La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Alfonso
Domingo, director de la película documental “Melchor Rodríguez, el ángel rojo”
(Argonauta Producciones)
UN
DOCUMENTAL QUE RECORRE MINUCIOSAMENTE LA VIDA DE UN ANARQUISTA, CON HONDAS
RAÍCES PACIFISTAS Y HACIA EL PACIFISMO, QUE VIENE DESDE LA REALIZACIÓN DE
ALFONSO DOMINGO CON EL SELLO DE LA PRODUCTORA ARGONAUTA.
Producciones
Argonauta de Alfonso Domingo nos acerca a la figura del anarquista Melchor
Rodríguez, conocido por “el Ángel Rojo” para dar a conocer su labor al frente
de su responsabilidad en prisiones en los días más amargos que vivió Madrid en
los primeros meses de vida; en los que se jugó la vida al intentar parar la
furia de ciudadanos masacrados por los bombardeos, fuerza de mortero de los
alzados.
Él
solo paró a ciertos grupos y se la jugó de pleno sin pedir, nunca nada a
cambio.
También
buscó cobijo a gentes que sabía que corrían riesgo y todo esto sin dejar el
ideal y la idea anarquista que muy pronto había sentido en su piel
El
hilo conductor de este documental, además, es la hija de Melchor
Rodríguez, Amapola que vivió la guerra
de una manera que la dejó marcada, siendo, además todo un tesoro para el
documentalista y nosotros, los telespectadores.
Enlaces:
http://www.documentamadrid.com/es/ficha/pelicula/melchor-rodriguez-el-angel-rojo/
http://www.eldiario.es/andalucia/historia-Schindler-andaluz-matanza-Paracuellos_0_451455526.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Melchor_Rodr%C3%ADguez_Garc%C3%ADa
El
director del presente editorial , ya publicó en su día
un libro sobre este anarquista:
http://grupoalmuzara.com/a/fichalibro.php?libro=1030&edi=1
Lo
que nos explica El Argonauta de este documental:
El sevillano Melchor Rodríguez García, exnovillero,
anarquista de la CNT-FAI, salvó a miles de personas de derechas en la guerra
civil. Sin embargo, su talla humana -un paradigma en medio de aquel conflicto
fratricida- no es conocida por el gran público.
Melchor Rodríguez, que conoció la cárcel en más de treinta ocasiones a lo largo
de su vida, fue nombrado Delegado especial de prisiones durante el mandato del
anarquista García Oliver en el Ministerio de Justicia. Desde su puesto, a
finales de 1936, detuvo las sacas de las cárceles madrileñas y los “paseos”,
jugándose en numerosas ocasiones la vida, como cuando se enfrentó a una turba
frente a la prisión de Alcalá de Henares.
Posteriormente fue encargado, tras el golpe del coronel Casado, de entregar
Madrid a las tropas franquistas como concejal y último alcalde de la república.
A pesar de su humanitaria actuación, fue juzgado por los vencedores y condenado
a 20 años de cárcel, de los que cumplió cinco. Su entierro, en 1972, congregó a
anarquistas y miembros del régimen en un caso único en la historia española. Su
vida parece sacada de una película de ficción. Tal y como él decía, “se puede
morir por las ideas, nunca matar”.
El realizador,
Alfonso Domingo:
Licenciado en
Ciencias Políticas y Comunicación, universidad complutense. Periodista
especializado en información internacional en diarios, revistas y TV, reportero
de guerra, director de documentales (más de cien trabajos, 20 series, cuatro
premios nacionales e internacionales), y escritor.
En 2006 dirigió "La memoria recobrada" (Argonauta y TVE), serie
documental de cinco capítulos sobre la guerra civil española. Codirigió “Almas
sin Fronteras”, la historia de la Brigada Lincoln, (Diagrama Producciones y
TVE, 54´). En 2009 “Sahel, nuestra ribera” (Mali,
Senegal y Burkina Faso, 3x60´, Argonauta Producciones). “Bajo Todas las
banderas” (118´), Españoles en la II Guerra Mundial, (TVE, Canal de la Historia,
Argonauta y TVG). Codirigió Dormíamos, despertamos, (2012). Codirigió “Héroes
invisibles, afroamericanos en la guerra de España” (2014)
Entre sus libros: El Canto del búho (2003), Retaguardia (2004), Historia de los
Españoles en la II Guerra Mundial (2009), El ángel rojo (2009). La serpiente
líquida (2005).
Entre sus novelas: La Madre de la Voz en el Oído, Premio Feria del Libro de
Madrid de 1991. La Estrella Solitaria (2003) VII Premio de novela Ciudad de
Salamanca. El espejo negro, Premio Ateneo de Sevilla 2011. El enigma de Tina
Premio Ateneo Ciudad de Valladolid 2012. En 2014 publicó La balada de Billy el
Niño.
Cazarabet conversa con Alfonso Domingo:
-Alfonso, ¿qué te animó, qué fue lo que
te dijo:” hay que dedicarle un documental a este hombre?
-Que
esta era una historia que no se conocía. Algo único en la historia. Un
anarquista de la FAI salvando a sus enemigos. Y en nuestra guerra. Un claro
ejemplo del humanismo libertario o anarquista. Exnovillero.
Poeta popular. Cualquiera lo habría visto. Yo lo vi hablando con Eduardo Pons Prades, está al principio del documental.
-Lo que da mucho valor es que siempre
encuentras entre la hemeroteca a los testimonios más acertados ¿cómo te lo
haces; cómo es esa tarea?
-Soy
hormiguita, ratón de Biblioteca. Me gustan los archivos. Y esos otros archivos
vivos, los protagonistas de la historia. En el caso de Melchor mucha gente lo
conoció y trató. He entrevistado a personas como Ramón Luca de Tena, cuyos
hermanos y él mismo le deben la vida. Y al hijo de García Noblejas.
O Gregorio Gallego, una leyenda. Y los familiares de Melchor, empezando por
Amapola, su hija, a la que conocí gracias a Rubén Buren,
su bisnieto, dramaturgo y poeta y quien ha hecho la música del documental.
-¿Te fue muy difícil en el caso de
Melchor Rodríguez, la búsqueda de esa documentación?
-Estaba
dispersa. Por un lado los archivos de la FAI, por otro los de instituciones
penitenciarias, los de CNT, los periódicos libertarios, el Instituto de
historia social de Amsterdam donde están todas las
notas de su defensa en los consejos de guerra, los propios consejos de guerra.
El archivo general de la administración, el archivo de Martín Artajo, la Cruz roja internacional, El centro de la memoria
histórica de Salamanca. Aunque he recopilado todo lo que había sobre él, eso
solo nos da una dimensión. Tenemos mucha información, que se complementa con
las notas humanas de su familia, de los que le conocieron…
-Como documentalista, ¿os está siendo
difícil dar a conocer productos, además sobre cuestiones tan atractivas como la
presente?
-Siempre
es difícil. Por ejemplo, TVE no entró en este documental, ni en el anterior que
hice. En el de Melchor solo ha participado Canal Sur. Pero poco a poco se van
viendo en los circuitos, con el DVD. Ya si las televisiones públicas apoyaran
de verdad este tipo de productos, se verían en España cosas muy buenas. Hay
gente con mucho talento y muchos temas a tratar. Temas que nos afectan, que
afectan a la condición humana y ciudadana de lo que somos.
-Habrá pocas ayudas y
más si se trata de sacar de entre las piedras a figuras como la presente, ¿no?;
¿por qué estas figuras son tan incómodas, aún después de tantos años?;¿será porque son un ejemplo de integridad, dignidad,
coherencia, pacifismo?
-Será
por eso. Cada ser humano tiene sus contradicciones, a veces pasa una vida sin
tener que enfrentarlas. Melchor lo hizo, apostó por el bien y la verdad, por la
vida. Eso es lo importante, en las pruebas difíciles de la vida, saber estar a
la altura.
-Contar estos testimonios, estas
verdades y realidades, ¿por qué crees que “no vende”?. Porque si se ve resulta
que la gente sale contenta, interesada…¿no?. Supongo
que lo más difícil es poder ponerlo en cines, carteleras…
-No
son cosas comerciales y por lo tanto, el circuito es distinto. Ya me gustaría
que se pudiera ver en cines, una buena distribución, pero no se puede soñar.
Tendrá el circuito que sea, similar a “Héroes invisibles”. Tendría que haber
apoyo institucional para que las cosas fueran de otro modo. En una lógica de
libre mercado, esto no interesa a tantos. Siendo de un interés a mi modo de
ver, descomunal.
-¿Qué es lo que, desde el punto de
vista político, de sus ideas, idearios y vínculos anarquistas te ha llamado más
la atención de Melchor Rodríguez?
-Evidentemente,
sus ideas de pacifismo humanitario, de un anarquismo que creía en el ser humano
y en la evolución, en la superación de los conflictos y en la liberación de la
raza trabajadora sin utilizar la violencia. Claro que en la guerra tenía que
estar al lado del pueblo, pero por eso era tan importante mantener la legalidad
de las cosas, la legalidad de un régimen popular, frente a la barbarie de los
que mataban enfrente, de los franquistas.
-Y cómo ser humano ¿Qué es lo que te ha
llamado más la atención?
-Tenía
el ego suficiente y el valor como para imponerse en situaciones muy difíciles.
Siempre chocó un poco en CNT, a pesar de que era anarquista hasta la muerte,
porque de alguna manera, sobresalía. Pero lo que hacía lo hacía de corazón, y
lo hacía bien. Es muy interesante esa mezcla de sevillano, libertario,
novillero, chapista, poeta, organizador, mando.
-Se la jugó estando
al cuidado de las prisiones. Había mucha gente que era víctima, directa o
indirecta , de los bombardeos de Madrid que estaba indignada y que quería sacar
de las prisiones a gente de derechas, simpatizantes con el golpe, falangistas y
demás para darles muerte y él les paró en más de dos ocasiones…Háblanos un poco
de ello.
-Melchor
quiso ocuparse de las prisiones en el lado republicano desde que vio lo que
pasaba, las sacas y los paseos. Tuvo a su favor al cuerpo diplomático –que
jugaba a favor de los franquistas- a una buena parte de la CNT –y su grupo de
la FAI, Los libertos- y del campo republicano. Y aparte de muchos momentos de
tensión, Melchor tiene que habérselas con una muchedumbre que quiere linchar a
los presos tras un bombardeo con víctimas en Alcalá. Durante horas forcejea
hasta que consigue disuadirlos. Varias veces, también, se enfrenta a policías
que se quieren llevar a presos.
-Ahí empezó a mirársele mal por parte
de otras personas que luchaban por la II República. Me da que fue un
incomprendido. ¿Qué nos puedes comentar?
-Desde
luego los comunistas y todos los partidarios de las checas, los paseos y las
sacas le vieron como un enemigo. Parte de la CNT no entendía esa defensa a
ultranza o los contactos con los que consideraban quintacolumnistas o
partidarios de los sublevados. Algunos le acusaban de ser un vendido a la quintacolumna.
-Además, en un Palacio de Madrid
albergó a gentes que corrían verdadero peligro ¿Se le agradeció todo esto,
después, lo suficiente?
-Desde
luego, no. Ni algunos de los refugiados, ni, desde luego, por el nuevo régimen,
que lo juzgó dos veces tras la guerra en un juicio amañado que hoy nos daría
risa.
-Sufrió hasta varios atentados; su
coche tiroteado, las imágenes que se pueden ver en el documental, da
escalofríos.
-Bueno,
Amapolita, su hija, decía que era porque algo, allá arriba, le protegía. Ese
atentado en la carretera de Valencia se salvó por poco. Tuvo momentos muy
difíciles, como cuando varios policías se presentan en su despacho y le
encañonan. O cuando se enfrentó a Cazorla, a Serrano Poncela, a Carrillo. En el
golpe de Casado le capturan los comunistas, y está a punto de ser fusilado. Un
capitán comunista le salva la vida. Estuvo a punto de morir una docena de veces
en la guerra, también por bombas franquistas.
-Termina la guerra,
no va al exilio y lo cogen y lo juzgan…bueno si es que aquello se podía llamar
ser juzgado. Es Muñoz Grande quien le “tira un cable”, presentando firmas de
gente que se vio salvada por este anarquista pacifista. Le conmutan la pena de
muerte y pasa a prisión por algo más de 30 años. No los cumple todos, pero
¿cómo fueron?; ¿cómo fue y en qué empleó el tiempo Melchor Rodríguez en la
cárcel?
-Afortunadamente,
esa intervención de Muñoz Grandes obtiene que le conmuten la pena de muerte y
los 30 años que le piden a cambio de ella. Durante ese tiempo del miedo, a
Melchor se le cayeron varios dientes, fue el tiempo del desengaño, cuando
algunos en la cárcel le increpaban por no haber matado a más fascistas. Y
también, por supuesto, del olvido de muchos a los que salvó.
Cumplió
5 de los 20 a los que finalmente le condenaron. Los pasó en el penal del puerto
de santa maría, un lugar sobrepoblado y con condiciones de miseria y muerte.
Logra sobrevivir, allí ayuda a enseñar a leer y a escribir, en el economato, en
fin, sale en 1944. Luego entró más veces en la cárcel, en 1947, 52 y 55.
Cuando
sale, aunque algunas personas le ofrecen cargos como el del sindicato del
régimen y algún buen empleo y colocación…él elige vender seguros, ir a la
suya…y no cejar en su ideal anarquista ni en sus ideas. Lo que le costó entrar
y salir de la cárcel. Un luchador incesante.
Genio
y figura. Se le podrá acusar de ingenuo en la guerra, de cierta candidez, pero
jamás se le podrá reprochar a Melchor que se aprovechara de cualquier
situación, que robara. Y, por supuesto, tampoco cambió de ideas ni se acomodó a
los buenos tiempos. Siguió luchando por lo que creía, intentando favorecer a
los presos debido a sus conocidos en el bando franquista y a los funcionarios
de prisiones, que le adoraban. Y ejerciendo labores de responsabilidad en
comités regionales de CNT, por lo que volvía a entrar en la cárcel. Siempre se
sintió anarquista. Vivió y murió siéndolo. Y de verdad.
-Pero quizás la faceta de Melchor Rodríguez
que más se desconozca (la verdad es que quizás no nos importe, pero…) es la
personal. Se separó de su mujer, supongo que vivir con una persona, sea mujer o
hombre, con las ideas, tan arraigadas, con los ideales tan firmes y que no le
importe poner en peligro su vida, no debe ser nada fácil.
-Bueno,
como en muchos casos de militantes del pasado (sean socialistas, comunistas o
anarquistas) es muy difícil convivir con gente que solo vive para las ideas. La
mujer de Melchor no era anarquista, venía del mundo del baile. Es difícil, ya
digo, vivir con alguien que no hace más que entrar en las cárceles, donde tiene
una segunda casa. Y en los tiempos de la guerra civil las tensiones se hacen
más evidentes. Melchor, además, era un poco testarudo y no hizo caso de los
avisos de su mujer o de gente que le quería bien, sobre algunas personas que se
habían camuflado bajo su techo y paraguas: Batista, su secretario, Rufo, su
chofer, los dos trabajaban para la quintacolumna.
Alfonso Domingo
84' / 2016 / España
Web: www.documentales.org
Español
Subtitulada en inglés
El sevillano Melchor Rodríguez García, exnovillero, anarquista de la CNT-FAI, salvó a miles de
personas de derechas en la guerra civil. Sin embargo, su talla humana -un
paradigma en medio de aquel conflicto fratricida- no es conocida por el gran
público.
Melchor Rodríguez, que conoció la cárcel en más de treinta ocasiones a lo largo
de su vida, fue nombrado Delegado especial de prisiones durante el mandato del
anarquista García Oliver en el Ministerio de Justicia. Desde su puesto, a
finales de 1936, detuvo las sacas de las cárceles madrileñas y los “paseos”,
jugándose en numerosas ocasiones la vida, como cuando se enfrentó a una turba
frente a la prisión de Alcalá de Henares.
Posteriormente fue encargado, tras el golpe del coronel Casado, de entregar
Madrid a las tropas franquistas como concejal y último alcalde de la república.
A pesar de su humanitaria actuación, fue juzgado por los vencedores y condenado
a 20 años de cárcel, de los que cumplió cinco. Su entierro, en 1972, congregó a
anarquistas y miembros del régimen en un caso único en la historia española. Su
vida parece sacada de una película de ficción. Tal y como él decía, “se puede
morir por las ideas, nunca matar”.
Para conocer más sobre el documental:
http://www.christiebooks.com/ChristieBooksWP/wp-content/uploads/2009/12/MelchorRodriguez.pdf
Alfonso
Domingo
Licenciado en Ciencias Políticas y
Comunicación, universidad complutense. Periodista especializado en información
internacional en diarios, revistas y TV, reportero de guerra, director de
documentales (más de cien trabajos, 20 series, cuatro premios nacionales e
internacionales), y escritor.
En 2006 dirigió "La memoria recobrada" (Argonauta y TVE), serie
documental de cinco capítulos sobre la guerra civil española. Codirigió “Almas
sin Fronteras”, la historia de la Brigada Lincoln, (Diagrama Producciones y
TVE, 54´). En 2009 “Sahel, nuestra ribera” (Mali,
Senegal y Burkina Faso, 3x60´, Argonauta Producciones). “Bajo Todas las
banderas” (118´), Españoles en la II Guerra Mundial, (TVE, Canal de la
Historia, Argonauta y TVG). Codirigió Dormíamos, despertamos, (2012). Codirigió
“Héroes invisibles, afroamericanos en la guerra de España” (2014)
Entre sus libros: El Canto del búho (2003), Retaguardia (2004), Historia de los Españoles en la II Guerra Mundial (2009), El
ángel rojo (2009). La serpiente líquida (2005).
Entre sus novelas: La Madre de la Voz en el Oído, Premio Feria del Libro de
Madrid de 1991. La Estrella Solitaria (2003) VII Premio de novela Ciudad de
Salamanca. El espejo negro, Premio Ateneo de Sevilla 2011. El enigma de Tina
Premio Ateneo Ciudad de Valladolid 2012. En 2014 publicó La balada de Billy el
Niño.
Director: |
Alfonso Domingo |
Guión: |
Alfonso Domingo |
Fotografía: |
Oscar Villasante, Pepe Navarro, Javier Alarcón |
Montaje: |
Juan Verdeal, Benito Macías |
Sonido: |
Daniel Rodríguez del
Pozo |
Música: |
Rubén Buren |
Producción: |
Argonauta
Producciones |
Productores: |
Paloma Suárez |
77
El ángel rojo. La
historia de Melchor Rodríguez, el anarquista que detuvo la represión en el
Madrid republicano.
Alfonso Domingo Álvaro
400 páginas 16 x 24 cms.
22.00 euros
Almuzara
La historia de Melchor
Rodríguez, el anarquista que detuvo la represión en el Madrid republicano y
salvó, entre otros muchos, a figuras destacadas del bando nacional
El Ángel Rojo cuenta la historia de Melchor Rodríguez García, delegado especial
de prisiones de la Segunda República española. Sevillano de nacimiento, Melchor
Rodríguez fue un anarquista que prefería “morir por las ideas, nunca matar por
ellas” y que demostró gran humanidad en la guerra civil española salvando la
vida de numerosos enemigos –entre ellos, directa o indirectamente, Agustín
Muñoz Grandes, Martín Artajo, y Valentín Gallarza, Serrano Súñer, el
doctor Mariano Gómez Ulla, los cuatro hermanos Luca de Tena, el futbolista
Ricardo Zamora, el locutor Bobby Deglané y los
falangistas Rafael Sánchez Mazas o Raimundo Fernández-Cuesta, entre otros-, de
los que muchos darían después la cara por él. Mientras en el lado franquista se
exacerbaba la represión, Melchor lograba imponer el orden en la retaguardia
republicana, parando las sacas de las cárceles, los paseos y fusilamientos como
los de Paracuellos. Nombrado después concejal del
Ayuntamiento de Madrid por la FAI, le cupo la triste tarea de hacer entrega del
consistorio a las tropas vencedoras a finales de marzo de 1939. Fue sometido a
dos consejos de guerra que pedían para él la pena de muerte y finalmente
condenado a una pena de veinte años de los que cumplió cinco. Este ex novillero
y poeta popular, hombre polémico incluso entre sus propias filas, hasta el
final de sus días siguió siendo libertario. En total, Melchor estuvo más de una
treintena de veces en la cárcel con la monarquía, la Segunda República y el
franquismo. Su entierro, en febrero de 1972, consiguió reunir a personalidades
de las dos Españas: anarquistas y miembros del régimen. Esta biografía novelada
rescata a una figura importante e injustamente olvidada de nuestra guerra
civil.
Alfonso Domingo Álvaro (Turégano, Segovia,
1955), periodista, documentalista y escritor, ha trabajado en diarios,
semanarios, radios y TV. Especialista en información internacional, reportero
de guerra, director de documentales, en su haber figuran más de cien trabajos
-algunos doblemente galardonados- dos novelas premiadas y varios libros de
ensayo, relatos y viaje. Entre ellos: La madre de la Voz en el Oído (Ed.
Fundamentos, 1992), III Premio Feria de Libro de Madrid, El Canto del Búho (Oberon, 2002), La Estrella Solitaria (Algaida, 2003), VII
Premio de novela “Ciudad de Salamanca”, El Vuelo del Cuatro Vientos, escrito en
colaboración con Jorge Fernández-Coppel (Oberon, 2003), Retaguardia (Oberon,
2004) y La Serpiente Líquida (Alianza, 2005).En la actualidad se dedica a
dirigir documentales y a escribir narrativa.
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