La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... José Luis
González Deza, autor de “Las lágrimas de la verdad” (Mira)
La colección Sueños de Tinta de la editorial Mira
publica esta novela que transcurre durante el período de la Guerra Civil.
Lo que nos explica Mira del libro:
Durante la Guerra Civil hubo personas capaces
de dar lo mejor, y también lo peor, de sí mismos. La novela pone de manifiesto
estas dos realidades y se aleja de la visión interesada y parcial de malos
contra buenos creando historias que se unen para después separarse. En Las lágrimas de la verdad descubrimos
personajes que, para alcanzar el poder, no sienten ningún escrúpulo en fomentar
el odio o recurrir a la traición. Por el contrario, hay quienes se esfuerzan en
buscar espacios de convivencia a través del corazón y no de la razón, a pesar
de que sus creencias sean antagónicas.
José Luis González Deza
con la precisión y buen hacer de un maestro de ceremonias hace desfilar por
estas páginas a sus protagonistas, verdaderos arquetipos de carne y hueso (la
magia de la palabra insufla vida), compartiendo un tiempo y un espacio: los
años convulsos de la Guerra Civil a lo largo del territorio aragonés. Mientras
unos se dejan arrastrar por sentimientos tan viles como el rencor o la envidia,
otros, sin embargo, nos enseñan que la bondad que anida en el ser humano puede
llegar a ser infinita, siempre y cuando se valore más a las personas en función
de cómo son y no de quiénes son. Estos últimos se convierten en los verdaderos
héroes del relato, y, entre este grupo de elegidos, destaca Luis, un hombre que
por amor se dejará seducir, atrapar y abrazar por las lágrimas de la verdad
Cazarabet
conversa con José Luis González Deza:
-Amigo, los conflictos armados siempre sacan, como
bien dices, lo mejor y lo peor de las personas, ¿no?; ¿por qué lo crees desde
tu reflexión?(porque decirlo o pensarlo lo decimos o
lo pensamos todos, pero me interesa tu punto de vista)
-Así es, en un conflicto armado hay personas que son capaces de mostrar lo
peor y lo mejor de sí mismos, ¿por qué? Desde mi punto de vista, y así lo
reflejo en la novela, hay protagonistas que son capaces de valorar a las
personas en función de cómo son y no de quiénes son; es decir, hay personajes
que justifican sus viles acciones debido a la ideología que dicen defender,
mientras otros son capaces de alejarse de sus creencias para realizar dignas
acciones y desvelar las virtudes que anidan en el ser humano.
-¿Es por eso que mantienes que no hay ni
buenos o malos?; entonces, ¿qué hay?
-Mi línea argumental es alejarme de la visión interesada y parcial de que
fue un conflicto entre buenos y malos desde un punto de vista ideológico; es
decir, en función de cuál sea el bando al que mayor simpatía puedas tener
juzgas al contrario con mayor o menor desprecio, y este no es el objetivo de
esta novela.
Para mí, lo fundamental, es que el lector pueda tener mayor o menor
simpatía a los personajes en función de los sentimientos o las emociones que
manifiestan cada uno de ellos a lo largo del relato. Y son las acciones que
cada uno de ellos acaban realizando las que les acabará definiendo como seres
venerables o malvados, pero siempre desde un punto de vista humano y no
ideológico.
-En cambio, sí que hay personajes que
para auparse, quedarse y mecerse en el poder son capaces de lo peor, ¿serán los
malos de tus narraciones, en concreto de Las lágrimas de la verdad?
-Sin lugar a dudas. Hay personajes que son capaces de recurrir a la
traición o al deshonor para adquirir una posición de privilegio con respecto a
los demás o seguir acumulando mayores cotas de poder. Estos personajes son los
que reflejan que la codicia y la avaricia que puede anidar en el interior del ser
humano puede llegar a ser infinita, y se acaban convirtiendo en los villanos de
esta novela.
-Y como dice siempre hay personas que
habitan y viajan por la vida con el corazón y trabajando a su merced, ¿crees
que estos personajes en tus narraciones son los que encarnan a “la bondad”
y la escenifican, aún viéndose, a menudo, desbordados por “la maldad”?
-Sí, por supuesto. Hay protagonistas que toman decisiones comprometidas,
debido a que usan el corazón y no la razón. En algunos casos, no les resulta
nada sencillo, pues asumen un riego que les puede llevar a ser castigados con
severas represalias. Pero es aquí donde emergen los sentimientos de bondad y
solidaridad hacia los demás. Estos personajes son los que se acaban
convirtiendo en los héroes de esta novela.
-¿Es que el mal le puede al bien?
-Interesante pregunta; de hecho, la respuesta no me resulta nada sencilla
elaborarla. Creo que en un conflicto el mal, en muchas ocasiones, se acaba
imponiendo al bien desde un punto de vista general y muy amplio, pues las
atrocidades que realizan cada uno de los bandos enfrentados para poder derrotar
al contrario pueden llegar a resultar escalofriantes. Sin embargo, si se
analiza de manera pormenorizada a cada individuo es aquí donde el bien tiene
más posibilidades de imponerse al mal, debido a que hay personas que tienen la
virtud de no dejarse arrastrar por esa ola de odio que mueve a muchas personas
cuando se encuentran bajo el paraguas protector de una organización, que
fomenta la eliminación o las represalias hacia todo aquel que piensa de manera
distinta.
-Esta es una obra de circunstancia bajo
una guerra civil, pero donde los personajes tienen un peso más que fundamental.
Cuéntanos, por favor.
-La guerra civil será el contexto sobre el que está ambientada la obra,
pero lo realmente importante es que a través de las distintas tramas de amor,
traición, honor o venganza el lector acabe descubriendo por qué es importante
aprender a llorar las lágrimas de la verdad. El conflicto se describe a través
de las emociones y los sentimientos que emergen desde el interior de cada uno
de los protagonistas.
Es una novela que va mucho más allá de la guerra civil, ya que aborda y
ahonda en las guerras internas que cada uno de nosotros vivimos a nivel
personal no solamente con nosotros mismos, sino también con nuestro entorno, es
decir, con nuestros seres queridos.
Por tanto, el título de la novela esconde un mensaje de transcendencia vital
y vigencia actual, y hay personajes que se encargan de desvelar qué hay detrás
de Las lágrimas de la verdad.
-En qué o en quién te sueles inspirar
para “dibujar”, casi “retratar” a estos personajes?
-Hay personajes que tenía muy claro cómo iban a ser, pues, en algunos
casos, he podido recurrir a experiencias personales que haya vivido o que me
hayan contado. Otros, sin embargo, han ido apareciendo en función de las
necesidades que creía que eran necesarias para que el relato tuviera agilidad e
intriga. Y por último está Gumersindo de Estella, el
único personaje que existió realmente y cuya historia me cautivo desde el mismo
instante que la conocí. Así que, bajo mi punto de vista, este último es uno de
esos héroes anónimos que habitan en la “Historia de los Olvidados”, y cuyas
dignas acciones hay que darles repercusión. Por esto, brindo mi particular
homenaje a este monje que siempre aunó sus esfuerzos en aras de la
reconciliación y no de la confrontación.
A la hora de qué me ha llevado a retratar a unos personajes de una manera u
otra ha sido intentar pensar cómo eran las personas que vivían en los años
treinta y hacer un paralelismo, si se podía, con los principios y valores que
pueden tener muchos de los ciudadanos que conforman la sociedad actual.
-Gente muy común que se convierten en
tus protagonistas en el día a día de tus novelas y, en concreto de “Las
lágrimas de la verdad”. ¿Son los verdaderos héroes de la vida y, por lo tanto,
de tus novelas?
-Sí, gente cotidiana que encarna cómo pensaban una buena parte de esos
individuos que formaban parte de las distintas clases sociales de la España de
los años treinta. Así que son personajes de carne y hueso con los que nos
podemos sentir identificados.
Pienso firmemente que es necesario rescatar a todas esas personas anónimas
que jamás tendrán un hueco entre los libros de Historia, pero cuyas
experiencias y manera de entender la vida es esencial para ayudar a comprender
mejor qué pasó realmente. Como diría Eduardo Galeano, es de vital importancia
rescatar la “Historia de los olvidados”, y esta premisa la he tenido muy
presente a la hora de crear los personajes, pues ellos serán los héroes y
villanos de la novela.
-Luego está el escenario, Aragón, no
puede ser otro, ¿verdad?; ¿por qué te atrae tanto?
-En un primer momento pensé en abarcar todo el territorio nacional, pero a
medida que me fui documentando unos libros me llevaron a otros, y llámalo
casualidad o causalidad pero al final me di cuenta de que en Aragón habían
sucedido cosas totalmente únicas durante este periodo.
Por ejemplo, Huesca fue la capital que más tiempo permaneció asediada, la
diócesis de Barbastro fue la que mayor ira atea sufrió de todo el país, y, por
supuesto, el insólito y utópico movimiento colectivista que estalló en buena
parte de los pueblos de la franja oriental de nuestra región. Además es
curioso, y me alegra enormemente poder responder a las preguntas que me estáis
realizando, porque en Mas de las Matas hubo una insurrección anarquista en
diciembre de 1933 que intentó fomentar el colectivismo pero fracasó a los pocos
días. De hecho, hay un libro que recopila los acontecimientos de ese conato
revolucionario y que recomiendo que se lea.
Todas estas excepcionalidades me hicieron darme cuenta de que Aragón era el
escenario perfecto para recrear las distintas realidades que se vivieron
durante esta época.
-Personajes, trama circunstancial o
argumento, escenario; ¿qué peso tiene este último?
-Quien se sumerja en la lectura de esta novela comprobará como en cada
capítulo hay una historia de principio a fin, pero que a la vez deja abierta
una nueva para que el lector se sienta atraído a continuar leyendo. Por tanto,
los personajes por muy antagónicos que pueden parecer se acabarán cruzando para
después separarse, y ese cúmulo de tramas circunstanciales irá sustentando el
argumento principal de la novela, cuyo desenlace es en los Pirineos. Por eso,
quien acabe leyendo la novela entenderá el porqué de esta portada.
-Aquí hablamos de la verdad; esa verdad
que si bien arrastra las mentiras, también arranca muchas lágrimas. ¿Qué nos
puedes decir?
-Se habla de la verdad cuando se sobrepasan los límites que alguno de los
protagonistas se impone o le imponen, mientras que otros no son capaces o
simplemente sienten vértigo al intentar ir más allá de lo que a priori podrían
haber concebido, y tienen que vivir entre mentiras para disfrazar esa verdad
que podrían haber alcanzado si hubieran sido valientes.
Evidentemente enfrentarse a la verdad entraña riesgos y sacrificios que
acaban provocando que los protagonistas derramen lágrimas. Pero ahí está la
clave de esta novela, ver cómo hay personajes que son capaces de enfrentarse a
sus propios miedos para alcanzar la felicidad, aunque previamente tienen que
aprender a llorar las lágrimas de la verdad.
25872
Las lágrimas de la
verdad. José Luis
González Deza
360 páginas 15 x 23 cms.
19.00 euros
Mira
Durante la Guerra Civil hubo
personas capaces de dar lo mejor, y también lo peor, de sí mismos. La novela
pone de manifiesto estas dos realidades y se aleja de la visión interesada y
parcial de malos contra buenos creando historias que se unen para después
separarse. En Las lágrimas de la verdad descubrimos personajes que, para
alcanzar el poder, no sienten ningún escrúpulo en fomentar el odio o recurrir a
la traición. Por el contrario, hay quienes se esfuerzan en buscar espacios de
convivencia a través del corazón y no de la razón, a pesar de que sus creencias
sean antagónicas.
José Luis González Deza con la precisión y buen hacer
de un maestro de ceremonias hace desfilar por estas páginas a sus
protagonistas, verdaderos arquetipos de carne y hueso (la magia de la palabra
insufla vida), compartiendo un tiempo y un espacio: los años convulsos de la
Guerra Civil a lo largo del territorio aragonés. Mientras unos se dejan
arrastrar por sentimientos tan viles como el rencor o la envidia, otros, sin
embargo, nos enseñan que la bondad que anida en el ser humano puede llegar a
ser infinita, siempre y cuando se valore más a las personas en función de cómo
son y no de quiénes son. Estos últimos se convierten en los verdaderos héroes
del relato, y, entre este grupo de elegidos, destaca Luis, un hombre que por
amor se dejará seducir, atrapar y abrazar por las lágrimas de la verdad.
José Luis González Deza nació en Huesca en
1982. Tras licenciarse en Historia y graduarse en Administración y Dirección de
Empresas por la Universidad de Zaragoza, estuvo trabajando durante más de siete
años en el sector financiero hasta que en 2013 decidió dar un cambio radical a
su vida. Abandonó su trabajo y la anodina comodidad en la que se hallaba
inmerso para intentar dedicarse a una de sus grandes pasiones, la enseñanza,
profesión que desempeña actualmente. Fue entonces cuando comenzó un viaje
introspectivo para encontrarse a sí mismo y, después de recorrer el Camino de
Santiago, se refugió en Liri, un pequeño pueblo del
Pirineo aragonés, donde dio forma a su primer proyecto literario, convirtiendo
en realidad un sueño que durante muchos años estuvo persiguiendo.
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