protagonistas, el amor representado
por Aunia. Los otros dos actores, Quinto hijo y Tarbanto venían impelidos por el objetivo, tan esencial
como el histórico, de dotar de sentimientos a la novela.
-Esto
te ha llevado a muchas horas entre libros de historia, entre archivos,
documentación… ¿cómo ha sido?
- No soy historiador. Tampoco
estoy a la altura ¡ni por asomo! de personas que “bordan” la novela histórica,
los actuales Posteguillo, Corral, Lasala, Carbonell y
muchos otros, o nuestros clásicos como Sender o Galdós. Por lo tanto, ni estoy
a esa altura ni lo pretendo, soy un aprendiz en este género. Dicho esto, sí que
el tiempo almacenado para documentación, entre libros y pateos por la isla, ha
sido grande. Muchas horas, centenares, quizá miles, han sido necesarias para la
creación, la construcción de estas, casi, cuatrocientas páginas.
-En
tus tramas noveladas, me da, que priman más “los intereses” de los
personajes—ficticios o no—que el contexto histórico… te va mucho ahondar en “lo
humano”, ¿no?
- En mis novelas, cuidando mucho
los contextos, los detalles, me interesa escudriñar, ahondar, diseccionar los
sentimientos de las personas, las reacciones ante las emociones de otras; es el
interior del binomio razón-instinto de la persona lo que me interesa, lo que,
para mi opinión, importa. Novelas extensas tengo cinco publicadas, otra
finalizada y ultimando con el corrector y otra a medio camino en su fase de
construcción. En todas ha sido, y es en realidad, el comportamiento humano su
verdadero protagonista.
-Y
el escenario de escenarios son las Islas Baleares, en concreto Menorca,
¿verdad?; ¿la escoges porque la conoces y la puedes sentir, narrar y describir
con total libertad y ese apego que hará tu narración como más liviana más fácil
de narrar? Y es que los escenarios también son muy, muy importantes, ¿verdad?
- En mis novelas, el escenario es
vital. Los fondos son frecuentes, me gusta que sean variados. Como he dicho,
soy muy puntilloso con los paisajes. Hasta el punto que he ido, de propio, a
una calle de Madrid, a una casa de San Juan de Luz o a comer en un restaurante
determinado para asegurarme de que tenía persiana y de qué color, de si la casa
en Iparralde tenía verja antes de la puerta o el menú, los precios y la
condimentación del figón. La inmensa mayoría de los parajes que ponen fondo
paisajístico a las novelas los he pateado, los conozco personalmente. Me gusta
viajar y eso ayuda.
-¿Esta novela histórica te ha
exigido más?; ¿ha cambiado tu metodología de trabajo?
- En cuanto a documentación y
viajes sobre el terreno sí, me ha exigido más que otras. He tenido la suerte de
que no me ha preocupado, como en otras, la publicación. Tenía el convencimiento
de que publicar un año o tres más tarde no iba a repercutir en su oportunidad.
Publicar un libro que habla de lo que ocurrió hace 2.200 años no le afecta si
se hace cinco años antes o cinco después. Concretando, no me ha cambiado el
método. No tengo rutinas, estoy con cuatro o cinco proyectos a la vez, no sé si
esto mejora o empeora el trabajo literario. Cierto es que una de esas
creaciones es la que está más en candelero en un momento dado, pero alterno el
trabajo literario novelístico o de relatos con la publicación de artículos de
opinión, con el activismo cultural y social. Ahora mismo estoy organizando uno
en el que se combina despoblación, ocio y Cultura para los próximos 5 – 6 y 7
de noviembre en La Fresneda. Me parece trascendente, necesario, combinar trabajo intelectual creativo con un activismo
cultural y social inmerso en la vida real y que trate de mejorar el bienestar
de la humanidad.
-¿La
novela histórica impone al tener que estar como muy ceñido por hechos,
personajes y tramas que ya son historia sí o sí y de una manera y no de otra?;
¿cómo te has sentido en la novela histórica en tiempos de Roma?
- Es verdad, impone. Siempre
estás, en mi caso, con precaución ante el hecho de falsear la historia. No es
preocupante “inventar” en la parte de ficción, eso, casi siempre, mejora la
novela, la narración. Pero siempre, por lo menos en mi caso, estás con miedo a
que un detalle histórico sea incorrecto, a que una suposición histórica sea
controvertida o un apunte en la Historia haya sido dudoso. Eso es lo que más
tiempo lleva, lo que más preocupación te supone, la corroboración una y mil
veces hasta la certeza. Has de estar muy seguro sobre determinados detalles que
son los normales y diarios dentro de la vida doméstica, de la vida normal de
las personas de entonces. La historia de Roma siempre me ha gustado, con esta
novela la he ahondado un poco más.
-¿Cómo
ha sido trabajar con Imperium?, una editorial que
nació, creciendo, en la pandemia y que mira de tirar adelante tirando mucho de
las plumas aragonesas…
- Los escritores como yo, que no
somos mediáticos o famosos, hemos de trabajar con editoriales valientes,
arriesgadas, emprendedoras, jóvenes. Esa es la cara de la moneda, la cruz, para
ellas como para nosotros, es que son pequeñas. Y el tamaño influye en la
distribución. Llegas a muchos menos sitios que los célebres, un escritor/a
mediática, que frecuenta la televisión, puede llegar a miles de librería, en mi
caso, me doy por contento si puedo ser distribuido por media docena de ellas.
En el caso de escritores mediáticos y editoriales enormes, las presentaciones,
los lugares en los que, de verdad, se venden ejemplares y se trasciende, los
organizan por docenas, el escritor solo tiene que presentarse y decir un
pequeño discurso; en mi caso, el recorrido de la novela, las presentaciones en
distintos lugares, los tengo que organizar por completo y solo con la
posibilidad de llegar a otra media docena de lugares con suerte y como mucho.
Concretando, hasta la fecha con Imperium la relación
es muy fluida y amistosa. Creo que, ambos, nos encontramos contentos con la
interacción. Espero que a esta publicación pueda seguir otra con ellos como
Editorial.
Muchas gracias, Javier, a ambos, a
Cazarabet, por estas conversaciones y la difusión que hacéis, que me estáis
haciendo, a la Cultura y a mi novela en particular. Confío en que en uno de los
sitios posibles para presentarla sea en Mas de las Matas. Un abrazo.
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